Las estrategias de razonamiento sencillas pueden ser tan precisas como las complejas

Las estrategias de razonamiento sencillas pueden ser tan precisas como las complejas

Entramos en un restaurante con el propósito de comer sano. La carta no dice mucho sobre las grasas, la sal o los aditivos que los platos contienen. Entonces ¿cómo tomamos la mejor decisión? Los psicólogos Rocí­o Garcí­a-Retamero y Jí¶rg Rieskamp han analizado la influencia que tienen en la precisión de nuestras decisiones las inferencias sobre la información no disponible.

Rocí­o Garcí­a-Retamero, profesora en la Facultad de Psicologí­a de la Universidad de Granada (UGR), y Jí¶rg Rieskamp, investigador del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano (Alemania), han examinado la tasa de acierto de dos tipos de estrategias que solemos emplear para hacer inferencias según el mecanismo que se emplee para tratar la información de la que no disponemos.

Son las denominadas take-the-best (TTB) y weighted additive (WADD), «dos estrategias prototí­picas que representan muy bien cómo nos comportamos los humanos habitualmente», explica a SINC Garcí­a-Retamero.

La primera estrategia, la TTB, consiste en seleccionar una pista, aquella que consideremos más significativa para nuestro propósito. En el restaurante, por ejemplo, el método de cocción nos puede servir para distinguir entre una comida sana y una que no lo es. Si aún así­, esta propiedad no nos permite discriminar, entonces seleccionamos una segunda pista.

Con la estrategia WADD, en cambio, consideramos muchas más pistas y valoramos además la importancia de cada una de ellas. Así­, el método de cocción junto con otras propiedades de la comida, como su origen o su contenido en nutrientes, se suman al razonamiento de inferencia

Maneras de inferir

Los investigadores explican que en los últimos 20 años los estudios que abordan la forma en que los individuos tratan la información incompleta han mostrado que funcionamos de forma muy diversa, según el tipo de problema de inferencia al que nos enfrentemos.

La distribución de la información que falta nos puede servir de ayuda. Volviendo al ejemplo del restaurante, podemos considerar, por ejemplo, que esa información es igual para todos los platos (distribución uniforme), o que, al contrario, para los platos menos sanos esa información «oculta» es mayor (distribución condicionada).

A partir de estos criterios, los investigadores han diseñado 10 problemas de inferencia, distintos en cuanto al número de objetos que considerar (entre 24 y 181), la cantidad de información no disponible (del 0 al 100%) y la distribución de esa información (uniforme o condicionada), y han calculado el porcentaje de acierto en cada caso.

El estudio revela que las distintas opciones de tratar lo que no conocemos y también los modos en que se distribuye la información «oculta» tienen el mismo impacto sobre las dos estrategias de inferencia. Un resultado que los autores califican de «sorprendente», pues a priori podrí­amos pensar que usar una estrategia compensada como la weighted additive incrementa la probabilidad de acertar en nuestras inferencias.

Sin embargo, tal y como apunta la psicóloga, el resultado «se encuentra en la misma lí­nea de los trabajos previos sobre la estrategia take-the-best , que demuestran que estrategias sencillas basadas en poca información pueden ser tan precisas como aquéllas que integran un número muy elevado de claves en nuestro entorno».
Descargar


Los conductores reaccionan mejor ante una obligación

Los conductores reaccionan mejor ante una obligación

La capacidad de reacción de un conductor cuando se le obliga a hacer una determinada maniobra es mejor que en los casos en los que se le prohíbe. Es una de las conclusiones de un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, que pretende proponer dispositivos «más inteligibles» que eviten accidentes.

«Parece que cuando nuestra memoria se sobrecarga tendemos a pensar en positivo, por eso captamos mejor aquellas señales que nos permiten o nos dicen dónde debemos ir», explica una de las directoras del proyecto, Cándida Castro.

La investigadora insiste en la importancia que tiene para la seguridad vial el tiempo que una persona invierte en responder ante una señal y lo precisa que es su reacción.
Descargar


Ideal

Pág. 9: Graduados en pesimismo|Herramientas para buscar un empleo
Pág. 18 – Opinión: CC OO y la Universidad
Pág. 19 – Opinión: Patrones y santos en la Universidad
Pág. 60 – Agenda: \’El fantástico italiano en sus carteles\’|Charlas sobre el Gran Espacio Escénico
Descargar


Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

La capacidad de reacción de un conductor ante una señal de obligación es mejor que cuando se enfrenta a una de prohibición, según ha revelado una investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada (UGR) que pretende proponer dispositivos \’más inteligibles\’ que eviten accidentes.

A falta de completar el estudio, que comenzó hace un año y que se prologará hasta 2010, los primeros análisis han puesto de manifiesto que el tiempo que una persona tarda en pensar y procesar el mensaje de una señal es menor cuando se le obliga a hacer una determinada maniobra en la carretera que en los casos en los que se le prohíbe.

Una de las directoras del proyecto, Cándida Castro, del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento, ha explicado a Efe que \’en general\’ existen \’ventajas\’ ante una señal de obligación, especialmente en circunstancias de tráfico \’complejas\’ o con tareas \’concurrentes\’.

Según esta experta, la capacidad de la memoria humana es \’limitada\’, de ahí que cuando las personas se enfrentan a varias prohibiciones tienden \’a darles la vuelta\’, a plantear la situación \’en positivo\’ y a valorar \’lo que es posible o permitido\’.

\’Parece que cuando nuestra memoria se sobrecarga tendemos a pensar en positivo, por eso captamos mejor aquellas señales que nos permiten o nos dicen dónde debemos ir\’, señala la investigadora, quien apunta que, no obstante, existen ciertas excepciones.

De hecho, añade, en situaciones \’muy sencillas\’ puede ser mejor prohibir que obligar, especialmente si se pretende potenciar que el conductor \’no vaya a lo no permitido\’.

Castro ha incidido en la importancia que tiene para la seguridad vial el tiempo que una persona invierte en responder ante una determinada señal y lo precisa que es su reacción, teniendo en cuenta además que en la conducción influyen otros muchos factores.

En este sentido, ha precisado que las señales de tráfico tienen la misión principal de \’anticipar\’ las maniobras que el conductor deberá hacer, con la finalidad de proveerle de una determinada información antes de que la necesite.

A través de este proyecto se evalúa en definitiva el tiempo disponible para tomar una decisión, el número de señales o la complejidad de una situación, derivada de la complejidad de las intersecciones, rotondas, mapas geográficos y la posible integración de los mensajes de la señal.

También analizan el formato -verbal o pictórico-, la familiaridad de la señal o su grado de abstracción, para lo cual presentan diferentes escenas de tráfico donde los participantes en el estudio deben juzgar si la maniobra está permitida o no.

Con los resultados que obtengan de estos experimentos este grupo de investigación granadino podrá proponer un modelo teórico de la forma en la que se representan mentalmente las señales de obligación y prohibición.

La meta final es ayudar a evitar los accidentes relacionados con los problemas humanos del transporte haciendo que las señales sean más fácilmente utilizables e inteligibles, contemplando las limitaciones humanas de procesamiento de información del conductor.
Descargar


Granada Hoy

Pág. 15: El arquitecto Kengo Kuma explica hoy los pormenores de \’Granatum\’|Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición
Pág. 16: El Cristo de la Yedra, un ejemplo a seguir
Pág. 17: Un tribunal con jurado en el juicio por la muerte de Lamyade Denna
Pág. 20: Cine|Se amplia el horario de \’El fantástico italiano…\’
Pág. 21: Conferencia de arquitectura con Kuma y Miguel A. Alonso
Actual – Portada: Conciencia en 3D para salvar el mundo
Pág. 38 y 39: Filosofía tridimensional
Descargar


Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

La capacidad de reacción de un conductor ante una señal de obligación es mejor que cuando se enfrenta a una de prohibición, según un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada (UGR) que pretende proponer dispositivos \’más inteligibles\’ que eviten accidentes.

A falta de completar el trabajo, que comenzó hace un año y que se prologará hasta 2010, los primeros análisis han puesto de manifiesto que el tiempo que una persona tarda en pensar y procesar el mensaje de una señal es menor cuando se le obliga a hacer una determinada maniobra en la carretera que en los casos en los que se le prohíbe.

Una de las directoras del proyecto, Cándida Castro, del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento, ha explicado a Efe que \’en general\’ existen \’ventajas\’ ante una señal de obligación, especialmente en circunstancias de tráfico \’complejas\’ o con tareas \’concurrentes\’.

Según esta experta, la capacidad de la memoria humana es \’limitada\’, de ahí que cuando las personas se enfrentan a varias prohibiciones tienden \’a darles la vuelta\’, a plantear la situación \’en positivo\’ y a valorar \’lo que es posible o permitido\’.

\’Parece que cuando nuestra memoria se sobrecarga tendemos a pensar en positivo, por eso captamos mejor aquellas señales que nos permiten o nos dicen dónde debemos ir\’, señala la investigadora, quien apunta que, no obstante, existen ciertas excepciones.

De hecho, añade, en situaciones \’muy sencillas\’ puede ser mejor prohibir que obligar, especialmente si se pretende potenciar que el conductor \’no vaya a lo no permitido\’.

Castro ha incidido en la importancia que tiene para la seguridad vial el tiempo que una persona invierte en responder ante una determinada señal y lo precisa que es su reacción, teniendo en cuenta además que en la conducción influyen otros muchos factores.

En este sentido, ha precisado que las señales de tráfico tienen la misión principal de \’anticipar\’ las maniobras que el conductor deberá hacer, con la finalidad de proveerle de una determinada información antes de que la necesite.

A través de este proyecto se evalúa en definitiva el tiempo disponible para tomar una decisión, el número de señales o la complejidad de una situación, derivada de la complejidad de las intersecciones, rotondas, mapas geográficos y la posible integración de los mensajes de la señal.

También analizan el formato -verbal o pictórico-, la familiaridad de la señal o su grado de abstracción, para lo cual presentan diferentes escenas de tráfico donde los participantes en el estudio deben juzgar si la maniobra está permitida o no.

Con los resultados que obtengan de estos experimentos este grupo de investigación granadino podrá proponer un modelo teórico de la forma en la que se representan mentalmente las señales de obligación y prohibición.

La meta final es ayudar a evitar los accidentes relacionados con los problemas humanos del transporte haciendo que las señales sean más fácilmente utilizables e inteligibles, contemplando las limitaciones humanas de procesamiento de información del conductor.
Descargar


Un tribunal del jurado enjuiciará al presunto asesino de la estudiante de Farmacia Lamyae Denna

Un tribunal del jurado enjuiciará al presunto asesino de la estudiante de Farmacia Lamyae Denna

Un tribunal del jurado enjuiciará a Manuel R.S. como presunto asesino de la joven marroquí Lamyae Denna, que estudiaba Farmacia en la Universidad de Granada y que fue encontrada muerta, con 20 puñaladas, el pasado mes de marzo en su domicilio de la capital granadina.

Así lo señalaron fuentes judiciales, que precisaron que la investigación, que se sigue en el Juzgado de Instrucción 7 de Granada, está a punto de concluir, con lo que la causa se trasladará próximamente a la Audiencia Provincial, que habrá de fijar fecha para la celebración del juicio.

Manuel R.S., de 53 años, que permanece en prisión desde el mismo mes de marzo, reconoció ante la Policía que le detuvo haber apuñalado a la chica, que entonces tenía 23 años, aunque indicó que estaba «borracho» y que «se le fue la cabeza». La víctima, que recibió 20 puñaladas, intentó huir del presunto agresor, al que conocía, aunque no lo había visto desde el mes de diciembre anterior.

La joven fallecida, que era natural de la ciudad de Taza, al norte de Marruecos, vivía con otras dos estudiantes en un piso situado en la calle San Ambrosio, una zona cercana al Campus universitario de Cartuja. Fue en su domicilio donde fue encontrada por una de sus compañeras, que se había marchado por la mañana a clase.

La Policía Nacional atribuyó a «motivos sexuales» lo ocurrido, aunque el acusado no llegara agredir sexualmente a la joven, con la que se «ensañó», según señaló en rueda de prensa el entonces jefe superior de Policía en Andalucía Oriental, Luis de Haro Rossi.

Tras hacerse pública la muerte de Lamyae se sucedieron en Granada las concentraciones de protesta, tanto desde la comunidad islámica como desde la universitaria, cuyos miembros guardaron minutos de silencio en repulsa por el «cruel asesinato» de la estudiante.
Descargar


El País

Andalucía – Pág. 8: Noemí Gallego|Carteles de cine fantástico italiano
Descargar


Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

La capacidad de reacción de un conductor ante una señal de obligación es mejor que cuando se enfrenta a una de prohibición, según ha revelado una investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada (UGR) que pretende proponer dispositivos «más inteligibles» que eviten accidentes.

A falta de completar el estudio, que comenzó hace un año y que se prologará hasta 2010, los primeros análisis han puesto de manifiesto que el tiempo que una persona tarda en pensar y procesar el mensaje de una señal es menor cuando se le obliga a hacer una determinada maniobra en la carretera que en los casos en los que se le prohíbe.

Una de las directoras del proyecto, Cándida Castro, del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento, ha explicado a Efe que «en general» existen «ventajas» ante una señal de obligación, especialmente en circunstancias de tráfico «complejas» o con tareas «concurrentes».

Según esta experta, la capacidad de la memoria humana es «limitada», de ahí que cuando las personas se enfrentan a varias prohibiciones tienden «a darles la vuelta», a plantear la situación «en positivo» y a valorar «lo que es posible o permitido».

«Parece que cuando nuestra memoria se sobrecarga tendemos a pensar en positivo, por eso captamos mejor aquellas señales que nos permiten o nos dicen dónde debemos ir», señala la investigadora, quien apunta que, no obstante, existen ciertas excepciones.

De hecho, añade, en situaciones «muy sencillas» puede ser mejor prohibir que obligar, especialmente si se pretende potenciar que el conductor «no vaya a lo no permitido».

Castro ha incidido en la importancia que tiene para la seguridad vial el tiempo que una persona invierte en responder ante una determinada señal y lo precisa que es su reacción, teniendo en cuenta además que en la conducción influyen otros muchos factores.

En este sentido, ha precisado que las señales de tráfico tienen la misión principal de «anticipar» las maniobras que el conductor deberá hacer, con la finalidad de proveerle de una determinada información antes de que la necesite.

A través de este proyecto se evalúa en definitiva el tiempo disponible para tomar una decisión, el número de señales o la complejidad de una situación, derivada de la complejidad de las intersecciones, rotondas, mapas geográficos y la posible integración de los mensajes de la señal.

También analizan el formato -verbal o pictórico-, la familiaridad de la señal o su grado de abstracción, para lo cual presentan diferentes escenas de tráfico donde los participantes en el estudio deben juzgar si la maniobra está permitida o no.

Con los resultados que obtengan de estos experimentos este grupo de investigación granadino podrá proponer un modelo teórico de la forma en la que se representan mentalmente las señales de obligación y prohibición.

La meta final es ayudar a evitar los accidentes relacionados con los problemas humanos del transporte haciendo que las señales sean más fácilmente utilizables e inteligibles, contemplando las limitaciones humanas de procesamiento de información del conductor.
Descargar


Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

La capacidad de reacción de un conductor ante una señal de obligación es mejor que cuando se enfrenta a una de prohibición, según ha revelado una investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada (UGR) que pretende proponer dispositivos «más inteligibles» que eviten accidentes.

A falta de completar el estudio, que comenzó hace un año y que se prologará hasta 2010, los primeros análisis han puesto de manifiesto que el tiempo que una persona tarda en pensar y procesar el mensaje de una señal es menor cuando se le obliga a hacer una determinada maniobra en la carretera que en los casos en los que se le prohíbe.

Una de las directoras del proyecto, Cándida Castro, del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento, ha explicado a Efe que «en general» existen «ventajas» ante una señal de obligación, especialmente en circunstancias de tráfico «complejas» o con tareas «concurrentes».

Según esta experta, la capacidad de la memoria humana es «limitada», de ahí que cuando las personas se enfrentan a varias prohibiciones tienden «a darles la vuelta», a plantear la situación «en positivo» y a valorar «lo que es posible o permitido».

«Parece que cuando nuestra memoria se sobrecarga tendemos a pensar en positivo, por eso captamos mejor aquellas señales que nos permiten o nos dicen dónde debemos ir», señala la investigadora, quien apunta que no obstante existen ciertas excepciones.

De hecho, añade, en situaciones «muy sencillas» puede ser mejor prohibir que obligar, especialmente si se pretende potenciar que el conductor «no vaya a lo no permitido».

Castro ha incidido en la importancia que tiene para la seguridad vial el tiempo que una persona invierte en responder ante una determinada señal y lo precisa que es su reacción, teniendo en cuenta además que en la conducción influyen otros muchos factores.

En este sentido, ha precisado que las señales de tráfico tienen la misión principal de «anticipar» las maniobras que el conductor deberá hacer, con la finalidad de proveerle de una determinada información antes de que la necesite.

A través de este proyecto se evalúa en definitiva el tiempo disponible para tomar una decisión, el número de señales o la complejidad de una situación, derivada de la complejidad de las intersecciones, rotondas, mapas geográficos y la posible integración de los mensajes de la señal.

También analizan el formato -verbal o pictórico-, la familiaridad de la señal o su grado de abstracción, para lo cual presentan diferentes escenas de tráfico donde los participantes en el estudio deben juzgar si la maniobra está permitida o no.

Con los resultados que obtengan de estos experimentos este grupo de investigación granadino podrá proponer un modelo teórico de la forma en la que se representan mentalmente las señales de obligación y prohibición.

La meta final es ayudar a evitar los accidentes relacionados con los problemas humanos del transporte haciendo que las señales sean más fácilmente utilizables e inteligibles, contemplando las limitaciones humanas de procesamiento de información del conductor.
Descargar


La Universidad de Granada aún ´catea´ en igualdad de género

La Universidad de Granada aún ´catea´ en igualdad de género

Las mujeres, pese a ser mayoría en número de alumnos y en el equipo rectoral, ocupan menos del 30% de los puestos de responsabilidad universitarios

La incorporación de la mujer al ámbito universitario es un hecho desde hace décadas. La cifra de alumnas de la Universidad de Granada (UGR), de hecho, supera, a la de estudiantes masculinos, un dato inconcebible hace 40 años. La sociedad y los tiempos han cambiado desde entonces, evidentemente, pero en la UGR hay ciertos hábitos que se resisten a claudicar. La principal víctima de ello es la tan pretendida y anunciada igualdad de género.

La mayoría asume con normalidad que la UGR tenga más alumnas que alumnos, incluso que desde la llegada de Francisco González Lodeiro al Rectorado el número de vicerrectoras supere al de sus homólogos masculinos, pero la realidad presenta otro panorama diferente: Las féminas ocupan menos de un 30% de los cargos de responsabilidad en la Universidad de Granada. Es más, las profesoras universitarias ni siquiera llegan al 40% de la plantilla docente de la institución, un porcentaje que incluso se reduce en el caso de las catedráticas. De las 15 facultades existente en la UGR sólo cuatro cuentan con una mujer al frente. Se trata de Filosofía y Letras (María Elena Martín- Vivaldi), Ciencias Económicas (María del Mar Holgado), Ciencias Políticas y Sociología (Susana Corzo) y Traducción e Interpretación (Eva Muñoz).

La diferencia es aún mayor cuando de escuelas universitarias se habla. Tan sólo hay una directora por seis hombres en este ámbito. Se trata de María del Carmen Navarro, máxima responsable de la Escuela Universitaria de Enfermería ‘Virgen de las Nieves’, que por otro lado también está gestionada por el Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Carga familiar. Martín-Vivaldi, decana de Filosofía y Letras, tiene una explicación para este dominio masculino. No se trata únicamente de una cuestión de tradición, sino de que “la mujer tiene más complicado hacer carrera en la universidad porque en muchos casos aún asume en solitario toda la carga familiar. Lamentablemente es así.

Para muchas docentes universitarias resulta complicado conciliar la vida laboral con la familiar, lo que las retrae a la hora de plantearse mayores aspiraciones dentro del ámbito universitario”, manifestó. Martín-Vivaldi resaltó, además, una cuestión evidente: Las mujeres tienen una presencia mayoritaria en los vicerrectorados porque son cargos de libre designación, es decir, son nombrados por el rector, en este caso Francisco González Lodeiro, que ha querido aplicar hasta el último extremo la paridad.

“Los decanos y los directores de departamento, sin embargo, son elegidos mediante votación, y, en este caso, las mujeres llevamos las de perder, fundamentalmente porque muchas no sabemos si podremos conciliar la vida familiar con un cargo superior”, explicó la decana. De hecho, donde las diferencias son más evidentes es en los departamentos de las facultades, una responsabilidad que también se asume mediante sufragio y en la que la figura femenina queda reducida al mínimo.

Tan sólo un 17% de los directores de departamento de la UGR son mujeres. La mayoría de las profesoras que asumen esta responsabilidad se concentran, curiosamente, en las carreras de Humanidades. Como se puede comprobar a tenor de los datos, todavía queda un largo camino por recorrer hasta lograr la plena igualdad en la UGR, por mucho que las aulas se llenen cada vez más de alumnas.Para ello no sólo deben ceder los hombres, sino que también es necesario que las mujeres incidan en su promoción.
Descargar


Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

Los conductores reaccionan mejor ante una obligación que ante una prohibición

La capacidad de reacción de un conductor ante una señal de obligación es mejor que cuando se enfrenta a una de prohibición, según ha revelado una investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada (UGR) que pretende proponer dispositivos «más inteligibles» que eviten accidentes.
A falta de completar el estudio, que comenzó hace un año y que se prologará hasta 2010, los primeros análisis han puesto de manifiesto que el tiempo que una persona tarda en pensar y procesar el mensaje de una señal es menor cuando se le obliga a hacer una determinada maniobra en la carretera que en los casos en los que se le prohíbe.

Una de las directoras del proyecto, Cándida Castro, del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento, ha explicado a Efe que «en general» existen «ventajas» ante una señal de obligación, especialmente en circunstancias de tráfico «complejas» o con tareas «concurrentes».

Según esta experta, la capacidad de la memoria humana es «limitada», de ahí que cuando las personas se enfrentan a varias prohibiciones tienden «a darles la vuelta», a plantear la situación «en positivo» y a valorar «lo que es posible o permitido».

«Parece que cuando nuestra memoria se sobrecarga tendemos a pensar en positivo, por eso captamos mejor aquellas señales que nos permiten o nos dicen dónde debemos ir», señala la investigadora, quien apunta que, no obstante, existen ciertas excepciones.

De hecho, añade, en situaciones «muy sencillas» puede ser mejor prohibir que obligar, especialmente si se pretende potenciar que el conductor «no vaya a lo no permitido».

Castro ha incidido en la importancia que tiene para la seguridad vial el tiempo que una persona invierte en responder ante una determinada señal y lo precisa que es su reacción, teniendo en cuenta además que en la conducción influyen otros muchos factores.

En este sentido, ha precisado que las señales de tráfico tienen la misión principal de «anticipar» las maniobras que el conductor deberá hacer, con la finalidad de proveerle de una determinada información antes de que la necesite.

A través de este proyecto se evalúa en definitiva el tiempo disponible para tomar una decisión, el número de señales o la complejidad de una situación, derivada de la complejidad de las intersecciones, rotondas, mapas geográficos y la posible integración de los mensajes de la señal.

También analizan el formato -verbal o pictórico-, la familiaridad de la señal o su grado de abstracción, para lo cual presentan diferentes escenas de tráfico donde los participantes en el estudio deben juzgar si la maniobra está permitida o no.

Con los resultados que obtengan de estos experimentos este grupo de investigación granadino podrá proponer un modelo teórico de la forma en la que se representan mentalmente las señales de obligación y prohibición.

La meta final es ayudar a evitar los accidentes relacionados con los problemas humanos del transporte haciendo que las señales sean más fácilmente utilizables e inteligibles, contemplando las limitaciones humanas de procesamiento de información del conductor.
Descargar