medio ambiente
Casi 400 personas están expuestas a un ruido extremo en la Universidad
La facultad más afectada es Bellas Artes, donde técnicos, conserjes y alumnos de talleres soportan un nivel sonoro medio de 100 decibelios, una situación que, de no remediarse, puede provocar pérdida auditiva
jorge pimentel
Bellas Artes. Los talleres de la Facultad son de los más ruidosos.
Sonidos del exterior en Ciencias
ANA GONZÁLEZ
@ Envíe esta noticia a un amigo
granada. La Universidad de Granada no se encuentra entre las empresas más ruidosas de la ciudad, sin embargo, casi 400 integrantes de la institución académica soportan durante el día picos de ruido superiores a los 100 decibelios. Según la Organización Mundial de la Salud, a partir de 30 decibelios ya aparecen dificultades para conciliar el sueño. A medida que aumentan los decibelios las molestias se incrementan. Así, a partir de los 65 la comunicación es extremadamente difícil y cuando se superan los 110 hay riesgo de pérdida de audición a corto plazo.
Entre los trabajadores más afectados se encuentran los jardineros, los conserjes y aquellos profesores y alumnos que realizan prácticas en laboratorios. La Facultad de Bellas Artes, en algunos de sus talleres, es la que emite más ruido. Sólo el uso de sierras circulares que utilizan los estudiantes para cortar chapas en las prácticas genera 110 decibelios, un nivel que en exposiciones prolongadas puede provocar la pérdida de capacidad auditiva.
Los niveles de ruido también se disparan en todas aquellas actividades relacionadas con la jardinería. Los operarios dedicados a esta labor en las numerosas zonas verdes de la Universidad trabajan a diario con motosierras que emiten unos 100 decibelios. Aunque menos preocupante, el ruido que soportan las trabajadoras de la limpieza en la Universidad al utilizar aspiradoras también puede tener sus consecuencias. Entre ellas, desde el Gabinete de Prevención y Calidad Ambiental de la Universidad señalan las interferencias en la comunicación, la irritabilidad, el estrés o los trastornos digestivos.
Para proteger a estos colectivos de trabajadores, el Gabinete de Prevención ha realizado mediciones en el interior de todas las facultades con la intención de disponer de un mapa sonoro en el que queden reflejados aquellos ámbitos de trabajo en los que los integrantes de la comunidad universitaria soportan mayor nivel de ruidos.
Hay algunos puntos clave en los que el ruido llega a ser dañino para la salud pero existen otros muchos en los que, aunque no es perjudicial, es molesto, señala Francisco Sicilia, técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad de Granada. Y señalan los periodos de matriculación en las facultades como los más conflictivos, sobre todo para el Personal de Administración y Servicios. Un alumno que va a hacer su matrícula soportará estas molestias durante una hora pero los trabajadores que están allí permanentemente lo soportarán sin interrupción durante ocho horas, de ahí que ellos nos preocupen especialmente, explica Francisco Sicilia.
Las mediciones se han realizado también en los pasillos de las facultades donde no se han percibido niveles preocupantes de ruido. Hablamos de un centro de trabajo donde se imparte docencia, por lo que no es lo habitual que se emita mucho estruendo al exterior, declara Sicilia. Para evitar que los trabajadores y alumnos expuestos a estos niveles de ruido sufran pérdidas auditivas, la Universidad ha elaborado un documento que se ha distribuido entre todos los afectados en el que se le recomienda el uso de protectores auditivos.
Esto en los casos en los que se detecta riesgo para la salud. En los que simplemente se observan molestias se le hace una serie de recomendaciones a los trabajadores; por ejemplo el uso de mamparas aislantes en las conserjerías para evitar el ruido que generan las grandes aglomeraciones de estudiantes en época de matrículas.
La política de prevención de riesgos laborales que lleva a cabo la Universidad supone la aplicación de propuestas de mejora en todos los ámbitos que puedan afectar al medio ambiente. De ahí que en la última compra de maquinaria la institución haya primado aquellos productos que emiten menos niveles de ruido en su funcionamiento.