GRANADA
Las ciudades que tienen en cuenta las sugerencias de las mujeres son más humanas
En San Sebastián, gracias a un foro femenino, no es preciso plegar los carritos de bebé para subir al bus Un curso reúne en Granada a arquitectas de todo el país
CARLOS MORÁN/GRANADA
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Ciudades de media España, Granada incluida, andan alborotadas por la llegada -más o menos inminente- de vanguardistas medios de transporte: AVE -ferrocarril de alta velocidad-, tranvías de superficie, metros… La mayoría de las personas que usarán tales ingenios serán mujeres. Lo dicen las estadísticas, sólo un 35% de los viajeros que utilizan el transporte público son hombres. Lo de que haya dos vehículos en un hogar no es tan habitual como pudiera parecer.
Sin embargo, en general, son ellos -la minoría- los que dibujan y proyectan, los que dicen cómo serán las estaciones -mayormente, subterráneas: es el último grito en urbanismo, según los especialistas críticos-, etc. Es extraordinariamente raro que se tenga en cuenta la opinión de ellas, de la mayoría.
Aparte de una discriminación -una más-, este olvido es un error mayúsculo: las ciudades que escuchan a las mujeres son menos hostiles, más humanas y solidarias: sacar un carrito de bebé a la calle no es sinónimo de carrera de obstáculos, hay espacios para los ancianos y los niños, los parques son parques…
En suma, que dada la masiva incorporación de las féminas a la vida pública, oírlas a la hora de diseñar una urbe, un sitio para vivir, es ya una necesidad.
Es lo que piensan los ponentes del curso Las ciudades y su entorno: lugares donde habitar, que comenzó ayer en Granada, se prolongará hasta el viernes y ha sido organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad con la colaboración del Instituto Andaluz de la Mujer de la Junta.
Experiencias
La mayor parte de las personas que imparten el curso son mujeres arquitectas que desarrollan su labor en distintos puntos de España, caso de Cristina García-Rosales, Zaida Muxí -profesora en la escuela de Barcelona- o Inma Jansana.
Ayer, la excepción fue Carlos Hernández Pezzi, presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, que se mostró muy crítico con la querencia por los soterramientos y los túneles que demuestran últimamente los ingenieros y urbanistas. «Para solucionar el problema del tráfico, vamos a acabar todos bajo tierra», dijo irónico, al tiempo que atribuía la pujanza de esa moda a la supremacía masculina en el mundillo de la ingeniería.
Hernández Pezzi huye de ese modelo y aboga por urbes femeninas, ciudades amables que no den las espalda a nadie, poblaciones en las que los niños caminen y no vayan a todas partes en coche, esto es, que aprendan a ir a los sitios y no a dejarse llevar…
No es una quimera. Porto Alegre -una urbe brasileña de 1.300.000 habitantes-, o Córdoba y San Sebastián en España, ya están ensayando fórmulas para incorporar la mirada de las mujeres a la gestión diaria de las ciudades.
La experiencia de la capital vasca, que será expuesta hoy en el curso por una de sus promotoras, es ejemplar. Todo empieza con la puesta en marcha de un programa llamado Foro las Mujeres y la Ciudad, una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de San Sebastián -el propio alcalde firmó la adhesión al proyecto- y la Fundación María Aurelia Capmany -el foro contó con el apoyo de la Unión Europea-.
El primer paso consistió en la creación de ocho talleres en los que las vecinas planteaban los temas ciudadanos -nunca mejor dicho- que les preocupaban: reglamento del transporte público, criterios de adjudicación de viviendas VPO, parques infantiles, rejillas de recogidas de aguas…
Pues bien, ese trabajo de análisis tuvo sus frutos: En San Sebastián, por ejemplo, no es preciso plegar el carrito del bebé para subir a un autobús público. Las mujeres también lograron que el Ayuntamiento adecentara un pasadizo subterráneo por el que transitan 20.000 personas al día y que reparase las barandillas de una zona de cuestas habitada mayoritariamente por personas mayores, etc.
Ahora mismo, están peleando por la creación de una Casa de las Mujeres para seguir repensando su ciudad desde ella.
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