Págs. 48-49: La desigualdad en tres generaciones
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Págs. 26-27: Impresoras 3D:Gutenberg 2.0
El origen de una tecnología con mucho futuro
Pág. 34: ‘Arte para aprender’
‘Imagen latente’, exposción fotográfica en la Casa de Porras
Sup. Deportes Pág. 22: Permanencia casi atada
Sup. Deportes Pág. 23: Se complican la vida
Triunfo de Universidad que mira al cuarto puesto
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Pág. 4: Giselle García Hípola. «Hasta hace pocos años no había bajas maternales para las becadas postdoctorales»
Pág. 70: La exhibición del Universidad asegura la salvación virtual
Pág. 79: Agenda:
– Exposiciones:
‘El juguete rabioso’
‘Trasfondos’
‘TREPAT. Vanguardias fotográficas: un caso de estudio»
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Pág. 12: La UGR saca el concurso de limpieza del Campus y triplica el presupuesto
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Pág. 21: María García, gana el I Concurso de Idea Emprendedora de Enfermería de Melilla
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74859 A team of researchers have decoded the link between obesity and the presence of certain pollutants in the environment. Scientists, from the University of Granada in Spain, proved that subjects who present higher levels of persistent organic pollutants in their organism also suffer from higher cholesterol and triglycerides levels, irrespective of the gender, age, and place of residence or smoking habits.
This research has analysed the levels of pollutants accumulated in adipose tissue (fat) in nearly 300 men and women.
The substances analysed is known as persistent organic pollutants (POPs), can remain in the environment for years, even decades, without degrading.
Lead author Juan Pedro Arrebola said that humans are exposed to POPs mainly through diet. Besides, POPs accumulate gradually in body fat, and this is the reason why the median levels in our study give us an idea of an individual’s accumulated exposition over a number of years.
Arrebola claimed that in general they found people with higher levels of POPs were quantitatively more obese, and also showed higher levels of cholesterol and triglycerides, all of them regarded as important risk factors for cardiovascular disease, although these relations were complex and they did not always show linear patters.
Arrebola noted that they believe the results are not just the consequence of a higher intake of food by obese people as there is evidence that human exposure to certain chemical substances called «obesogenic» could favour the growth and proliferation of adipocytes (fat cells), and provoke therefore an increase in body fat.
Arrebola concluded that the suspect could also provoke alterations in cholesterol and triglycerides levels, therefore contributing to the development of cardiovascular disease.
Págs. 12- 13: Propuesta de sanción a Errejón antes de su primer mitin andaluz
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Bebes2015 A pesar de su cortísima edad, ya que algunos apenas han cumplido cuatro meses, puede decirse que los bebés que participan en la piscina en un novedoso programa sobre actividad física para favorecer su neurodesarrollo, empiezan ya a moverse como auténticos peces en el agua.La catedrática de la Universidad de Granada María José Aguilar coordina un grupo de investigación multidisciplinar para llevar a cabo este proyecto, que desarrolla algunas de sus actividades en la piscina climatizada del Hospital de Traumatología de la capital.Los bebés se sienten habituados al medio acuático gracias a las características del agua, su temperatura y a la similitud con el útero materno, ha explicado a Efe Aguilar, quien ha subrayado la importancia del ejercicio físico para el aprendizaje y la adaptación general del niño al ambiente en el que se desarrolla.Ante un sistema nervioso central de los recién nacidos todavía inmaduro, el programa pretende contribuir al desarrollo del denominado «sistema nervioso autónomo», que regula las funciones de los órganos internos y que responde a reflejos más primitivos.»El desarrollo psicomotor de un niño normal es muy progresivo. Primero se tiene que voltear, después empezará a cogerse, se elevará y finalmente andará», ha detallado Aguilar, que cree que el programa acuático contribuirá a que todo ese proceso sea más rápido.»Aquí trabajamos el juego, los relaciones sociales, la emotividad y la afectividad con los padres», ha añadido la investigadora principal, que aconseja a los participantes adultos no mostrar miedo nunca, haga lo que haga el niño.A falta de que la investigación avance, Aguilar ha señalado que los test que los niños están pasando ponen de manifiesto un desarrollo psicomotor más adelantado o evolucionado para lo que sería propio de su edad.Entre los beneficios de esa actividad física para el bebé se encuentran un mejor desarrollo psicomotor, un fortalecimiento del sistema cardiocirculatorio, el desarrollo del sistema inmunológico e incluso el aumento del cociente intelectual.El programa mejora igualmente la relación afectivo-cognitiva, acelera el inicio de la socialización, implica mayores habilidades vitales de supervivencia y les ayuda a relajarse y a sentirse más seguros.Samanta, una de las madres que participa en este programa desde que comenzó en enero, ha explicado a Efe que su hijo se mueve «mucho mejor, tiene más elasticidad y suele estar más atento a su propio cuerpo».»La psicomotricidad de mi hija está por encima de las de su edad. En la guardería nos lo dicen, cómo sube las escaleras y cómo se devuelve», ha comentado por su parte María Luisa, otra madre también partidaria de que este tipo de programa pudiera ofrecerse en la cartera de servicios de la sanidad pública.El programa da continuidad a una primera fase de estudio en el que ya demostraron que las mujeres que hacían ejercicio en el medio acuático durante las semanas 20 y 37 de gestación tenían menos bebés obesos, prolongaban la lactancia materna de sus hijos, sufrían menos depresión posparto y parían de forma más satisfactoria
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Bebes2015 A pesar de su cortísima edad, ya que algunos apenas han cumplido cuatro meses, puede decirse que los bebés que participan en la piscina en un novedoso programa sobre actividad física para favorecer su neurodesarrollo, empiezan ya a moverse como auténticos peces en el agua. La catedrática de la Universidad de Granada María José Aguilar coordina un grupo de investigación multidisciplinar para llevar a cabo este proyecto, que desarrolla algunas de sus actividades en la piscina climatizada del Hospital de Traumatología de la capital.
Los bebés se sienten habituados al medio acuático gracias a las características del agua, su temperatura y a la similitud con el útero materno, explica Aguilar, quien subraya la importancia del ejercicio físico para el aprendizaje y la adaptación general del niño al ambiente en el que se desarrolla.
Ante un sistema nervioso central de los recién nacidos todavía inmaduro, el programa pretende contribuir al desarrollo del denominado «sistema nervioso autónomo», que regula las funciones de los órganos internos y que responde a reflejos más primitivos. «El desarrollo psicomotor de un niño normal es muy progresivo. Primero se tiene que voltear, después empezará a cogerse, se elevará y finalmente andará», detalló Aguilar, que cree que el programa acuático contribuirá a que todo ese proceso sea más rápido.
«Aquí trabajamos el juego, las relaciones sociales, la emotividad y la afectividad con los padres», añadió la investigadora principal, que aconseja a los participantes adultos no mostrar miedo nunca, haga lo que haga el niño.
A falta de que la investigación avance, Aguilar señaló que los test que los niños están pasando ponen de manifiesto un desarrollo psicomotor más adelantado o evolucionado para lo que sería propio de su edad.
Entre los beneficios de esa actividad física para el bebé se encuentran un mejor desarrollo psicomotor, un fortalecimiento del sistema cardiocirculatorio, el desarrollo del sistema inmunológico e incluso el aumento del cociente intelectual.
El programa mejora igualmente la relación afectivo-cognitiva, acelera el inicio de la socialización, implica mayores habilidades vitales de supervivencia y les ayuda a relajarse y a sentirse más seguros.
Samanta, una de las madres que participa en este programa desde que comenzó en enero, explicó que su hijo se mueve «mucho mejor, tiene más elasticidad y suele estar más atento a su propio cuerpo».
«La psicomotricidad de mi hija está por encima de las de su edad. En la guardería nos lo dicen, cómo sube las escaleras y cómo se devuelve», comentó por su parte María Luisa, otra madre también partidaria de que este tipo de programa pudiera ofrecerse en la cartera de servicios de la sanidad pública andaluza.
El programa da continuidad a una primera fase de estudio en el que ya demostraron que las mujeres que hacían ejercicio en el medio acuático durante las semanas 20 y 37 de gestación tenían menos bebés obesos, prolongaban la lactancia materna de sus hijos, sufrían menos depresión posparto y parían de forma más satisfactoria.
Pág. 10: EL NUEVO DEFENSOR UNIVERSITARIO TOMA POSESIÓN DEL CARGO
Pág. 27: Puerta Real. El profesor que enterró a García Lorca
Pág. 46: El Universidad persigue la certeza absoluta de la salvación
Las chicas del ‘Uni’ disputan su último duelo en Fuentenueva
Pág. 52: Ciclo ‘Granada y la literatura de viajes’
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