Profesores y alumnos combatirán juntos el estrés a través de una terapia de grupo

para todo el personal universitario
Profesores y alumnos combatirán juntos el estrés a través de una terapia de grupo
14/01/2007 – 16:45
Redacción GD

La Facultad de Psicología de la Universidad de Granada comenzará en febrero su programa de atención psicológica, que busca reducir el estrés del personal universitario, desde administrativos y limpiadores hasta profesores y alumnos, mediante las entrevistas personalizadas y la terapia de grupo.

Este será el quinto año que la Facultad de Psicología pone en marcha este programa para ofrecer recursos a las personas que sufren estrés, de modo que puedan afrontar su vida de la mejor manera posible, ganando en calidad de vida, según informó hoy a la prensa la profesora y una de las coordinadoras del proyecto, Humbelina Robles.

Los profesores que buscan este apoyo psicológico, que constituyen el 80 por ciento de los participantes del programa, suelen llevar pocos años en la Universidad e incluso algunos de ellos están elaborando su tesis, una importante fuente de estrés, según Robles.

No obstante, también hay profesores veteranos que acceden a este servicio para reducir la tensión originada por las malas relaciones con los compañeros de trabajo o el estrés producido por la propia dinámica del curso académico, entre otros asuntos.

El mayor foco de estrés para los alumnos viene de la combinación de los exámenes y la entrega de trabajos, que se concentran en febrero y junio, y que suele registrarse en estudiantes de diversas carreras como informática, arquitectura e, incluso, psicología.

La coordinadora del curso explicó que el programa suele durar un cuatrimestre, desde febrero a mediados de junio, y comienza con una entrevista inicial, donde la persona contesta a una serie de preguntas establecidas y, en muchas ocasiones, se desahoga contando sus problemas.

A continuación, el individuo rellena una serie de cuestionarios que permiten a los especialistas conocer el nivel de estrés que padece, para luego comenzar con el tratamiento que se basa en la terapia de grupo.

De este modo, los distintos integrantes del grupo, formado por unas 12 personas, se reúnen una vez a la semana en sesiones de una hora y media de duración, donde ahondan en las causas que les producen estrés.

Robles señaló que, en ocasiones, coinciden en el mismo grupo un profesor y su alumno y añadió que, aunque en principio se muestran reticentes a hablar, pasadas unas sesiones se abren al resto sin problemas.

En esta línea, destacó que este método tiene un efecto muy positivo sobre los participantes del programa, ya que les permite conocer a gente con su misma problemática, así como compartir soluciones para combatir el estrés.

La coordinadora del programa manifestó que el estrés no sólo repercute en el rendimiento de los estudiantes y profesores, sino que además puede reflejarse en síntomas físicos que van desde el dolor de cabeza a problemas respiratorios o tensión muscular.

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Air Liquide y la UGR investigarán el empleo de oxígeno para mejorar la depuración del agua y su reutilización

nvestigación
Air Liquide y la UGR investigarán el empleo de oxígeno para mejorar la depuración del agua y su reutilización
14/01/2007 – 16:51
Redacción GD

La empresa Air Liquide, líder mundial en gases industriales y medicinales, investigará en colaboración con la Universidad de Granada (UGR) el modo de reducir a través del oxígeno los residuos que contiene el agua para lograr una mayor depuración y su posterior reutilización para regadíos y la industria.

La delegación en Málaga de la empresa firmó un acuerdo de colaboración con la UGR para llevar a cabo este proyecto, denominado Reactores biológicos de membrana sumergida, según informó a la prensa el director de Air Liquide Industrial, Juan Tomé.

Gracias al oxígeno se consigue aumentar el número de bacterias, que son las que ingieren los elementos nocivos, y potenciar su capacidad de absorción, indicó Tomé a Efe.

La normativa medioambiental es cada vez más exigente, por lo que hay que mejorar los rendimientos de las depuradoras, y por eso, se inyecta oxígeno en lugar de aire, explicó el director.

Con este proceso se conseguiría reducir la cantidad de fango producido por una depuradora de agua, uno de los principales efectos que generan los residuos y que, por el momento, no existen soluciones sobre cómo eliminarlo, apuntó.

Además, con este proyecto se sustituiría el uso del agua potable para el regadío por agua depurada de gran calidad que no sería apta para el uso doméstico.

Este proyecto de investigación fue aprobado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía y fue dotado con una subvención de cien mil euros, según Tomé.

Para este trabajo, que tendrá una duración de tres años, Air Liquide, ubicada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) en Málaga, cuenta con cuatro investigadores que trabajarán conjuntamente con otros cuatro de la UGR.

Para Air Liquide, la investigación es una buena oportunidad para el crecimiento de la empresa, ya que Juan Tomé comentó que si el proyecto da resultados positivos se puede extrapolar a otras depuradoras y aumentar el número de ventas.
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La exposición Titanic permanecerá abierta una semana más ante «la avalancha de público» registrada ayer y hoy

parque de las ciencias
La exposición Titanic permanecerá abierta una semana más ante la avalancha de público registrada ayer y hoy
14/01/2007 – 13:09
Redacción GD

La Dirección del Museo del Parque de las Ciencias de Granada donde se exhibe la muestra Titanic The exhibition, que concluía hoy, se ha visto obligada a ampliar el tiempo que la exposición permanecerá abierta hasta la semana que viene, debido a la avalancha de público que se ha registrado ayer y hoy.

En un comunicado remitido a la prensa, el Parque de las Ciencias granadino explicó que ayer más de 2.000 personas pasaron por la muestra, lo que provocó que se ampliase el horario hasta pasadas las 10.30 de la noche. Además, aseguró que hoy domingo el Parque de las Ciencias ha abierto sus puertas presentando ya, a primera hora de la mañana, una cola de público que se contaba por miles y que llegaba hasta la carretera de Armilla, esperando para poder conocer de primera mano la muestra, que aún no habían visitado.

Según la organización, sobre las 17.30 horas de ayer y, ante la masiva afluencia de publico, que tuvo que esperar mas de tres horas para poder entrar a visitar la exposición del Titanic, tuvo que cerrarse la cola, ya que era prácticamente imposible poder entrar en la exposición, motivo por el que se recomendó al publico aplazar la visita para el día siguiente, en un principio, último día de estancia de Titanic The Exhibition en Granada.

Además, las citadas fuentes informaron de que, por la experiencia acumulada en otras ciudades visitadas por Titanic, el último día es habitual que el cierre de la exposición se produzca pasadas las 00.00 horas, ya que se intenta que ninguna persona se quede sin poder visitar la exposición.

Así, desde la organización de la muestra previeron que, con casi absoluta seguridad, entre ayer y hoy se batan todos los récords de entrada en un solo día, a la exposición y al Parque de las Ciencias de Granada.

Ante esta situación, la Dirección del Museo ha pactado con la Organización de Titanic que la muestra permanezca expuesta en el Parque de las Ciencias durante una semana más, periodo que no podrá volver a ser ampliado bajo ninguna circunstancia, ya que el compromiso de Titanic es estar en Valencia en fechas próximas.

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Ojalá ganara mil euros

GRANDES REPORTAJES
Ojalá ganara mil euros
Un pedazo de la tarta de los veinte millones de empleados en España ni huele las cuatro cifras al cobrar cada mes. Es la cara más triste de una vida laboral en la que los estudios y la cualificación han perdido valor de mercado. Ocho historias de personas que sueñan ¡con llegar a ser ‘mileuristas’! O más…

ANA SÁNCHEZ JUÁREZ 14/01/2007

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Irma Beneras

Irma Beneras- DANIEL SÁNCHEZ

Un pedazo de la tarta de los veinte millones de empleados en España ni huele las cuatro cifras al cobrar cada mes. Es la cara más triste de una vida laboral en la que los estudios y la cualificación han perdido valor de mercado. Ocho historias de personas que sueñan ¡con llegar a ser ‘mileuristas’! O más…

* La UGT catalana no pactará ningún salario inferior a 1.000 euros

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El pasado mayo, una firma de ropa, Desigual, ofrecía un 20% de descuento en sus prendas si el comprador ganaba menos de 1.000 euros al mes. Único requisito: presentar la nómina acreditativa. Y bingo para el creador de tal campaña de marketing. El recordatorio de esa curiosa Semana del mileurista hace escapar a Victoria una sonrisa agridulce. “Creo que en Granada hay tres o cuatro tiendas de esa marca, pero no tuve tiempo de pasarme”. Su maratón cotidiano comienza a las seis y cuarto de la mañana. A las siete coge un taxi hasta la estación de autobuses. Ha echado cuentas y le sale más rentable que el único coche familiar lleve a su marido al trabajo. El destino del madrugón es la Universidad de Granada, a 146 kilómetros de su residencia, donde ejerce como profesora asociada a tiempo parcial. Hoy no ha podido reagrupar sus clases en un solo día, pero tiene suerte y consigue cama en un colegio universitario por 60 euros con comida incluida.

Hace dos semanas tuvo que costearse un hotel. “Granada es muy turística y no es fácil encontrar chollo de última hora”, dice. Esta docente, que prefiere ocultar el nombre de su departamento, cobra 500 euros al mes por 18 créditos semanales lectivos. Un titular gana 2.000 euros por 24 créditos. Victoria tiene que pagar además 204 euros de autónomos, porque así lo exige la legislación en el caso de los profesores asociados. Ella es traductora, doctora en otra especialidad, tiene dos masters homologados y un curso de experto. Gana 296 euros al mes restando el pago de autónomos y sin descontar el transporte, la manutención y la hipoteca de 700 euros mensuales, que soporta gracias al sueldo de su marido, también profesor. Ambos tienen 35 años. “Ahora ya sabes por qué no tengo hijos”, relata preocupada porque la Universidad de Granada pueda tomar represalias contra ella por contar su historia en este reportaje. Aparte de las horas de investigación, seminarios y publicación de artículos, completa su sueldo con trabajos de traducción para particulares. Ella, como muchos otros profesores asociados, lleva años (Victoria, siete) esperando conseguir el favor del director de su departamento para que convoque su plaza por oposición, mientras que ve cómo alumnos suyos consiguen, con menos expediente, su plaza de titular. “En otros países, como Inglaterra o EE UU, el acceso al funcionariado no precisa pasar por oposiciones y se hace por concurso de méritos. Un médico elegido a dedo puede llegar a matar. Un profesor titular elegido a dedo y sin los conocimientos adecuados no enseña. Y eso repercute, mucho más que en mi bolsillo, en la formación futura de la sociedad”, aclara Victoria.

¿Será que el sistema educativo español es una fábrica de aspirantes a mileuristas? La OCDE –organismo que agrupa las 30 economías más desarrolladas del mundo– suspende a España cuando señala que es el único país miembro en el que una carrera universitaria no aumenta las posibilidades de encontrar un buen trabajo. Y, por si fuera poco, la tasa de paro entre titulados universitarios de 25 a 34 años es del 11,5%, una de las más altas de Europa, que se sitúa en un 6,2 %, frente al 6,5 % de 2005, según el Eurydice. No en vano, un sondeo del Instituto de la Juventud (Injuve) revela que el empleo de la gente joven se caracteriza por “la pobre relación entre el empleo y la formación, la marcada temporalidad en la contratación y por ser trabajos que se consiguen a través de redes familiares y de amigos”.

“La teoría era sencilla: a más educación, más sueldo”, apunta el marido de Victoria. “El bajo salario engendra vivienda precaria, retraso en la maternidad, deudas, pagos aplazados y, sobre todo, la consiguiente depresión por haberse formado para nada”. Estadísticamente, la horquilla salarial va desde los 12.903,30 euros de media anual de los trabajadores sin estudios a los 32.997,45 euros de los licenciados, ingenieros superiores y doctores. El caso de Victoria y sus flamantes títulos académicos no encaja con las medias del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y ella no es la única.

En el foro de www.mileuristas.es, Ramón Sangüesa, uno de los fundadores del popular site, arenga: “El título universitario no garantiza, como así fue para los padres de los mileuristas, una mejor ubicación profesional. Las empresas premian competencias y no títulos. Y nuestro sistema educativo no acaba de dar lo primero”.

En este rincón virtual abundan los llamados JASP. Es decir, “jóvenes aunque sobradamente preparados”, que se enfrentan con poco más de 166.000 de las antiguas pesetas a alquileres, a hipotecas con un Euribor merodeando el 4%, a un IPC siempre latente, a empleos precarios para los que su titulación se considera, pero no se retribuye… Unos los ven como niños de papá, quejicosos aunque conformistas, con una vida de eternos estudiantes en pisos compartidos o en casa de sus progenitores, utilizando sus escuetos salarios para sus gastos (que van del coche al portátil, pasando por los veranos multiaventura) y sin verdaderas ganas de luchar por un cambio. Otros opinan que son la joven cartera de valores que el país está dejando desperdiciar.

Y no hablamos sólo de fuga de cerebros. “El empleo precario atocina y engendra mediocridad. Esto repercute en todos, no sólo afecta a mi bolsillo”, puntualiza Irma Beneras, licenciada en Ciencias de la Información y teleoperadora con 872 euros en nómina mensual. Con 39 años, ni siquiera gana los mil euros. El fenómeno mileurista ha destapado casos como el de Irma o el de Victoria: abundan hasta los aspirantes a las cuatro cifras. Aquellos que al abrir sus nóminas cada mes exclaman en silencio: “¡Ojalá llegase yo a mil euros! El último sondeo de opinión del Injuve en 2006 revela que del 39% de los jóvenes que se dedican en exclusiva al trabajo, sólo la mitad disponen de “independencia económica suficiente”. Irma se sorprende: “No entiendo cómo se manejan estos datos y a nadie le pitan los oídos”, exclama.

Madrid es la tercera provincia española en la que a los jóvenes les cuesta más acceder a una vivienda libre, ya que ésta supone el 79,6% del total de su sueldo, según el Observatorio Joven de la Vivienda. Carmen Sánchez, filóloga de 36 años metida a teleoperadora por 820 euros al mes, no conocía la estadística, pero la padece. Acaba de volver del trabajo y sube algo de compra a un tercero sin ascensor situado en la barriada de San Juan, en Vicálvaro (Madrid). “He tenido suerte. Me independicé de mis padres con 34 años gracias a que mi novio tenía esta casa. Siempre hay algo que te salva, y la rueda sigue sin que el sistema se modifique”, puntualiza. La encuesta sobre condiciones de vida en España en 2005 asegura que se considera pobre al que recibe menos de 530 euros netos al mes. La cifra, discutida por algunos expertos, no difiere mucho del salario mínimo en España: 540 euros. Por esta sencilla regla, Carmen, antes de independizarse, estaba rozando la pobreza; Victoria es pobre y da un empujón a su escueto salario gracias a traducciones freelance. La misma tabla de salvación de Irma, que completa su sueldo con trabajos de fotografía. “Los pobres del siglo XIX y principios del XX (los obreros con cualificación, los agricultores o los ancianos) pertenecen a la sociedad que desaparece. Los nuevos pobres de hoy en día son los jóvenes”, escribe el sociólogo francés y profesor de ciencias políticas Louis Chauvel. Por cierto, casi un 20% de la población española, quinta economía europea, vive por debajo del umbral de la pobreza. En el saco de los aspirantes a mileuristas conviven ancianos, padres de familia y sus preparados cachorros. Aunque la pobreza también tiene sus clases. Martín Carrillo, que vive en un piso compartido en Barcelona y es pasante en un bufete de abogados, lo explica. “Gano 750 euros, gasto 250 en alquiler, 180 en la letra del coche, 200 del portátil, y tiemblo cuando la Visa llega, pero no me considero pobre porque tengo el colchón de mis padres. Me intento abrir camino, pero siempre puedo volver a casa”, resuelve.

La historia de los que ansían mil euros no difiere de la de los mileuristas. Nacieron entre 1965 y 1980, sortearon las crisis económicas de 1974 y 1992 y se aprovecharon de una aparente bonanza económica (según la Encuesta de Población Activa, en 1995 había 12 millones de personas con empleo. Diez años después, la cifra se eleva a 20,9 millones). Los sociólogos coinciden: se generaron demasiadas expectativas para una generación que encadena contratos precarios no relacionados con su formación académica. “Hoy, a mi hijo no le diría que estudiase, sino que se hiciera comercial…”, barrunta decepcionada Carmen Sánchez. Dentro de la reforma del mercado laboral, el pasado 1 de julio entró en vigor un plan de choque con ayuda durante cuatro años por trabajador para que el empresario convierta los contratos laborales en indefinidos. Estas bonificaciones, con caducidad el 31 de diciembre de 2006, han disparado la contratación indefinida. “¡Bravo! La generación mejor preparada de la historia de España consigue contrato fijo porque hay una ley que bonifica al empresario, no por el reconocimiento de nuestros méritos”, comenta Salomón Aguado, actuario ganador en 2001 del Primer Premio Nacional Fin de Carrera al Mejor Expediente Académico. Su indignación le llevó a apuntarse a la Asociación de Becarios Precarios de Madrid por aquello de “la unión hace la fuerza”.

La sobreabundancia de universita- rios sin un mercado real y la falta de convenios laborales entre la empresa privada y la universidad parecen ser la causa de los bajos salarios para seis de los ocho protagonistas de este reportaje. “Uno de los principales problemas del mileurismo es que en la empresa privada no valoran los conocimientos del universitario. Consideran que no les son útiles y, por tanto, no tienen por qué pagarlos. Sin embargo, en los próximos años las empresas españolas van a tener que evolucionar para adaptarse a los nuevos retos que impone una economía globalizada”, coinciden.

El resto de la culpa se lo llevan el euro, una inexistente reforma del mercado laboral y el alucinante precio del ladrillo patrio. Según un estudio del IESE Business School, los sueldos de los españoles no han crecido respecto a lo que se ganaba allá por el año 1997. El salario medio, situado en 1.557 euros brutos, es una cifra similar a la de hace nueve años. La consecuencia es que el poder adquisitivo se rebaja y se rebaja. El IESE indica que a comienzos de 2007, el ritmo de creación de empleo representará “la menor incorporación de trabajadores de los últimos cuatro años”. ¿Por qué España engendra tanto mileurista? ¿Qué pasará cuando los padres de los mileuristas se jubilen? ¿Dónde estará el colchón?

Ignacio Prat: “Mi futuro es bastante incierto”

37 años. Estudió hasta BUP y trabajaba en hostelería en turno de noche, pero se ha separado y ha tenido que cambiar de ciudad para vivir con sus padres y afrontar el cuidado de su hijo, de 10 años, al que considera “su gran fortuna”. Cobra 750 euros

al mes de prestación por desempleo. “Dicen de los ‘mileuristas’, pero ¡ojalá hoy fuera yo uno de ellos! Mi futuro es bastante incierto. Intentaré optar a algún piso de protección oficial, pediré beca para los estudios de mi hijo, y desde el paro me han ofrecido un curso de técnico informático para reciclarme”.

Irma Beneras: “Con 1.400 euros al mes, yo viviría bien”

39 años. Española de origen ecuatoriano. Licenciada en Ciencias de la Información. Trabaja en ‘telemarketing’ 37 horas semanales y dos sábados al mes. Sueldo: 872 euros. Paga hipoteca de 300 euros al mes por un piso de 40 metros.

“¿Para vivir bien?”, Irma sonríe, “1.400 euros al mes, no estaría mal. Ganar 1.000 sería un primer paso. Me permitiría pagar sin apuros mi hipoteca de 300 euros, sacarme el carné de conducir y comprar un coche, porque mi trabajo está a una hora y cuarto de mi casa en transporte público. Mi sueldo son 872 euros, incluye las pagas extras prorrateadas, y no creas que un supervisor cobra mucho más. Me tengo que pagar la comida aparte y acabo comprando todo a plazos. Vivir con menos de 1.000 euros en una ciudad como Madrid es una locura. No te permite ahorrar y el único secreto es autolimitarte: pocos extras y pocas vacaciones. Por mi trabajo en gestión de cobros tengo mucho contacto con gente que vive por encima de sus posibilidades. Conozco miles de historias de coches que se quedan en la segunda letra”. A Irma le ha costado mucho dar cada paso. “En Ecuador trabajé muy duro tres años sólo para comprarme el billete de avión a España. En Madrid empecé cuidando niños de interna y logré terminar mis estudios en la Universidad Complutense ganando 600 euros al mes. Luego compartí piso según me salían trabajos de comercial, y hace cinco años compré este estudio, que en origen era un local. Mi sueldo lo completo con trabajos de fotografía, gracias a este extra me puedo permitir vacaciones. Las devoluciones de Hacienda también facilitan las cosas”, sonríe. Irma lleva dos años con un contrato de obra y servicio. “Al tercero me hacen fija o me echan a la calle. Los trabajos mediocres conllevan sueldos mediocres. Muchos empleos como el mío no reciben formación específica antes de empezar. Mucha gente tiene que aprender a fuerza de errores. La precariedad laboral engendra gente de paso, muchas veces con una buena formación y aptitudes. ¿Mi sueño? Ser fotógrafa autónoma. ¿Tan descabellado es aspirar a trabajar en lo que te has formado?”.

Salomón Aguado: “Siendo becario, los bancos no me daban ni los buenos días”

29 años. Diplomado en Ciencias Empresariales y licenciado en Ciencias Actuariales y Financieras. En 2001 fue primer premio Nacional Fin de Carrera al Mejor Expediente Académico. Es actuario e investigador en la Universidad Politécnica de Madrid. Gana 995 euros al mes.

“Con esas notas no tendrás problemas”. Ésta es la frase que más ha oído Salomón desde que en 2001 recogió el Primer Premio Nacional al Mejor Expediente Académico. “Ha pasado un lustro y no he dejado de trabajar, pero por primera vez llevo seis meses cotizando a la Seguridad Social. He ganado derechos sociales, pero he perdido la condición de mileurista y me he quedado a las puertas de las cuatro cifras. En este tiempo he hecho de todo y, curiosamente, obtuve uno de mis primeros trabajos, como responsable de producción en una siderometalúrgica, gracias a un contacto familiar. Mi expediente sirvió de poco. Tras dar varios tumbos, en 2003 me rescató el vicedecano de la Universidad Carlos III y entré en la Escuela de Agrónomos como actuario para una investigación sobre seguros agrarios. Hoy no llego a 1.000 euros, pero cotizo y la sociedad te hace sentir como si te hubieran tocado con la varita mágica; llegas a pensar que el trabajo es un privilegio, no un derecho. Mi jefe me pide que confíe en él y, de momento, me ha asegurado un contrato hasta que obtenga el título de doctor. He descartado estudiar una oposición: no me puedo permitir el lujo de dejar de trabajar para ocuparme de eso. Si no sacas un buen número, no merece la pena. La competencia es brutal”, matiza. Salomón vive con sus padres en Pinto (Madrid) y contribuye a la economía familiar con parte de su sueldo. Está soltero y se ha lanzado a la aventura de comprar vivienda. “En una cooperativa. Al bajo sueldo se une la barrera de no tener pareja. Comprar solo es una locura, pero debo aprovechar mi contrato. Cuando era becario, en los bancos no me daban ni los ‘buenos días’. Llegar a 2.000 euros sería fabuloso, pero para una vida digna, de acuerdo con mi titulación actual y cuatro años de experiencia, lo apropiado serían al menos 1.500”.

Marina Molina: “Los títulos no garantizan un buen sueldo”

19 años. Posee el graduado escolar. Trabaja de cajera de supermercado con una jornada

de 16.30 a 21.30, sábados incluidos. Vive con sus padres y quiere el dinero para salir

y pagarse el carné de conducir. Gana 541 euros al mes.

“En mi trabajo, nadie llega a los mil euros, ni siquiera los supervisores. Creo que ni haciendo 40 horas semanales llegaría a esa cantidad”, dice Marina, que lleva siete meses de cajera en una gran superficie. Su trayectoria no es distinta de la de sus otros compañeros de colegio. “No todos han hecho selectividad, y conozco mucha gente que prefiere empezar ya a trabajar para pagarse sus gastos. No creo que los títulos académicos sean una garantía para conseguir un buen sueldo”, dice mirando cómplice a una amiga. Tras pasar por varios comercios, ha conseguido un contrato indefinido y alguna ventaja, como un descuento de un 10% en compras, “aunque mi familia no lo usa porque en este supermercado no se permite el pago aplazado”, recalca. A Marina le gustaría ganar más porque “manejamos dinero a diario, y eso es una responsabilidad que no se paga. Como primer trabajo, pienso que está bien lo que hago, e intento compatibilizarlo con los estudios, pero es muy duro. Llego a casa después de las diez de la noche y bastante tengo con preparar el carné de conducir. Preferiría trabajar en una perfumería como esteticista, pero no he estudiado nada relacionado con eso. Me lo tengo que plantear. Si fuera mileurista, me podría permitir pagarme un Hyundai Coupé. En mi casa soy la pequeña de tres hermanos. Mi hermana ha estudiado mucho, por todos, y tampoco gana una millonada; mi hermano es mecánico y vive con mis padres. Yo creo que seré la primera en independizarme”.

Carmen Sánchez: “Hay muchas carreras sin un mercado laboral real”

35 años. Licenciada en Filología Hispánica. Trabaja en administración y atención

telefónica 40 horas semanales. Gana 820 euros con pagas prorrateadas. Vive con su pareja en el piso de él.

“No me arrepiento en absoluto de haber estudiado filología hispánica. Pero no me ha servido laboralmente. Te valoran que tengas carrera, porque se supone que si trabajas de cara al cliente, como es mi caso, tienes una formación añadida y sabes expresarte mejor. Lo valoran, pero no se retribuye. De hecho, en mi departamento hay un buen porcentaje con carrera superior. Si volviera a empezar… suena triste, pero quizá no estudiaría”. Carmen trabaja en una empresa de distribución de material de oficina en recepción de pedidos y coordinando la labor de los comerciales. Después de varios cursos de formación, se cansó de buscar trabajo como documentalista y encontró un hueco en la atención telefónica. “Paradójicamente, cuenta más la experiencia que la formación académica. Mi trabajo actual no es sólo coger el teléfono. Ser resolutivo, coordinar con eficacia, ser conciso y ser la cara, frente a clientes y comerciales, de tu empresa debería estar mejor remunerado. Me gusta mucho mi trabajo, pero me dan palmaditas en la espalda y no me suben el sueldo. He ahorrado porque hasta hace dos años viví con mis padres e invertí en un apartamento en Alicante por el que pago 300 euros al mes. Creo sinceramente que tendría que cambiar el sistema. Si alguien funciona, estimulémosle con un salario digno. En España tenemos un sistema educativo erróneo. Por un lado, se ha abierto la veda de la educación y es fabuloso. Pero también hay muchas carreras sin un mercado laboral real.

Todavía recuerdo cuando me presenté a una oposición para auxiliar de biblioteca. Eran 25 plazas y 6.000 candidatos. Si la empresa privada no fomenta cuidar sus archivos, como se hace en Europa, y la Administración no crea plazas, ¿para qué han creado una carrera de documentalista? Y esto es sólo un ejemplo”.

Sheila García: “Mi profesión funciona con contactos, y yo no tengo”

23 años. Licenciada en Psicología. Trabaja como promotora y se paga un ‘master’ en psicología en situaciones de riesgo y catástrofes naturales. Gana una media de 576 euros.

“Sabía que cuando terminase la carrera, nadie me iba a estar esperando para contratarme”, dice serena esta aspirante a psicóloga clínica con la licenciatura aún caliente bajo el brazo. “Mi profesión funciona con contactos, y yo no los tengo. He escalonado los currículos y, de momento, me he metido en una agencia de promociones. Ya he trabajado como azafata en supermercados, presentaciones de videojuegos y promociones del carné joven. No es mi objetivo, pero no quiero apalancarme en casa de mis padres, como les está pasando a algunos compañeros. ¿Por qué no opto a trabajos de psicología? Porque se asimilan a voluntariado y no se cobra con la excusa de que consigues experiencia. El gran problema de los licenciados en Psicología es el voluntariado, que impide la contratación de verdaderos profesionales del sector. Nuestra sociedad no tiene claro que el apoyo psicológico exige profesionalización para poder ejercerlo con efectividad. Muchos de mis compañeros de promoción han acabado siendo becarios en los departamentos de recursos humanos, yo confío en que saldré adelante. Gracias a que aún vivo con mis padres, puedo invertir mi sueldo en un diploma de posgrado en salud mental en situaciones de violencia política y catástrofes. El resto del dinero lo ahorro. Hoy por hoy, si al menos fuera mileurista, me podría permitir comprar más libros para mi formación, ahorrar más y viajar, ahora que soy joven. La hipoteca la descarto. Con mil euros, no nos engañemos, es una locura ponerse a comprar vivienda”.

Marcos Pita: “Un investigador rara vez supera los mil euros”

28 años. Doctor en Química. Después de varios trabajos precarios, le han ofrecido

empleo en una universidad de Estados Unidos con un sueldo de 2.200 euros.

Su media de nómina en España: 962 euros. Vive con su madre.

Marcos ha desistido. Trabajó como investigador en el Instituto de Catálisis del Centro Superior de Investigaciones Científicas en Madrid; pasó tres meses en Holanda y otros tres en Suecia terminando el doctorado. En junio consiguió el título, y durante los cinco años de tesis doctoral ingresó una media de 962 euros al mes con impuestos incluidos. “Un investigador rara vez supera los mil, y en la mayoría de los casos ni los alcanza. Por suerte, gracias a mis jefes en Suecia y en España he conseguido un contrato posdoctoral, de uno a cuatro años, en la Universidad de Clarkson. Allí podré terminar mi investigación en síntesis de nanopartículas. Me pagan unos 2.200 euros al mes y dicen que alquilar un chalé sale por unos 600. El cambio de vida es considerable y estoy decidido a emigrar”, dice este joven que es vicepresidente de la Asociación de Becarios Precarios de Madrid. “Me apunté a la asociación porque me iban a subir el IRPF de la beca. Sólo contamos como trabajadores para lo negativo. En teoría, íbamos a tener derecho a bajas laborales desde junio, pero va todo muy despacio. Los becarios de investigación no tenemos desempleo al acabar y te puedes pasar años en un departamento. Por no hablar de bajas de maternidad. En Suecia, a las embarazadas becarias se la alargan dos años”. En cuanto a la vivienda: “Es inviable derivar un 80% del sueldo a su compra, y tampoco se fomenta el alquiler joven… Tras una relación de pareja he vuelto a casa de mi madre; era imposible alquilar solo”.
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Un foco de marginalidad y terrorismo

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J. G. C./ CEUTA
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“No hay que identificar” marginalidad y terrorismo, protesta el presidente de Ceuta, Juan Vivas (PP). El ambiente en el que viven los vecinos del Príncipe no es muy distinto al de cualquier barrio marginal de España, pero en estos no está presente el Islam. En el Príncipe hay “serios indicios de radicalismo salafista e incluso de yihadismo”, sostienen los profesores de la Universidad de Granada Javier Jordán y Humberto Trujillo, para quienes está barriada “lleva camino de convertirse en un área total o parcialmente controlada por los radicales”.

Todo tiene su explicación. “En el barrio del Príncipe –aseguran Jordán y Trujillo– no parece difícil que una persona caiga en la marginalidad”, ya sea real (por no tener cubiertas sus necesidades básicas o ser perseguido por algún delito) o percibida (se siente un ciudadano “de segunda” por no haber alcanzado el estatus social deseado o por sentirse discriminado por razones políticas, culturales, religiosas o étnicas).

Con estas condiciones, “es fácil que la persona empiece a perder su identidad individual”. No están seguros de sí mismos y perciben que no tiene control sobre los acontecimientos. Son individuos “sin motivación y, por lo tanto, fáciles de persuadir”. Y el riesgo se puede multiplicar: en esas circunstancias, “las redes sociales cercanas adquieren una mayor importancia” y el peligro estará servido si los reclutadores yihadistas consiguen “atraer hacia su causa” a algunos miembros de esas redes. La teoría de los profesores de la Universidad de Granada se confirmó el pasado 12 de diciembre con la desarticulación de la célula salafista. Desde entonces, nada ha cambiado en el Príncipe. La marginalidad sigue.

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Tratamiento anti estrés, en las aulas

UNIVERSIDAD
Tratamiento anti estrés, en las aulas
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La Facultad de Psicología de la Universidad de Granada comenzará en febrero su programa de atención psicológica, que busca reducir el estrés del personal universitario, desde administrativos y limpiadores hasta profesores y alumnos, mediante las entrevistas personalizadas y la terapia de grupo. Este será el quinto año que se pone en marcha este programa. / EFE
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La presión fiscal de los ayuntamientos asturianos, por debajo de la media

EDITORIAL PRENSA ASTURIANA Director: Isidoro Nicieza

ECONOMÍA Y LABORAL
La presión fiscal de los ayuntamientos asturianos, por debajo de la media
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Un estudio constata que el impacto de los impuestos locales es moderado, aunque Oviedo está entre los diez grandes concejos del país donde más se paga

Oviedo, L. GANCEDO

Los ayuntamientos asturianos, por lo general, aprietan con los impuestos menos que los de otras comunidades autónomas. Una investigación dirigida desde la Universidad de Málaga sobre los 500 municipios españoles con más población ha determinado que la presión fiscal de los concejos del Principado es de las más moderadas. Ocurre así, según ese trabajo, a pesar de que Oviedo figura entre las diez grandes ciudades del país donde la hacienda local recauda más dinero por habitante.

Daniel Carrasco, catedrático de la Facultad de Económicas de Málaga, y dos profesores titulares de la Universidad de Granada firman un trabajo que se ha centrado en la elaboración de un indicador de presión fiscal de los ayuntamientos. El camino elegido ha sido poner en relación los ingresos fiscales de cada Ayuntamiento y su población, utilizando para ello las liquidaciones presupuestarias del período comprendido entre 2001 y 2004. Y se toma en consideración todo lo recaudado por tributos directos (IBI, «viñeta», plusvalías, IAE) e indirectos (impuestos sobre construcciones, instalaciones y obras, entre otros posibles).

El balance para el caso de Asturias es el siguiente: la presión fiscal media equivale a algo menos de 130 euros por habitante y año y es inferior a las de otras trece comunidades autónomas; ahora bien, el indicador asturiano oscila entre los 117 euros de los municipios muy pequeños y los casi 274 que, como media, presentan los mayores.

Los investigadores coordinados por Daniel Carrasco clasifican medio millar de municipios de mayor a menor presión fiscal. Y en ese ranking los principales ayuntamientos asturianos están fuera de los primeros lugares, encabezados por la gaditana San Roque y la catalana Salou, a la que sigue una larga relación de territorios con gran actividad turística. ¿Por qué es así? «Responde a la existencia de una importante población flotante que, si bien paga impuestos, no se encuentra empadronada en el municipio, lo que hace que el indicador se dispare».

No parece del perfil de los principales municipios asturianos. Entre ellos, Oviedo es el concejo al que el estudio asigna mayor presión fiscal (321 euros), muy por delante de Gijón (226), Siero (212), Avilés (204), Langreo (132) y Mieres (124).

La capital asturiana ocupa la posición 128.ª entre los 500 ayuntamientos analizados. Pero, según el mismo estudio, escala hasta los primeros puestos cuando la clasificación se refiere, de manera exclusiva, a los municipios considerados muy grandes (con más de 250.000 habitantes o capitales). En ese ranking (ver cuadro junto a estas líneas), Oviedo aparece como la novena población con el indicador de presión fiscal más elevado, por delante de grandes urbes como Madrid, Bilbao o Valencia. Gijón figura en el puesto 46.º en esa misma clasificación.

El informe de los profesores universitarios andaluces abunda en que la presión fiscal de los ayuntamientos, calculada como ingresos fiscales por habitante, está a menudo influida también por la actividad económica y el paro -la recaudación es mayor donde es más intensa esa actividad y menor el desempleo-, por la población y su envejecimiento -la presión fiscal suele ser más baja en los municipios envejecidos-, o por la situación financiera de las arcas locales.

Asturias es, añade el mismo estudio, uno de los territorios donde todas esas variables tienen influencia en los resultados del indicador de presión fiscal, que también guarda relación con el impacto recaudatorio de los grandes impuestos locales. Según otra información de la Dirección General del Catastro (Ministerio de Economía y Hacienda), la liquidación anual del Ayuntamiento de Oviedo por el impuesto de bienes inmuebles (IBI, antigua contribución urbana) fue en 2004 de 35,6 millones de euros, un 24,9% superior a la de Gijón, y el recibo medio se acercó a los 215 euros.
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«De niño leí ‘Cuentos de la Alhambra’ y sentí una fuerte llamada por Granada»

MANUEL VILLAR RASO ESCRITOR Y VIAJERO
«De niño leí Cuentos de la Alhambra y sentí una fuerte llamada por Granada»
El finalista del Premio Nadal de 1975 ingresa esta tarde como supernumerario en la Academia de las Buenas Letras, donde rendirá homenaje a Ortega y Gasset
B. GALLEGO-COÍN/GRANADA
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En sus ojos existe el destello de los que sienten un amor profundo. Desde que viajó por primera vez a África en busca de los moriscos granadinos que se marcharon a Tombuctú tras la Reconquista, Manuel Villar Raso quedó atrapado por la belleza y la profundidad de este continente al que ha dedicado varias de sus novelas. Finalista del Premio Nadal con Mar ligeramente sur en 1975, miembro de la International Society of Literature & Theatre, profesor de Literatura norteamericana en la Universidad de Granada, Villar Raso ofrece esta tarde un discurso como supernumerario de la Academia de las Buenas Letras. Con sus palabras rendirá homenaje a Ortega y Gasset.

-Seguramente le parecerá que fue ayer cuando colaboró en la fundación de la Academia de las Buenas Letras de Granada.

-Aquella era una época magnífica. Una Academia de Buenas Letras nos parecía fundamental en una ciudad de la tradición literaria de Granada. Así que nos pusimos manos a la obra, entre otros, Francisco Izquierdo, Rafael Guillén y Arcadio Ortega.

-Y hoy ingresa como supernumerario rindiendo homenaje a Ortega y Gasset.

-Sí, porque creo que sus ideas sobre la novela no se han superado. Él decía que en la novela lo fundamental es el personaje, porque sin personaje no existe historia. Estoy completamente de acuerdo con Ortega. También pensaba así Henry James.

-Y de todos los personajes que ha creado, ¿con cuál se queda?

-Me costó mucho conseguir al personaje de Las Españas perdidas (1983), una novela que gira en torno a la expulsión de los moriscos de España a finales del siglo XVI. La historia narra la insólita hazaña de miles de moriscos granadinos y la de un almeriense de Cuevas del Almanzora, un hombre bajito y de ojos azules, llamado Yuder, que consiguió para ellos un imperio en el centro de África. Las Españas perdidas no es una invención. Mientras nuestros conquistadores corrían tierras americanas, estos 4.000 granadinos derrotados en la guerra de las Alpujarras cruzaban en 1591 el gran desierto del Sáhara, vencían a orillas del río Níger a un ejército diez veces superior y fundaban su capital en Tombuctú, entonces una ciudad tan mítica como Samarcanda, Atenas o Granada, y donde se habló español hasta finales del XIX. Eran exilados sin patria y Yuder les dio un imperio más grande que España, llamado el Sudán.

-De ese viaje a Tombuctú para documentarse surgió su fascinación por África.

-Sí, porque es un continente magnífico al que el mundo le ha dado completamente la espalda, algo que me parece muy injusto. Hay que ayudarlos en sus propios países porque África está a punto de desaparecer.

-¿Qué encontró en Tombuctú?

-A aquellos descendientes de granadinos a los que llaman los armas, muy conscientes de su pasado y muy orgullosos de su historia y de su linaje.

-¿Por qué un soriano como usted se decide a vivir en Granada?

-De niño leí los Cuentos de la Alhambra y sentí una llamada muy fuerte por Granada. Cuando pude venir, por fin, esa fascinación flotaba en el ambiente, en todos los rincones. Decidí quedarme y ya llevo 35 años aquí. Granada no me parece una ciudad cualquiera, me parece muy especial. Muchas de mis novelas giran en torno a Granada.

-También ha escrito sobre el conflicto vasco.

-Sí, Comandos vascos (1980) trata el tema del terrorismo, de quiénes son los terroristas y qué quieren.

-Y, ¿a qué conclusión llega?

-El gran problema del País Vasco es su autoaislamiento. Mientras el resto del país ha pasado por una vorágine intelectual y artística muy fuerte, Ilustración, Romanticismo, Vanguardias, etc., ellos han estado encerrados en sí mismos.

-¿Está de acuerdo con la ausencia del PP y de las víctimas del terrorismo en la manifestación de este fin de semana?

-Creo que Gallardón y Esperanza Aguirre deberían haber ido, pero entiendo la postura del PP y también la de las víctimas. No se puede dar la razón a un gobierno que quiere dialogar con terroristas, porque con los terroristas no se dialoga, la única postura con ellos es que actúe el peso de la ley.

-Si nuestros políticos tuvieran mayor formación intelectual, ¿el país funcionaría mejor?

-De eso no tengo ninguna duda. Los políticos suelen ser, intelectualmente, muy cortos de miras, pero creo que no se les debe tomar demasiado en serio, todos estos follones que se arman, por ejemplo, el de Carod Rovira, todo eso pasará poco a poco, porque el país tiene mucho más peso que ese tipo de situaciones.
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El Príncipe, barrio de los desheredados

TERRORISMO
El Príncipe, barrio de los desheredados
La última célula salafista desarticulada en Ceuta nació en una barriada castigada por el olvido y la marginalidad, un auténtico gueto. Decenas de jóvenes han encontrado una salida en el Ejército, pero otros siguen sin ver la suya.

COLPISA. Ceuta | Como cada mañana, Abselam enfila la angosta calle en la que vive. Enciende un cigarrillo y saluda a los vecinos con los que se encuentra en su lengua materna: el dariya, un dialecto del árabe que se habla en la zona norte de Marruecos que un día fue española. Ahmed, un padre de familia con cinco hijos a los que alimentar, le devuelve el saludo en la misma jerga. Abselam salió hoy de casa un poco más tarde que de costumbre, pero no hay prisa.

Cuando llega a la cantina donde suele empezar cada día una nueva jornada, el camarero comienza a prepararle, en un fuego de carbón, un té a la menta. Abselam saca de su bolsillo un pequeño trozo de hachís y lo deshace en su mano. Es lunes, pero no tiene que trabajar hoy. Si fuese martes, tampoco. Lo mismo los miércoles. Es lo normal en Príncipe Alfonso, un barrio situado a unas decenas de metros de la frontera entre Ceuta y Marruecos en el que oficialmente viven unas 8.000 personas, pero donde la realidad cuenta hasta un mínimo de 12.000.

El paisaje urbano que contempla Abselam tendría que ser bien distinto, pero el Príncipe es un barrio en el que no hay presencia policial, al que no llega la prensa y en el que la única farmacia nunca está de guardia por las noches, así que no hay que cumplir las ordenanzas municipales. No pasa nada, aquí es normal, explica Abselam mientras el humo de su porro se mezcla con el de las pipas de kifi que degustan dos hombres de unos 60 años mientras conversan al calor de un té.

El Príncipe es un barrio de 3.000 viviendas y chabolas diseñado a golpe de obras ilegales por los propios vecinos. Entre ellas, varias llaman la atención porque emergen de entre el bosquejo de casas bajas con unas dimensiones fuera de alcance del bolsillo de cualquier trabajador. La explicación: en los años dorados del Príncipe, en las dos últimas décadas del siglo XX, el barrio vivía del contrabando y, sobre todo, del tráfico de hachís.

Sin salidas

Era algo que los gobiernos siempre permitieron, las planeadoras (embarcaciones neumáticas de gran potencia) salían del puerto deportivo con tranquilidad y todo el mundo lo sabía; a los gobiernos les interesaba dejarles, era el medio de vida de muchos vecinos, y de mucha gente de Ceuta porque con el dinero que ganaban se compraban coches, motos, joyas, mucha ropa de marca… Al final, directa o indirectamente, mucha gente comía del hachís, relata Mustafa, un amigo con el que Abselam comparte el tiempo libre.

Entre finales de los 90 y principios de este siglo todo cambió, y el Gobierno -Hacienda y la Policía- frenó el narcotráfico y dejó sin trabajo a los jóvenes del barrio. Decenas de ellos han encontrado en el Ejército una salida. El presidente de la asociación Jóvenes en Acción, Karim Mohamed, calcula que al menos el 50 por ciento de los varones de entre 18 y 30 años se han alistado. Es la vía para poder formar una familia, para no tener que quedarse a vivir en casa de sus padres (a veces incluso casados), como muchos jóvenes del barrio.

Es lo que le ocurre a Abselam, que abandona el cafetín después de dos horas para comer junto a sus padres y dos de sus cuatro hermanos. El problema es que no hay trabajo, se queja. Ni formación. Sólo hace tres años el fracaso escolar en los dos colegios del barrio, tanto en primaria como en secundaria, alcanzaba el 50 por ciento, según cifras de la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia.

El delegado de Educación en Ceuta, Juan José León Molina, dice que ese que porcentaje ahora ha caído a la mitad por los programas de refuerzo educativo que ha puesto en marcha el ministerio y al cambio de mentalidad en una sociedad que cada día tiene más clara la importancia de la educación.

Olvido institucional

Pero el Príncipe es la última mierda de Europa, advierte el presidente de Jóvenes en Acción. El actual Gobierno de Ceuta, del PP, 2001 ha destinado a las infraestructuras del barrio, desde 2001, unos 2,3 millones de euros, la cuarta parte, por ejemplo, de lo que va a salir de las arcas municipales para reformar una plaza en el centro y construir bajo ella un aparcamiento subterráneo.

La cifra se eleva a 5,1 millones de euros si se incluyen algunos programas de formación e inserción laboral cofinanciados por la Unión Europea, y a 15,6 contando con una promoción de viviendas ideada para reducir el chabolismo en el barrio y en alguna otra zona más de Ceuta. Pero la red de saneamiento es de los años 60, el cableado eléctrico sobrevuela las calles, el alumbrado público no inexiste en muchas zonas y los cortes de luz son frecuentes.

Lo explica el presidente de la Asociación de Vecinos de la barriada, Laarbi Mohamed: En el periodo que va desde 1987 a 1996 había 36 farolas en toda la barriada y algunas no funcionaban. Sigue habiendo zonas enteras sin agua, sin alumbrado y hay quien tira de la cadena y la mierda sale a tres metros de su casa. Aunque se sienten españoles, los vecinos se consideran discriminados y abandonados.

La opinión la secunda el responsable de Jóvenes en Acción, que añade: La última vez que se asfaltó el barrio fue cuando Francisco Álvarez Cascos lo visitó, en 1998. El entonces ministro de fomento prometió una inversión de 5.000 millones de las desaparecidas pesetas que nunca llegó.

Vivero de terroristas

Los profesores de la Universidad de Granada Javier Jordán, del departamento de Ciencias Políticas, y Humberto Trujillo, de Psicología Social, publicaron su estudio Entornos favorables al reclutamiento yihadista: El barrio del Príncipe Alfonso (Ceuta) el 22 de noviembre de 2006, veinte días antes de que la Policía asestara en esa barriada el segundo mayor golpe del año en España contra el terrorismo islamista, y el más importante de la historia de la ciudad autónoma. Fueron detenidos once miembros de una célula de la Salafia Yihadia, de los que siete permanecen aún en prisión por orden de la Audiencia Nacional.

Se dice que si éste o el otro son muy religiosos, pero ¿qué problema hay?, ¿qué es ser muy religioso?, ¿eso es malo?, reflexiona Abselam con Mustafa y Faisal, amigos con los que comparte interminables tardes de calle y cafetín, de conversaciones y sentidas partidas de parchís y dominó que se mezclan con los tés, cafés, zumos, refrescos, pasteles y hachís.

En el Príncipe no hay cines, ni salas de recreativos, ni cibercafés ni un centro de ocio. La calle es todo, resume Abselam mientras vuelve a casa. Este martes, volverá a las calles sobre las 12 del mediodía. Le espera otro día del que nada indica que pueda ser distinto a todos los demás.
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Un programa trata de reducir el estrés entre el personal universitario

VIVIR
Un programa trata de reducir el estrés entre el personal universitario
EFE/GRANADA
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La Facultad de Psicología de la Universidad de Granada comenzará en febrero su programa de atención psicológica, que busca reducir el estrés del personal universitario mediante entrevistas personalizadas y terapia de grupo. Este programa ofrece recursos a las personas que sufren estrés, de modo que puedan afrontar su vida de la mejor manera posible, ganando en calidad de vida, según informó ayer una de las coordinadoras del proyecto, Humbelina Robles.

Los profesores que buscan este apoyo psicológico, que constituyen el 80% de los participantes del programa, suelen llevar pocos años en la universidad e incluso algunos de ellos están elaborando su tesis, una importante fuente de estrés, según Robles.

No obstante, también hay profesores veteranos que acceden a este servicio para reducir la tensión originada por las malas relaciones con los compañeros o el estrés producido por el curso académico.
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Una empresa investiga el empleo de oxígeno en el agua para mejorar su depuración

NUEVAS TECNOLOGÍAS
Una empresa investiga el empleo de oxígeno en el agua para mejorar su depuración
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La empresa Air Liquide, líder mundial en gases industriales y medicinales, investigará en colaboración con la Universidad de Granada el modo de reducir a través del oxígeno los residuos que contiene el agua para lograr una mayor depuración y su posterior reutilización para regadíos y la industria. La delegación en Málaga de la empresa firmó un acuerdo de colaboración con la universidad para llevar a cabo este proyecto, denominado Reactores biológicos de membrana sumergida, según informó el director de Air Liquide Industrial, Juan Tomé. / EFE
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Terapia antiestrés para profesores y alumnos

Terapia antiestrés para profesores y alumnos

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15/01/2007

LA FACULTAD de Psicologí­a de la Universidad de Granada comenzará en febrero su programa de atención psicológica, que busca reducir el estrés del personal universitario, desde administrativos y limpiadores hasta profesores y alumnos, mediante las entrevistas personalizadas y la terapia de grupo. EFE

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