El Mundo

Pág. 28: La paradoja en el banquillo|Seis mil firmas de apoyo al poeta
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ABC

Pág. 50: Brindis de apoyo a Lorca, Francisco Ayala y García Montero
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El País

Pág. 10: 18 meses para \»refundar\» una fuerza política en crisis
Pág. 30: Tintes universitarios para la fiesta|\’Proceso Bolonia\’
Andalucía – Pág. 6: Perturbado
Andalucía – Pág. 34: Conferencia
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La Opinión

Portada: A los 67 años|El chino y el ruso, idiomas de moda en la Universidad|Los comedores, El servicio de mayor éxito de la UGR
Pág. 4: Aspirantes a 683 plazas del SAS llenan 60 aulas de la UGR|La decana de Filosofía, entre las 6.000 firmas de apoyo a García Montero|El 40% de los españoles cree que los Extranjeros en el ejército son unos patriotas
Pág. 5: El chino y el ruso se convierten en idiomas de moda en la UGR|Apoyos en otros centros
Pág. 6 y 7: Desecharse de mamá cuesta 3 euros|\»Este servicio me reporta las más fervientes felicitaciones\»
Pág. 24: García Montero
Pág. 52 – Necrológicas: D. Francisco José Mataix Verdú
Pág. 53: Adiós al apóstol del aceite de oliva
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Ideal

Portada: Granada recluta 50 niños prodigio para convertirlos en genio matemáticos|El presidente Chaves firma hoy el convenio para el trazado del metro por los Paseíllo Universitarios|Muere a los 67 años de edad José Mataix Verdú, catedrático de Fisiología de la Facultad de Farmacia
Pág. 2 y 3: Granada recluta y entrena a los 50 niños prodigio de las matemáticas|\»Jugaba a retener números\»|\»La mejor edad es de los diez a los doce años\»
Pág. 9: Chaves llega hoy para cerrar los últimos detalles del metro y activar el Milenio|Izquierda Socialista apoya a García Montero
Pág. 10: Fallece el catedrático del aceite de oliva
Pág. 21: Viva el metro, ¡pero soterrado!
Pág. 52 y 53 – Necrológicas: Don Francisco José Mataix Verdú
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Granada Hoy

Pág. 5: Salsa boloñesa
Pág. 30: El Féminas gana a un rocoso Femesala
Pág. 30: Universitarios desertores
Actual – Pág. 36 y 37: La atomicidad del arte
Actual -Pág. 38: Más de 30.000 personas visitan la ampliación del Parque de las Ciencias|Un alumno de la UGR exhibe su película en \’Memorimagne\’
Pág. 44 – Necrológicas: Don Francisco José Mataix Verdú
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García Montero, la universidad española y no sé cuantas cosas más

García Montero, la universidad española y no sé cuantas cosas más

Esta semana pasada pudimos seguir en El País el desenlace del “asunto García Montero”. Ya saben: uno de los capos literarios del momento, Catedrático de la Universidad de Granada e ilustre voz poética donde las haya ahora mismo, era condenado por insultar a un colega de Departamento que, según parece, le estaba metiendo el dedo en el ojo más de lo acostumbrado en estos casos. Algo así creo que era el tema, más artículo defensivo-ofensivo en prensa, navajazos académicos con alumnos de por medio, intelectuales bailando y algunas cosas más. Ya se sabe que Andalucía es folklórica por naturaleza y este caso también lo ha sido, como no podía ser de otra forma (el otro día descubrí que la Ley de Educación de Andalucía incide en la importancia del flamenco de cara a fomentar la cultura andaluza como tema transversal a interiorizar por los estudiantes pre-universitarios; ahí es nada, parece sacado de aquellas “Autono-suyas” de Vizcaíno Casas).

Pero Montero se reservaba el postre, ya se sabe que los postres Montero merecen siempre la pena: va a cogerse una excedencia, mandará a freír puñetas a casi todo y así no tiene que verle la cara a nadie en la presuntamente docta casa. Así estará más libre y puede aprovechar para echar curricula por ahí o para pasear por Madrid con su legítima esposa (si Gaspar Llamazares se lo permite, que el ex del rojerío ibérico tiene mucho palique cuando quiere). El jueves pasado, El País recogía la foto de Montero bajando a su presunta última clase, disfrazado de sí mismo (como hacemos todos, por otra parte), y a uno, que es hijo de su cultura y de sus prejuicios, se le iban y se le venían las imágenes de García Calvo, Aranguren, Tierno y algún otro, aunque no tuviesen nada que ver con esta película, que va por otro lado.

Inmediatamente la corte del poeta-Catedrático se puso en marcha, y tanto su esposa como los demás monteritos, Prado y los praditos, Caballero Bonald, Miguel Ríos, Sabina, Morente, Gibson y el resto de su pesebre al completo se pusieron manos a la obra para recaudar fondos y para apoyar al poeta-Catedrático (¿qué fue primero, el huevo o la gallina?) frente a una presunta sentencia injusta y frente a un presunto prepotente compañero de claustro.

¿Y a qué viene que yo escriba, hoy, sobre esto? Pues se debe a que conozco perfectamente la institución, ya que hasta que me echen sigo siendo Profesor de Universidad (aunque no sé lo que duraré), y a que creo que esto que ha sucedido no es infrecuente en la institución, sólo que ha tenido más repercusión de lo normal. Todo ha sido un poco más a las bravas, pero en la vida universitaria suele haber mucho de eso, aunque todo se haga más taimadamente, ya digo: la vida del que se inicia en la carrera docente suele implicar gran esfuerzo para evitar las minas que te siembra el de enfrente y para sembrarle también tú el camino a él, a ver si hay suerte y salta él por los aires antes que tú. Aquí ha sucedido como en el viejo chiste del que se orinaba en la piscina: que, efectivamente, todo el mundo se orinaba en el agua, pero no desde el trampolín, y esto es lo que realmente choca. Aquí han orinado desde el trampolín y, claro, el chorro mojó hasta los periódicos, como sucedió en el caso de Paco Letamendía en Euskadi. En este caso, el de Montero, Prisa rápidamente puso en marcha su maquinaria y a rodar. A defender inmediatamente lo suyo. Con Prisa y sin pausa alguna.

No sé quien lleva razón, y lo que es más grave, me da igual: es un choque en las alturas y mi olfato de profesor de abajo me dice que a esas alturas, entre cátedros, disminuye el oxígeno y es mejor no asomar el hocico. Pero da que pensar, no cabe duda: uno cree que entre profesores universitarios reinan el sentido común, la sabiduría y el buen hacer docente e investigador, pero acaba descubriendo que este mundo es como todos. Uno sufre los atropellos que le caen encima y sobrelleva todo como mejor puede, ya está. Y si tiene espíritu vengativo y energías, guarda las faenas sufridas en la nevera de la memoria y las devolverá cuando se asegure de que nada puede sucederle por devolver el golpe. Todo prostituido, como era de esperar, también aquí. Qué pena: con lo sugerente que sigue siendo bajar a clase cada mañana.

Pero, por otra parte, ¿qué queremos? La universidad, como la política, las letras, el arte, la abogacía o el sector que queramos, desde la milicia hasta los empleados de hogar, no es más que un reflejo de la sociedad en que está inserto. En un país que ha dado al mundo el Lazarillo de Tormes, el Buscón de Quevedo, el Guzmán de Alfarache, el Diablo Cojuelo, la Celestina y tantos y tantos otros maestros del vivir al día, no pueden abundar sino los pícaros, los vendedores de crecepelos, los refazedores de virgos, los curanderos de poca monta, las aborteras del perejil y demás tropilla del sobrevivir. “Ganarás el pan con el sudor del de enfrente”, ya lo dice esa Biblia a la española que tiene en su mesilla todo aquel que ingresa en el mundo laboral, como funcionario o como trabajador por cuenta ajena. La Universidad no iba a ser excepción, por tanto. Será que la vida no acaba estando a la altura de nuestras expectativas.

Eso sí, Montero ha demostrado una gran lucidez mental planteándose solicitar la excedencia. Claro, un Catedrático puede permitirse según qué cosas. Los demás apretamos los dientes, tragamos sapos del tamaño de Marc Gasol y volvemos a bajar a clase cada mañana, con el cuchillo curvo en el cinto. Por si acaso fuese necesario en algún pasillo, frente a algún colega.
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«Este servicio me reporta las más fervientes felicitaciones»

«Este servicio me reporta las más fervientes felicitaciones»

Cuando un servicio como el de los comedores universitarios, de por sí bien considerado por quienes tienen vía libre para disfrutarlo, le acompañan tiempos de crisis en los que llegar a fin de mes es tarea harto difícil, tiene más que asegurado el éxito. Su aceptación es tan visible como cuantificable. Las colas de acceso y el lleno absoluto de los comedores confirman las cifras.

A finales de octubre ya se ha había incrementado un 15% el número de menús servidos en comparación con el mismo periodo de 2007, según datos de la Universidad de Granada, cuya previsión es que dicho porcentaje siga subiendo hasta superar la media anual de 700.000 comidas. Así lo estima el administrador del servicio, Francisco Moya, quien destaca la excelente aceptación que ha tenido “tanto la elaboración de un menú vegetariano como la opción de llevarse la comida a casa siempre y cuando se avise el día anterior”.

Tal acogida no sólo obedece al reducido precio del menú (3 euros), sino al “minucioso, planificado y arduo trabajo” que se lleva a cabo desde la Universidad, y que según el responsable del servicio, “permite dar de comer a tantas personas” en un espacio de tiempo muy limitado “y ajustando muy bien las cantidades para que ni sobre ni falte”.

La calidad del producto es, a juicio de Francisco Moya, el gran atractivo de estos menús, “que son elaborados en el mismo día con materia prima fresca que recibimos a primera hora de la mañana”. No es extraño, por tanto, que los comedores sean la principal fuente de satisfacción para el Área de Calidad Ambiental, Bienestar y Deporte de la UGR, cuyo vicerrector, Pedro Espinosa, confiesa que en los apenas nueve meses que lleva a cargo de esta nueva vicerrectoría, es el servicio que “me ha reportado las más fervientes felicitaciones”.

Las encuestas lo avalan. Según un estudio elaborado por la UGR, el 96% de quienes hacen uso del servicio lo califican de bueno o excelente, lo que según Moya, es “todo un logro” para la única universidad pública que se encarga directamente de su gestión, sin concesiones administrativas.
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El chino y el ruso, idiomas de moda en la Universidad de Granada

El chino y el ruso, idiomas de moda en la Universidad de Granada

A los clásicos, es decir, al inglés, el francés o el alemán, les está saliendo competencia. Al menos en la UGR. Más de 500 estudiantes del campus granadino estudian chino, un idioma que está en alza, al igual que el ruso.

La Universidad de Granada (UGR) habla cada vez más chino y ruso. No es de extrañar si se tiene en cuenta que las previsiones de crecimiento de estos dos macropaíses que suman más de 1.500 millones de habitantes son enormes, algo que no pasa desapercibido para muchos de los jóvenes que cursan estudios en el campus granadino y que ven en estas lenguas una oportunidad de labrarse un buen futuro profesional.

Lo cierto es que la solicitud de plazas para cursar estudios de ambas lenguas en la UGR ha crecido de forma importante durante los últimos cuatro años, según destacaron fuentes universitarias, especialmente en el caso del mandarín. Más de 500 estudiantes de la UGR cursan actualmente algún tipo de asignatura relacionada con el chino. Lo hacen en Traducción e Interpretación y en Filosofía y Letras, los centros que disponen en su oferta de estas materias, en la categoría de libre configuración.

La oferta, en cualquier caso, crecerá de forma importante a partir de este curso con el estreno el pasado mes de la sede granadina del Instituto Confucio, un centro oficial para el aprendizaje del mandarín que se ubica en el Centro de Lenguas Modernas, está auspiciado por el Gobierno chino ,y del que sólo hay otras tres sedes en España, localizadas en Madrid, Barcelona y Valencia.

El Instituto Confucio es la institución más prestigiosa en la enseñanza de esta lengua y, ademas, acredita a sus alumnos para realizar el examen oficial HSK -la prueba que realiza el Ministerio de Educación chino para los no nacidos en el país y cuya aprobación es requisito exigido para realizar estudios universitarios en China-.

Las clases en este idioma, en cualquier caso, no son una novedad en la Universidad de Granada, que fue de la primeras que empezó a impartir estos estudios en España, concretamente en 1978. La elevada demanda abre la posibilidad, además, de que se incrementen el número de materias que abordan un idioma que, a pesar de ser muy complejo para los occidentales, promete ser en pocos años una garantía de éxito profesional para quienes lo dominen.

Filología eslava. La lengua rusa, que se estudia en la titulación de Filología Eslava de la Facultad de Traducción e Interpretación, no cuenta con tantos estudiantes matriculados, apenas 150, pero ha experimentado un aumento constante de las matriculaciones durante los últimos años, según los datos de la propia facultad.

Además, la UGR es la única universidad española que oferta cursos de ruso por internet a través del proyecto de la Unión Europea ´Be my Guest: Russian for European hospitality´. Se trata de un curso para principiantes que está dirigido ante todo a personas que trabajan en el sector turístico. También pretende ser de utilidad para empresarios y trabajadores de la hostelería. Una de las grandes novedades de este curso es que facilita al alumno la comunicación con clientes de Rusia o de habla rusa en países donde el uso de esta lengua está muy extendido.

Los centros europeos que participan en el proyecto ´Be muy Guest´ son, además de la UGR, el Educational Programmes Consult´ de Bulgaria, la Federazione Nazionale Insegnanti Centro di iniziativa per l´Europa – FENICE, de Italia, y el AcrossLimits, de Malta.
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Adiós al apóstol del aceite de oliva

Adiós al apóstol del aceite de oliva

La ciudad dice adiós a José Mataix Verdú, apasionado e incansable investigador de las propiedades del aceite de oliva. A sus 67 años, el catedrático en Fisiología deja tras sí más de una veintena de publicaciones.

Granada se despidió ayer de José Mataix (Yecla, Murcia, 1941), especialista en nutrición y máximo defensor de las bondades del aceite de oliva. El científico, licenciado en Farmacia en Granada y en Veterinaria en Madrid, murió ayer, a sus 67 años, tras años de tratamiento por leucemia.

Mataix, que siempre defendió las cosas sencillas, deja tras su marcha más de una veintena de publicaciones sobre nutrición, un ámbito en el que comenzó a investigar cuando el tema aún resultaba una frivolidad. Su exhaustivo conocimiento de las propiedades de los alimentos le llevó a desempeñar los cargos de director de la Sección de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias, vicerrector de Investigación y vicerrector de Planificación Docente de la Universidad de Granada.

Fue asesor científico de la Consejería de Salud del Gobierno vasco, de la Consejería de Salud de la Generalitat de Cataluña, de la Consejería de Salud y Consumo de Andalucía, del Estudio Prospectivo de la Comunidad Económica Europea ´Dieta, cáncer y salud´ y del Consejo Oléicola Internacional, funciones que nunca le hicieron perder la sencillez.

Sencillez. «Disfruto con una puesta de sol, con una página de periódico, con una conversación, con una pintura, con la música…Todo lo aprecio», así se definía a sí mismo en una entrevista con La Opinión de Granada el también catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada.

Lejos de la extravagancia, Mataix encontraba en un un plato de huevos fritos con arenques, ajos tiernos y ñoras los sabores más preciados por su paladar. «No entiendo por qué en los restaurantes no ponen huevos fritos. Será porque valen poco, si fueran caros los tendrían en todos sitios», comentaba.

Su pasión por la cocina mediterránea, en especial por el aceite de oliva – «me desagrada que en un restaurante español me pongan mantequilla», decía-, no impidió que censurara la falta de iniciativa española en la defensa de lo propio. «Los italianos han sido siempre virtuosos del diseño y los franceses han sabido vender y presumir de sus productos. Los españoles, además de hacerlo mal, encima decíamos que lo bueno era lo de Francia».

Con unas dotes de comunicación extraordinarias, Mataix era capaz de transmitir las novedades de sus investigaciones lo mismo a expertos que al público general. «La misma diapositiva que utilizo para un congreso internacional se la pongo a las amas de casa, sólo cambio el lengua y lo entienden», confesaba.

Se motraba partidario de introducir en los planes de estudio la asignatura ´aprender a comer´. «Serían veinte lecciones: saber comer, sentarse a la mesa, desgustar alimentos…», todo por evitar que el arte de alimentarnos se convirtiera en mero trámite.

El profesor deja su legado en la memoria de la comunidad científica y de la ciudad de Granada, un conocimiento que quedará para la posteridad en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos que lleva su nombre.
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Fallece el ‘catedrático del aceite de oliva’

Fallece el \’catedrático del aceite de oliva\’

Un trabajador incansable. Una persona querida por la comunidad universitaria granadina y por la del resto de las universidades andaluzas y españolas. José Mataix Verdú, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada (UGR), llamado por algunos el \’catedrático del aceite de oliva\’, falleció ayer. Al recordar a este gran maestro se pueden recoger muchas cosas de las que se han escrito sobre él, pero quizás haya algunas frases que den una buena imagen de lo que era. Esas frases son: «Nadie se quería perder sus clases». «Es un gran maestro, un gran investigador y una gran persona».

Ayer, miembros de la comunidad universitaria granadina no dudaban en destacar que el catedrático José Mataix es -aún no se habían hecho a la idea del pasado- una gran persona, un gran trabajador y un docente que «ha hecho mucho por la Universidad granadina». Un gran educador que dicen se preocupaba por sus alumnos y porque al igual que él se comieran el mundo. Ha impartido clases en esta institución granadina, desarrollado investigaciones y también ha defendido las bondades del aceite de oliva en cursos de la Universidad Internacional de Andalucía

y en otros muchos centros y universidades.

José Mataix Verdú también ha sido miembro de las Sociedades de Fisiología, Bioquímica, Nutrition Society (Sociedad de Nutrición de Inglaterra), de la European Academy of Nutritional Sciences, del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición y de la Fundación para el Desarrollo y Promoción del Olivar y del Aceite de Oliva. A este largo listado se suman otras como la Fundación Española de Estudios Lácteos y fue académico de la Academia Iberoamericana de Farmacia. Son sólo algunos de los cargos y premios porque hubo más.

En el último recuento de sus publicaciones y tesis, para el homenaje que le hicieron en el mes de abril en el Rectorado de la Universidad granadina, se explicaba que ha dirigido alrededor de medio centenar de tesis doctorales. También fue coordinador general del Plan Nacional de Educación Nutricional y Medalla de Oro del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. En abril le dieron el \’Profesor Gregorio Varela\’ a la trayectoria profesional en el campo de la alimentación y nutrición.

Nutricionista

En la Universidad granadina también participó en la creación del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos. Su currículo y trayectoria como investigador es muy amplia. A los premios y trabajos ya relatados, el profesor Mataix suma otro quizás más importante que todos los mencionados anteriormente: ser considerado un buen y gran maestro. A los alumnos les gustaba ir a sus clases. Querían aprender con él y de él. Mataix deja discípulos y compañeros de profesión que fueron sus amigos en la institución universitaria granadina y en otros

centros universitarios.

La Universidad granadina le debe mucho. El propio rector Francisco González Lodeiro en el homenaje de abril en sus palabras de agradecimiento destacó que «difícilmente la UGR sería lo que es hoy sin José Mataix». Ostentó varios cargos en la institución universitaria granadina, abrió el camino a la de Almería y Jaén, y además supo seguir siendo un gran maestro. Fue vicerrector de Investigación y Planificación Docente durante seis años en la época de Vida Soria. En el homenaje de abril estuvieron presentes los últimos cinco rectores de la institución universitaria granadina.

Hizo importantes contribuciones al mundo de la nutrición y fundamentalmente al del aceite de oliva. Fue un gran defensor de las bondades del \’oro verde\’ y en todos los cursos en los que participó lo

destacó y lo recordó. Ahora sus discípulos y «amigos» como los llamaba deberán seguir el camino trazado. Ayer Juan Francisco García Casanova, profesor de la UGR y amigo de Mataix, recordaba el gran interés del catedrático de Fisiología en que la investigación que se realizaba tuviera una repercusión en el desarrollo de la región y el país. Mataix, que era murciano, hizo grandes esfuerzos porque el aceite de oliva no fuera estudiado sólo por científicos extranjeros sino también españoles y fundamentalmente de la tierra en la que se produce.

La Universidad pierde un gran maestro e investigador, y Conchita, su mujer, y las tres hijas del matrimonio, que el día del último homenaje estaban en la primera fila muy orgullosas, un gran ser humano. A esa gran persona también la pierde la Universidad. José Mataix, Pepe como le decían sus amigos, era una persona alegre y siempre transmitía positivismo. Ayer, sin embargo, se fue con la pena de no poder conocer a su nieto, su hija Beatriz está embarazada y su niño nacerá pronto.

En la UGR sus discípulos continuarán su trabajo. Otra Mataix se queda en la UGR, una de sus hijas, que es fisioterapeuta, trabaja en la institución universitaria granadina.

Adiós, profesor.
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