´No traer a Benedetti ha sido una de las espinas del FIP´
¿Por qué nunca invitaron a Mario Benedetti a Granada?
–Claro que invitamos a Mario Benedetti, desde la primera edición. Pero por desgracia el FIP empezó cuando él ya no podía apenas viajar, cuando su salud, y la de su esposa, Luz, que murió hace unos dos o tres años, ya no le permitía salir de Montevideo. Será, desde luego, una de las espinas que siempre tenedremos, no haber podido tenerle en el Festival.
–De las lecturas de este año, ¿cuál ha sido la que mas le ha gustado?
–Es muy difícil quedarse con una única lectura de todas las que han tenido lugar. También tengo que decir que por desgracia los directores del FIP, Fernando Valverde y yo, disfrutamos de poco tiempo durante el desarrollo del mismo para poder sentarnos tranquilamente entre el público pues las tareas organizativas son tantas que es raro el momento en el que no hay que estar apagando un fuego aquí o allá. De las que yo he podido disfrutar con cierta tranquilidad, me impresionó mucho la de Wole Soyinka, no porque sea un Nobel, que los premios en definitiva no hacen que un autor sea mejor o peor, sino por su estilo a la hora de leer. Aunque no fui capaz de entender en versión original todo, su voz y la cadencia con la que recitaba bastaban para emocionar. También me gustó mucho la de Darío Jaramillo en el Corral del Carbón y desde luego la de Gioconda Belli, a la que no me canso de escuchar: sabe como nadie meterse en el bolsillo al público combinando poemas aparentemente desenfadados, como el de la Cindy Crawford o verdaderamente vibrantes como Carga Cerrada.
–¿Invitarías a Fortes y a Carvajal al FIP?
–A Antonio Carvajal lo invitamos en la segunda edición del FIP. Estuvo leyendo, sino recuerdo mal, en la Casa de los Tiros, junto a Félix Grande. De aquella lectura recuerdo un final que gustó muchísimo al público, cuando ambos poetas comenzaron un mano a mano con letras flamencas. José Antonio Fortes, por otro lado, que yo sepa, no es poeta.
–¿Es la poesía tan necesaria para el pueblo como el pan de cada día? ¿Cómo el aire que tragamos trece veces por minuto?
–Desde luego el pan y el aire son mucho más necesarios que la poesía. Pero la poesía está entre esas otras cosas que diferencian al ser humano de los animales. A mí me sirve para pensar el mundo, para mirarlo, para tratar de entenderlo. La comparación, de todas formas, y aunque Celaya lo pusiera en verso de manera maravillosa en \’La poesía es un arma cargada de futuro\’, me parece un poco demagógica, al menos en estos tiempos.
–De todos los poetas que han estado en el Festival de Poesía, ¿Cuál ha sido el que mas le ha gustado y cuál el que menos?
–Evidentemente tengo mis gustos y hay poetas que me han fascinados, otros que más o menos me han gustado, otros que me han dejado indiferente. No creo que sea elegante que como director del FIP diga los nombres de los poetas que no me han gustado, porque estoy seguro de que a otras personas esos mismos poetas les han podido encantar. De eso se trata el FIP, de ofrecer variedad, voces muy distintas entre sí.
–¿Quién cree que ganará el proximo Premio Lorca?
–La verdad es que no tengo ni idea. Hay muchos poetas que podrían serlo, que lo merecen tanto ellos como el premio. Antes me preguntaban por Benedetti y él fue uno de los más dignos merecedores y que por desgracia, sobre todo para el premio, no lo obtuvo. Espero que no ocurra otros escritores. Tanto a una orilla como a otra del idioma, existen escritores que honrarían al Premio Lorca. Sólo por dar algunos nombres, te diría los de Claribel Alegría, Nicanor Parra, Ernesto Cardenal, Pablo García Baena, Caballero Bonald, Juan Gelman…
–Siendo usted un poeta y periodista, supongo que cree en la libertad de expresión. Y supongo que creerá que la libertad de expresión sólo debe estar «regulada» por la Justicia. ¿Por qué no puede la UGR amparar la libertad de expresión de un profesor como Fortes que, de momento, no ha sido condenado?
Desde luego que creo firmemente en la libertad de expresión. Es uno de los derechos más sagrado que podemos tener, por eso me parece obsceno que se utilice para decir disparates avalados por una institución como la Universidad de Granada, en la que he estudiado, y que tanto respeto me ha infundado siempre.
–¿Cuáles son tus poetas favoritos? Por favor, no vale decir Gioconda belli y Fernando Valverde. Gracias
–Los dos que has nombrado, además de ser amigos, me gustan mucho. No tengo poetas favoritos como tales, me gustan muchísimos. Por temporadas leo a unos más que a otros. Ahora, por ejemplo, llevo varios meses leyendo solamente a poetas nicaragüenses del siglo XX debido a que estoy preparando una antología para la editorial Visor. Así que te podría decir que entre mis favoritos de los que ahora leo está Carlos Martínez Rivas o Claribel Alegría.
–Es inevitable la comparación con el Hay Festival, pero parece que la repercusión del FIP es mayor con mucho menos presupuesto, como ha dicho la prensa, ¿a qué es debido?
–No creo que se deba hacer comparaciones entre dos encuentros que tienen concepciones muy distintas. Nuestro presupuesto es el que es, unos 90.000 euros, y siempre hemos tratado se exprimirlo al máximo porque entendemos que ese la obligación cuando se gestiona el dinero público. Con él tratamos que durante una semana la poesía llegue al máximo número posible de personas, poesía de la máxima calidad porque nuestra intención no es populista. El FIP lleva 6 años y creo que todos tienen claro cómo se hace, quién lo hace y cuáles son sus resultados. El Hay Festival lleva apenas dos ediciones y creo que aún debe encontrar su sitio. Lo que no hemos entendido bien desde el FIP es la fecha de programación, justo con un 1 día de diferencia entre ambos (El Hay terminó el 10 de mayo y el FIP empezó el 11). Nos preocupó, es verdad, porque pensamos al principio que afectaría al público, pero no ha sido así.
–¿Por qué el acto institucional de entrega del Premio Lorca no sigue la dinámica del FIP, en lugar de convertirse en una reunión social para inciertos amantes de la poesía?
–El acto institucional, es eso, institucional, y aunque se entrega en el FIP, no lo organiza el Festival. Sigue la dinámica de todos los premios de esta categoría, como el Reina Sofía, por ejemplo. Cuando el Ayuntamiento nos propuso que el Premio se entregara en el marco del Festival nos pareció, como nos sigue pareciendo, una idea estupenda, porque así el Premio se integraba en una semana entera dedicada a la poesía y no quedaba como un acto aislado y demasiado rígido institucionalmente, con su terciopelo rojo, maceros y policías de gala. De hecho debe de ser de los pocos premios poéticos importantes del mundo que se acompañan de tanta actividad realmente literaria.
–¿Tienen ya pensados los poetas que vendrán el proximo año?
–Tenemos algunas ideas, sí. La verdad es que desde el día en el que acaba una edición del FIP estamos ya pensando en la siguiente. Aún no vamos a adelantar nada porque no hemos contactado con nadie y ahora mismo lo que tenemos son ideas complicadas de lograr. Nos gustaría, por otro lado, abundar más en la sección para los más pequeños, que este año ha funcionado muy bien.
–¿Por qué le tiene usted ese cariño tan especial a Nicaragua?
–Además de por los vínculos familiares que me unen a ese país, tengo grandes amigos nicaragüenses. Con Nicaragua sentí un amor a primera vista que no hago más que reafirmar cada vez que puedo ir. Hago proselitismo ´nica´ siempre que puedo. Es un país que ha sido muy maltratado por la historia y por la naturaleza, pero siempre un ejemplo de dignidad. Ahora me preocupa mucho la deriva hacia el caudillismo totalitario que vive por culpa del comandante Daniel Ortega, que traicionó al sandinismo y comete fraudes electorales tremendos. Es un asunto muy complejo y realmente preocupante.
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