La cadena de mando del 11-m

ANÁLISIS
La cadena de mando del 11-m
JAVIER JORDÁN/PROFESOR DE CIENCIA POLÍTICA EN LA UNIVERSIDAD DE GRANADA Y EDITOR DE JIHADMONITOR.ORG
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Uno de los aspectos más complejos de la investigación del 11-M consiste en conocer con exactitud cuál fue la cadena de mando del complot terrorista. Para ello resulta imprescindible ordenar e interpretar adecuadamente los datos disponibles. Datos que no proceden solo de la policía y los servicios de inteligencia españoles, sino también de las agencias de seguridad británicas, francesas, belgas, italianas, argelinas y marroquíes. A pesar de su importancia, la dimensión internacional de la investigación del 11-M es algo que los seguidores de las teorías conspiratorias dejan sistemáticamente de lado.

El grupo terrorista del 11-M era una red yihadista de base, es decir, un grupo de individuos que compartían los objetivos del movimiento yihadista global, y que pretendían contribuir activamente a ellos, sin estar encuadrados formalmente en una organización más amplia como por ejemplo Al Qaida, el Grupo Islámico Combatiente Marroquí o el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate. Las redes yihadistas de base han venido ganando protagonismo desde el 11-S. Su aparición es algo que ya había previsto -y en gran medida alentado- el español de origen sirio Mustafa Setmarian, un destacado miembro de Al Qaida detenido en Pakistán en noviembre del 2005.

En su libro La llamada a la resistencia islámica global, Setmarian animaba a iniciar una especie de Intifada mundial. Para ello el instrumento serían pequeñas células de yihadistas, que actuasen de manera independiente y que llevasen a cabo acciones muy letales «sin distinción entre hombres, mujeres y niños». Según Setmarian, este tipo de grupos constituirían la tercera generación yihadista. Las organizaciones formales, como las ya citadas, pertenecerían a la segunda generación; mientras que la primera habría estado compuesta por los ideólogos y grupos anteriores a la guerra contra los soviéticos en Afganistán.

La red del 11-M pertenece claramente a la tercera generación de Setmarian. Era autónoma desde el punto de vista logístico: el grupo obtuvo por sus propios medios el dinero, las armas y los explosivos. Su tamaño era relativamente reducido (el núcleo operativo estaba formado por aproximadamente veinticinco individuos). Y en su interior existía un liderazgo compartido: Serhane Abdelmajid el tunecino, Allekema Lamari y Jamal Ahmidan el chino. El primero y el segundo poseían respectivamente carisma ideológico y operativo. Por su parte, Jamal Ahmidan dirigió los aspectos relacionados con la financiación y la obtención de los explosivos. Los tres se mataron en el piso de Leganés con la esperanza de llevarse consigo a los geos que les acorralaban. Un episodio que ha tenido su paralelo en enfrentamientos similares entre muyahidines y fuerzas norteamericanas en Afganistán e Irak.

Sin embargo, la red del 11-M no apareció de la nada, ni fue una célula completamente independiente. Se formó por la convergencia de pequeños subgrupos de individuos radicales que vivían en Madrid. Entre ellos, al menos cuatro individuos habían tenido relación con la red de Abu Dahdah, una célula de Al Qaida desarticulada a finales del 2001. El propio Serhane había sido reclutado por Mustafa El Maymouni, un antiguo simpatizante de dicho grupo. Por su parte, Allekema Lamari había militado en los Grupos Islámicos Armados en los años 90 y mantenía relación con radicales argelinos. El grado de relevancia de dichas conexiones con la poderosa red argelina en Europa constituye todavía una incógnita.

La vinculación de la red del 11-M con organizaciones de la segunda generación yihadista de Setmarian explica sus vínculos internacionales y dificulta conocer con exactitud la cadena de mando de los atentados de Madrid. En los días que llevamos de juicio ya han comparecido tres individuos que aquel 11 de marzo se encontraban en el extranjero y que presuntamente conocían lo que iba a suceder: Hassan El Haski, Rabei Osman Mohamed el egipcio y Youssef Belhadj. De ellos, Youssef Belhadj es seguramente un eslabón crucial.

En consecuencia, es probable que la red del 11-M tuviera conexión con el GICM en Bélgica, aunque formalmente no estuviera encuadrada en dicha organización. Pero la incógnita continúa siendo si ese vínculo fue parte de una cadena de mando en sentido estricto.

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El 40% de los jóvenes de entre 18 y 25 años son adictos al móvil

ESTUDIO REALIZADO POR LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
El 40% de los jóvenes de entre 18 y 25 años son adictos al móvil
El informe equipara esa dependencia a la del alcohol o las drogasPuede llegar a causar trastornos como ansiedad o depresión

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25/02/2007 EFE

El teléfono móvil puede causar trastornos de personalidad.
Foto:CORDOBA

Cuatro de cada diez jóvenes de entre 18 y 25 años son adictos al teléfono móvil al pasar más de cuatro horas al dí­a pendientes de él, según un estudio de la Universidad de Granada, que advierte de que esta patologí­a es tan grave como el alcoholismo o la drogadicción y puede causar ansiedad y depresión.

Según el estudio, elaborado por el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada, el 40% de los jóvenes reconoce que usa el móvil más de cuatro horas al dí­a, ya sea hablando, a través de los mensajes o de las denominadas llamadas perdidas o toques.

Muchos de ellos sienten como una ofensa el hecho de que alguien no conteste a algún toque o mensaje, circunstancia que les puede llegar a causar un profundo malestar y sensación de tristeza, según el estudio, que ha sido elaborado entre varios centenares de jóvenes granadinos de entre 18 y los 25 años.

Francisca López Torrecillas, profesora del departamento que ha elaborado el estudio y experta en adicciones psicológicas, mantiene que la adicción al teléfono móvil es fruto de los cambios sociales y tecnológicos registrados en la última década.

La principal diferencia con respecto a otras es que no causa efectos fí­sicos aparentes, sino sólo psicológicos, lo que hace que esta patologí­a pase inadvertida a los demás, según la experta. Algunos de los sí­ntomas de la adicción a móviles son el descuido de obligaciones o actividades importantes, ya sean laborales o académicas, la interrupción de relaciones con el cí­rculo familiar y de amigos más próximo, el no reconocimiento de esta patologí­a y el pensar continuamente en el móvil cuando no se dispone de él.

BAJA AUTOESTIMA La mayorí­a de los adictos al móvil son personas con baja autoestima y problemas para relacionarse, que sienten una necesidad continua de estar conectados y en contacto con los demás, según López Torrecillas.

A estas personas, que pueden llegar a deprimirse cuando se ven privadas del uso del teléfono durante algún tiempo, apagar el móvil les provoca ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño o insomnio e incluso temblores y problemas digestivos, explicó.

No obstante, hay quien puede estar ocho horas al dí­a frente a un ordenador o enganchado al teléfono y no ser adicto, según esta experta en adicciones, para quien los padres deberí­an restringir en la medida de lo posible un uso exagerado del móvil.

López Torrecillas afirma que el uso del móvil de forma razonable puede ser incluso beneficioso para los adolescentes, porque les permite mantener su red de amistades y sentirse respaldados por el grupo, si bien su abuso puede tener efectos irreversibles en el desarrollo de las personalidad del joven.

La adicción al móvil debe englobarse en una mucho más amplia: la de las nuevas tecnologí­as, según la autora del estudio, para quien parte de la culpa la tienen muchos padres que compran un teléfono a sus hijos y les exigen que lo lleven siempre encendido para tenerles localizados.

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Cuatro de cada diez jóvenes son adictos a los teléfonos móviles

SOCIEDAD
Cuatro de cada diez jóvenes son adictos a los teléfonos móviles agencias / Redacción |

Cuatro de cada diez jóvenes de entre 18 y 25 años son adictos al teléfono móvil, ya que pasan más de cuatro horas al día pendientes de él, según un estudio de la Universidad de Granada, que advierte de que esta patología es tan grave como el alcoholismo o la drogadicción y puede causar ansiedad y depresión.

Según el estudio, elaborado por el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada, el 40 por ciento de los jóvenes reconoce que usa el móvil más de cuatro horas al día, ya sea hablando, a través de los mensajes o de las denominadas «llamadas perdidas» o «toques».

Muchos de ellos sienten como una «ofensa» el hecho de que alguien no conteste a algún «toque» o mensaje, circunstancia que les puede llegar a causar «un profundo malestar y sensación de tristeza», según el estudio, que ha sido elaborado entre varios centenares de jóvenes granadinos de entre 18 y los 25 años.

Francisca López Torrecillas, profesora del departamento que ha elaborado el estudio y experta en adicciones psicológicas, mantiene que la adicción al teléfono móvil es fruto de los cambios sociales y tecnológicos registrados en la última década.

La principal diferencia con respecto a otras es que no causa efectos físicos aparentes, sino sólo psicológicos, lo que hace que esta patología pase inadvertida a los demás, según la experta.

Algunos de los síntomas de la adicción a móviles son el descuido de obligaciones o actividades importantes, ya sean laborales o académicas, la interrupción de relaciones con el círculo familiar y de amigos más próximos, el no reconocimiento de esta patología y el pensar continuamente en el móvil cuando no se dispone de él.

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Obsesión por el móvil, la nueva patología juvenil

Obsesión por el móvil, la nueva patología juvenil
Los expertos la comparan con el alcoholismo o la drogadicción, provoca ansiedad y depresión y afecta a cuatro de cada diez jóvenes entre 18 y 25 años
Un estudio elaborado por la Universidad de Granada ha servido para advertir a la sociedad de las consecuencias que tiene el abuso del teléfono móvil, sobre todo entre los jóvenes. Se trata además de una adicción psicológica que suele pasar inadvertida, pero desencadena trastornos importantes.
Agencias Madrid
CUATRO de cada diez jóvenes de entre 18 y 25 años son adictos al teléfono móvil al pasar más de cuatro horas al día pendientes de él, según un estudio de la Universidad de Granada, que advierte de que esta patología es tan grave como el alcoholismo o la drogadicción y puede causar ansiedad y depresión.

Según el estudio, elaborado por el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada y facilitado a Efe, el 40 por ciento de los jóvenes reconoce que usa el móvil más de cuatro horas al día, ya sea hablando, a través de los mensajes o de las denominadas «llamadas perdidas» o «toques».

Muchos de ellos sienten como una ofensa el hecho de que alguien no conteste a algún toque o mensaje, circunstancia que les puede llegar a causar un profundo malestar y sensación de tristeza, según el estudio, que ha sido elaborado entre varios centenares de jóvenes granadinos de entre 18 y los 25 años.

Francisca López Torrecillas, profesora del departamento que ha elaborado el estudio y experta en adicciones psicológicas, mantiene que la adicción al teléfono móvil es fruto de los cambios sociales y tecnológicos.

La principal diferencia con respecto a otras es que no causa efectos físicos aparentes, sino sólo psicológicos, lo que hace que esta patología pase inadvertida a los demás, según la experta.

Algunos de los síntomas de la adicción a móviles son el descuido de obligaciones o actividades importantes, ya sean laborales o académicas, la interrupción de relaciones con el círculo familiar y de amigos más próximo, el no reconocimiento de esta patología y el pensar continuamente en el móvil cuando no se dispone de él. «La mayoría de los adictos al móvil son personas con baja autoestima y problemas para relacionarse, que sienten una necesidad continua de estar conectados y en contacto con los demás», según López Torrecillas.

A estas personas, que pueden llegar a deprimirse cuando se ven privadas del uso del teléfono durante algún tiempo, apagar el móvil les provoca «ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño o insomnio e incluso temblores y problemas digestivos».

No obstante, hay quien puede estar ocho horas al día frente a un ordenador o enganchado al teléfono y no ser adicto, según esta experta en adicciones, para quien los padres deberían restringir en la medida de lo posible un uso exagerado del móvil.

Con todo, López Torrecillas afirma que el uso del móvil «de forma razonable» puede ser incluso beneficioso para los adolescentes, porque les permite mantener su red de amistades.
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Cuatro de cada diez jóvenes son adictos al móvil, según estudio

sociedad-adicciones 24-02-2007

Cuatro de cada diez jóvenes son adictos al móvil, según estudio

Cuatro de cada diez jóvenes de entre 18 y 25 años son adictos al teléfono móvil al pasar más de cuatro horas al día pendientes de él, según un estudio de la Universidad de Granada, que advierte de que esta patología es tan grave como el alcoholismo o la drogadicción y puede causar ansiedad y depresión.

Según el estudio, elaborado por el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada y facilitado a Efe, el 40 por ciento de los jóvenes reconoce que usa el móvil más de cuatro horas al día, ya sea hablando, a través de los mensajes o de las denominadas llamadas perdidas o toques.

Muchos de ellos sienten como una ofensa el hecho de que alguien no conteste a algún toque o mensaje, circunstancia que les puede llegar a causar un profundo malestar y sensación de tristeza, según el estudio, que ha sido elaborado entre varios centenares de jóvenes granadinos de entre 18 y los 25 años.

Francisca López Torrecillas, profesora del departamento que ha elaborado el estudio y experta en adicciones psicológicas, mantiene que la adicción al teléfono móvil es fruto de los cambios sociales y tecnológicos registrados en la última década.

La principal diferencia con respecto a otras es que no causa efectos físicos aparentes, sino sólo psicológicos, lo que hace que esta patología pase inadvertida a los demás, según la experta.

Algunos de los síntomas de la adicción a móviles son el descuido de obligaciones o actividades importantes, ya sean laborales o académicas, la interrupción de relaciones con el círculo familiar y de amigos más próximo, el no reconocimiento de esta patología y el pensar continuamente en el móvil cuando no se dispone de él.

La mayoría de los adictos al móvil son personas con baja autoestima y problemas para relacionarse, que sienten una necesidad continua de estar conectados y en contacto con los demás, según López Torrecillas.

A estas personas, que pueden llegar a deprimirse cuando se ven privadas del uso del teléfono durante algún tiempo, apagar el móvil les provoca ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño o insomnio e incluso temblores y problemas digestivos, explicó.

No obstante, hay quien puede estar ocho horas al día frente a un ordenador o enganchado al teléfono y no ser adicto, según esta experta en adicciones, para quien los padres deberían restringir en la medida de lo posible un uso exagerado del móvil.

López Torrecillas afirma que el uso del móvil de forma razonable puede ser incluso beneficioso para los adolescentes, porque les permite mantener su red de amistades y sentirse respaldados por el grupo, si bien su abuso puede tener efectos irreversibles en el desarrollo de las personalidad del joven.

La adicción al móvil debe englobarse en una mucho más amplia: la de las nuevas tecnologías, según la autora del estudio, para quien parte de la culpa la tienen muchos padres que compran un teléfono a sus hijos y les exigen que lo lleven siempre encendido para tenerles localizados.

Terra Actualidad – EFE
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Cuatro de cada diez jóvenes son adictos al móvil, según un estudio

24 de febrero de 2007, 12h13

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Cuatro de cada diez jóvenes son adictos al móvil, según un estudio

cuatro de cada diez jóvenes son adictos al móvil, según un estudio
Foto ampliada

Granada, 24 feb (EFE).- Cuatro de cada diez jóvenes de entre 18 y 25 años son adictos al teléfono móvil al pasar más de cuatro horas al día pendientes de él, según un estudio de la Universidad de Granada, que advierte de que esta patología es tan grave como el alcoholismo o la drogadicción y puede causar ansiedad y depresión.

Según el estudio, elaborado por el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada y facilitado a Efe, el 40 por ciento de los jóvenes reconoce que usa el móvil más de cuatro horas al día, ya sea hablando, a través de los mensajes o de las denominadas llamadas perdidas o toques.

Muchos de ellos sienten como una ofensa el hecho de que alguien no conteste a algún toque o mensaje, circunstancia que les puede llegar a causar un profundo malestar y sensación de tristeza, según el estudio, que ha sido elaborado entre varios centenares de jóvenes granadinos de entre 18 y los 25 años.

Francisca López Torrecillas, profesora del departamento que ha elaborado el estudio y experta en adicciones psicológicas, mantiene que la adicción al teléfono móvil es fruto de los cambios sociales y tecnológicos registrados en la última década.

La principal diferencia con respecto a otras es que no causa efectos físicos aparentes, sino sólo psicológicos, lo que hace que esta patología pase inadvertida a los demás, según la experta.

Algunos de los síntomas de la adicción a móviles son el descuido de obligaciones o actividades importantes, ya sean laborales o académicas, la interrupción de relaciones con el círculo familiar y de amigos más próximo, el no reconocimiento de esta patología y el pensar continuamente en el móvil cuando no se dispone de él.

La mayoría de los adictos al móvil son personas con baja autoestima y problemas para relacionarse, que sienten una necesidad continua de estar conectados y en contacto con los demás, según López Torrecillas.

A estas personas, que pueden llegar a deprimirse cuando se ven privadas del uso del teléfono durante algún tiempo, apagar el móvil les provoca ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño o insomnio e incluso temblores y problemas digestivos, explicó.

No obstante, hay quien puede estar ocho horas al día frente a un ordenador o enganchado al teléfono y no ser adicto, según esta experta en adicciones, para quien los padres deberían restringir en la medida de lo posible un uso exagerado del móvil.

López Torrecillas afirma que el uso del móvil de forma razonable puede ser incluso beneficioso para los adolescentes, porque les permite mantener su red de amistades y sentirse respaldados por el grupo, si bien su abuso puede tener efectos irreversibles en el desarrollo de las personalidad del joven.

La adicción al móvil debe englobarse en una mucho más amplia: la de las nuevas tecnologías, según la autora del estudio, para quien parte de la culpa la tienen muchos padres que compran un teléfono a sus hijos y les exigen que lo lleven siempre encendido para tenerles localizados.
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El 40% de los jóvenes españoles es adicto al teléfono móvil

Estudio
El 40% de los jóvenes españoles es adicto al teléfono móvil
Un estudio de la Universidad de Granada advierte que esta patología es tan grave como el alcoholismo o la drogadicción
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Una alumna utiliza el teléfono móvil en las instalaciones de su escuela. DANIEL AYLLÓN

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Efe, Granada

Cuatro de cada diez jóvenes de entre 18 y 25 años son adictos al teléfono móvil al pasar más de cuatro horas al día pendientes de él, según un estudio de la Universidad de Granada, que advierte de que esta patología es tan grave como el alcoholismo o la drogadicción y puede causar ansiedad y depresión.

Según el estudio, elaborado por el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada y facilitado a Efe, el 40% los jóvenes reconoce que usa el móvil más de cuatro horas al día, ya sea hablando, a través de los mensajes o de las denominadas llamadas perdidas o toques.

Muchos de ellos sienten como una ofensa el hecho de que alguien no conteste a algún toque o mensaje, circunstancia que les puede llegar a causar un profundo malestar y sensación de tristeza, según el estudio, que ha sido elaborado entre varios centenares de jóvenes granadinos de entre 18 y los 25 años.

Francisca López Torrecillas, profesora del departamento que ha elaborado el estudio y experta en adicciones psicológicas, mantiene que la adicción al teléfono móvil es fruto de los cambios sociales y tecnológicos registrados en la última década.

La principal diferencia con respecto a otras es que no causa efectos físicos aparentes, sino sólo psicológicos, lo que hace que esta patología pase inadvertida a los demás, según la experta.

Los síntomas

Algunos de los síntomas de la adicción a móviles son el descuido de obligaciones o actividades importantes, ya sean laborales o académicas, la interrupción de relaciones con el círculo familiar y de amigos más próximo, el no reconocimiento de esta patología y el pensar continuamente en el móvil cuando no se dispone de él.

La mayoría de los adictos al móvil son personas con baja autoestima y problemas para relacionarse, que sienten una necesidad continua de estar conectados y en contacto con los demás, según López Torrecillas.

A estas personas, que pueden llegar a deprimirse cuando se ven privadas del uso del teléfono durante algún tiempo, apagar el móvil les provoca ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño o insomnio e incluso temblores y problemas digestivos, explicó.

No obstante, hay quien puede estar ocho horas al día frente a un ordenador o enganchado al teléfono y no ser adicto, según esta experta en adicciones, para quien los padres deberían restringir en la medida de lo posible un uso exagerado del móvil.

López Torrecillas afirma que el uso del móvil de forma razonable puede ser incluso beneficioso para los adolescentes, porque les permite mantener su red de amistades y sentirse respaldados por el grupo, si bien su abuso puede tener efectos irreversibles en el desarrollo de las personalidad del joven.

La adicción al móvil debe englobarse en una mucho más amplia: la de las nuevas tecnologías, según la autora del estudio, para quien parte de la culpa la tienen muchos padres que compran un teléfono a sus hijos y les exigen que lo lleven siempre encendido para tenerles localizados

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La mujer inmigrante centra las IV Jornadas Interculturales

La mujer inmigrante centra las IV Jornadas Interculturales

Conferencias, talleres, conciertos o cine son algunas de los actos que se llevarán a cabo

antonio j. sobrados/priego
La presidenta del Área de Bienestar Social, Amelia Aguilera, presentó el pasado jueves la cuarta edición de las Jornadas Interculturales, que llevarán por título Nuevos retos e inmigración: Mujer e Inmigración. Como señaló Aguilera, durante las dos últimas ediciones se vienen desarrollando en conmemoración del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) abordando la temática de la mujer inmigrante ante el mercado de trabajo. Sobre esta cuarta edición indicó que se dará un carácter más práctico a las mismas, trabajando igualmente con escolares y población en general con todo tipo de actividades lúdicas, intentando llegar a todos los estatus de la población.

programación
Entre las actividades que se van a llevar a cabo del 5 al 11 de marzo, Amelia Aguilera señaló que todas las ponencias se llevarán a cabo en el salón de actos del Asuntos Sociales e indicó que la conferencia inaugural estará a cargo de Alfredo Whitschi Cestari, Consultor Internacional en Gestión de Conflictos y Construcción de Paz y colaborador de la Universidad de Granada, que llevará por título Exilio, Mujer y Trabajo. Seguidamente se presentará la exposición de fotografías de los trabajos realizados por los municipios de Córdoba, patrocinada por la Dirección Provincial de Políticas Migratoria.
El día 6 de marzo se representará en el teatro Victoria la obra de teatro infantil La Salida, a cargo de la Compañía La Canela, dirigida a centros de Educación Primaria. Ese mismo día tendrá lugar la conferencia Homologación de títulos a cargo de Ricardo Rueda, Profesor de la Facultad de Derecho de Granada y a su término se expondrá un panel de experiencias sobre la experiencia femenina ante el mercado de trabajo, a cargo de Hasania Chabi y Martha Cecilia Velásquez.
El miércoles 7 de marzo se llevará a cabo un paseo guiado por Córdoba a través del Paseo de la Ribera y ya por la tarde será el turno de la conferencia pronunciada por Max Adam con el título Mercado de Trabajo e Inmigración en el salón de actos de Asuntos Sociales. El jueves se celebrará una nueva ponencia bajo el título Mujer Inmigrante e Interculturalidad que será pronunciada por Omaima Sheik Eldin, presidenta de la Asociación Yumma África.
Un taller de repostería marroquí dirigido por Aicha Goudrar será la actividad del día 9 de marzo, que se llevará a cabo en las instalaciones de la Residencia Geiss-96, y por la tarde se hará entrega del IV Premio Lugarsur a Isidoro Macías Padre Pateras, que pronunciará posteriormente la conferencia titulada Escuchar al Inmigrante, degustándose posteriormente té moruno y gastronomía elaborada en el taller.
El sábado 10 de marzo tendrá lugar en el Patronato Lozano Sidro el concierto de música andalusí a cargo de Jalal Chekara y el domingo se proyectará la película Vete y Vive, una producción franco-israelí, en el teatro Victoria a partir de las 20:00 horas.
Por otro lado Amelia Aguilera indicó que las inscripciones se podrán realizar de forma gratuita en el edificio de Asuntos Sociales, en horario de atención al público.
En otro orden de cosas, la presidenta del Área de Bienestar Social hizo alusión a la realización en la capital cordobesa de un curso de mediación intercultural, dentro del Programa Arena-2, donde tomó parte la directora de Servicios Sociales, Merchi Mérida, que expuso las experiencias en materia de inmigración desarrolladas en nuestra localidad. Aguilera señaló que los técnicos participantes felicitaron a los técnicos prieguenses por la gran cantidad de actividades en materia de inmigración y la apuesta realizada en este campo.

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Charla sobre igualdad de oportunidades en el curso de mediadora familiar

Charla sobre igualdad de oportunidades en el curso de mediadora familiar
Por : Jesús Andújar

La viceconsejera Espinosa participó activamente en la charla sobre igualdad de oportunidades (Foto: Guerrero)
La viceconsejera Espinosa participó activamente en la charla sobre igualdad de oportunidades (Foto: Guerrero)
La viceconsejera de la Mujer, Mercedes Espinosa, participó ayer en el módulo de igualdad de oportunidades que se impartió a las alumnas que realizan el curso de mediadora familiar que promueve el proyecto Equal Melilla es mujer y que imparte la Fundación Empresa Universidad de Granda. El curso promueve que las alumnas adquieran herramientas con las que poder tratar, para buscar soluciones pacíficas, los conflictos familiares. Espinosa dijo que 12 de las 15 alumnas del curso han recurrirdo a servicios de proximidad de Equal para asistir a clase.

Explicó la viceconsejera que el proyecto Equal Melilla es mujer tiene como objetivo acabar con la segregación de la mujer en el mercado laboral, potenciando para ello la formación de este colectivo. Es fundamental que la mujer tenga una formación sólida para ser más competitiva en el mercado laboral. En este marco se encuadran las cuatro acciones formativas actualmente en marcha: tres cursos de alfabetización informática y el de Mediadora Familiar, este último novedoso en Melilla y que se imparte en el centro de la Fundación Empresa Universidad de Granada.

Conscientes de que la mayoría de las alumnas tienen cargas familiares, Equal pone también a su disposición los llamados servicios de proximidad, siendo los más demandados el de ludoteca, el de cuidado de personas mayores y/o personas con discapacidad, el de canguro para bebés y el de asistencia en las labores del hogar. Doce de las quince mujeres que participan en este curso de mediadora familiar han tenido que recurrir a estos servicios para poder acudir a clase, dijo la viceconsejera. Estos cuatro cursos incluyen un módulo de medio ambiente y otro sobre igualdad de oportunidades porque creemos que es básico que desde la Viceconsejería de la Mujer se vaya sensibilizando a toda la población en este tema y que la ciudadanía conozca el trabajo que desarrollamos para defender los derechos de la mujer, indicó.

Asimismo se les recordó que existe una guía de recursos que detalla los servicios y recursos a los que puede acceder una mujer objeto de malos tratos, al tiempo que se las invitó a participar en las actividades diseñadas para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en la que la Viceconsejería tiene previsto presentar su propia vía de recursos, porque es bueno que la mujer melillense conozca lo que hacemos para ellas.

En cuanto al curso de mediadora familiar, comentó que tiene una duración de 200 horas, que participan quince mujeres desempleadas y que por su contenido es muy interesante, porque se abordan cuestiones como los conflictos en el ámbito familiar y las técnicas de resolución de los mismos. Además, se profundiza en cuestiones legales, como la reciente modificación legislativa que agiliza los trámites para la separación. En este punto señaló que desde que entraron en vigor estos cambios, se han incrementado en un 50% el número de rupturas.

De hecho tenemos el mismo número de parejas que de matrimonios fallidos. Otro dato a tener en cuenta es que en siete de cada diez divorcios, las mujeres son las que han iniciado los trámites. El motivo es claro y es que desde que la mujer accedió al mercado laboral y es independiente, desde el punto de vista económico, no está dispuesta a consentir ciertas cosas que tradicionalmente aguantaba.
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Las momias reescriben la Historia

Las momias reescriben la Historia
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Saúl García ARRECIFE La Historia nos dice una cosa pero escribe lo que quiere y lo que interesa en cada momento. El cadáver dice lo que dice… Y lo que dicen los cadáveres a veces está en contradicción con lo que dice la Historia. La frase de arriba es de Miguel Botella, director del Departamento de Antropología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada y participante en el Sexto Congreso mundial de momias de Teguise. Botella ha estudiado en su vida miles de restos humanos, huesos y momias. Unos tan conocidos como los huesos de Cristóbal Colón, de quien dice que era genovés y un genio de la navegación (aunque eso no se ve en los huesos), y otros anónimos. Unos con una antigüedad de 3.500 años y otros recientes. Entre los ilustres está uno de sus últimos estudios, el del príncipe Sancho de Castilla, uno de los dos hijos de Pedro el Cruel, que fue quien dio paso a la casa de los Trastámara (la dinastía de Isabel la Católica). A Pedro el Cruel lo mató su hermano y encerró a sus dos hijos en Toro (Zamora). Uno tardó 57 años en morirse, encerrado. El otro, Sancho, sólo siete. Por el análisis de sus restos, momificados y trasladados a un convento de Toledo por su tía, se sabe que murió de neumonía y que se le dejó morir abandonado. Se sabe esto por la posición y la rigidez de una de sus manos. Se creía que había muerto envenenado. El caso contrario, salvando las distancias históricas, es el de Napoleón Bonaparte, de quien se creía que había muerto por un cáncer de estómago (de ahí que llevara siempre la mano en el vientre, tal como se le suele representar). Unos estudios de mechones de pelo de la momia de Napoléon, en Francia, revelaron que tenía una cantidad anormalmente grande de arsénico. Y que lo más probable es, por tanto, que fuera envenenado, y poco a poco. El Hospital Clínico de Barcelona, según señala Botella, está estudiando actualmente unos huesos de Carlos V. Se sabía que padecía de hidropesía, que es un síntoma común a varias enfermedades, pero ahora se sabe que murió de gota. El Rey tenía, o tiene aún, cristales en la articulación. Dice el profesor Botella que hay miles de casos, desde la Prehistoria hasta la actualidad, que revelan las causas de una muerte distinta. Un cadáver es un libro abierto, señala. No en vano, añade, lo más parecido a un cuerpo humano vivo es una momia.ay miles de casos, desde la Prehistoria hasta la actualidad, que revelan las causas de una muerte distinta. Un cadáver es un libro abierto, señala. No en vano, añade, lo más parecido a un cuerpo humano vivo es una momia.
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Educados para el ‘buentrato’

VIVIR
Educados para el buentrato
Un curso de la Universidad entrena a jóvenes para resolver conflictos de pareja, desterrar los mitos sobre el sexo y el amor y mantener relaciones más ricas e igualitarias
Educados para el buentrato
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«No somos medias naranjas. ¿Somos naranjas enteras!»

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ÓRDENES de alejamiento, sentencias de divorcio, secuestro de hijos, casas de acogida, puñaladas y disparos, suicidio, cárcel… Posiblemente muchos de estos elementos frecuentes en los casos de violencia de género en nuestro país les suenen a chino a la mayoría de los jóvenes. «¿Qué tiene todo eso que ver conmigo y con mi chico/a», pueden preguntarse. Pero muchos de ellos, sin haber llegado nunca a las manos, están más cerca de lo que creen de los malos tratos: escenas de celos, salidas prohibidas, control del móvil, ropa proscrita, chantaje emocional, relaciones sexuales de riesgo, alejamiento de los amigos…

«No es bueno meter estos problemas en el mismo saco que los asesinatos machistas, pero tampoco ignorarlos. Quizá no conduzcan al maltrato, pero sí a no tratarse bien», explica Belén González, coordinadora de la Campaña por los Buenos Tratos de la asociación Acción Alternativa, que ya ha dado charlas y talleres a 6.500 jóvenes andaluces de 16 a 23 años. Con mensajes positivos, los profesores enseñan a chicos y chicas a replantearse sus conductas afectivas y sexuales, revisar algunos mitos sobre el amor y resolver los conflictos que inevitablemente conlleva toda relación.

Su última aportación ha sido el curso de libre configuración Relaciones en igualdad, amores de calidad, impartido en la Universidad de Granada a 21 estudiantes, de los que 20 eran mujeres. Aunque hubieran preferido mayor participación masculina, los organizadores aseguran que estos alumnos podrán aplicar lo aprendido en su vida personal, pero también en su carrera profesional: la mayoría estudian Trabajo Social o Ciencias de la Educación.

Los profesores coinciden en que la sociedad española ha cambiado en los últimos años y las desigualdades entre los sexos se han reducido… pero no desaparecido. Añaden que la violencia de género es el resultado de muchos factores y sólo algunos de ellos tienen que ver con la sexualidad, la igualdad o el modo en que cada género se percibe a sí mismo, que son algunas de las materias incluidas en el programa, de 30 horas.

Modelo de hombre

El profesor de Ciencia Política Fernando Fernández-Llebrez afirma que «la masculinidad es una construcción histórica, cambiante». El modelo de hombre «fuerte, duro, valiente, con alta autoestima, pocas contradicciones y mucha restricción emocional» ha entrado en crisis, pero no ha encontrado un sustituto: sólo una minoría de los chicos de hoy en día cree firmemente en la igualdad y la practica. Otro pequeño porcentaje, afirma el profesor, se mantiene fiel al patrón antiguo; pero la mayoría están «descolocados» ante los cambios y aceptan sus carencias en el terreno emocional. Al menos, concede, hay «más formas de sentirse hombre».

Fernández-Llebrez recuerda que, como en la mayoría de los cambios sociales, los valores proclamados van por delante de las conductas. Así, muchos jóvenes que ondean la bandera de la igualdad resultan menos igualitarios para aceptar, por ejemplo, que las chicas tengan tanta libertad sexual como los chicos.

Belén González agrega que, aunque las mujeres sean ahora más visibles en el terreno laboral, político y social, sobre ellas siguen pesando algunos «mandatos» del pasado: «La maternidad hoy es una elección, pero de alguna manera las mujeres que no son madres deben justificarse». También recuerda que a las féminas se les sigue considerando responsables del ámbito privado y, por tanto, de las labores domésticas y el cuidado de la familia. «Tener conceptos antagónicos de hombres y mujeres es un factor de riesgo para los malos tratos», asegura.

Josefina Jiménez, enfermera y veterana feminista, considera que tan erróneo es negar la evidencia de que chicos y chicas son distintos -«Nos hemos socializado de forma diferente»- como hablar de «el hombre» y «la mujer» como si cada género fuese «un todo homogéneo».

«La igualdad -recalca- es un valor fundamental, pero la libertad también. Un hombre debe poder desarrollar sus emociones sin que le llamen maricón, y las mujeres deberíamos aprender a querer de otra manera, sin dejarnos el hígado…». En este campo, las mujeres han avanzado más: ellas se parecen menos a sus madres que ellos a sus padres.

Mitos y estereotipos

El curso insiste en desmontar estereotipos, que siempre salen en el cuestionario previo que se hace a los alumnos, tanto universitarios como de ESO. En el terreno de la sexualidad, la psicóloga Pilar Habas enumera algunos de esos mitos: «Los chicos son más sexuales y las chicas, menos. Los chicos tienen que llevar la iniciativa porque tienen una sexualidad más impulsiva, más biológica y natural; mientras que en las chicas está mas vinculada al amor. Para ellos, la práctica sexual está vinculada a coito, orgasmo y competición: cuanto más, mejor…»

Además, perviven ciertos estigmas: «Si una chica tiene muchas relaciones o expresa muy libremente su sexualidad, se la tacha de puta. Y un chico tiene que estar siempre disponible, dar la talla, demostrar que le gustan todas… o se le considera homosexual. Y si alguna vez no tiene ganas, es impotente».

Sin llegar a la agresión sexual, en algunas parejas jóvenes se producen «imposiciones»: muchas chicas no logran que su novio use preservativo porque temen ser abandonadas si insisten demasiado.

Otro mito dañino es el que entiende los celos -muy frecuentes en las parejas jóvenes- como una muestra de amor. El control constante del otro, a veces a través del móvil -¿Con quién vas?, Dónde estás?, ¿A qué hora llegas?-, y la censura a ciertas vestimentas -algunos chavales desaprueban la ropa provocativa de sus novias- son algunas de sus manifestaciones. González asegura que, mientras la violencia física es mayoritariamente masculina, entre las parejas adolescentes el insulto y la violencia psicológica son comunes a chicos y chicas.

Amor-fusión

Nora Miñán, coordinadora del curso, asegura que muchos problemas surgen a causa de unas expectativas demasiado elevadas en el «amor-fusión, el mito de que una relación de pareja supone una fusión total entre ambos componentes y que la felicidad sólo se alcanza si tienes esa media naranja». Esa idea genera «pérdida de autonomía» y conduce a considerar al otro como «una posesión».

«Nosotros proponemos un amor de convergencia, donde se compartan cosas pero sin perder la autonomía», explica esta trabajadora social. La relación, dice, ha de estar «en constante negociación», y son los amantes los que deben decidir sus términos: desde la exclusividad sexual -ella prefiere hablar de «lealtad y respeto a los acuerdos tomados» que de «fidelidad»- hasta qué se quiere compartir y qué no. Miñán resalta el estereotipo de que el amor lo es todo. «Eso empuja a algunas parejas a aislarse, recortar el círculo de amistades y considerar que el otro puede cubrir todas nuestras necesidades afectivas».

Discutir es un juego

Otro tópico es la creencia de que en una pareja bien avenida siempre reina la paz. «Hay que ser conscientes de que el conflicto es inevitable: forma parte de la vida. La cuestión es qué hacemos con él. No tiene por qué ser el fin de la relación».

El curso incluye un taller de resolución de conflictos. Y como no hay recetas, los ejercicios se centran en aprender a eliminar los obstáculos más frecuentes. Uno de ellos es la incapacidad de interpretar y expresar los propios sentimientos. Con juegos de rol se entrenan en habilidades de comunicación y practican el estilo asertivo -«Saber defender tus derechos respetando los de la otra persona»-, frente al impositivo o el pasivo. Los alumnos asumen diferentes papeles para negociar un mismo conflicto con diferentes estilos y poder comparar las ventajas e inconvenientes de unos y otros.

Los estudiantes también aprenden las «técnicas de parada»: los dos miembros de la pareja pactan un gesto o señal para detener la pelea, «minimizar los daños» y, una vez que cada uno reflexione por su parte, reanudar la conversación más tranquilos. Cuando puedan, de nuevo, tratarse bien.

igallastegui@ideal.es
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De Puerta Elvira al monasterio de San Jerónimo

SEGUNDA RUTA TALAVERIANA
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Lázaro Gila Medina, profesor de Historia del Arte de la UGR, será el guía de la segunda Ruta talaveriana, que comenzará a las 11 horas en la Puerta de Elvira y concluirá en el monasterio de San Jerónimo. La ruta se enmarca dentro del programa de actividades que se está desarrollando con motivo del V centenario de la muerte de Fray Hernando de Talavera, primer arzobispo de Granada. / IDEAL

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