El trabajo ha sido llevado a cabo en ratones normales y transgénicos, a los que se provocó un envejecimiento celular
acelerado, si bien sus resultados son aplicables al ser humano.
El estudio, en el que también han participado investigadores de las universidades de Sevilla, Oviedo, Zaragoza, Barcelona y
Reus, concluye que el consumo de la melatonina retrasa el daño oxidativo y los procesos inflamatorios propios de la edad.
Esta sustancia natural, que el ser humano produce, se encuentra en pequeñas cantidades en algunas frutas y verduras como la
cebolla, la cereza y el plátano y en cereales como el maíz, la avena y el arroz, además de en el vino tinto y algunas plantas
aromáticas como la menta, hierba luisa, salvia o tomillo.
y coordinador de la Red Nacional de
Según Darío Acuña, miembro del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada
Investigación del Envejecimiento, el estudio ha comprobado que es a los cinco meses de edad en los ratones, lo que
equivaldría a los 30 años del hombre, cuando comienzan a aparecer los primeros síntomas de envejecimiento en los tejidos
animales debido a un aumento de los radicales libres (oxígeno y nitrógeno), que a su vez provocan una reacción inflamatoria.
Este estrés oxidativo también tiene su reflejo en la sangre del animal, ya que, según han comprobado los investigadores, las
células sanguíneas «son más frágiles con el paso de los años, por lo que su membrana celular se destruye más fácilmente».
Los autores del estudio administraron melatonina en pequeñas cantidades a los ratones y observaron que esta sustancia,
además de neutralizar el estrés oxidativo y el proceso inflamatorio provocado por el envejecimiento, retrasa los efectos de
éste, aumentando así la longevidad.
consistió en estudiar la función de la mitocondria de los ratones y su capacidad para
La labor de la Universidad de Granada
producir ATP o trifosfato de adenosina, una molécula encargada de almacenar la energía que cualquier célula necesita para
llevar a cabo todas sus funciones.
Según Acuña, la administración crónica de melatonina en el animal en el momento en que deje de producirla ayuda a
contrarrestar todos los procesos asociados al envejecimiento.
Así, la ingesta de esta sustancia a diario en el hombre a partir de los 30 ó 40 años podría, si no prevenir, al menos retrasar la
aparición de enfermedades ligadas al envejecimiento y relacionadas con los radicales libres e inflamación, como son muchos
procesos neurodegenerativos (Párkinson), así como las complicaciones de otras patologías como la diabetes.
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