El nuevo delegado de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía en Granada, Juan José Martín, apenas tiene huecos libres en la agenda. Cincuenta y cuatro días después de su toma de posesión -lleva la cuenta en su móvil, para saber bien cuándo cumple sus cien primeros días al frente de una macrocartera-, tras visitar la mayoría de las oficinas de empleo de Granada, reunirse con todos los técnicos y haberle tomado el pulso a la Delegación, Martín repasa en esta entrevista los principales retos que afronta para los próximos cuatro años. Y casi todos pueden resumirse en uno solo: crear empleo.
-Este es su primer cargo en el Gobierno andaluz y llega a una Delegación con competencias muy relevantes, más aún en los tiempos que corren. ¿Cómo afronta este nuevo reto?
-Es una Delegación grande y que supone muchísima responsabilidad. Ahora mismo la ilusión es compartida por todos los nuevos delegados que hemos entrado en la Junta de Andalucía, pero sólo con ilusión no se pueden conseguir los objetivos. Puede servir como motor, pero la responsabilidad y la ejemplaridad tienen que ser los pilares fundamentales de esta Delegación. Intentar hacerlo lo mejor posible, con mucha ilusión, pero siempre con la responsabilidad de que estamos hablando de la economía, que va a generar la riqueza imprescindible para generar empleo, y cuando generemos empleo se generará el bienestar social.
-¿Cuál es la situación de Granada en materia de empleo? Aunque parece que las cifras mejoran ligeramente, aún estamos lejos de recuperar lo que se ha perdido.
-La situación de Granada es preocupante. Tenemos una tasa de desempleo muy alta y tras la situación de crisis económica que hemos vivido estos últimos años, Granada se ha resentido mucho. Nuestro tejido productivo no son las industrias, son las pequeñas y medianas empresas, y la crisis económica y financiera les ha afectado fuertemente. Nuestra punta de lanza hoy día como sector productivo en Granada es el sector servicios, y especialmente la hostelería y comercio. Eso quiere decir que los buenos datos que estamos viendo del turismo son alentadores para el futuro de nuestra economía, pero no son suficientes. Hay que apoyarse en las tres ‘I’ de las que tanto habla la presidenta Susana Díaz: la industrialización, la investigación y la innovación, y la internacionalización. Hay que cambiar nuestro tejido productivo hacia esos tres focos, esas tres ‘I’. Creo que Andalucía y Granada tienen potencial para conseguirlo.
-¿Y cómo se puede forzar ese cambio? Porque llevamos ocho años hablando del nuevo modelo productivo y no parece que nada haya cambiado.
-Un buen ejemplo de cambio de modelo productivo es lo que representan el Parque Tecnológico de la Salud (PTS) y la Universidad. ¿Por qué? Porque la UGR tiene excelentes grupos de investigadores, que a su vez generan un conocimiento que se transfiere al mundo empresarial, que son los que definitivamente generan empleo. ¿Las instituciones qué hacemos? Somos las que tenemos que poner las herramientas necesarias para que esa transferencia de conocimiento de la Universidad a la empresa se haga de manera eficaz y se genere ese empleo que tanto necesita la provincia. El PTS es un sector donde la cualificación de los trabajadores es media-alta y vienen de una preparación universitaria grande. Ahora mismo hay instaladas 91 empresas, que están dedicadas al mundo de la investigación y el desarrollo. Creo que eso es un ejemplo de cambio de modelo, de adaptación a las tres ‘íes’. Pero queda mucho por hacer.
-¿Qué herramientas puede habilitar la Junta y la Delegación para conseguir esos objetivos?
-Para empezar necesitamos un diálogo social entre sindicatos, Confederación de Empresarios e instituciones en el que todos vayamos de la mano. Es cierto que a niveles macroeconómicos se puede decir que se está creciendo, pero en derechos laborales, no. Tenemos una Reforma Laboral que atenta directamente contra los derechos laborales, y por mucho que se pueda crecer económicamente, si no tenemos un colectivo de trabajadores con unos derechos bien asegurados, vamos a seguir teniendo trabajadores pobres. Esa es la primera norma. Además, desde las instituciones, con incentivos, subvenciones y ayudas a nuestro tejido productivo, tenemos que favorecer que las pymes den el salto para constituirse como grandes empresas. Las instituciones deben poner los cimientos necesarios para mejorar el tejido productivo granadino y andaluz.
-Precisamente una de las debilidades de la economía granadina es el tamaño de sus empresas…
-Granada no es una provincia con industria, y por eso decía que el PTS representa un ejemplo de lo que puede ser el futuro de nuestra economía. Es cierto que no todo el mundo puede tener una gran empresa, pero también lo es que la Junta de Andalucía y la Delegación tienen que hacer todo lo posible para que aquellas que sí generan productividad económica y pueden dar el salto a ser una gran empresa, lo den. Eso sin olvidar a las pymes, que son las que de verdad mantienen el tejido productivo y son las que más sufren los procesos de crisis económica.
-Los sindicatos llevan meses advirtiendo de que la salida de la crisis se está cimentando sobre trabajo parcial y precario. ¿Es responsabilidad de la situación económica, de los empresarios…?
-Mientras haya un marco legal en el que una empresa se pueda arropar para esas condiciones laborales… No veo culpables ni a los empresarios ni, por supuesto, a los trabajadores. El mayor problema es un Gobierno central insensible a los problemas reales de los ciudadanos y los trabajadores. Si de verdad escuchasen y vieran la realidad de los trabajadores, la Reforma Laboral habría sido derogada.
-Sin la Reforma Laboral, ¿esta crisis habría sido distinta?
-La crisis económica como tal viene a raíz una crisis financiera global que por supuesto nada tiene que ver con la Reforma Laboral. Lo que sí tiene que ver con la reforma es la situación actual en la que se encuentran los trabajadores. Ese marco legal hace que se vean desamparados en muchos derechos.
-La recuperación de la que tanto se habla no ha llegado a miles de familias, que siguen en paro y sin perspectivas de salir adelante…
-La recuperación macroeconómica deberá de tirar de la microeconómica. Cuando se recuperen estos factores de macroeconomía habrá más posibilidades de generar empleo y las familias tendrán más posibilidad de tener recursos. Al final entramos todos dentro de ese círculo, pero hasta que verdaderamente las familias no palpen esa recuperación microeconómica, hablarles de datos, de estadísticas, de que los grandes índices se están recuperando, de que en exportaciones somos líderes, les va a dar igual. Hasta que en las casas de la gente no se vea realmente esa recuperación, no vean que tienen un empleo estable, hablarles de recuperación económica es insultarles.
-Hablando de las tres ‘I’ que comentaba antes, ¿qué cree que debería hacer Granada para ganar peso industrial?
-Primero hay que hacer un cambio de concepción de cómo se ve el mundo empresarial, y luego hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos para que las pequeñas empresas o industrias se queden aquí, que no se nos vayan.
-En cuanto a la innovación, ¿cuál es su situación en Granada?
-La Junta está trabajando para este año 2016 en un nuevo Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación que va a poner el marco reglamentario para las nuevas ayudas, y eso tiene que ser el salto cualitativo que necesita Andalucía para que la investigación vuelva a ser punta de lanza. En Granada tenemos que vincular ese plan con la Universidad de Granada. Esa vinculación se tiene que ejecutar creando los puentes necesarios de transferencia de conocimientos de la UGR a las empresas, que son los que generan economía y empleo. Creo que es capital que esa transferencia de conocimiento se haga desde la UGR a las empresas, y el mejor ejemplo es el PTS con su Centro de Empresas, que se abrirá en el año 2016.
-Terminando con las ‘I’ de las que hablaba al principio, ¿la internacionalización goza de buena salud en Granada?
-La posibilidad de internacionalización y la exportación de recursos viene sobre todo por el sector de la industria agroalimentaria. En uno de los últimos informes del SAE sobre sectores emergentes recoge la industria agroalimentaria como el primero. Granada en este aspecto crece, porque el sector agroalimentario es el que más ha crecido en todas las áreas territoriales de empleo y es donde más posibilidades hay hoy en día, pero esto no sería posible sin la I+D+i, o en este caso sin la capacidad que las TIC posibilitan a las empresas para desarrollar este comercio exterior.
-Durante muchos años el interés por el sector agroalimentario ha sido mínimo, a pesar de que se ha revelado como una gran fortaleza. ¿Está preparado para generar el empleo y la riqueza que necesita la provincia?
-En algunas zonas territoriales está aumentando el interés de la gente por querer montar su empresa dedicada al sector agroalimentario, especialmente la zona de Loja y Huétor Tájar gracias a la implementación del Centro de Desarrollo e Investigación de Productos Agroalimentarios. En la provincia de Granada necesitamos que proyectos como este sigan creciendo y que la gente se siga interesando por montar su empresa en torno al sector alimentario.
-Antes de la crisis había pocos que dijeran que el futuro económico de Granada debería ir ligado al sector agroalimentario…
-Había mucha gente que no quería dedicarse a la agricultura, pero cuando coges el fruto de la tierra, lo transformas y lo exportas, entras en el sector agroalimentario. La crisis económica ha vuelto a convertir al sector agrícola, al ganadero, a la agricultura ecológica y al agroalimentario en una nueva oportunidad para crear empleo y generar riqueza.
-¿Qué otros sectores tienen futuro para Granada?
-Uno de los sectores que recoge el estudio de sectores emergentes del SAE es la minería. Hace escasamente unas semanas el consejero de Economía hizo pública la transferencia de los derechos mineros a Minas de Alquife. Esto conlleva un compromiso de la Junta de Andalucía de que todos los recursos que puedan ser explotados para generar riqueza y empleo se pongan en funcionamiento. La zona del Marquesado del Zenete venía siendo una zona deprimida, complicada y que necesitaba de un impulso económico, y nos consta la alegría que ha supuesto la posibilidad de generar 300 puestos de trabajo que a su vez generarán mucha riqueza.
-La empresa afronta ahora unas condiciones duras para poder llevar a cabo el proyecto. ¿Pueden ser un impedimento para su puesta en marcha?
-A la empresa se le ha concedido un periodo de seis meses para el proyecto de investigación y el director de Minas de Alquife se ha comprometido a empezar a trabajar en la reapertura oficial de la mina a finales de 2016. Nuestro trabajo lo hemos conseguido, ha sido un trámite largo, muy delicado y que se ha hecho con el máximo rigor jurídico y la mayor delicadeza posible, porque jugar con la ilusión de la gente cuando sabes que puedes generar empleo no era nuestra intención.
-Los sindicatos han denunciado en varias ocasiones la sobrecarga de las oficinas de empleo. ¿Cuál es la situación actual?
-Una de las cosas que estoy haciendo desde que entré en la Delegación es visitar las 22 oficinas de empleo de la provincia para hacer un análisis y un diagnóstico de su estado, ver cuáles son sus principales problemas y conocerlos in situ. Sí es cierto que en algunas oficinas tenemos falta de personal, pero también es debido a las famosas tasas de reposición del Gobierno central. A pesar de ello la Junta hizo un plan de choque por el que algunos puestos se cubrieron y eso ayudó a agilizar la atención a la ciudadanía, sobre todo en una oficina a la que las personas van con una preocupación evidente. No son trámites burocráticos al uso, a los trabajadores de las oficinas de empleo les toca hacer un trabajo psicológico. Tenemos que seguir mejorando el funcionamiento de las oficinas, estamos trabajando en ello.
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