La UGR estudia los institutos en los que se impartirá árabe

convenio entre la consejería de educación y la universidad

La UGR estudia los institutos en los que se impartirá árabe

La implantación de este idioma como segunda lengua en los centros educativos públicos se retrasa hasta el próximo curso, ya que los expertos universitarios están colaborando ahora en el plan de bilingüismo

pedro feixas
lengua. Varios alumnos asisten a una clase de árabe del programa piloto de Cruz Roja en la Costa.

Sólo en la Escuela de Idiomas y en la Facultad de Traducción

ANA GONZÁLEZ
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granada. El departamento de Estudios Semíticos de la Universidad de Granada ha creado una comisión que trabaja en la elaboración de un informe sobre la demanda del árabe como segundo idioma en los institutos públicos de la provincia. El grupo de trabajo elaborará durante todo el año el diseño curricular de esta asignatura que se impartirá como segundo idioma a partir del próximo curso en Granada.
El proyecto, fruto de un convenio entre la Consejería de Educación y la Universidad, debería haberse puesto en marcha en este curso escolar como experiencia piloto, sin embargo el hecho de que los profesores de la Universidad hayan colaborado este año de forma prioritaria en el proyecto sobre bilingüismo de la Consejería de Educación ha hecho que se retrase, pese a las expectativas que había creado.

El objetivo del convenio pasa por que las posibilidades de estudio para los jóvenes de un segundo idioma no se limiten al tradicional inglés, fránces y alemán, pues tendrían también la oportunidad de estudiar la lengua y la cultura árabes, si así lo desean. La intención de este proyecto es que, además de ampliar sus conocimientos, los jóvenes se acerquen al mundo árabe y conozcan su cultura fomentando así la tolerancia y el respeto entre los alumnos, argumenta el vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad de Granada, Manuel Díaz Carrillo.

Además, esta iniciativa permitirá mejorar el nivel de los alumnos que acceden a la Facultad de Traducción e Interpretación, ya que vimos que los que entraban en inglés, francés o alemán tenían un nivel muy alto mientras que los que querían especializarse en árabe no tenían ninguna base, añade Díaz Carrillo.

Para impartir estas asignaturas, el convenio establece que un grupo de profesores de la Universidad de Granada se encargue de introducir a los alumnos en el conocimiento del idioma. El hecho de que la institución granadina mantenga convenios con las universidades de Marruecos, Yemen o Irán, entre otras, facilitará también que los alumnos que se decanten por esta opción puedan disponer en sus aulas de profesores nativos.

Contamos con un gran número de profesores de intercambio en numerosos países musulmanes que pueden colaborar con este proyecto, además todo el departamento de Semítica está implicado e interesado en participar, declara el vicerrector de Relaciones Internacionales.

La idea de implantar el árabe en las aulas de los institutos como segundo idioma se enmarca en el plan de fomento del plurilingüismo que este año ha puesto en marcha por primera vez en Andalucía la Consejería de Educación y que ha permitido que en 12 centros públicos de Granada los alumnos puedan cursar asignaturas de su currículum en otro idioma: inglés, francés o alemán.

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Opinión – Granada y la arquitectura contemporánea: otra vez

TRIBUNAABIERTA
Granada y la arquitectura contemporánea: otra vez
JUAN CALATRAVA ESCOBAR /DIRECTOR DE LA ETS ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
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RECIENTEMENTE la opinión pública granadina ha visto, otra vez, cómo se le reclamaba su atención en nombre de la arquitectura. Eso, en principio, debería ser un motivo de satisfacción. Muchos de quienes se dedican a la arquitectura (practicándola profesionalmente, enseñándola, escribiendo e investigando sobre ella) están lejos de sentir esa tentación dictatorial y despreciativa hacia la ciudadanía que con tanta frecuencia se les atribuye; más bien, sueñan con una situación ideal en la que el diseño y la construcción del espacio en que vivimos fuese el resultado de un debate profundo y de un diálogo fluido entre los ciudadanos y los profesionales encargados de materializar sus aspiraciones, de una reflexión colectiva en la que las consideraciones económicas ocupasen su justo lugar, ni más ni menos (desconocer sus exigencias no nos llevaría sino a la utopía), pero no determinasen de manera exclusiva y abusiva el modo de crecimiento de nuestras ciudades.

Y, sin embargo, otra vez, hay que intervenir en una polémica ya viciada desde su propio inicio y hacerlo con la amargura del déjà vu. La intervención de la discordia es ahora, como se sabe, la realizada por el arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas en el espacio libre producido por el derrumbamiento de un sector de la muralla del Albaicín. Sobre las burdas descalificaciones que han dado inicio el debate -verdadero eufemismo en este caso- ya se ha expresado con rotundidad en estas mismas páginas J.M. Gómez Acosta, en un tono razonado y sosegado que contrasta con las soflamas de quienes sólo saben reclamar demoliciones de edificios y linchamientos de arquitectos en nombre de no se sabe qué Granada eterna. También el Colegio de Arquitectos ha recordado oportunamente que algo debe funcionar mal en la administración de la ciudad cuando, ante el menor ruido producido por ciertas personas o colectivos cuya representatividad ciudadana sigue siendo una hipótesis por demostrar, aquellos que nada malo vieron en su momento en el proyecto original y otorgaron todas las licencias y vistos buenos necesarios son de repente presa del pánico y comienzan a exigir reformas en el mismo, demostrando, además, una inquietante despreocupación por el uso de los caudales públicos.

Mal proceso es aquel que empieza con la sentencia dictada de antemano y con el reo ya condenado sin posibilidad de defensa -además de vilipendiado con una energía digna de mejor causa-. Sobre Antonio Jiménez Torrecillas podría decir muchas cosas, y todas buenas. Podría recordar, por ejemplo, que suyo es el edificio del Centro José Guerrero, una institución que desde hace cinco años, gracias a la magnífica dirección de Yolanda Romero, viene nutriendo a Granada de cultura artística contemporánea de primera línea. Me limitaré, sin embargo, a señalar, en el terreno que me compete como Director de la Escuela de Arquitectura de Granada, que es un profesor extraordinariamente apreciado justo porque intenta siempre fundamentar su enseñanza de la arquitectura en el sentido crítico, el análisis riguroso y el debate de ideas, alejado de cualquier sectarismo preconcebido (exactamente lo que más se echa de menos en sus contradictores).

Y es que, otra vez, vuelve a ser lamentable que las voces de personas que aman sinceramente nuestra ciudad y que desean lo que creen mejor para ella en lugar de exponer sus argumentos prefieran el terreno del exabrupto al del diálogo y se atrincheren en posiciones numantinas desde las que no cabe sino un discurso monolítico autoconvencido de su propia Verdad. Otra vez más, se yerra en la identificación del blanco. La indignación podría dirigirse a objetivos de mucha más enjundia que esta intervención sobre la muralla del Albaicín. Por ejemplo, a esos Ayuntamientos (y no sólo el de Granada: prácticamente todos, sin distinción de color político) que abdican vergonzosamente de su función pública al renunciar al papel que pudiera corresponderles en la moderación del mercado del suelo y entrar en él como especuladores privados en busca de financiación para las arcas municipales. Podría también alzarse la voz contra ese modo perverso de crecimiento de la ciudad que son las urbanizaciones de adosados, una manera de habitar despilfarradora de suelo y recursos, antiecológica por antonomasia y que, al tiempo que halaga nuestra vanidad de propietarios, supone la muerte de la ciudad entendida como algo más que mero agregado de casas. Podría protestarse con energía contra los eternos retrasos en la configuración de un sistema de transporte público a nivel del área metropolitana. También podrían y deberían ser criticados -siempre, insisto, con argumentos intelectuales y no desde el dudoso terreno del gusto- muchos arquitectos, por ejemplo los que disfrazan sus edificios con una ridícula piel seudo-histórica (un paseo por la costa granadina es muy instructivo al respecto). Igualmente podría haberse hecho algo más que verter escarnio y bilis sobre los famosos minipisos de la ministra de la Vivienda, una valiente propuesta a la que no se le ha dado ni el tiempo necesario para ser concretada y desarrollada y que como mínimo es merecedora de una discusión seria. Pero todo eso son fruslerías: la verdadera cuestión vital para Granada es que a algunos no les gusta -repito: no les gusta, eso es todo- cómo se ha solucionado con un proyecto contemporáneo una abertura en la muralla.

Por supuesto, la crítica puede y debe ejercerse también contra la arquitectura más estrictamente contemporánea (aunque, por otro lado, ¿acaso no es también contemporánea, motivada por argumentos de aquí y de ahora, la opción tradicionalista que propone congelar la ciudad en el siglo XIX?). Es más, la buena arquitectura no puede vivir sin el alimento del debate crítico. Mal asunto sería denostar el fundamentalismo de los nostálgicos sólo para sustituirlo por otro de diverso cuño. Pero si queremos discutir sobre arquitectura con conocimiento de causa, recordemos que la verdadera materia de la arquitectura es el espacio y la relación con la ciudad y el territorio, no la estética de las fachadas. Estudiemos con ojos libres de prejuicios las numerosas y brillantes contribuciones que la arquitectura contemporánea ha hecho a Granada. Recordemos, por lo demás, que toda ciudad es siempre contemporánea y que su vida se basa en un inevitable ciclo de destrucción-construcción, de memoria consolidada e innovación. Nada es más necesario hoy que la conservación de la memoria histórica. Pero la memoria de un pueblo deja de jugar su papel de progreso cuando se retuerce su sentido para alzarla como dique contra una modernidad que venga a turbar nuestra plácida paz de última provincia en renta per capita. Bienvenida sea, pues, la polémica. Discutamos de arquitectura desde la confrontación de ideas y desde el reconocimiento de la existencia legítima de diversas sensibilidades y opciones, no desde la descalificación mutua, y armémonos de argumentos para un debate sereno que, lejos de ser un lujo intelectual prescindible, es hoy para nuestra ciudad una necesidad perentoria. Espero y deseo que en este proceso pueda tener un papel significativo la contribución de la Escuela de Arquitectura de Granada, que concibe su función no sólo de puertas adentro, para la formación universitaria de los futuros arquitectos, sino también con una vertiente insoslayable de intervención en los problemas de la ciudad.

TRIBUNAABIERTA
Granada y la arquitectura contemporánea: otra vez
JUAN CALATRAVA ESCOBAR /DIRECTOR DE LA ETS ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
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RECIENTEMENTE la opinión pública granadina ha visto, otra vez, cómo se le reclamaba su atención en nombre de la arquitectura. Eso, en principio, debería ser un motivo de satisfacción. Muchos de quienes se dedican a la arquitectura (practicándola profesionalmente, enseñándola, escribiendo e investigando sobre ella) están lejos de sentir esa tentación dictatorial y despreciativa hacia la ciudadanía que con tanta frecuencia se les atribuye; más bien, sueñan con una situación ideal en la que el diseño y la construcción del espacio en que vivimos fuese el resultado de un debate profundo y de un diálogo fluido entre los ciudadanos y los profesionales encargados de materializar sus aspiraciones, de una reflexión colectiva en la que las consideraciones económicas ocupasen su justo lugar, ni más ni menos (desconocer sus exigencias no nos llevaría sino a la utopía), pero no determinasen de manera exclusiva y abusiva el modo de crecimiento de nuestras ciudades.

Y, sin embargo, otra vez, hay que intervenir en una polémica ya viciada desde su propio inicio y hacerlo con la amargura del déjà vu. La intervención de la discordia es ahora, como se sabe, la realizada por el arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas en el espacio libre producido por el derrumbamiento de un sector de la muralla del Albaicín. Sobre las burdas descalificaciones que han dado inicio el debate -verdadero eufemismo en este caso- ya se ha expresado con rotundidad en estas mismas páginas J.M. Gómez Acosta, en un tono razonado y sosegado que contrasta con las soflamas de quienes sólo saben reclamar demoliciones de edificios y linchamientos de arquitectos en nombre de no se sabe qué Granada eterna. También el Colegio de Arquitectos ha recordado oportunamente que algo debe funcionar mal en la administración de la ciudad cuando, ante el menor ruido producido por ciertas personas o colectivos cuya representatividad ciudadana sigue siendo una hipótesis por demostrar, aquellos que nada malo vieron en su momento en el proyecto original y otorgaron todas las licencias y vistos buenos necesarios son de repente presa del pánico y comienzan a exigir reformas en el mismo, demostrando, además, una inquietante despreocupación por el uso de los caudales públicos.

Mal proceso es aquel que empieza con la sentencia dictada de antemano y con el reo ya condenado sin posibilidad de defensa -además de vilipendiado con una energía digna de mejor causa-. Sobre Antonio Jiménez Torrecillas podría decir muchas cosas, y todas buenas. Podría recordar, por ejemplo, que suyo es el edificio del Centro José Guerrero, una institución que desde hace cinco años, gracias a la magnífica dirección de Yolanda Romero, viene nutriendo a Granada de cultura artística contemporánea de primera línea. Me limitaré, sin embargo, a señalar, en el terreno que me compete como Director de la Escuela de Arquitectura de Granada, que es un profesor extraordinariamente apreciado justo porque intenta siempre fundamentar su enseñanza de la arquitectura en el sentido crítico, el análisis riguroso y el debate de ideas, alejado de cualquier sectarismo preconcebido (exactamente lo que más se echa de menos en sus contradictores).

Y es que, otra vez, vuelve a ser lamentable que las voces de personas que aman sinceramente nuestra ciudad y que desean lo que creen mejor para ella en lugar de exponer sus argumentos prefieran el terreno del exabrupto al del diálogo y se atrincheren en posiciones numantinas desde las que no cabe sino un discurso monolítico autoconvencido de su propia Verdad. Otra vez más, se yerra en la identificación del blanco. La indignación podría dirigirse a objetivos de mucha más enjundia que esta intervención sobre la muralla del Albaicín. Por ejemplo, a esos Ayuntamientos (y no sólo el de Granada: prácticamente todos, sin distinción de color político) que abdican vergonzosamente de su función pública al renunciar al papel que pudiera corresponderles en la moderación del mercado del suelo y entrar en él como especuladores privados en busca de financiación para las arcas municipales. Podría también alzarse la voz contra ese modo perverso de crecimiento de la ciudad que son las urbanizaciones de adosados, una manera de habitar despilfarradora de suelo y recursos, antiecológica por antonomasia y que, al tiempo que halaga nuestra vanidad de propietarios, supone la muerte de la ciudad entendida como algo más que mero agregado de casas. Podría protestarse con energía contra los eternos retrasos en la configuración de un sistema de transporte público a nivel del área metropolitana. También podrían y deberían ser criticados -siempre, insisto, con argumentos intelectuales y no desde el dudoso terreno del gusto- muchos arquitectos, por ejemplo los que disfrazan sus edificios con una ridícula piel seudo-histórica (un paseo por la costa granadina es muy instructivo al respecto). Igualmente podría haberse hecho algo más que verter escarnio y bilis sobre los famosos minipisos de la ministra de la Vivienda, una valiente propuesta a la que no se le ha dado ni el tiempo necesario para ser concretada y desarrollada y que como mínimo es merecedora de una discusión seria. Pero todo eso son fruslerías: la verdadera cuestión vital para Granada es que a algunos no les gusta -repito: no les gusta, eso es todo- cómo se ha solucionado con un proyecto contemporáneo una abertura en la muralla.

Por supuesto, la crítica puede y debe ejercerse también contra la arquitectura más estrictamente contemporánea (aunque, por otro lado, ¿acaso no es también contemporánea, motivada por argumentos de aquí y de ahora, la opción tradicionalista que propone congelar la ciudad en el siglo XIX?). Es más, la buena arquitectura no puede vivir sin el alimento del debate crítico. Mal asunto sería denostar el fundamentalismo de los nostálgicos sólo para sustituirlo por otro de diverso cuño. Pero si queremos discutir sobre arquitectura con conocimiento de causa, recordemos que la verdadera materia de la arquitectura es el espacio y la relación con la ciudad y el territorio, no la estética de las fachadas. Estudiemos con ojos libres de prejuicios las numerosas y brillantes contribuciones que la arquitectura contemporánea ha hecho a Granada. Recordemos, por lo demás, que toda ciudad es siempre contemporánea y que su vida se basa en un inevitable ciclo de destrucción-construcción, de memoria consolidada e innovación. Nada es más necesario hoy que la conservación de la memoria histórica. Pero la memoria de un pueblo deja de jugar su papel de progreso cuando se retuerce su sentido para alzarla como dique contra una modernidad que venga a turbar nuestra plácida paz de última provincia en renta per capita. Bienvenida sea, pues, la polémica. Discutamos de arquitectura desde la confrontación de ideas y desde el reconocimiento de la existencia legítima de diversas sensibilidades y opciones, no desde la descalificación mutua, y armémonos de argumentos para un debate sereno que, lejos de ser un lujo intelectual prescindible, es hoy para nuestra ciudad una necesidad perentoria. Espero y deseo que en este proceso pueda tener un papel significativo la contribución de la Escuela de Arquitectura de Granada, que concibe su función no sólo de puertas adentro, para la formación universitaria de los futuros arquitectos, sino también con una vertiente insoslayable de intervención en los problemas de la ciudad.

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Jóvenes reporteros

EDICIÓN IMPRESA – Córdoba
Jóvenes reporteros
POR MARÍA ROSO/

Los alumnos del instituto preparan un reportaje en la puerta del centro. QUERCUS

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CÓRDOBA. Según cuenta Antonio Tamajón, profesor encargado del proyecto «Jóvenes Reporteros» en el instituto Antonio María Calero de Pozoblanco, todo empezó con la puesta en marcha de un taller de vídeo en el centro hace ya diez años. «Editábamos nuestro propio material audiovisual con fines educativos», explica Tamajón. «Incluso mostramos una producción propia sobre el método científico en el Parque de las Ciencias de Granada», añade.

Este profesor cree que este último vídeo fue la razón de que la Consejería de Educación escogiera su centro como representante de la provincia en el certamen «Jóvenes Reporteros», en el que participan otros diez institutos andaluces y un total de 200 alumnos. Además de ello, a los seleccionados se les exigía el requisito de contar con un grupo de trabajo en tecnología de la comunicación, tal y como explica el director del IES, Blas Torres.

Constitución europea

Los encargados de poner en marcha este proyecto son el ya citado Antonio Tamajón y su compañero de departamento Álvaro González, ambos profesores de Física y Química. Junto a ellos, 18 alumnos de cuarto de Secundaria serán los que darán forma a un reportaje de entre tres y diez minutos que tendrá como tema la «ciudadanía europea». «En estos momentos aún estamos en la fase de elaboración del guión», comenta Tamajón. «Y la semana pasada recibimos la cámara digital y el equipo de edición y montaje digital (cedidos por una conocida marca de electrónica que colabora en el certamen)», continua.

Aunque no quieren adelantar mucho sobre su reportaje, dan una pista y afirman que tiene que ver con la convivencia entre personas de diferentes países y culturas.

De los diez participantes, la Consejería elegirá un centro para acudir a la convocatoria nacional, que se celebrará en febrero, y de ahí al certamen internacional.

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Insólitas trincheras académicas

REPORTAJE
Insólitas trincheras académicas
Alumnos de Bellas Artes construyen con sacos rellenos de alcornoque dos aulas en Málaga en un curso de autogestión
J. MARTÍN-ARROYO – Málaga
EL PAÍS – 14-11-2005
El estudio que Santiago Cirujeda posee en Sevilla es una pequeña babelLos alumnos comenzaron a rellenar 400 sacos de yute sobre una azoteaDemasiada penumbra para los lienzos. El arquitecto sevillano Santiago Cirujeda visitó la pasada primavera la nueva Facultad de Bellas Artes malagueña, invitado para aportar al edificio alguna de sus incendiarias sugerencias. ¿Cómo va a ser que las aulas estén bajo tierra?, inquirió. Su propuesta subversiva consistía en construir dos aulas en la luminosa azotea antes de Navidad. La idea se puso en marcha el viernes pasado, y Cirujeda sudó la gota gorda junto a los alumnos, reconvertidos en peones de la construcción que acarreaban pesados sacos terreros. Tras la presentación del proyecto, la universidad lo asumió como un curso de Autoconstrucción de espacios múltiples, por el que los alumnos consiguen créditos para la carrera. Al final el espacio se convertirá en lo que ellos quieran: desde talleres nocturnos hasta un espacio escénico o una sala de exposiciones, sonríe.

Sobre una azotea con excelentes vistas, los alumnos comenzaron a rellenar, con la grava esparcida por el solar, 400 sacos de yute procedentes de Vietnam. Armados con palas, cepillos y escuadras, su particular batalla persigue levantar unas trincheras-aula más que dignas. El proyecto busca una arquitectura asequible para el alumno profano. Pero también un tipo de construcción que ahorre energía gracias a materiales naturales. Para lograrlo, después de la estructura metálica soldada por profesionales y el suelo de losas aislantes, unas vigas de madera serán rodeadas por sacos rellenos de alcornoque de la Sierra de Sevilla, para luego cubrirlas con un toldo gigante a modo de membrana plastificada impermeable. Todo por 90.000 euros.

El espíritu inquieto impera en el alumnado. La mayoría ya se han lanzado a proponer reformas. Han modificado el espacio para una barandilla y han propuesto que después de la capa de cal, los sacos se puedan decorar, relata Luca Stasi, arquitecto romano colaborador de Cirujeda junto a Guillaume Meigneux, que documenta todo el proceso para realizar vídeos.

Helena Suárez respira sobredosis de entusiasmo: Hasta ahora sólo he dado rodeos: diseño, publicidad, decoración, restauración… Llevo toda la vida esperando para empezar Bellas Artes y siempre me he quedado en la pantalla. Esto no tiene nada que ver, decía la alumna rastrillo al hombro. Cristina Zorita, de 19 años, explicaba que el futuro uso lo decidirán entre todos, pero ella cree que deberían convertirse en aulas. Lo veo claro, porque si ahora estamos en el sótano, cuando vengan los estudiantes del próximo curso no tendrán donde meterse, explicaba.

Estas trincheras no son la única herramienta de agitación que actualmente utiliza el estudio del arquitecto, Recetas Urbanas. En Granada colaboran con un colectivo de 40 estudiantes de Bellas Artes y Arquitectura, Aula Abierta, en busca de un espacio céntrico donde crear. Después de un taller de debate, en un golpe de suerte encontraron un edificio a punto de ser derruido. Lo desmontaron por completo en sólo ocho días, y ahora sus materiales están a la espera de la financiación y permisos necesarios para levantar el cuerpo de otro edificio en terrenos de la Universidad de Granada, con el beneplácito del Rectorado y el Colegio de Arquitectos. La alternativa radical a la vivienda pasa por la estrategia a gran escala y la negociación política, resume Cirujeda acerca de sus desafíos inmobiliarios.

Santiago Cirujeda, de 33 años, tiene ese poder de subyugar tanto a comisarios artísticos de alma rebelde y caché millonario, como a admiradoras espontáneas. Nos levanta el espíritu a pesar de tanto saco, y además es simpatiquísimo, aclara su alumna Sonia Álvarez. El arquitecto calza discurso vertiginoso y a ratos ininteligible, plagado de huellas de jet-lag. Si, vengo algo espídico (acelerado), confiesa. Será porque no para. Es profesor de la universidad colombiana La Javeriana de Bogotá, este año ha asistido a la Trienal japonesa de Yokohama, impartido conferencias en Guadalajara (México), y antes de fin de año acudirá a Montevideo y Buenos Aires.

Chaqueta verde, zapatillas deportivas, pantalones de combatiente y ordenador portátil al hombro, atiende al móvil sin freno pero siempre luciendo sonrisa. El estudio que posee en la Alameda de Hércules sevillana, Recetas Urbanas, es una pequeña babel: Además de Stasi y Meigneux, aportan otros puntos de vista la portuguesa Tania Magdalena, el asturiano Román, el húngaro Gergo Kucusca y el uruguayo Alejandro Bonasso.

El hueco que su frenética actividad llena ha derivado desde un idealismo okupa en el que planteaba habitaciones en andamios y casas encima de los árboles, hacia proyectos más ambiciosos con instituciones, pero igual de provocadores. Me acusan de haber perdido radicalidad. Pero a mí me parece más radical cambiarle la actitud a una universidad acerca de sus solares, que cuando una pandilla de colgaos ocupábamos una casa.

No abandona la causa, modula su discurso. Hemos planteado eliminar los muros de los solares vacíos y obligar a dejarlos abiertos. Como pequeñas plazas y para que colectivos vecinales planteen equipamientos culturales, dice. El caso es que el órdago no ha caído en saco roto y el Ayuntamiento de Sevilla aprobará una ordenanza para autorizarlo en el próximo Plan General de Ordenación Urbana. Durante 10 años he abogado por casos de ilegalidad, pero la gente no termina de asumir esas estrategias al desconcertarles que estén fuera de control, cuenta.

Stasi revela que en el estudio los proyectos varían a medida que el diálogo crece. Todos en Recetas Urbanas rechazan la arquitectura espectacular de edificios museos tan en boga, y prefieren estrategias eficaces y llamadas a la acción para reformar el espacio urbano. Las trincheras en Málaga pretenden desmontar la idea de que hasta que no estés licenciado no puedes actuar, remacha.

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La intensa vida de Sándor Márai

CRÍTICA
La intensa vida de Sándor Márai
El escritor húngaro fue un autor de éxito. Aunque en España sus obras sólo se han conocido desde la reciente publicación de El último encuentro, Márai fue un intelectual burgués y humanista que abandonó su país en 1948, huyendo del comunismo, para instalarse en Estados Unidos donde se suicidó. Esta biografía repasa su rica trayectoria.
LUIS FERNANDO MORENO CLAROS
BABELIA – 12-11-2005

El escritor y su mujer, Lola Matzner, en 1923. (LEGADO MÁRAI)
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SÁNDOR MÁRAI
Ernö Zeltner
Traducción de Elisa Renau
Universitat de València / Universidad de Granada Valencia, 2005
212 páginas. 28 euros
El escritor húngaro Sándor Márai (1900-1989) goza en la actualidad de gran éxito en España. Sus novelas El último encuentro, La herencia de Eszter, Divorcio en Buda, El amante de Bolzano y La mujer justa, así como su autobiografía Confesiones de un burgués (todas en Salamandra), cautivan a un publico variado en virtud de algo que las caracteriza: la magia que sólo tiene la gran literatura. De estructuras similares -extensas conversaciones y largos monólogos-, densas y cuajadas de pensamientos brillantes; teatrales, psicológicas, de escasa acción y peripecia, y hasta de tono melodramático y sentimental, las novelas de Márai son, con todo ello, absorbentes y difíciles de soltar una vez que nos sumergimos en sus páginas y nos dejamos atrapar por sus meandros. Las palabras de sus personajes cautivan y seducen; tal como debieron de seducir las de su creador -así se atestigua- cuando hablaba en sociedad, pues solían ser pausadas y bien meditadas, incisivas, lúcidas e insoslayables. Aun así, voces críticas muy solventes opinan que en la mayor parte de estas celebradas novelas de Márai todo queda finalmente en fuego de artificio desvanecido en humo; no les falta razón, pero lo cierto es que el espectáculo es hermoso y nunca banal. Por otra parte, siempre permanece el aura y el recuerdo de ese ambiente que recrean, aquel mundo europeo de los años de entreguerras, mezcla de cosmopolitismo y grandiosa decadencia burguesa que, como en los relatos de Stefan Zweig, pertenece a una época que hoy nos parece elegante y romántica, un paraíso con cierto olor a podrido ya perdido para siempre.

Así que debido a la popula-

ridad de Márai en nuestro país, resulta muy oportuna la publicación de esta breve biografía ilustrada, elaborada por un reconocido especialista húngaro, editada con gusto y bien traducida. El autor se propone retratar a Márai como ser humano y repasar los diversos episodios y épocas de su vida, siempre oscilante entre la dedicación al arte y las imposiciones del destino, determinado por los avatares políticos de la convulsa Europa del siglo XX. Pero si el lector obtiene una idea ciertamente clara de cómo fue el hombre Márai, echará de menos saber, aunque sea de manera somera, algo más sobre su obra, los motivos concretos de la escritura de tal o cual novela o, al menos, una breve reseña y una cronología de todas ellas.

En cuanto al retrato humano, Márai no fue un escritor aureolado por el malditismo ni tampoco un marginado social desconocido o un mártir político; al contrario, fue en general un señor cabal y mesurado, consciente de su ascendencia burguesa y dedicado en cuerpo y alma a la tarea que le gustaba y que sabía desempeñar a la perfección: la literaria. En ella volcaba su habilidad y su mucha sabiduría, nacida de la atenta observación de los sentimientos y las relaciones humanas. Desde muy joven -siempre fue mal estudiante por demasiado curioso y avispado- lo sedujeron la lectura y el periodismo. Su padre, un gran abogado de la ciudad húngara de Kaschau (hoy en Eslovaquia con el nombre de Kosice), le permitió salir al extranjero en cuanto tuvo edad de estudiar. Hasta los 23 años, cuando se casó con una mujer judía y de acaudalada familia burguesa, Lola, a la que amó intensamente y con la que convivió hasta la muerte de ella, sesenta años después, Márai residió en Budapest y en varias ciudades alemanas (su lengua materna era el húngaro, pero dominó desde pequeño el alemán), Leipzig, Weimar, Múnich y Berlín, que fueron sus escuelas de vida y sabiduría. Allí pasó unos años de aprendizaje bohemio, entre escritores y cafés de artistas, ganándose el sustento con la escritura de artículos periodísticos, crónicas, prosas breves y poemas. Unos años en París, durante la dictadura de Horthy, lo hicieron popular en Hungría gracias a las crónicas que enviaba desde el extranjero. En los años treinta se estableció en Budapest y, obsesionado por el trabajo, comenzó a producir novela y teatro, de modo que en los cuarenta gozaba ya de fama extraordinaria, casi comparable a la de Thomas Mann o Stefan Zweig. Cada nueva obra suya era un éxito de ventas, se traducía a todos los idiomas cultos (incluso al castellano hubo traducciones tempranas que hoy son desconocidas). Márai disfrutaba de una vida acomodada, conducía un automóvil y vivía en una amplia y hermosa casa.

Cuando los nazis accedieron

al poder en Alemania, el escritor húngaro fue uno de los primeros en oponerse abiertamente a Hitler con contundentes artículos. Enseguida vio lo que se le venía encima a Europa, por un lado, con Hitler y, por otro, con Stalin. Sin embargo, a él la crueldad de la guerra no le tocaría de lleno hasta 1945. Después de la invasión alemana de Hungría, frente a tantas atrocidades perpetradas por los invasores secundados por fascistas húngaros, Márai escribió en su diario: De hecho, los alemanes son magos. Han acertado a realizar el milagro de que cualquier ser humano decente espere honestamente y lleno de anhelo a los rusos, a los bolcheviques que llegan como libertadores. Estos libertadores no se metieron con él de momento, dada su fama. Pero con la ocupación soviética de Hungría y con el establecimiento del régimen comunista, la estrella de Márai comenzó a declinar. Tachado pronto de escritor decadente y burgués, aquel europeo individualista y cosmopolita, de ideales humanistas, jamás pudo plegarse a la uniformización colectivizada que aceptaban la mayoría de sus colegas, y en 1948 abandonó Hungría definitivamente para instalarse en Italia.

El desmoronamiento político y moral de su patria bajo el yugo comunista y la vida errante que llevó junto a su esposa durante las últimas décadas de su vida -terminaron instalándose en Norteamérica, en Nueva York y, finalmente, en San Diego- contribuyeron al aislamiento de Márai. Continuó escribiendo diarios y alguna otra novela, y gracias a sus colaboraciones radiofónicas con la emisora Radio Europa Libre su voz llegaba a menudo al otro lado del telón de acero, pero la vejez y la pérdida paulatina de sus seres queridos minaron su espíritu hasta agotarlo por completo. Cambió el régimen en su país y Márai volvió a ser reconocido, recibiendo ofertas para regresar a la patria, pero ya era tarde. Se disparó un tiro en la cabeza en cuanto supo que ya sólo podría seguir viviendo ingresado en un hospital y dependiente del cuidado de otras personas. Poco después de su muerte caía en 1989 el muro de Berlín

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La Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada celebra a su patrón, San Alberto Magno

PROGRAMA

– 12 h. Salón de Grados de la Facultad:

* Conferencia. «Perspectivas de la formación e investigación interdisciplinar en medio ambiente», a cargo del profesor José Luis Rosúa Campos, del Departamento de Botánica de la Universidad de Granada

* Entrega de los Diplomas de la Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales, a los mejores expedientes de la Facultad

* Entrega de Premios a los ganadores en la fase de Distrito de las Olimpiadas de Matemáticas, Física y Química

* Entrega de Diplomas a los ganadores del XIV Concurso de Fotografía «Javier Verdejo» sobre naturaleza, medio ambiente, y denuncia de agresiones contra el entorno

* Intervención del decano de la Facultad de Ciencias, Enrique Hita Villaverde

* Clausura del Acto por el rector de la Universidad de Granada, David Aguilar Peña

– 13,30 h. Visita a los espacios en remodelación de la Facultad

OTROS ACTOS

– 10,30 h. Misa en la Capilla del Colegio Mayor Santa María (C/ San Jerónimo, nº 33). Actuará el Coro de la Facultad de Ciencias

– 14,30 h. Almuerzo de hermandad de los miembros de la facultad

Sala de Exposiciones:

Exposición micológica y exposición de artistas “Colectivo 2005”.
Abierta hasta el jueves, 17 de noviembre. La muestra exhibe los trabajos de los artistas del Colectivo 2005. Lenguajes y temáticas visuales heterogéneas. Un cúmulo de propuestas individuales que se vuelven colectivas dentro del marco artístico. Exponen:

* Mari Carmen Cayuelas Yébenes (obra pictórica)
* José Antonio Díaz González (obra pictórica)
* José Luis Martínez Martínez (obra pictórica)
* Joaquín Rosado (ilustración)
* Javier Blanco Castaño (obra pictórica)
* José Manuel García Ávila (obra pictórica)

Referencia
Prof. Juan Carlos Braga Alarcón. Vicedecano de Actividades Culturales
Tel. 958 246 606 / 958 243 379.
Correo e. decacien@ugr.es


Un programa de innovación de la UGR permite a los alumnos de Arquitectura la aplicación práctica de proyectos de obra

Un proyecto de apoyo a la docencia de la Universidad de Granada permite a los alumnos de la asignatura de Organización, Programación y Control de Obras entrar en contacto con su futuro campo de trabajo a través de la grabación del desarrollo de obras de construcción, así como con ejemplos reales de proyectos de obra de distintas características. La iniciativa, titulada “Aplicación de nuevas tecnologías a la docencia de la asignatura”, permite de esta manera al alumnado disponer de referentes útiles y reales de aplicación práctica de lo estudiado en la asignatura.

Coordinado por la profesora María Dolores Martínez Aires, del departamento de Construcciones Arquitectónicas de la UGR, este proyecto incorpora un programa informático que realiza de forma eficaz algunos de los problemas del aula de prácticas. Así, según los responsables del mismo, “este aspecto resulta imprescindible para la correcta formación del alumnado en una carrera primordialmente práctica en la que, debido al elevado número de estudiantes en cada grupo y asignatura, se hace imposible realizar prácticas de campo. Además, las múltiples responsabilidades legales que se derivarían frente a un posible accidente en alguna de las obras en las que se desarrollaran esas prácticas, alcanzaría a los técnicos de la obra, a los profesores responsables de la práctica y a la propia universidad”.

Con este programa, los autores del proyecto aspiran a motivar adicionalmente al alumnado, enseñándole a utilizar las redes informáticas y a desarrollar agilidad en el uso de programas técnicos de ordenador, al tiempo que supone un complemento de la formación en la asignatura y enriquece el currículo de los estudiantes. Los responsables de la iniciativa han optado por poner en marcha su sistema de apoyo docente a través del acceso identificado de la red de la Universidad de Granada, con el objetivo de aprovechar las ventajas que ofrece Internet para fines docentes, agilizando la transferencia de información desde cualquier lugar y abaratando el costo que se derivaría de otros sistemas tradicionales como materiales impresos o fotocopias para conseguir la información y documentación con la que se trabaja.

Para los responsables del proyecto, de esta manera, se incentiva además una herramienta muy práctica para los alumnos, al tiempo que se fomenta la investigación y se ofrece la opción al estudiante de ampliar sus conocimientos de manera autónoma.

En esta iniciativa participan, junto a la coordinadora, María Dolores Martínez Aires, los también profesores del departamento de Construcciones Arquitectónicas de la Universidad de Granada, Manuel Martínez Rueda, José M. Carrascosa Martínez, Joaquín Durán Álvarez y Agustín Bertrán Moreno. “Ha sido una constante para el profesorado que constituye este grupo de trabajo y que desarrolla su labor docente en la asignatura de Organización, Programación y Control de Obras, –aseguran– aplicar en lo posible las nuevas tecnologías a la actividad docente de la materia. Así, desde 1980, año en que comenzamos a usar con fines docentes el primer ordenador que se adquirió en la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica, hasta hoy, hemos ido adoptando de forma progresiva pequeñas innovaciones dentro de las posibilidades que la economía y la docencia del centro y del departamento han permitido, tanto por lo que se refiere puramente a la docencia de la asignatura como a la gestión del alumnado”. Afirman los profesores que, en la carrera de Arquitectura Técnica, el número medio de matriculados en la asignatura de Organización, Programación y Gestión de Obras es de 550. “Este dato por sí sólo –explican– ya justificaría y obligaría a establecer la necesidad de un sistema que permita procesar la gestión de la información de cada estudiante recogida a lo largo del curso académico, así como completarla con la que se posea de cursos anteriores, en su caso”.

Herramientas informáticas
Por otro lado, el mercado laboral obliga al futuro profesional a manejar las herramientas informáticas con soltura. “Además de poseer ciertas habilidades con los programas de utilidad general, el estudiante ha de dominar en la actualidad ciertas aplicaciones específicas de índole técnico que necesita y exige el mercado laboral. Esta razón hace necesaria la inclusión de un software que complemente las prácticas realizadas en tablero”. Este proyecto de innovación docente desarrolla, pues, una base de datos personalizada, con posibilidad de mejora continua y adaptabilidad, que fomenta y posibilita al profesorado realizar un conocimiento pormenorizado y un seguimiento continuado de los alumnos. Esto repercute, finalmente, en un mayor seguimiento de la asignatura por parte de los estudiantes, cuya consecuencias más destacables son un elevado porcentaje de calificaciones aprobadas y un grado de satisfacción mayor por parte de los mismos y del mismo profesorado, que ve cómo se consiguen los objetivos y fines programados para la asignatura.

Referencia
Profesora María Dolores Martínez Aires. Dpto. Construcciones Arquitectónicas
Tel. 958 246 297 / 958 246 299. Correo e. aires@ugr.es


INVESTIGADORES DE LA UGR TRABAJAN EN EL DESARROLLO DE UN DETERGENTE ECOLÓGICO, EFECTIVO, NO TÓXICO Y DE BAJO COSTE

INVESTIGADORES DE LA UGR TRABAJAN EN EL DESARROLLO DE UN DETERGENTE ECOLÓGICO, EFECTIVO, NO TÓXICO Y DE BAJO COSTE

El análisis de la capacidad de biodegradación y del nivel de toxicidad de los tensioactivos comerciales (componentes que ejercen la función de lavado) es una de las partes de este proyecto del que ya han obtenido los primeros resultados. Los alcoholes grasos etoxilados, empleados normalmente en detergentes industriales para superficies duras, son la mejor alternativa ecológica, junto a los alquilpoliglucósidos, entre los cuatro tensioactivos estudiados.

Universidad de Granada
La producción mundial de tensioactivos (componentes que ejercen la función de lavado en los detergentes) ascendió a dos mil millones de toneladas en el año 2001, incluyendo el jabón. Las expectativas de crecimiento de futuro son del tres al cuatro por ciento, un aumento que está íntimamente ligado a la demanda mundial de detergentes, cada vez mayor. Paralelamente a este auge, también crece la preocupación porque estos productos sean ecológicos, no tóxicos, de bajo coste y además efectivos.

En el diseño de detergentes biodegradables que respeten el Medio Ambiente, que se adapten a las necesidades de los nuevos tiempos y no tengan efectos nocivos sobre el ser humano, trabaja un equipo de investigadores de la Universidad de Granada cuyo estudio ya ha dado sus primeros resultados a través de una tesis doctoral, que bajo el título de ‘Biodegradación y toxicidad de los tensioactivos comerciales’, ha desarrollado Manuela Lechuga Villena, del Departamento de Ingeniería Química de la UGR.

Este primer estudio se ha centrado en el análisis de cuatro clases de tensioactivos presentes usualmente en formulaciones de detergentes comerciales: el alquibenceno sulfonato lineal, que se encuentra principalmente en lavavajillas manuales y detergentes textiles y que se sintetiza a partir de materias primas procedentes del petróleo no renovables; los nonilfenoles polietoxilados que se emplean habitualmente en detergentes industriales para superficies duras; los alcoholes grasos etoxilados, que han surgido como un intento de respuesta más ecológica a los nonilfenoles polietixolados y los alquilpoliglucósidos, procedentes de aceites y azúcares, materias primas completamente renovables, que además tienen propiedades detersivas excelentes y pueden ser la alternativa excelente al alquibenceno.

Alternativa ecológica y barata

Una vez realizado el análisis de estos cuatro componentes de lavado, reproduciendo las condiciones que se dan en ríos y mares en el laboratorio para determinar la toxicidad de estos productos sobre las bacterias marinas, la investigadora ha concluido que los alcoholes grasos etoxilados y los alquilpoliglucósidos muestran un excelente comportamiento toxicológico y de biodegradación, lo que los convierte en la mejor alternativa ecológica. Además, según explica Lechuga Villena, en un trabajo anterior realizado por los grupos de investigación de la UGR Tensioactivos, Enzimas y Emulsiones e Interfases y Tecnología Bioquímica, se demuestra que la combinación de estos tensioactivos conduce a productos comerciales de capacidad detersiva sobresaliente.

La importancia de este trabajo reside en la extensa variedad de aplicaciones que tienen estos componentes en usos domésticos, cuidado personal, limpieza industrial y textil, hostelería, restauración o alimentación y por tanto, también en los múltiples efectos que pueden tener a corto y largo plazo no sólo sobre el medio ambiente, sino también sobre el propio organismo humano (acciones dermatológicas, neurológicas, cardiológicas, etc.).

Evitar que la gran proliferación de estos productos químicos acabe afectando al ser humano y a su entorno es precisamente uno de los principales objetivos de este proyecto. Por eso, estos primeros resultados constituyen un paso imprescindible para la formulación de un detergente que sea capaz de trabajar en medios menos agresivos y que consiga una alta eficacia de lavado, explica la investigadora, quien añade que éste es actualmente uno de los grandes retos en el campo de las empresas que se dedican a la comercialización de este tipo de detergentes, que serían muy bien acogidos tanto por los consumidores como por los productores que fabrican la maquinaria específica y necesaria en el proceso de lavado.

Más información:

Manuela Lechuga Villena
Departamento de Ingeniería Química
Universidad de Granada
Tel.: 958 244 075 / 958 243 308

email: nlvillen@ugr.es

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Mañana se lee la segunda tesis doctoral en Algeciras

universidad

Mañana se lee la segunda tesis doctoral en Algeciras

Su autor es Jesús Verdú, profesor en la Escuela de Derecho, y está dedicada a Gibraltar

REDACCIÓN
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algeciras. Jesús Verdú Baeza, profesor de Derecho Internacional en la Escuela de Derecho de Algeciras, leerá mañana su tesis doctoral, que lleva por título Las controversias sobre Gibraltar y su incidencia sobre el medio ambiente de la bahía de Algeciras. Esta tesis es la tercera de Derecho Internacional que se lee en la Universidad de Cádiz en toda su historia. También es la segunda tesis de Derecho que se lee en Algeciras.
Cinco catedráticos de Derecho Internacional componen el tribunal que se desplazará a Algeciras para juzgar la tesis de Verdú Baeza. Lo integran el catedrático de la Universidad de Granada Diego Liñán Hogueras; el catedrático de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla Luis Pérez Prat; Juste Ruiz, catedrático en la Universidad de Valencia; Cristina Izquierdo Sanz, de la Universidad Autónoma de Madrid; e Inmaculada González García, de Cádiz.

Verdú, que lleva cuatro años trabajando en su tesis, piensa que sobre Gibraltar se ha escrito mucho porque es un elemento permanente en la política española. Pero agrega que para los asuntos ambientales hacía falta una percepción cercana a los problemas que se dan en la bahía , que no suele estar presente cuando el asunto de Gibraltar se aborda desde su vertiente política o diplomática.

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Investigadores UGR trabajan en detergente ecológico de bajo coste

UGR: Investigadores trabajan en la creación de un detergente ecológico de bajo coste

Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) trabaja en el diseño de detergentes biodegradables de bajo coste que respeten el medioambiente, sean efectivos, se adapten a los nuevos tiempos y no tengan efectos nocivos sobre el ser humano.

Su trabajo ya ha dado sus primeros resultados a través de una tesis doctoral, que bajo el título de Biodegradación y toxicidad de los tensioactivos comerciales ha desarrollado Manuela Lechuga Villena, del departamento de Ingeniería Química de la UGR, según informó hoy la institución académica granadina.

Este primer estudio se ha centrado en el análisis de cuatro clases de tensioactivos (componentes que ejercen la función de lavado en los detergentes) presentes usualmente en formulaciones de detergentes comerciales.

Estos son el alquibenceno sulfonato lineal, que se encuentra principalmente en lavavajillas manuales y detergentes textiles, los nonilfenoles polietoxilados que se emplean habitualmente en detergentes industriales para superficies duras, los alcoholes grasos etoxilados, que han surgido como un intento de respuesta más ecológica a los nonilfenoles polietixolados y los alquilpoliglucósidos, procedentes de aceites y azúcares, materias primas completamente renovables.

Una vez realizado el análisis de estos cuatro componentes de lavado, reproduciendo las condiciones que se dan en ríos y mares en el laboratorio para determinar la toxicidad de estos productos sobre las bacterias marinas, la investigadora concluyó que los alcoholes grasos etoxilados y los alquilpoliglucósidos muestran un excelente comportamiento toxicológico y de biodegradación, lo que los convierte en la mejor alternativa ecológica.

Además, según explica Lechuga Villena, en un trabajo anterior realizado por los grupos de investigación de la UGR Tensioactivos, Enzimas y Emulsiones e Interfases y Tecnología Bioquímica, se demuestra que la combinación de estos tensioactivos conduce a productos comerciales de capacidad detersiva sobresaliente.

La importancia de este trabajo reside en la extensa variedad de aplicaciones que tienen estos componentes -usos domésticos, cuidado personal, limpieza industrial y textil, hostelería, restauración o alimentación- y por tanto, también en los múltiples efectos que pueden tener a corto y largo plazo no sólo sobre el medio ambiente, sino también sobre el propio organismo humano (acciones dermatológicas, neurológicas, cardiológicas, etc.)

Evitar que la gran proliferación de estos productos químicos acabe afectando al ser humano y a su entorno es precisamente uno de los principales objetivos de este proyecto. Por eso, estos primeros resultados constituyen un paso imprescindible para la formulación de un detergente que sea capaz de trabajar en medios menos agresivos y que consiga una alta eficacia de lavado, explicó la investigadora, quien añadió que éste es actualmente uno de los grandes retos en el campo de las empresas que se dedican a la comercialización de este tipo de detergentes.

La producción mundial de tensioactivos ascendió a dos mil millones de toneladas en el año 2001, incluyendo el jabón, y sus expectativas de crecimiento de futuro son del tres al cuatro por ciento, un aumento que está íntimamente ligado a la demanda mundial de detergentes, cada vez mayor. Paralelamente a este auge, también crece la preocupación por que estos productos sean ecológicos, no tóxicos, de bajo coste y además efectivos.

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UGR: Investigadores trabajan en la creación de un detergente ecológico de bajo coste

UGR: Investigadores trabajan en la creación de un detergente ecológico de bajo coste

Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) trabaja en el diseño de detergentes biodegradables de bajo coste que respeten el medioambiente, sean efectivos, se adapten a los nuevos tiempos y no tengan efectos nocivos sobre el ser humano.

Su trabajo ya ha dado sus primeros resultados a través de una tesis doctoral, que bajo el título de Biodegradación y toxicidad de los tensioactivos comerciales ha desarrollado Manuela Lechuga Villena, del departamento de Ingeniería Química de la UGR, según informó hoy la institución académica granadina.

Este primer estudio se ha centrado en el análisis de cuatro clases de tensioactivos (componentes que ejercen la función de lavado en los detergentes) presentes usualmente en formulaciones de detergentes comerciales.

Estos son el alquibenceno sulfonato lineal, que se encuentra principalmente en lavavajillas manuales y detergentes textiles, los nonilfenoles polietoxilados que se emplean habitualmente en detergentes industriales para superficies duras, los alcoholes grasos etoxilados, que han surgido como un intento de respuesta más ecológica a los nonilfenoles polietixolados y los alquilpoliglucósidos, procedentes de aceites y azúcares, materias primas completamente renovables.

Una vez realizado el análisis de estos cuatro componentes de lavado, reproduciendo las condiciones que se dan en ríos y mares en el laboratorio para determinar la toxicidad de estos productos sobre las bacterias marinas, la investigadora concluyó que los alcoholes grasos etoxilados y los alquilpoliglucósidos muestran un excelente comportamiento toxicológico y de biodegradación, lo que los convierte en la mejor alternativa ecológica.

Además, según explica Lechuga Villena, en un trabajo anterior realizado por los grupos de investigación de la UGR Tensioactivos, Enzimas y Emulsiones e Interfases y Tecnología Bioquímica, se demuestra que la combinación de estos tensioactivos conduce a productos comerciales de capacidad detersiva sobresaliente.

La importancia de este trabajo reside en la extensa variedad de aplicaciones que tienen estos componentes -usos domésticos, cuidado personal, limpieza industrial y textil, hostelería, restauración o alimentación- y por tanto, también en los múltiples efectos que pueden tener a corto y largo plazo no sólo sobre el medio ambiente, sino también sobre el propio organismo humano (acciones dermatológicas, neurológicas, cardiológicas, etc.)

Evitar que la gran proliferación de estos productos químicos acabe afectando al ser humano y a su entorno es precisamente uno de los principales objetivos de este proyecto. Por eso, estos primeros resultados constituyen un paso imprescindible para la formulación de un detergente que sea capaz de trabajar en medios menos agresivos y que consiga una alta eficacia de lavado, explicó la investigadora, quien añadió que éste es actualmente uno de los grandes retos en el campo de las empresas que se dedican a la comercialización de este tipo de detergentes.

La producción mundial de tensioactivos ascendió a dos mil millones de toneladas en el año 2001, incluyendo el jabón, y sus expectativas de crecimiento de futuro son del tres al cuatro por ciento, un aumento que está íntimamente ligado a la demanda mundial de detergentes, cada vez mayor. Paralelamente a este auge, también crece la preocupación por que estos productos sean ecológicos, no tóxicos, de bajo coste y además efectivos.

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Los diarios de la provincia apuestan por la proximidad

mesa redonda

Los diarios de la provincia apuestan por la proximidad

El curso en Experto en Comunicación de la Universidad reunió a Ramón Ramos, director de Granada Hoy , Francisco Crespo, director de La Opinión y Eduardo Peralta, director del Ideal

EUROPA PRESS
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granada. El director de La Opinión de Granada, Francisco Crespo, el director de Granada Hoy, Ramón Ramos, y el de Ideal, Eduardo Peralta, abogaron hoy por fortalecer la proximidad de los diarios en las provincias para garantizar el futuro de la prensa local en un mundo globalizado, tema de la mesa redonda en la que participaron hoy en la inauguración del Experto Universitario en Comunicación, que organiza la Universidad de Granada, celebrado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología.
El primero en intervenir fue el director de La Opinión y Canal 21, Francisco Crespo, que definió la situación actual, con los grandes grupos de comunicación, como «tecnoglobalismo», en el que el flujo de información es unidireccional. Crespo destacó que debe ser la información «alternativa» la respuesta ante la globalización, puesto que la actual está demasiado «contaminada».

Para el director de La Opinión, el poder democratizador de internet constituye una «alternativa» a los grupos de información actual que «ávidos de negocio» han entrado de lleno en el mercado de los periódicos locales. Crespo considera que la «marginalidad» de los medios pequeños dejará de «serlo cuando dejen ser pasivos».

Por su parte, el director del Granada Hoy, Ramón Ramos, que indicó el «buen periódico local debe serlo de principio a fin», apostó por fortalecer la información local, pero sin dejar de lado la información nacional e internacional en el mismo producto.

El máximo responsable de dicho rotativo se refirió como ejemplo al accidente de la autovía del Mediterráneo, tras el que los diarios locales ofrecieron mucha más información que las cabeceras nacionales porque «la cercanía lo permite y los lectores, próximos a la catástrofe, así lo demandan».

Respecto a internet, Ramos indicó que «creo que queda mucho por hacer y por sembrar en ese campo» por parte de las empresas que actualmente consideran las ediciones digitales una «oferta subsidiaria».

El tercero en intervenir fue Eduardo Peralta, director de Ideal, que manifestó «frente a lo global se exige información local», que es la base del diario granadino. A su juicio, «la globalización y el pensamiento único, reinante en el mundo actual, exigen un esfuerzo por parte de los periodistas», que deben «atrincherarse en defensa de la libertad», añadió.

Asimismo, Peralta también se refirió al accidente laboral del pasado lunes para dar cuenta del papel que desempeñan las nuevas tecnologías y, según dijo, «con la actualización inmediata de la página web de Ideal» este dominio consiguió registrar el mayor número de visitas conocidas hasta la fecha.

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