– La ansiedad reduce el apetito sexual, según un estudio
El papel que juegan las fantasías sexuales en la psique humana ha sido objeto de estudio por parte de los investigadores. Ahora, científicos del departamento de Personalidad y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada han evaluado cómo la erotofilia -actitud positiva hacia la sexualidad-, las fantasías sexuales y la ansiedad se relacionan con el deseo sexual en el ser humano.
Los resultados de la investigación, publicados en la revista «Psychological Reports», desvelan la relación existente entre el deseo sexual y la erotofilia en el caso de los hombres. Éstos reaccionan de forma más positiva hacia los estímulos y pensamientos sexuales, y los aceptan con mayor facilidad. Una actitud que, junto con las fantasías sexuales íntimas, potencian la libido. Los investigadores destacan que, en algunos casos, ciertos «pensamientos» pueden ser contraproducentes. En varones, determinadas fantasías íntimas sadomasoquistas inhiben de forma directa el deseo.
Las mujeres comparten con los hombres el juego de la imaginación, y experimentan un mayor deseo sexual en la medida en que imaginan situaciones sexuales o fantasías. Sin embargo, estados emocionales transitorios, como la ansiedad, afectan intensamente a la función sexual en la mujer.
Con la muestra de población estudiada, compuesta por 608 personas con edades comprendidas entre los 13 y 43 años, los investigadores dedujeron que, en los hombres, el 32 por ciento de la inhibición del deseo sexual se produjo a partir de la disminución tanto de la erotofilia como de las fantasías sexuales, mientras que, en la mujer, el 18 por ciento de dicha inhibición se asoció también a cuadros de ansiedad.
Como asegura el investigador, «en España apenas existen instrumentos fiables y válidos para evaluar el deseo sexual». Ante este vacío, los investigadores adaptaron el «Inventario del Deseo Sexual» de los autores Spector, Carey y Steinberg. Una herramienta que permite evaluar, por un lado, el deseo sexual solitario y, por otro, el interés de iniciar o mantener relaciones con otra persona (deseo sexual diádico). Esto último se considera de gran importancia, ya que «aporta información relevante sobre las posibles discrepancias en el deseo que se dan en una pareja». Según datos de la Asociación Española para la Salud Sexual, la falta de deseo es una de las principales causas de disfunción sexual en la población española femenina.
El estudio destaca la importancia de las fantasías eróticas en la sexualidad. De hecho, en terapia sexual se suelen utilizar las fantasías para reducir los niveles de ansiedad.
Según el investigador, «el deseo es la fase más compleja del acto sexual, ya que está influenciada por múltiples factores neurofisiológicos, psicológicos y sociales».