Finalizan los Campeonatos de España Universitarios 2009 con gran éxito de los equipos de la UAL

Finalizan los Campeonatos de España Universitarios 2009 con gran éxito de los equipos de la UAL

En tres de las cinco modalidades disputadas en la Universidad de Almería la UAL ha conseguido el triunfo máximo: campeones de Fútbol 11 masculino, campeones de Voleibol masculino y campeones de Voleibol Femenino. Se trata de unos resultados muy buenos para la Universidad de Almería y así lo ha valorado el Rector de la UAL, Pedro Molina, para quién «estos campeonatos han sido una demostración del intenso trabajo que se lleva a cabo en la Universidad de Almería, tanto en lo que se refiere a la organización como en los resultados obtenidos por los equipos de la UAL».

Molina ha destacado que estamos en un momento histórico y ha felicitado a los deportistas universitarios en primer lugar por su excelente participación y gran deportividad que han mostrado durante todos los campeonatos. Por su parte, el Vicerrector de Cultura, Extensión Universitaria y Deportes, José Guerrero, también ha dado las gracias a los voluntarios de los campeonatos y a toda la plantilla del Secretariado de Deportes de la Universidad de Almería.

En la competición de hoy, triatlón, el primer puesto ha sido para Patricia Díaz, de la Universidad de Las Palmas. En segundo lugar ha quedado clasificada María Ortega, de la Universidad de Castilla-La Mancha y, en tercero, Agueda A. Rodríguez. En cuanto a los chicos, el primer clasificado ha sido Miguel Ángel Hidalgo, de la Universidad Politécnica de Cataluña, el segundo Samer Alí-Saad de la Universidad de Sevilla y el tercero Germán Rodríguez de la Universidad de Granada.

La participante por la Universidad de Almería, Florinda Pardo se ha quedado en la mitad de la clasificación, en el puesto 25. A la almeriense, estudiante de Educación en la UAL, no le ha ido bien la prueba de natación: «no estoy acostumbrada al traje de neopreno, me ha hecho perder muchos puestos», comentaba nada más finalizar la carrera. También por la mitad de la tabla ha estado Daniel Requena y más atrás, en el puesto 106, se ha clasificado Santiago Gualda, ambos de la UAL.
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Granada Hoy

Pág. 20: Granada tendrá que superar veinte pruebas deportivas para la Universiada
Pág 25: La feria Espacio Libre, todo un hervidero juvenil
Pág. 26: Música experimental y ciclo audiovisual en Espacio Libre
Pág. 49: Gabilondo defiende que Bolonia es una \»oportunidad\» para Europa
Pág. 63: Waterpolo / El CDU Granada cae con el Caballa, tras un mal inicio en Ceuta
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Pág. 47: Granada 2015 propone una veintena de pruebas para testar las instalaciones de la Universidad de Invierno
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La Opinión

Pág. 14: Entrenadores virtuales
Pág. 36 y 45: El Ayuntamiento ofrece \»asilo\» a los Guerrero|Piden a la UGR que se manifieste
Pág. 54: Música experimental
Pág. 62: Granada 2015 propone afinarse con veinte pruebas
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Granada Hoy

Pág. 18: El fiscal pide 22 años de cárcel para el profesor de la UGR acusado de pedofilia
Pág. 21: Feria Juvenil / Vuelve el Espacio Joven a Ciencias
Pág. 44: La UGR no luchará por el título por una amarilla
Pág. 49: Fútbol Sala / El Universidad se desplaza a Málaga para medirse al Torcal
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Ideal

Pág. 14 y 15: Día de emociones y solidaridad|Claustro extraordinario para el plan Bolonia
Contraportada: Vivir en un escaparate
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La Opinión

Portada: Baldomero Oliver se enfrenta al reto de hacerse cargo de Juticia tras dejar la UGR
Pág. 9: \»Mi intención no era corromper a los menores, pero fui ingenuo\»
Pág. 10: Socialista en la sombra
Pág. 12: La ETS celebra su día con un acto académico|La UGR acoge la Comisión Española Universitaria
Pág. 40: Espacio Libre
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Moriscos, una memoria recobrada

Moriscos, una memoria recobrada

Mujeres y hombres, niños y ancianos abarrotaron puertos del Mediterráneo español en la primavera de 1609 empujados por la intransigencia religiosa, la represión militar y los intereses políticos. El único delito de aquellas familias consistía en ser descendientes de los musulmanes que habían vivido en la península Ibérica durante siglos y que habían sido obligadas a convertirse al cristianismo. Un decreto firmado el 9 de abril por Felipe III e inspirado por su primer ministro, el duque de Lerma, imponía la expulsión de cerca de 300.000 moriscos, en su mayoría radicados en Aragón, Valencia, Murcia y Granada, en un país que a comienzos del siglo XVII contaba apenas con ocho millones y medio de habitantes. «La expulsión significó un auténtico desastre económico para varias regiones», señala Luis Fernando Bernabé, «y un retroceso de casi un siglo en muchos indicadores de riqueza. Hay que tener en cuenta que buena parte de la agricultura y del comercio estaba en manos de moriscos».

Profesor en la Universidad de Alicante y arabista, Luis Fernando Bernabé forma parte del centenar de especialistas en los moriscos que se reunirán la semana próxima en un congreso internacional en Granada, convocados por la Fundación El Legado Andalusí y por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC). Esta cita marcará un hito en los estudios sobre una época poco estudiada y divulgada. «Se trata de recuperar la memoria de ese periodo», comenta Jerónimo Páez, director de El Legado Andalusí, «y de investigar los puntos de vista sociales, económicos y culturales desde las dos riberas del Mediterráneo, la española que expulsa a los moriscos y la norteafricana que los recibe. Hemos tenido especial interés en invitar a profesores universitarios del Magreb para abordar un capítulo poco conocido de nuestra historia. No cabe duda de que una visión maniquea ha influido a la hora de olvidar nuestro mestizaje con el mundo magrebí, cuando está claro que un país como Marruecos es el que más ha influido en nuestra historia».

Los especialistas no terminan de ponerse de acuerdo sobre las razones básicas de la expulsión, y en definitiva, la suma de varios motivos explicaría aquella furia contra la minoría islámica. «Ofrecer una respuesta rotunda es difícil», opina Bernabé, «aunque muchos creemos que los motivos políticos pesaron tanto o más que la persecución religiosa. De cualquier modo, todo se entrelazaba, y en los bandos de la expulsión, que se prolongó entre 1609 y 1614, se alude en primer lugar al peligro para la seguridad de los reinos, en referencia a ataques turcos o incursiones de piratas en el litoral mediterráneo. Ya en segundo término, se aportan motivos de represión religiosa, alentada por algunas autoridades eclesiásticas».

Hasta tal punto la monarquía mezcló argumentos en aquel acto de fuerza -con pocos equivalentes de tal magnitud en la historia española- que se vio obligada a esquivar la circunstancia de que todos los moriscos expulsados estaban bautizados y, por tanto, desde un punto de vista formal, eran cristianos. Felipe III convocó a finales de 1608 una junta de teólogos para que aclararan la cuestión, y los propios religiosos tuvieron que advertir que se iba a expulsar a cristianos. Por esa razón se utilizó la acusación contra los moriscos de que actuaban como quintacolumnistas del Imperio Otomano y de los corsarios que devastaban el Mediterráneo. Apenas décadas después de la batalla de Lepanto o del aplastamiento de la rebelión de las Alpujarras, el odio social contra los moriscos estaba realmente arraigado.

«Siempre fue tensa y difícil la convivencia entre musulmanes y cristianos», afirma Manuel Barrios, catedrático de la Universidad de Granada y uno de los coordinadores del congreso que lleva por título Moriscos, historia de una minoría. «Por ilustrarlo con una imagen», añade Barrios, «la expulsión de los moriscos representó el capítulo final en un largo conflicto entre moros y cristianos que termina con la derrota de los primeros y con el botín de la victoria para los segundos. La política de Felipe III y de Lerma, en una etapa en la que necesitan dar muestras de unidad religiosa y poderío militar, supuso la consolidación de la hegemonía cristiana».

El centenar de especialistas, que debatirán en Granada entre el 13 y el 16 de mayo, se ocuparán también de las huellas de la cultura morisca, tanto en España como en el Magreb. En la península Ibérica el legado ha perdurado en la arquitectura mudéjar y en la agricultura, un sector en el que los moriscos impusieron sus técnicas y sus ingeniosos métodos de uso del agua en el antiguo Reino de Valencia, donde representaban un tercio de la población a principios del XVII, o en Aragón, donde alcanzaron el 20% del censo. Las Alpujarras -un topónimo que significa terreno montañoso- o la vega granadina están asimismo llenas de recuerdos de los moriscos. «Su laboriosidad en el campo», subraya Barrios, «era tan evidente que irritaba a los cristianos intransigentes».

El peso de los moriscos en muchas zonas rurales era tan decisivo que el decreto de expulsión contempló excepciones en algunas familias que debían permanecer en España para enseñar a los agricultores cristianos a cultivar las tierras. Toda una triste paradoja. Pero la monarquía de Felipe III prefirió apostar por el integrismo religioso y la intransigencia política antes que por la suma de esfuerzos. Una parte del país tardó décadas en recuperarse.
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Baldomero Oliver León. Delegado provincial de Justicia: Socialista en la sombra

Baldomero Oliver León. Delegado provincial de Justicia: Socialista en la sombra

Baldomero Oliver, en un paso nada sencillo, abandona temporalmente su casa –lleva casi 30 años en la UGR– para dirigir la Justicia granadina

Los que busquen grandes titulares deben empezar a olvidarse de Baldomero Oliver, un enemigo de la notoriedad o del ´arte´ de sacar pecho, una especialidad ésta última, por cierto, que muchos parecen dominar en la política granadina. Al nuevo delegado provincial de Justicia, un granadino ´de toda la vida´ criado en el barrio de la Magdalena, hay que buscarle por otra serie de atributos aparentemente menos deslumbrantes, como la fidelidad y el trabajo. Este doctor en Derecho Constitucional, afable y de conversación fluida, lleva 24 años, la mitad de su vida, trabajando en la sombra para el PSOE de Granada, fielmente, sin hacer ruido, en la sala de máquinas del partido, en puestos poco reconocidos pero imprescindibles, como el de secretario de organización de la agrupación centro. Ahora le ha llegado, por fin, el momento de saltar a la que se suele denominar ´gran política´. Ha sido el escogido para sustituir a Begoña Álvarez al frente de la Delegación provincial de Justicia, un puesto incluso con posibilidades de promoción –sólo hay que recordar que su antecesora ha acabado como consejera en Sevilla–, aunque él, fiel a su sencillez, insiste en que su futuro a largo plazo tiene nombre: la Universidad de Granada (UGR).

La institución académica, y más concretamente la Facultad de Derecho, es y será la casa de Oliver. En ella estudió, comenzó su andadura política, se licenció, conoció a su mujer, se estrenó como profesor y se doctoró. El broche lo ha puesto el Vicedecanato de Derecho, que dejará ante la llamada de la Junta de Andalucía. Pocos dudan de que, si le preguntasen por las tres cosas que se llevaría a una isla desierta, dos de sus elecciones serían la familia y la UGR.

Es incuestionable que el Derecho y la enseñanza son pilares de su trayectoria, pero en su niñez seguramente pocos apostarían un duro por ver al pequeño Baldomero Oliver de profesional del Derecho y profesor universitario. La razón es bien sencilla: Oliver nació en una familia de músicos. Su padre, ya jubilado, era integrante de la banda de música municipal de Granada y algunos de sus cuatro hermanos se decantaron igualmente por el mundo musical. Por eso comenta, en broma, que él es la ´oveja negra´ de la familia. La vida le llevó por otros derroteros profesionales, pero Oliver se sigue confesando un apasionado de la música clásica, en especial de Mozart.

La familia, por cierto, no es cualquier cosa para Oliver. Ensalza la figura de su madre, una mujer que, según él mismo explica, formó parte del colectivo profesional «más olvidado e injustamente tratado «, el de las amas de casa. Incluso llegó a montar una pescadería con el objetivo de sacar a la familia adelante. La otra mujer de su vida es su esposa, a la que conoció como compañera de clase en Derecho y con la que ya lleva 25 años casado. De hecho, Baldomero fue protagonista de un hecho que incluso podría ser noticiable en los tiempos que corren: contrajo matrimonio en el último curso de carrera, sin estar licenciado y cuando ni él ni su pareja tenían claro su porvenir.

Su época de estudiante también marcó su inicio en el mundo de la política. Oliver fue integrante de uno de los movimientos estudiantiles de la UGR más prolíficos en la creación de nombres ilustres de la política, el CIRU. En esta agrupación coincidió, entre otros, con Fernando López Aguilar, ex ministro de Justicia y cabeza de lista socialista en las próximas elecciones europeas; José María Rueda, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Granada; Ángel Gallego; o los actuales dirigentes de CajaGranada Francisco Lombardo y Gonzalo Suárez.
Con apenas 22 años ingresó en el PSOE y desde entonces nunca ha dejado la actividad política pese a que el ejercicio de la docencia siempre se ha impuesto en su orden de preferencias… hasta ahora. De su trayectoria política se puede decir que ha trabajado en la ´sala de máquinas´ socialista, en puestos como la secretaría de organización de la Agrupación Centro, que no dan demasiada popularidad – él no la buscaba–, pero que «permiten aprender lo que es el socialismo democrático», asegura.

Aún recuerda los nervios que pasó durante su primera clase en la Facultad de Derecho, en 1989, ante una aula abarrotada con 300 estudiantes –eran otros tiempos–. Apenas contaba con 26 años y su primera misión fue conseguir que sus alumnos no le tratasen como un compañero más debido a su juventud. Superó las dificultades iniciales gracias a maestros de lujo como Juan José Ruiz Rico, catedrático de Derecho Constitucional ya fallecido, Gregorio Cámara o Francisco Balaguer.

Han pasado ya 20 años desde aquella primera clase de un joven y asustado profesor, pero la ´droga´ de la docencia le ha enganchado tanto que reconoce que ahora será difícil cambiar de aires, dejar a «compañeros y, sin embargo, amigos» como el decano de Derecho, Juan López. La Justicia granadina es su reto inmediato y ya tiene claro algunos de los deberes, como «consolidar la capitalidad judicial de Granada», pero deja claro que éste es un viaje de ida y vuelta. La UGR le aguarda.

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´Mi intención no era corromper a los menores, pero fui ingenuo´

´Mi intención no era corromper a los menores, pero fui ingenuo´

Un profesor de la UGR se enfrenta a 22 años de cárcel por su «depredación sexual». La defensa solicita la libre absolución por «no existir ánimo de violentar»

«Soy una persona insertada en la sociedad, desarrollo mi trabajo con total eficacia y no soy un prototipo de persona peligrosa», afirmó ayer, en su derecho a disponer de la última palabra, el profesor de informática de la Universidad acusado, entre otros presuntos delitos, de corrupción de menores.

El profesor se enfrenta a una petición de 22 años de cárcel por parte de la Fiscalía que, no obstante, rebajó la elevada pena con la que se presentó inicialmente en el juicio –en concreto 48 años– dada la gravedad del material intervenido de contenido pornográfico donde los protagonistas eran menores de edad.

El juicio que tuvo lugar en la Audiencia Provincial quedó ayer visto para sentencia después de que el procesado negara, al igual que el día de su primera declaración, la gravedad de los hechos. «Mi intención no era corromper a los menores, ni siquiera han recibido tratamiento psicológico, ni tampoco ha habido sufrimiento», puntualizó el profesor de la UGR, quien contactaba con los menores haciéndose pasar por una niña a través de una web de juegos.

Sostuvo que nunca ordenó a través de la ´webcam´ y del ´messenger´ que los menores, todos ellos de entre 10 y 12 años de edad, se masturbaran o se quitaran la ropa, y tampoco que los amenazara si no accedían a sus propósitos.

Sin embargo, algunas imágenes intervenidas en el ordenador de su despacho en la UGR, desde donde operaba, así como documentos escritos –un poema obsceno y un escrito en inglés– y algunos de los testimonios de los chicos prueban, a juicio del fiscal, una actitud «compulsiva» –llamó hasta 82 veces a uno de los niños en tan solo hora y media– y una «depredación sexual que no pueden ser consentidas». A juicio del fiscal Francisco Hernández, el acusado padece un trastorno por el cual «es capaz de cualquier cosa con tal de menoscabar la integridad de un menor».

El ministerio público le considera autor de cuatro delitos de corrupción de menores, dos más en grado de tentativa, seis de coacciones, dos de exhibicionismo y uno más de tenencia de pornografía infantil, por los que se enfrenta además al pago de multas de un total de 10.800 euros.

En caso de ser condenado, el fiscal solicitó al tribunal que remita la resolución a la Universidad de Granada por si considera que los hechos pueden ser constitutivos de un expediente disciplinario. Para el fiscal, el acusado se ganaba la confianza de los niños regalándoles el móvil o dándoles créditos para los juegos a cambio de que se desnudaran ante las cámaras y se masturbaran.

Por su parte, la defensa, que solicitó la libre absolución para su cliente, basó su argumentó en las «múltiples contradicciones» en las que incurrieron los niños durante la toma de declaraciones. En opinión de su letrado, las imágenes «aisladas» que se le intervinieron en el ordenador «no constituyen pornografía infantil», citando para ello jurisprudencia del Tribunal Supremo.

«No ha habido exhibicionismo, ni amenazas, ni ánimo de violentar la voluntad de los menores», precisó el abogado quien, no obstante, admitió la «enorme ingenuidad» con la que su cliente contactaba con los menores para participar en los juegos a través de internet.

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