Págs. 42-43: ¿Por qué las chicas no quieren ser ingenieras?
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79029 Los investigadores Joaquín Torres y Joaquín Marro, del Instituto Carlos I de la Universidad de Granada (UGR), han realizado un original planteamiento: han estudiado detalladamente las neuronas cerebrales como si fueran ecuaciones físicas en derivadas parciales, que se relacionan según un entramado de interacciones, denominadas sinápticas.
Su trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, ha permitido establecer un modelo basado en una serie de redes de neuronas matemáticas que imitan a esas redes naturales de conexiones cerebrales que dan soporte a nuestra mente.
Los investigadores detectaron y caracterizaron con detalle en su modelo hasta siete fases o comportamientos de la mente humana cualitativamente distintos, a los que han asignado un color diferente.
Estos cambios tienen lugar al variar un parámetro D, que describe el nivel de «ruido», es decir, la suma de señales aparentemente aleatorias que provienen de otras partes del sistema nervioso o del exterior. Estas fases incluyen los familiares estados mentales de reposo completo o discontinuo, sincronizaciones neuronales totales, parciales o cambiantes con el tiempo, recuperación de memorias, etc., y situaciones muy dinámicas que recuerdan nuestros estados de vigilia y atención.
Además, al perturbar el sistema con una señal débil muestra con claridad seis picos bien definidos que señalan las transiciones entre las fases que se observan.
Cambios de fase
Según Torres y Marro, «los físicos sabemos describir con fidelidad matemática situaciones singulares que genéricamente denominan cambios de fase». Ponen de ejemplo el caso del agua cuando se solidifica, que adopta una estructura tan diferente de la de partida que ya no se habla de agua. Cuando se hace vapor se puede extenderse sin límite por todo el espacio aunque apenas haya cambiado de volumen al ir calentándola hasta llegar a esa situación.
La fenomenología asociada con cambios de fase es, en la práctica, aún más fascinante de lo que indican estas pautas, pues en lugar del equilibrio ideal que describe la termodinámica, en la naturaleza reinan las irregularidades espaciales y temporales.
«Es el caso de cerebros evolucionados, como se ha hecho evidente en estudios recientes usando resonancias magnéticas, tomografía por emisión de positrones, encefalografías y delicadas sondas», explican los autores de este trabajo.
Esta conducta sugiere preparar sencillos experimentos psicofísicos. «Se trata de estimular el cerebro con una señal débil –como por ejemplo, suaves soplos de aire sobre los ojos– y monitorizar cómo se propaga por nuestra red neuronal mientras compite con otro ruido, como un sonido cuya intensidad puede ir modificándose», apuntan.
Se supone que el estímulo es procesado por las neuronas y que éstas reaccionan provocando sincronizados parpadeos como respuesta y defensa. Sin embargo, las neuronas también están siendo perturbadas por el ruido D, de modo que pueden no ser capaces de sincronizarse adecuadamente con los soplos.
Propiedades robustas
Los investigadores de la UGR han demostrado también que las propiedades emergentes del modelo son robustas, es decir, poco sensibles a posibles modificaciones en los detalles, particularmente, los referidos a la forma topológica de la malla de interacciones.
Tras comprobar la versatilidad y la utilidad de su modelo, los científicos pretenden ahora adaptarlo para comprender cómo cambian esos fenómenos emergentes relacionados con funciones mentales, al considerar distintas mallas de interacciones según los datos que están siendo disponibles para especies animales distintas. «Quizá este camino nos lleve a averiguar qué nos hace a los humanos diferentes en lo que al cerebro se refiere», concluyen los investigadores.
Artículo original aquí
79029 Distintas fases detectadas en la red neuronal (identificadas aquí variando el color en el gráfico superior) y correlación C entre un estímulo y la respuesta del sistema en presencia de un nivel de «ruido» D
Distintas fases detectadas en la red neuronal (identificadas aquí variando el color en el gráfico superior) y correlación C entre un estímulo y la respuesta del sistema en presencia de un nivel de «ruido» D
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Esquema de experimento psicofísico para medir la correlación C entre un estímulo y la respuesta del sistema en presencia de un «ruido» DArquitectura de las fibras de materia blanca, que informa acerca de la relación entre regiones cerebrales, cortesía del proyecto Human Connectome
GRANADA.- ¿Es posible explicar los mecanismos de funcionamiento del cerebro humano empleando únicamente las leyes de la física? Científicos de la Universidad de Granada (UGR) han demostrado por primera vez que sí, en un artículo publicado en Scientific Reports, que edita la prestigiosa revista Nature.
Los investigadores Joaquín Torres y Joaquín Marro, del Instituto Carlos I de la UGR, han realizado un original planteamiento: han estudiado detalladamente las neuronas cerebrales como si fueran ecuaciones físicas en derivadas parciales, que se relacionan según un entramado de interacciones, denominadas sinápticas.
Su trabajo ha permitido establecer un modelo basado en una serie de redes de neuronas matemáticas que imitan a esas redes naturales de conexiones cerebrales que dan soporte a nuestra mente.
Los investigadores de la UGR han detectado y caracterizado con detalle en su modelo hasta siete fases o comportamientos de la mente humana cualitativamente distintos, a los que han asignado un color diferente (parte superior de la figura 1).
Estos cambios tienen lugar al variar un parámetro D, que describe el nivel de «ruido», esto es, la suma de señales aparentemente aleatorias que provienen de otras partes del sistema nervioso o del exterior. Estas fases incluyen los familiares estados mentales de reposo completo o discontinuo, sincronizaciones neuronales totales, parciales o cambiantes con el tiempo, recuperación de memorias, etc., y situaciones muy dinámicas que recuerdan nuestros estados de vigilia y atención.
Además, al perturbar el sistema con una señal débil muestra con claridad seis picos bien definidos (curva en la parte inferior de la figura 1) que señalan las transiciones entre las fases que se observan.
Cambios de fase
Como explican los profesores Torres y Marro, «los físicos sabemos describir con fidelidad matemática situaciones singulares que genéricamente denominan cambios de fase. Es el caso del agua cuando se solidifica, adoptando una estructura tan diferente de la de partida que ya no hablamos de agua, y cuando se hace vapor, que puede extenderse sin límite por todo el espacio aunque apenas haya cambiado de volumen al ir calentándola hasta llegar a esa situación».
La fenomenología asociada con cambios de fase es, en la práctica, aún más fascinante de lo que indican estas pautas pues en lugar del equilibrio ideal que describe la termodinámica, en la naturaleza reinan las irregularidades espaciales y temporales. «Es el caso de cerebros evolucionados, como se ha hecho evidente en estudios recientes usando resonancias magnéticas, tomografía por emisión de positrones, encefalografías y delicadas sondas», explican los autores de este trabajo.
Esta conducta sugiere preparar sencillos experimentos psicofísicos como los que ilustra la figura 2. «Se trata de estimular el cerebro con una señal débil ―tal como, por ejemplo, suaves soplos de aire sobre los ojos― y monitorizar cómo se propaga por nuestra red neuronal mientras compite con otro ruido― tal como un sonido cuya intensidad puede ir modificándose», explican.
Se supone que el estímulo es procesado por las neuronas y que éstas reaccionan provocando sincronizados parpadeos como respuesta y defensa. Sin embargo, las neuronas también están siendo perturbadas por el ruido D, de modo que pueden no ser capaces de sincronizarse adecuadamente con los soplos.
Propiedades robustas
Los investigadores de la UGR han demostrado también que las propiedades emergentes del modelo son robustas, esto es, poco sensibles a posibles modificaciones en los detalles, particularmente, los referidos a la forma topológica de la malla de interacciones.
Tras comprobar la versatilidad y utilidad de su modelo, los científicos de la UGR pretenden ahora adaptarlo «para comprender cómo cambian esos fenómenos emergentes relacionados con funciones mentales, al considerar distintas mallas de interacciones según los datos que están siendo disponibles para especies animales distintas. Quizá este camino nos lleve a averiguar qué nos hace a los humanos diferentes en lo que al cerebro se refiere», concluyen los investigadores
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Elegía sin verso
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«Doble satisfaccion en la clausura de la primera parte de los XXIV CURSOS INTERNACIONALES DE VERANO»
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Pág. 16: XXIV CURSOS INTERNACIONALES DE VERANO CIUDAD DE MELILLA: «CASI UNA CUARTE PARTE DE LOS TERRORISTAS YIHADISTAS DETENIDOS TIENE FORMACIÓN UNIVERSITARIA»
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La Facultad de Medicina inicia ya el traslado al PTS para comenzar allí el curso
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El Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (CADPEA) comunica que el próximo lunes, 27 de julio, a partir de las 9 horas, se encontrarán disponibles los resultados del EGOPA VERANO 2015 (Estudio General de Opinión Pública de Andalucía).
79021 Científicos de la Universidad de Granada han captado imágenes milimétricas pasivas para la detección de amenazas terroristas con una cámara denominada Wavecamm y fabricada en España. Se trata de un sistema pasivo de adquisición de ondas milimétricas (PMMW), que permite obtener información sobre objetos ocultos bajo la ropa de personas que acceden a un medio de transporte o a unas instalaciones bajo amenaza terrorista.
Las ondas milimétricas pueden penetrar a través de ropa, plástico y otros materiales. Cualquier objeto que impida o dificulte el paso de las PMMW, que naturalmente emite el cuerpo humano debido a su temperatura, puede ser detectado en una imagen milimétrica.
Este proyecto de investigación se denomina TIN2013-43880-R «Imágenes milimétricas pasivas: captación, mejora y detección de amenazas», y está dirigido por el profesor Rafael Molina, del departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial.
En él participan también otros investigadores de dicho departamento y del de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Granada, el Motorola Center for Seamless Communications, integrado en la Northwestern University (Illinois, Estados Unidos) y diversas empresas que proporcionan las imágenes milimétricas. El proyecto constituye un espacio de colaboración intersectorial y multidisciplinar, en el que los sectores investigadores y de desarrollo, así como el empresarial, participan activamente.
Como explica el profesor Molina, para la Wavecamm «no sólo son detectables los objetos metálicos, sino también otros objetos ocultos que pasarían desapercibidos en un control estándar de objetos metálicos, como cuchillos cerámicos, armas de fuego de plástico o bolsas con líquidos o materiales explosivos. Por otra parte, los controles de seguridad basados en PMMW no someten a los individuos observados a ninguna radiación, por lo que pueden ser usados incluso con mujeres embarazadas».
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Una persona durante el proceso de captura de la imagen. (Foto: UGR)
A pesar de estas ventajas, las imágenes milimétricas «presentan todavía un número importante de problemas abiertos, cuya solución está basada en la investigación y el desarrollo de métodos de procesamiento y extracción de información de dichas imágenes», apunta el investigador de la UGR.
Para empezar, las imágenes son de baja resolución, con poca textura, sin información de color y de una calidad pobre.
Durante dos semanas, los investigadores de la UGR han estado testando la cámara Wavecamm en el Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones de la Universidad de Granada (CITIC-UGR), con el objetivo de abordar los problemas arriba descritos, y en especial la detección de amenazas en imágenes milimétricas pasivas. (Fuente: UGR/DICYT)
78879 La Asociación de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor (ANESTEX) ha solicitado a la Junta que se generalicen las consultas de epidurales en todos los hospitales de la región, para que el parto sea previamente valorado por anestesiólogos, ya que actualmente «sólo está disponible en Cáceres y Mérida».
En un comunicado de prensa, ha asegurado que «todos los servicios de anestesia de los hospitales de la región disponen de una cobertura para realizar analgesia epidural» del parto pero ha agregado que esto «no es suficiente».
Ha advertido de un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Granada, donde se afirma que los bebés nacidos con epidural necesitaron reanimación en mayor porcentaje, requirieron en mayor medida ser admitidos en la Unidad de Cuidados Intensivos neonatales e iniciaron la lactancia materna de manera precoz.
Desde ANESTEX han defendido que se trata de un análisis «no contrastado por la evidencia científica, que puede generar alarma social» y se posicionan en «la seguridad de la epidural para el recién nacido, la cual, según la evidencia científica y su propia experiencia, «no tiene efectos nocivos para el recién nacido».
Por otro lado, el colectivo de anestesiólogos ha solicitado que las sedaciones para la realización de procedimientos diagnósticos y terapéuticos fuera de quirófano sean realizadas por anestesiólogos, «para poder dar así al paciente un máximo confort y seguridad».
Por último, ha pedido «fomentar la creación» de las Unidades de Dolor Agudo Postoperatorio con el objetivo de «controlar de una forma más eficaz y segura el dolor después de las operaciones».
ANESTEX se constituyó en 2002 y está formada por 100 socios de todos los hospitales de la comunidad. Su presidente actual es el doctor David Zambrano, anestesiólogo del Complejo Hospitalario de Cáceres quien recientemente ha asumido el cargo.
79029 ¿Es posible explicar los mecanismos de funcionamiento del cerebro humano empleando únicamente las leyes de la física? Científicos de la Universidad de Granada (UGR) han demostrado por primera vez que sí, en un artículo publicado en Scientific Reports, que edita la prestigiosa revista Nature.
Los investigadores Joaquín Torres y Joaquín Marro, del Instituto Carlos I de la UGR, han realizado un original planteamiento: han estudiado detalladamente las neuronas cerebrales como si fueran ecuaciones físicas en derivadas parciales, que se relacionan según un entramado de interacciones, denominadas sinápticas.
Su trabajo ha permitido establecer un modelo basado en una serie de redes de neuronas matemáticas que imitan a esas redes naturales de conexiones cerebrales que dan soporte a nuestra mente.
Los investigadores de la UGR han detectado y caracterizado con detalle en su modelo hasta siete fases o comportamientos de la mente humana cualitativamente distintos, a los que han asignado un color diferente (parte superior de la figura 1).
Estos cambios tienen lugar al variar un parámetro D, que describe el nivel de «ruido», esto es, la suma de señales aparentemente aleatorias que provienen de otras partes del sistema nervioso o del exterior. Estas fases incluyen los familiares estados mentales de reposo completo o discontinuo, sincronizaciones neuronales totales, parciales o cambiantes con el tiempo, recuperación de memorias, etc., y situaciones muy dinámicas que recuerdan nuestros estados de vigilia y atención.
Además, al perturbar el sistema con una señal débil muestra con claridad seis picos bien definidos (curva en la parte inferior de la figura 1) que señalan las transiciones entre las fases que se observan.
Cambios de fase
Como explican los profesores Torres y Marro, «los físicos sabemos describir con fidelidad matemática situaciones singulares que genéricamente denominan cambios de fase. Es el caso del agua cuando se solidifica, adoptando una estructura tan diferente de la de partida que ya no hablamos de agua, y cuando se hace vapor, que puede extenderse sin límite por todo el espacio aunque apenas haya cambiado de volumen al ir calentándola hasta llegar a esa situación».
La fenomenología asociada con cambios de fase es, en la práctica, aún más fascinante de lo que indican estas pautas pues en lugar del equilibrio ideal que describe la termodinámica, en la naturaleza reinan las irregularidades espaciales y temporales. «Es el caso de cerebros evolucionados, como se ha hecho evidente en estudios recientes usando resonancias magnéticas, tomografía por emisión de positrones, encefalografías y delicadas sondas», explican los autores de este trabajo.
Esta conducta sugiere preparar sencillos experimentos psicofísicos como los que ilustra la figura 2. «Se trata de estimular el cerebro con una señal débil ―tal como, por ejemplo, suaves soplos de aire sobre los ojos― y monitorizar cómo se propaga por nuestra red neuronal mientras compite con otro ruido― tal como un sonido cuya intensidad puede ir modificándose», explican.
Se supone que el estímulo es procesado por las neuronas y que éstas reaccionan provocando sincronizados parpadeos como respuesta y defensa. Sin embargo, las neuronas también están siendo perturbadas por el ruido D, de modo que pueden no ser capaces de sincronizarse adecuadamente con los soplos.
Propiedades robustas
Los investigadores de la UGR han demostrado también que las propiedades emergentes del modelo son robustas, esto es, poco sensibles a posibles modificaciones en los detalles, particularmente, los referidos a la forma topológica de la malla de interacciones.
Tras comprobar la versatilidad y utilidad de su modelo, los científicos de la UGR pretenden ahora adaptarlo «para comprender cómo cambian esos fenómenos emergentes relacionados con funciones mentales, al considerar distintas mallas de interacciones según los datos que están siendo disponibles para especies animales distintas. Quizá este camino nos lleve a averiguar qué nos hace a los humanos diferentes en lo que al cerebro se refiere», concluyen los investigadores.