Contraportada: José Antonio Lorente: «El Papa no se anda por las ramas»
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68455 Una de las misiones de la ciencia es desmontar mitos. Pues hoy científicos de la Universidad de Granada han desmontado uno que nos viene muy bien: el chocolate no engorda.
A pesar de sus numerosas calorías, el consumo de este derivado del cacao está asociado a menores niveles de grasa corporal, incluida esa que se acumula en el abdomen. El estudio lo han realizado con jóvenes, pero todo indica que el proceso también se da en adultos.
Con la participación de 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, investigadores de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada contrastaron su ingesta de chocolate con sus niveles de grasa total y central (la abdominal), que determinaron por su índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal y, como no, el perímetro de la cintura.
Comprobaron que, independientemente del estilo de vida, de si hacían más ejercicio o menos, de la edad o del sexo, cuanto más chocolate comían, menor cantidad de grasa tenía, tanto general como la localizada en la barriga.
La clave de estos resultados, obtenidos con una muestra de jóvenes de varios países europeos, está en que aunque el chocolate tiene muchas calorías y algunas de sus modalidades grandes cantidades de grasas saturadas, la gordura no sólo depende del aporte calórico. Hay otros elementos en la ecuación y el chocolate cuenta con algunos de ellos.
«Las investigaciones epidemiológicas más recientes están centrando su atención en estudiar la relación entre determinados alimentos (no sólo por su contenido calórico, también por sus componentes) y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad», dicen los autores.
Viene bien al metabolismo
Y resulta que el chocolate es un alimento muy rico en flavonoides, unos metabolitos vegetales que le vienen muy bien al metabolismo humano.
«Es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica», así define al chocolate la coautora del estudio, publicado en Nutrition, Magdalena Cuenca.
En concreto, el chocolate contiene gran cantidad de catequina, un flavonoide que afecta a la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina, las dos sustancias muy relacionadas con el sobrepeso y la obesidad.
Los autores del estudio destacan que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado sólo por el número de calorías que contengan sino el resto de funciones que puedan tener todos sus componentes.
Aunque el estudio, que forma parte del proyecto HELENA (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence) impulsado por la Unión Europea, se centra en los jóvenes, sus autores recuerdan que en los últimos años se están acumulando evidencias de que el chocolate tiene el mismo efecto saludable también en adultos.
Recientemente, otro estudio en adultos por científicos de la Universidad de California observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asociaba con un menor índice de masa corporal. Además, estos resultados se confirmaron en un estudio longitudinal, a lo largo del tiempo, en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas.
«Recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos», recuerda Cuenca.
Y no, ninguna empresa chocolatera ha financiado el estudio. Lo ha hecho la Unión Europea. «A nivel personal ha sido una gran satisfacción tener estos resultados, porque yo soy una apasionada del chocolate», dice la investigadora de la Universidad de Granada. Pero también insiste en que no se confundan sus resultados: «esto no significa que si comes chocolates adelgazas».
Pág. 3. Opinión: Alto y claro. LA JUBILACIÓN DE JARA
Pág. 12: El chasis corporal: huesos y músculos que hay que engrasar
Págs. 14-15: Sierra Nevada «1 grado más»
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Pág. 8: La Universiada de Granada y ¿Finlandia?
Pág. 22: ¡Feliz curso a tod@s!
Pág. 67: El Universidad de Granada persigue en Dos Hermanas su primer triunfo de la campaña
Sup. Expectativas Pág. 5: Caja Rural y UGR clausuran la primera edición del experto de agente financiero
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Portada: Los científicos desmontan el mito:el chocolate no engorda
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Pág. 11: La Ragua, descartada de la Universiada por «impedimentos medioambientales»
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La UGR desarrolla un programa para mejorar la atención de niños autistas
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68455 Científicos de la Universidad de Granada desmontan la vieja creencia de que el chocolate engorda, en un artículo publicado esta semana en la revista Nutrition
Un alto consumo de chocolate se asocia a niveles más bajos de grasa total (esto es, la acumulada en todo su cuerpo) y central (abdominal), independientemente de si el sujeto practica o no actividad física y a la dieta que siga
En esta investigación, posiblemente la más completa realizada hasta la fecha, participaron 1.458 adolescentes europeos de entre 12 y 17 años
investigacion chocolateUn equipo de investigadores de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada ha desmontado científicamente la vieja creencia de que comer chocolate engorda. En un artículo publicado esta semana en la revista Nutrition, sus autores han demostrado que un alto consumo de chocolate está asociado a niveles más bajos de grasa total (esto es, la grasa acumulada en todo su cuerpo) y central (abdominal), independientemente de si el sujeto practica o no actividad física y a la dieta que siga, entre otros factores.
En este trabajo, los científicos analizaron si un mayor consumo de chocolate se asocia con un mayor o menor índice de masa corporal, así como otros indicadores de grasa corporal total y central en los adolescentes que participaron en el estudio HELENA (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence). Se trata de un proyecto, financiado por la Unión Europea, sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los jóvenes de 9 países europeos, entre ellos España.
Independientemente de la dieta y la actividad física
Los resultados de este artículo, en el que participaron 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central, según lo estimado por el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal (obtenido a partir de plicometría e impedancia bioeléctrica, dos técnicas de medición) y el perímetro de cintura. Estos resultados fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, la ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.
Como explica la autora principal de este artículo, Magdalena Cuenca García, aunque el chocolate está considerado como un alimento con un alto aporte energético (al ser rico en azúcares y grasas saturadas), «recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos».
De hecho, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables: «es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica».
Recientemente, otro estudio de carácter transversal desarrollado en adultos por científicos de la Universidad de California observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asocia con un menor índice de masa corporal. Además, estos resultados se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas.
Este efecto podría deberse, en parte, a la influencia de las catequinas sobre la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina ambas, relacionados con el sobrepeso y la obesidad.
No sólo importa el impacto calórico
Los científicos de la UGR han querido ir más allá, y analizar lo que ocurre con el consumo de chocolate en una edad tan crítica como la adolescencia controlando también por otros factores que pudieran influir en el acúmulo de grasa. El estudio, además de novedoso es quizás el más amplio y mejor controlado realizado hasta la fecha, y el primero en población adolescente. El estudio contempla un número elevado de medidas corporales, una medida objetiva de la actividad física, detallado registro dietético mediante 2 recordatorios no consecutivos de 24 horas con un programa informático basado en imágenes, y controla el posible efecto de confusión de un conjunto de variables claves.
Los autores del artículo publicado en Nutrition destacan que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado sólo en términos calóricos. «Las investigaciones epidemiológicas más recientes están centrando su atención en estudiar la relación entre determinados alimentos (no sólo por su contenido calórico, también por sus componentes) y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad».
Con todo, los científicos de la Universidad de Granada insisten en la necesidad de ser moderados en el consumo de chocolate. «En cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno, como ha demostrado nuestro estudio. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial. Como se suele decir: demasiado de algo bueno, ya no es bueno».
Los investigadores de la UGR apuntan que sus hallazgos «tienen también importancia desde el punto de vista clínico, ya que contribuyen a entender los factores que subyacen en el control y mantenimiento del peso óptimo».
Referencia bibliográfica:
Nutrition (2013). http://dx.doi.org/10.1016/j.nut.2013.07.011
(En la foto, los investigadores de la Universidad de Granada que han publicado este artículo. De izquierda a derecha, Jonatan R. Ruiz, Magdalena Cuenca García, Manuel J. Castillo Garzón y Francisco B. Ortega. El Dr. Ruiz y Dr. Ortega trabajan actualmente en el Departamento de Educación física y deportiva (Facultad de Ciencias del Deporte), y la Dra. Cuenca y el Prof. Castillo trabajan en el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina.)
68455 Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada ha desmontado científicamente la vieja creencia de que comer chocolate engorda. En un artículo publicado esta semana en la revista Nutrition, sus autores han demostrado que un alto consumo de chocolate está asociado a niveles más bajos de grasa total (esto es, la grasa acumulada en todo su cuerpo) y central (abdominal), independientemente de si el sujeto practica o no actividad física y a la dieta que siga, entre otros factores.
En este trabajo, los científicos analizaron si un mayor consumo de chocolate se asocia con un mayor o menor índice de masa corporal, así como otros indicadores de grasa corporal total y central en los adolescentes que participaron en el estudio HELENA (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence). Se trata de un proyecto, financiado por la Unión Europea, sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los jóvenes de 9 países europeos, entre ellos España.
Independientemente de la dieta y la actividad física
Los resultados de este artículo, en el que participaron 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central, según lo estimado por el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal (obtenido a partir de plicometría e impedancia bioeléctrica, dos técnicas de medición) y el perímetro de cintura. Estos resultados fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, la ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.
Como explica la autora principal de este artículo, Magdalena Cuenca García, aunque el chocolate está considerado como un alimento con un alto aporte energético (al ser rico en azúcares y grasas saturadas), «recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos».
De hecho, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables: «es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica».
Recientemente, otro estudio de carácter transversal desarrollado en adultos por científicos de la
Universidad de California observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asocia con un menor índice de masa corporal. Además, estos resultados se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas.
Este efecto podría deberse, en parte, a la influencia de las catequinas sobre la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina ambas, relacionados con el sobrepeso y la obesidad.
No sólo importa el impacto calórico
Los científicos de la UGR han querido ir más allá, y analizar lo que ocurre con el consumo de chocolate en una edad tan crítica como la adolescencia controlando también por otros factores que pudieran influir en el acúmulo de grasa. El estudio, además de novedoso es quizás el más amplio y mejor controlado realizado hasta la fecha, y el primero en población adolescente. El estudio contempla un número elevado de medidas corporales, una medida objetiva de la actividad física, detallado registro dietético mediante 2 recordatorios no consecutivos de 24 horas con un programa informático basado en imágenes, y controla el posible efecto de confusión de un conjunto de variables claves.
Los autores del artículo publicado en Nutrition destacan que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado sólo en términos calóricos. «Las investigaciones epidemiológicas más recientes están centrando su atención en estudiar la relación entre determinados alimentos (no sólo por su contenido calórico, también por sus componentes) y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad».
Con todo, los científicos de la Universidad de Granada insisten en la necesidad de ser moderados en el consumo de chocolate. «En cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno, como ha demostrado nuestro estudio. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial. Como se suele decir: demasiado de algo bueno, ya no es bueno».
Los investigadores de la UGR apuntan que sus hallazgos «tienen también importancia desde el punto de vista clínico, ya que contribuyen a entender los factores que subyacen en el control y mantenimiento del peso óptimo».
68455 s momento de comer chocolate sin preocupaciones. Un nuevo estudio ha puesto en tela de juicio la vieja creencia de que comer chocolate engorda.
Según el estudio, los adolescentes que comen más chocolate son los más delgados y tienen una menor cantidad de grasa acumulada en su cuerpo.
La investigación llevada a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (España) mostró que un mayor consumo de chocolate se asocia con niveles más bajos de grasa total (la de todo el cuerpo) y central (abdominal).
El estudio, publicado en la revista «Nutrición» fue realizado en el marco de un proyecto conocido como el Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence), financiado por la Unión Europea sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los jóvenes de nueve países europeos.
El proyecto europeo ha estudiado a más de 1 458 adolescentes de entre 12 y 17 años de nueve países diferentes.
Según los recientes estudios, el consumo de chocolate reduce el riesgo de trastornos cardiometabólicos, además de que es un buen antioxidante, antitrombótico y antiinflamatorio y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica.
68455 Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada ha desmontado científicamente la vieja creencia de que comer chocolate engorda, con un estudio que demuestra que un alto consumo está asociado a niveles más bajos de grasa total (la de todo el cuerpo) y central (abdominal).
GRANADA. Y ello, con independencia de si se practica o no actividad física y de la dieta que siga, entre otros factores, según ha informado hoy la Universidad de Granada.
El trabajo, realizado por investigadores de la Facultad de Medicina y de la de Ciencias del Deporte, ha sido publicado esta semana en la revista «Nutrition».
Los científicos analizaron si un mayor consumo de chocolate se asocia con un mayor o menor índice de masa corporal, así como otros indicadores de grasa corporal total y central en los adolescentes que participaron en el estudio «Helena», un proyecto financiado por la Unión Europea sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los jóvenes de nueve países europeos, entre ellos España.
Los resultados del trabajo, en el que participaron 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central.
Estos resultados fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, la ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.
Según la autora principal del artículo, Magdalena Cuenca García, aunque el chocolate está considerado como un alimento con un alto aporte energético (al ser rico en azúcares y grasas saturadas), «recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos».
De hecho, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables.
En concreto, es un buen antioxidante, antitrombótico y antiinflamatorio, tiene efectos antihipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica, según los investigadores.
Recientemente, otro estudio de carácter transversal desarrollado en adultos por científicos de la Universidad de California observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asocia con un menor índice de masa corporal.
Además, estos resultados se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas.
68455 Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada (UGR) ha desmontado científicamente la vieja creencia de que comer chocolate engorda. En un artículo publicado esta semana en la revista ‘Nutrition’, sus autores han demostrado que un alto consumo de chocolate está asociado a niveles más bajos de grasa total (esto es, la grasa acumulada en todo su cuerpo) y central (abdominal), independientemente de si el sujeto practica o no actividad física y a la dieta que siga, entre otros factores.En este trabajo, los científicos analizaron si un mayor consumo de chocolate se asocia con un mayor o menor índice de masa corporal, así como otros indicadores de grasa corporal total y central en los adolescentes que participaron en el estudio Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence). Se trata de un proyecto, financiado por la Unión Europea, sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los jóvenes de nueve países europeos, entre ellos España, informa la UGR en una nota.Los resultados de este estudio, en el que participaron 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central, según lo estimado por el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal (obtenido a partir de plicometría e impedancia bioeléctrica, dos técnicas de medición) y el perímetro de cintura. Estos resultados fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, la ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.Como explica la autora principal de este artículo, Magdalena Cuenca García, aunque el chocolate está considerado como un alimento con un alto aporte energético (al ser rico en azúcares y grasas saturadas), «recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos».De hecho, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables: «es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica».Recientemente, otro estudio de carácter transversal desarrollado en adultos por científicos de la Universidad de California observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asocia con un menor índice de masa corporal. Además, estos resultados se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas.Este efecto podría deberse, en parte, a la influencia de las catequinas sobre la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina ambas, relacionados con el sobrepeso y la obesidad.Los científicos de la UGR han querido ir más allá, y analizar lo que ocurre con el consumo de chocolate en una edad tan crítica como la adolescencia controlando también por otros factores que pudieran influir en el acúmulo de grasa. El estudio, además de novedoso es quizás el más amplio y mejor controlado realizado hasta la fecha, y el primero en población adolescente. Contempla un número elevado de medidas corporales, una medida objetiva de la actividad física, detallado registro dietético mediante dos recordatorios no consecutivos de 24 horas con un programa informático basado en imágenes, y controla el posible efecto de confusión de un conjunto de variables claves.Los autores del artículo publicado en ‘Nutrition’ destacan que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado sólo en términos calóricos. «Las investigaciones epidemiológicas más recientes están centrando su atención en estudiar la relación entre determinados alimentos (no sólo por su contenido calórico, también por sus componentes) y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad».Con todo, los científicos de la Universidad de Granada insisten en la necesidad de ser moderados en el consumo de chocolate. «En cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno, como ha demostrado nuestro estudio. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial. Como se suele decir: demasiado de algo bueno, ya no es bueno».Los investigadores de la UGR apuntan que sus hallazgos «tienen también importancia desde el punto de vista clínico, ya que contribuyen a entender los factores que subyacen en el control y mantenimiento del peso óptim
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En este trabajo, los científicos analizaron si un mayor consumo de chocolate se asocia con un mayor o menor índice de masa corporal, así como otros indicadores de grasa corporal total y central en los adolescentes que participaron en el estudio Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence). Se trata de un proyecto, financiado por la Unión Europea, sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los jóvenes de nueve países europeos, entre ellos España, informa la UGR en una nota.
Los resultados de este estudio, en el que participaron 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central, según lo estimado por el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal (obtenido a partir de plicometría e impedancia bioeléctrica, dos técnicas de medición) y el perímetro de cintura. Estos resultados fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, la ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.
Como explica la autora principal de este artículo, Magdalena Cuenca García, aunque el chocolate está considerado como un alimento con un alto aporte energético (al ser rico en azúcares y grasas saturadas), «recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos».
De hecho, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables: «es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica».
Recientemente, otro estudio de carácter transversal desarrollado en adultos por científicos de la Universidad de California observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asocia con un menor índice de masa corporal. Además, estos resultados se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas.
Este efecto podría deberse, en parte, a la influencia de las catequinas sobre la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina ambas, relacionados con el sobrepeso y la obesidad.
Los científicos de la UGR han querido ir más allá, y analizar lo que ocurre con el consumo de chocolate en una edad tan crítica como la adolescencia controlando también por otros factores que pudieran influir en el acúmulo de grasa.
El estudio, además de novedoso es quizás el más amplio y mejor controlado realizado hasta la fecha, y el primero en población adolescente. Contempla un número elevado de medidas corporales, una medida objetiva de la actividad física, detallado registro dietético mediante dos recordatorios no consecutivos de 24 horas con un programa informático basado en imágenes, y controla el posible efecto de confusión de un conjunto de variables claves.
Los autores del artículo publicado en ‘Nutrition’ destacan que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado sólo en términos calóricos. «Las investigaciones epidemiológicas más recientes están centrando su atención en estudiar la relación entre determinados alimentos (no sólo por su contenido calórico, también por sus componentes) y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad».
Con todo, los científicos de la Universidad de Granada insisten en la necesidad de ser moderados en el consumo de chocolate. «En cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno, como ha demostrado nuestro estudio. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial. Como se suele decir: demasiado de algo bueno, ya no es bueno».
Los investigadores de la UGR apuntan que sus hallazgos «tienen también importancia desde el punto de vista clínico, ya que contribuyen a entender los factores que subyacen en el control y mantenimiento del peso óptimo».
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