Pág. 10: La Fundación Medina identificará productos bioestimulantes con una empresa de EEUU
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Pág. 10: El Centro de Transferencia Tecnológica de la UGR funcionará a principios de 2014
La Universidad granadina batirá récord en creación de spin-off
La Fundación Medina colaborará con la empresa americana Mendel
Pág. 57: El granadino Joaquín Carmona gana el premio de poesía Universidad de Sevilla
Pág. 59: Los adolescentes que hacen más ejercicio en el instituto sacan mejores notas
Pág. 71: Agenda:
– Exposiciones:
«200 años por la provincia»
«Vi el aire moviéndose, e incluso daba sombra»
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Pág. 10: El Centro de Transferencia Tecnológica de la UGR funcionará a principios de 2014
La Universidad granadina batirá récord en creación de spin-off
La Fundación Medina colaborará con la empresa americana Mendel
Pág. 57: El granadino Joaquín Carmona gana el premio de poesía Universidad de Sevilla
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Pág. 71: Agenda:
– Exposiciones:
«200 años por la provincia»
«Vi el aire moviéndose, e incluso daba sombra»
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66777 Un estudio de la Universidad de Granada que ha analizado la asociación entre la ingesta de huevo en edad adolescente y los principales factores de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como el perfil lipídico, la adiposidad, la resistencia a la insulina o la tensión arterial, concluye que comer huevos no se asocia con altos niveles de colesterol en adolescentes.
«Tradicionalmente los profesionales de la salud mantenían que comer huevos incrementaba el nivel de colesterol, por ello en las últimas décadas ha habido una tendencia a restringir su ingesta desde diversos organismos de salud pública», explica a SINC Alberto Soriano Maldonado, primer autor del trabajo.
Sin embargo, las investigaciones más recientes afirman que el incremento del colesterol plasmático parece estar más influenciado por la ingesta de grasas saturadas y grasas trans -presentes en carnes rojas, bollería industrial, etc.-, que por el propio colesterol de la dieta.
Así, los resultados de este artículo, perteneciente al estudio europeo HELENA y con nueve países implicados, demostraron que comer más cantidad de huevo no se vincula con un mayor nivel de colesterol plasmático ni con un peor perfil cardiovascular en adolescentes, independientemente de su actividad física.
«Las conclusiones, publicadas en la revista Nutrición Hospitalaria, concuerdan con estudios recientes en adultos sanos que sugieren que una ingesta de hasta siete huevos por semana no está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares», apunta Soriano.
66777 Un estudio de la Universidad de Granada que ha analizado la asociación entre la ingesta de huevo en edad adolescente y los principales factores de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como el perfil lipídico, la adiposidad, la resistencia a la insulina o la tensión arterial, concluye que comer huevos no se asocia con altos niveles de colesterol en adolescentes.
«Tradicionalmente los profesionales de la salud mantenían que comer huevos incrementaba el nivel de colesterol, por ello en las últimas décadas ha habido una tendencia a restringir su ingesta desde diversos organismos de salud pública», explica a SINC Alberto Soriano Maldonado, primer autor del trabajo.
Sin embargo, las investigaciones más recientes afirman que el incremento del colesterol plasmático parece estar más influenciado por la ingesta de grasas saturadas y grasas trans -presentes en carnes rojas, bollería industrial, etc.-, que por el propio colesterol de la dieta.
Así, los resultados de este artículo, perteneciente al estudio europeo HELENA y con nueve países implicados, demostraron que comer más cantidad de huevo no se vincula con un mayor nivel de colesterol plasmático ni con un peor perfil cardiovascular en adolescentes, independientemente de su actividad física.
«Las conclusiones, publicadas en la revista Nutrición Hospitalaria, concuerdan con estudios recientes en adultos sanos que sugieren que una ingesta de hasta siete huevos por semana no está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares», apunta Soriano.
A pesar de la crisis y los sucesivos recortes que están ahogando a muchas Administraciones públicas, hay universidades que rompen el molde y consiguen cuadrar sus balances año tras año. La Universidad del País Vasco, la Rovira i Virgili de Tarragona, la de Navarra o la de Granada son algunas que pueden presumir de tener unas cuentas saneadas. Lo han conseguido gracias a un factor fundamental: contar con una buena posición de salida antes de los recortes, marcada por una gestión eficiente de los recursos económicos durante los años de bonanza. La contención en el gasto de personal, una buena financiación, el peso de la investigación, el tamaño y la antigüedad de los campus son algunas claves de esta buena administración.
Esta situación económica aventajada les ha permitido sortear con más agilidad el hachazo que han sufrido los presupuestos universitarios, que asciende a unos 1.200 millones de euros (un 12%) desde 2010, según un estudio de CC OO. A pesar de la oleada de recortes e impagos por parte de los Gobiernos autonómicos, las cifras de algunas universidades brillan. La Rovira i Virgili (URV) cerró 2012 con 400.000 euros de superávit, y ello a pesar de tener que recortar 18 millones en dos años. La Universidad de Granada ha tenido que afanarse más para hacer frente al recorte de 54 millones desde 2011 y cerrar el año con dos millones en positivo. La Universidad del País Vasco (UPV-EHU), la más grande de este grupo, también presenta cuentas equilibradas, a pesar de que en el último lustro su presupuesto ha menguado en 85 millones.
Muchas optan por una investigación especializada para poder competir
«Todo depende de una buena gestión. Ha habido una mala administración en muchas universidades, se gastaba más de lo que se tenía», sentencia Joaquim Prats, expresidente de la Agencia de Calidad Universitaria de Cataluña. Y si se quieren contener los números rojos, hay que tener especial cuidado del capítulo que mayor tajada se lleva del gasto, el de la plantilla. La receta del rector de la Rovira i Virgili, Francesc Xavier Grau, es que el monto que se va en personal no supere el 90% de las subvenciones públicas. «No contratamos a nadie que no podamos pagar o que no necesitemos. Así que nunca necesitamos despedirlos», añade el gerente de la Universidad de Granada, Andrés Navarro.
MÁS INFORMACIÓN
LA UNIVERSIDAD EN CRISIS (1) | La Complutense se asfixia
LA UNIVERSIDAD EN CRISIS (2) | La Universidad que pasa frío
La excelencia, para más tarde
Además del personal, el peso de la investigación es un factor clave que puede desequilibrar los balances de los campus. «Cuanto más investigación haga la universidad, peores son las cuentas. Los convenios de investigación solo cubren los costes directos —personal y material— pero no los indirectos, como las instalaciones», explica Josep Ferrer, exrector de la Politécnica de Cataluña —el centro con más problemas de esta comunidad. Varios expertos coinciden en apuntar que las universidades medianas realizan en general menos investigación o menos costosa. «Muchas optan por una investigación especializada, pero estos campus no tienen masa crítica y no pueden competir con las mayores a la hora de conseguir grandes contratos», tercia Prats.
Los parques científicos también han hecho que muchas universidades se pillen los dedos. «Son inversiones improductivas y edificios vacíos. Estos parques han supuesto demasiada inversión y no han tenido el rendimiento esperado, ya sea por una mala gestión o por la crisis», tercia el exrector de la Politécnica.
La Rovira i Virgili no enciende el aire acondicionado hasta el mes de mayo
Contar con una buena financiación de partida es clave también para equilibrar las cuentas. La gerente de la Universidad del País Vasco, Lore Bilbao, admite que su campus es «privilegiado», ya que las aportaciones del Gobierno vasco en los últimos años han sido «bastante superiores» al resto de comunidades. Gonzalo Bernardos, exvicerrector económico de la Universidad de Barcelona, explica que en otras autonomías también hay campus, muchos de ellos saneados, con un plus de financiación. «Algunas universidades provinciales tienen una mejor financiación, por el clientelismo de las diputaciones, que hacen de lobby para conseguir más dinero». Bernardos pone como ejemplo Cataluña, donde los campus de fuera de Barcelona reciben un monto adicional en concepto de equilibrio territorial.
Proximidad es eficiencia
IVANNA VALLESPÍN, BARCELONA
Si algo tienen en común las universidades más asfixiadas es su tamaño. Todos los grandes campus (excepto País Vasco, con una financiación privilegiada) arrastran ingentes números rojos. Josep Ferrer, exrector de la Politécnica de Cataluña, explica que cuanto más grande es la universidad, más difícil es afinar las cuentas. «La proximidad entre el gestor y el último escalón es clave. La eficiencia se pierde cuando hay muchos intermediarios». Andrés Navarro, gerente de la Universidad de Granada, coincide en esta idea y añade que es fundamental la implicación de todos los miembros del campus «para que gasten estrictamente lo necesario y lo que puedan pagar». Y esto es más fácil en centros pequeños.
La edad de las universidades también es importante. Ferrer destaca que las más antiguas son las que cuentan con profesores de más edad y experiencia, que acumulan muchos complementos, cosa que encarece la nómina. Para Francesc Xavier Grau, la historia de la universidad pesa más que su tamaño. «Las más jóvenes no han tenido tiempo de acumular decisiones erróneas. Venimos de un periodo de 30 años de continuo crecimiento, así que las más antiguas tomaron decisiones pensando que esta tendencia de crecimiento se lo cubriría», tercia el rector de Tarragona. «Se han puesto en marcha titulaciones y servicios sin saber si se podrían pagar el día de mañana. El sistema universitario ha crecido desproporcionadamente sin tener una contabilidad de costes», remacha Navarro.
Aunque muchas universidades llegaron con una buena salud al estallido de la crisis, algunas no se han librado de tener que meter la tijera a sus presupuestos para evitar que se les dispare el déficit. Gran parte del ahorro viene de los gastos comunes: contratos de suministro, factura energética, material, etcétera. También han tocado el capítulo de personal, básicamente bajando sueldos, y la mayoría de estos campus presumen de no haber reducido sus plantillas en estos años.
En Granada han ahorrado un millón y medio renegociando contratos de suministros o cerrando el campus en vacaciones. En la Rovira i Virgili esta cifra se eleva a seis millones en dos años. «El aire acondicionado no se enciende antes del mes de mayo y la calefacción, hasta octubre. A lo mejor hay días que pasarás calor, pero es un mal menor», admite el rector. Además, la limpieza ya no se hace cada día, sino dos veces por semana. También se cierra a cal y canto el campus en agosto y se ha reducido el horario de apertura de algunas dependencias.
Las fórmulas del País Vasco y Navarra han pasado sobre todo por ahogar el ladrillo. Se ha paralizado el inicio de numerosas obras y se ha revisado el ritmo de muchas otras. El plan de inversiones del campus vasco ha sufrido un profundo tijeretazo del 53%, pasando de 17 millones en 2012 a 7,9 millones este ejercicio. Esta universidad también ha optado por suprimir aquellos gastos que no son necesarios o revisar algunas duplicidades entre sus grados. A finales de 2011, se empezaron a suprimir algunas titulaciones que se impartían en los tres campus (uno en cada provincia) de la universidad.
A pesar de la crisis y los sucesivos recortes que están ahogando a muchas Administraciones públicas, hay universidades que rompen el molde y consiguen cuadrar sus balances año tras año. La Universidad del País Vasco, la Rovira i Virgili de Tarragona, la de Navarra o la de Granada son algunas que pueden presumir de tener unas cuentas saneadas. Lo han conseguido gracias a un factor fundamental: contar con una buena posición de salida antes de los recortes, marcada por una gestión eficiente de los recursos económicos durante los años de bonanza. La contención en el gasto de personal, una buena financiación, el peso de la investigación, el tamaño y la antigüedad de los campus son algunas claves de esta buena administración.
Esta situación económica aventajada les ha permitido sortear con más agilidad el hachazo que han sufrido los presupuestos universitarios, que asciende a unos 1.200 millones de euros (un 12%) desde 2010, según un estudio de CC OO. A pesar de la oleada de recortes e impagos por parte de los Gobiernos autonómicos, las cifras de algunas universidades brillan. La Rovira i Virgili (URV) cerró 2012 con 400.000 euros de superávit, y ello a pesar de tener que recortar 18 millones en dos años. La Universidad de Granada ha tenido que afanarse más para hacer frente al recorte de 54 millones desde 2011 y cerrar el año con dos millones en positivo. La Universidad del País Vasco (UPV-EHU), la más grande de este grupo, también presenta cuentas equilibradas, a pesar de que en el último lustro su presupuesto ha menguado en 85 millones.
Muchas optan por una investigación especializada para poder competir
«Todo depende de una buena gestión. Ha habido una mala administración en muchas universidades, se gastaba más de lo que se tenía», sentencia Joaquim Prats, expresidente de la Agencia de Calidad Universitaria de Cataluña. Y si se quieren contener los números rojos, hay que tener especial cuidado del capítulo que mayor tajada se lleva del gasto, el de la plantilla. La receta del rector de la Rovira i Virgili, Francesc Xavier Grau, es que el monto que se va en personal no supere el 90% de las subvenciones públicas. «No contratamos a nadie que no podamos pagar o que no necesitemos. Así que nunca necesitamos despedirlos», añade el gerente de la Universidad de Granada, Andrés Navarro.
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La excelencia, para más tarde
Además del personal, el peso de la investigación es un factor clave que puede desequilibrar los balances de los campus. «Cuanto más investigación haga la universidad, peores son las cuentas. Los convenios de investigación solo cubren los costes directos —personal y material— pero no los indirectos, como las instalaciones», explica Josep Ferrer, exrector de la Politécnica de Cataluña —el centro con más problemas de esta comunidad. Varios expertos coinciden en apuntar que las universidades medianas realizan en general menos investigación o menos costosa. «Muchas optan por una investigación especializada, pero estos campus no tienen masa crítica y no pueden competir con las mayores a la hora de conseguir grandes contratos», tercia Prats.
Los parques científicos también han hecho que muchas universidades se pillen los dedos. «Son inversiones improductivas y edificios vacíos. Estos parques han supuesto demasiada inversión y no han tenido el rendimiento esperado, ya sea por una mala gestión o por la crisis», tercia el exrector de la Politécnica.
La Rovira i Virgili no enciende el aire acondicionado hasta el mes de mayo
Contar con una buena financiación de partida es clave también para equilibrar las cuentas. La gerente de la Universidad del País Vasco, Lore Bilbao, admite que su campus es «privilegiado», ya que las aportaciones del Gobierno vasco en los últimos años han sido «bastante superiores» al resto de comunidades. Gonzalo Bernardos, exvicerrector económico de la Universidad de Barcelona, explica que en otras autonomías también hay campus, muchos de ellos saneados, con un plus de financiación. «Algunas universidades provinciales tienen una mejor financiación, por el clientelismo de las diputaciones, que hacen de lobby para conseguir más dinero». Bernardos pone como ejemplo Cataluña, donde los campus de fuera de Barcelona reciben un monto adicional en concepto de equilibrio territorial.
Proximidad es eficiencia
IVANNA VALLESPÍN, BARCELONA
Si algo tienen en común las universidades más asfixiadas es su tamaño. Todos los grandes campus (excepto País Vasco, con una financiación privilegiada) arrastran ingentes números rojos. Josep Ferrer, exrector de la Politécnica de Cataluña, explica que cuanto más grande es la universidad, más difícil es afinar las cuentas. «La proximidad entre el gestor y el último escalón es clave. La eficiencia se pierde cuando hay muchos intermediarios». Andrés Navarro, gerente de la Universidad de Granada, coincide en esta idea y añade que es fundamental la implicación de todos los miembros del campus «para que gasten estrictamente lo necesario y lo que puedan pagar». Y esto es más fácil en centros pequeños.
La edad de las universidades también es importante. Ferrer destaca que las más antiguas son las que cuentan con profesores de más edad y experiencia, que acumulan muchos complementos, cosa que encarece la nómina. Para Francesc Xavier Grau, la historia de la universidad pesa más que su tamaño. «Las más jóvenes no han tenido tiempo de acumular decisiones erróneas. Venimos de un periodo de 30 años de continuo crecimiento, así que las más antiguas tomaron decisiones pensando que esta tendencia de crecimiento se lo cubriría», tercia el rector de Tarragona. «Se han puesto en marcha titulaciones y servicios sin saber si se podrían pagar el día de mañana. El sistema universitario ha crecido desproporcionadamente sin tener una contabilidad de costes», remacha Navarro.
Aunque muchas universidades llegaron con una buena salud al estallido de la crisis, algunas no se han librado de tener que meter la tijera a sus presupuestos para evitar que se les dispare el déficit. Gran parte del ahorro viene de los gastos comunes: contratos de suministro, factura energética, material, etcétera. También han tocado el capítulo de personal, básicamente bajando sueldos, y la mayoría de estos campus presumen de no haber reducido sus plantillas en estos años.
En Granada han ahorrado un millón y medio renegociando contratos de suministros o cerrando el campus en vacaciones. En la Rovira i Virgili esta cifra se eleva a seis millones en dos años. «El aire acondicionado no se enciende antes del mes de mayo y la calefacción, hasta octubre. A lo mejor hay días que pasarás calor, pero es un mal menor», admite el rector. Además, la limpieza ya no se hace cada día, sino dos veces por semana. También se cierra a cal y canto el campus en agosto y se ha reducido el horario de apertura de algunas dependencias.
Las fórmulas del País Vasco y Navarra han pasado sobre todo por ahogar el ladrillo. Se ha paralizado el inicio de numerosas obras y se ha revisado el ritmo de muchas otras. El plan de inversiones del campus vasco ha sufrido un profundo tijeretazo del 53%, pasando de 17 millones en 2012 a 7,9 millones este ejercicio. Esta universidad también ha optado por suprimir aquellos gastos que no son necesarios o revisar algunas duplicidades entre sus grados. A finales de 2011, se empezaron a suprimir algunas titulaciones que se impartían en los tres campus (uno en cada provincia) de la universidad.
Se necesitan estudiantes para el curso 2013-2014. Decenas de hojas empapelan los alrededores de las facultades y escuelas de la Universidad de Granada (UGR). No es un reclamo para que se matriculen en una carrera determinada. Es para vivir o mejor dicho convivir. Para que ocupen la habitación que se les ha quedado libre. También hay pisos totalmente vacíos que esperan nuevos inquilinos.
El mercado del alquiler en Granada tiene en los universitarios unos clientes fieles. Este sector mueve millones de euros. Con la crisis nadie quiere que se quede el piso vacío y buscan inquilinos para asegurarse unos ingresos mensuales fijos. Los universitarios, sus padres en la mayoría de los casos, siempre pagan.
Más de 30.000 estudiantes de la Universidad granadina tienen el domicilio familiar a más de 100 kilómetros de la capital granadina. Necesitan un techo para poder vivir en la capital de la Alhambra. A estos alumnos hay que sumar los de los posgrados por lo que se puede estar hablando de una cifra superior a los 35.000, según los datos aportados por el director del Servicio de Asistencia Estudiantil de la institución universitaria granadina, José María Suárez. En la Universidad granadina han estado matriculados este curso, solo en titulaciones, más de 54.000 estudiantes.
Si se descartan las 1.400 plazas de los colegios mayores y otras tantas, hasta llegar a las tres mil, de las residencias universitarias, son miles los estudiantes que alquilan piso.
Hay que puntualizar que en el curso 2012-2013 la Universidad granadina ha perdido estudiantes tanto en los grados como en los posgrados. Asimismo, durante este curso que está terminando –no se cierra a efectos administrativos al menos hasta que no finalicen los exámenes de septiembre– se han dado circunstancias como que familias que antes tenían en el piso a su hijo solo y no alquilaban habitaciones ahora sí lo hacen. Es el caso de familias que tienen en Granada un piso y ellos viven en otras ciudades y antes no alquilaban y solo estaba su hijo que estudiaba aquí y ahora meten a alguien, por lo general, desconocido a su domicilio. También es cierto que alumnos de pueblos cercanos ahora van y vienen y no alquilan piso porque es más económico.
Sea como fuere, el mercado del alquiler del piso mueve millones de euros. Si se toma como referencia 32.000 estudiantes en pisos de alquiler y la media es de 200 euros al mes –ahora hay muchos más baratos, pero también hay otros más caros y apartamentos que elevan la media– el montante es nada más y nada menos que de 6,4 millones de euros al mes. Lo habitual es que se pague nueve meses por lo que el monto es de 57,6 millones de euros. Si se toma como referencia 35.000 universitarios las cantidades serían siete millones de euros al mes y 63 millones de euros en un curso de nueve meses.
La media en los colegios mayores es diferente. Es superior a los 600 euros al mes, pero esta no se incluye en el alquiler de pisos. Este curso se han quedado plaza vacantes en prácticamente todos. Eso sí los universitarios siguen dejando millones de euros en vivienda cada curso en la capital granadina.
Poca diferencia
En lo referente a los precios. El director del Servicio de Asistencia Estudiantil, el profesor José María Suárez dice que es complicado hacer una comparativa, pero sostiene que «los precios fluctúan muy poco». Destaca que «hay más oferta que nunca». Una de las causas es la ya indicada que hay más necesidad de dinero y ahora se ponen en alquiler más pisos.
Con este argumento, el coordinador de la Delegación General de Estudiantes de la Universidad granadina, Ramón Ricardo Rosas Romera, que además es alumno, indica que los precios «han bajado como es normal en el contexto de crisis provocada por una burbuja inmobiliaria».
En lo que respecta a la oferta, la Oficina de Gestión de Alojamientos de la Universidad granadina tiene más pisos que nunca. Más de 270 viviendas que se traducen en unas 300 habitaciones y unas cien familias que buscan inquilinos. El crecimiento ha sido espectacular. Este curso han contado con más de 9.000 usuarios y unas 30.000 visitas web. Eso solo en este servicio porque el tradicional pegado de papeles deja algunas vallas y paredes sin un hueco. Incluso se pegan en papeleras y farolas. Aunque los servicios de limpieza del Ayuntamiento quitan los papeles a los dos días, como mucho, ha estado de nuevo lleno.
Los precios son muy variados. Se pueden encontrar pisos de cuatro habitaciones por 150 euros –por dormitorio– en el camino de Ronda, 220 euros en la zona Centro, 180 euros en Arabial, 140 euros en la zona de la Chana o 175 en el Genil. Suelen ser pisos de cómo mínimo tres dormitorios. Hay que compartir para poder ahorrarse unos cuantos euros.
Estos precios en la mayoría de las ocasiones no incluyen más que una cama, una silla y una mesa –en el mejor de los casos–, una cocina a compartir no muy equipada y un salón con un sofá con dos plazas y en el piso hay tres dormitorios.
Las condiciones
El coordinador de la Delegación General de Estudiantes, que recuerda que están para ayudar en cualquier problema que tenga el alumno, dice que «las principales mejoras en el alquiler deberían sustentarse en el correcto mantenimiento de los pisos por parte de los arrendadores, ya que algunos estudiantes viven en pisos verdaderamente ruinosos».
Agrega: «Otro aspecto fundamental es el de los contratos, ya que no todos los arrendadores los firman, con la indefensión que ello supone para los universitarios. Desde la Delegación General de Estudiantes asesoramos a cualquier estudiante sobre sus contratos de arrendamiento». Concluye: «Desde la Delegación pedimos a todos los arrendadores y arrendatarios que en cumplimiento de la legalidad firmen estos contratos».
Granada es una ciudad con una amplia oferta de alojamiento para los universitarios. Hay pisos, como se ha indicado, colegios mayores, residencias e incluso familias que acogen a alumnos. Con la crisis, la Oficina de Gestión de Alojamiento de la Universidad granadina ha negociado también con residencias como la Carlos V y la Fernando de los Ríos, incluso con el conjunto de los colegios mayores, plazas bonificadas. En el caso de la residencia del campus de Cartuja se han ofertado para el próximo curso habitaciones dobles (alojamiento + media pensión + consumos) a 403 euros e individuales a 448,75 euros.
Se necesitan estudiantes para el curso 2013-2014. Decenas de hojas empapelan los alrededores de las facultades y escuelas de la Universidad de Granada (UGR). No es un reclamo para que se matriculen en una carrera determinada. Es para vivir o mejor dicho convivir. Para que ocupen la habitación que se les ha quedado libre. También hay pisos totalmente vacíos que esperan nuevos inquilinos.
El mercado del alquiler en Granada tiene en los universitarios unos clientes fieles. Este sector mueve millones de euros. Con la crisis nadie quiere que se quede el piso vacío y buscan inquilinos para asegurarse unos ingresos mensuales fijos. Los universitarios, sus padres en la mayoría de los casos, siempre pagan.
Más de 30.000 estudiantes de la Universidad granadina tienen el domicilio familiar a más de 100 kilómetros de la capital granadina. Necesitan un techo para poder vivir en la capital de la Alhambra. A estos alumnos hay que sumar los de los posgrados por lo que se puede estar hablando de una cifra superior a los 35.000, según los datos aportados por el director del Servicio de Asistencia Estudiantil de la institución universitaria granadina, José María Suárez. En la Universidad granadina han estado matriculados este curso, solo en titulaciones, más de 54.000 estudiantes.
Si se descartan las 1.400 plazas de los colegios mayores y otras tantas, hasta llegar a las tres mil, de las residencias universitarias, son miles los estudiantes que alquilan piso.
Hay que puntualizar que en el curso 2012-2013 la Universidad granadina ha perdido estudiantes tanto en los grados como en los posgrados. Asimismo, durante este curso que está terminando –no se cierra a efectos administrativos al menos hasta que no finalicen los exámenes de septiembre– se han dado circunstancias como que familias que antes tenían en el piso a su hijo solo y no alquilaban habitaciones ahora sí lo hacen. Es el caso de familias que tienen en Granada un piso y ellos viven en otras ciudades y antes no alquilaban y solo estaba su hijo que estudiaba aquí y ahora meten a alguien, por lo general, desconocido a su domicilio. También es cierto que alumnos de pueblos cercanos ahora van y vienen y no alquilan piso porque es más económico.
Sea como fuere, el mercado del alquiler del piso mueve millones de euros. Si se toma como referencia 32.000 estudiantes en pisos de alquiler y la media es de 200 euros al mes –ahora hay muchos más baratos, pero también hay otros más caros y apartamentos que elevan la media– el montante es nada más y nada menos que de 6,4 millones de euros al mes. Lo habitual es que se pague nueve meses por lo que el monto es de 57,6 millones de euros. Si se toma como referencia 35.000 universitarios las cantidades serían siete millones de euros al mes y 63 millones de euros en un curso de nueve meses.
La media en los colegios mayores es diferente. Es superior a los 600 euros al mes, pero esta no se incluye en el alquiler de pisos. Este curso se han quedado plaza vacantes en prácticamente todos. Eso sí los universitarios siguen dejando millones de euros en vivienda cada curso en la capital granadina.
Poca diferencia
En lo referente a los precios. El director del Servicio de Asistencia Estudiantil, el profesor José María Suárez dice que es complicado hacer una comparativa, pero sostiene que «los precios fluctúan muy poco». Destaca que «hay más oferta que nunca». Una de las causas es la ya indicada que hay más necesidad de dinero y ahora se ponen en alquiler más pisos.
Con este argumento, el coordinador de la Delegación General de Estudiantes de la Universidad granadina, Ramón Ricardo Rosas Romera, que además es alumno, indica que los precios «han bajado como es normal en el contexto de crisis provocada por una burbuja inmobiliaria».
En lo que respecta a la oferta, la Oficina de Gestión de Alojamientos de la Universidad granadina tiene más pisos que nunca. Más de 270 viviendas que se traducen en unas 300 habitaciones y unas cien familias que buscan inquilinos. El crecimiento ha sido espectacular. Este curso han contado con más de 9.000 usuarios y unas 30.000 visitas web. Eso solo en este servicio porque el tradicional pegado de papeles deja algunas vallas y paredes sin un hueco. Incluso se pegan en papeleras y farolas. Aunque los servicios de limpieza del Ayuntamiento quitan los papeles a los dos días, como mucho, ha estado de nuevo lleno.
Los precios son muy variados. Se pueden encontrar pisos de cuatro habitaciones por 150 euros –por dormitorio– en el camino de Ronda, 220 euros en la zona Centro, 180 euros en Arabial, 140 euros en la zona de la Chana o 175 en el Genil. Suelen ser pisos de cómo mínimo tres dormitorios. Hay que compartir para poder ahorrarse unos cuantos euros.
Estos precios en la mayoría de las ocasiones no incluyen más que una cama, una silla y una mesa –en el mejor de los casos–, una cocina a compartir no muy equipada y un salón con un sofá con dos plazas y en el piso hay tres dormitorios.
Las condiciones
El coordinador de la Delegación General de Estudiantes, que recuerda que están para ayudar en cualquier problema que tenga el alumno, dice que «las principales mejoras en el alquiler deberían sustentarse en el correcto mantenimiento de los pisos por parte de los arrendadores, ya que algunos estudiantes viven en pisos verdaderamente ruinosos».
Agrega: «Otro aspecto fundamental es el de los contratos, ya que no todos los arrendadores los firman, con la indefensión que ello supone para los universitarios. Desde la Delegación General de Estudiantes asesoramos a cualquier estudiante sobre sus contratos de arrendamiento». Concluye: «Desde la Delegación pedimos a todos los arrendadores y arrendatarios que en cumplimiento de la legalidad firmen estos contratos».
Granada es una ciudad con una amplia oferta de alojamiento para los universitarios. Hay pisos, como se ha indicado, colegios mayores, residencias e incluso familias que acogen a alumnos. Con la crisis, la Oficina de Gestión de Alojamiento de la Universidad granadina ha negociado también con residencias como la Carlos V y la Fernando de los Ríos, incluso con el conjunto de los colegios mayores, plazas bonificadas. En el caso de la residencia del campus de Cartuja se han ofertado para el próximo curso habitaciones dobles (alojamiento + media pensión + consumos) a 403 euros e individuales a 448,75 euros.
66934 La Fundación Medina, un consorcio público-privado formado por la farmacéutica MSD, la Junta y la Universidad de Granada para el descubrimiento de nuevas terapias innovadoras, ha firmado un acuerdo de colaboración y licencia de su tecnología con la empresa estadounidense Mendel Biotechnology.
En virtud de este acuerdo, la empresa de biotecnología identificará nuevos productos bioestimulantes, una nueva categoría de productos para la agricultura, derivados de fuentes naturales, que permitirá mejorar la productividad de los cultivos.
Estos productos naturales pueden ser comercializados más rápidamente y con menores costes que los reguladores químicos sintéticos que se utilizan en la actualidad, ha informado este martes la Universidad de Granada.
La empresa agrobiotecnológica Mendel Biotechnology se ubica en el grupo empresarial de agrociencias y biotecnología que nació en torno a la Universidad de California (Estados Unidos), y se dedica a desarrollar nuevos productos con bajo impacto ambiental para la mejora y protección de las cosechas.
El proyecto en el que participará la Fundación Medina emplea un test sofisticado para buscar entre los microorganismos de las colecciones que ha generado el centro granadino nuevos agentes capaces de mejorar el rendimiento de cultivos.
Para Medina, este acuerdo representa la validación de su potencial de aportación en el sector agrociencias.
Descargar
66934 La Fundación Medina, un consorcio público-privado formado por la farmacéutica MSD, la Junta y la Universidad de Granada para el descubrimiento de nuevas terapias innovadoras, ha firmado un acuerdo de colaboración y licencia de su tecnología con la empresa estadounidense Mendel Biotechnology.
En virtud de este acuerdo, la empresa de biotecnología identificará nuevos productos bioestimulantes, una nueva categoría de productos para la agricultura, derivados de fuentes naturales, que permitirá mejorar la productividad de los cultivos.
Estos productos naturales pueden ser comercializados más rápidamente y con menores costes que los reguladores químicos sintéticos que se utilizan en la actualidad, ha informado este martes la Universidad de Granada.
La empresa agrobiotecnológica Mendel Biotechnology se ubica en el grupo empresarial de agrociencias y biotecnología que nació en torno a la Universidad de California (Estados Unidos), y se dedica a desarrollar nuevos productos con bajo impacto ambiental para la mejora y protección de las cosechas.
El proyecto en el que participará la Fundación Medina emplea un test sofisticado para buscar entre los microorganismos de las colecciones que ha generado el centro granadino nuevos agentes capaces de mejorar el rendimiento de cultivos.
Para Medina, este acuerdo representa la validación de su potencial de aportación en el sector agrociencias.
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66934 Granada, 23 jul (EFE).- La Fundación Medina, un consorcio público-privado formado por la farmacéutica MSD, la Junta y la Universidad de Granada para el descubrimiento de nuevas terapias innovadoras, ha firmado un acuerdo de colaboración y licencia de su tecnología con la empresa estadounidense Mendel Biotechnology.
En virtud de este acuerdo, la empresa de biotecnología identificará nuevos productos bioestimulantes, una nueva categoría de productos para la agricultura, derivados de fuentes naturales, que permitirá mejorar la productividad de los cultivos.
Estos productos naturales pueden ser comercializados más rápidamente y con menores costes que los reguladores químicos sintéticos que se utilizan en la actualidad, ha informado hoy la Universidad de Granada.
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