– Las claves del ADN
Muchas familias de los fallecidos en el accidente se han quejado estos días porque todavía no les habían entregado los cuerpos de sus familiares. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, les aseguró el pasado viernes que los cadáveres estarían identificados en un plazo de 72 horas. Y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, prometió que hoy iba a estar concluida la práctica totalidad del proceso.
¿En qué han consistido las identificaciones?
Para identificar los cuerpos de los 153 fallecidos se han utilizado varias técnicas complementarias: huellas dactilares, comparación con las radiografías de los dientes, reconocimiento visual a partir de rasgos físicos, ropa, joyas, tatuajes… y la prueba del ADN.
¿Cómo se hace la prueba del ADN?
El ADN permite la comparación con familiares directos e indirectos. Esta es la técnica más útil cuando los cuerpos están carbonizados o desmembrados. A grandes rasgos, consiste en extraer una pequeña porción de un tejido del fallecido y, tras triturarlo, mezclarlo en un bote de cinco mililitros con varios líquidos. Estos rompen la pared de la célula y del núcleo y liberan el ADN, que se queda flotando dentro de la solución. En una segunda fase, se pulveriza el ADN para aislarlo de otras sustancias y, en la tercera (conocida como proceso de amplificación), se buscan los puntos del ADN que le dan a una persona sus características diferenciales. Se obtiene entonces un perfil que se lee como una sucesión de números y se coteja con el perfil de los familiares mediante programas informáticos.
¿Qué tipo de muestras se recoge?
El ADN está presente en todas nuestras células. A las víctimas del accidente se les cogió sangre y trozos de músculo abdominal del tamaño de un garbanzo. A los parientes se les tomó una muestra de saliva. Lo ideal es obtenerla del padre y de la madre (la combinación de los dos da el perfil genético del hijo), pero también sirve la de un hijo (que tiene la mitad del ADN idéntico), un hermano u otros parientes.
¿Qué fiabilidad tiene?
«Del 100%», sostiene el médico forense José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada y uno de los mayores expertos en ADN del mundo. «Hay que tener en cuenta que se trabaja en las mejores condiciones, con todos los medios y, sobre todo, con varias técnicas complementarias. España está en el top ten mundial en esta materia».
¿Qué dificultades ha habido en el proceso?
Los forenses que han participado en las identificaciones de los cuerpos explican que, en primer lugar, casi un centenar estaba carbonizado, por lo que no se han podido sacar huellas dactilares y se ha tenido que recurrir al ADN. Esta prueba no sirve con los adoptados, como es el caso de una de las víctimas. También se han tenido problemas con los ciudadanos extranjeros (19) y con los canarios, porque ha habido que traer a sus allegados hasta Madrid.
¿Y las ventajas?
Fundamentalmente, que había una lista previa con las identidades de los pasajeros embarcados. Y que los cadáveres no estaban muy desmembrados, como ocurrió, por ejemplo, en el 11-M, según los forenses.
¿Ha habido retrasos?
Las autopsias estuvieron en un tiempo que sus autores consideran «bastante bueno»: seis horas. Según el doctor Lorente, los resultados de la toma de saliva a los familiares suelen estar listos en unas ocho horas, mientras que el proceso de la extracción del ADN dura entre 12 y 36 horas y, si la cosa se complica, dos días. Luego hay que cruzar sendas informaciones. «Hasta que no haya un conjunto de datos general tampoco se pueden dar las identificaciones», explica el doctor Lorente. Estamos dentro de plazo, pero hoy debería estar entregada la gran mayoría de los cadáveres.
¿Por qué se quejan los familiares?
Por la falta de información que han tenido todos estos días. No es tanto que les entreguen el cuerpo, que también, como que les comuniquen oficialmente que su familiar ha muerto. O, al menos, que alguien les explique en qué consiste el proceso. «A mí me dijo un policía que hasta que no pasaran 15 días no iban a tener resultados», cuenta una señora que ha perdido a dos miembros de su familia.
¿Qué se ha hecho mal? Dar poca información. Spanair ya ha reconocido que el teléfono de atención a los familiares «no ha funcionado bien», aunque se justificó argumentando que «en las primeras seis horas se recibieron más de 18.000 llamadas». Un gran error es haber tardado tanto -unas seis horas- en hacer pública la lista de pasajeros, algo que ha sido duramente criticado por la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, y otros miembros del Gobierno. Y, por supuesto, no llamar a los familiares que habían dejado sus teléfonos en el aeropuerto de Barajas y en el 800 400 2000 para confirmarles que sus allegados iban en ese avión.
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