– La misión de las elecciones es dar un impulso de renovación y de mejora
Se cierra una etapa. La Universidad dice adiós a los siete años de rectorado de David Aguilar. Deja tras de sí un sillón muy disputado y es la hora de pensar en el futuro, pero también un buen momento para ver los pasos que se han dado, los que han llevado a la Universidad al lugar donde está, porque sólo así se podrá decidir qué caminos se quieren tomar de ahora en adelante. El todavía rector de la UGR hace balance.
-Igual que los candidatos a rector, que están ahora en plena precampaña electoral, usted también se marcó en su día unas metas. ¿Dónde han quedado aquellos objetivos? ¿Ha podido llevarlos a la realidad o ha habido demasiados cambios?
-Ha habido muchos cambios porque ha sido una etapa importante. Cambios normativos, legislativos e incluso de paradigma, de modelo de Universidad. Pero en cuanto al grado de consecución de los objetivos que me había planteado en mis dos programas electorales, yo creo que se han desarrollado en un altísimo grado de cumplimiento. Me encuentro muy satisfecho.
-Estos días se oyen muchas propuestas. Pero, a la hora de la verdad, ¿no es bastante más difícil de lo que se plantea introducir cambios en una institución tan antigua y estable?
-Efectivamente es una institución estable, grande y burocratizada en muchos aspectos, porque estamos hablando de una institución pública con muchos funcionarios y con cinco siglos a sus espaldas. Los procesos de cambio se producen, pero tardan tiempo. Cuando hay campaña electoral es el momento de renovar ideas, de pensar en el futuro, y uno tiende siempre a expresar los mejores deseos. Luego la realidad los atempera un poco. No obstante, la obligación de los candidatos es aspirar a lo máximo y dar un impulso renovador y de mejora. Es la principal misión de los procesos electorales, además de la de renovar equipos y personas.
– ¿No se olvidan quizás bastante rápido los programas en la Universidad una vez pasadas las elecciones, al contrario de lo que sucede en política, donde la oposición se encarga de recordarlos continuamente?
-La Universidad está menos politizada. Tenemos momentos electorales de intensidad, pero durante el desarrollo ordinario del mandato de un rector hay un bajo nivel de confrontación, de oposición. Esto creo que es sano, pero sin que eso quite que en la Universidad existe y debe existir un debate y análisis crítico reflejado en órganos de gobierno vivos y participativos.
– ¿Se le ha quedado algún proyecto pendiente?
-Me habría gustado que hubiera sido más rápido el proceso de desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y dejar lo más avanzado posible el mapa de titulaciones de grado y los planes de estudio. Pero no ha podido ser porque el proceso legislativo se ha retrasado. Ese asunto será objeto central del próximo rector.
– ¿Qué idea de Universidad le gustaría que continuara su sucesor?
-Una Universidad pública, democrática, donde el diálogo impere, moderna, donde los procesos de innovación y trasformación se desarrollen, y una Universidad con un sentimiento de lealtad y continuidad institucional con respecto al trabajo realizado anteriormente y a la trayectoria de una Universidad que no ha hecho sino progresar en los últimos años. Y estoy convencido que se seguirán estas líneas y se respetarán estos principios.
-Algunos han señalado que al no apoyar a ninguno de los dos miembros de su equipo que se presentan, su postura puede beneficiar a terceros.
– Lo que puede favorecer a terceros en todo caso es que se presenten los dos, porque se dividen los apoyos. Yo me sentiría más cómodo con un solo candidato, pero como han decidido presentarse y tienen todo el derecho, mi postura ha sido escoger una posición neutral de apoyo a los dos.
-La Universidad presume de unas elecciones no politizadas, pero los apoyos a los candidatos demuestran lo contrario.
-Las candidaturas y las personas tienen ideologías y al tener ideologías tienen afinidades y dentro de eso puede haber afinidades políticas. Puede ser que haya una mayor proyección de esas afinidades políticas en estas elecciones, porque el sufragio universal lo favorece. Se tiene que llegar a muchas personas, exige una campaña de comunicación mayor. Esto propicia una mayor participacion de los medios, de los partidos y de los sindicatos.
-La participación de los estudiantes tendrá más peso en estas elecciones, pero no suelen implicarse demasiado…
-Esa es la experiencia en todas las universidades. Los jóvenes se comprometen poco en procesos políticos en general y sucede igual en los universitarios. Pero se comprometen suficiente para ser un motor crítico de la Universidad. Un 15 por ciento de estudiantes, supone casi 13.000 votantes, ya es más importante que muchos municipios. Haremos campañas y trataremos de potenciar su participación, aunque es difícil.
-El año que viene habrá elecciones generales. ¿Cree que un giro político podría suponer un cambio en el modelo de Universidad?
-Llevamos varias reformas en poco tiempo. Creo que es el momento de que se estabilice. Sería terrible otro cambio. Yo no espero que afecte, la verdad, no creo que suceda.
-Y las elecciones de la Universidad, ¿para cuándo tendrán fecha?
-En un par de semanas se sabrá concretamente. Se van a convocar para principios de noviembre y la segunda vuelta estará resuelta antes del 15 de diciembre, de manera que el traspaso de poderes se producirá antes de final de año.
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