Conmemoración del 175 aniversario de la muerte de Mariana Pineda

Conmemoración del 175 aniversario de la muerte de Mariana Pineda
FERNANDO VALVERDE – Granada
EL PAÍS – 28-05-2006
Hace 175 años la heroína republicana Mariana Pineda fue ajusticiada a garrote vil por orden de Fernando VII, que consideró que la prueba presentada ante el tribunal, una bandera tricolor que la joven había bordado, era motivo suficiente para quitarle la vida. Con motivo del aniversario de la muerte de la popular heroína, hecha universal por Federico García Lorca, la Concejalía de Familia, Bienestar Social e Igualdad de Oportunidades de Granada, dirigida por Ana López Andujar, desarrolló a lo largo del día de ayer una serie de actividades dedicadas a analizar la figura de la heroína y a conmemorar el aniversario.

Un grupo de historiadores de la Universidad granadina estrenó en el Teatro Isabel la Católica el documental Mariana Pineda, la lucha por la libertad. La cinta recoge la vida de la familia de Mariana y narra sin ningún tipo de romanticismo la historia real, tratando de eliminar todos los componentes mágicos que a lo largo de los años han ido surgiendo en torno a su figura y su vida. Tras la proyección del documental la Coral Ciudad de Granada, dirigida por Jorge Rodríguez, ofreció un concierto en el que se interpretaron las canciones de Tarde encendida, un texto de Elena Martín Vivaldi con música de Juan Alfonso García; y el Himno a Mariana Pineda, escrito por José de Castro y Orozco en 1841 con música del compositor granadino Santiago Martín.

Esta mañana, último domingo de mayo, se conmemora de manera institucional la muerte de la heroína en la denominada Fiesta de la Libertad, en la que se realizará una ofrenda floral frente al monumento levantado en la plaza de la capital que lleva su nombre. El acto, que comenzará a las 12.00, será amenizado por la banda municipal de música y estará dedicado también a celebrar el 75 aniversario del voto de la mujer, aunque la ofrenda estará acompañada de la recreación de la época de Mariana gracias a la colaboración de la Asociación Histórico Cultural Torrijos por la Libertad, que tiene su sede en el municipio malagueño de Alhaurín de la Torre.

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Mañana concluye la primera parte del Curso ‘Toros, Cultura y Sociedad’

Mañana concluye la primera parte del Curso Toros, Cultura y Sociedad
MARÍA D. MARTÍNEZ/GRANADA

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El Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago pondrá punto y final mañana, martes, a la primera parte del I Curso Toros, Cultura y Sociedad, organizado por el Centro de Formación Continua de la Universidad de Granada, dirigido por el profesor de Derecho Mercantil José Luis Pérez Serrabona y coordinado por Javier López Reche.

Muchos han sido los temas tratados en este Curso, que se reanudará durante la Feria del Corpus y concluirá en la semana siguiente. Los ponentes han sido Javier López Reche, Manuel Pedreira, Antonio Gutiérrez, el director general de Juegos y Espectáculos de la Junta de Andalucía, José Antonio Soriano, los doctores José Sánchez Ortiz y Antonio Huete, los profesores universitarios Francisco Abad, Luis Javier Gutiérrez Jerez, Eduardo Pérez y Francisco Sánchez-Montes, el catedrático José Luis Martínez-Dueñas, el presidente de la Monumental de Frascuelo, Florencio Pérez, el empresario y apoderado Emilio Miranda y los novilleros Chamaquito de Granada, Miguel Hidalgo y El Nico, que han desarrollado temas como Útiles e instrumentos del toreo, Incidencia de la preparación física del deportista para un torero, La construcción del toreo a través de la literatura, El toreo en los años 50 y 60, El movimiento asociacionista y los toros, Escuelas Taurinas, El apoderamiento y otros contratos taurinos, El nuevo Reglamento de Andalucía, La experiencia de la Autoridad, La experiencia de ganaderos y empresarios, "Historia y anécdotas y Joselito El Gallo.

Esta tarde, a partir de las ocho, el turno será para el novillero José Antonio Cejudo El Güejareño y mañana para el Dr. José Sánchez Ortiz, que hace doblete con una nueva conferencia titulada Heridas por asta de toro.
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Entrevista con Mario López Martínez, experto en comisiones de la verdad y reconciliación

Entrevista con Mario López Martínez, experto en comisiones de la verdad y reconciliación

El investigador español habló con EL TIEMPO sobre el trabajo que le espera a la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación.

¿Cómo ve usted la coyuntura que vive Colombia con la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación?

El de Colombia va a ser uno de los procesos más singulares que hay en el mundo. Porque todos los procesos en donde han intervenido como instrumento las comisiones de verdad, de reparación, de reconstrucción de la memoria histórica, y lo que podríamos denominar como inicio de los procesos de reconciliación, se han hecho siempre posconflicto armado. Es decir, por primera vez en un país se va a abordar este proceso en mitad o en medio de un conflicto armado.

Eso ha creado mucha expectativa intelectual y académica en todo el mundo, en las universidades que se dedican fundamentalmente a la investigación para la paz. Pero por otra parte, queda mucha incertidumbre y muchos problemas sobre qué es lo que puede pasar.

¿Desde la evaluación de otros procesos, cuáles son las condiciones que se requieren para que opere una comisión de reparación y reconciliación?

Hay tres cuestiones a valorar en todos estos procesos: una, que se ha llegado a un punto máximo de saturación de la violencia; dos, que ha habido una degradación en la relación entre medios y fines, y tres, que se han producido procesos no queridos cuando se inició la violencia, como por ejemplo una mayor jerarquización o una mayor militarización de la sociedad, y por tanto, un mayor protagonismo de los actores armados.

Colombia no ha llegado a su punto de saturación de la violencia, y voy a explicarme: creo que una parte de la sociedad civil ha llegado a su punto de saturación, pero no los actores armados, incluido el propio Estado y las propias élites en Colombia, que tienen todavía capacidad para aguantar la violencia. Y en gran medida porque no les afecta directamente el conflicto armado a ellos, sino porque la sociedad civil es como el agua para el pez, es como el elemento que unos y otros utilizan en su beneficio.

En segundo lugar, creo que no ha habido una reflexión moral e intelectual suficientemente profunda en el sentido de que ha habido una degradación de los medios con respecto a los fines. Sería importante que incluso la violentología y los académicos en el tema -que tanta luz nos han dado sobre la complejidad del proceso colombiano- empiecen a orientar buena parte de sus investigaciones a hacer más énfasis en la capacidad de construir la paz que tiene una parte de la sociedad colombiana, y en buscar terapias y alternativas, salida al conflicto armado.

Un ejemplo muy concreto: ojalá Colombia tuviera un gran centro de investigación en temas de alternativas pacíficas y no violentas y democráticas al conflicto armado. No lo tiene. Por tanto, no hay un gran centro que permita generar un debate permanente en el seno de la sociedad.

Y en tercer lugar, desgraciadamente yo creo que Colombia se está inclinando hacia una mayor militarización y la utilización de elementos de fuerza en la solución del conflicto armado. Y esa es una vía en donde, se echa más fuego al fuego y se pretende que exista una hipótesis o una teoría en la que hay una violencia que es capaz de acabar con otras formas de violencia. Se ha demostrado en el resto del mundo que eso no es así.

¿Qué futuro tiene la comisión de reconciliación cuando inicia su trabajo en esas condiciones?

Creo que hay que ser pacientes. No podemos abortar el proceso antes de que se haya iniciado o en los primeros meses de su iniciación. Va a ser una caja de resonancia, va a ser un lugar donde se va a discutir profundamente. Yo creo que la comisión nace con un cierto equilibrio. No creo que nazca muy descompensada como he escuchado que se dice en Colombia. Si se compara con otras comisiones que ha habido en otros lugares del mundo, nace bastante compensada.

Hay elementos para pensar que puede iniciarse un proceso positivo. Y sobre todo, porque acaba vinculando al propio Gobierno y al propio Estado. Es decir, las decisiones que tome la comisión van a ser bastante vinculantes porque incluso el propio Gobierno y el Estado están incorporados en la comisión.

Hay que dar tiempo. Por delante tiene dos años de trabajo. Van a ser dos años muy difíciles, va a necesitar apoyo moral, social y político del conjunto de la sociedad civil. Si la sociedad civil es capaz de insertarse en ese proceso y tomar mayor protagonismo, evidentemente los trabajos de la comisión van a ir por apostar más por resarcir a las víctimas y porque el proceso se convierta en dinamizador de la construcción de paz en Colombia.

Usted señalaba que existe el peligro de que paramilitares desmovilizados se conviertan en otro tipo de violencia. ¿Qué futuro tiene la comisión en esas circunstancias?

En cualquier proceso en otro lugar del mundo ha habido un seguimiento de los victimarios, ha habido un proceso de evaluación permanente. Porque tenemos otras experiencias bastante negativas: El Salvador y Guatemala, donde ha bajado la violencia política, pero ha aumentado la violencia de carácter social. Y eso es lo que debemos evitar en Colombia. Porque, además, en Colombia la proporción entre violencia política y violencia social es desproporcionada. Y no podemos incorporar al sistema económico y social más violencia social.

¿Cómo podemos evitar eso? Reorientando, a mi juicio, lo que se ha hecho hasta ahora. Yo creo que se han cometido algunos errores, pero estamos a tiempo todavía para corregirlos. La vía de la corrección sería aumentar el grado de transición desde el proceso de dejar las armas, a la reinserción social. Creo que habría que alargar ese proceso mucho más, y hacerle un seguimiento mucho más profundo de carácter psicosocial.

En segundo lugar, no se trata de darle un sueldo para mantenerse económicamente a un reinsertado, sino de planes integrales de inserción en la comunidad, y la comunidad debe ser la beneficiaria última de ese proceso de reinserción. Hay que apoyar económicamente a los empresarios, a los ayuntamientos (municipios), a los departamentos que estén dispuestos a colaborar en ese proceso. Y evaluar permanentemente ese proceso.

Y en tercer lugar, no nos podemos olvidar de las víctimas. No podemos, de alguna manera, compensar mejor a los victimarios que a las víctimas. Creo que ambos elementos tienen que estar presentes para cualquier gobierno, para cualquier estado o sociedad. Pero no podemos desequilibrar ese proceso.

El Gobierno dijo que ya terminó la desmovilización. Entonces, ¿cómo arreglar eso?

El problema es que no están reinsertados. ¿De qué nos sirve la historia comparada y modelos comparativos? Nos sirven precisamente para saber que ese no puede ser un acto únicamente de dejación de las armas, sino que tenemos que continuar acompañando ese proceso. Las organizaciones no gubernamentales, las iglesias, los intelectuales, las universidades, los medios de comunicación tienen que hacer una labor pedagógica fundamental, tienen que seguir con un periodismo de investigación para ver qué es lo que está sucediendo. Creo que los actos políticos no son actos necesariamente irreversibles.

Hay unas elecciones también, y de alguna manera en las elecciones se puede marcar una futura hoja de ruta al nuevo gobierno y al nuevo presidente -quien quiera que sea- para que pueda hacer rectificaciones sobre la marcha de las cosas que no se han hecho bien.

¿Cómo analiza usted que se inicie un proceso con una comisión de la reparación para el tema paramilitar, mientras la guerrilla se mantiene firme en no deponer las armas y no negociar con este gobierno?

Yo tomo a la Comisión como una oportunidad, no como un problema. Yo lo tomo como el momento en que nos puede permitir hacer una primera evaluación en Colombia de cómo utilizar adecuadamente un instrumento nuevo en las ciencias sociales y en los procesos de construcción de paz. Es un instrumento totalmente nuevo. Cincuenta años atrás no había comisiones de la verdad o de la reparación.

Se está haciendo sobre aquellos que han dejado las armas, los paramilitares. Pero creo que es un escenario abierto para que en unas condiciones políticas distintas sea también una oportunidad para otros sectores armados.

La puerta nunca puede estar cerrada. Sí que es verdad que las condiciones serían entonces en un nivel de negociación diferente, pero la puerta nunca puede estar cerrada, porque el fin último de la política es dejar en un segundo lugar a la violencia. Porque un exceso de violencia mata a la propia política. La política tiene un deber con toda la sociedad, que es cuidar a la sociedad.

Y parte del cuidado es hacer que los que tienen las armas las dejen y se reinserten socialmente. Y aporten, porque hay que pensarlo así, de manera positiva, todos los sectores sociales, incluido el armado, tienen un diseño de país. Y en ese diseño de país cabe cualquier buena idea, siempre y cuando se tenga en cuenta que los únicos medios deben ser los medios políticos, los medios democráticos, no los armados. Podemos discutir mucho sobre el fin, pero tenemos que adecuar los medios.

¿Usted hace énfasis en el tema de las víctimas? ¿A quienes debemos considerar las víctimas?

Ese va a ser uno de los trabajos más importantes que va a determinar la Comisión Nacional de Reparación y de Reconciliación en Colombia. Justamente determinar quiénes son las víctimas, cómo se puede resarcir a esas víctimas, cómo se les puede recuperar para integrarlas totalmente en la sociedad civil.

Hay una parte fundamental de las víctimas: deben ser escuchadas. Ellas tienen que decir en qué medida se sienten víctimas. No se trata tanto de que un evaluador o alguien determine quiénes deben ser víctimas y quienes no deben ser, sino que deben ser ellas mismas las que hagan su aporte. Y luego, la víctima es una categoría para empezar a trabajar, no debe ser una estigmatización social, no debe ser un estigma político. Hay que hacer que en ese proceso las víctimas dejen de serlo, desvictimizarlas y convertirlas en ciudadanos de pleno derecho. Y por tanto en ciudadanos políticos, en ciudadanos activos, que sean capaces de intervenir en la agenda pública, en la agenda política.

Cuando la comisión determine quienes son las víctimas, también es importante la reparación económica. No es lo mismo una familia que fue toda desplazada, pero que están todos los miembros intactos y no han perdido ninguna vida, ningún ser querido, y por tanto su reinserción sea mucho más fácil, que un huérfano que ha perdido a sus padres y a sus abuelos por el conflicto armado, y que necesita una ayuda inmediata, y no podemos dejar que pase más tiempo.

Otra cuestión es lo que se puede entender como víctimas políticas. Obviamente muchos actores armados consideran que además de victimarios han sido previamente víctimas del conflicto. Hay que jugar en varios escenarios. Ahora, la Comisión fundamentalmente lo que está determinando son las víctimas físicas, aquellas que requieren una intervención inmediata, y una adecuación con los diferentes procesos de reinserción de desplazados.

Otra cuestión es el debate político, que debe ser por tanto político, y no debe ser materia de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. El debate político debe ser en el parlamento, debe ser en los medios de comunicación y debe ser en la sociedad civil. Y el debate político puede determinar quiénes son víctimas políticas, y otra cosa distinta, quiénes han sido víctimas físicas.

¿Qué tanto es posible esperar de esa comisión en materia de resultados?

La espera significa un tiempo activo. Esperar y confiar es fundamental para que los que trabajan en la comisión refuercen su grado de legitimidad. Una comisión que pueda nacer deslegitimada es el comienzo del fracaso. En cambio, una comisión que nazca con una visión crítica de la sociedad, pero también de apoyo de la sociedad, es una apertura a darle una oportunidad a la comisión para que haga satisfactoriamente su trabajo.

Hay que tener una esperanza moderada. Hay que ser optimistas moderados, no pesimistas desde la partida. La comisión puede convertirse en un instrumento para evaluar de una manera diferente el conflicto armado colombiano, y para darle un mayor protagonismo a las víctimas y a los derechos humanos.

¿En qué consiste su concepto de telaraña de la reconciliación que usted expone y cómo se aplica a Colombia?

Utilizo la metáfora telaraña porque para la lengua española telaraña significa la confusión que se puede producir en alguien en donde las emociones, la racionalidad quedan completamente alteradas, desequilibradas. Eso es en parte, siguiendo la metáfora, lo que se puede ver ahora mismo en Colombia.

Colombia inició un proceso en donde no ha habido previamente una labor pedagógica adecuada, en donde no ha habido una clarificación sobre los valores más importantes que están en la sociedad colombiana, por los que la sociedad en su conjunto está dispuesta a construir el futuro modelo de paz.

En esa confusión, en esa telaraña, en ese punto crítico en donde está la sociedad, es muy importante, insisto en ello, que medios de comunicación, las universidades y otros elementos de la sociedad clarifiquen y haya un debate muy serio y muy profundo sobre cuál es el valor que se le da a cada una de las partes de esa telaraña, de esos conceptos: si es la verdad, si es la justicia, si es la reparación, si es definir con claridad quiénes son víctimas y quiénes son victimarios.

La propia sociedad colombiana -con ayuda también, si lo quiere, de otro elemento ajeno a la sociedad internacional, de aquellos que estamos dispuestos a colaborar y ayudar a salir del conflicto armado- tiene que determinar cómo salir de esa telaraña, y pasar a una segunda fase que es crear una hoja de ruta creíble. Es decir, una gramática de la reconciliación en donde puedan establecerse las fases, en donde podamos avanzar en ese proceso, y donde se puedan unir en ese proceso otros elementos que ahora mismo no creen en el proceso de construcción de paz.

Usted plantea una gramática de seis puntos. ¿Es aplicable a Colombia?

Cuando yo he construido esa gramática de la reconciliación en seis fases, en seis elementos importantes que tienen que estar muy interrelacionados, que son de carácter integral, lo he hecho, primero de una manera descriptiva, es decir, estoy describiendo lo que ya ha sucedido en otros lugares del mundo, y ordenandolo para que pudiera aplicarse a la sociedad colombiana. Lo he hecho de manera normativa, es decir, mi propuesta está cargada de valores, de una apuesta firme y decidida por la paz, sin que ninguno quede excluido del proceso.

Es una propuesta fundamentalmente pedagógica, es decir, da un protagonismo importante a las mujeres, a los medios de comunicación, a las universidades y a las iglesias. Y es un modelo pedagógico en el sentido de que puede ser comprendido por cualquier persona, y en donde la sociedad civil tiene un protagonismo muy específico, muy importante.

¿Cómo es ese modelo?

Tiene unos ejes y de hecho estamos intentando aplicar el modelo con semilleros de investigadores, por lo menos en la primera fase, la de reparación sicosocial de las víctimas, y también con el catálogo de los errores y de los horrores. Estamos intentando ver en qué medida Colombia en sus propias dinámicas se adapta a ese tipo de modelos.

Creo que los modelos están también para ser corregidos y adaptados a la sociedad. Si nos sirven como un instrumento que nos permite caminar, que nos permite establecer un horizonte, hay que utilizarlo. En la medida en que no sirvan, obviamente hay que buscar nuevos modelos.

¿Es un proceso a largo plazo?

Trasciende los gobiernos. Y en esa medida, quien sea el futuro presidente debería contar con un gran pacto social que no debe significar un reparto de la administración ni de los puestos del Estado, sino un gran pacto social en el que quienes quiera que sean los presidentes de los futuros gobiernos dentro de 15 y 20 años puedan seguir trabajando por esa ruta preestablecida y consensuada. Cuando hablamos de proceso de reconciliación estamos hablando de 20 y de 30 años. Estamos hablando de toda una generación.

En Europa -que sabemos mucho desgraciadamente de guerra y que hemos sufrido mucho daño por la primera y la segunda guerra mundial, y por el holocausto- hemos conseguido establecer una ruta que ha sido en una gran medida la Unión Europea, la integración política europea, que nos permite hablar un mismo lenguaje con diferentes lenguas, con la complicación que tiene eso, para elaborar una reconciliación entre los dos grandes actores que se enfrentaron en Europa, que fueron Alemania y Francia. Hemos hecho un proceso de más de 30 años. Y hoy por hoy podemos decir que el proceso está felizmente terminado.

Usted señalaba que el proceso es difícil en un país que incrementa sus gastos militares…

Eso va a ser un inconveniente. Y va a ser un inconveniente notable a sobresaliente. Pero no hay que dejar el proceso únicamente en un elemento, en un factor que sea el que predetermine y que vincule todo el proceso. Se ha optado por la mayoría parlamentaria y política por aumentar los gastos de defensa, pero pudiera ser que una presión de la sociedad civil le obligue a reconsiderar la fórmula para el año que viene, y la tendencia sea diferente.

Es un proceso político y está abierto. Creo que no determina necesariamente, pero es un elemento que va a dificultar como tal el proceso de construcción de paz y reconciliación.

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El ADN de Cristóbal Colón

El ADN de Cristóbal Colón
Un equipo de la Universidad de Granada ha certificado que los restos de Colón son auténticos, pero esta identificación no aclara todos los misterios. Queda conocer dónde nació, sus orígenes y por qué eligió Palos para iniciar la travesía. El enigma continúa a los 500 años de su muerte
LUIS MELERO
EL PAIS SEMANAL – 28-05-2006
CRISTÓBAL COLÓN
Nacimiento:
1451
(Génova)

FOTOGALERÍA
EP[S]: 1424 días alrededor del mundo

Existen incógnitas nunca despejadas. ¿Por qué ocultó Colon todos los datos de su nacimiento y de su pasado?
Naufragó más de una vez, y dicen que al navegar observaba el cielo y el mar con ojos alucinados en busca de una señal
El descubrimiento de América fue posible gracias a dos onubenses, Alonso Pinzón y Alonso SánchezHistoria y mito se confunden en nuestra percepción sobre Cristóbal Colón. Ahora que, coincidiendo con el quinto centenario de su muerte, un equipo de la Universidad de Granada ha determinado que los restos guardados en la catedral de Sevilla serían auténticos, parece desvelado el último enigma colombino, ese misterio cuyo colmo fue la peregrinación del cadáver del descubridor con peripecias de nomadismo tan azarosas que cinco ciudades –Sevilla, Santo Domingo, La Habana, Génova y el Vaticano– proclaman custodiar los restos genuinos. Restos que fueron escondidos veces incontables para salvarlos de las garras de Drake y otros bucaneros, de la ambición de Napoleón y de las vicisitudes del imperio español. Aclarado que la porción de esqueleto que reposa en Sevilla puede pertenecer a Colón, quedan todavía demasiadas preguntas sin respuesta.

Se sabe muy poco del personaje que a principios de 1492 comenzó a cosechar los frutos de su tesón frente a las barreras que llevaba años encontrando en los dominios de los Reyes Católicos. Cuando lograron el 2 de enero de 1492 el que había sido objetivo prioritario de Isabel y Fernando, la conquista del reino de Granada, se despejó el camino para el sueño de un hombre enigmático, envuelto en tinieblas, que, a pesar de todas las improbabilidades, gozaba del patrocinio de tres poderes fácticos: la Iglesia, la nobleza y la banca. Persistían las reticencias científicas en los cenáculos salmantinos, pero ya habían dejado de ser un obstáculo determinante.

En enero de 1492, ese personaje oscuro, de pasado turbulento y acaso escabroso, contaba, asombrosamente, con las bendiciones franciscanas y el favor de un converso valenciano, Luis de Santángel, que dirigía la economía de Aragón. En los tres meses siguientes, y en consonancia con los ritmos de la naturaleza, el proyecto de Cristóbal Colón alcanzó su primavera para madurar entre la exuberancia frutal del verano. Con la firma de las Capitulaciones de Santa Fe, una inesperada primavera había llegado el 19 de abril para quien tanto esperó, superando arduas pruebas de paciencia, que no era una de sus virtudes. Pero…

¿Qué renglones de su currículo ocultó? ¿Por qué un temor tan patente a que conocieran su pasado? Fue Colón deliberadamente impreciso por razones que ningún historiador ha desentrañado. Innumerables conjeturas tratan de explicar el misterio; tantas como historiadores y comentaristas, incluida la versión de su propio hijo Hernando. E innumerables son las manipulaciones y retoques de la imagen que de él legaron a la posteridad, como si hubiese un acuerdo tácito o una voluntad superior que les condicionaba.

El personaje que estudiamos en la escuela oscila entre la solemnidad y la piedad, la circunspección y el hieratismo; porta devotamente estandartes y cruces, y le muestran dotado del ascetismo y la iluminación espiritual de un profeta. Pero en cuanto se bucea en los comentarios de sus coetáneos emerge un hombre sensual, venal, temperamental; un seductor con éxito notable entre las mujeres más influyentes de su tiempo y un cardo borriquero para casi todos los hombres que le trataron.

Su atractivo erótico y su irascibilidad pueden proporcionar pistas sobre su pasado. Colón fue amado apasionadamente por muchas mujeres, aunque no parece que él les correspondiese con igual ardor. Le favorecía el imán de un cuerpo fornido, su melena rubia y sus ojos claros, pero no les dio mucho más. A Felipa Muñiz la abandonó durante largas temporadas en una isla reseca, yéndose a navegar por las costas de África y el occidente europeo con misteriosas encomiendas de armadores lisboetas de origen italiano. A la jovencísima y bella cordobesa Beatriz Enríquez de Arana apenas le devolvió el favor de engendrar a su hijo Hernando y cobijar varios años a Diego. A Beatriz de Bobadilla sólo le regaló su pasión en la isla de La Palma durante el mes de agosto de 1492, mientras remoloneaba a la espera de que reparasen la Pinta, probablemente saboteada por su propio dueño, Cristóbal Quintero, forzado por los Pinzón a sumarse a la aventura. Y con la reina Isabel se le deslizaron comentarios nada caballerescos en su diario. Indiscreciones que jamás cometió en relación con sus orígenes, porque la resolución de ocultarlos era obsesiva.

Antes de gozar del favor de los re-yes de Castilla y Aragón, la única certeza sobre el pasado de Colón es que viajó siempre, desde niño; tal vez demasiado niño si creyésemos que nació en 1451, lo que es seguramente más falso que un maravedí de cartón. Navegó sin cesar y no paró de hacerlo no ya hasta su muerte, sino también después de muerto y casi hasta nuestros días. Testimonios acallados por herederos e historiadores lo sitúan a edad inadmisiblemente temprana en pendencias y actividades non sanctas en Galway, Gascuña, Guinea, costa de la Malagueta, Lisboa o el golfo de León. Pero ¿quién era?, ¿dónde había nacido?, ¿cómo se llamaba?

En ningún padrón lisboeta figura el nombre de Cristóbal Colón, aunque ese puerto, el más activo de la época, fue su residencia estable durante al menos la adolescencia, la juventud y buena parte de la madurez. Según los investigadores locales, tal nombre no aparece en legajo alguno entre 1451 y 1488, aunque no era socialmente un don nadie. Se casó con la heredera de un íntimo de Enrique el Navegante y contaba con el favor del superior de la Orden de Santiago, Fernando Martines. Causa pasmo saber que, junto con la autoridad católica, también le patrocinaban dos judíos muy influyentes en la corte portuguesa, el científico Joseph Vizinho y el cosmógrafo español Abraham Zacuto, lo que abona la tesis de Salvador de Madariaga sobre un posible origen hebreo. Y probablemente se corrió francachelas con Juan II cuando éste era virrey de Guinea por delegación de su padre, Alfonso V.

A despecho de todo ello, y aunque su hermano Bartolomé tenía un conocido negocio de cartografía, antes del descubrimiento no aparece en censos portugueses el nombre con que pasó a la posteridad. Todo inclina a sospechar que se debería a una razón simple: no se llamaba Cristóbal Colón. Como marino que había sido desde niño, pudo tomar el apodo de uno de sus más queridos y pródigos protectores juveniles, el corsario francés Guillaume de Casanove, alias Coullon o Colonne, pues era común entre los marinos de la época adoptar el patronímico con que se conocía a su capitán. Dato que podría ser uno de los misterios voluntariamente velados por el descubridor, pues hay quien lo sitúa, a los veintitantos años, capitaneando por su cuenta un barco corsario, contratado por René de Anjou, para asaltar los navíos del rey de Aragón en el Mediterráneo. De ser verdad, ¿podía revelar a Fernando que había atacado las posesiones de su reino?

Coetáneos de Cristóbal Colón apuntan los nombres familiares de Salvago o Salgado como auténticos, aunque también se asegura que era hijo de otro íntimo de Enrique el Navegante, un gascón o bretón apellidado Scott que habría participado en el cerco y toma de Ceuta. En este caso, el nombre genuino sería Pierre o Peter Scott, posibilidad citada recurrentemente por distintos investigadores.

Colón naufragó quizá más de una vez, escuchó absorto los testimonios de otros náufragos, examinó con afán los restos de naufragios arrastrados por las olas, y cuentan que al navegar observaba el cielo y el mar con ojos alucinados en busca de una verdad por la que tuvo que oír chanzas durante casi dos décadas. Muchos lo creyeron loco, y no es una locura suponer que tenían razón, porque si alguien con sus repentes y sus espantadas llegase en la actualidad a la consulta de un médico, le atiborraría de Prozac.

El más trascendental de los náufragos que trató fue el piloto Alonso Sánchez de Huelva. Un personaje que ha debido de resultar temible a cuantos manipularon la imagen del descubridor de América. Los historiadores de los últimos 300 años aluden a Alonso Sánchez como una figura improbable, mítica, evanescente. Un invento de los envidiosos. Ni los más acérrimos críticos de la epopeya colombina han osado rescatarlo para el conocimiento general.

Pero antes de ellos, todavía en el siglo XVI, Garcilaso de la Vega, casi contemporáneo de la conquista, retrataba al piloto onubense como alguien indiscutiblemente material en sus Comentarios reales de los incas. Relata Garcilaso que Alonso Sánchez, cuyo navío había sido empujado por vientos contrarios hacia una gran isla situada mucho más allá de las Azores, llegó tras naufragar a la isla madeirense de Porto Santo para solicitar cobijo en la casa de Cristóbal Colón, a quien él y sus compañeros relataron la aventura en tierras paradisiacas al otro lado del océano… “dexándole en herencia los trabajos que les causaron la muerte, los cuales aceptó el gran Colón con tanto ánimo y esfuerço que, haviendo sufrido otros tan grandes y aun mayores (pues duraron más tiempo), salió con la empresa de dar el Nuevo Mundo y sus riquezas a España, como lo puso por blasón en sus armas, diziendo: A Castilla y a León Nuevo Mundo dio Colón”.

¿Por qué fue Colón a Huelva, a La Rábida? ¿El legado de Alonso Sánchez de Huelva sería la explicación? Se nos cuentan anécdotas que, como la de las joyas isabelinas empeñadas, ofenden la razón. Una asegura que llegó por casualidad al monasterio franciscano, llevando a su hijo Diego de la mano, y suplicó a los monjes alimentos para el niño. Él, que disfrutaba en Lisboa de una residencia con criados y estaba emparentado por matrimonio con dos importantes casas nobles.

Palos de la Frontera no es un lugar situado en una ruta entre Portugal y España ni en un paso cualquiera adonde se llega por casualidad; es un sitio entre marismas, el mar y una gran ría al que hay que encaminarse adrede. Además, a finales del siglo XV era el puerto español de donde partían las principales, aunque escasas, expediciones de exploración marina. Los cronistas de la época describen Palos como una “pequeña Lisboa”, empleando el referente de lo máximo en puertos de Europa. Y junto a una comunidad religiosa, que como por ensalmo se afanó en el impulso del propósito colombino, en Palos sentaban sus reales los Pinzón.

No se ha otorgado a Martín Alonso Pinzón el crédito que merece en el descubrimiento de América. Este hombre cincuentón, armador célebre, próspero y nada necesitado de meterse en berenjenales aventureros, evitó que Colón cometiese errores de libro.

Los franciscanos de La Rábida, con el superior Juan Pérez y el estudioso Antonio de Marchena a la cabeza, respaldaron el proyecto; pero, aparte de la información de Alonso Sánchez de Huelva, ¿qué argumentos portaba Colón para convencerles con tanta celeridad y entusiasmo? ¿Traía cartas de presentación del superior de la Orden de Santiago lisboeta? ¿Son veraces los rumores que señalan que en el convento portugués que gobernaba Fernando Martines intentaban resucitar viejas órdenes gnósticas y militares? ¿Simpatizaban los franciscanos onubenses con ese intento? El hecho es que usaron su influencia no sólo con los reyes, sino ante quien podía realizar la idea de Colón: su vecino Martín Alonso Pinzón.

Por aquellos tiempos, el gran armador andaluz había realizado un viaje de negocios a Roma, junto a su hijo Arias Yáñez. Un amigo de éste ejercía de cosmógrafo en el séquito del papa Inocencio VIII, a punto de ser sucedido por el valenciano Rodrigo Borja, que justamente en el prodigioso año 1492 obtendría la tiara papal. El cosmógrafo les dijo a padre e hijo que tanto Inocencio VIII como el futuro Alejando VI sentían mucho interés porque “España emprenda la conquista para el Evangelio de los extensos territorios que sabemos que han de ser descubiertos en Occidente”. Premonitoria recomendación que se sumó a la baraka que bendecía a Cristóbal Colón en aquellos momentos.

Así, cuando el descubridor llegó a Palos con varias órdenes reales muy improcedentes, Martín Alonso Pinzón se hallaba predispuesto. Evitó que los palenses lincharan a Colón cuando exigió en nombre de los reyes que ellos armaran por su cuenta dos barcos para ponerlos a su servicio “como castigo por lo mal que os habéis portado con sus altezas”. Tras la negativa, Colón volvió a la carga con otra orden real que le autorizaba a enrolar a penados, y se dispuso a vaciar las cárceles de Andalucía para forzarlos como marineros.

Comprendiendo que con tal tripulación y ante lo que les esperaba en un océano tenebroso, cuyo tornaviaje no figuraba en ninguna carta de marear, sería imposible la expedición, Martín Alonso convenció a Colón de que desistiera con el argumento de que no le dejarían seguir a bordo ni la mitad de la travesía. Sería arrojado al mar, lo que su carácter irascible no haría más que fomentar.

El descubrimiento del Nuevo Mundo por parte de España fue posible porque se involucró Martín Alonso Pinzón y porque Colón había conocido años antes a Alonso Sánchez de Huelva. Sin estos dos onubenses, la conquista de América habría sido protagonizada por Portugal, Francia o Inglaterra.

Aunque a partir del 3 de agosto de 1492 las crónicas son minuciosas en datos y pródigas en detalles, aún después de esa fecha ocurrió un hecho misterioso, también mal explicado.

Los textos escolares nos cuentan que Colón se presentó, en marzo de 1493, en Barcelona, a rendir cuenta a los Reyes Católicos del descubrimiento. Pero pasan por alto o minimizan dos significativas escalas previas. Antes habían llegado las dos carabelas supervivientes, la Pinta y la Niña, a Palos. Y estaba justificado este anhelo de los marineros no sólo por las penalidades de la expedición, sino por un susto tremendo que acababan de pasar. El 4 de marzo, por razones que nadie ha justificado con lógica, Colón decidió amarrar en el puerto de Lisboa. Al pillo redomado Juan II de Portugal le faltó tiempo para mandar prender los dos navíos, que permanecieron encadenados y bajo vigilancia militar más de una semana.

¿Qué pretendió Colón con esta escala? ¿Trataba de echar sal en la mollera a su antiguo camarada el rey? ¿Quería demostrarle lo equivocada que había sido su decisión de no patrocinar la expedición? ¿O tal vez quiso ofrecer el descubrimiento al país donde más años había vivido? Aun en esos momentos, Juan II invocó el Tratado de Alcobaças, por cuya letra debía considerarse suya toda tierra situada en las latitudes donde Cuba y República Dominicana se encuentran. ¿Rehusó Juan II el regalo por miedo a una guerra contra los que se prefiguraban como los monarcas más poderosos de Europa? La justificación de una tempestad para la entrada en Lisboa en la ruta hacia Palos no se tiene en pie.

Nunca sabremos la verdad de lo ocurrido entre el 4 y el 13-14 de marzo en los cais de Lisboa. Pero es que tampoco llegaremos nunca a saber quién era de verdad el hombre que mandaba aquellas dos carabelas.

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El homenaje a Mariana Pineda recrea la época de la heroína

El homenaje a Mariana Pineda recrea la época de la heroína
Una asociación cultural malagueña recurrió a los personajes y vestidos del XIX para reproducir la historia de la abanderada de los liberales
IDEAL/GRANADA

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Mariana Pineda, la heroína granadina que fue ejecutada hace 175 años por ayudar a los liberales, fue homenajeada ayer por la corporación municipal del Ayuntamiento de Granada, en un acto en el que se realizó una ofrenda floral en su monumento, con motivo del 175 aniversario de su muerte.

Entre las novedades de este año destacó una recreación del ambiente de la época del siglo XIX a cargo de la asociación histórico Cultural Torrijos por la Libertad, de Alhaurín de la Torre (Málaga), que se representó además del tradicional concierto de la Banda Municipal de Música. Durante la ofrenda floral, de marcado carácter emotivo, se leyeron algunos romances dedicados a la heroína y al general José María de Torrijos, cabecilla del alzamiento contra el monarca absolutista Fernando VII, que pertenecía al mismo movimiento liberal de Pineda.

Estos actos se suman a otros que se han desarrollado en los últimos días dedicado a Pineda como un documental realizado por historiadores de la Universidad de Granada, donde se recoge la vida de la familia de la heroína, proyectado en el Teatro Isabel la Católica.

Historia real

Bajo el título Mariana de Pineda. La lucha por la libertad, el documental, que se proyectó ayer, ha estado dirigido por profesores granadinos, que han narrado «sin ningún tipo de romanticismo» la historia real, quitando «lo mágico» que se cuenta de su historia.

El 26 de mayo de 1830, Mariana Pineda fue ejecutada Campo del Triunfo de Granada a garrote vil por bordar una bandera y negarse a delatar a los líderes liberales de la ciudad, motivo por el que Pedrosa, miembro de la Chancillería de Granada, y, según la leyenda secretamente enamorado de ella, decretó su ingreso en prisión. El aniversario de la ejecución de Mariana Pineda se celebra desde el año 2000, cuando se convirtió en festividad local -la Fiesta de la Libertad- para rendir un homenaje a esta mujer «comprometida, que luchó por la libertad y que tuvo una muerte injusta provocada por la intolerancia».
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La salud recibe premios

La salud recibe premios

patricia díez
excelencia. La consejera de Salud de la Junta, María Jesús Montero, presidió anoche la entrega de los premios en la Caja Rural.

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granada. La posición de Granada como referente en la investigación biosanitaria se puso de nuevo anoche de manifiesto en la entrega de la segunda edición de los premios Ciencias de la Salud-Fundación Caja Rural de Granada, donde la Junta de Andalucía y el Parque Tecnológico volvieron a reclamar el apoyo de la sociedad granadina para desarrollar proyectos de excelencia.
El acto de la entrega del premio, celebrado en la sede central de la Caja Rural, estuvo presidido por la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, el presidente de la Caja Rural, Federico Hita, y el rector de la Universidad, David Aguilar, que preside la Fundación del Campus de la Salud.

Aguilar destacó en su intervención el trabajo que se lleva a cabo para convertir al Parque Tecnológico en un referente y mostró su convencimiento en que el recinto biomédico será el motor de futuro de Granada. A la investigación de excelencia que se impulsa desde el Parque Tecnológico también se refirió la consejera de Salud, quien aseguró que la Junta no escatimará esfuerzos para que Granada sea líder en salud.

También se refirió Montero al lema de los premios, que este año se han dedicado al envejecimiento y la calidad de vida, para recordar que el 14 por ciento de la población andaluza es mayor de 65 años, lo que evidencia la necesidad de desarrollar políticas para garantizar la calidad de vida de los mayores.

Los hábitos de nutrición de este colectivo centra el trabajo del grupo de investigadores del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Granada y del Hospital Virgen de las Nieves que recibió el premio en la modalidad de investigación por el estudio titulado Dieta, estilo de vida y factores de riesgo cardiovascular en una población mayor rural en Andalucía.

El estudio, presentado por María Dolores Ruiz, versa sobre los efectos beneficiosos para la salud del consumo de aceite de oliva virgen y la baja incidencia de enfermedades cardiovasculares entre el grupo de población de personas mayores.

El premio Ciencias de la Salud en la modalidad de divulgación se entregó a Roberto Sánchez Benítez por el programa de televisión Salud al día de Canal Sur y del que ya se han emitido más de 500 programas. El premio está dotado con 6.000 euros, que el presentador del programa ha donado a Cruz Roja Granada por su labor en la atención a inmigrantes. El presidente provincial de la organización humanitaria, Francisco Escribano, recibió el galardón.

El jurado otorgó un accésit al trabajo de Gloria Fernández-Mayoralas El significado de la salud en la calidad de vida de los mayores.

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El último ‘boom’ de la novela peruana en España

El último boom de la novela peruana en España

ÁNGEL ESTEBAN
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granada. El 2005 ha sido un año de buenas nuevas para los peruanos narradores en la Península. Algunos de los premios más deseados han caído en sus manos, y lo siguen haciendo en 2006. Para empezar, el finalista del Premio Planeta, con polémica incluida, ha sido para Jaime Bayly (Lima, 1965), con su obra Y de repente, un ángel, de corte autobiográfico, porque Mercedes, la mucama protagonista, está inspirada en la mujer que cuida a las hijas del novelista, y Julián, el escritor vago y ermitaño que nunca limpia su casa, es un trasunto del propio Bayly; además, Andrea, la novia de Julián, se basa en Andrea, la mejor amiga argentina del escritor, que trabaja en una librería de Buenos Aires. Bayly ya era muy conocido en España, porque casi todas su obras han sido publicadas por Anagrama y otras por Planeta. Su obra de 1997, La noche es virgen, fue Premio Herralde novela. Este último año, el Planeta fue más controvertido que nunca. Si con frecuencia rondan sobre él la sospecha de ser un premio comercial que está concedido de antemano a personajes mediáticos, no siempre buenos escritores, o buenos escritores con malas novelas (el claro caso del otro peruano Alfredo Bryce, que se lo llevó hace tres años con la peor novela que lo ha ganado en los últimos tiempos), en esta ocasión la polémica saltó cuando un miembro del jurado, Juan Marsé, renunció a formar parte de ese tribunal por la mala calidad de las novelas presentadas y premiadas.
Alonso Cueto (Lima, 1954) ha sido otro de los galardonados. Su magnífica novela La hora azul ganó el último Premio Herralde. Ambientada en la Lima de finales de los noventa, es la historia del doctor Adrián Ormache, un abogado próspero que vive en una zona acomodada de Lima. Al morir su padre, conoce que estuvo a cargo de un cuartel en la zona de Ayacucho, en la época de enfrentamientos entre el Ejército y Sendero Luminoso, y se entera de todas las atrocidades cometidas tanto por los terroristas como por los militares. Pero lo mejor de la obra son los continuos cambios de orientación en la propia historia, que mantienen al lector siempre a la expectativa de lo que puede pasar, con una singular tensión. Cueto ya publicó en Anagrama su obra anterior, Grandes miradas, aunque su primera obra, La batalla del pasado, fue publicada en 1983 por Alfaguara. Es de suponer que su amplia y conseguida trayectoria en Perú se irá dando a conocer poco a poco en España. Algunos críticos ya lo consideran como uno de los sucesores de Vargas Llosa.

El otro gran premio reciente adjudicado a un peruano ha sido el Alfaguara, para la tercera novela del joven Santiago Roncagliolo (Lima, 1975), Abril rojo, elegido entre los 510 manuscritos, como expresó el jurado, por su eficacia expresiva, su fuerza dramática y la originalidad en el tratamiento de un tema político con las peripecias de una novela negra. Arranca y conmueve al lector desde la primera página. El libro tiene por escenario la guerra entre el ejército peruano y Sendero Luminoso durante la presidencia de Alberto Fujimori, y consiste en una descripción casi policial de lo que sucede en los seres humanos a causa de la política. También habla de lo que sucede en cualquier parte después de una guerra.

Roncagliolo vive en Barcelona desde hace cinco años, donde se ha ganado la vida como guionista de televisión, traductor, periodista y autor de teatro. Sus dos novelas anteriores son Crecer es un oficio triste (2003), publicada en El Cobre Ediciones, y Pudor (2004) de Alfaguara.

Otros premios relevantes han sido el Juan March de novela breve, otorgado a Jaime Begazo (Lima, 1957) por su obra El testigo, y el Juan Rulfo de novela corta, para Mirko Lauer por su obra Órbitas. Tertulias.

Aparte de estos peruanos premiados recientemente en nuestro entorno, cabe destacar también la labor realizada en España por dos narradores de gran calidad y enorme proyección: Jorge Eduardo Benavides y Fernando Iwasaki. Benavides (Arequipa, 1964) ha publicado ya dos novelas en Alfaguara: Los años inútiles (2002), que propone un viaje al Perú de los últimos momentos de gobierno aprista, pero es mucho más que una novela política. Nos narra las peripecias de unos hombres y mujeres que luchan por comprender el tiempo en el que viven. Al año siguiente publica El año que rompí contigo, donde estudiantes universitarios, periodistas, taxistas, gente de clase media, cree por momentos ser ajena a la realidad política y social que va cercando sus vidas. Pero pronto descubren que se trata de un equívoco fatal, que no hay forma de volverle las espaldas a nuestras propias certidumbres. En 2005 ha publicado el libro de cuentos La noche de Morgana en la misma editorial y prepara ahora una novela sobre la época de la dictadura peruana de Velasco (1969-1975), cerrando así una trilogía de ficción política.

Iwasaki (Lima, 1961) reside en Sevilla. De su obra publicada en España destacan El libro del mal amor (RBA, 2001), Un milagro informal (Alfaguara, 2003) y Negijón (Alfaguara, 2005). Estamos, por tanto, ante un renacimiento de las letras peruanas en España, que no desmerece del que hace años protagonizaron Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce, Julio Ramón Ribeyro y José María Arguedas.

Ángel Esteban es profesor titular de Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Granada.

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La gramática de la reconciliación (hoja de ruta)

La gramática de la reconciliación (hoja de ruta)

Mario López Martínez llama gramática de la reconciliación a la hoja de ruta que debe cumplir la Comisión que, aclara, es un proceso que dura entre 20 y 30 años e implica responsabilidad compartida de toda la sociedad.

Según el español, llega cuando la sociedad ha superado la etapa de confusión que se presenta al comienzo del proceso de reconciliación, e implica, desde la comisión, hacer un discurso que tienda puentes y lleve a reflexionar y confiar.

Después de evaluar el proceso que han vivido 40 comisiones en el mundo (14 en África, 14 en América Latina, seis en Europa y seis en Asia), los expertos han establecido seis fases en las que la comisión investiga qé sucedió, cuándo sucedió y quiénes son las víctimas.

Las seis fases se convierten en el escenario en el que se da la oportunidad para que todos los actores concurran ante la sociedad públicamente, se facilite la catarsis y purificación colectiva, y se haga un proceso pedagógico y un juicio sicoanalítico.

Primera fase. Reconocimiento sociopolítico y moral de que ha habido víctimas y victimarios. Implica que afloren las voces silenciadas, que se reconozca el sufrimiento, se reconstruya la memoria histórica. Se trata de recordar y no olvidar qué pasó y a quiénes les pasó.

Segunda fase. Elaborar el catálogo de errores y horrores del conflicto. Es la etapa para cuantificar el daño, determinar qué sucedió, responsables directos e indirectos. En quiénes recayó la violencia, quiénes fueron los que más violaron los derechos. Es un proceso que permite identificar las estructuras del terror y sus memorias, generar propuestas políticas y económicas y elaborar los informes del ‘nunca más’.

Tercera fase. Del perdón, del reconocimiento y de las formas de justicia. Es la transición del miedo a la confianza. Requiere gestos. Que los que cometieron los actos de violencia hagan labor pedagógica de arrepentimiento. Debe haber declaraciones de las instituciones. Gestos públicos y simbólicos. No se debe renunciar a ninguna forma de justicia penal nacional o internacional, pero deben ser adaptadas a la realidad del conflicto.

Cuarta fase. Definir quiénes son los actores directos de la reconciliación pacífica. La sociedad en su conjunto, mediadores, facilitadores, intervinientes, las víctimas, las iglesias, los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales. Aquí se define cómo va a ser el proceso de reinserción, en un proceso evaluable y corregible. Lo importante no es compensar a los victimarios, sino apoyar a quienes los acogen. Y hacer evaluación y seguimiento a víctimas y victimarios.

Quinta fase. Plan general y planes específicos para la reconstrucción económica y sicológica que le permitan a la sociedad reinsertarse en la economía global. Se debe contar con donantes nacionales e internacionales, definir formas de reconstrucción económica y social. Invertir más recursos en educación y construcción para la paz, medio ambiente y otros.

Sexta fase. Modelo sociopolítico de convivencia y democracia. Aquí no valen modelos exportables. Es la etapa de cambios estructurales en la judicatura, de la reforma de las identidades del país.

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«No queremos un perfil bueno en todo, sino especializado»

No queremos un perfil bueno en todo, sino especializado

ANA GONZÁLEZ
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Granada. Era uno de los puntos más esperados del programa electoral del rector de la Universidad de Granada, David Aguilar, y al fin llegó. Dentro de cuatro meses –y tras un intento fallido el pasado año– comenzarán las clases en la nueva titulación de Comunicación Audiovisual de segundo ciclo; unos estudios que estarán adscritos a la Facultad de Biblioteconomía y Documentación y que compartirán a Josefina Vílchez como decana.
–Cuenta atrás para que comiencen las clases de la nueva titulación de Comunicación Audiovisual. ¿Qué retos afronta el equipo director en el que será el primer curso de la carrera?

–Partimos de una titulación que ya está implantada en Sevilla y Málaga, por tanto lo que nos preocupa es en qué medida somos capaces de generar un profesional diferente. Queremos lanzar al mercado a un experto en medios audiovisuales capacitado en términos de información y documentación, que maneje unas herramientas que no las tienen ni Málaga ni Sevilla.

–En ese caso será fundamental la vinculación con la Facultad de Biblioteconomía.

–En España no hay mucha tradición en escuelas de Comunicación ubicadas en facultades de Documentación pero es una unión muy común en países como EEUU o Brasil. En la actualidad en los medios audiovisuales se han ido eliminando profesionales intermedios ya sea por criterios económicos o tecnológicos, pero nos encontramos con que el profesional tiene que asumir hoy todas las funciones, incluida la de documentalista, y ésta es una de las carencias principales de estos profesionales.

–Además de la Documentación van a ser alumnos con un gran manejo de la tecnología. Hay una inversión en equipamiento cercana a los 1,5 millones de euros en la titulación…

–Los estudiantes de nuestra Facultad, junto a los de la Escuela de Informática, son los que mayores recursos tecnológicos van a tener. Se ha hecho una gran apuesta en la adquisición de material, tenemos una licitación de compra por valor de 1,2 millones de euros que nos va a permitir tener la mejor tecnología de España junto con la Universidad Jaume I de Castellón. No queremos sacar a un profesional que sea bueno en todos los frentes sino que tenga un perfil diferente y especializado.

–Que sea bueno especialmente en las tecnologías.

–Eso es, es muy importante que quede claro que esta carrera no es Periodismo. No es que en nuestra Facultad no pueda haber en un futuro una licenciatura en Periodismo pero hoy no la hay.

–¿Y para cuándo ese proyecto? –No lo sé. Paso a paso. Nosotros estamos preocupados por que esta carrera sea un éxito y consolidarla, en la medida en que esto ocurra ya veremos hacia donde puede ir creciendo esto. Y también hay que tener en cuenta que estas son las titulaciones que existen hoy pero no sabemos si van a seguir existiendo manaña.

–Todavía no han empezado y ya están pensando en futuros cambios. ¿Cómo va a influir en la titulación la entrada del Espacio Europeo de Educación Superior?

–De momento sabemos que desaparecen los segundos ciclos y se convierten en licenciaturas de tres o cuatro años pero ni siquiera sabemos cómo va a ser el futuro mapa de titulaciones. Estamos seguros de que la titulación de Documentación será una carrera individual pero no sabemos qué pasará con Comunicación Audiovisual, Periodismo y Publicidad.

–Inician los estudios con un grupo pequeño, lo cual hace pensar en una Facultad algo elitista que huye de la masificación.

–La idea es que haya 65 alumnos por curso. Efectivamente uno de los objetivos es que esto no se masifique porque la apuesta en infraestructuras es fuerte y éste es precisamente uno de los inconvenientes del resto de facultades andaluzas. La nota de corte también va a ser muy alta por lo que tendremos alumnos muy cualificados.

–¿Y los profesores? ¿Serán especialistas en medios de comunicación?

–Habrá un grupo de profesores que vengan de otras disciplinas: Documentación, Sociología, Informática, y un grupo de profesionales de los medios de comunicación, principalmente radio y televisión, que estarán contratados a tiempo parcial porque queremos que sigan en contacto con sus respectivos medios.

–¿Cómo percibe el mercado laboral para estos alumnos?

–Vamos a trabajar mucho la especialización y eso les abrirá puertas aunque no muy cerca de su casa. La gente tiende a relacionar la Comunicación Audiovisual con los medios de comunicación pero no es el único campo: van a poder trabajar en sistemas de gestión de archivos audiovisuales, por ejemplo en el Consejo General del Poder Judicial, en el Senado o en hospitales porque es información que tiene que ser filmada, almacenada y recuperada.

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García Rúa revisa la idea del hombre como espectáculo en el cine anarquista

García Rúa revisa la idea del hombre como espectáculo en el cine anarquista

El catedrático de la UGR reflexiona sobre el cine como propaganda durante el seminario La Guerra Civil española setenta años después que continúa hasta junio

maría de la cruz
innovador. José Luis García Rúa, minutos antes de su conferencia.

MANUELA DE LA CORTE
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granada. El hombre como hombre. Despojándolo de lo que tiene de normal y buscando lo que tiene de espectáculo. Es una de las grandes características que afloran en el cine anarquista que empezó a hacerse con la Guerra Civil. Es innovador. Mira en el entorno del hombre, profundizando en cada rasgo y descubriendo el interés que tiene como ser humano… Sin clases, sin razas. Son palabras de José Luis García Rúa, catedrático de la Universidad de Granada, que el jueves introdujo la tercera sesión del seminario de análisis fílmico La memoria en imágenes I. La Guerra Civil española setenta años después. En esta ocasión, la producción anarquista estuvo representada por el Reportaje del movimiento revolucionario en Barcelona y Aguiluchos de la FAI por tierras de Aragón.
El primero es el primer documental que hace la CNT a través del SUEP (Sindicato Único de Espectáculos). Aquí se presentan los hechos inmediatos: la liberación de presos, los aplausos de la gente a esta liberación, los destrozos de la guerra, los incendios de las iglesias…, explica García Rúa. Mientras que en Aguiluchos… se narra la marcha de la columna de Durruti hacia el frente. La Columna Los Aguiluchos de la FAI fue la última de las grandes columnas anarcosindicalistas catalanas y aquí aparece la marcha de los milicianos en autobuses hacia la toma de algunos pueblos. Se demuestra que Durruti tenía un concepto claro del ejército, no como disciplinado, sino como autodisciplinado.

La revolución de 1936 es auténticamente proletaria en palabras del catedrático. La posición confederal es que la Guerra Civil no fue sólo un enfrentamiento entre democracia y fascismo ni la antesala de la gran guerra, sino una verdadera revolución… incluso la primera revolución de occidente. El cine que emerge de esa situación –prosigue García Rúa– es un cine revolucionario no sólo en la forma de concebir la colectivización sino en la voluntad de la creación de un cine nuevo en formas y contenidos.

En este sentido, es el primer reportaje que se rueda y que recoge los efectos inmediatos de esta revolución. Un cine espontáneo e inmediato que no se olvida de lo cotidiano. El trascender las formas tópicas de los filmes puramente comerciales lleva a una concepción de este tipo de cine como descubrimiento del hombre como espectáculo.

Al mismo tiempo, la producción más novedosa es la del documental, relatar el hecho concreto a través del cine de investigación, como recuerda el secretario de la CNT y miembro destacado de los círculos anarquistas en el ámbito internacional.

Por su parte, películas de ficción como Barrios bajos (1937), de Pedro Puche, o Aurora de esperanza (1937), de Antonio Sau, serían películas de ficción, con un tono de ingenuidad y destellos de arte fulgurante. Sin embargo, tanto en las de tipo documental como en las de ficción aparece el actor anónimo.

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La Orquesta de Cámara del Conservatorio Tchaikovsky de Moscú ofrece un concierto en la Universidad de Granada

La Orquesta de Cámara del Conservatorio Estatal Tchaikovsky de Moscú, compuesta por alumnos de intérpretes de la talla de David Oistrakh, Leonid Kogan y Svyatoslav Knushevitsky, ofrecerá un concierto mañana martes 30 de mayo, a las 21 horas, en el Patio de los Mármoles del Hospital Real organizado por la Cátedra Manuel de Falla. La Orquesta, fundada en 1961 por Mikhail Terian y dirigida en la actualidad por Stanislav Dyachenko, destaca por su alto nivel artístico y profesional.

Perfecta sensación de conjunto
En palabras del especialista Dmitri Shostakovich, «la interpretación de la Orquesta se distingue por la claridad del sonido, exactitud de su afinación, enorme variedad de los matices, buen fraseo musical y la sensación perfecta del conjunto». Desde 1984, ha estado bajo la batuta de Gennady Cherkasov, Catedrático del Conservatorio Tchaikovsky, hasta que en octubre de 2002 Stanislav Dyachenko, discípulo y continuador de la escuela de Gennady Rozhdestvensky, fue nombrado Director titular. En sus 45 años de existencia, han actuado en Europa, Asia y América.
Su director, Stanislav Dyachenko, estudió en el Conservatorio Estatal de Moscú y es doctor por el Conservatorio de Moscú en dirección sinfónica y operística. Hasta 2001 trabajó como acompañante de ópera en el Teatro Estatal de Rusia «Bolshoi», centro del que fue director hasta 2003. En 1999 fue galardonado como «Mejor acompañante» en el Concurso Internacional de vocalistas. Como Director invitado ha actuado con orquestas mundialmente famosas como la Gran Orquesta Sinfónica «Tchaikovsky» y la Orquesta Sinfónica de Moscú.

PROGRAMA

1ª parte
Mozart: La pequeña serenata nocturna en Sol mayor, K 525
Britten: Sinfonía simple

2ª parte
Tchaikovsky: Serenata para Orquesta de Cuerdas op.48
Rachmaninov: Vocalice, arr. S. Dyachenko

Convocatoria
Concierto de la Orquesta de Cámara del Conservatorio Tchaikovsky de Moscú
Día: Martes, 30 de mayo
Hora: 21 h.
Lugar: Patio de los Mármoles del Hospital Real

Referencia
Prof. Javier Lara Lara. Director de la Cátedra Manuel de Falla
Tel. 958 243 484 / 958 246 384 / 958 155 157. Correo e. fjlara@ugr.es


Un videojuego con Granada de fondo

Un videojuego con Granada de fondo

Un equipo de informáticos de la ciudad ha creado una competición de carreras para ordenador en el que aparecen con todo realismo todas las calles de la capital

EFE
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granada. Un equipo de informáticos de Granada ha creado el primer videojuego de carreras del mundo que recrea de forma real las calles de una ciudad, incluyendo los principales edificios y monumentos de su centro histórico, y que combina elementos culturales con las estrategias típicas del rol.
El juego, denominado Granada Racer, ha sido desarrollado a partir de más de 100.000 fotografías digitales de alta resolución que, a través de un modelo tridimensional, ambientan fielmente algunas de las principales calles del centro de la capital granadina.

Aunque existen precedentes de recreaciones ambientadas en distintas ciudades del mundo, se trata, según sus creadores, del primer juego que recrea de forma fidedigna una ciudad real, en la que no sólo podrán identificarse algunos de sus principales monumentos, sino que además aparecen cada de uno de los establecimientos e inmuebles por los que circularía un conductor.

El carácter minucioso de este proyecto, creado en sólo dos años por un grupo formado únicamente por cuatro personas, hace que en su travesía el conductor tenga que hacer frente a cada una de las características de las calles, incluyendo diferentes tipos de pavimentos, aceras, tramos de escaleras o señales de tráfico.

Además, como señala su programador, Luis Curiel, el videojuego tiene también una finalidad cultural puesto que permite adentrarse en las vías más recónditas del centro de Granada y conocer los principales atractivos artísticos y arquitectónicos de estas zonas, entre los que no faltan la Catedral o la Capilla Real.

Pero, por si fuera poco, el proyecto, que comenzará a comercializarse en dos semanas, combina de forma pionera la emoción típica de un circuito de velocidad con las estrategias y destrezas características de los juegos de rol.

De este modo, el conductor no sólo deberá saber moverse por la ciudad, con los condicionantes que ésta conlleva, sino que además deberá usar su inteligencia y destreza, como un auténtico jugador de rol, para dotarse de atributos que le capaciten como mejor competidor y le den ciertas ventajas sobre sus contrincantes.

Ganar una carrera será como ganar una batalla, apostilla Curiel, que añade que este juego, lejos de generar comportamientos que no estarían permitidos en la circulación dentro de un casco urbano, requerirá un afán de superación y permitirá hacer lo que no se puede hacer en una ciudad normal.

El videojuego permite desarrollar carreras con varios jugadores conectados a internet, desde donde la aplicación se actualiza paulatinamente, e incluye estadísticas y servidores, en más de diez circuitos que transcurren en diferentes condiciones atmosféricas.

El conductor que adquiera experiencia y suba de nivel será bonificado económicamente y conseguirá puntos con los que podrá incluso establecer un sistema de compra-venta en el taller en línea del que también dispone la aplicación.

Según Curiel, este juego, que será presentado oficialmente el próximo lunes en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, no aspira a competir con grandes proyectos de multinacionales pero ya hay varias empresas que se han interesado para que su comercialización se produzca en el conjunto del país.

Informáticos granadinos ya han sentado precedentes en el mundo de las nuevas tecnologías, como es el caso de la empresa Kandor Graphics, dedicada a las animaciones por ordenador.

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