Los meteorólogos no esperan una ola de calor en España
Anuncian que se prevén temperaturas medias superiores a las normales
No hay razones científicas para que se repita este verano la ola de calor que azotó la Península el pasado año, aunque sí se esperan temperaturas medias superiores a las normales, afirmó José Antonio López, del Instituto Nacional de Meteorología (INM), organismo que elabora desde el 1 de junio un mapa de alertas diario que incluye todas las capitales de provincia.
EFE- Diario de Avisos
Madrid
Este experto, del departamento de desarrollos climatológicos del INM, se mostró sorprendido ante el alboroto surgido ante la posibilidad de que este verano aparezca una ola de calor como la del pasado año, que fue excepcional, por su extensión territorial -sólo se salvó Canarias- y su duración, desde junio hasta septiembre.
Tras señalar que una ola de calor es un fenómeno que se repite cada 40 ó 50 años, recordó que en 1994 se registró la última y agregó que habría que remontarse a 1951 para encontrar otro episodio considerado como ola de calor.
López afirmó que las predicciones climáticas de organismos internacionales para este verano, basadas en modelos estacionales a varios meses vista, apuntan que en una zona amplia del sur de Europa, incluyendo toda la zona mediterránea, existe un 40 por ciento de probabilidades de que las temperaturas medias sean más altas de los valores históricos.
Esto lo que está diciendo es que este verano será más cálido de lo normal, pero no significa que se vaya a registrar una ola de calor como la del pasado año.
Además, advirtió de que estas predicciones tampoco son muy fiables para países como España y nos merecen poca confianza.
Por ello, declaró que no hay razones científicas, ni modelos climatológicos realizados por centros internacionales de predicción, para pensar en una ola de calor, lo que no quiere decir que se registre en un punto concreto y una zona localizada.
Mapa de alertas
Reveló que el INM realiza diariamente un mapa de alerta de ola de calor, que incluye una previsión de temperaturas máximas y mínimas para cinco días en todas las capitales de provincia españolas y establece varios niveles de riesgo.
Este mapa de alertas, que se elabora desde el pasado 1 de junio y se seguirá haciendo hasta el 1 de octubre, se remite cada día al Ministerio de Sanidad, que ya tiene en marcha el plan de choque contra la ola de calor.
Por otra parte, dijo que la repentina subida de temperaturas estos días registrada en la mayor parte de la Península, donde se han superado los 30 grados, no es una cosa excepcional para estas fechas y ha sorprendido porque veníamos de un mes de mayo más frío de lo normal.
López prefirió hablar de ola térmica en vez de ola de calor y dijo que este episodio se produce cuando se superan una serie de umbrales históricos en distintos valores como temperaturas máximas y mínimas, humedad relativa y viento.
Por otra parte, López apuntó que el cambio climático traerá consigo el aumento de los valores medios de las temperaturas y el incremento en la frecuencia e intensidad de episodios extremos como sequías y olas de calor en países como España, según los informes internacionales.
En este sentido, se refirió al último informe de Panel Intergubernamental sobre el calentamiento global que advierte de un aumento de temperaturas a nivel global de entre 1,5 y 5,4 grados.
Por otro lado, una tesis doctoral del grupo de investigación Física de la Atmósfera de la Universidad de Granada advierte de un significativo ascenso de las temperaturas mínimas de la Península Ibérica durante el siglo XX.
El estudio, que analiza variables como las horas de sol y la nubosidad, y su vínculo con las temperaturas, revela que en los últimos 130 años ha crecido el carácter subtropical del clima peninsular. Tomando como referencia las mesetas, el espacio climático más representativo de la mayor parte peninsular, el estudio revela que las temperaturas mínimas españolas han subido alrededor de un grado desde los primeros treinta años del siglo XX hasta las últimas tres décadas del mismo. El aumento de las temperaturas máximas es menor y más irregular que el aumento de las mínimas.