33333 No cabe la menor duda de que en cuestiones de educación y comportamientos sexuales todavía hay mucho que aprender y en ello se ha empeñado un grupo de investigadores que han elaborado un trabajo para discernir cómo nos diferenciamos hombres y mujeres a la hora de realizar el acto sexual.
Pero no solo eso, sino que además han reflejado una gran variedad de comportamientos que incluso pueden sorprender a más de uno si atendemos a las conclusiones que se han extraído al respecto.
Un estudio sobre el comportamiento sexual de adolescentes destaca la diferencia entre chicos y chicas en su conducta sexual, que podría evidenciar una influencia de roles y estereotipos de género, como que los chicos se inicien ante en el sexo oral y anal que ellas, con más parejas y mayor práctica sexual.
Un estudio del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada enmarcado en un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad ha analizado la conducta sexual de adolescentes y las diferentes prácticas según su sexo con una muestra de 4.612 jóvenes.
La investigadora Inmaculada Teva ha detallado que el objetivo de la primera fase del estudio es describir las relaciones sexuales vaginales, anales y orales de adolescentes.
Según los datos del estudio, los adolescentes inician sus relaciones sexuales tanto orales como vaginales a los 15 años, diferenciación por género y su variedad de conductas se amplía conforme se incrementa la edad.
El estudio refleja que la diferencia del comportamiento sexual entre chicos y chicas podría deberse a roles de género, de forma que la sociedad promovería que el varón tome la iniciativa en el ámbito sexual y que tenga una amplia variedad de experiencias sexuales y un mayor número de parejas.
Esos mismos estereotipos marcan que la mujer debería mostrarse sexualmente evasiva o pasiva e implicarse en experiencias sexuales para conseguir un mayor desarrollo emocional de la relación.
«Creemos que los resultados podrían indicar una influencia de roles y estereotipos de género, de forma que en un contexto sexual, las mujeres y los varones consideran que tienen que comportarse según las expectativas propias de su rol de género, donde se espera que ellos tengan más parejas y tengan más relaciones mientras que en las mujeres, se espera lo contrario», ha apuntado Teva.
Según el estudio, el preservativo es el método anticonceptivo más utilizado aunque no en el sexo oral y anal, lo que indica que los adolescentes utilizan el preservativo para evitar un embarazo y no una infección de transmisión sexual.
A pesar del amplio uso del preservativo, casi el 16 % de las chicas utilizó la «marcha atrás» como método anticonceptivo en la última relación sexual, en comparación con el 11 % de los chicos, lo que podría explicarse por una falta de planificación de las relaciones sexuales o las creencias erróneas.
«Este dato incide en esa diferencia de género, quizá porque ellas se sienten menos capaces de hablar o de negociar el uso del preservativo con sus parejas», ha indicado la investigadora.
El estudio revela además que el 16 % de los varones y casi el 14 % de las chicas no utilizaron el preservativo en su primera relación sexual vaginal y en ambos sexos, no lo usaron en porcentajes elevados en la primera relación sexual anal y oral.
Evidentemente, en las redes sociales se han hecho eco de esta noticia que sin duda alguna llama la atención por la circunstancia reflejada que supone ver cómo nos comportamos los dos géneros a la hora de atender a las cuestiones puramente sexuales como las analizadas.