El 15 de septiembre se cierra el plazo de inscripción en las ‘II Jornadas sobre Innovación Docente y Adaptación al EEES en las Titulaciones Técnicas’

Las II Jornadas sobre innovación docente y adaptación al EEES en las titulaciones técnicas se celebrarán durante los días 26 y 27 de septiembre de 2011, en la ETS de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UGR, organizadas por el Vicerrectorado para la Garantía de la Calidad, de la Universidad de Granada.

Esta reunión se convoca en un momento en que la enseñanza universitaria está inmersa en un profundo proceso de cambio. Así, en este escenario, las universidades están tomando decisiones de gran trascendencia también para el futuro de la docencia. En este trance, el Vicerrectorado para la Garantía de la Calidad, de la Universidad de Granada, promueve la actualización permanente del profesorado mediante el Secretariado de Formación y Apoyo a la Calidad, desde diversos programas y convocatorias para la formación del profesorado, así como los proyectos de innovación docente organizados por la Unidad de Innovación de la UGR.

Según los responsables de la Unidad de Innovación Docente, «el intercambio de experiencias ayuda a reflexionar sobre el camino seguido, las dificultades y logros conseguidos, y permite conocer las experiencias de otros docentes que pueden servir para mejorar nuestra propia práctica».

Con un precio de inscripción de 50 euros, las jornadas están destinadas a docentes de enseñanzas técnicas con inquietudes en el ámbito de la innovación docente y EEES.

Finalmente será editado un «Pen Drive» con ISBN que contendrá los trabajos aceptados en las jornadas.

Asimismo, tanto la asistencia como la presentación de comunicaciones recibirán reconocimiento mediante la correspondiente acreditación.

Más información: http://www.ugr.es/~indotec electrónico: indotec@ugr.es.

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Recordar el pasado de forma negativa deteriora la salud, según un estudio

Una investigación de la Universidad de Granada revela que la actitud de las personas hacia los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida.
Cristián Oyanadel, investigador de la UGR, explica que en la investigación han observado que cuando las personas tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida y se tiene una actitud pesimista o fatalista respecto de los eventos presentes se generan mayores problemas en sus relaciones y son estas personas las que presentan los peores indicadores en calidad de salud.
En concreto, evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos, 25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años, de una muestra aleatoria.
El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países.
Esta prueba recoge cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro, ha informado hoy la Universidad.
Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.
«Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud», apunta el investigador.

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Recordar el pasado de forma negativa deteriora la salud

La vuelta al trabajo después de las vacaciones es para muchos una pesadilla. ¿Mejora la salud recordar el pasado de forma positiva? Una investigación de la Universidad de Granada afirma que la actitud de las personas hacia los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida

– El estudio se publica en la revista ‘Universitas Psychologica’
 
“Hemos observado que cuando las personas tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida, y al mismo tiempo, se tiene una actitud pesimista o fatalista respecto de los eventos presentes, se generan mayores problemas en sus relaciones y son estas personas las que presentan los peores indicadores en calidad de salud”, explica a SINC Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio que publica la revista Universitas Psychologica.

Los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria. El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países –incluido España–. Este test recoge cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental. “Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud”, apunta el investigador.

Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar. “Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general”, añade Oyanadel.

Pensar en el futuro no daña la salud

Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

“El perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales. Son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras”.

Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

“Por otro lado, las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero ésta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado”, concluye Oyanadel.

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Los recuerdos negativos deterioran la salud

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) aseguran que la actitud de las personas ante los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida, de modo que quienes tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida tienen mayores problemas en sus relaciones y presentan los peores indicadores en calidad de salud.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista «Universitas Psychologica», para el que se evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

En concreto, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas (SINC), los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países, incluido España, a través del cual se recogen cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.

«Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud», apunta Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio.

Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar.

«Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general», añade.

Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

¿CUÁL ES EL PERFIL MÁS ADECUADO?
Según explica Oyanadel, el perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales, ya que «son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras».

Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

Por otro lado, asegura que «las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado», concluye.

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Los recuerdos negativos deterioran la salud

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) aseguran que la actitud de las personas ante los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida, de modo que quienes tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida tienen mayores problemas en sus relaciones y presentan los peores indicadores en calidad de salud.

   Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista ‘Universitas Psychologica’, para el que se evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

   En concreto, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas (SINC), los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

   El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países, incluido España, a través del cual se recogen cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

   Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.

   «Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud», apunta Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio.

   Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar.

   «Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general», añade.

   Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

¿CUÁL ES EL PERFIL MÁS ADECUADO?

   Según explica Oyanadel, el perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales, ya que «son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras».

   Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

   Por otro lado, asegura que «las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado», concluye.

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Los recuerdos negativos deterioran la salud

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) aseguran que la actitud de las personas ante los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida, de modo que quienes tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida tienen mayores problemas en sus relaciones y presentan los peores indicadores en calidad de salud.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista ‘Universitas Psychologica’, para el que se evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

En concreto, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas (SINC), los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países, incluido España, a través del cual se recogen cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.

«Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud», apunta Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio.

Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar.

«Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general», añade.

Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

¿CUÁL ES EL PERFIL MÁS ADECUADO?

Según explica Oyanadel, el perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales, ya que «son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras».

Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

Por otro lado, asegura que «las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado», concluye.

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Los recuerdos negativos deterioran la salud

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) aseguran que la actitud de las personas ante los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida, de modo que quienes tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida tienen mayores problemas en sus relaciones y presentan los peores indicadores en calidad de salud.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista ‘Universitas Psychologica’, para el que se evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

En concreto, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas (SINC), los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países, incluido España, a través del cual se recogen cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.

«Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud», apunta Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio.

Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar.

«Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general», añade.

Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

¿CUÁL ES EL PERFIL MÁS ADECUADO?

Según explica Oyanadel, el perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales, ya que «son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras».

Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

Por otro lado, asegura que «las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado», concluye.

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Los recuerdos negativos deterioran la salud

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) aseguran que la actitud de las personas ante los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida, de modo que quienes tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida tienen mayores problemas en sus relaciones y presentan los peores indicadores en calidad de salud.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista ‘Universitas Psychologica’, para el que se evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

En concreto, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas (SINC), los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países, incluido España, a través del cual se recogen cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.

«Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud», apunta Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio.

Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar.

«Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general», añade.

Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

¿CUÁL ES EL PERFIL MÁS ADECUADO?

Según explica Oyanadel, el perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales, ya que «son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras».

Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

Por otro lado, asegura que «las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado», concluye.

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Los recuerdos negativos deterioran la salud

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) aseguran que la actitud de las personas ante los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida, de modo que quienes tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida tienen mayores problemas en sus relaciones y presentan los peores indicadores en calidad de salud.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista ‘Universitas Psychologica’, para el que se evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

En concreto, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas (SINC), los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países, incluido España, a través del cual se recogen cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.

«Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud», apunta Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio.

Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar.

«Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general», añade.

Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

¿CUÁL ES EL PERFIL MÁS ADECUADO?

Según explica Oyanadel, el perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales, ya que «son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras».

Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

Por otro lado, asegura que «las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado», concluye.

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Los recuerdos negativos deterioran la salud

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) aseguran que la actitud de las personas ante los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida, de modo que quienes tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida tienen mayores problemas en sus relaciones y presentan los peores indicadores en calidad de salud.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista ´Universitas Psychologica´, para el que se evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

En concreto, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas (SINC), los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria.

El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países, incluido España, a través del cual se recogen cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.

«Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud», apunta Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio.

Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar.

«Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general», añade.

Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

¿CUÁL ES EL PERFIL MÁS ADECUADO?

Según explica Oyanadel, el perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales, ya que «son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras».

Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

Por otro lado, asegura que «las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado», concluye.

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Carlos Rojas: ‘La Marina Interior de Playa Granada cuenta con un informe favorable del Centro Andaluz de Medio Ambiente de la UGR’

El máximo responsable de la Institución Municipal solicita a Izquierda Unida que le informe sobre en qué se basa para dar por echo que este proyecto de gran envergadura, que generará cientos de puestos de trabajo, afecte a la Charca de Suárez.

El alcalde de Motril, Carlos Rojas, ha informado sobre un estudio realizado por la Universidad de Granada sobre el impacto de la Marina Interior en el humedal de la Charca de Suárez.

Carlos Rojas ha destacado que el propio estudio elaborado por el Centro Andaluz de Medio Ambiente, concretamente realizado por el catedrático Miguel Ángel Losada Rodríguez, suscribe en el informe que la Marina Seca “no produce ningún tipo de impacto ambiental en el humedal de la Charca de Suárez, y que además su puesta en funcionamiento regenerará la playa motrileña, concretamente Playa Granada”.

El máximo responsable de la Institución Municipal ha solicitado a Izquierda Unida que “debería informar en qué documento se basa para asegurar que la Marina Interior un proyecto de gran envergadura y que generaría centenares de puestos de trabajo, ocasionaría daños al ecosistema de la Charca de Suárez”.

Rojas no entiende cómo un proyecto que repercutirá de forma positiva en la economía de nuestro municipio produzca críticas constantes “es muy triste que no se apueste por el crecimiento de nuestra ciudad”.

El alcalde de Motril considera que gracias a este proyecto, Motril se convertirá en un referente turístico en Andalucía puesto que «se trata de un nuevo concepto de puerto deportivo, más moderno que los existentes en el resto del país».

Además de la riqueza y el empleo que generará el proyecto, la marina posibilitará que Playa Granada cuente con un moderno paseo marítimo y dará respuesta a los problemas de pérdida de arena que existen en esta ribera y que cada año cuestan unos 400.000 euros y afectan a la imagen del municipio

Marina Playa Granada, contará con 800 amarres en una lámina de agua de 97.000 metros cuadrados, galerías comerciales, zona de ocio, restaurantes, un hotel de 4 estrellas y zonas verdes, todo en una superficie de 230.000 metros cuadrados.

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La Universidad de Granada apuesta por la música

Hoy comienza la V Edición del Taller de interpretación musical, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada (CEMED) y la Orquesta de la Universidad de Granada. El curso se desarrollará a lo largo de toda la semana y es una parte importante del programa formativo de la Orquesta de la Universidad de Granada.

El acto inaugural, celebrado en el Colegio Mayor “Isabel la Católica”, sede del curso junto al emblemático Hospital Real de Granada, ha estado presidido por la vicerrectora de Extensión Universitaria y Deporte,. María Elena Martín-Vivaldi Caballero; el subdirector del Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, Jesús Arias Abellán; el director del curso, Miguel Ángel Rodríguez Laiz y la directora del Colegio Mayor “Isabel la Católica”, Aurora Valenzuela Garach.

Este seminario ofrece la oportunidad a instumentalistas de cuerda, viento y piano, estudiantes universitarios y de conservatorio y profesores de la interpretación musical, de actualizar conocimientos y crear oportunidades de práctica musical de alto nivel.

El curso se dividirá en tres áreas de trabajo, habrá talleres de Práctica Orquestal, dirigidas a alumnos de especialidades orquestales y profesionales de instrumentos de cuerda y viento-madera con la Orquesta de la Universidad de Granada. Estos talleres se complementarán con sesiones teórico-prácticas y ensayos, concluyendo con un concierto público. Talleres de Música de Cámara, dirigido a grupos de cámara estables, de cuerdas, instrumentos de cuerda o viento con piano. También se formarán grupos con los alumnos que se matriculen en estos talleres individualmente en función de su preferencia y disponibilidad. La tercera área se centrará en Clases magistrales de piano y sesiones teóricas, donde los alumnos propondrán un repertorio a trabajar, libremente elegido.

Además se celebrarán dos conciertos: uno dedicado a los grupos de cámara y solistas de piano y otro con la interpretación de las obras trabajadas a cargo de la orquesta del curso.

El plantel del profesorado incluye a Ignacio García Vidal, (Director de orquesta. Áreas: Práctica Orquestal y Análisis); James Dahlgren, (Concertino de la Real Filharmonia de Galicia. Áreas: Música de cámara con cuerdas); Guillermo González, (Catedrático de piano y concertista internacional. Áreas: Piano y música de cámara con piano). Miguel Ángel Rodríguez, (Real Conservatorio Superior de Granada. Áreas: Piano y música de cámara con piano) y Victoriano Pérez Mancilla, (Universidad de Granada. Áreas: Sesiones teóricas).

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