Incidencia de la violencia machista en niños es distinta en función del sexo

Los adolescentes que han estado expuestos en su infancia a la violencia machista acaban por reproducir este tipo de comportamientos, pero de forma distinta en función del sexo, de modo que ellos se vuelven más violentos y dominantes y ellas, que se identifican con las madres, se vuelven solitarias y depresivas.

Así lo ha manifestado el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, que ha impartido hoy en Granada la conferencia inaugural de las primeras jornadas sobre consecuencias en niños víctimas de la violencia de género en sus hogares, cuya directora, Francisca Expósito, ha abogado por que la ayuda integral dirigida a las mujeres que la sufren incluya programas de atención a sus hijos.

Según ha explicado Lorente a los periodistas, los chicos que han estado expuestos en su infancia a este tipo de situaciones se vuelven más violentos, se relacionan con amigos a los que pueden dominar, intentan llevar cualquier circunstancia al conflicto porque es ahí donde se sienten legitimados para usar la violencia y a veces desarrollan actuaciones delictivas por el consumo de drogas.

Por contra, las chicas tienden a identificarse más con la madre, lo que hace que se vuelvan «solitarias y aisladas» durante la adolescencia, que tengan pocas amigas -suelen mantener con ellas una relación muy estrecha, «como buscando apoyo emocional»-, que sufran tendencia a la depresión y que normalicen y justifiquen la violencia por parte de sus parejas, según Lorente.

En cualquier caso, tanto ellos como ellas suelen sufrir un deterioro de la salud, no solo psicológica, sino orgánica derivada del consumo de sustancias tóxicas y del estrés, que facilita la aparición de infecciones o problemas neurológicos como migrañas y mareos, factores todos ellos que pueden estar relacionados con una exposición a la violencia durante la infancia.

Lorente ha precisado que no todos los menores expuestos a la violencia machista la reproducen luego con sus parejas, «y cada vez lo serán menos porque hay un contraste entre lo que viven dentro y lo que ven fuera».

«Cuando el contraste ha sido muy armónico, como ha ocurrido tradicionalmente, no ha habido una crítica a esa conducta, pero cuando hay una crítica social hacia la violencia de género sí cuestionan lo que está pasando como algo anormal, lo cual les lleva a no reproducir esa conducta», ha explicado Lorente.

El delegado del Gobierno para la Violencia de Género también se ha referido a un reciente estudio de la Universidad de Granada que evidencia que existe un efecto imitación en los homicidios por violencia machista.

Así, al día siguiente de producirse un homicidio existe un 67 % más de riesgo de que ocurra otro, lo que se traduce en que «los maltratadores encuentran todavía razones a su alrededor, unas muy directas como la imitación o el paso a la acción y otras los referentes culturales», ha manifestado Lorente.

La referencia cultural «tiende a hacerles entender que la violencia es algo adecuado para resolver conflictos en la relación de pareja», según Lorente.

Por su parte, la directora de las jornadas, Francisca Expósito, ha abogado por que la ayuda integral destinada a las mujeres víctimas de la violencia machista incluya también a sus hijos, porque de lo contrario «queda una parte importante por atender».

Lorente ha dicho al respecto que en los últimos tres años el fondo de asistencia social integral para las víctimas ha destinado 4,5 millones de euros al tratamiento y recuperación de menores expuestos a la violencia de género.

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Feminismo e izquierda no van de la mano

La editorial de la UGR presenta un libro sobre las relaciones entre las distintas ideologías del siglo XX y la demanda de igualdad de las mujeres
Las profesoras Ana Aguado, de la Universidad de Valencia, y Teresa María Ortega, de la de Granada, presentaron ayer en el marco de la Feria del Libro el ensayo ‘Feminismos y antifeminismos. Culturas políticas e identidades de género en la España del siglo XX’, del que son editoras y, junto a otras once investigadoras, coautoras. El libro analiza las relaciones entre la identidad de género y las diferentes culturas políticas que se sucedieron a lo largo del siglo -liberalismo, conservadurismo, socialismo, comunismo, anarquismo, catolicismo, fascismo-, mayoritariamente construidas por y para hombres.
«Es un error identificar la izquierda con el feminismo y al conservadurismo con posturas antifeministas -explicó ayer la profesora Ortega, en declaraciones a IDEAL-. De hecho, en el seno de las propias culturas políticas vinculadas a la izquierda, como la republicana, la socialista o la anarquista, hay manifestaciones antifeministas. En el libro hemos tratado de romper esa visión simplista».
Por ejemplo, algunas de las investigadoras que participan en esta monografía destacan que movimientos conservadores y ligados a la Iglesia cobijaron a grupos de mujeres que reivindicaban una voz propia en la esfera pública, aunque siempre en un papel de subordinación respecto a los hombres, como fue el caso de Acción Católica o de la Sección Femenina de Falange.
En ese sentido, Teresa Ortega explica en su artículo el adoctrinamiento de las mujeres de clase media por parte de los partidos conservadores durante la Segunda República. Frente a su abierta misoginia de años anteriores, la derecha asume que la República ha concedido el derecho a voto a las mujeres y trabaja para atraerse su apoyo. Sin embargo, la profesora cree que es aventurado asegurar que el triunfo de las derechas en 1933 se debió al sufragio femenino. «Es difícil de averiguar -afirmó-. Para comprender ese cambio hay que tener en cuenta todo lo que ocurre entre 1931 y 1933. La explicación fácil es decir que el giro político se produce porque las mujeres son de naturaleza conservadora».
Pragmatismo franquista
En cualquier caso, todo ese «rico debate» sobre los derechos de las mujeres que se produjo en las diferentes ideologías -incluida la derecha- durante los años 20 y 30 se interrumple con la Guerra Civil. El feminismo queda, si no muerto, al menos «adormecido» durante la dictadura de Franco. «Con el pragmatismo que siempre le caracterizó, el franquismo trató de atraerse a las mujeres como sostenedoras del regimen -señaló la experta-. La política social y laboral castigaba la presencia de las mujeres en el ámbito público, pero el régimen trató de tenerlas muy presentes, aunque fuese en un plano de subordinación».
Otra idea que el ensayo quiere subrayar es que feminismo y antifeminismo, aun siendo antagónicos, han ido siempre muy asociados en la historia española reciente: es decir, cada vez que los derechos de las mujeres han estado en la agenda política, ha habido movimientos de rechazo a la plena igualdad entre los sexos. Así, la lucha de las mujeres por estar presentes en la vida política ha corrido paralela a la resistencia de los varones que veían cuestionada su autoridad.
En el siglo XX, recordó la profesora, ha habido «dos grandes momentos» de esa lucha: el cambio del siglo XIX al XX, cuando surge en España un movimiento reflejo del sufragismo anglosajón en demanda del derecho a voto femenino, y los años 60 y 70, cuando la apertura del franquismo y los cambios socioeconómicos que incorporan a las féminas al mundo laboral coinciden con el renacer del feminismo en todo el mundo en pro de derechos como la libertad sexual o los anticonceptivos.
En la Transición, subrayó Ortega, todos los partidos son conscientes de que en la nueva etapa que comienza las mujeres tienen que ser ciudadanas de pleno derecho. Pero eso no significa que las demandas de las mujeres tengan satisfacción inmediata: en el seno de los diferentes partidos, incluso los progresistas, sigue habiendo «contradicciones» entre la teoría y la realidad, y los hombres se resisten a aceptar el nuevo protagonismo de sus compañeras.
La situación actual, concluyó la investigadora, es fruto de todo ese siglo de avances y retrocesos, de lucha de las mujeres por encontrar su lugar en la historia.
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Siete grupos participarán en el III Encuentro de teatro universitario de Granada

Se celebrará los días 16, 17, 18, 19, 23, 24 y 25 de mayo de 2011 en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras
Cartel del festival

El III Encuentro de teatro universitario de Granada se celebrará los días 16, 17, 18, 19, 23, 24 y 25 de mayo de 2011 en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, organizado por el Aula de Artes Escénicas, del Secretariado de Extensión Universitaria de la UGR.

En esta edición de los Encuentros de Teatro Universitario participan un total de siete grupos, beneficiados de las Ayudas para las Actividades Teatrales en la convocatoria 2010-2011, que presentan, en riguroso estreno, el trabajo llevado a cabo en el presente año académico. Esta iniciativa, puesta en marcha desde hace 3 años como resultado de la nueva gestión en el Aula de Artes Escénicas (Secretariado de Extensión Universitaria) ha tenido siempre una extraordinaria acogida en el sector universitario granadino, y de hecho en la presente edición se presentaron veinte proyectos de los cuales se seleccionaron las propuestas de más calidad.

En algún caso, las compañías beneficiarias de las ayudas participaron en anteriores ediciones, y repiten en la presente edición por la excelente acogida que tuvo su trabajo. Sin embargo, la mayoría de las compañías teatrales universitarias son de reciente creación, lo que da fe de la extraordinaria vitalidad e interés por el teatro en la Universidad de Granada.

Es notable la variedad de las propuestas presentadas, algunas más textuales y otras más centradas en la expresión corporal. La Compañía Teatro Fénix, que abre los encuentros, por ejemplo, escenifica la obra de uno de los autores griegos contemporáneos más relevantes, no representado con anterioridad en España, Iákovos Kambanelis y su Carta a Orestes. Por su parte, la Compañía Anámnesis se inspira en Michael Ende, con especial énfasis en la recreación visual de su universo mágico y poético con una cuidada puesta en escena. El grupo Sintéticas, en XX, desarrolla un espectáculo estructurado en monólogos, de tinte feminista y de carácter humorístico. El Aula Permanente de Formación Abierta lleva a cabo un homenaje a Miguel Hernández en sus reflexiones y apuntes dramático-vitales sobre la obra del poeta levantino, mientras que Paracá Teatro trata un tema de enorme actualidad, como es el de la inmigración y la sociedad multicultural.

Por último, Comotelocuento Teatro con El corazón del pollo, se inspira en la mentira, tanto individual como social, como “leit-motiv” de su obra, cerrando los encuentros uno de los trabajos más experimentales de la Compañía Vladimir Tzekov, Requiem nº 8, La peste, usando como base los textos de Artaud y Camus.

Programa
Día 16, lunes
La cena
Asociación Cultural Teatro Fénix
Lugar: Aula Magna. Facultad de Filosofía y Letras
Hora: 19.00 h.

Día 17, martes
Carta a Miguel Hernández
Taller de Teatro del Aula Permante de Formación Abierta
Lugar: Aula Magna. Facultad de Filosofía y Letras
Hora: 19.00 h.

Día 18, miércoles
El cuento del ilusionista
Grupo Anamnesis
Lugar: Aula Magna.
Facultad de Filosofía y Letras
Hora: 19.00 h.

Día 19, jueves
Réquiem nº 8: “La peste”
Vladimir Tzekov
Lugar: Aula Magna. Facultad de Filosofía y Letras
Hora: 19.00 h.

Día 23, lunes
XX
Grupo SinTéticas
Lugar: Aula Magna. Facultad de Filosofía y Letras
Hora: 19.00 h.

Día 24, martes
… Entre dos orillas
Paracá Teatro
Lugar: Aula Magna. Facultad de Filosofía y Letras
Hora: 19.00 h.

Día 25, miércoles
El corazón del pollo
Comotelocuentoteatro
Lugar: Aula Magna. Facultad de Filosofía y Letras
Hora: 19.00 h.

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La Madraza, la primera universidad de Occidente, abre sus puertas tras culminar su rehabilitación

El Palacio de la Madraza, escuela musulmana de estudios superiores que fue convertida en la primera Universidad cristiana de Occidente tras la conquista de los Reyes Católicos, ha abierto sus puertas como centro cultural de la Universidad de Granada tras finalizar el proyecto de rehabilitación al que ha sido sometido a lo largo de diez años.

El proyecto de reforma, con una inversión de 4,7 millones de euros financiados por la Junta de Andalucía, ha sido ejecutado por el equipo del arquitecto Pedro Salmerón y se ha centrado en «aminorar el peso de las intervenciones intensivas sufridas por el inmueble» durante su historia para que se puedan valorar su pasado mestizo y complejo.

Así se ha puesto de manifiesto durante el acto de inauguración del edificio, que ha estado presidido por el rector en funciones de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, y ha incluido la inauguración de la exposición ‘Joan Hernández Pijuán en el Palacio de la Madraza 1986-2008’.

Entre otras actuaciones, se ha eliminado la entreplanta de oficinas bajo el Salón de Caballeros XXIV para recuperar su primitiva disposición espacial, actuación que lleva aparejada la revalorización de su alfarje con la restauración de su decoración pictórica.

También se ha remodelado la sala de las exposiciones (planta baja), procediendo a una limpieza de las estructuras arquitectónicas y a la liberación de los volúmenes de la escalera y de la edificación a nivel de la planta primera.

Además, se han integrado en el edificio los restos arqueológicos más significativos para que puedan ser contemplados por el público gracias a pavimentos flotantes transparentes.

HISTORIA DEL EDIFICIO

El Palacio de la Madraza se fundó en 1349 por iniciativa del sultán Yusuf I y se erigió en el punto neurálgico de la medina en época nazarí junto al lugar elegido para edificar la mezquita aljama en el siglo XI. De este primitivo centro, dedicado principalmente a las enseñanzas de Teología y Derecho, se ha conservado el oratorio localizado en el lado opuesto del edificio. Ya en los siglos XVI y XIX albergó el poder municipal.

En la actualidad, a pesar de seis siglos de historia e innumerables remodelaciones, incendios y derrumbes, todavía conserva en su interior importantes vestigios de su origen nazarí, como el mihrab (oratorio), y mudéjar, como la citada Sala de los Caballeros XXIV, que acogía los cabildos. La gran parte de lo que hoy perdura corresponde al barroco tardío.

La Madraza fue declarada monumento histórico-artístico en 1922, aunque fue su adquisición posterior por parte del Ayuntamiento de Granada, en 1939, lo que propició el reconocimiento de su valor patrimonial. Tras varias obras de acondicionamiento entre 1940 y 1960, el inmueble pasó a depender de la Universidad de Granada convirtiéndose en uno de sus equipamientos más representativos.

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Palacio de la Madraza de Granada, la primera universidad de Occidente, abre sus puertas tras culminar su rehabilitación

El Palacio de la Madraza, escuela musulmana de estudios superiores que fue convertida en la primera Universidad cristiana de Occidente tras la conquista de los Reyes Católicos, ha abierto sus puertas como centro cultural de la Universidad de Granada tras finalizar el proyecto de rehabilitación al que ha sido sometido a lo largo de diez años.

El proyecto de reforma, con una inversión de 4,7 millones de euros financiados por la Junta de Andalucía, ha sido ejecutado por el equipo del arquitecto Pedro Salmerón y se ha centrado en «aminorar el peso de las intervenciones intensivas sufridas por el inmueble» durante su historia para que se puedan valorar su pasado mestizo y complejo.

Así se ha puesto de manifiesto durante el acto de inauguración del edificio, que ha estado presidido por el rector en funciones de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, y ha incluido la inauguración de la exposición ‘Joan Hernández Pijuán en el Palacio de la Madraza 1986-2008’.

Entre otras actuaciones, se ha eliminado la entreplanta de oficinas bajo el Salón de Caballeros XXIV para recuperar su primitiva disposición espacial, actuación que lleva aparejada la revalorización de su alfarje con la restauración de su decoración pictórica.

También se ha remodelado la sala de las exposiciones (planta baja), procediendo a una limpieza de las estructuras arquitectónicas y a la liberación de los volúmenes de la escalera y de la edificación a nivel de la planta primera.

Además, se han integrado en el edificio los restos arqueológicos más significativos para que puedan ser contemplados por el público gracias a pavimentos flotantes transparentes.

HISTORIA DEL EDIFICIO

El Palacio de la Madraza se fundó en 1349 por iniciativa del sultán Yusuf I y se erigió en el punto neurálgico de la medina en época nazarí junto al lugar elegido para edificar la mezquita aljama en el siglo XI. De este primitivo centro, dedicado principalmente a las enseñanzas de Teología y Derecho, se ha conservado el oratorio localizado en el lado opuesto del edificio. Ya en los siglos XVI y XIX albergó el poder municipal.

En la actualidad, a pesar de seis siglos de historia e innumerables remodelaciones, incendios y derrumbes, todavía conserva en su interior importantes vestigios de su origen nazarí, como el mihrab (oratorio), y mudéjar, como la citada Sala de los Caballeros XXIV, que acogía los cabildos. La gran parte de lo que hoy perdura corresponde al barroco tardío.

La Madraza fue declarada monumento histórico-artístico en 1922, aunque fue su adquisición posterior por parte del Ayuntamiento de Granada, en 1939, lo que propició el reconocimiento de su valor patrimonial. Tras varias obras de acondicionamiento entre 1940 y 1960, el inmueble pasó a depender de la Universidad de Granada convirtiéndose en uno de sus equipamientos más representativos.

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Científicos españoles confirman que inyectar ‘botox’ en puntos clave de cabeza y cuello reduce las crisis de migraña

Científicos de la Universidad de Granada han confirmado que la inyección de un anestésico local o de toxina botulínica (‘botox’) en una serie de puntos de la musculatura pericraneal y del cuello –denominados ‘gatillo’– reduce la frecuencia de las crisis de migraña en los pacientes con esta enfermedad.

Los investigadores granadinos han logrado, además, identificar la ubicación de estos puntos gatillo, cuya activación desencadena crisis de migraña, y la relación de éstos con la duración de la enfermedad y la severidad de las crisis.

Este trabajo es uno de los tres estudios que, simultáneamente, ha elaborado Juan Miguel García Leiva, investigador del Instituto de Neurociencias Federico Olóriz de la UGR, y dirigido la profesora Elena Pita Calandre.

En el primer trabajo, los científicos estudiaron sujetos sanos y pacientes diagnosticados de migraña con cualquier frecuencia de crisis al mes. Comprobaron las diferencias en la existencia o no de puntos ‘gatillo’ –que en muchos pacientes tras la exploración les desencadenaba una crisis– y su localización.

Esta investigación descubrió que los puntos ‘gatillo’ aparecen en un 94 por ciento de pacientes con migraña y sólo en un 25% de sujetos sanos y que las localizaciones de los puntos ‘gatillo’ más habituales en los pacientes fueron la zona temporal anterior y la suboccipital, ambas a nivel bilateral, de la cabeza. Además, hallaron una correlación positiva entre el número de puntos que presenta el paciente, las crisis mensuales que padece y los años que dura la enfermedad.

REDUCIR A LA MITAD LA FRECUENCIA DE LAS CRISIS

Posteriormente, realizaron otro estudio con 52 pacientes migrañosos –refractarios a los tratamientos farmacológicos habituales–, a quienes se les infiltró subcutáneamente 1 miligramo de anestésico local en aquellos puntos que presentaban durante tres meses semanalmente.

En aquellos pacientes a quienes se inyectó un anestésico, los científicos observaron una disminución en la frecuencia de crisis superior o igual al 50 por ciento respecto al período basal en un 18 por ciento de pacientes. Además, hubo una disminución de entre un 11 y un 49 por ciento en un 38 por ciento de los mismos. Dos terceras partes de los pacientes tras el tratamiento refirieron sentirse ‘mejor’ o ‘mucho mejor’.

En un tercer estudio sobre 25 pacientes con migraña crónica aplicaron 12,5 unidades de toxina botulínica en cada punto gatillo dos veces, espaciadas por un período de tes meses. Se registraron la frecuencia de crisis (variable principal), la intensidad y diversas escalas para comparar los cambios producidos un mes antes del inicio del tratamiento con el estado del sujeto un mes después de finalizar el mismo. Además, registraron las reacciones adversas durante el estudio, que fueron pocas, leves y transitorias.

La mayor disminución en la frecuencia de crisis con las inyecciones de toxina botulínica se observó en la semana 20. Algo similar ocurrió en aquellas crisis consideradas de intensidad ‘moderada’ y en el consumo de analgésicos por parte de los pacientes.

García Leiva advierte de que este sistema «no se trata de un tratamiento de primera elección para gente con migraña, sino que únicamente puede aplicarse en pacientes con migraña crónica que han probado varios tratamientos con resultados poco o nada alentadores y que muestran sensibilidad periférica en su musculatura».

Recientemente, las autoridades del medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado como medicamento con indicación terapéutica la toxina botulína para el tratamiento de la migraña crónica.

La cefalea es una experiencia prácticamente universal. Actualmente existen más de 100 tipos y una de las más prevalentes es la migraña, que en España afecta a entre el 10 y el 12 por ciento de la población, siendo de 2 a 3 veces más común en la mujer que en el hombre. Cuando la migraña pasa de episódica a crónica –más de 15 días al mes–, provoca gran incapacidad en la vida diaria de los pacientes.

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Incidencia de la violencia machista en niños es distinta en función del sexo

Los adolescentes que han estado expuestos en su infancia a la violencia machista acaban por reproducir este tipo de comportamientos, pero de forma distinta en función del sexo, de modo que ellos se vuelven más violentos y dominantes y ellas, que se identifican con las madres, se vuelven solitarias y depresivas.

Así lo ha manifestado el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, que ha impartido hoy en Granada la conferencia inaugural de las primeras jornadas sobre consecuencias en niños víctimas de la violencia de género en sus hogares, cuya directora, Francisca Expósito, ha abogado por que la ayuda integral dirigida a las mujeres que la sufren incluya programas de atención a sus hijos.

Según ha explicado Lorente a los periodistas, los chicos que han estado expuestos en su infancia a este tipo de situaciones se vuelven más violentos, se relacionan con amigos a los que pueden dominar, intentan llevar cualquier circunstancia al conflicto porque es ahí donde se sienten legitimados para usar la violencia y a veces desarrollan actuaciones delictivas por el consumo de drogas.

Por contra, las chicas tienden a identificarse más con la madre, lo que hace que se vuelvan «solitarias y aisladas» durante la adolescencia, que tengan pocas amigas -suelen mantener con ellas una relación muy estrecha, «como buscando apoyo emocional»-, que sufran tendencia a la depresión y que normalicen y justifiquen la violencia por parte de sus parejas, según Lorente.

En cualquier caso, tanto ellos como ellas suelen sufrir un deterioro de la salud, no solo psicológica, sino orgánica derivada del consumo de sustancias tóxicas y del estrés, que facilita la aparición de infecciones o problemas neurológicos como migrañas y mareos, factores todos ellos que pueden estar relacionados con una exposición a la violencia durante la infancia.

Lorente ha precisado que no todos los menores expuestos a la violencia machista la reproducen luego con sus parejas, «y cada vez lo serán menos porque hay un contraste entre lo que viven dentro y lo que ven fuera».

«Cuando el contraste ha sido muy armónico, como ha ocurrido tradicionalmente, no ha habido una crítica a esa conducta, pero cuando hay una crítica social hacia la violencia de género sí cuestionan lo que está pasando como algo anormal, lo cual les lleva a no reproducir esa conducta», ha explicado Lorente.

El delegado del Gobierno para la Violencia de Género también se ha referido a un reciente estudio de la Universidad de Granada que evidencia que existe un efecto imitación en los homicidios por violencia machista.

Así, al día siguiente de producirse un homicidio existe un 67 % más de riesgo de que ocurra otro, lo que se traduce en que «los maltratadores encuentran todavía razones a su alrededor, unas muy directas como la imitación o el paso a la acción y otras los referentes culturales», ha manifestado Lorente.

La referencia cultural «tiende a hacerles entender que la violencia es algo adecuado para resolver conflictos en la relación de pareja», según Lorente.

Por su parte, la directora de las jornadas, Francisca Expósito, ha abogado por que la ayuda integral destinada a las mujeres víctimas de la violencia machista incluya también a sus hijos, porque de lo contrario «queda una parte importante por atender».

Lorente ha dicho al respecto que en los últimos tres años el fondo de asistencia social integral para las víctimas ha destinado 4,5 millones de euros al tratamiento y recuperación de menores expuestos a la violencia de género.

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Muerte llama a muerte

Los adolescentes que han estado expuestos en su infancia a la violencia machista acaban por reproducir este tipo de comportamientos, pero de forma distinta en función del sexo, de modo que ellos se vuelven más violentos y dominantes y ellas, que se identifican con las madres, se vuelven solitarias y depresivas.

Así lo ha manifestado el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, que ha impartido hoy en Granada la conferencia inaugural de las primeras jornadas sobre consecuencias en niños víctimas de la violencia de género en sus hogares, cuya directora, Francisca Expósito, ha abogado por que la ayuda integral dirigida a las mujeres que la sufren incluya programas de atención a sus hijos.

Según ha explicado Lorente a los periodistas, los chicos que han estado expuestos en su infancia a este tipo de situaciones se vuelven más violentos, se relacionan con amigos a los que pueden dominar, intentan llevar cualquier circunstancia al conflicto porque es ahí donde se sienten legitimados para usar la violencia y a veces desarrollan actuaciones delictivas por el consumo de drogas.

Por contra, las chicas tienden a identificarse más con la madre, lo que hace que se vuelvan «solitarias y aisladas» durante la adolescencia, que tengan pocas amigas -suelen mantener con ellas una relación muy estrecha, «como buscando apoyo emocional»-, que sufran tendencia a la depresión y que normalicen y justifiquen la violencia por parte de sus parejas, según Lorente.

En cualquier caso, tanto ellos como ellas suelen sufrir un deterioro de la salud, no solo psicológica, sino orgánica derivada del consumo de sustancias tóxicas y del estrés, que facilita la aparición de infecciones o problemas neurológicos como migrañas y mareos, factores todos ellos que pueden estar relacionados con una exposición a la violencia durante la infancia.

Lorente ha precisado que no todos los menores expuestos a la violencia machista la reproducen luego con sus parejas, «y cada vez lo serán menos porque hay un contraste entre lo que viven dentro y lo que ven fuera».

«Cuando el contraste ha sido muy armónico, como ha ocurrido tradicionalmente, no ha habido una crítica a esa conducta, pero cuando hay una crítica social hacia la violencia de género sí cuestionan lo que está pasando como algo anormal, lo cual les lleva a no reproducir esa conducta», ha explicado Lorente.

El delegado del Gobierno para la Violencia de Género también se ha referido a un reciente estudio de la Universidad de Granada que evidencia que existe un efecto imitación en los homicidios por violencia machista.

Así, al día siguiente de producirse un homicidio existe un 67 % más de riesgo de que ocurra otro, lo que se traduce en que «los maltratadores encuentran todavía razones a su alrededor, unas muy directas como la imitación o el paso a la acción y otras los referentes culturales», ha manifestado Lorente.

La referencia cultural «tiende a hacerles entender que la violencia es algo adecuado para resolver conflictos en la relación de pareja», según Lorente.

Por su parte, la directora de las jornadas, Francisca Expósito, ha abogado por que la ayuda integral destinada a las mujeres víctimas de la violencia machista incluya también a sus hijos, porque de lo contrario «queda una parte importante por atender».

Lorente ha dicho al respecto que en los últimos tres años el fondo de asistencia social integral para las víctimas ha destinado 4,5 millones de euros al tratamiento y recuperación de menores expuestos a la violencia de género.

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Lorente dice que los niños tienden a la agresividad tras la violencia machista y ellas se identifican con la agredida

Los adolescentes expuestos a la violencia de género en sus hogares durante la niñez desarrollan conductas diferentes en función del sexo, de modo que ellos tienden a ser más agresivos y dominantes mientras que ellas suelen identificarse con la madre agredida y son propensas al aislamiento y la depresión.

   Así lo ha señalado a los periodistas el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, antes de participar en las I Jornadas sobre consecuencias en niños víctimas de la violencia de género en sus hogares que organiza la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada.

   En esta jornada diferentes ponentes abordarán el impacto de la violencia género sobre los menores y su posterior desarrollo y madurez. Los últimos estudios realizados al respecto, revelan que la reacción de los niños a esta lacra depende en gran medida de si existe o no una crítica firme por parte de la sociedad.

   «No todos los menores que sufran maltratos son violentos y cada vez hay menos porque hay un contraste entre lo que viven en el hogar –donde tiende a «normalizarse» la agresión a la mujer– con «lo que se ve fuera». «Si hay crítica social se cuestionan que no es normal y les lleva a no reproducir la misma conducta», añade Lorente.

   Según ha indicado el experto, hay dos conductas diferentes entre los niños y las niñas expuestos a la violencia. Ellos suelen ser más agresivos, desarrollan relaciones de amistad con personas a las que puedan dominar y presentan comportamientos más delictivos, lo que unido al frecuente consumo de estupefacientes que se da en estos casos desemboca en una «dinámica de detenciones y fracaso escolar».

   Por su parte, las chicas «se identifican con la madre, eso les hace mujeres aisladas y con pocas amigas durante la adolescencia. Además, suelen urdir relaciones sentimentales de tipo «depresivo» y a «normalizar la violencia por parte de sus parejas».

   «A la larga, en la edad adulta, pueden aparecer conductas de depresión, de reproducción de maltratos hacia los menores» y, en ocasiones, sufren «un deterioro de la salud orgánica» que afecta a su sistema inmune y favorece los problemas de salud crónicos y neurológicos, como las migrañas, mareos».

   En este contexto, Lorente ha destacado la necesidad de ser críticos con la violencia machista para no dar argumentos sociales o de tipo cultural a los que se aferran los potenciales maltratados para ejercer la violencia sobre la mujer.

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Lorente dice que los niños tienden a la agresividad tras la violencia machista y ellas se identifican con la agredida

Los adolescentes expuestos a la violencia de género en sus hogares durante la niñez desarrollan conductas diferentes en función del sexo, de modo que ellos tienden a ser más agresivos y dominantes mientras que ellas suelen identificarse con la madre agredida y son propensas al aislamiento y la depresión.

Así lo ha señalado a los periodistas el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, antes de participar en las I Jornadas sobre consecuencias en niños víctimas de la violencia de género en sus hogares que organiza la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada.

En esta jornada diferentes ponentes abordarán el impacto de la violencia género sobre los menores y su posterior desarrollo y madurez. Los últimos estudios realizados al respecto, revelan que la reacción de los niños a esta lacra depende en gran medida de si existe o no una crítica firme por parte de la sociedad.

«No todos los menores que sufran maltratos son violentos y cada vez hay menos porque hay un contraste entre lo que viven en el hogar –donde tiende a «normalizarse» la agresión a la mujer– con «lo que se ve fuera». «Si hay crítica social se cuestionan que no es normal y les lleva a no reproducir la misma conducta», añade Lorente.

Según ha indicado el experto, hay dos conductas diferentes entre los niños y las niñas expuestos a la violencia. Ellos suelen ser más agresivos, desarrollan relaciones de amistad con personas a las que puedan dominar y presentan comportamientos más delictivos, lo que unido al frecuente consumo de estupefacientes que se da en estos casos desemboca en una «dinámica de detenciones y fracaso escolar».

Por su parte, las chicas «se identifican con la madre, eso les hace mujeres aisladas y con pocas amigas durante la adolescencia. Además, suelen urdir relaciones sentimentales de tipo «depresivo» y a «normalizar la violencia por parte de sus parejas».

«A la larga, en la edad adulta, pueden aparecer conductas de depresión, de reproducción de maltratos hacia los menores» y, en ocasiones, sufren «un deterioro de la salud orgánica» que afecta a su sistema inmune y favorece los problemas de salud crónicos y neurológicos, como las migrañas, mareos».

En este contexto, Lorente ha destacado la necesidad de ser críticos con la violencia machista para no dar argumentos sociales o de tipo cultural a los que se aferran los potenciales maltratados para ejercer la violencia sobre la mujer.

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Lorente dice que los niños tienden a la agresividad tras la violencia machista y ellas se identifican con la agredida

Los adolescentes expuestos a la violencia de género en sus hogares durante la niñez desarrollan conductas diferentes en función del sexo, de modo que ellos tienden a ser más agresivos y dominantes mientras que ellas suelen identificarse con la madre agredida y son propensas al aislamiento y la depresión.

Así lo ha señalado a los periodistas el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, antes de participar en las I Jornadas sobre consecuencias en niños víctimas de la violencia de género en sus hogares que organiza la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada.

En esta jornada diferentes ponentes abordarán el impacto de la violencia género sobre los menores y su posterior desarrollo y madurez. Los últimos estudios realizados al respecto, revelan que la reacción de los niños a esta lacra depende en gran medida de si existe o no una crítica firme por parte de la sociedad.

«No todos los menores que sufran maltratos son violentos y cada vez hay menos porque hay un contraste entre lo que viven en el hogar –donde tiende a «normalizarse» la agresión a la mujer– con «lo que se ve fuera». «Si hay crítica social se cuestionan que no es normal y les lleva a no reproducir la misma conducta», añade Lorente.

Según ha indicado el experto, hay dos conductas diferentes entre los niños y las niñas expuestos a la violencia. Ellos suelen ser más agresivos, desarrollan relaciones de amistad con personas a las que puedan dominar y presentan comportamientos más delictivos, lo que unido al frecuente consumo de estupefacientes que se da en estos casos desemboca en una «dinámica de detenciones y fracaso escolar».

Por su parte, las chicas «se identifican con la madre, eso les hace mujeres aisladas y con pocas amigas durante la adolescencia. Además, suelen urdir relaciones sentimentales de tipo «depresivo» y a «normalizar la violencia por parte de sus parejas».

«A la larga, en la edad adulta, pueden aparecer conductas de depresión, de reproducción de maltratos hacia los menores» y, en ocasiones, sufren «un deterioro de la salud orgánica» que afecta a su sistema inmune y favorece los problemas de salud crónicos y neurológicos, como las migrañas, mareos».

En este contexto, Lorente ha destacado la necesidad de ser críticos con la violencia machista para no dar argumentos sociales o de tipo cultural a los que se aferran los potenciales maltratados para ejercer la violencia sobre la mujer.

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Lorente dice que los niños tienden a la agresividad tras la violencia machista y ellas se identifican con la agredida

Los adolescentes expuestos a la violencia de género en sus hogares durante la niñez desarrollan conductas diferentes en función del sexo, de modo que ellos tienden a ser más agresivos y dominantes mientras que ellas suelen identificarse con la madre agredida y son propensas al aislamiento y la depresión.

Así lo ha señalado a los periodistas el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, antes de participar en las I Jornadas sobre consecuencias en niños víctimas de la violencia de género en sus hogares que organiza la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada.

En esta jornada diferentes ponentes abordarán el impacto de la violencia género sobre los menores y su posterior desarrollo y madurez. Los últimos estudios realizados al respecto, revelan que la reacción de los niños a esta lacra depende en gran medida de si existe o no una crítica firme por parte de la sociedad.

«No todos los menores que sufran maltratos son violentos y cada vez hay menos porque hay un contraste entre lo que viven en el hogar –donde tiende a «normalizarse» la agresión a la mujer– con «lo que se ve fuera». «Si hay crítica social se cuestionan que no es normal y les lleva a no reproducir la misma conducta», añade Lorente.

Según ha indicado el experto, hay dos conductas diferentes entre los niños y las niñas expuestos a la violencia. Ellos suelen ser más agresivos, desarrollan relaciones de amistad con personas a las que puedan dominar y presentan comportamientos más delictivos, lo que unido al frecuente consumo de estupefacientes que se da en estos casos desemboca en una «dinámica de detenciones y fracaso escolar».

Por su parte, las chicas «se identifican con la madre, eso les hace mujeres aisladas y con pocas amigas durante la adolescencia. Además, suelen urdir relaciones sentimentales de tipo «depresivo» y a «normalizar la violencia por parte de sus parejas».

«A la larga, en la edad adulta, pueden aparecer conductas de depresión, de reproducción de maltratos hacia los menores» y, en ocasiones, sufren «un deterioro de la salud orgánica» que afecta a su sistema inmune y favorece los problemas de salud crónicos y neurológicos, como las migrañas, mareos».

En este contexto, Lorente ha destacado la necesidad de ser críticos con la violencia machista para no dar argumentos sociales o de tipo cultural a los que se aferran los potenciales maltratados para ejercer la violencia sobre la mujer.

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