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Que viene Aycha Candicha y te comerá
La filóloga María Dolores López Enamorado reúne una serie de Cuentos populares marroquíes plagados de ogras y santones
JUAN LUIS TAPIA //FOTO: GONZÁLEZ MOLERO / GRANADA
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LIBROS
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F Título: Cuentos populares marroquíes.
F Edición: María Dolores López Enamorado.
F Editorial: Alderaban.
F Contenido: Selección de una serie de cuentos populares del Magreb, donde están representados los diferentes tipos de historias.
AYCHA Candicha es el coco de los cuentos populares marroquíes, una mujer enorme y muy mala que se come a los niños. Los cuentos del Magreb tienen sus personajes característicos, muy alejados de los tópicos de las Mil y una noches. La profesora y filóloga de la Universidad de Sevilla María Dolores López Enamorado presentó una antología de cuentos populares marroquíes, en un ciclo organizado por la Cátedra Emilio García Gómez de la Universidad de Granada, titulado Cultura árabe de expresión oral: los cuentos.
«La literatura oral de Marruecos tiene mucho de autóctono, de la tierra y del mar, muy claramente bereberes que se funden con otros elementos árabes», indica López Enamorado. Los cuentos marroquíes recibieron el imaginario de la tradición árabe, «esos elementos maravillosos fácilmente identificables como los que hablan de alfombras voladoras, de lámparas mágicas y de genios».
«La literatura oral pretende romper con los límites de la realidad, con la cotidianidad, de ahí que sea difícil encontrar elementos puramente marroquíes en los cuentos maravillosos, pero sí es más fácil hallarlos en los relatos populares, donde los protagonistas son seres humanos», explica la especialista. «Un ejemplo -añade- de este tipo de personajes es un santón de Mekinés que aparece en una de las historias».
Uno de los personajes más propios y característico, casi exclusivo de los cuentos populares marroquíes es la ogra. «Es una ogra llamada Lalla Zamsa, muy mala, enorme, con una gran boca y que pretende comerse a los niños. Zamsa también controla los vientos y las tempestades».
Frente a la idea preconcebida y tópica de un Marruecos desértico y de palmerales, en los escenarios de los relatos orales marroquíes aparecen «una multitud de cuentos ambientados en el mar, con historias de pescadores que son muy marroquíes, y hay que pensar que gran parte del territorio marroquí es costero».
Para la especialista María Dolores López Enamorado lo más interesante de estos relatos «son los escenarios en los que están ambientados, que son muy diferentes a los de la narrativa europea».
Hadas y Cenicienta
Una de las curiosidades de la tradición de literatura oral en el Magreb es que «no aparecen las hadas, esos seres mágicos, que pertenecen más a las culturas del frío, y jamás aparece una hada en un cuento marroquí». «Los escenarios de estos cuentos son las montañas y los pueblos, y pocas ciudades porque el cuento está más relacionado con el ámbito rural».
En cuanto a la presencia andalusí en los cuentos marroquíes, la filóloga indica que «cuando los musulmanes fueron expulsados de la Península se llevaron su música y sus cuentos, y todo eso lo transmitieron de padres a hijos. En la actualidad hay cuentos idénticos tanto en Marruecos como en el sur de la Península, así como canciones». «Por supuesto -añade- que se puede rastrear el cuento andalusí en Marruecos».
Uno de los hallazgos de María Dolores López Enamorado ha consistido en encontrar historias similares a las de la tradición oral occidental. «Es el caso del cuento de Los tres borreguitos que construyen casas, que son Los tres cerditos, pero en la cultura islámica el cerdo es un animal impuro y se ha cambiado por el cordero», comenta la filóloga de la Universidad de Sevilla. «Es el mismo caso que el cuento de La babucha de cristal, que se refiere a La Cenicienta. La misma historia pero en escenarios diferentes y en un ambiente marroquí».
Las bibliotecas parlantes de estos cuentos populares «son las mujeres, pero en el ámbito privado, ya que en público son los hombres los contadores de cuentos». «La mujer -añade- es la depositaria de estas tradiciones y no sólo en la cultura del Magreb, sino en todas las culturas».
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