VIVIR
La leyenda del Titanic emerge en Granada
El Parque de las Ciencias inaugura el próximo lunes la exposición itinerante sobre la historia del buque más famoso del mundo, que se hundió hace 94 años
LUIS GÓMEZ/GRANADA
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El Parque de las Ciencias de Granada embarcará a sus visitantes durante los próximos 9 meses (hasta el 14 de enero de 2007) en la historia del buque más mítico de la historia: el Titanic. A través de un centenar de objetos, documentos e imágenes originales -en los que no faltan las botitas de una niña superviviente del naufragio o un pedazo de carbón de la sala de calderas donde se ahogaron 68 carboneros- y fieles reproducciones de estancias interiores del trasatlántico -como los lujosos camarotes para multimillonarios- los visitantes podrán adentrarse en un mundo «de leyendas». Según Jesús Ferreiro, director de la exposición, la historia del Titanic; tiene tantas versiones como las aportadas por los 705 supervivientes de una catástrofe de la que el jueves 13 de abril, a las 2.20 de la madrugada, se cumplen 94 años
TUMBONA, MANTA Y PLATOS
Un toque de distinción
Los visitantes podrán contemplar, por ejemplo, las numerosas tumbonas que se lanzaron al mar para mantener a flote a las personas que se arrojaron en medio de una tragedia que se cobró la vida de varios españoles. En la misma vitrina figura una de las mantas originales que los camareros repartían entre los pasajeros ricos para protegerles del viento de la mar mientras tomaban el sol. Y muy cerca, parte de la vajilla compuesta por unos toscos cubiertos y dos platos y juegos de café en porcelana fina que rezuman el lujo francés de la época.
CARBÓN Y PUERTAS
Tragedia en la sala de calderas
Un trozo de carbón refleja el sufrimiento de los 68 trabajadores que perdieron la vida en la sala de calderas número 1 del buque que partió del puerto de Southampton con destino a Nueva York. Trabajaron hasta el final hasta que el agua inundó sus dependencias. Todos murieron porque quisieron mantener encendidas las calderas para que el barco tuviese energía eléctrica y los radiotelegrafistas pudiesen continuar transmitiendo las llamadas de socorro. También destaca una recreación de las puertas estancas.
Pese a que navegaba con la fama de «insumergible», estas puertas supusieron una revolución. Salvaron muchas vidas humanas, ya que el Titanic tardó casi tres horas en hundirse.
CAMAROTES
Cuestión de clases
Los camarotes son la mejor demostración de que la sociedad eduardiana no permitía la mezcla de clases. En el de primera clase, sobresale el lujo y el confort: decorados en madera de roble, disponían de armarios empotrados, baños privados y agua caliente y fría. Viajar en ellos salía al cambio de hoy 82.000 euros. Los de tercera clase carecían de agua corriente y su espacio se reducía a unas humildes literas rojas.
BOTAS, CARTA Y MANUSCRITO
Historias humanas
El Titanic, fue, sobre todo, un caudal de desgracias humanas. Como la que simboliza el par de botitas que calzaba Louise Kink, una niña sueca. Con esas botas se subió al bote salvavidas junto a su madre, su tía y dos hermanas. Con sólo 5 años, las guardó como recuerdo de su viaje, ya que se las había regalado su padre, que no pudo alcanzar el bote. En la misma vitrina figura la manta con la que se taparon las hermanas Kink para resguardarse del frío en la noche del 15 de abril de 1912.
Tristeza transmite también el único manuscrito que se conserva de la tragedia. Lo escribió un pasajero que embarcó con apellido falso. La carta de Erik Lind iba dirigida a su mujer. Los acreedores embargaron los bienes de su familia al creer que Erik había huido y escondido para no pagar sus deudas. La nota luctuosa queda reflejada en un manuscrito original en el que aparecen, según edad, nacionalidad y clase social, la identidad de los 1.503 muertos oficiales. Oficiales, porque en este buque de leyenda se suponía que viajaban polizones con los que algunos tripulantes se sacaban un sobresueldo.
Ahora todas estas piezas se encuentran en Granada a la espera de que el público pueda disfrutar de la exposición a partir de este lunes. La envergadura de la muestra , producida por la Compañía Titanic Centenary 2012, ha exigido la instalación adicional de una carpa de 500 metros cuadrados junto al Pabellón de Exposiciones Temporales del Parque de las Ciencias.
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