– Laboratorio farmacéutico.
En los 156 años de historia de la Facultad de Farmacia de la UGR se han otorgado 16.344 títulos. Nos cuentan cómo aprenden y forman.
CUANDO a la madre y hermana de Irene Jiménez, alumna de cuarto de Farmacia de la Universidad de Granada (UGR), les duele la cabeza le preguntan qué deben tomarse. Después «no se fían mucho», bromea Irene, a quien le queda poco para licenciarse. No obstante, que nadie se preocupe porque la formación de los farmacéuticos que estudian en la Facultad granadina es «muy buena». Es una carrera «dura» y reciben una formación amplia encaminada a dedicarse a diferentes campos profesionales. Cuando terminan tampoco tienen muchos problemas de paro. Más bien todo lo contrario, «ahora no hay desempleo».
Este año unos doscientos profesores están enseñando a unos 2.832 alumnos cuáles son los secretos de los campos relacionados con la industria farmacéutica. ¿Cómo reacciona nuestro cuerpo ante determinados medicamentos? ¿Cuál es la composición química? Y cientos de historias más. Este centro es el tercero más antiguo de España -por delante están Madrid y Barcelona- y el mayor en número de alumnos. Se fundó en 1850 y aún sigue atrayendo a estudiantes de Murcia, Valencia, Alicante y el resto de Andalucía, aunque se hayan creado otros centros de estas características.
El decano de la Facultad, Luis Recalde, explica que ésta es una profesión gremial y en «nuestro centro se forman terceras y cuartas generaciones de farmacéuticos. A los padres les gusta que sus hijos se formen en el mismo centro que lo hicieron ellos». También reconoce que en algunas ocasiones en Farmacia se matriculan alumnos que no han podido entrar en otras carreras, pero al final acaban satisfechos.
Es el caso de Sonia Ruiz, alumna de cuarto, que entró en Farmacia porque no tenía nota ni para Medicina ni Enfermería, pero ahora se están «cumpliendo mis objetivos». En un futuro le gustaría dedicarse a cuestiones relacionadas con el laboratorio, comenta mientras se prepara para escuchar las explicaciones del profesor Juan Niclós, director del departamento de Química Inorgánica. Tocaba conocer los aspectos inorgánicos de algunos procesos.
Práctica y teoría
Química Inorgánica, Bioquímica, Anatomía e Histología Humana, Física, Historia de la Farmacia, Nutrición y Bromatología… son algunas de las asignaturas que deben superar los futuros farmacéuticos. Materias que las imparten en departamentos como el dirigido por el mencionado Juan Niclós en el que en explican en clase y en los laboratorios. En estos últimos se dan a los estudiantes razones y explicaciones para que puedan conectar la teoría con la realidad práctica. Les dotan, en definitiva, como comenta Niclós, de los elementos suficientes para que ejerzan con mentalidad química: «Un químico mira una cosa y piensa en qué lo puede transformar». Lo conocido como radiofarmacia está muy presente en sus temarios.
En el departamento de Bioquímica y Biología Molecular II, en el que imparten diferentes asignaturas, se encargan de analizar y ver todo a nivel molecular. En este caso, la directora es María Dolores Suárez, una catedrática que lleva muchos años en la Universidad y que ha visto cómo se formaban y creaban muchos nuevos farmacéuticos. En las materias que imparten les enseñan a los alumnos todo tipo de conocimientos relacionados con esta rama en la que se analizan las reacciones de los seres humanos.
En la Bioquímica Clínica, por ejemplo, se habla de la determinación analítica que se lleva en los laboratorios para el diagnóstico, control y seguimiento de los pacientes. Así, María Dolores Suárez pone algunos ejemplos para explicar la importancia de estas materias. Añade que estudian, por ejemplo, el mecanismo molecular para que la glucosa se mantenga constante. Otro ejemplo lo pone con el colesterol. Lo sintetizan y analizan porqué razones se encuentra en sangre o porqué puede elevarse. Y añade que el colesterol es muy necesario para «nuestro organismo» lo malo es que esté en niveles altos.
Los futuros farmacéuticos durante los cinco cursos -normalmente necesitan más años un buen porcentaje para terminar- asisten a un buen número de clases en laboratorios y al final también tienen que hacer seis meses de prácticas en farmacias hospitalarias o en comunitarias. En los laboratorios se les enseña, por ejemplo, a separar proteínas como les explicaba hace unos días la profesora María Dolores Mesa a los alumnos de primero, a trabajar analizando ratones…, entre otras muchas cosas. En las oficinas de Farmacia los alumnos se aproximan a la realidad.
Según los datos facilitados por el decano de la Facultad de Farmacia granadina, el 50% de los estudiantes que se licencian al final trabajan en las oficinas de Farmacia. Si bien, el espectro al que los alumnos de esta Facultad pueden orientar su formación es bastante amplio y el campo profesional también lo es. Pueden hacerlo a la analítica clínica, la Farmacia industrial, Farmacia asistencial o la salud y medio ambiente.
Estos últimos cursos se han licenciado en esta Facultad unos 300 alumnos cada año. En sus 156 años de existencia -se contabliza hasta 2006- la Facultad de Farmacia, que ha hecho su correspondiente periplo por diferentes campus y edificios, ha otorgado el título de licenciado a un total de 16.344 alumnos. A estas cifras hay que sumar los titulados en las otras dos carreras que se imparten en el centro, si bien estas son mucho más recientes. En el caso de la licenciatura de Ciencias y Tecnología de los Alimentos se ha dado el título a 394 alumnos y en la diplomatura de Nutrición Humana y Dietética a 40.
En lo referente a la futura convergencia europea al igual que Medicina tienen normativa especial y se quedarán con cinco años. Lo que sí cambiará es el edificio en el que se impartan las clases, será en el Campus de la Salud.
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