– Chaves resalta la superación y el humanismo de todos los galardonados por la Diputación.
La Corporación Provincial hace entrega de sus distinciones más emblemáticas a Miguel Ríos, Federico Mayor, IDEAL, Álvaro Molina, Festival de la Alpujarra y Asociación Vale Una amplia representación de la sociedad granadina arropó a personas y entidades que han sido distinguidas, en reconocimiento de sus méritos y su trabajo en favor de los demás.
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, dijo ayer que cuantas distinciones a personas y entidades entregaba la Diputación de Granada en un solemne acto que él mismo presidía, reconocían no solo la trayectoria vital y profesional de éstas, sino también y de forma especial «los valores que representan: compromiso social, capacidad de superación, humanismo, fomento de la cultura y de las artes, rigor intelectual y profesionalidad».
En efecto, la Corporación Provincial rindió reconocimiento, ante una nutrida representación de la sociedad granadina, a Miguel Ríos, como hijo predilecto; a Federico Mayor Zaragoza, como hijo adoptivo; y a este periódico, IDEAL, medalla de oro de la provincia por su dilatada trayectoria al servicio de los granadinos: 75 años ininterrumpidos. También hizo entrega de menciones honoríficas a Álvaro Molina, piloto de motociclismo; al Festival de Música Tradicional de la Alpujarra, y a la Asociación Pro-Personas con Discapacidad Intelectual Vale, del Valle de Lecrín.
A todos ellos agradeció Chaves los valores que encarnan y que consideró «imprescindibles» para el progreso de una sociedad como la andaluza. «Todos son dignos hijos de esta tierra y dignos descendientes de los grandes que Granada ha dado al mundo», enfatizó en su discurso.
En un paso más de su hilo argumental, el presidente de la Junta de Andalucía declaró que los premiados por la Diputación de Granada reintegran a la sociedad «un poco de lo mucho que ellos, día a día, dan de sí mismos en beneficio de todos, dentro y fuera de los límites provinciales».
Dinamismo
Políticos, agentes sociales, profesores universitarios, artistas de toda la provincia de Granada escucharon también del presidente de la Junta, que esta parte de Andalucía se ha destacado en los últimos años por su «dinamismo», que se ha instalado en la modernidad y le está haciendo dar pasos muy importantes desde el punto de vista del desarrollo económico y el progreso social». El presidente destacó igualmente «el compromiso» de la Junta con Granada, con su dinámica de progreso» y aseguró que en la próxima legislatura se habrá culminado «el más ambicioso programa inversor que jamás ha conocido Granada».
También quiso reconocer Chaves la labor que lleva a cabo la Diputación Provincial, su esfuerzo integrador y solidario en favor de todos los municipios granadinos, «oyendo y teniendo en cuenta siempre su voz, entablando un diálogo fructífero con cada uno de ellos, un ejemplo de lo que las instituciones provinciales pueden y deben hacer en su función vertebradora y extensora del desarrollo y del progreso».
Intervenciones
Momentos antes de que el presidente Chaves pronunciara su discurso, tres de los galardonados por la Diputación Provincial intervinieron para agradecer la distinción y posicionarse sobre lo que había sido su labor durante años. Así, el presidente del consejo de administración de Corporación de Medios de Andalucía, empresa editora de IDEAL, José Morenodávila, resaltó la ya dilatada trayectoria de este periódico del que dijo celebraba una suerte de bodas de platino: las que le han unido en matrimonio indisoluble a la sociedad granadina. «Los auténticos sentimientos necesitan salir a la luz», señaló Morenodávila para agregar poco más adelante que la medalla de oro concedida a IDEAL «nos estimula para seguir con nuestra labor». Antes de concluir, el máximo responsable de Corporación de Medios dijo que «vamos a revalidar nuestro amor por la provincia y a continuar con nuestro trabajo al servicio de la sociedad».
Federico Mayor Zaragoza, por su parte, expresó la «emoción» que le producía haber sido nombrado hijo adoptivo de Granada por la constante relación que ha mantenido con esta provincia desde que en 1963 fuera nombrado catedrático de Bioquímica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, de la que fue rector entre 1968 y 1972.
Mayor Zaragoza señaló en su discurso que en Granada conoció «el arte de la amistad de sus gentes» y aprendió, desde su puesto en la Universidad, «a escuchar», una facultad que le sirvió de gran ayuda en su cargo como director general de la UNESCO, que ejerció durante doce años.
Reivindicativo
El cantante Miguel Ríos en su turno, dijo que se sentía especialmente dichoso y feliz por la distinción con que le honraba su provincia, que le reconocía ser un verdadero ejemplo para cuantos granadinos luchan por conseguir la meta que se han propuesto. Tras recordar las palabras de unos amigos, que hace veinte años le espetaron «primero te dan una medallita y a los tres meses te retiran», Ríos, el conocido rockero, aseguró que esos augures se equivocaron de medio a medio. «El premio más valioso para un cantante es que alguien elija su canción porque se ha metido en su vida, la retribución más entrañable para un ciudadano es que sus paisanos le nombren hijo predilecto porque esta tierra forma parte de él, y hoy ese ciudadano afortunado soy yo». Miguel Ríos no dejó pasar la oportunidad que le brindaba el foro en el que se encontraba presente para lanzar un mensaje reivindicativo, reclamar justicia social «asignatura pendiente aquí y en todo el mundo». Y antes de concluir aseguró que «como militante de la vida» su obligación era alinearse con la gente que sueña «que otro mundo es posible».
Saramago
En el acto de entrega de premios por parte de la Diputación, se dio a conocer un mensaje que poco antes había enviado el escritor José Saramago al presidente de la Corporación Provincial y en el que le reconocía su papel de Quijote. Algo a lo que el propio Caler se aludió antes de comenzar su intervención, pues ésta se refería precisamente en su introducción a la figura que confunde molinos con gigantes. O lo que es lo mismo, a las utopías que -según Martínez Caler- «pueden acabar con golpes de realidad tan brutales como el de las aspas del molino».
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