El poeta Luis García Montero se despide el viernes de la UGR

El poeta y catedrático Luis García Montero se despedirá el próximo viernes de la Universidad de Granada (UGR) –después de que así lo decidiera tras ser condenado por injurias contra su compañero José Antonio Fortes– en la lectura de una tesina sobre Ángel González, una investigación del también poeta Fernando Valverde.

García Montero mantendrá, no obstante, su vinculación con la institución académica, puesto que sólo ha pedido una excedencia que comenzará a ser efectiva el día 30 de este mes. A partir de ahora, colaborará con CCOO, que le ha ofrecido implicarse en su fundación de estudios de memoria histórica, y vivirá de la literatura, con su participación en conferencias, cursos en otras universidades y prensa.

Para el poeta, éste será un «tiempo de respiro», un paréntesis «a la espera» de que cambie el ambiente en la UGR, puesto que para él, la situación era «insostenible» en el departamento que comparte con Fortes. «Es complicado que el ambiente cambie. Yo he convivido durante algunos años con alguien que en público y por escrito decía cosas como que Lorca era un fascista o que Ayala era un nazi, que yo, por colaborar con el grupo Prisa, era un vendido al capitalismo, o que había provocado el suicidio de mi amigo íntimo Javier Egea», indicó.

En ese sentido, recordó que cuando en un artículo de El País calificó las opiniones del profesor como las de un perturbado, no estaba más que haciendo un «diagnóstico objetivo», que sin embargo Fortes decidió denunciar y un juez, Miguel Ángel Torres, darle la razón. «En cualquier otro país del mundo si se hacen bromas con el Holocausto, uno puede tener problemas con la justicia. Aquí se hacen bromas sobre si a García Lorca lo torturaron o no y encima se le da un premio de 3.000 euros», afirmó, en alusión a la conferencia que Fortes impartió en un acto auspiciado por la Cátedra García Lorca, que preside Antonio Carvajal. En su intervención, Fortes dijo, entre otras cosas, que al autor de ´Yerma´ «no le hicieron lo que a muchos profesores universitarios, que cavaron tumbas sin parar sin saber si alguna iba a ser la suya. Ya está bien de pasión, a Lorca no lo torturaron».

Confianza. García Montero consideró que el departamento de literatura «no está pasando por sus mejores momentos», y que el peso de las humanidades, del que siempre ha gozado la Universidad, «se esta debilitando». No obstante, el poeta confió en la «fuerza» y la «tradición» de la institución granadina, que hace pensar «que las cosas pueden ir mejor».

Asimismo, García Montero creyó una «buena coincidencia» que su despedida de la UGR sea en una lectura de una tesina sobre Ángel González, «uno de los grandes autores de la poesía española contemporánea». La investigación de Valverde se centra en la figura del poeta asturiano como periodista desde su trabajo en la posguerra en ´La Voz de Asturias´.

También Valverde consideró «una gran casualidad» dicha coincidencia. «La primera vez que pisé la UGR fue para entrar en una clase de Luis sobre García Lorca. Ahora, Luis va a marcharse escuchando la lectura de mi tesina sobre Ángel González», dijo.
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La UGR recuerda a Blas de Otero 30 años después de su muerte

La Universidad de Granada (UGR) prepara, junto a la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, un congreso internacional dedicado al poeta bilbaíno Blas de Otero, cuando se cumplen 30 años de su fallecimiento.

Aunque la efeméride de la muerte del escritor se cumplió el pasado 29 de junio, por cuestiones de agendas y organización, el encuentro académico tendrá lugar los días 27, 28 y 29 de enero, bajo la denominación de ´Compromiso y palabra bajo el franquismo. Recordando a Blas de Otero 1979-2009´ y en él participarán algunos de los principales estudiosos de la obra de este autor, así como de otros poetas relacionados con la llamada poesía social.

Se da la circunstancia de que, aunque el poeta no mantuvo una relación especialmente significativa con Granada, más allá que la amistad con algunos poetas granadinos como Rafael Guillén –al que conoció en 1955, cuando Guillén realizaba el servicio militar en Bilbao– o su participación en el homenaje a García Lorca ´Cinco a las Cinco´ de 1976, ha sido la UGR la única institución en organizar un encuentro de estas características para recordar al autor en el 30 aniversario de su fallecimiento.

El encuentro, en el que la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales aportará financiación, está organizándose desde el Secretariado de Extensión Universitaria de la UGR y tiene como principales responsables a la doctora Araceli Iravedra y al profesor Miguel Ángel García García.

Entre los pocos actos que se han celebrado en este año para recordar al autor de poemas tan conocidos como ´Pido la paz y la palabra´, está una conferencia del catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y escritor Pablo Jauralde sobre la música y poesía en la obra de Blas de Otero, el 16 de marzo, coincidiendo con el día en el que habría cumplido 93 años, una ofrenda floral que se realizó el mismo día 29 de junio ante un busto del poeta en Bilbao, un recital de sus poemas a cargo de la actriz Tachia Quintanar, que fue gran amiga del escritor, y la convocatoria de un premio literario que lleva su nombre.

Blas de Otero, de hecho, y a pesar de su significación, no es un autor al que se le preste demasiada atención en los últimos años. Con anterioridad al congreso que prepara la Universidad de Granada, se celebró otro encuentro en su ciudad natal, Bilbao, en 2002, en el que participaron escritores como el premio Nobel de Literatura portugués José Saramago o el escritor vasco Bernardo Atxaga.

Poeta social. Blas de Otero Muñoz fue uno de los exponentes más reconocidos en lo que a poesía social de los años cincuenta se refiere. Nacido el 15 de marzo de 1916 en Bilbao, fue educado en el colegio de María de Maeztu y luego en una institución jesuita.

Ya instalado junto a su familia en Madrid, el joven Blas descubrió su talento para la escritura, pero a la hora de elegir una carrera universitaria, optó, en 1931, por comenzar la licenciatura de Derecho, estudios que no completó en Madrid debido a que la mala situación económica familiar lo obligó a regresar a Bilbao.

Víctima de una inestabilidad emocional que lo llevó a sufrir varias crisis nerviosas, Blas de Otero halló refugio a sus problemas en la religión. En ese marco, se convirtió en miembro de la Federación Vizcaína de Estudiantes Católicos y congregante de Los Luises de San Estanislao de Kostka. Además, los poemas que publicó por esos años reflejaban una clara influencia de los místicos españoles y de la literatura cristiana. Incluso hasta estaban firmados como «Blas de Otero, C.M.», es decir, congregante mariano.

Tras terminar en 1935 la carrera de Derecho en Zaragoza, el escritor comenzó a ganarse la vida como asesor jurídico sin descuidar su actividad dentro del mundo literario. Así fue como, en 1943, decidió instalarse en Madrid con el objetivo de graduarse en Filosofía y Letras, pero el ámbito académico no resultó ser como el creía y, una vez más, regresó a Bilbao.

´Cántico espiritual´, ´Ángel fieramente humano´, ´Redoble de conciencia´, ´Ancia´, ´Pido la paz y la palabra´, ´En castellano´ y ´Esto no es un libro´ son algunas de las obras que componen la producción literaria de este escritor que falleció el 29 de junio de 1979 en Madrid, víctima de una embolia pulmonar.
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