Atrapados en el hielo
El Hospital Real de la UGR acoge una muestra sobre el viaje que Shackleton hizo a la Antártida en 1914
«Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito». Con este anunció, el explorador británico Ernest Shackleton reclutó a la tripulación que en 1914 partió junto a él rumbo a la Antártida con el propósito de atravesar el continente a pie. Lo que prometía ser un glorioso viaje se acabó convirtiendo en una cruda aventura por la supervivencia cuando el barco en el que navegaban, el \’Endurance\’, quedó atrapado entre las placas de hielo que rodeaban al continente.
El fotógrafo australiano Frank Hurley formaba parte del equipo de exploradores y recogió con su cámara todas las experiencias que vivieron durante los más de dos años que estuvieron prisioneros en la Antártida. Estas fotografías forman parte de la exposición \’Atrapados en el hielo\’, que fue presentada ayer en el Hospital Real de la Universidad de Granada (UGR), donde permanecerá hasta el próximo 5 de enero.
Testimonio gráfico
La muestra ha sido producida por Obra Social de Caixa Catalunya y cuenta con el respaldo del American Museum of Natural History de Nueva York. Las imágenes utilizadas proceden de las colecciones de la Royal Geographical Society, el Scott Polar Research Institute y la State Librery of New South Wales. Esta exposición es una oportunidad única para acercarse, a través de la aventura que supuso esta expedición, a la Antártida y a todas las peculiaridades científicas y ambientales que allí suceden.
Y es que, además del testimonio gráfico de Hurley, el conjunto cuenta con mucho más material. Como, por ejemplo, una plataforma circular con un globo terráqueo y una lámpara que hace las funciones del Sol y que explica, con su movimiento, cómo afecta el ciclo de estaciones a la temperatura y la luz de los polos. O una estructura en forma de barco rodeada por una pantalla circular que imita el movimiento de las olas del mar para que, por un momento, el visitante pueda sentirse como un miembro más de la tripulación de Shackleton.
Igualmente, la muestra cuenta con otros módulos explicativos sobre las condiciones del continente helado, como proyecciones audiovisuales y ordenadores para que los asistentes puedan acceder a las investigaciones que actualmente se están llevado a cabo.
El investigador de la Universidad Autónoma de Madrid y responsable de numerosos proyectos científicos e investigaciones en la Antártida, Jerónimo López, es el comisario de esta exposición, y explicó ayer en la inauguración que «la muestra tiene tres ejes: la colección de fotos de Hurley, el relato de la gesta que vivieron estos hombres y el escenario extraordinario en el que tuvo lugar la aventura, la Antártida».
Comiendo pingüinos
El experto hizo un breve recorrido por la exposición y explicó a los asistentes que la tripulación de Shackleton tuvo que sobrevivir en unas condiciones extremas, cuando aún no existían unos materiales y una tecnología como las actuales para protegerse del frío, y que tuvieron que comer pingüinos y alguna que otra foca para mantenerse con vida.
La expedición nunca llegó a pisar el continente, los exploradores esperaron durante un tiempo a que el hielo en el que el \’Endurance\’ había quedado bloqueado se derritiera para poder salir, pero en lugar de eso, éste se endureció y acabó rompiendo las entrañas del barco. Según explicó Jerónimo López, los tripulantes viajaron en las barcas hasta la isla Elefante, donde aguardaron mientras Shackleton se aventuró, junto con unos pocos marineros más, a llegar en barca hasta las islas Georgia del Sur. Allí hallaron una estación ballenera y consiguieron que todos los demás fueran rescatados y volvieran a casa.
Esta aventura épica es un viaje muy especial para sumergirse en los peligros y la belleza que esconde el continente antártico, y conocer, de paso, cómo este lugar es un registro natural donde ha quedado registrado el clima que hubo hace millones de años, y por tanto un escenario clave para estudiar el cambio climático.
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