Pág. 25: La Universidad Loyola abre sus puertas este curso
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Pág. 7: Directivos, químicos e ingenieros, los perfiles profesionales más buscados
Pág. 15: La Universidad mantiene la apuesta por los programas de voluntariado en plena crisis
La UGR convoca su concurso de emprendedores
Los ludópatas sufren anomalías en la toma de decisiones
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La UGR convoca su concurso de emprendedores
Los ludópatas sufren anomalías en la toma de decisiones
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Pág. 10: La Junta becará con 1.500 euros a unos 850 estudiantes de Granada excluidos por la ley Wert
Pág. 11: Las 11 carreras del 10 en la Universidad de Granada
Los adictos al juego presentan anomalías en su funcionamiento cerebral
La UGR premiará con tres mil euros las mejores ideas empresariales de sus alumnos
Pág. 13: El voluntariado entre los estudiantes creció el curso pasado
Pág. 25: Agenda
– Exposiciones:
‘200 años por la provincia’
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Pág. 10: La Junta becará con 1.500 euros a unos 850 estudiantes de Granada excluidos por la ley Wert
Pág. 11: Las 11 carreras del 10 en la Universidad de Granada
Los adictos al juego presentan anomalías en su funcionamiento cerebral
La UGR premiará con tres mil euros las mejores ideas empresariales de sus alumnos
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Pág. 25: Agenda
– Exposiciones:
‘200 años por la provincia’
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El propio Francisco Ayala afirmaba en su libro Indagación sobre el cinema (1929) que mantuvo con el cine una relación «de amor y hasta de cierto desenfreno». Ese volumen reúne las críticas que escribió durante su adolescencia en La revista de Occidente y La Gaceta Literaria, entre otras publicaciones del Madrid de los años 20. Además, su obra narrativa es eminentemente visual, casi cinematográfica.
Manuel Broullón era estudiante de primer curso de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla cuando realizó su primer trabajo sobre el escritor y pensador granadino y su relación con el séptimo arte. Este trabajo, que llegó a publicarse en 2008 en una revista científica, fue el germen de varias investigaciones sobre el tema que finalmente culminaron en una obra audiovisual realizada en colaboración con otro estudiante de la Hispalense, éste de la rama de Periodismo, Pablo Lara, su compañero de despacho cuando ambos eran becarios.
Con la aportación más bien simbólica del Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus), tan sólo 150 euros, y la buena voluntad tanto de los dos directores como de todos los que colaboraron de forma desinteresada, A Circe Cinemática (elogio del cinema) ha visto por fin la luz. Aunque la obra documental sobre el autor de El jardín de las delicias, La cabeza del cordero o El fondo del vaso es notable, la gran novedad de la aportación audiovisual de los dos estudiantes de la Universidad de Sevilla es que por primera vez se utiliza la creación artística para abordar en una cinta la fascinación del desaparecido escritor por el cine, y para aportar incluso novedades e informaciones inéditas hasta ahora en los estudios sobre el prolífico escritor. «Antes sólo existía un corto realizado a finales de los 90 o principios de este siglo sobre el relato Diálogo de los muertos», asegura Broullón.
El punto de partida de los directores ha sido una pregunta: «¿Qué debió de ver Francisco Ayala para dedicar al cine tan elogiosas palabras desde su infancia en Granada?». Para ir aportando luz a esta cuestión, los dos jóvenes han contado con la colaboración de cuatro expertos en los estudios ayalianos, todos ellos catedráticos: Manuel Ángel Vázquez Medel, Elena Barroso Villar, Rafael Utrera Macías, estos tres de la Hispalense, y Antonio Sánchez Trigueros, de la Universidad de Granada. Los especialistas compendia sus investigaciones en entrevistas dinamizadas por medio de recursos que «recrean las experiencias visuales del joven Ayala en los años 20», dicen los responsables del documental; experiencias, añaden, que más tarde motivarían la escritura tanto de sus ensayos para las ya citadas revistas, como de sus obras de vanguardia (Cazador en el alba; El boxeador y un Ángel y Polar, Estrella), así como del único poema conocido del autor, titulado A Circe cinemática.
«Queríamos crear una experiencia más visual, cercana a la videocreación, aunque creo que el resultado se acaba acercando al cine futurista», cuenta Broullón, que ha contado con el asesoramiento de Vázquez Medel para la elaboración del guión. La cinta, de 30 minutos de duración, se presenta estos días como proyecto pionero en el primer Congreso Internacional de Investigación y Docencia en la Creación Artística de Granada. El congreso se celebrará mañana y pasado en el Centro de Magisterio La Inmaculada de la capital nazarí, donde también se presentarán otros trabajos de artes plásticas y visuales.
El propio Francisco Ayala afirmaba en su libro Indagación sobre el cinema (1929) que mantuvo con el cine una relación «de amor y hasta de cierto desenfreno». Ese volumen reúne las críticas que escribió durante su adolescencia en La revista de Occidente y La Gaceta Literaria, entre otras publicaciones del Madrid de los años 20. Además, su obra narrativa es eminentemente visual, casi cinematográfica.
Manuel Broullón era estudiante de primer curso de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla cuando realizó su primer trabajo sobre el escritor y pensador granadino y su relación con el séptimo arte. Este trabajo, que llegó a publicarse en 2008 en una revista científica, fue el germen de varias investigaciones sobre el tema que finalmente culminaron en una obra audiovisual realizada en colaboración con otro estudiante de la Hispalense, éste de la rama de Periodismo, Pablo Lara, su compañero de despacho cuando ambos eran becarios.
Con la aportación más bien simbólica del Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus), tan sólo 150 euros, y la buena voluntad tanto de los dos directores como de todos los que colaboraron de forma desinteresada, A Circe Cinemática (elogio del cinema) ha visto por fin la luz. Aunque la obra documental sobre el autor de El jardín de las delicias, La cabeza del cordero o El fondo del vaso es notable, la gran novedad de la aportación audiovisual de los dos estudiantes de la Universidad de Sevilla es que por primera vez se utiliza la creación artística para abordar en una cinta la fascinación del desaparecido escritor por el cine, y para aportar incluso novedades e informaciones inéditas hasta ahora en los estudios sobre el prolífico escritor. «Antes sólo existía un corto realizado a finales de los 90 o principios de este siglo sobre el relato Diálogo de los muertos», asegura Broullón.
El punto de partida de los directores ha sido una pregunta: «¿Qué debió de ver Francisco Ayala para dedicar al cine tan elogiosas palabras desde su infancia en Granada?». Para ir aportando luz a esta cuestión, los dos jóvenes han contado con la colaboración de cuatro expertos en los estudios ayalianos, todos ellos catedráticos: Manuel Ángel Vázquez Medel, Elena Barroso Villar, Rafael Utrera Macías, estos tres de la Hispalense, y Antonio Sánchez Trigueros, de la Universidad de Granada. Los especialistas compendia sus investigaciones en entrevistas dinamizadas por medio de recursos que «recrean las experiencias visuales del joven Ayala en los años 20», dicen los responsables del documental; experiencias, añaden, que más tarde motivarían la escritura tanto de sus ensayos para las ya citadas revistas, como de sus obras de vanguardia (Cazador en el alba; El boxeador y un Ángel y Polar, Estrella), así como del único poema conocido del autor, titulado A Circe cinemática.
«Queríamos crear una experiencia más visual, cercana a la videocreación, aunque creo que el resultado se acaba acercando al cine futurista», cuenta Broullón, que ha contado con el asesoramiento de Vázquez Medel para la elaboración del guión. La cinta, de 30 minutos de duración, se presenta estos días como proyecto pionero en el primer Congreso Internacional de Investigación y Docencia en la Creación Artística de Granada. El congreso se celebrará mañana y pasado en el Centro de Magisterio La Inmaculada de la capital nazarí, donde también se presentarán otros trabajos de artes plásticas y visuales.
La Universidad de Granada puede presumir de ser una de las más solidarias de Andalucía. O al menos sus estudiantes. Es lo que se desprende de un reciente estudio realizado entre 80 centros de educación superior a nivel nacional -once de ellos en Andalucía- en el que se analiza la implicación de los alumnos en tareas de voluntariado.
El informe, realizado por la Fundación Mutua Madrileña, destaca que en la Universidad de Granada (UGR) contó en el pasado curso con más voluntarios que en el anterior. Además, a nivel regional únicamente la de Málaga cuenta con más proyectos solidarios que la de Granada. Mientras en la UMA se abordaron el pasado curso de 51 a 100 iniciativas, la UGR está en la horquilla de entre 25 y 50. El resto de instituciones universitarias andaluzas se quedan por debajo.
A nivel nacional, sólo dos de cada diez centros de formación superior están en el rango de número de proyectos de gestinona la oficina de Cooperación al Desarrollo de la UGR (más de 25) mientras que sólo el 16% superan las 50 iniciativas solidarias, según el mencionado estudio. Únicamente cuatro superan la barrera de las cien iniciativas cada curso, Gerona, Valencia, Navarra y la Complutense.
En lo que sí son similares todos los centros a los que se les ha pasado la encuesta-realizada telefónicamente el pasado mes de julio- es en los problemas presupuestarios. «Les gustaría llevar a cabo más proyectos y contar con más alumnos» señala el informe, pero se encuentran con la falta de fondos económicos y de un equipo que permita la coordinación de más estudiantes.
En Andalucía, únicamente Málaga cuenta con más de 500 universitarios solidarios al año, mientras que Granada cuenta con más de 250.
En cuanto al trabajo que desarrollan estos estudiantes, la mayoría de los proyectos están relacionados con los campos de discapacidad, migración o exclusión y la mayoría de las iniciativas (78%) se desarrollan a nivel nacional. A nivel nacional, una de cada dos universidades participan en proyectos de cooperación fuera de España, mientras que las iniciativas relacionadas con el voluntariado cultural y el de emergencias para atender catástrofes son mínimas (apenas un 5% y un 2%, respectivamente).
Ante la falta de recursos que alegan los departamentos de las universidades españolas dedicados a gestionar este tipo de tareas solidarias, la Fundación Mutua Madrileña ha puesto en marcha una convocatoria de premios, dotados con una cuantía de 25.000 euros. Los grupos de estudiantes o recién licenciados que quieran presentar un proyecto a este certamen tienen de plazo hasta el 1 de noviembre. Las bases del mismo pueden consultarse en la página web www.premiosvoluntariado.com.
La Universidad de Granada puede presumir de ser una de las más solidarias de Andalucía. O al menos sus estudiantes. Es lo que se desprende de un reciente estudio realizado entre 80 centros de educación superior a nivel nacional -once de ellos en Andalucía- en el que se analiza la implicación de los alumnos en tareas de voluntariado.
El informe, realizado por la Fundación Mutua Madrileña, destaca que en la Universidad de Granada (UGR) contó en el pasado curso con más voluntarios que en el anterior. Además, a nivel regional únicamente la de Málaga cuenta con más proyectos solidarios que la de Granada. Mientras en la UMA se abordaron el pasado curso de 51 a 100 iniciativas, la UGR está en la horquilla de entre 25 y 50. El resto de instituciones universitarias andaluzas se quedan por debajo.
A nivel nacional, sólo dos de cada diez centros de formación superior están en el rango de número de proyectos de gestinona la oficina de Cooperación al Desarrollo de la UGR (más de 25) mientras que sólo el 16% superan las 50 iniciativas solidarias, según el mencionado estudio. Únicamente cuatro superan la barrera de las cien iniciativas cada curso, Gerona, Valencia, Navarra y la Complutense.
En lo que sí son similares todos los centros a los que se les ha pasado la encuesta-realizada telefónicamente el pasado mes de julio- es en los problemas presupuestarios. «Les gustaría llevar a cabo más proyectos y contar con más alumnos» señala el informe, pero se encuentran con la falta de fondos económicos y de un equipo que permita la coordinación de más estudiantes.
En Andalucía, únicamente Málaga cuenta con más de 500 universitarios solidarios al año, mientras que Granada cuenta con más de 250.
En cuanto al trabajo que desarrollan estos estudiantes, la mayoría de los proyectos están relacionados con los campos de discapacidad, migración o exclusión y la mayoría de las iniciativas (78%) se desarrollan a nivel nacional. A nivel nacional, una de cada dos universidades participan en proyectos de cooperación fuera de España, mientras que las iniciativas relacionadas con el voluntariado cultural y el de emergencias para atender catástrofes son mínimas (apenas un 5% y un 2%, respectivamente).
Ante la falta de recursos que alegan los departamentos de las universidades españolas dedicados a gestionar este tipo de tareas solidarias, la Fundación Mutua Madrileña ha puesto en marcha una convocatoria de premios, dotados con una cuantía de 25.000 euros. Los grupos de estudiantes o recién licenciados que quieran presentar un proyecto a este certamen tienen de plazo hasta el 1 de noviembre. Las bases del mismo pueden consultarse en la página web www.premiosvoluntariado.com.
67143 La cocaína tiene efectos perjudiciales acumulativos sobre el funcionamiento de áreas del cerebro –cíngulo anterior y parte de la corteza prefrontal– necesarias para el correcto control de impulsos.
Al menos así lo corroboran dos nuevos estudios, publicados recientemente en la revista Frontiers in Neuroscience, que utilizan técnicas de identificación de anomalías de funcionamiento cerebral mediante electroencefalografía (EEG).
Sin embargo, estos efectos negativos sobre el correcto control de impulsos no están presentes en los jugadores, puesto que su adicción no implica el uso de sustancias tóxicas.
Ahora, expertos de la Universidad de Granada (UGR) han revelado que las personas adictas al juego sí que manifiestan otras anomalías en su funcionamiento cerebral, localizadas también en áreas de la corteza prefrontal. Estas anomalías están relacionadas con la gravedad del trastorno y afectan a su capacidad de tomar decisiones.
Como explican los autores principales de este trabajo, José César Perales y Ana Torres, del departamento de Psicología Experimental de la UGR, «esas malas decisiones afectan al reconocimiento y valoración de las pérdidas que tienen esas personas, aún cuando dichas pérdidas no se refieren a asuntos monetarios».
Emociones negativas
En los voluntarios que participaron en la investigación se observó también que la tendencia a tomar malas decisiones se incrementa significativamente cuando experimentan emociones negativas como ansiedad o tristeza.
De los datos obtenidos se derivan «pautas prácticas que tienen una utilidad directa para el tratamiento psicológico de ambas adicciones». En primer lugar, es necesario tener en cuenta que las alteraciones provocadas por el consumo crónico de la cocaína pueden convertirse a su vez en un obstáculo para el tratamiento y, por tanto, deben observarse a la hora de establecer un pronóstico.
En segundo lugar, los autores han identificado algunos aspectos claves que debe incorporar el tratamiento dirigido a la rehabilitación del juego patológico, especialmente en los casos más graves: tratar directamente los problemas emocionales que disparan la necesidad de jugar y realizar un entrenamiento específico que permita al individuo aprender a valorar de forma adecuada las pérdidas y sus consecuencias.
Este trabajo ha sido realizado por investigadores pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCyC), de la Universidad de Granada, con la colaboración de la Asociación Granadina de Jugadores de Azar en Rehabilitación (AGRAJER) y Proyecto Hombre.
67143 La cocaína tiene efectos perjudiciales acumulativos sobre el funcionamiento de áreas del cerebro –cíngulo anterior y parte de la corteza prefrontal– necesarias para el correcto control de impulsos.
Al menos así lo corroboran dos nuevos estudios, publicados recientemente en la revista Frontiers in Neuroscience, que utilizan técnicas de identificación de anomalías de funcionamiento cerebral mediante electroencefalografía (EEG).
Sin embargo, estos efectos negativos sobre el correcto control de impulsos no están presentes en los jugadores, puesto que su adicción no implica el uso de sustancias tóxicas.
Ahora, expertos de la Universidad de Granada (UGR) han revelado que las personas adictas al juego sí que manifiestan otras anomalías en su funcionamiento cerebral, localizadas también en áreas de la corteza prefrontal. Estas anomalías están relacionadas con la gravedad del trastorno y afectan a su capacidad de tomar decisiones.
Como explican los autores principales de este trabajo, José César Perales y Ana Torres, del departamento de Psicología Experimental de la UGR, «esas malas decisiones afectan al reconocimiento y valoración de las pérdidas que tienen esas personas, aún cuando dichas pérdidas no se refieren a asuntos monetarios».
Emociones negativas
En los voluntarios que participaron en la investigación se observó también que la tendencia a tomar malas decisiones se incrementa significativamente cuando experimentan emociones negativas como ansiedad o tristeza.
De los datos obtenidos se derivan «pautas prácticas que tienen una utilidad directa para el tratamiento psicológico de ambas adicciones». En primer lugar, es necesario tener en cuenta que las alteraciones provocadas por el consumo crónico de la cocaína pueden convertirse a su vez en un obstáculo para el tratamiento y, por tanto, deben observarse a la hora de establecer un pronóstico.
En segundo lugar, los autores han identificado algunos aspectos claves que debe incorporar el tratamiento dirigido a la rehabilitación del juego patológico, especialmente en los casos más graves: tratar directamente los problemas emocionales que disparan la necesidad de jugar y realizar un entrenamiento específico que permita al individuo aprender a valorar de forma adecuada las pérdidas y sus consecuencias.
Este trabajo ha sido realizado por investigadores pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCyC), de la Universidad de Granada, con la colaboración de la Asociación Granadina de Jugadores de Azar en Rehabilitación (AGRAJER) y Proyecto Hombre.