Caso Colmenares: «Mi aporte sería analizar marcas en los huesos»

Miguel Botella tiene 64 años de edad, estudia la antropología física desde hace más de 40 años y la antropología forense desde hace más de 20. Si la Fiscalía o las víctimas no se oponen, el juez que lleva el caso para esclarecer la muerte del joven Luis Andrés Colmenares, y por el cual son investigadas Laura Moreno y Jessy Quintero, concretaría la próxima semana una fecha para que la defensa de estas jóvenes llame a Botello a declarar en juicio como experto forense. El Espectador habló con este hombre, catedrático de la Universidad de Granada y experto en analizar los huesos de los muertos, quien de entrada advirtió que no le interesa sumarse al «jaleo mediático» en que se ha convertido este polémico proceso judicial.
¿Va a aceptar ser perito en el caso Colmenares?
Todavía no me han oficializado que vaya a serlo ni yo tampoco lo he decidido. Esto está en una fase preliminar. Estoy esperando información detallada del caso para decidir si me comprometo o no.
¿Qué tanto conoce del proceso?
Entiendo que se ha convertido en un galimatías terrible. No sé mucho del caso y en definitiva no quiero saberlo, ya que mi trabajo sería estudiar unas evidencias. Si hay responsables de algo es un tema de jueces.
Si efectivamente fuera designado perito, ¿qué haría?
Tendría que mirar todo lo que haya: radiografías, tomografías, análisis toxicológicos. Un peritaje exige una seriedad y una libertad de trabajo. Yo estudiaré la evidencia, es lo que hago en mi trabajo.
¿Ha pensado en hacer otra exhumación del cuerpo del joven Colmenares?
No lo sé aún.
¿Cuánto tiempo podría tomarle estudiar los restos óseos del joven Colmenares?
Depende, habría que ver qué material hay. Si la información es buena y fidedigna, máximo cuatro o cinco días. Si no, habrá que recabar más datos. Pero si hace dos años se ha venido discutiendo este caso no podemos apresurarnos mucho, no merece la pena, hay que hacerlo bien.
¿Puede la antropología forense determinar a ciencia cierta si Colmenares fue golpeado con una botella o sus impactos son de una caída?
En algunos casos sí, en otros no, todo depende de cómo sea el impacto, su dirección. Lo que sí puedo decir es que hay un axioma en antropología forense: los huesos hablan y hablan mucho, y es nuestro trabajo descifrar lo que dicen. Puedo asegurar que en los huesos quedan marcadas muchas, muchas cosas.
¿Cuánto tiempo ha estado trabajando en antropología forense?
El primer trabajo que publiqué hablando de marcas y cortes sobre los huesos fue en 1972 y desde entonces he seguido trabajando en este tema: marcas sobre los huesos: traumatismo, fracturas, marcas de corte; marcas de patología en los huesos también. Hemos escrito algunos libros.
¿Su aporte al caso Colmenares sería entonces descifrar las heridas que quedaron impregnadas en su osamenta?
Sí, lo que podré brindar es análisis de fracturas y marcas que aparecen en los huesos. Diría de qué entidad provienen las lesiones. Sé que el joven que falleció tiene unas fracturas en la cabeza, pero no sé más. He revisado por internet, he visto que hay un jaleo mediático del que me tengo que abstraer.
¿En qué otros países ha servido como perito?
En Colombia he trabajado en otros casos, básicamente en casos de homicidio por violencia urbana. He estado en Chile, Perú, México, obviamente España, Turquía, no recuerdo más ahora.
¿Cuál le ha parecido el caso más difícil de descifrar?
Casos enrevesados en nuestra profesión no existen, esos casos milagrosos que aparecen en la televisión no existen, nuestro trabajo es tremendamente deductivo y lógico. Todos son interesantes. Eso sí, me obligan a estudiar y a aprender más, pero no hay casos truculentos.
Por: Redacción Judicial
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Caso Colmenares: «Mi aporte sería analizar marcas en los huesos»

Miguel Botella tiene 64 años de edad, estudia la antropología física desde hace más de 40 años y la antropología forense desde hace más de 20. Si la Fiscalía o las víctimas no se oponen, el juez que lleva el caso para esclarecer la muerte del joven Luis Andrés Colmenares, y por el cual son investigadas Laura Moreno y Jessy Quintero, concretaría la próxima semana una fecha para que la defensa de estas jóvenes llame a Botello a declarar en juicio como experto forense. El Espectador habló con este hombre, catedrático de la Universidad de Granada y experto en analizar los huesos de los muertos, quien de entrada advirtió que no le interesa sumarse al «jaleo mediático» en que se ha convertido este polémico proceso judicial.
¿Va a aceptar ser perito en el caso Colmenares?
Todavía no me han oficializado que vaya a serlo ni yo tampoco lo he decidido. Esto está en una fase preliminar. Estoy esperando información detallada del caso para decidir si me comprometo o no.
¿Qué tanto conoce del proceso?
Entiendo que se ha convertido en un galimatías terrible. No sé mucho del caso y en definitiva no quiero saberlo, ya que mi trabajo sería estudiar unas evidencias. Si hay responsables de algo es un tema de jueces.
Si efectivamente fuera designado perito, ¿qué haría?
Tendría que mirar todo lo que haya: radiografías, tomografías, análisis toxicológicos. Un peritaje exige una seriedad y una libertad de trabajo. Yo estudiaré la evidencia, es lo que hago en mi trabajo.
¿Ha pensado en hacer otra exhumación del cuerpo del joven Colmenares?
No lo sé aún.
¿Cuánto tiempo podría tomarle estudiar los restos óseos del joven Colmenares?
Depende, habría que ver qué material hay. Si la información es buena y fidedigna, máximo cuatro o cinco días. Si no, habrá que recabar más datos. Pero si hace dos años se ha venido discutiendo este caso no podemos apresurarnos mucho, no merece la pena, hay que hacerlo bien.
¿Puede la antropología forense determinar a ciencia cierta si Colmenares fue golpeado con una botella o sus impactos son de una caída?
En algunos casos sí, en otros no, todo depende de cómo sea el impacto, su dirección. Lo que sí puedo decir es que hay un axioma en antropología forense: los huesos hablan y hablan mucho, y es nuestro trabajo descifrar lo que dicen. Puedo asegurar que en los huesos quedan marcadas muchas, muchas cosas.
¿Cuánto tiempo ha estado trabajando en antropología forense?
El primer trabajo que publiqué hablando de marcas y cortes sobre los huesos fue en 1972 y desde entonces he seguido trabajando en este tema: marcas sobre los huesos: traumatismo, fracturas, marcas de corte; marcas de patología en los huesos también. Hemos escrito algunos libros.
¿Su aporte al caso Colmenares sería entonces descifrar las heridas que quedaron impregnadas en su osamenta?
Sí, lo que podré brindar es análisis de fracturas y marcas que aparecen en los huesos. Diría de qué entidad provienen las lesiones. Sé que el joven que falleció tiene unas fracturas en la cabeza, pero no sé más. He revisado por internet, he visto que hay un jaleo mediático del que me tengo que abstraer.
¿En qué otros países ha servido como perito?
En Colombia he trabajado en otros casos, básicamente en casos de homicidio por violencia urbana. He estado en Chile, Perú, México, obviamente España, Turquía, no recuerdo más ahora.
¿Cuál le ha parecido el caso más difícil de descifrar?
Casos enrevesados en nuestra profesión no existen, esos casos milagrosos que aparecen en la televisión no existen, nuestro trabajo es tremendamente deductivo y lógico. Todos son interesantes. Eso sí, me obligan a estudiar y a aprender más, pero no hay casos truculentos.
Por: Redacción Judicial
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La literatura árabe abre la Feria del Libro

Hay un aroma especial en el ambiente. Algo habitual y esperado por muchos. La primavera acaba de llegar y en el aire comienzan a mezclarse el polen y el olor de los libros. Quedan pocos días para que comience la semana de la Feria del Libro en Granada y, sin embargo, ya se ha celebrado la inauguración de la que es la primera de toda la programación de actividades de esta semana dedicada a la lectura. Se trata de la exposición sobre Emilio García Gómez, arabista universal, que recoge primeras ediciones de sus obras en la Universidad de Granada, que hasta el día 30 de este mes de abril, estará instalada en el patio del Palacio de la Madraza.

Emilio García Gómez (1905-1995), está considerado el arabista español con mayor reconocimiento y proyección internacional. Su legado es tan importante y amplio, que cuesta destacar sólo algunos aspectos. Carmelo Pérez, director de la Cátedra Emilio García Gómez y del Departamento de Estudios Semíticos de la UGR, asegura que sus mayores aportaciones fueron, por un lado, la traducción de una gran cantidad de crónicas históricas andalusíes, muchas de ellas en colaboración con el investigador francés Evariste Lévi-Provençal, esenciales para conocer la historia de Al Andalus; y por otro lado, sus análisis, ediciones y traducciones de poesía andalusí. Como afirma Darío Cabanelas, algo que aparece reflejado en una de las lonas expuestas: «aparte de este don personalísimo e intransferible, García Gómez ha sido uno de los adelantados en otro aspecto capital de los estudios sobre poesía árabe, cual es el de juzgar y valorar esta poesía conforme a su propia estética, prescindiendo de nuestros gustos y preferencias, que podrían falsearla en su propia raíz».

Carmelo Pérez señala también la función de Emilio García Gómez como catedrático de Lengua Árabe en la Universidad de Granada desde 1930 hasta 1935, año en que volvió a la Universidad Central de Madrid. Durante ese tiempo, también se convirtió en el director de la Escuela de Estudios Árabe y fundó la revista Al-Ándalus, «órgano indiscutible del arabismo español hasta su desaparición en 1978». Además, en 1975, coincidiendo con su jubilación, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada. Por último, también cabe destacar que en 1958 fue nombrado embajador de España en Iraq, Líbano y Turquía.

Por todo esto, y por ser la primera vez que se recogen tantas obras de Emilio García juntas en un mismo lugar, el contenido de la exposición adquiere un valor inigualable. En ella se podrán contemplar 27 de las primeras ediciones de los libros de Emilio García, que abarcan un arco temporal de 77 años, desde 1930 hasta 2007, siendo las tres últimas, obras póstumas. «Estos libros tocan una gran variedad de temas que han sido objeto de estudio e interés por parte de Emilio García a lo largo de su vida, y, casi todos, están basados en fuentes o manuscritos andalusíes del Medio», explica Carmelo Pérez. «García Gómez no sólo traduce, sino que aporta al texto una personalidad y un estilo propio, único e inigualable», añade.

Pero no sólo están sus libros en esta exposición. También está expuesta, en la mayor de todas las vitrinas, situada delante de las Puertas de la Capilla, una colección de fotografías de los años 30 relacionadas con Emilio García y Granada, cedidas por la Escuela de Estudios Árabes. Y además, los visitantes podrán contemplar una serie de lonas numeradas en caracteres árabes con la biografía de Emilio García Gómez, la opinión que han vertido sobre su obra grandes autores o «guiños a la cultura andalusí como la estrella en colores verde, negro, azul y blanco, que está basada en los alicatados del siglo XII de la qubba del Cuarto Real de Santo Domingo», indica Pérez.

Esta exposición nació de la idea y posterior propuesta de la Cátedra Emilio García Gómez y de la Comisión Organizadora de la Feria del Libro de Granada respectivamente, que en esta edición ha querido sumarse a la conmemoración del milenio del Reino de Granada con el lema Mil años de Granada en la Literatura. «Si existe un intelectual cuya producción es un referente indiscutible para los estudios sobre la historia y la literatura de Granada durante la época andalusí, ese es Emilio García Gómez», explica el director de la Cátedra. Es por esto por lo que el Libro de la Feria de este año, es uno de los que escribió Emilio García, Poemas arabigoandaluces, que fue su primera gran obra, publicada en 1930.

Para los que no quieran perderse esta exposición, que augura tener un gran número de visitantes, se puede visitar hasta finales de mes de lunes a viernes en horario de 11:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:30 horas. Además, se hará un homenaje a Emilio García Gómez el día 25 de abril a las 19:30 horas también en el palacio de la Madraza, que consistirá en una mesa redonda en la que participarán Pedro Martínez Montávez, discípulo de Emilio García Gómez, Fernando de Ágreda y Camilo Álvarez de Morales.

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La literatura árabe abre la Feria del Libro

Hay un aroma especial en el ambiente. Algo habitual y esperado por muchos. La primavera acaba de llegar y en el aire comienzan a mezclarse el polen y el olor de los libros. Quedan pocos días para que comience la semana de la Feria del Libro en Granada y, sin embargo, ya se ha celebrado la inauguración de la que es la primera de toda la programación de actividades de esta semana dedicada a la lectura. Se trata de la exposición sobre Emilio García Gómez, arabista universal, que recoge primeras ediciones de sus obras en la Universidad de Granada, que hasta el día 30 de este mes de abril, estará instalada en el patio del Palacio de la Madraza.

Emilio García Gómez (1905-1995), está considerado el arabista español con mayor reconocimiento y proyección internacional. Su legado es tan importante y amplio, que cuesta destacar sólo algunos aspectos. Carmelo Pérez, director de la Cátedra Emilio García Gómez y del Departamento de Estudios Semíticos de la UGR, asegura que sus mayores aportaciones fueron, por un lado, la traducción de una gran cantidad de crónicas históricas andalusíes, muchas de ellas en colaboración con el investigador francés Evariste Lévi-Provençal, esenciales para conocer la historia de Al Andalus; y por otro lado, sus análisis, ediciones y traducciones de poesía andalusí. Como afirma Darío Cabanelas, algo que aparece reflejado en una de las lonas expuestas: «aparte de este don personalísimo e intransferible, García Gómez ha sido uno de los adelantados en otro aspecto capital de los estudios sobre poesía árabe, cual es el de juzgar y valorar esta poesía conforme a su propia estética, prescindiendo de nuestros gustos y preferencias, que podrían falsearla en su propia raíz».

Carmelo Pérez señala también la función de Emilio García Gómez como catedrático de Lengua Árabe en la Universidad de Granada desde 1930 hasta 1935, año en que volvió a la Universidad Central de Madrid. Durante ese tiempo, también se convirtió en el director de la Escuela de Estudios Árabe y fundó la revista Al-Ándalus, «órgano indiscutible del arabismo español hasta su desaparición en 1978». Además, en 1975, coincidiendo con su jubilación, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada. Por último, también cabe destacar que en 1958 fue nombrado embajador de España en Iraq, Líbano y Turquía.

Por todo esto, y por ser la primera vez que se recogen tantas obras de Emilio García juntas en un mismo lugar, el contenido de la exposición adquiere un valor inigualable. En ella se podrán contemplar 27 de las primeras ediciones de los libros de Emilio García, que abarcan un arco temporal de 77 años, desde 1930 hasta 2007, siendo las tres últimas, obras póstumas. «Estos libros tocan una gran variedad de temas que han sido objeto de estudio e interés por parte de Emilio García a lo largo de su vida, y, casi todos, están basados en fuentes o manuscritos andalusíes del Medio», explica Carmelo Pérez. «García Gómez no sólo traduce, sino que aporta al texto una personalidad y un estilo propio, único e inigualable», añade.

Pero no sólo están sus libros en esta exposición. También está expuesta, en la mayor de todas las vitrinas, situada delante de las Puertas de la Capilla, una colección de fotografías de los años 30 relacionadas con Emilio García y Granada, cedidas por la Escuela de Estudios Árabes. Y además, los visitantes podrán contemplar una serie de lonas numeradas en caracteres árabes con la biografía de Emilio García Gómez, la opinión que han vertido sobre su obra grandes autores o «guiños a la cultura andalusí como la estrella en colores verde, negro, azul y blanco, que está basada en los alicatados del siglo XII de la qubba del Cuarto Real de Santo Domingo», indica Pérez.

Esta exposición nació de la idea y posterior propuesta de la Cátedra Emilio García Gómez y de la Comisión Organizadora de la Feria del Libro de Granada respectivamente, que en esta edición ha querido sumarse a la conmemoración del milenio del Reino de Granada con el lema Mil años de Granada en la Literatura. «Si existe un intelectual cuya producción es un referente indiscutible para los estudios sobre la historia y la literatura de Granada durante la época andalusí, ese es Emilio García Gómez», explica el director de la Cátedra. Es por esto por lo que el Libro de la Feria de este año, es uno de los que escribió Emilio García, Poemas arabigoandaluces, que fue su primera gran obra, publicada en 1930.

Para los que no quieran perderse esta exposición, que augura tener un gran número de visitantes, se puede visitar hasta finales de mes de lunes a viernes en horario de 11:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:30 horas. Además, se hará un homenaje a Emilio García Gómez el día 25 de abril a las 19:30 horas también en el palacio de la Madraza, que consistirá en una mesa redonda en la que participarán Pedro Martínez Montávez, discípulo de Emilio García Gómez, Fernando de Ágreda y Camilo Álvarez de Morales.

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Los deportistas creen que el dopaje es «efectivo»

64384 La mayoría de los deportistas de élite consideran que las sustancias dopantes «son efectivas» para mejorar su rendimiento, aunque reconocen que suponen «hacer trampa», conllevan riesgos para la salud y un riesgo de sanción. Al mismo tiempo, las razones por las que comienzan a consumir sustancias dopantes son alcanzar el éxito deportivo, mejorar el rendimiento, obtener un beneficio económico, mejorar la recuperación y prevenir deficiencias nutricionales, además de «porque otros deportistas también las utilizan».

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, cuyo trabajo también ha revelado que hay una creencia generalizada entre los deportistas de élite de que la lucha contra el dopaje resulta «ineficaz», «no equitativa», y que los castigos impuestos «no son lo suficientemente estrictos ni severos», informa la UGR en una nota.

En un artículo publicado en la revista Sports Medicin’, Mikel Zabala y Jaime Morente Sánchez han analizado las actitudes, conocimientos y creencias sobre el dopaje en deportistas de elite de todo el mundo. Los resultados revelan que los deportes de equipo aparentemente son menos susceptibles de utilizar sustancias dopantes.

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Los deportistas creen que el dopaje es «efectivo»

64384 La mayoría de los deportistas de élite consideran que las sustancias dopantes «son efectivas» para mejorar su rendimiento, aunque reconocen que suponen «hacer trampa», conllevan riesgos para la salud y un riesgo de sanción. Al mismo tiempo, las razones por las que comienzan a consumir sustancias dopantes son alcanzar el éxito deportivo, mejorar el rendimiento, obtener un beneficio económico, mejorar la recuperación y prevenir deficiencias nutricionales, además de «porque otros deportistas también las utilizan».

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, cuyo trabajo también ha revelado que hay una creencia generalizada entre los deportistas de élite de que la lucha contra el dopaje resulta «ineficaz», «no equitativa», y que los castigos impuestos «no son lo suficientemente estrictos ni severos», informa la UGR en una nota.

En un artículo publicado en la revista Sports Medicin’, Mikel Zabala y Jaime Morente Sánchez han analizado las actitudes, conocimientos y creencias sobre el dopaje en deportistas de elite de todo el mundo. Los resultados revelan que los deportes de equipo aparentemente son menos susceptibles de utilizar sustancias dopantes.

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Los deportistas creen que el dopaje es «efectivo»

64384 La mayoría de los deportistas de élite consideran que las sustancias dopantes «son efectivas» para mejorar su rendimiento, aunque reconocen que suponen «hacer trampa», conllevan riesgos para la salud y un riesgo de sanción. Al mismo tiempo, las razones por las que comienzan a consumir sustancias dopantes son alcanzar el éxito deportivo, mejorar el rendimiento, obtener un beneficio económico, mejorar la recuperación y prevenir deficiencias nutricionales, además de «porque otros deportistas también las utilizan».

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, cuyo trabajo también ha revelado que hay una creencia generalizada entre los deportistas de élite de que la lucha contra el dopaje resulta «ineficaz», «no equitativa», y que los castigos impuestos «no son lo suficientemente estrictos ni severos», informa la UGR en una nota.

En un artículo publicado en la revista Sports Medicin’, Mikel Zabala y Jaime Morente Sánchez han analizado las actitudes, conocimientos y creencias sobre el dopaje en deportistas de elite de todo el mundo. Los resultados revelan que los deportes de equipo aparentemente son menos susceptibles de utilizar sustancias dopantes.

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Un marsupial castellonense

nvestigadores del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), de la Universidad de Granada y de la Universidad de Valencia han descrito recientemente los restos de un pequeño mamífero marsupial de la especie Amphiperatherium frequens hallados en varios yacimientos de la cuenca Ribesalbes-Alcora de Castellón, en las localidades de Mas d’Antolino, Mas de Torner y Barranc de Campisano. Los restos recuperados son nueve dientes datados en unos 16 millones de años de antigüedad. Hasta ahora se creía que la distribución europea de este pequeño animal ya extinguido, pariente de las actuales zarigüeyas, se circunscribía al centro de Europa, en los actuales territorios de Francia, Suiza, Alemania, República Checa y Austria. Nunca se habían encontrado restos más al sur, y por este motivo el hallazgo abre nuevos interrogantes sobre la biología y el área de dispersión de esta especie. 

«Actualmente solo encontramos marsupiales en Australia y en algunas regiones del continente americano. En Europa desaparecieron gradualmente hace entre 65 y 23 millones de años, después de que una clara superioridad adaptativa de los mamíferos placentarios les fuese arrebatando los nichos ecológicos que ocupaban. Sin embargo, el pequeño Amphiperatherium frequens logró sobrevivir unos cuantos millones de años más y consiguió instalarse en tierras bastante más meridionales», explica Marc Furió, uno de los autores del estudio e investigador del ICP. Ahora los paleontólogos intentarán averiguar cómo lo hizo y cómo fue la vida del último marsupial europeo en unas tierras mucho más cálidas que la de sus congéneres contemporáneos. —Eva van den Berg/Evalúa

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Un marsupial castellonense

nvestigadores del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), de la Universidad de Granada y de la Universidad de Valencia han descrito recientemente los restos de un pequeño mamífero marsupial de la especie Amphiperatherium frequens hallados en varios yacimientos de la cuenca Ribesalbes-Alcora de Castellón, en las localidades de Mas d’Antolino, Mas de Torner y Barranc de Campisano. Los restos recuperados son nueve dientes datados en unos 16 millones de años de antigüedad. Hasta ahora se creía que la distribución europea de este pequeño animal ya extinguido, pariente de las actuales zarigüeyas, se circunscribía al centro de Europa, en los actuales territorios de Francia, Suiza, Alemania, República Checa y Austria. Nunca se habían encontrado restos más al sur, y por este motivo el hallazgo abre nuevos interrogantes sobre la biología y el área de dispersión de esta especie. 

«Actualmente solo encontramos marsupiales en Australia y en algunas regiones del continente americano. En Europa desaparecieron gradualmente hace entre 65 y 23 millones de años, después de que una clara superioridad adaptativa de los mamíferos placentarios les fuese arrebatando los nichos ecológicos que ocupaban. Sin embargo, el pequeño Amphiperatherium frequens logró sobrevivir unos cuantos millones de años más y consiguió instalarse en tierras bastante más meridionales», explica Marc Furió, uno de los autores del estudio e investigador del ICP. Ahora los paleontólogos intentarán averiguar cómo lo hizo y cómo fue la vida del último marsupial europeo en unas tierras mucho más cálidas que la de sus congéneres contemporáneos. —Eva van den Berg/Evalúa

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Una prueba de temperatura diseñada por investigadores de la UGR logra el diagnóstico precoz de la esclerosis

Científicos de la Universidad de Granada han aplicado, por primera vez, la técnica de la termografía para detectar posibles enfermedades neurológicas, entre ellas la esclerosis múltiple. Los pacientes afectados por esta enfermedad sufren alteraciones en la temperatura de su cuerpo debido a los daños que provoca en el sistema nervioso autónomo: por ejemplo diferencias térmicas entre un lado de la frente y el otro cuando lo normal es que la temperatura del cuerpo sea simétrica. A través de una prueba sencilla y nada invasiva con el paciente, es posible obtener un termograma y diagnosticar la enfermedad en una fase temprana lo que permite ralentizar su desarrollo.

Según informa el portal www.historiasdeluz.es, una cámara termográfica detecta las diferencias de temperatura entre distintas zonas del cuerpo humano. Una técnica sencilla que según un grupo de investigadores de la Universidad de Granada puede servir para la detección temprana de ciertas enfermedades neurológicas, entre ellas la esclerosis múltiple.

«Las personas cuando empiezan a desarrollar la enfermedad empiezan a bostezar con mucha más frecuencia de lo normal y el bostezo se utiliza para regular la temperatura del cerebro, para enfriarlo. Y es que cuando se hace un termograma de este tipo de pacientes se ve que regulan mal la temperatura en invierno y en verano», según el investigador Emilio Gómez.

Esto es así porque la esclerosis provoca daños en el sistema nervioso autónomo que es el encargado de regular la temperatura corporal.

«Normalmente el cuerpo es simétrico respecto a su temperatura: si tienes en un lado de la frente una temperatura, tienes el mismo en el otro lado. Sin embargo, en pacientes con esclerosis múltiple, por ejemplo en la frente presentan claras asimetrías y es uno de los patrones térmicos más característicos», explica la investigadora Elvira Salazar. «Lo fundamental en enfermedades como la esclerosis o el Alzheimer es la detección temprana porque eso permite la intervención médica y farmacológica cuanto antes y eso enlentece el desarrollo de la enfermedad, lo retrasa», añade Emilio Gómez.

Una prueba rápida, de escaso coste y nada invasiva con el paciente. «Tú tomas una imagen en la distancia mientras que en otro tipo de casos hay que hacer pruebas mucho más costosas para el paciente», explica Elvira Salzar.

Personas celíacas o con anorexia también pueden sufrir cambios de temperatura en su organismo. Según estos científicos las posibilidades de la termografía en el ámbito de la medicina aún están por explorar.

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Una prueba de temperatura diseñada por investigadores de la UGR logra el diagnóstico precoz de la esclerosis

Científicos de la Universidad de Granada han aplicado, por primera vez, la técnica de la termografía para detectar posibles enfermedades neurológicas, entre ellas la esclerosis múltiple. Los pacientes afectados por esta enfermedad sufren alteraciones en la temperatura de su cuerpo debido a los daños que provoca en el sistema nervioso autónomo: por ejemplo diferencias térmicas entre un lado de la frente y el otro cuando lo normal es que la temperatura del cuerpo sea simétrica. A través de una prueba sencilla y nada invasiva con el paciente, es posible obtener un termograma y diagnosticar la enfermedad en una fase temprana lo que permite ralentizar su desarrollo.

Según informa el portal www.historiasdeluz.es, una cámara termográfica detecta las diferencias de temperatura entre distintas zonas del cuerpo humano. Una técnica sencilla que según un grupo de investigadores de la Universidad de Granada puede servir para la detección temprana de ciertas enfermedades neurológicas, entre ellas la esclerosis múltiple.

«Las personas cuando empiezan a desarrollar la enfermedad empiezan a bostezar con mucha más frecuencia de lo normal y el bostezo se utiliza para regular la temperatura del cerebro, para enfriarlo. Y es que cuando se hace un termograma de este tipo de pacientes se ve que regulan mal la temperatura en invierno y en verano», según el investigador Emilio Gómez.

Esto es así porque la esclerosis provoca daños en el sistema nervioso autónomo que es el encargado de regular la temperatura corporal.

«Normalmente el cuerpo es simétrico respecto a su temperatura: si tienes en un lado de la frente una temperatura, tienes el mismo en el otro lado. Sin embargo, en pacientes con esclerosis múltiple, por ejemplo en la frente presentan claras asimetrías y es uno de los patrones térmicos más característicos», explica la investigadora Elvira Salazar. «Lo fundamental en enfermedades como la esclerosis o el Alzheimer es la detección temprana porque eso permite la intervención médica y farmacológica cuanto antes y eso enlentece el desarrollo de la enfermedad, lo retrasa», añade Emilio Gómez.

Una prueba rápida, de escaso coste y nada invasiva con el paciente. «Tú tomas una imagen en la distancia mientras que en otro tipo de casos hay que hacer pruebas mucho más costosas para el paciente», explica Elvira Salzar.

Personas celíacas o con anorexia también pueden sufrir cambios de temperatura en su organismo. Según estos científicos las posibilidades de la termografía en el ámbito de la medicina aún están por explorar.

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Los deportistas de élite creen que las sustancias dopantes «son efectivas» para mejorar su rendimiento, según estudio

64384 La mayoría de los deportistas de élite consideran que las sustancias dopantes «son efectivas» para mejorar su rendimiento deportivo, aunque reconocen que suponen «hacer trampa», conllevan riesgos para la salud y un riesgo de sanción evidente. Al mismo tiempo, las razones por las que los atletas comienzan a consumir sustancias dopantes son alcanzar el éxito deportivo, mejorar el rendimiento, obtener un beneficio económico, mejorar la recuperación y prevenir deficiencias nutricionales, además de «porque otros deportistas también las utilizan».

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, cuyo trabajo también ha revelado que existe una creencia generalizada entre los deportistas de élite de que la lucha contra el dopaje resulta «ineficaz», «no equitativa», y que los castigos impuestos «no son lo suficientemente estrictos ni severos», informa la Universidad de Granada (UGR) en una nota.

En un artículo publicado en la revista ‘Sports Medicine’, la más importante del mundo en el ámbito de las Ciencias del Deporte, los investigadores Mikel Zabala y Jaime Morente Sánchez han analizado las actitudes, conocimientos y creencias sobre el dopaje en deportistas de elite de todo el mundo.

Para ello, realizaron una revisión bibliográfica de 33 estudios sobre este tema publicados entre los años 2000 y 2011, con el objetivo de analizar la situación actual para actuar en consecuencia mediante el desarrollo de estrategias concretas para combatir eficazmente el dopaje.

Los resultados de su trabajo revelan que los deportes de equipo aparentemente son menos susceptibles de utilizar sustancias dopantes. Sin embargo, se pone de manifiesto cómo el seguimiento en deportes colectivos es claramente menor tanto en cantidad como en calidad al respecto de los controles realizados

El estudio llevado a cabo en la Universidad de Granada (UGR) señala que los entrenadores parecen ser la principal influencia y fuente de información para los deportistas a la hora de iniciarse o no en el consumo de sustancias dopantes, mientras que los médicos y otros especialistas aparecen en un segundo plano.

Los atletas «están cada vez más familiarizados con las reglas antidopaje, pero todavía existe una importante falta de conocimiento sobre los problemas que acarrea el uso de estas sustancias y métodos prohibidos, que debe ser subsanada mediante el desarrollo de programas educativos adecuados», apuntan los investigadores de la UGR.

Además, el artículo concluye que existe también una importante falta de información entre los deportistas de élite sobre los suplementos dietéticos y los efectos secundarios de las sustancias para mejorar el rendimiento.

A la luz de los resultados de su trabajo, los investigadores de la UGR consideran que es necesario planificar y ejecutar campañas de información y prevención que incidan en las actitudes de los deportistas hacia el dopaje y la cultura que rodea esta práctica ilegal.

«No sólo se debe dedicar dinero a realizar pruebas antidopaje de forma casi exclusiva como se hace actualmente. Para mejorar la situación, bastaría con destinar al menos una pequeña parte de este presupuesto a programas educativos y de prevención que fomenten las actitudes de rechazo hacia el uso de sustancias y métodos prohibidos», concluyen Zabala y Morente-Sánchez. Un ejemplo pionero en este sentido es, a su juicio, el proyecto denominado ‘Prevenir para ganar’ impulsado por la Federación Española de Ciclismo.

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