Menús para triunfar con el ‘tupper’ en el colegio

El ‘tupper’ se ha convertido en el gran protagonista del inicio del curso escolar. Sin embargo, más allá de la decisión de algunas comunidades de permitir a los escolares que se lleven la comida de casa, poco se ha hablado de lo que deben llevar las tarteras en su interior. Varios nutricionistas dan las claves a los padres para triunfar.

Emilio Martínez de Victoria, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada, recuerda que a la hora de preparar el menú de cada día, los padres deberán tener en cuenta las condiciones de conservación y calentamiento de los alimentos.

«Se debe incluir una pequeña tableta de hielo para que los alimentos aguanten bien la mañana», explica a ELMUNDO.es, «aunque es importante seleccionar productos que se conserven bien sin frío».

Por eso, insiste, lo mejor es evitar alimentos crudos o poco cocinados, así como huevos, lácteos o pescados, que tienen más riesgos por una inadecuada conservación. A cambio, añade, se debe optar por carnes bien cocinadas, pastas o verduras (bien frescas o cocinadas). Las legumbres también son otro grupo obligado, «y si el niño no va a tener opción de calentarlas siempre se pueden preparar en forma de ensaladas».

Otro truco que ofrece este especialista es añadir siempre a cualquier alimento unas gotitas de limón o vinagre, «para acidificar el medio y reducir el riesgo de contaminaciones». Para evitar cualquier problema también aconseja que la comida se caliente en el microondas una sola vez, «porque si se recalienta, existe el riesgo de que se reactive cualquier pequeña contaminación que pueda existir».

Rosa María Ortega, catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, recomienda por su parte hacer un desayuno más fuerte de lo habitual; y mandar a los niños con algún alimento para media mañana.

Coincide con su colega en que todos los alimentos son aceptables, aunque recomienda como ‘básicos imprescindibles’ una pieza de fruta todos los días, y no olvidarse de los cereales, bien en forma de un trozo de pan, un bocadillo o sandwich de vez en cuando y pasta. «Algún día se puede recurrir a un embutido bajo en grasas, combinado con ensalada en un sándwich», apostilla su colega desde Granada, que insiste en no demonizar los bocadillos, siempre que sean un recurso esporádico.

A juicio de Ortega, que los niños coman de tartera no tiene por qué ser un elemento que incida negativamente en los índices de obesidad infantil; «eso dependerá de la cantidad y el tipo de alimentos que ingieran».

Mejor planificación de los menús

Eso sí, como han señalado otros colegas nutricionistas en estos primeros días de curso, es cierto que llevar la comida de casa obligará a muchas familias a una mejor planificación de sus menús y a una gran imaginación, para que los niños no coman todos los días lo mismo. «Los menús en los colegios suelen estar bien planificados, diseñados por especialistas, pero esto no puede condenar a las familias que no pueden pagar el comedor a que sus niños sean obesos», subraya. «La clave va a estar en la imaginación del que cocina», concluye Martínez de Victoria.

Ortega y Martínez Victoria coinciden también en la importancia de una adecuada conservación de los alimentos, e insisten en que el tipo de menús dependerá de las condiciones de calentamiento que haya en cada colegio. «Ahora que llega el frío empiezan a apetecer platos más calentitos, como las sopas o las legumbres, pero esto dependerá de que el colegio disponga o no de microondas», explica la catedrática madrileña.

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Menús para triunfar con el ‘tupper’ en el colegio

El ‘tupper’ se ha convertido en el gran protagonista del inicio del curso escolar. Sin embargo, más allá de la decisión de algunas comunidades de permitir a los escolares que se lleven la comida de casa, poco se ha hablado de lo que deben llevar las tarteras en su interior. Varios nutricionistas dan las claves a los padres para triunfar.

Emilio Martínez de Victoria, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada, recuerda que a la hora de preparar el menú de cada día, los padres deberán tener en cuenta las condiciones de conservación y calentamiento de los alimentos.

«Se debe incluir una pequeña tableta de hielo para que los alimentos aguanten bien la mañana», explica a ELMUNDO.es, «aunque es importante seleccionar productos que se conserven bien sin frío».

Por eso, insiste, lo mejor es evitar alimentos crudos o poco cocinados, así como huevos, lácteos o pescados, que tienen más riesgos por una inadecuada conservación. A cambio, añade, se debe optar por carnes bien cocinadas, pastas o verduras (bien frescas o cocinadas). Las legumbres también son otro grupo obligado, «y si el niño no va a tener opción de calentarlas siempre se pueden preparar en forma de ensaladas».

Otro truco que ofrece este especialista es añadir siempre a cualquier alimento unas gotitas de limón o vinagre, «para acidificar el medio y reducir el riesgo de contaminaciones». Para evitar cualquier problema también aconseja que la comida se caliente en el microondas una sola vez, «porque si se recalienta, existe el riesgo de que se reactive cualquier pequeña contaminación que pueda existir».

Rosa María Ortega, catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, recomienda por su parte hacer un desayuno más fuerte de lo habitual; y mandar a los niños con algún alimento para media mañana.

Coincide con su colega en que todos los alimentos son aceptables, aunque recomienda como ‘básicos imprescindibles’ una pieza de fruta todos los días, y no olvidarse de los cereales, bien en forma de un trozo de pan, un bocadillo o sandwich de vez en cuando y pasta. «Algún día se puede recurrir a un embutido bajo en grasas, combinado con ensalada en un sándwich», apostilla su colega desde Granada, que insiste en no demonizar los bocadillos, siempre que sean un recurso esporádico.

A juicio de Ortega, que los niños coman de tartera no tiene por qué ser un elemento que incida negativamente en los índices de obesidad infantil; «eso dependerá de la cantidad y el tipo de alimentos que ingieran».

Mejor planificación de los menús

Eso sí, como han señalado otros colegas nutricionistas en estos primeros días de curso, es cierto que llevar la comida de casa obligará a muchas familias a una mejor planificación de sus menús y a una gran imaginación, para que los niños no coman todos los días lo mismo. «Los menús en los colegios suelen estar bien planificados, diseñados por especialistas, pero esto no puede condenar a las familias que no pueden pagar el comedor a que sus niños sean obesos», subraya. «La clave va a estar en la imaginación del que cocina», concluye Martínez de Victoria.

Ortega y Martínez Victoria coinciden también en la importancia de una adecuada conservación de los alimentos, e insisten en que el tipo de menús dependerá de las condiciones de calentamiento que haya en cada colegio. «Ahora que llega el frío empiezan a apetecer platos más calentitos, como las sopas o las legumbres, pero esto dependerá de que el colegio disponga o no de microondas», explica la catedrática madrileña.

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Menús para triunfar con el ‘tupper’ en el colegio

El ‘tupper’ se ha convertido en el gran protagonista del inicio del curso escolar. Sin embargo, más allá de la decisión de algunas comunidades de permitir a los escolares que se lleven la comida de casa, poco se ha hablado de lo que deben llevar las tarteras en su interior. Varios nutricionistas dan las claves a los padres para triunfar.

Emilio Martínez de Victoria, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada, recuerda que a la hora de preparar el menú de cada día, los padres deberán tener en cuenta las condiciones de conservación y calentamiento de los alimentos.

«Se debe incluir una pequeña tableta de hielo para que los alimentos aguanten bien la mañana», explica a ELMUNDO.es, «aunque es importante seleccionar productos que se conserven bien sin frío».

Por eso, insiste, lo mejor es evitar alimentos crudos o poco cocinados, así como huevos, lácteos o pescados, que tienen más riesgos por una inadecuada conservación. A cambio, añade, se debe optar por carnes bien cocinadas, pastas o verduras (bien frescas o cocinadas). Las legumbres también son otro grupo obligado, «y si el niño no va a tener opción de calentarlas siempre se pueden preparar en forma de ensaladas».

Otro truco que ofrece este especialista es añadir siempre a cualquier alimento unas gotitas de limón o vinagre, «para acidificar el medio y reducir el riesgo de contaminaciones». Para evitar cualquier problema también aconseja que la comida se caliente en el microondas una sola vez, «porque si se recalienta, existe el riesgo de que se reactive cualquier pequeña contaminación que pueda existir».

Rosa María Ortega, catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, recomienda por su parte hacer un desayuno más fuerte de lo habitual; y mandar a los niños con algún alimento para media mañana.

Coincide con su colega en que todos los alimentos son aceptables, aunque recomienda como ‘básicos imprescindibles’ una pieza de fruta todos los días, y no olvidarse de los cereales, bien en forma de un trozo de pan, un bocadillo o sandwich de vez en cuando y pasta. «Algún día se puede recurrir a un embutido bajo en grasas, combinado con ensalada en un sándwich», apostilla su colega desde Granada, que insiste en no demonizar los bocadillos, siempre que sean un recurso esporádico.

A juicio de Ortega, que los niños coman de tartera no tiene por qué ser un elemento que incida negativamente en los índices de obesidad infantil; «eso dependerá de la cantidad y el tipo de alimentos que ingieran».

Mejor planificación de los menús

Eso sí, como han señalado otros colegas nutricionistas en estos primeros días de curso, es cierto que llevar la comida de casa obligará a muchas familias a una mejor planificación de sus menús y a una gran imaginación, para que los niños no coman todos los días lo mismo. «Los menús en los colegios suelen estar bien planificados, diseñados por especialistas, pero esto no puede condenar a las familias que no pueden pagar el comedor a que sus niños sean obesos», subraya. «La clave va a estar en la imaginación del que cocina», concluye Martínez de Victoria.

Ortega y Martínez Victoria coinciden también en la importancia de una adecuada conservación de los alimentos, e insisten en que el tipo de menús dependerá de las condiciones de calentamiento que haya en cada colegio. «Ahora que llega el frío empiezan a apetecer platos más calentitos, como las sopas o las legumbres, pero esto dependerá de que el colegio disponga o no de microondas», explica la catedrática madrileña.

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Fantasías de alcoba

Irse a la cama con una persona del mismo sexo o con varios amantes al mismo tiempo. Tener una aventura con un desconocido o desconocida. Mantener un encuentro amoroso salvaje o que dure varios días. Hacer el amor en un lugar prohibido o con alto riesgo de que alguien lo descubra… .

Son algunos ejemplos de las fantasías sexuales más frecuentes, esas deliciosas jugarretas de la imaginación, que todos albergamos en un rincón secreto de la mente y que, de acuerdo a los sexólogos, son normales e incluso necesarias dentro de una vida sexual sana, ya que funcionan como estimulantes del erotismo.

Aunque a veces algunas de estas ilusiones pueden hacerse realidad, no resultan tan placenteras como cuando forman parte de nuestros sueños y deseos más íntimos.

A pesar de lo que se puede suponer, no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales masculinas y femeninas experimentadas habitualmente, ya que ambos sexos fantasean con aspectos íntimos o románticos que involucran a la pareja o persona amada, según un nuevo estudio realizado en la Universidad de Granada (UGR), en España.

Eso sí, según la UGR, los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de «ellos piensan más en el sexo que ellas».

Para su investigación, los expertos de la UGR han encuestado a 2,250 personas (49.6 por ciento hombres y 50.4 por ciento mujeres) de 18 a 73 años de edad, que mantienen una relación de pareja heterosexual de, al menos, 6 meses de duración.

Los resultados indican que casi el 100 por ciento de mujeres y hombres ha experimentado alguna fantasía sexual de modo placentero y agradable durante su vida, y alrededor del 80 por ciento de los participantes en el estudio tuvieron, al menos, una fantasía sexual negativa o desagradable en algún momento.

Pero -según la UGR- existen diferencias cuando se compara la frecuencia con que se tienen determinadas fantasías en ambos sexos, ya que «las mujeres experimentan de modo agradable, con mayor frecuencia que los hombres, fantasías de tipo íntimo y romántico, algunas veces al mes».

Por su parte, los varones piensan más a menudo que ellas (desde «alguna vez en la vida» a «alguna vez al año») en actividades exploratorias, relacionadas con sexo en grupo o la búsqueda de nuevas sensaciones, como «ser promiscuo», «intercambiar parejas» o «participar en una orgía».

Las fantasías sexuales experimentadas de un modo más desagradable o no placentero se relacionan con temas de sumisión sexual: ellas piensan, de modo más frecuente que los hombres, en «ser presionada a mantener relaciones sexuales», mientras que ellos piensan en participar en actividades homosexuales con una connotación negativa de modo más frecuente que las mujeres, según la investigación.

UN CONDIMENTO PARA EL DESEO

Para los psicólogos Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR, «tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual».

En el marco de la terapia psicológica, «es necesario tener en cuenta, además de la presencia o ausencia de las fantasías, la actitud que presenta el paciente hacia éstas», señalan Moyano y Sierra, que ahora están estudiando si vivir las fantasías sexuales de un modo negativo o desagradable es disfuncional para el pleno desarrollo de determinadas conductas sexuales.

Otra investigación reciente ha desvelado que la frecuencia e intensidad de las fantasías sexuales femeninas no dependen solamente de factores externos, sino también de su propia fisiología, ya que las mujeres experimentan este tipo de ensoñaciones del doble de veces durante los días en que están ovulando.

Un estudio de la Universidad de Lethbridge, UoL, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes.

Para su experimento, los investigadores solicitaron a 27 mujeres solteras, en su gran mayoría estudiantes universitarias, que fueron detallando sus fantasías sexuales en un diario online, a los largo de treinta días.

Al analizar sus apuntes diarios, los expertos de la UoL descubrieron que la imaginación sexual de las participantes aumentaba, hasta casi duplicarse, durante los tres días previos y posteriores al momento de la ovulación.

Durante ese lapso de fertilidad, aquellas mujeres que normalmente tenían una media de 0,77 fantasías sexuales cada jornada, pasaban a experimentaron 1,3 fantasías eróticas diarias.

Además, en el trabajo canadiense, las mujeres reconocieron que durante su ovulación sus visualizaciones sexuales eran más excitantes, menos explícitas pero con más contenido emocional.

Los investigadores de la UoL también observaron que el aumento de la imaginación y el pensamiento sexual no dependía de que las mujeres tuvieran o no pareja, sino de su interés por el sexo.

FANTASEAR PARA ENRIQUECER EL EROTISMO

La terapeuta corporal y experta en biosexualidad, Dolores Mangas(http://integracionconsciente.blogspot.com.es), señala que «no siempre es recomendable poner en práctica una fantasía, porque la realidad es compleja y hay una serie de olores, sabores o problemas derivados de las situaciones que pueden perjudicar nuestra vida individual o de pareja».

Otra opción, según Mangas, consiste en transformar la fantasía en un juego erótico, lo cual puede «enriquecer mucho la vida sexual de la pareja» o «pensar en otra persona al practicar sexo con la pareja, aunque ello no enriquece tanto la vida amorosa».

Para esta terapeuta, la fantasía no debe reprimirse ni «convertirse en una enemiga, sino en un complemento de nuestra vida sexual. Carecer de fantasías eróticas incluso puede ser un síntoma de carencias sexuales, de estrés o de exceso de trabajo».

Según diversos estudios relacionados con la sexualidad, una de las fantasías más populares consiste en mantener relaciones sexuales con un personaje famoso. Por ejemplo, de acuerdo a una encuesta realizada por la empresa Durex casi dos de cada tres mujeres y hombres consiguen alcanzar el orgasmo imaginándose que se acuestan con «sex symbols» contemporáneos.

Algunos psicólogos han interpretado estos datos como un reflejo del deseo de reconocimiento social y popular por parte de la persona bajo los ropajes de un impulso erótico o incluso como indicios de una baja autoestima, pero esta fantasía puede ser tan sana y estimulante como cualquier otra siempre que no se vuelva excluyente de otras u obsesiva», comenta Mangas.

LOS FAMOSOS

Parece claro que muchas personas tienen fantasías sexuales con famosos, pero ¿con qué fantasean las celebridades?.

Repasando diversas entrevistas se ha sabido que la cantante Christina Aguilera disfruta fantaseando con historias de hospital y jugando con su marido a los médicos, y que Britney Spears suele fantasear con actores como George Clooney o Brad Pitt o con mujeres como Kim Kardashian o Halle Berry.

En su libro «Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia», la escritora española Roser Amills también desvela que a la actriz Eva Longoria la estimula el fantasear con ser atada con pañuelos de seda, y que Madonna, Tarantino y Naomi Campbell sueñan con que les chupen los pies.

DESTACADOS:

* Para los psicólogos Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR), en España, «tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual».

* Un estudio de la Universidad de Lethbridge, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes y que, durante su ovulación, sus visualizaciones sexuales son menos explícitas pero con más contenido emocional.

* Los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de «ellos piensan más en el sexo que ellas».

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Fantasías de alcoba

Irse a la cama con una persona del mismo sexo o con varios amantes al mismo tiempo. Tener una aventura con un desconocido o desconocida. Mantener un encuentro amoroso salvaje o que dure varios días. Hacer el amor en un lugar prohibido o con alto riesgo de que alguien lo descubra… .

Son algunos ejemplos de las fantasías sexuales más frecuentes, esas deliciosas jugarretas de la imaginación, que todos albergamos en un rincón secreto de la mente y que, de acuerdo a los sexólogos, son normales e incluso necesarias dentro de una vida sexual sana, ya que funcionan como estimulantes del erotismo.

Aunque a veces algunas de estas ilusiones pueden hacerse realidad, no resultan tan placenteras como cuando forman parte de nuestros sueños y deseos más íntimos.

A pesar de lo que se puede suponer, no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales masculinas y femeninas experimentadas habitualmente, ya que ambos sexos fantasean con aspectos íntimos o románticos que involucran a la pareja o persona amada, según un nuevo estudio realizado en la Universidad de Granada (UGR), en España.

Eso sí, según la UGR, los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de «ellos piensan más en el sexo que ellas».

Para su investigación, los expertos de la UGR han encuestado a 2,250 personas (49.6 por ciento hombres y 50.4 por ciento mujeres) de 18 a 73 años de edad, que mantienen una relación de pareja heterosexual de, al menos, 6 meses de duración.

Los resultados indican que casi el 100 por ciento de mujeres y hombres ha experimentado alguna fantasía sexual de modo placentero y agradable durante su vida, y alrededor del 80 por ciento de los participantes en el estudio tuvieron, al menos, una fantasía sexual negativa o desagradable en algún momento.

Pero -según la UGR- existen diferencias cuando se compara la frecuencia con que se tienen determinadas fantasías en ambos sexos, ya que «las mujeres experimentan de modo agradable, con mayor frecuencia que los hombres, fantasías de tipo íntimo y romántico, algunas veces al mes».

Por su parte, los varones piensan más a menudo que ellas (desde «alguna vez en la vida» a «alguna vez al año») en actividades exploratorias, relacionadas con sexo en grupo o la búsqueda de nuevas sensaciones, como «ser promiscuo», «intercambiar parejas» o «participar en una orgía».

Las fantasías sexuales experimentadas de un modo más desagradable o no placentero se relacionan con temas de sumisión sexual: ellas piensan, de modo más frecuente que los hombres, en «ser presionada a mantener relaciones sexuales», mientras que ellos piensan en participar en actividades homosexuales con una connotación negativa de modo más frecuente que las mujeres, según la investigación.

UN CONDIMENTO PARA EL DESEO

Para los psicólogos Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR, «tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual».

En el marco de la terapia psicológica, «es necesario tener en cuenta, además de la presencia o ausencia de las fantasías, la actitud que presenta el paciente hacia éstas», señalan Moyano y Sierra, que ahora están estudiando si vivir las fantasías sexuales de un modo negativo o desagradable es disfuncional para el pleno desarrollo de determinadas conductas sexuales.

Otra investigación reciente ha desvelado que la frecuencia e intensidad de las fantasías sexuales femeninas no dependen solamente de factores externos, sino también de su propia fisiología, ya que las mujeres experimentan este tipo de ensoñaciones del doble de veces durante los días en que están ovulando.

Un estudio de la Universidad de Lethbridge, UoL, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes.

Para su experimento, los investigadores solicitaron a 27 mujeres solteras, en su gran mayoría estudiantes universitarias, que fueron detallando sus fantasías sexuales en un diario online, a los largo de treinta días.

Al analizar sus apuntes diarios, los expertos de la UoL descubrieron que la imaginación sexual de las participantes aumentaba, hasta casi duplicarse, durante los tres días previos y posteriores al momento de la ovulación.

Durante ese lapso de fertilidad, aquellas mujeres que normalmente tenían una media de 0,77 fantasías sexuales cada jornada, pasaban a experimentaron 1,3 fantasías eróticas diarias.

Además, en el trabajo canadiense, las mujeres reconocieron que durante su ovulación sus visualizaciones sexuales eran más excitantes, menos explícitas pero con más contenido emocional.

Los investigadores de la UoL también observaron que el aumento de la imaginación y el pensamiento sexual no dependía de que las mujeres tuvieran o no pareja, sino de su interés por el sexo.

FANTASEAR PARA ENRIQUECER EL EROTISMO

La terapeuta corporal y experta en biosexualidad, Dolores Mangas(http://integracionconsciente.blogspot.com.es), señala que «no siempre es recomendable poner en práctica una fantasía, porque la realidad es compleja y hay una serie de olores, sabores o problemas derivados de las situaciones que pueden perjudicar nuestra vida individual o de pareja».

Otra opción, según Mangas, consiste en transformar la fantasía en un juego erótico, lo cual puede «enriquecer mucho la vida sexual de la pareja» o «pensar en otra persona al practicar sexo con la pareja, aunque ello no enriquece tanto la vida amorosa».

Para esta terapeuta, la fantasía no debe reprimirse ni «convertirse en una enemiga, sino en un complemento de nuestra vida sexual. Carecer de fantasías eróticas incluso puede ser un síntoma de carencias sexuales, de estrés o de exceso de trabajo».

Según diversos estudios relacionados con la sexualidad, una de las fantasías más populares consiste en mantener relaciones sexuales con un personaje famoso. Por ejemplo, de acuerdo a una encuesta realizada por la empresa Durex casi dos de cada tres mujeres y hombres consiguen alcanzar el orgasmo imaginándose que se acuestan con «sex symbols» contemporáneos.

Algunos psicólogos han interpretado estos datos como un reflejo del deseo de reconocimiento social y popular por parte de la persona bajo los ropajes de un impulso erótico o incluso como indicios de una baja autoestima, pero esta fantasía puede ser tan sana y estimulante como cualquier otra siempre que no se vuelva excluyente de otras u obsesiva», comenta Mangas.

LOS FAMOSOS

Parece claro que muchas personas tienen fantasías sexuales con famosos, pero ¿con qué fantasean las celebridades?.

Repasando diversas entrevistas se ha sabido que la cantante Christina Aguilera disfruta fantaseando con historias de hospital y jugando con su marido a los médicos, y que Britney Spears suele fantasear con actores como George Clooney o Brad Pitt o con mujeres como Kim Kardashian o Halle Berry.

En su libro «Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia», la escritora española Roser Amills también desvela que a la actriz Eva Longoria la estimula el fantasear con ser atada con pañuelos de seda, y que Madonna, Tarantino y Naomi Campbell sueñan con que les chupen los pies.

DESTACADOS:

* Para los psicólogos Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR), en España, «tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual».

* Un estudio de la Universidad de Lethbridge, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes y que, durante su ovulación, sus visualizaciones sexuales son menos explícitas pero con más contenido emocional.

* Los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de «ellos piensan más en el sexo que ellas».

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Fantasías de alcoba

Irse a la cama con una persona del mismo sexo o con varios amantes al mismo tiempo. Tener una aventura con un desconocido o desconocida. Mantener un encuentro amoroso salvaje o que dure varios días. Hacer el amor en un lugar prohibido o con alto riesgo de que alguien lo descubra… .

Son algunos ejemplos de las fantasías sexuales más frecuentes, esas deliciosas jugarretas de la imaginación, que todos albergamos en un rincón secreto de la mente y que, de acuerdo a los sexólogos, son normales e incluso necesarias dentro de una vida sexual sana, ya que funcionan como estimulantes del erotismo.

Aunque a veces algunas de estas ilusiones pueden hacerse realidad, no resultan tan placenteras como cuando forman parte de nuestros sueños y deseos más íntimos.

A pesar de lo que se puede suponer, no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales masculinas y femeninas experimentadas habitualmente, ya que ambos sexos fantasean con aspectos íntimos o románticos que involucran a la pareja o persona amada, según un nuevo estudio realizado en la Universidad de Granada (UGR), en España.

Eso sí, según la UGR, los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de «ellos piensan más en el sexo que ellas».

Para su investigación, los expertos de la UGR han encuestado a 2,250 personas (49.6 por ciento hombres y 50.4 por ciento mujeres) de 18 a 73 años de edad, que mantienen una relación de pareja heterosexual de, al menos, 6 meses de duración.

Los resultados indican que casi el 100 por ciento de mujeres y hombres ha experimentado alguna fantasía sexual de modo placentero y agradable durante su vida, y alrededor del 80 por ciento de los participantes en el estudio tuvieron, al menos, una fantasía sexual negativa o desagradable en algún momento.

Pero -según la UGR- existen diferencias cuando se compara la frecuencia con que se tienen determinadas fantasías en ambos sexos, ya que «las mujeres experimentan de modo agradable, con mayor frecuencia que los hombres, fantasías de tipo íntimo y romántico, algunas veces al mes».

Por su parte, los varones piensan más a menudo que ellas (desde «alguna vez en la vida» a «alguna vez al año») en actividades exploratorias, relacionadas con sexo en grupo o la búsqueda de nuevas sensaciones, como «ser promiscuo», «intercambiar parejas» o «participar en una orgía».

Las fantasías sexuales experimentadas de un modo más desagradable o no placentero se relacionan con temas de sumisión sexual: ellas piensan, de modo más frecuente que los hombres, en «ser presionada a mantener relaciones sexuales», mientras que ellos piensan en participar en actividades homosexuales con una connotación negativa de modo más frecuente que las mujeres, según la investigación.

UN CONDIMENTO PARA EL DESEO

Para los psicólogos Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR, «tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual».

En el marco de la terapia psicológica, «es necesario tener en cuenta, además de la presencia o ausencia de las fantasías, la actitud que presenta el paciente hacia éstas», señalan Moyano y Sierra, que ahora están estudiando si vivir las fantasías sexuales de un modo negativo o desagradable es disfuncional para el pleno desarrollo de determinadas conductas sexuales.

Otra investigación reciente ha desvelado que la frecuencia e intensidad de las fantasías sexuales femeninas no dependen solamente de factores externos, sino también de su propia fisiología, ya que las mujeres experimentan este tipo de ensoñaciones del doble de veces durante los días en que están ovulando.

Un estudio de la Universidad de Lethbridge, UoL, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes.

Para su experimento, los investigadores solicitaron a 27 mujeres solteras, en su gran mayoría estudiantes universitarias, que fueron detallando sus fantasías sexuales en un diario online, a los largo de treinta días.

Al analizar sus apuntes diarios, los expertos de la UoL descubrieron que la imaginación sexual de las participantes aumentaba, hasta casi duplicarse, durante los tres días previos y posteriores al momento de la ovulación.

Durante ese lapso de fertilidad, aquellas mujeres que normalmente tenían una media de 0,77 fantasías sexuales cada jornada, pasaban a experimentaron 1,3 fantasías eróticas diarias.

Además, en el trabajo canadiense, las mujeres reconocieron que durante su ovulación sus visualizaciones sexuales eran más excitantes, menos explícitas pero con más contenido emocional.

Los investigadores de la UoL también observaron que el aumento de la imaginación y el pensamiento sexual no dependía de que las mujeres tuvieran o no pareja, sino de su interés por el sexo.

FANTASEAR PARA ENRIQUECER EL EROTISMO

La terapeuta corporal y experta en biosexualidad, Dolores Mangas(http://integracionconsciente.blogspot.com.es), señala que «no siempre es recomendable poner en práctica una fantasía, porque la realidad es compleja y hay una serie de olores, sabores o problemas derivados de las situaciones que pueden perjudicar nuestra vida individual o de pareja».

Otra opción, según Mangas, consiste en transformar la fantasía en un juego erótico, lo cual puede «enriquecer mucho la vida sexual de la pareja» o «pensar en otra persona al practicar sexo con la pareja, aunque ello no enriquece tanto la vida amorosa».

Para esta terapeuta, la fantasía no debe reprimirse ni «convertirse en una enemiga, sino en un complemento de nuestra vida sexual. Carecer de fantasías eróticas incluso puede ser un síntoma de carencias sexuales, de estrés o de exceso de trabajo».

Según diversos estudios relacionados con la sexualidad, una de las fantasías más populares consiste en mantener relaciones sexuales con un personaje famoso. Por ejemplo, de acuerdo a una encuesta realizada por la empresa Durex casi dos de cada tres mujeres y hombres consiguen alcanzar el orgasmo imaginándose que se acuestan con «sex symbols» contemporáneos.

Algunos psicólogos han interpretado estos datos como un reflejo del deseo de reconocimiento social y popular por parte de la persona bajo los ropajes de un impulso erótico o incluso como indicios de una baja autoestima, pero esta fantasía puede ser tan sana y estimulante como cualquier otra siempre que no se vuelva excluyente de otras u obsesiva», comenta Mangas.

LOS FAMOSOS

Parece claro que muchas personas tienen fantasías sexuales con famosos, pero ¿con qué fantasean las celebridades?.

Repasando diversas entrevistas se ha sabido que la cantante Christina Aguilera disfruta fantaseando con historias de hospital y jugando con su marido a los médicos, y que Britney Spears suele fantasear con actores como George Clooney o Brad Pitt o con mujeres como Kim Kardashian o Halle Berry.

En su libro «Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia», la escritora española Roser Amills también desvela que a la actriz Eva Longoria la estimula el fantasear con ser atada con pañuelos de seda, y que Madonna, Tarantino y Naomi Campbell sueñan con que les chupen los pies.

DESTACADOS:

* Para los psicólogos Nieves Moyano Muñoz y Juan Carlos Sierra Freire, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR), en España, «tener fantasías sexuales favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual».

* Un estudio de la Universidad de Lethbridge, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes y que, durante su ovulación, sus visualizaciones sexuales son menos explícitas pero con más contenido emocional.

* Los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de «ellos piensan más en el sexo que ellas».

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‘Ha sido un buen inicio para lanzar jugadores de Granada’

Decirle neocelandés a un natural de ese archipiélago y que le guste el rugby no es del todo acertado. Les gusta que les llamen All Blacks, distintivo de la mítica selección de negro. Bryce Bevin (30 de abril de 1958, Auckland, Nueva Zelanda) es uno de ellos y, pese no haber sido nunca internacional por su país, es un nombre ya histórico en el deporte oval español. Con él, el XV del León logró su única clasificación para un Mundial, el de Gales 1999. Ahora vuelve al cargo para asumir el mismo reto de cara a 2015. En su empeño, se pasó ayer por Granada en busca de talentos y futuros internacionales.

-¿Ha encontrado en Granada lo que venía buscando?

-Sí. Había dos objetivos con el club: buscar jugadores de élite para los equipos nacionales de rugby a 7 y a 15. Luego me gusta, cuando voy a los sitios cada semana, hablar con entrenadores y árbitros, y darles ideas y consejos para cuidar a sus equipos.

-Entonces no es sólo una búsqueda de jugadores, si no que su visita tiene carácter didáctico.

-Correcto. Más que mi conocimiento, dar a conocer mis ideas. Cada entrenador tiene su propia formación. Yo tengo ideas iguales o diferentes, por eso me gustaría que, si me observan, puedan tomarlas y variar los tipos de entrenamiento y de juego.

-Usted es de Nueva Zelanda. Allí el rugby es una religión.

-(Risas) Es una manera de vivir para todos. Es el deporte nacional para un pequeño país.

-¿En qué jugadores del CD Universidad de Granada se ha fijado?

-Hay varios, algunos de ellos son Migue García, Javi Bolio, Damián Jurado, y otros que me han dicho pero que están lesionados, como Fernando Pérez Iranzo, por ejemplo, o el más mayor Jorge García del Corral (Kramer). Hay más nombres que iré encontrando. Es un buen inicio para mí y para el rugby de Granada que podamos lanzar jugadores a otro nivel.

-¿Cómo hará el seguimiento?

-Iré viendo más partidos y vendré más veces. También hay un sistema en el que estamos trabajando. Tenemos siete seleccionadores nacionales por zonas que trabajan conmigo. Colaboraré con el seleccionador de la zona sur de España y yo haré de apoyo para darle la aprobación de las selecciones.

-De paso, ¿cómo ve al Universidad? ¿Pasará apuros en la División de Honor B?

-Creo que, al estar recién subido, debe ir a mantener la categoría. Es un grupo de diez equipos y estar entre los puestos sexto a octavo sería un éxito. Hay que concentrarse en ese objetivo. No se va a la Luna. El primer año hay que ir paso a paso. Es la realidad. Y al año siguiente, a dar un paso más.

-También ha visitado a los más pequeños, ¿se lleva alguna impresión del trabajo de cantera?

-Sí. A primera vista es un club como tal. Son un montón de padres y madres voluntarios ayudando a nivel amateur, desde los cinco ó seis años hasta mayores. Veo a una familia más que a un club. Empiezas jugando de pequeño hasta que acabas en el Universidad de grande.

-Volviendo a la selección española, ¿el objetivo es clasificarse para el Mundial de Inglaterra 2015?

-Es el reto. Tenemos dos años, diez partidos, cinco por año, para clasificarnos para el Mundial de rugby a 15. Somos muy competitivos. Tenemos que estar entre los dos primeros y superar a Portugal, Georgia, Rumanía y Rusia. Va a ser muy difícil. También están el rugby a 7 y el rugby femenino, con los que trabajamos para que vayan a sus mundiales.

-¿Por qué el rugby no termina de cuajar en España?

-Es un deporte menor. Pero como muchos. Hay un deporte mayor que es el fútbol y no se puede llorar. No tenemos el beneficio de la televisión, donde se sacan muchos recursos para un deporte.

-A eso se une el recorte del gobierno a las federaciones deportivas.

-Pero a todos los deportes. El rugby ha sobrevivido en este país noventa años con el apoyo de las instituciones y nos llevamos bien con ellos. Estamos acostumbrados a trabajar en situaciones difíciles y de forma amateur.

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‘Ha sido un buen inicio para lanzar jugadores de Granada’

Decirle neocelandés a un natural de ese archipiélago y que le guste el rugby no es del todo acertado. Les gusta que les llamen All Blacks, distintivo de la mítica selección de negro. Bryce Bevin (30 de abril de 1958, Auckland, Nueva Zelanda) es uno de ellos y, pese no haber sido nunca internacional por su país, es un nombre ya histórico en el deporte oval español. Con él, el XV del León logró su única clasificación para un Mundial, el de Gales 1999. Ahora vuelve al cargo para asumir el mismo reto de cara a 2015. En su empeño, se pasó ayer por Granada en busca de talentos y futuros internacionales.

-¿Ha encontrado en Granada lo que venía buscando?

-Sí. Había dos objetivos con el club: buscar jugadores de élite para los equipos nacionales de rugby a 7 y a 15. Luego me gusta, cuando voy a los sitios cada semana, hablar con entrenadores y árbitros, y darles ideas y consejos para cuidar a sus equipos.

-Entonces no es sólo una búsqueda de jugadores, si no que su visita tiene carácter didáctico.

-Correcto. Más que mi conocimiento, dar a conocer mis ideas. Cada entrenador tiene su propia formación. Yo tengo ideas iguales o diferentes, por eso me gustaría que, si me observan, puedan tomarlas y variar los tipos de entrenamiento y de juego.

-Usted es de Nueva Zelanda. Allí el rugby es una religión.

-(Risas) Es una manera de vivir para todos. Es el deporte nacional para un pequeño país.

-¿En qué jugadores del CD Universidad de Granada se ha fijado?

-Hay varios, algunos de ellos son Migue García, Javi Bolio, Damián Jurado, y otros que me han dicho pero que están lesionados, como Fernando Pérez Iranzo, por ejemplo, o el más mayor Jorge García del Corral (Kramer). Hay más nombres que iré encontrando. Es un buen inicio para mí y para el rugby de Granada que podamos lanzar jugadores a otro nivel.

-¿Cómo hará el seguimiento?

-Iré viendo más partidos y vendré más veces. También hay un sistema en el que estamos trabajando. Tenemos siete seleccionadores nacionales por zonas que trabajan conmigo. Colaboraré con el seleccionador de la zona sur de España y yo haré de apoyo para darle la aprobación de las selecciones.

-De paso, ¿cómo ve al Universidad? ¿Pasará apuros en la División de Honor B?

-Creo que, al estar recién subido, debe ir a mantener la categoría. Es un grupo de diez equipos y estar entre los puestos sexto a octavo sería un éxito. Hay que concentrarse en ese objetivo. No se va a la Luna. El primer año hay que ir paso a paso. Es la realidad. Y al año siguiente, a dar un paso más.

-También ha visitado a los más pequeños, ¿se lleva alguna impresión del trabajo de cantera?

-Sí. A primera vista es un club como tal. Son un montón de padres y madres voluntarios ayudando a nivel amateur, desde los cinco ó seis años hasta mayores. Veo a una familia más que a un club. Empiezas jugando de pequeño hasta que acabas en el Universidad de grande.

-Volviendo a la selección española, ¿el objetivo es clasificarse para el Mundial de Inglaterra 2015?

-Es el reto. Tenemos dos años, diez partidos, cinco por año, para clasificarnos para el Mundial de rugby a 15. Somos muy competitivos. Tenemos que estar entre los dos primeros y superar a Portugal, Georgia, Rumanía y Rusia. Va a ser muy difícil. También están el rugby a 7 y el rugby femenino, con los que trabajamos para que vayan a sus mundiales.

-¿Por qué el rugby no termina de cuajar en España?

-Es un deporte menor. Pero como muchos. Hay un deporte mayor que es el fútbol y no se puede llorar. No tenemos el beneficio de la televisión, donde se sacan muchos recursos para un deporte.

-A eso se une el recorte del gobierno a las federaciones deportivas.

-Pero a todos los deportes. El rugby ha sobrevivido en este país noventa años con el apoyo de las instituciones y nos llevamos bien con ellos. Estamos acostumbrados a trabajar en situaciones difíciles y de forma amateur.

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‘Ha sido un buen inicio para lanzar jugadores de Granada’

Decirle neocelandés a un natural de ese archipiélago y que le guste el rugby no es del todo acertado. Les gusta que les llamen All Blacks, distintivo de la mítica selección de negro. Bryce Bevin (30 de abril de 1958, Auckland, Nueva Zelanda) es uno de ellos y, pese no haber sido nunca internacional por su país, es un nombre ya histórico en el deporte oval español. Con él, el XV del León logró su única clasificación para un Mundial, el de Gales 1999. Ahora vuelve al cargo para asumir el mismo reto de cara a 2015. En su empeño, se pasó ayer por Granada en busca de talentos y futuros internacionales.

-¿Ha encontrado en Granada lo que venía buscando?

-Sí. Había dos objetivos con el club: buscar jugadores de élite para los equipos nacionales de rugby a 7 y a 15. Luego me gusta, cuando voy a los sitios cada semana, hablar con entrenadores y árbitros, y darles ideas y consejos para cuidar a sus equipos.

-Entonces no es sólo una búsqueda de jugadores, si no que su visita tiene carácter didáctico.

-Correcto. Más que mi conocimiento, dar a conocer mis ideas. Cada entrenador tiene su propia formación. Yo tengo ideas iguales o diferentes, por eso me gustaría que, si me observan, puedan tomarlas y variar los tipos de entrenamiento y de juego.

-Usted es de Nueva Zelanda. Allí el rugby es una religión.

-(Risas) Es una manera de vivir para todos. Es el deporte nacional para un pequeño país.

-¿En qué jugadores del CD Universidad de Granada se ha fijado?

-Hay varios, algunos de ellos son Migue García, Javi Bolio, Damián Jurado, y otros que me han dicho pero que están lesionados, como Fernando Pérez Iranzo, por ejemplo, o el más mayor Jorge García del Corral (Kramer). Hay más nombres que iré encontrando. Es un buen inicio para mí y para el rugby de Granada que podamos lanzar jugadores a otro nivel.

-¿Cómo hará el seguimiento?

-Iré viendo más partidos y vendré más veces. También hay un sistema en el que estamos trabajando. Tenemos siete seleccionadores nacionales por zonas que trabajan conmigo. Colaboraré con el seleccionador de la zona sur de España y yo haré de apoyo para darle la aprobación de las selecciones.

-De paso, ¿cómo ve al Universidad? ¿Pasará apuros en la División de Honor B?

-Creo que, al estar recién subido, debe ir a mantener la categoría. Es un grupo de diez equipos y estar entre los puestos sexto a octavo sería un éxito. Hay que concentrarse en ese objetivo. No se va a la Luna. El primer año hay que ir paso a paso. Es la realidad. Y al año siguiente, a dar un paso más.

-También ha visitado a los más pequeños, ¿se lleva alguna impresión del trabajo de cantera?

-Sí. A primera vista es un club como tal. Son un montón de padres y madres voluntarios ayudando a nivel amateur, desde los cinco ó seis años hasta mayores. Veo a una familia más que a un club. Empiezas jugando de pequeño hasta que acabas en el Universidad de grande.

-Volviendo a la selección española, ¿el objetivo es clasificarse para el Mundial de Inglaterra 2015?

-Es el reto. Tenemos dos años, diez partidos, cinco por año, para clasificarnos para el Mundial de rugby a 15. Somos muy competitivos. Tenemos que estar entre los dos primeros y superar a Portugal, Georgia, Rumanía y Rusia. Va a ser muy difícil. También están el rugby a 7 y el rugby femenino, con los que trabajamos para que vayan a sus mundiales.

-¿Por qué el rugby no termina de cuajar en España?

-Es un deporte menor. Pero como muchos. Hay un deporte mayor que es el fútbol y no se puede llorar. No tenemos el beneficio de la televisión, donde se sacan muchos recursos para un deporte.

-A eso se une el recorte del gobierno a las federaciones deportivas.

-Pero a todos los deportes. El rugby ha sobrevivido en este país noventa años con el apoyo de las instituciones y nos llevamos bien con ellos. Estamos acostumbrados a trabajar en situaciones difíciles y de forma amateur.

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Cataluña-España: un divorcio endiablado

Cataluña empezó a ser nacionalista cuando a España se le cayó el traje de emperador (1898). Desde entonces ha desarrollado un mecanismo sencillo y eficaz: con cada puñetazo, una conquista. El Estatut de 1932 llegó tras una proclamación unilateral de independencia (14 de abril de 1931). El de 2006, después de arrancar de un Zapatero poco previsor la promesa de inviolabilidad del texto que avalase el Parlament. El tercer cofre del tesoro, el pacto fiscal, debería lograrse tras la masiva manifestación del 11 de septiembre, día nacional o Diada. Pero la crisis, con sus factores económicos y psicológicos, ha reventado la estrategia de CiU, la coalición hegemónica: un número de catalanes creciente aunque difícil de cuantificar quiere la independencia, así, en seco, sin transiciones que permitan engordar el serial de agravios presuntamente acumulados.

¿Y qué opina Andalucía, mencionada indirectamente por el president Artur Mas cuando, al tratar de explicar el divorcio, arguye que la España del norte se ha cansado de la del sur? Ataquemos primero el flanco político y arranquemos con Manuel Chaves, ex presidente de la Junta y del PSOE y actual diputado en el Congreso. «Hay que cerrar la puerta de la independencia cuanto antes, pero la primera fase del problema es el pacto fiscal, que representaría que España se situaría financieramente en un camino inviable porque perdería entre un 18% y un 20% de su riqueza. Por eso debe tenerse en cuenta la opinión del conjunto del país y sobre todo de Andalucía [perceptora neta de fondos solidarios]», sostiene.

Una pujante corriente de opinión sugiere darle la vuelta a la tortilla. Lo deslizaba el ex ministro Manuel Pimentel la semana pasada: ¿Por qué no revisar los conciertos navarro y vasco en vez de ceder más terreno? «Si quieres dar marcha atrás -advierte Chaves-, abres el melón entero de la Constitución, y que Dios nos pille confesados. Tiene que haber negociación, diálogo y delicadeza».

Actor de peso en la Transición, Manuel Clavero Arévalo, académico y ex dirigente de la UCD, dibuja un croquis. Artículo 2 de la Carta Magna: indisoluble unidad de la nación española. Artículo 168: la revisión parcial del título preliminar implica en última instancia una aprobación vía referéndum nacional. Artículo 8 («éste casi no lo quiero nombrar», dice): las fuerzas armadas garantizarán la integridad territorial. «Si se supera el marco constitucional, estamos ante una situación de inconstitucionalidad. Si Cataluña se independiza de hecho, el Gobierno tendrá que actuar como en 1931 [Alcalá-Zamora envió a Barcelona a una terna de ministros que logró que Macià reconsiderase su postura]. Pero llevado a sus últimas consecuencias, el problema de la independencia es un laberinto, no tiene solución», reflexiona.

Interviene Miguel Ángel Arredonda, ex líder del PA entre 1991 y 1995. La suya es una visión interesante por cuanto tiene de andalucista, esa tercera vía que nunca cuajó en la comunidad. «Yo no luché por este Estado autonómico, por esta huida hacia la insolidaridad más absoluta, por esta frivolidad y este disparate del gasto público. No entiendo que los partidos de izquierdas hayan alimentado estos nacionalismos burgueses y excluyentes. El pacto fiscal es un sarcasmo. Cataluña plantea una independencia que en realidad no quiere y sobre la que debemos pronunciarnos todos los españoles. Para enfrentarse a un toro tan gordo hace falta un acuerdo entre PP y PSOE o un Gobierno de concentración nacional».

Vertiente académica, sección sociopolítica. Habla Juan Montabes, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Granada. «Según las encuestas, combinando las distintas respuestas de cambio (independencia, federalismo, concierto económico), un 50% de los catalanes quiere un statu quo diferente. Asimismo, en julio de este año un 34% se inclinaba por la independencia (sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió) cuando en 2003-2004 ese porcentaje era del 20%. De todas formas, no es la primera vez en los últimos 35 años que un tercio de la población se inclina por el divorcio», expone. «El riesgo político es amplio: puede suponer la consagración o el hundimiento de Mas. La posición de Duran no está clara. Ni la del clan Pujol o el PSC. El camino en cualquier caso sería largo: Quebec lleva 30 años discutiendo qué quiere ser, y la otra experiencia comparada que se me ocurre, Checoslovaquia, tampoco sirve porque había dos regiones sin pugnas ni conflictos y además era la zona pobre (Eslovaquia) la que pedía la secesión». Montabes se suma a la postura mayoritaria respecto a una futura hoja de ruta: corresponde decidir a todos los españoles, en un contexto complejo, por cuanto «España ha cedido soberanía a Bruselas en muchas parcelas».

«La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut (junio de 2010) marcó un punto de inflexión y el inicio de una acumulación de malestares que refuerza allí la idea de que Cataluña vive peor por el desequilibrio de las balanzas fiscales», apunta Manuel Pérez Yruela, ex director del IESA y antiguo portavoz del Ejecutivo andaluz. «Ha cundido una cierta sensación de malestar generalizado por no ser bien comprendidos por el resto de los españoles. Muchos pensamos que Cataluña y España pueden convivir de manera más cómoda y dialogada, pero, ¿la independencia? ¿Se está hablando a la gente con la debida claridad? El nacionalismo da por hechas las ventajas demasiado linealmente, pero desde el punto de vista técnico es muy discutible». Pérez Yruela se muestra conciliador y crítico a la vez. Lo primero cuando afirma que «el desapego se puede revertir», para empezar, «si el Estado no toca las competencias transferidas a las CCAA». «Respeto la expresión de la voluntad popular; sólo creo que es necesario un análisis sosegado». Lo segundo al recordar que «algunos de los problemas de deuda y funcionamiento de la Generalitat son consecuencia de unas políticas públicas a las que nadie la ha obligado».

Toca el relato de un constitucionalista, Octavio Salazar, de la Universidad de Córdoba, que combina los artículos 1.2 y 2 para concluir que «las nacionalidades y regiones tienen autonomía política, no soberanía, así que carecen del poder constituyente, exclusivo del Estado». Cualquier intento de retoque del modelo implica reformar el cogollo de la Constitución. Y el listón es exigente: «aprobación por mayoría de dos tercios en Congreso y Senado en dos legislaturas diferentes y referéndum obligatorio». Salazar propone alargar la vida del sistema con reformas estructurales ya conocidas: participación de las comunidades en las decisiones de España como socio de la UE, reforma del Senado e institucionalización de nuevas formas interautonómicas de colaboración. Y deja sobre la mesa una tarea pendiente: «Ante una realidad (…) en la que el Estado se arrodilla frente a instancias superiores y no necesariamente políticas, tal vez ha llegado el momento de revisar las siempre conflictivas relaciones entre los principios de unidad, autonomía y solidaridad».

Toma el relevo la crónica del Derecho Internacional que firma Miguel Ángel Acosta, de la Universidad de Cádiz: A. Si Cataluña se va, se aplicaría el Convenio de Viena de 1978, que niega al nuevo Estado la pertenencia a los organismos (UE, ONU) de los que el Estado matriz fuese miembro. B. El artículo 49 del Tratado de la Unión obliga a aprobar el acceso de un país a la UE por unanimidad. Consecuencias de una y otra letra: los productos catalanes pagarían aranceles en Europa; salida de la moneda única salvo que emita, como Mónaco o San Marino. euros nacionales con valor facial; pérdida de fondos estructurales y de cohesión; fronteras con España y Francia; pérdida de la ciudadanía europea; reducción del peso de España en las instituciones comunitarias.

Y aterrizamos en la clave del asunto, que es (casi siempre) el dinero, a través de dos economistas: Rafael Salgueiro (Universidad de Sevilla) y José Luis Pinto (Pablo de Olavide). Salgueiro construye una ficción casi perfecta. Si Cataluña fuese independiente recaudaría 34.283 millones (la suma de lo que obtuvieron el Estado y la Generalitat en ese territorio en 2011). Los gastos no financieros fueron en ese periodo de 27.222 millones. «A simple vista trae cuenta, pero, cualquiera que sea la distribución que se haga del gasto del Estado y por muy sesgada que esté a favor de Cataluña, excede con mucho el saldo ingresos-gastos. Si además pretenden reproducir las estructuras estatales, carecen de recursos para ello. Aunque cambien el Ejército por un Somatén con carabinas. Pero es que ni siquiera se mantendrían los ingresos fiscales actualmente recaudados por estas razones: 1. Desplazamiento de los empleados residentes en Cataluña cuyas empresas cambien su sede social. 2. Reubicación del domicilio fiscal de contribuyentes afectados por una eventual subida de impuestos, que sería inevitable en caso de independencia.

Otras cargas fruto de la secesión serían: A. Déficit de tarifa eléctrica (la parte alícuota de los 27.000 millones que adeudará España a finales de año es de 4.314 millones). B. Deuda pública del estado (94.673 millones por el mismo mecanismo). C. Obligaciones futuras del sistema de pensiones de la Seguridad Social (Cataluña hará frente con sus ingresos a las obligaciones con los nuevos pensionistas, pero también habrá de pagar a los actuales pensionistas residentes y a los no residentes que hayan desarrollado allí su vida laboral. D. Deuda de RTVE ponderada por la población o la audiencia. E. Devolución de las cantidades aportadas por el Estado en el rescate de Catalunya Bank y Unnim. El etcétera es largo. Stop.

Pinto sintetiza sus impresiones: «Cataluña podría salir beneficiada porque es una zona rica, pero los economistas somos poco capaces de hacer predicciones cuando operan cambios no marginales, es decir, cuando se trata de cambios radicales donde las emociones juegan un papel decisivo. Otro aspecto relevante es el coste de esta deriva independentista para España: en principio, si alguien quiere invertir en Andalucía porque cree que tiene buenas perspectivas económicas, lo hará sin importar lo que pase con Cataluña: Ahora bien, sería muy lógico que los inversores, nacionales y extranjeros, esperasen a ver cómo van las cosas para volver a España y/o Cataluña».

El epílogo corre a cargo de un catedrático de Historia Contemporánea, Diego Caro: «Los representantes del nacionalismo burgués catalán y algunos despistados del PSC tienen una memoria histórica corta. Sólo escuchamos lo que les debemos y se olvidan de los privilegios que disfrutaron sus empresas durante dos siglos. Si hiciéramos las cuentas desde entonces y valoráramos lo que nuestros antepasados y todos los españoles pagaron de más por unos géneros procedentes de Cataluña que se vendían sin competencia exterior por el proteccionismo que los amparaba, a lo mejor más de un nacionalista se llevaba una desagradable sorpresa».

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Cataluña-España: un divorcio endiablado

Cataluña empezó a ser nacionalista cuando a España se le cayó el traje de emperador (1898). Desde entonces ha desarrollado un mecanismo sencillo y eficaz: con cada puñetazo, una conquista. El Estatut de 1932 llegó tras una proclamación unilateral de independencia (14 de abril de 1931). El de 2006, después de arrancar de un Zapatero poco previsor la promesa de inviolabilidad del texto que avalase el Parlament. El tercer cofre del tesoro, el pacto fiscal, debería lograrse tras la masiva manifestación del 11 de septiembre, día nacional o Diada. Pero la crisis, con sus factores económicos y psicológicos, ha reventado la estrategia de CiU, la coalición hegemónica: un número de catalanes creciente aunque difícil de cuantificar quiere la independencia, así, en seco, sin transiciones que permitan engordar el serial de agravios presuntamente acumulados.

¿Y qué opina Andalucía, mencionada indirectamente por el president Artur Mas cuando, al tratar de explicar el divorcio, arguye que la España del norte se ha cansado de la del sur? Ataquemos primero el flanco político y arranquemos con Manuel Chaves, ex presidente de la Junta y del PSOE y actual diputado en el Congreso. «Hay que cerrar la puerta de la independencia cuanto antes, pero la primera fase del problema es el pacto fiscal, que representaría que España se situaría financieramente en un camino inviable porque perdería entre un 18% y un 20% de su riqueza. Por eso debe tenerse en cuenta la opinión del conjunto del país y sobre todo de Andalucía [perceptora neta de fondos solidarios]», sostiene.

Una pujante corriente de opinión sugiere darle la vuelta a la tortilla. Lo deslizaba el ex ministro Manuel Pimentel la semana pasada: ¿Por qué no revisar los conciertos navarro y vasco en vez de ceder más terreno? «Si quieres dar marcha atrás -advierte Chaves-, abres el melón entero de la Constitución, y que Dios nos pille confesados. Tiene que haber negociación, diálogo y delicadeza».

Actor de peso en la Transición, Manuel Clavero Arévalo, académico y ex dirigente de la UCD, dibuja un croquis. Artículo 2 de la Carta Magna: indisoluble unidad de la nación española. Artículo 168: la revisión parcial del título preliminar implica en última instancia una aprobación vía referéndum nacional. Artículo 8 («éste casi no lo quiero nombrar», dice): las fuerzas armadas garantizarán la integridad territorial. «Si se supera el marco constitucional, estamos ante una situación de inconstitucionalidad. Si Cataluña se independiza de hecho, el Gobierno tendrá que actuar como en 1931 [Alcalá-Zamora envió a Barcelona a una terna de ministros que logró que Macià reconsiderase su postura]. Pero llevado a sus últimas consecuencias, el problema de la independencia es un laberinto, no tiene solución», reflexiona.

Interviene Miguel Ángel Arredonda, ex líder del PA entre 1991 y 1995. La suya es una visión interesante por cuanto tiene de andalucista, esa tercera vía que nunca cuajó en la comunidad. «Yo no luché por este Estado autonómico, por esta huida hacia la insolidaridad más absoluta, por esta frivolidad y este disparate del gasto público. No entiendo que los partidos de izquierdas hayan alimentado estos nacionalismos burgueses y excluyentes. El pacto fiscal es un sarcasmo. Cataluña plantea una independencia que en realidad no quiere y sobre la que debemos pronunciarnos todos los españoles. Para enfrentarse a un toro tan gordo hace falta un acuerdo entre PP y PSOE o un Gobierno de concentración nacional».

Vertiente académica, sección sociopolítica. Habla Juan Montabes, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Granada. «Según las encuestas, combinando las distintas respuestas de cambio (independencia, federalismo, concierto económico), un 50% de los catalanes quiere un statu quo diferente. Asimismo, en julio de este año un 34% se inclinaba por la independencia (sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió) cuando en 2003-2004 ese porcentaje era del 20%. De todas formas, no es la primera vez en los últimos 35 años que un tercio de la población se inclina por el divorcio», expone. «El riesgo político es amplio: puede suponer la consagración o el hundimiento de Mas. La posición de Duran no está clara. Ni la del clan Pujol o el PSC. El camino en cualquier caso sería largo: Quebec lleva 30 años discutiendo qué quiere ser, y la otra experiencia comparada que se me ocurre, Checoslovaquia, tampoco sirve porque había dos regiones sin pugnas ni conflictos y además era la zona pobre (Eslovaquia) la que pedía la secesión». Montabes se suma a la postura mayoritaria respecto a una futura hoja de ruta: corresponde decidir a todos los españoles, en un contexto complejo, por cuanto «España ha cedido soberanía a Bruselas en muchas parcelas».

«La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut (junio de 2010) marcó un punto de inflexión y el inicio de una acumulación de malestares que refuerza allí la idea de que Cataluña vive peor por el desequilibrio de las balanzas fiscales», apunta Manuel Pérez Yruela, ex director del IESA y antiguo portavoz del Ejecutivo andaluz. «Ha cundido una cierta sensación de malestar generalizado por no ser bien comprendidos por el resto de los españoles. Muchos pensamos que Cataluña y España pueden convivir de manera más cómoda y dialogada, pero, ¿la independencia? ¿Se está hablando a la gente con la debida claridad? El nacionalismo da por hechas las ventajas demasiado linealmente, pero desde el punto de vista técnico es muy discutible». Pérez Yruela se muestra conciliador y crítico a la vez. Lo primero cuando afirma que «el desapego se puede revertir», para empezar, «si el Estado no toca las competencias transferidas a las CCAA». «Respeto la expresión de la voluntad popular; sólo creo que es necesario un análisis sosegado». Lo segundo al recordar que «algunos de los problemas de deuda y funcionamiento de la Generalitat son consecuencia de unas políticas públicas a las que nadie la ha obligado».

Toca el relato de un constitucionalista, Octavio Salazar, de la Universidad de Córdoba, que combina los artículos 1.2 y 2 para concluir que «las nacionalidades y regiones tienen autonomía política, no soberanía, así que carecen del poder constituyente, exclusivo del Estado». Cualquier intento de retoque del modelo implica reformar el cogollo de la Constitución. Y el listón es exigente: «aprobación por mayoría de dos tercios en Congreso y Senado en dos legislaturas diferentes y referéndum obligatorio». Salazar propone alargar la vida del sistema con reformas estructurales ya conocidas: participación de las comunidades en las decisiones de España como socio de la UE, reforma del Senado e institucionalización de nuevas formas interautonómicas de colaboración. Y deja sobre la mesa una tarea pendiente: «Ante una realidad (…) en la que el Estado se arrodilla frente a instancias superiores y no necesariamente políticas, tal vez ha llegado el momento de revisar las siempre conflictivas relaciones entre los principios de unidad, autonomía y solidaridad».

Toma el relevo la crónica del Derecho Internacional que firma Miguel Ángel Acosta, de la Universidad de Cádiz: A. Si Cataluña se va, se aplicaría el Convenio de Viena de 1978, que niega al nuevo Estado la pertenencia a los organismos (UE, ONU) de los que el Estado matriz fuese miembro. B. El artículo 49 del Tratado de la Unión obliga a aprobar el acceso de un país a la UE por unanimidad. Consecuencias de una y otra letra: los productos catalanes pagarían aranceles en Europa; salida de la moneda única salvo que emita, como Mónaco o San Marino. euros nacionales con valor facial; pérdida de fondos estructurales y de cohesión; fronteras con España y Francia; pérdida de la ciudadanía europea; reducción del peso de España en las instituciones comunitarias.

Y aterrizamos en la clave del asunto, que es (casi siempre) el dinero, a través de dos economistas: Rafael Salgueiro (Universidad de Sevilla) y José Luis Pinto (Pablo de Olavide). Salgueiro construye una ficción casi perfecta. Si Cataluña fuese independiente recaudaría 34.283 millones (la suma de lo que obtuvieron el Estado y la Generalitat en ese territorio en 2011). Los gastos no financieros fueron en ese periodo de 27.222 millones. «A simple vista trae cuenta, pero, cualquiera que sea la distribución que se haga del gasto del Estado y por muy sesgada que esté a favor de Cataluña, excede con mucho el saldo ingresos-gastos. Si además pretenden reproducir las estructuras estatales, carecen de recursos para ello. Aunque cambien el Ejército por un Somatén con carabinas. Pero es que ni siquiera se mantendrían los ingresos fiscales actualmente recaudados por estas razones: 1. Desplazamiento de los empleados residentes en Cataluña cuyas empresas cambien su sede social. 2. Reubicación del domicilio fiscal de contribuyentes afectados por una eventual subida de impuestos, que sería inevitable en caso de independencia.

Otras cargas fruto de la secesión serían: A. Déficit de tarifa eléctrica (la parte alícuota de los 27.000 millones que adeudará España a finales de año es de 4.314 millones). B. Deuda pública del estado (94.673 millones por el mismo mecanismo). C. Obligaciones futuras del sistema de pensiones de la Seguridad Social (Cataluña hará frente con sus ingresos a las obligaciones con los nuevos pensionistas, pero también habrá de pagar a los actuales pensionistas residentes y a los no residentes que hayan desarrollado allí su vida laboral. D. Deuda de RTVE ponderada por la población o la audiencia. E. Devolución de las cantidades aportadas por el Estado en el rescate de Catalunya Bank y Unnim. El etcétera es largo. Stop.

Pinto sintetiza sus impresiones: «Cataluña podría salir beneficiada porque es una zona rica, pero los economistas somos poco capaces de hacer predicciones cuando operan cambios no marginales, es decir, cuando se trata de cambios radicales donde las emociones juegan un papel decisivo. Otro aspecto relevante es el coste de esta deriva independentista para España: en principio, si alguien quiere invertir en Andalucía porque cree que tiene buenas perspectivas económicas, lo hará sin importar lo que pase con Cataluña: Ahora bien, sería muy lógico que los inversores, nacionales y extranjeros, esperasen a ver cómo van las cosas para volver a España y/o Cataluña».

El epílogo corre a cargo de un catedrático de Historia Contemporánea, Diego Caro: «Los representantes del nacionalismo burgués catalán y algunos despistados del PSC tienen una memoria histórica corta. Sólo escuchamos lo que les debemos y se olvidan de los privilegios que disfrutaron sus empresas durante dos siglos. Si hiciéramos las cuentas desde entonces y valoráramos lo que nuestros antepasados y todos los españoles pagaron de más por unos géneros procedentes de Cataluña que se vendían sin competencia exterior por el proteccionismo que los amparaba, a lo mejor más de un nacionalista se llevaba una desagradable sorpresa».

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Ideal

Pág. 12: La construcción es el área con menor producción científica

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