Siete de cada diez drogodependientes en terapia presentan un trastorno mental

Siete de cada diez drogodependientes tratados en comunidades terapéuticas presentan un probable trastorno mental como depresión, psicosis o ansiedad que suele dejarse de lado durante el transcurso de la terapia para la desintoxicación.

Así se desprende de un estudio de la Universidad de Granada (UGR) hecho público hoy, que recoge que los centros residenciales de tratamiento suelen basarse en la conducta adictiva del paciente con problemas de consumo de drogas que, en paralelo, suele presentar otros trastornos psicopatológicos.

Para ellos, indica la investigación, hay que «diseñar tratamientos específicos» porque «estas personas no mejoran de la misma manera que los que sólo presentan problemas relacionados con el consumo de sustancias».

El aumento de estos enfermos con doble problemática asociada a su estado psíquico es constatable por primera vez en Andalucía, de acuerdo con los resultados del estudio.

El trabajo revela que todos los pacientes que ingresan en estos centros presentan un deterioro psicosocial generalizado y necesitan un mínimo de tres meses de estancia para empezar a apreciar una mejoría relevante.

Los investigadores han trabajado durante dos años y medio con 227 pacientes procedentes de las seis comunidades terapéuticas públicas del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones, situadas en Tarifa y La Línea (Cádiz), Cartaya (Huelva) y Los Palacios (Sevilla) -con plazas exclusivas para hombres- así como Mijas (Málaga) y Almonte (Huelva) con plazas también para mujeres.

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Siete de cada diez drogodependientes en terapia presentan un trastorno mental

Siete de cada diez drogodependientes tratados en comunidades terapéuticas presentan un probable trastorno mental como depresión, psicosis o ansiedad que suele dejarse de lado durante el transcurso de la terapia para la desintoxicación. Así se desprende de un estudio de la Universidad de Granada (UGR) hecho público hoy, que recoge que los centros residenciales de tratamiento suelen basarse en la conducta adictiva del paciente con problemas de consumo de drogas que, en paralelo, suele presentar otros trastornos psicopatológicos.

Para ellos, indica la investigación, hay que «diseñar tratamientos específicos» porque «estas personas no mejoran de la misma manera que los que sólo presentan problemas relacionados con el consumo de sustancias».

El aumento de estos enfermos con doble problemática asociada a su estado psíquico es constatable por primera vez en Andalucía, de acuerdo con los resultados del estudio.

El trabajo revela que todos los pacientes que ingresan en estos centros presentan un deterioro psicosocial generalizado y necesitan un mínimo de tres meses de estancia para empezar a apreciar una mejoría relevante.

Los investigadores han trabajado durante dos años y medio con 227 pacientes procedentes de las seis comunidades terapéuticas públicas del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones, situadas en Tarifa y La Línea (Cádiz), Cartaya (Huelva) y Los Palacios (Sevilla) -con plazas exclusivas para hombres- así como Mijas (Málaga) y Almonte (Huelva) con plazas también para mujeres.

Todos estos centros comparten un protocolo clínico homogéneo y aprobado por la Dirección General para las Drogodependencias y Adicciones de la Junta de Andalucía.

A la luz de loa resultados, en parte publicados recientemente en la revista científica «Trastornos Adictivos», los investigadores han señalado como prioritario realizar un diagnóstico psicopatológico protocolizado, «si bien los propios sistemas de clasificación diagnóstica presentan ciertas carencias, ya que no siempre abarcan la complejidad clínica de esta dualidad patológica».

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Siete de cada diez drogadictos presentan trastorno mental

Una investigación realizada en la Universidad de Granada (UGR) demuestra que siete de cada diez consumidores de drogas que ingresan en comunidades terapéuticas de Andalucía presentan algún tipo de trastorno mental, como depresión, psicosis y ansiedad, aunque por norma general estos centros basan su tratamiento en tratar la conducta adictiva y dejan en un segundo plano el resto de psicopatologías.

Con este trabajo de investigación se ha constatado por primera vez en Andalucía el aumento progresivo de pacientes con este perfil dentro de las comunidades terapéuticas de drogodependientes, poniendo de relieve la necesidad de diseñar tratamientos específicos a fin de conseguir unos mejores resultados terapéuticos.

Esta investigación revela que todos los pacientes que ingresan en estos centros presentan un deterioro psicosocial generalizado y necesitan un mínimo de tres meses de estancia para empezar a apreciar una mejoría relevante, informa en un comunicado la UGR.

Además, constata una alta prevalencia de patología dual y pone de manifiesto que estas personas no mejoran de la misma manera que los que sólo presentan problemas relacionados con el consumo de sustancias. De esta manera, los resultados de este estudio corroboran la hipótesis inicial de que aquellos pacientes con presencia de comorbilidad psicopatológica tienen una peor evolución a lo largo del tratamiento.

Dos años y medio de trabajo

Para llevar a cabo este trabajo, sus autores trabajaron con 227 pacientes procedentes de las seis comunidades terapéuticas públicas del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones, situadas en Tarifa y La Línea (Cádiz), Cartaya (Huelva) y Los Palacios (Sevilla) -con plazas exclusivas para hombres-; y Mijas (Málaga) y Almonte (Huelva) con plazas también para mujeres. Todos estos centros comparten un protocolo clínico homogéneo y aprobado por la Dirección General para las Drogodependencias y Adicciones. El trabajo de campo se ha llevado a cabo durante dos años y medio.

A la luz de sus resultados, los investigadores consideran prioritario realizar un diagnóstico psicopatológico protocolizado, «si bien los propios sistemas de clasificación diagnóstica presentan ciertas carencias, ya que no siempre abarcan la complejidad clínica de esta dualidad patológica», advierten.

Además, destacan que la mayoría de los pacientes con comorbilidad psicopatológica hasta el momento del ingreso y de su participación en el estudio nunca habían sido diagnosticados, y apenas la mitad fueron tratados en algún servicio de salud mental, lo que tiene implicaciones relevantes.

«Resulta imprescindible que en la historia clínica del paciente conste una evaluación diagnóstica completa y sistemática. Por tanto, pensamos que es importante organizar y protocolizar la evaluación diagnóstica para que, en cualquier recurso de la red asistencial, el terapeuta que trabaje con el paciente conozca el diagnóstico del mismo», afirman los investigadores de la UGR.

Perspectiva de género

Al mismo tiempo, resulta fundamental analizar la patología dual en pacientes drogodependientes desde una perspectiva de género, «ya que existen diferencias específicamente relacionadas con el sexo y el género, y en función de ello se deben diseñar las respuestas a nivel terapéutico y preventivo más adecuadas para cada grupo».

Los autores principales de esta investigación han sido Esperanza Vergara Moragues, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR y miembro de la Fundación para la Atención a las Drogodependencias e Incorporación Social (FADAIS), y Francisco González Saiz, de la Unidad de Gestión Clínica del Hospital de Jerez de la Frontera (Cádiz), entre otros expertos.

La investigación ha sido financiada por el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y parte de sus resultados han sido publicados recientemente en la revista científica ‘Trastornos Adictivos’.

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La UGR publica un libro sobre la historia medieval de Andalucía

Coordinado por los profesores Antonio Malpica Cuello, Rafael G. Peinado Santaella y Adela Fábregas García, el volumen recoge trabajos y estudios presentados en el “VII Coloquio de Historia Medieval de Andalucía” celebrado en Granada.

Cubrir los aspectos más importantes y significativos de la historia andaluza en época medieval, tanto andalusí como castellana, son los objetivos del libro “Historia de Andalucía, VII Coloquio”, publicado por la Editorial de la Universidad de Granada (eug) y coordinado por los profesores Antonio Malpica Cuello, Rafael G. Peinado Santaella y Adela Fábregas García.

En el volumen se recogen trabajos y estudios presentados en el “VII Coloquio de Historia Medieval de Andalucía” celebrado en Granada en 2007 con el título: “¿Qué es Andalucía? Una revisión histórica desde el medievalismo.

Según los coordinadores, “en esta ocasión se quiso acercar los estudios medievales a la sociedad civil, planteando una reflexión acerca de la idea que sobre la nueva realidad andaluza cunde en la sociedad. Nuestra contribución en este sentido –señalan los editores– pasa por ofrecer las propuestas lanzadas desde el medievalismo andaluz a través de una revisión historiográfica acerca de lo acontecido a lo largo de los últimos 20 años.

En el volumen se recogen 15 ponencias de otros tantos investigadores y especialistas como el propio Antonio Malpica Cuello, quien se refiere a “La arqueología para el conocimiento de la sociedad andalusí”; Adela Fábregas García, que estudia “La vida económica del sultanato nazarí en su vertiente comercial”; Carmen Trillo San José, que se ocupa de las “Comunidades rurales en el reino nazarí”; o Miguel Ángel Ladero Quesada, que da cuenta de “Andalucía en el tránsito a la modernidad.

Además, con el libro se adjunta un disco CD que contiene las veinticinco comunicaciones aportadas por otros tantos profesores e investigadores, como, entre otras, “Contextualización de un yacimiento arqueológico altomedieval: el castillejo de Nívar”, de J. Cristóbal Carvajal, Miguel Jiménez Puertas, y Eva Mª Muñoz; “La Granada zirí: una aproximación a través de las fuentes escritas y arqueológicas”, de Bilal Sarr Marroco; “La presencia genovesa en la Andalucía de los siglos XIII y XIV. Documentos y reflexiones historiográficas a finales del siglo XX”; de Gianluca Pagani; “Tipos campesinos y comunidades rurales en el reino de Sevilla en la Baja Edad Media”, de José Luis Villalonga Serrano; “La costa del reino de Sevilla en la documentación náutica italiana (siglo XV)”, de Raúl González Arévalo; o “Una villa andaluza en los orígenes del estado moderno: Carmona a comienzos del reinado de los Reyes Católicos (1474-1484)”, de Isabel Montes Romero-Camacho.

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7 de cada 10 drogodependientes tratados en comunidades terapéuticas presentan un probable trastorno mental

Una investigación realizada en la UGR demuestra que más de la mitad de los pacientes consumidores de drogas que ingresan en estos centros, centrados principalmente en el tratamiento de la conducta adictiva, presentan algún tipo de trastorno mental. Depresión, psicosis y ansiedad son los trastornos mentales más frecuentes.

Casi el 70% de los pacientes con problemas derivados del consumo de drogas que ingresan en comunidades terapéuticas para drogodependientes -centros residenciales de tratamiento- presentan un probable trastorno mental, como depresión, psicosis, ansiedad, etc, algo que en el área de las Ciencias de la Salud se denomina comorbilidad psicopatológica o patología dual. Sin embargo, estos centros tradicionalmente basan su tratamiento en la conducta adictiva, dejando en un segundo plano el resto de psicopatologías.

Un trabajo de investigación ha constatado por primera vez en Andalucía el aumento progresivo de pacientes con este perfil dentro de las comunidades terapéuticas de drogodependientes, poniendo en relieve la necesidad de diseñar tratamientos específicos a fin de conseguir unos mejores resultados terapéuticos.

Este trabajo revela que todos los pacientes que ingresan en estos centros presentan un deterioro psicosocial generalizado y necesitan un mínimo de tres meses de estancia para empezar a apreciar una mejoría relevante. Además, constata una alta prevalencia de patología dual y pone de manifiesto que estas personas no mejoran de la misma manera que los que sólo presentan problemas relacionados con el consumo de sustancias. De esta manera, los resultados de este estudio corroboran la hipótesis inicial de que aquellos pacientes con presencia de comorbilidad psicopatológica tienen una peor evolución a lo largo del tratamiento.

Dos años y medio de trabajo
Para llevar a cabo este trabajo, sus autores trabajaron con 227 pacientes procedentes de las seis comunidades terapéuticas públicas del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones, situadas en Tarifa y La Línea (Cádiz), Cartaya (Huelva) y Los Palacios (Sevilla) -con plazas exclusivas para hombres-; y Mijas (Málaga) y Almonte (Huelva) con plazas también para mujeres. Todos estos centros comparten un protocolo clínico homogéneo y aprobado por la Dirección General para las Drogodependencias y Adicciones. El trabajo de campo se ha llevado a cabo durante dos años y medio.

A la luz de sus resultados, los investigadores consideran prioritario realizar un diagnóstico psicopatológico protocolizado, “si bien los propios sistemas de clasificación diagnóstica presentan ciertas carencias, ya que no siempre abarcan la complejidad clínica de esta dualidad patológica”, advierten.

Además, destacan que la mayoría de los pacientes con comorbilidad psicopatológica hasta el momento del ingreso y de su participación en el estudio nunca habían sido diagnosticados, y apenas la mitad fueron tratados en algún servicio de salud mental, lo que tiene implicaciones relevantes.

“Resulta imprescindible que en la historia clínica del paciente conste una evaluación diagnóstica completa y sistemática. Por tanto, pensamos que es importante organizar y protocolizar la evaluación diagnóstica para que, en cualquier recurso de la red asistencial, el terapeuta que trabaje con el paciente conozca el diagnóstico del mismo”, afirman los investigadores de la UGR.

Perspectiva de género
Al mismo tiempo, resulta fundamental analizar la patología dual en pacientes drogodependientes desde una perspectiva de género, “ya que existen diferencias específicamente relacionadas con el sexo y el género, y en función de ello se deben diseñar las respuestas a nivel terapéutico y preventivo más adecuadas para cada grupo”.

Los autores principales de esta investigación han sido Esperanza Vergara Moragues, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR y miembro de la Fundación para la Atención a las Drogodependencias e Incorporación Social (FADAIS), y Francisco González Saiz, de la Unidad de Gestión Clínica del Hospital de Jerez de la Frontera (Cádiz). Además, en el trabajo han participado Óscar Lozano (Universidad Huelva); Antonio Verdejo García, Miguel Pérez García y Patricia Betanzos Espinosa (Universidad de Granada), e Izaskun Bilbao Acedos y Fermín Fernandez Calderón (FADAIS). La investigación ha sido financiada por el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.

Parte de los resultados de esta investigación han sido publicados recientemente en la revista científica “Trastornos Adictivos”.

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SIETE DE CADA DIEZ DROGODEPENDIENTES TRATADOS EN COMUNIDADES TERAPÉUTICAS PRESENTAN UN PROBLABLE TRASTORNO MENTAL

Una investigación realizada en la UGR demuestra que más de la mitad de los pacientes consumidores de drogas que ingresan en estos centros, centrados principalmente en el tratamiento de la conducta adictiva, presentan algún tipo de trastorno mental. Depresión, psicosis y ansiedad son los trastornos mentales más frecuentes.

Casi el 70% de los pacientes con problemas derivados del consumo de drogas que ingresan en comunidades terapéuticas para drogodependientes -centros residenciales de tratamiento- presentan un probable trastorno mental, como depresión, psicosis, ansiedad, etc, algo que en el área de las Ciencias de la Salud se denomina comorbilidad psicopatológica o patología dual. Sin embargo, estos centros tradicionalmente basan su tratamiento en la conducta adictiva, dejando en un segundo plano el resto de psicopatologías.

Un trabajo de investigación ha constatado por primera vez en Andalucía el aumento progresivo de pacientes con este perfil dentro de las comunidades terapéuticas de drogodependientes, poniendo en relieve la necesidad de diseñar tratamientos específicos a fin de conseguir unos mejores resultados terapéuticos.

Este trabajo revela que todos los pacientes que ingresan en estos centros presentan un deterioro psicosocial generalizado y necesitan un mínimo de tres meses de estancia para empezar a apreciar una mejoría relevante. Además, constata una alta prevalencia de patología dual y pone de manifiesto que estas personas no mejoran de la misma manera que los que sólo presentan problemas relacionados con el consumo de sustancias. De esta manera, los resultados de este estudio corroboran la hipótesis inicial de que aquellos pacientes con presencia de comorbilidad psicopatológica tienen una peor evolución a lo largo del tratamiento.

Dos años y medio de trabajo

Para llevar a cabo este trabajo, sus autores trabajaron con 227 pacientes procedentes de las seis comunidades terapéuticas públicas del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones, situadas en Tarifa y La Línea (Cádiz), Cartaya (Huelva) y Los Palacios (Sevilla) -con plazas exclusivas para hombres-; y Mijas (Málaga) y Almonte (Huelva) con plazas también para mujeres. Todos estos centros comparten un protocolo clínico homogéneo y aprobado por la Dirección General para las Drogodependencias y Adicciones. El trabajo de campo se ha llevado a cabo durante dos años y medio.

A la luz de sus resultados, los investigadores consideran prioritario realizar un diagnóstico psicopatológico protocolizado, «si bien los propios sistemas de clasificación diagnóstica presentan ciertas carencias, ya que no siempre abarcan la complejidad clínica de esta dualidad patológica», advierten.

Además, destacan que la mayoría de los pacientes con comorbilidad psicopatológica hasta el momento del ingreso y de su participación en el estudio nunca habían sido diagnosticados, y apenas la mitad fueron tratados en algún servicio de salud mental, lo que tiene implicaciones relevantes. «Resulta imprescindible que en la historia clínica del paciente conste una evaluación diagnóstica completa y sistemática. Por tanto, pensamos que es importante organizar y protocolizar la evaluación diagnóstica para que, en cualquier recurso de la red asistencial, el terapeuta que trabaje con el paciente conozca el diagnóstico del mismo», afirman los investigadores de la UGR.

Perspectiva de género

Al mismo tiempo, resulta fundamental analizar la patología dual en pacientes drogodependientes desde una perspectiva de género, «ya que existen diferencias específicamente relacionadas con el sexo y el género, y en función de ello se deben diseñar las respuestas a nivel terapéutico y preventivo más adecuadas para cada grupo».

Los autores principales de esta investigación han sido Esperanza Vergara Moragues, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR y miembro de la Fundación para la Atención a las Drogodependencias e Incorporación Social (FADAIS), y Francisco González Saiz, de la Unidad de Gestión Clínica del Hospital de Jerez de la Frontera (Cádiz). Además, en el trabajo han participado Óscar Lozano (Universidad Huelva); Antonio Verdejo García, Miguel Pérez García y Patricia Betanzos Espinosa (Universidad de Granada), e Izaskun Bilbao Acedos y Fermín Fernandez Calderón (FADAIS). La investigación ha sido financiada por el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.

Parte de los resultados de esta investigación han sido publicados recientemente en la revista científica Trastornos Adictivos.

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Siete de cada diez toxicómanos sufren algún tipo de trastorno mental

Una investigación realizada en la Universidad de Granada (UGR) demuestra que siete de cada diez consumidores de drogas que ingresan en comunidades terapéuticas presentan algún tipo de trastorno mental, como depresión, psicosis y ansiedad, aunque por norma general estos centros basan su tratamiento en tratar la conducta adictiva y dejan en un segundo plano el resto de psicopatologías.

Con este trabajo de investigación se ha constatado por primera vez en Andalucía el aumento progresivo de pacientes con este perfil dentro de las comunidades terapéuticas de drogodependientes, poniendo de relieve la necesidad de diseñar tratamientos específicos a fin de conseguir unos mejores resultados terapéuticos.

Esta investigación revela que todos los pacientes que ingresan en estos centros presentan un deterioro psicosocial generalizado y necesitan un mínimo de tres meses de estancia para empezar a apreciar una mejoría relevante, informó ayer en un comunicado la UGR. Además, constata una alta prevalencia de patología dual y pone de manifiesto que estas personas no mejoran de la misma manera que los que sólo presentan problemas relacionados con el consumo de sustancias. Así, los resultados de este estudio corroboran la hipótesis inicial de que aquellos pacientes con presencia de comorbilidad psicopatológica tienen una peor evolución a lo largo del tratamiento.

Para llevar a cabo este trabajo, sus autores trabajaron con 227 pacientes procedentes de las seis comunidades terapéuticas públicas del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones.

A la luz de sus resultados, los investigadores consideran prioritario realizar un diagnóstico psicopatológico protocolizado, «si bien los propios sistemas de clasificación diagnóstica presentan ciertas carencias, ya que no siempre abarcan la complejidad clínica de esta dualidad patológica», advirtieron.

Asimismo destacaron que la mayoría de los pacientes con comorbilidad psicopatológica hasta el momento del ingreso y de su participación en el estudio nunca habían sido diagnosticados, y apenas la mitad fueron tratados en algún servicio de salud mental, lo que tiene implicaciones relevantes.

«Resulta imprescindible que en la historia clínica del paciente conste una evaluación diagnóstica completa. Pensamos que hay que organizar y protocolizar la evaluación diagnóstica para que, en cualquier recurso de la red asistencial, el terapeuta conozca el diagnóstico del mismo», afirmaron los investigadores de la UGR.

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Jesús Conde rodea de color La Habana

El cantaor Pepe de la Matrona (Sevilla, 1887-Madrid, 1980) viajó a La Habana en barco y cuando llegó a Cuba aseguraba que veía el paisaje redondo, después de haberse pasado toda la travesía transatlántica mirando el mar por un ojo de buey. Esta sencilla anécdota animó al pintor Jesús Conde (Archidona, Málaga, 1953) -pero afincado en Granada- a realizar sobre lienzos redondos su serie La Habana, que ayer inauguró en el centro de exposiciones CajaGranada de Puerta Real.

Tres visitas a la ciudad caribeña a lo largo de su vida han sido la materia prima de este creador para hacer realidad medio centenar de visiones y distintos detalles de la capital cubana, que adquiere cierto aspecto monumental a través de sus grandes fachadas, portones y calles pobladas por transeúntes que dialogan suspendidos en el tiempo.

La vegetación, los bares, la decadencia solemne de las piedras y el sol desdibujado sobre los muros son otros aspectos que inmortaliza Conde, que ha elegido realzar con dorados, rojos y verdes la estética de la urbe, cuyo casco histórico es Patrimonio de la Humanidad.

«Esos lugares forman parte de mí desde la infancia, si bien es verdad que la última vez que estuve en la isla, en 2009, me relajé y me imbuí mucho más con lecturas, pinturas y distintas impresiones», expresó el artista, a quien los años le han brindado la oportunidad de apreciar la sencillez tanto estética como existencial y así se plasma en sus creaciones.

El tiempo, camuflado entre colores intensos, texturas robustas y líneas curvas tornasoladas y con sabor a salitre, puede que sea el tema principal de esta exposición, según confesó el propio Conde, doctor y profesor titular de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada. Él, sin duda, ha respetado el tiempo necesario para la quietud que permite fraguar y madurar la obra y la idea.

Y a través de cada una de sus pinturas se convierte en un sugerente observador que se asoma y colorea ese paso del tiempo de la Habana Vieja, que aún guarda presencias arquitectónicas de una burguesía decimonónica criolla. Las obras, por su circularidad, emanan una especie de fuerza centrípeta que capta al espectador.

«Lenta de olvidar»
Tal y como aseguró el autor, ante una abarrotada sala llena de público y autoridades culturales locales, son creaciones para una ciudad «lenta de aprender y más lenta de olvidar». Las mismas podrán contemplarse hasta el próximo 20 de marzo. La muestra, además, cuenta con un elaborado catálogo editado por la Obra Social de CajaGranada en colaboración con la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, ya que ambas entidades organizan la misma.

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Siete de cada diez drogadictos sufren trastornos mentales

Así lo revela una investigación de la Universidad de Granada realizada en varios centros terapéuticos de toda Andalucía

Una investigación realizada en la Universidad de Granada (UGR) demuestra que siete de cada diez consumidores de drogas que ingresan en comunidades terapéuticas de Andalucía presentan algún tipo de trastorno mental, como depresión, psicosis y ansiedad, aunque por norma general estos centros basan su tratamiento en tratar la conducta adictiva y dejan en un segundo plano el resto de psicopatologías.

Con este trabajo de investigación se ha constatado por primera vez en Andalucía el aumento progresivo de pacientes con este perfil dentro de las comunidades terapéuticas de drogodependientes, poniendo de relieve la necesidad de diseñar tratamientos específicos a fin de conseguir unos mejores resultados terapéuticos.

Esta investigación revela que todos los pacientes que ingresan en estos centros presentan un deterioro psicosocial generalizado y necesitan un mínimo de tres meses de estancia para empezar a apreciar una mejoría relevante, informa en un comunicado la UGR. Además, constata una alta prevalencia de patología dual y pone de manifiesto que estas personas no mejoran de la misma manera que los que sólo presentan problemas relacionados con el consumo de sustancias. De esta manera, los resultados de este estudio corroboran la hipótesis inicial de que aquellos pacientes con presencia de comorbilidad psicopatológica tienen una peor evolución a lo largo del tratamiento.

Para llevar a cabo este estudio, sus autores trabajaron con 227 pacientes procedentes de las seis comunidades terapéuticas públicas del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones, situadas en Tarifa y La Línea (Cádiz), Cartaya (Huelva) y Los Palacios (Sevilla) -con plazas exclusivas para hombres-; y Mijas (Málaga) y Almonte (Huelva) con plazas también para mujeres. Todos estos centros comparten un protocolo clínico homogéneo y aprobado por la Dirección General para las Drogodependencias y Adicciones. El trabajo de campo se ha llevado a cabo durante dos años y medio.

A la luz de sus resultados, los investigadores consideran prioritario realizar un diagnóstico psicopatológico protocolizado, «si bien los propios sistemas de clasificación diagnóstica presentan ciertas carencias, ya que no siempre abarcan la complejidad clínica de esta dualidad patológica», advierten. Además, destacan que la mayoría de los pacientes con comorbilidad psicopatológica hasta el momento del ingreso y de su participación en el estudio nunca habían sido diagnosticados, y apenas la mitad fueron tratados en algún servicio de salud mental, lo que tiene implicaciones relevantes.

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Pág. 2: El PTS creará 3.000 empleos en los próximos tres años

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People With A University Degree Fear Death Less Than Those At A Lower Literacy Level

A research -conducted at the University of Granada- revealed that fear of death is most common among women than men. Additionally, it concluded that parents’ fear of death affects their children’s perception of death. A change of mentality regarding this topic is necessary among families and teachers, since it is key to children’s mental health and psychological development.

People with a university degree fear death less than those at a lower literacy level. In addition, fear of death is most common among women than men, which affects their children’s perception of death. In fact, 76% of children that report fear of death is due to their mothers avoiding the topic. Additionally, more of these children fear early death and adopt unsuitable approaches when it comes to deal with death.

These are some of the conclusions drawn from a research entitled Educación para la muerte: Estudio sobre la construcción del concepto de muerte en niños de entre 8 y 12 años de edad en el ámbito escolar, [Education On Death: A Study On The Building Of The Concept Of Death In Children Aged Between 8 And 12 At School] conducted at the Department of Personality, Assessment and Psychological Treatment at the University of Granada by Claudia Fabiana Siracusa, and led by professors Francisco Cruz Quintana y Mª Nieves Pérez Marfil.

For the purpose of this study, researchers took a sample of 288 children, aged between 8 and 12, including their parents, tutors and teachers. The professors at the University of Granada analysed how adults’ understanding of the concept of death affects children’s attitudes, fears, beliefs and approaches to death.

A change In Mentality

This study revealed the need for a change in mentality within families and at school, regarding death and the end of life. The reason is that an appropriate approach to death is key to children’s health and personality. Other conclusions were that all children to a higher or lower degree- have had experiences related to death, that they believe in life after death, and that they are concerned about it. Additionally, it is more common among girls to believe in life after death than among boys.

As regards teachers, 80% of them reported that death was not included in the curriculum. Six out of ten recognised that they have occasionally talked about death with their students, mostly due to the death of a students’ relative.

In the light of the results obtained, University of Granada researchers consider that it is essential to provide death education «as a way to value life, and an instrument to end with the misguided and unreal idea transmitted by the media. Such education would provide children with the appropriate strategies and resources to approach death during their lives, avoiding any slight or severe negative impact on their physical or psychological health.»

Another finding was that a high educational level prevents negative attitudes, as fear of death and avoiding the topic. In accordance with the teachers that participated in the study, «at present, the education system does not have any formal and systematic method to deal with death in class. If death were introduced in the education system, children would have a more real and intense approach to life, and many of the problems derived from the mourning process in the adulthood would be prevented.»

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Including death in school curriculum

Spanish researchers say if children were taught in school about death they would have a more «intense approach to life.»

Fabiana Siracusa and colleagues at the University of Granada in Spain say 76 percent of children fear death because their mothers avoid the topic. The researchers say children tend to believe in life after death and the belief is more common among girls than among boys.

The researchers questioned 288 children ages 8-12 and their parents, tutors and teachers, on their attitudes, fears and beliefs concerning death.

The study indicates all the children had some experiences related to death.

Eighty percent of the teachers report death is not included in the curriculum but 60 percent report talking about death with their students — mostly because a student’s relative died.

«If death were introduced in the education system, children would have a more real and intense approach to life, and many of the problems derived from the mourning process in the adulthood would be prevented,» the study authors say in a statement.

The authors say their study will be partly published in a book to be released soon.

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