Salir de una entrevista con la sensación de haber conseguido dialogar con el interlocutor, de sortear los discursos y consignas que vienen endosados a los cargos de responsabilidad institucional, es un lujo que sólo el entrevistado puede hacer aún a riesgo de mermar su imagen. Así se presentó el rector de la Universidad de Granada (UGR), Francisco González Lodeiro, en su tradicional encuentro con este diario con motivo del comienzo de curso académico, el tercero que afronta como responsable. La crisis económica, el aumento de alumnado y la implantación de los nuevos grados otorgan mayor dificultad a la gestión del último año de su mandato, pero el reto parece haberle dado fuerzas porque ya ha adelantado que volverá a postularse como candidato a rector en 2011.
-La Huelga General coincide con el comienzo de curso, ¿qué opina de esta convocatoria?
-Se acaba de aprobar una reforma laboral importante y se han congelado las pensiones… Todas las huelgas tienen sus motivos legítimos y es un derecho que tenemos los trabajadores para manifestar una discrepancia. Los servicios mínimos que se han pactado permitirán mantener a los conserjes, decanos y directores en cada centro, además del equipo de Gobierno en el Hospital Real.
-La Universidad de Granada estrena grados este curso, ¿se hace más europea con ellos?
-No la hacemos más europea. Ya era europea antes. Los grados suponen una reforma de los planes de estudio y una adecuación de las enseñanzas a Europa. Pero no creo que las universidades, ni ésta ni ninguna, sean más europeas porque implanten los nuevos grados. Aunque implican la mejora de la docencia y la corrección de errores de estudios anteriores.
-Algunas comunidades van a congelar el presupuesto para sus universidades, ¿prevé una bajada en la inversión pública para la UGR?
-No tenemos noticias de la Junta de Andalucía de un recorte en el presupuesto. Es posible que no vaya a haber el crecimiento de años anteriores. De hecho, este año el crecimiento del capítulo 1 ha sido cero (un 0,4%). Así que tendremos las mismas perspectivas que teníamos anteriormente.
-¿Sería una buena noticia que se congelase la financiación?
-No, no sería una buena noticia que se congele nada. Pero tenemos que ser conscientes de la situación económica del país. Haciendo políticas de austeridad se puede conseguir más eficiencia en el gasto y mantener la calidad.
-¿Cree usted que es insuficiente la financiación pública que se destina a las universidades?
-Sí, en España todavía estamos bastante lejos de la financiación que tienen otros países europeos. Se ha avanzado en los últimos años, pero todavía queda pendiente una mejora importante. Esto es un esfuerzo que tiene que hacer el Gobierno, pero creo que ahora es complicado. Nuestro nivel de financiación está muy por debajo del que tienen otras universidades europeas teniendo economías similares a la nuestra.
-Con más alumnos y nuevos planes de estudios, ¿cómo va a gestionar la UGR con menos dinero?
-La ratio profesor/alumno todavía nos permite dar una buena docencia y en infraestructuras se han hecho mejoras. La calidad está asegurada para este curso.
-Haga balance de las medidas de ahorro. ¿Hasta qué punto se han saneado las cuentas de la UGR?
-Ante todo hemos transmitido a la comunidad universitaria el ahorro como elemento de optimizar nuestros recursos económicos. Y gracias a ello hemos mantenido las inversiones previstas, cosa que no todas las universidades españolas han podido hacer. Y hemos terminado de pagar la deuda que se había adquirido con la Caja de Ahorros. Nuestra situación económica no es holgada, pero nos permite tener cierta tranquilidad en el Capítulo 1 y en el 2.
-¿Cuánto han ahorrado con las medidas de reajuste?
-En torno al 5% o el 6%.
-¿Va a volver a aplicar nuevas medidas de ahorro este curso?
-Sí, por supuesto.
-Sólo el 10% de los hijos de personas sin estudios empieza una carrera, ¿es partidario de encarecer las matrículas para combatir la desigualdad (con más fondos propios, más becas)?
-No creo que ahora debamos que producir un aumento en las tarifas universitarias. La financiación de precios públicos es importante, pero socialmente hay que ver el aprovechamiento de los estudiantes. Como se ha hecho en Andalucía, que las primeras matrículas sean menos caras que las segundas y las terceras. Más que encarecer las matrículas, soy partidario de que se profundice en que el rendimiento se refleje en el precio que paga el estudiante.
-¿Qué es lo que más le preocupa del sistema universitario?
-El absentismo de los estudiantes. Me preocupa la falta de asistencia a clase. Puede haber muchos factores que estén detrás de esto, pero no podemos diseñar un aula para cien estudiantes y que luego asistan sólo ocho. Eso sí que es corregible, porque es un dinero público que están pagando todos los españoles y no es justo que a los estudiantes que tienen esa oportunidad la desaprovechen.
-Casi la mitad de su alumnado repite curso cada año. El Ministerio cifra el gasto en más de 9.000 euros por alumno que suspende un curso, ¿qué medidas podrían contrarrestar esto?
-Lo primero es limitar la permanencia del estudiante en la Universidad. Esto ya se ha hecho con los nuevos grados, porque ahora sólo tienen seis convocatorias en incluidas también las no presentadas. Pero hay que pedirle a alumnos y profesores que sean responsables con el dinero público que se están beneficiando.
-El fracaso escolar es uno de los temas que más preocupa a la sociedad, según usted, ¿cuáles su visión de las causas de este mal?
-En la Universidad hay un fracaso escolar importante. Aunque los demás estudiantes no son ni mejor ni peor que los nuestros, eso se puede ver en el programa Erasmus: nuestros estudiantes salen a las universidades europeas y norteamericanas y tienen un elevado índice de éxito. Pero creo que atosigamos demasiado a los estudiantes, les sometemos a una presión muy fuerte y, en un momento determinado, se desconcentran o tiran la toalla. No hay que bajar los niveles de exigencia, pero hay que adecuarlos a su capacidad. Un estudiante puede cursar de media 15 asignaturas al año, lo que suponen un mínimo de 15 exámenes, teniendo en cuenta que el curso tiene 30 semanas, eso significa que cada dos semanas tiene que examinarse el estudiante. Eso hay que corregirlo. Tenemos que organizar mejor las enseñanzas y la verificación de los conocimientos con fórmulas que eviten que el estudiante abandone las enseñanzas.
-¿Alguna propuesta?
-Sí, la nueva modalidad de estudiante a tiempo parcial, que se matricule sólo de las materias que es capaz de realizar. El fracaso en la universidad no es tanto porque no superen las materias como que no llegan ni a realizar siquiera la prueba de examen.
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