Funcas prevé que el sector bancario tarde hasta 5 años en normalizarse
Los analistas de Funcas, la fundación en la que se integra el servicio de estudios de las cajas de ahorro en España, auguran «muchísimas fusiones entre cajas» en los próximos años –»no hay más remedio, avisan–, aunque este proceso no se producirá de un día para otro. En opinión de Santiago Carbó, director de análisis financiero de la institución, la normalización del sector podría llevar «entre tres y cinco años», puesto que «las fusiones tardan muchísimo y son larguísimas».
Los bancos tienen menos oficinas
Los bancos llevan la delantera a las cajas en cuanto al cierre de oficinas, cuyo crecimiento ya se había ralentizado en los últimos años, como muestra el dato de que entre el 2001 y el 2008 el sector apenas incrementó su red en algo más de 800 sucursales, de 14.756 a 15.580. Muy lejos de las más de 25.000 de las cajas.
En el primer trimestre de este año, el conjunto de los bancos cerró 208, y todo apunta a que la reducción continuará en los meses que quedan, según los anuncios de los bancos grandes y medianos. BBVA, el Popular y Banesto han sido los más activos. Con una tasa de morosidad más baja (en torno al 4%, un punto inferior a las cajas) y una red más ajustada, las urgencias de los bancos son, aparentemente, menores.
En lo que va de año ya se han puesto en marcha algunos procesos. Los más avanzados son los de Unicaja, que ha llegado a un acuerdo de fusión con Caja de Jaén y está también diseñando su unión a CajaSur; y los de las tres cajas catalanas medianas, las de Terrassa, Sabadell y Manlleu. Además, Caja Duero y Caja España tienen muchos visos de acabar el 2009 como una sola entidad. En el trasfondo de las fusiones están el marcado aumento de la morosidad –que podría situarse por encima del 7% en los próximos meses frente al 5% actual–, la caída de los beneficios y, más a largo plazo, las amenazas sobre la solvencia de las entidades.
Las 45 cajas –46 si se cuenta a la CECA, que tiene un par de oficinas– afrontan la crisis con la idea clara de que hay que racionalizar su estructura, como recomienda el Banco de España, y apostar por las economías de escala, lo que, en muchos casos, significará acometer fusiones. Cuando haya pasado la recesión actual es muy probable que haya menos de 15 o 20 entidades, según los expertos, y bastantes menos de las 24.822 oficinas con las que contaban las cajas al término del primer trimestre, de acuerdo con los datos del Banco de España.
Los cierres de oficinas son totalmente novedosos en las cajas, cuya red ha pasado de las 15.010 sucursales de 1995 a las 25.035 de diciembre del 2008. La reforma de la ley de Cajas, que permitió la expansión fuera de su comunidad de origen desde principios de los 90, junto con los casi quince años de crecimiento económico provocaron que el número de oficinas se incrementara en un 67% en el citado periodo.
En los primeros meses de este año hay tan sólo 213 oficinas de cajas menos, pero el proceso se acelerará en lo que queda de ejercicio y en los próximos por dos motivos. En primer lugar, por los cierres selectivos, que afectarán tanto a las cajas que van bien pero tienen una red muy tupida, como La Caixa, como al resto, que busca ahorrar costes a causa de la crisis. Sólo Caja Madrid, a la que le faltan unas 300 oficinas para alcanzar su objetivo de crecimiento, sigue abriendo sucursales en estos momentos.
Se trata de la excepción. El escenario que cabe esperar es el de «un negocio que crecerá poco y reflejará el estado de la economía española, en la que no habrá grandes sectores para absorber el paro», dice Carbó. Con una tasa de desempleo en el 18% y con perspectiva de crecer, «vienen años muy duros», afirma el experto, que es también decano de Económicas de la Universidad de Granada y consultor de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
Obviamente, la racionalización de la estructura se acelerará con los procesos de fusión. Hasta ahora, además, las operaciones iniciadas se han circunscrito a cajas de la misma comunidad autónoma, donde existe mayor duplicidad en sus redes de sucursales. El baile ha comenzado. El final, según Funcas, aún queda lejos.
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