“Si aumentamos la escolarización temprana mejoraremos el éxito escolar”
Fomentar la escolarización temprana y conseguir que los malos resultados no sean característicos de la enseñanza ceutí son algunos de los objetivos que figuran en la agenda de trabajo del director provincial del MEPSYD, Aquilino Melgar.
Pero hay más, como el de lograr que la Formación Profesional no sea la Cenicienta de la casa o conseguir equilibrar los centros educativos de que se dispone con la ratio existente. Sobre estos asuntos se pronuncia Melgar en esta entrevista concedida a ‘El Faro’.
–¿Teniendo en cuenta el tiempo que lleva al frente del MEPSYD podría ofrecer una sencilla radiografía educativa con los males y las bonanzas que tiene el sistema?
–Fallamos fundamentalmente en resultados, si comparamos tablas y números salimos bastante mal parados. Sin embargo hay una cuestión que me gustaría resaltar: podríamos estar mejor pero no salimos mal en comparación. La situación de Ceuta no podemos compararla con otra porque somos algo distinto por nuestra situación social y cultural, por eso no podemos compararlo posiblemente a ninguna otra región de España similar en características de población. La densidad de población que tenemos aquí respecto a la media es algo que se dispara, por eso no somos comparables con otras. Quizá, la única que permite cierta comparación es Melilla con la que tenemos resultados parejos.
En este sentido, ¿la situación es mala? Sí, pero no es mala porque tengamos el doble de resultados en cuanto a fracaso escolar, en cuanto a abandono o permanencia respecto a otra región. Es mala porque consideramos que es manifiestamente mejorable. En este sentido, es verdad, debemos mejorar. Lo bueno que tenemos es que a nivel de recursos estamos por encima de la media. Lo que ocurre es que esa inversión que hacemos en recursos humanos no parece corresponderse con las mejoras. Debe haber algún factor que de alguna manera incida en que no haya una correlación entre lo que se invierte y lo que se saca de provecho. Ahora estamos en un momento interesante de preguntarse qué está pasando y analizar el porqué.
En este sentido ya se ha constituido el grupo de investigación del estudio de la Universidad de Granada, que nos puede dar pistas de por qué hay muchos chavales que no terminan los estudios y qué se puede hacer para garantizar esa permanencia en el sistema educativo. Estamos ante un sistema que es bastante bueno para los que van bien, pero que no termina de ajustarse al alumnado que tiene problemas para seguir.
–El hecho de que sea ahora cuando se esté haciendo esa pregunta, se esté preocupándose por las razones del abandono temprano, del fracaso… ¿significa que antes no se tenía en cuenta ni se trabajaba en atajar el problema?
-No creo que sea así. Hay una práctica individual que es interesante, sana y positiva: el preguntarse qué está pasando. Institucionalmente este año, por primera vez, se van a pasar datos de PISA en Ceuta, seguramente será polémico pero me parece interesante porque independientemente de que los datos nos gusten o no, lo primero que debemos hacer es preguntarnos. También por primera vez se van a pasar las pruebas generales de diagnóstico en 4º de Primaria para que el sistema sepa qué está pasando con los chavales a nivel de 4º de Primaria y de 2º de Secundaria.
–Aunque el estudio de la UGR está en su inicio, usted como director provincial del MEPSYD ¿se atreve a avanzar, a dar su opinión sobre las posibles causas de esta situación?
–Es difícil pero el centro del estudio versará sobre el abandono temprano, en dónde están las bolsas y qué podemos hacer para mejorar los índices de permanencia. Avanzar algo es complicado pero creo que las razones son múltiples y una de ellas, posiblemente,podría aventurarme a decir, por mi experiencia, que es la oferta. Hace seis años a una parte del alumnado, para retenerlo, había que ofrecerle cosas que estaban casi al margen de lo establecido. Talleres de jardinería, de cerámica… a fecha de hoy eso se ha reconvertido en una cualificación profesional reconocida. Si no tenemos esa oferta puede haber más abandono.
–¿En este campo al que usted alude entraría el necesario desarrollo de la FP, que no quede a un lado como la salida a la que van los fracasados?
–Efectivamente. El concepto de que el que valía iba a Bachillerato y el que no, a FP, ya ha cambiado, pero tenemos que profundizar mucho más. La Formación Profesional no es aquello que se había consolidado en el anterior sistema educativo pero hay que seguir profundizando porque estamos ampliándola. Ya no es FP1 y FP2, ya estamos hablando de técnicos de grado superior, en ciclos de grado medio que tiene el nivel de estudios de la Secundaria no obligatoria… y ahora ampliamos a los programas de cualificación profesional inicial para esa banda que no termina por la vía normal la educación secundaria obligatoria pero, ojo, permite volver después al sistema en cualquier momento. Eso es muy interesante, además del reconocimiento de la formación profesional por experiencia que va a empezar a darse.
–Este año hemos asistido a una escolarización infantil polémica debido a que han sido muchas las familias que no han estado de acuerdo con los criterios de la comisión de escolarización. ¿Considera que detrás de estas quejas puede existir el temor de los padres a que sus hijos sean víctimas de una peor formación al tocarles centros con peor fama que otros, y no tanto una reacción social?
–Estoy convencido de que en muchas familias pueda existir ese temor, pero entiendo que se trata de un temor infundado. Esto lo veo desde el punto de vista de profesional pero también como padre. Cuando he tenido que recomendar, frente al perjuicio o sensación de que un alumno en la enseñanza pública no puede progresar de manera suficiente… la realidad nos dice otra cosa. Efectivamente el chico puede desarrollar todo su potencial académico en cualquier centro. En nuestra obligación está el informar a los padres de que no debe haber temor alguno porque todos los centros están capacitados para llegar al máximo potencial del alumno.
–¿Si un padre le pregunta si su hijo estudiando en Los Agustinos llega al instituto con la misma base que el que sale, por ejemplo, del Andrés Manjón… usted qué respondería?
–Que sí. No hay diferencias por cuestión de centro.
–¿En la implantación del aprendizaje del castellano en edad temprana para evitar ese fracaso escolar han tenido en cuenta el factor clave que deben representar los padres, la necesidad de que en sus casas fomenten el castellano a pesar de conservar el dariya?
–Naturalmente. Yo siempre le digo a los padres que en este sentido sean cómplices, porque es importantísimo. Tampoco le quiero dar como factor único y determinante al dariya, que englobaría en una cuestión de comunicación. Si hay problemas de comunicación con el alumnado, sea monolingüista o bilingüista, va a tener una repercusión en el aprendizaje. Lo que no debemos perder de vista es que el dariya no deja de ser una lengua materna, por lo tanto si en la península con la inmigración están haciendo una inversión positiva en el español y además se está cuidando la lengua materna, por qué no la vamos a cuidar aquí.
Mi mensaje a las fuerzas sociales y a la familia es que no tengan prejuicio de que se va a perder la lengua materna, pero, fortalezcan el castellano porque es positivo para sus hijos. Un bilingüe tiene más riqueza. Hay que tratar que en el entorno sea bilingüe para aquellos que tienen esa posibilidad.
–Y en el ámbito de la educación, ¿cree que el profesorado está preparado para atender a estos niños que llegan a Infantil sin conocer el castellano?
–A ese nivel lingüístico está preparado, el profesorado se está preocupando pero hay una cuestión básica, no necesitan tener un conocimiento de dariya amplio pues a este nivel pesa más la comunicación afectiva que es la que necesita un niño de 3 años.
Este año he visitado todos los centros y aulas y siempre he preguntado por este tema, pero hubo un caso que me llamó la atención. Había una niña con problemas de audición y la profesora, a cuatro metros de distancia, se comunicó con ella de manera afectiva para traducirme qué es lo que estaba diciendo. El profesorado no es especialista en lenguaje de signos pero conocía cómo conseguir la comunicación. A ese nivel hay que lograr una comunicación simple, afectiva y efectiva porque se trata de niños de 3 años.
–Con el problema que tenemos con la ratio escolar y la imposibilidad de disponer de nuevos centros a corto plazo, ¿qué perspectivas hay para el próximo curso?
–No son tan buenas como me gustaría. Este año tenemos que hacer un estudio de dónde podemos sacar espacio para habilitar aulas. Lo tenemos complicado porque lo que realmente necesitamos es construir y para eso necesitamos terrenos. Ojalá tengamos claro en los próximos años espacio y proyectos en firme. Mientras tanto tenemos que buscar soluciones. Tenemos ratios muy bajas en niveles superiores y muy altas en los más bajos. Vamos a tratar de reducirla.
Este año se ha producido una mayor incorporación de alumnado de familias que vienen de la península como consecuencia de la situación económica que vivimos. Son familias que retornan y suponen un aumento no contemplado. Ahora estamos en esa planificación para saber dónde podemos habilitar sitio. Los centros están saturados y no podemos cargarnos los sitios comunes que son necesarios para el alumnado.
–¿Qué solución propone?
–Quitar no vamos a quitar nada, intentaremos hacer nuevas aulas en donde podamos. Paralelamente trabajaremos en espacios para sacar nuevos centros. Me preocupa no tanto la situación inmediata como la que viene a medio plazo, me preocupa dejarla en una situación positiva.
–Lo que tienen claro es que los centros ya saturados no se van a saturar más…
–Claro, buscaremos espacios para descongestionar la ratio pero respetando los lugares.
–El tema del acoso escolar es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el sistema educativo. En Ceuta ¿se ha detectado esta problemática tanto en lo referido al acoso escolar hacia el alumnado y hacia el profesor?
–No la percibo y las referencias que tengo es que una realidad vivida en años anteriores ha ido cambiando. La transmisión que me hacen los centros es que no existe esa sensación genérica, salvo casos puntuales. El éxito es que se trabaja en los planes de convivencia,en la resolución de conflictos… eso es positivo para seguir en esta línea. Puede quedar el alarmismo de un solo caso, pero puedo decirle que no he detectado esos problemas en los centros.
–¿Considera que la figura del profesor está degradándose cada curso más, en cuanto al respeto que debe tenerle el alumno?
–Esta es una cuestión social. En los últimos años el profesorado ha ido perdiendo la consideración social. Hay que trabajar en la línea de reforzar la responsabilidad e importancia que tiene el profesorado. Las familias no deben criticar la labor del profesorado delante de los hijos porque les hacen perder una autoridad que necesitan. Sí ha habido una degradación social de la percepción del profesorado pero no una profesional, porque cada vez el profesor está más preparado. Esa autoridad que necesita para el manejo de un grupo es necesaria.
–¿Teme que el próximo curso se produzca una judicialización de la educación, a tenor de las denuncias de padres presentadas ante el TSJA por no estar conformes con los centros adjudicados?
–Ese era mi temor ante la primera resolución, por eso me alegro cuando llega una primera resolución en sentido contrario indicando que el derecho de los padres no es absoluto sino que está condicionado al daño que se pueda hacer a terceros, como es la sobre escolarización en cualquier centro.
Ahora ha llegado una segunda resolución que tampoco contempla la medida cautelar de las primeras, con lo cual es posible que estén cambiando las sentencias finales que van en la línea de dar la razón a la administración en cuanta a la escolarización, sino también en las medidas cautelares. En un momento dado pueden afectar al niño porque si después de un tiempo de adaptación debe cambiar al centro de origen puede haber problemas.
No me parece que alegremente sea una medida positiva. Confío en que las familias no opten por judicializar esta cuestión.
–¿Qué necesidades educativas cree que deben atenderse en los centros de manera más urgente en materia de infraestructuras, aulas, instalaciones deportivas…?
–No estamos mal, dentro de las posibilidades que tienen los centros. Hemos hecho una inversión en bibliotecas extraordinaria, algunas con relevancia en cuanto al catálogo, disponibilidad de espacio y recursos con accesos informáticos. En instalaciones deportivas no estamos mal incluso con espacios cubiertos, aprovechando al máximo el terreno disponible.
Vamos a estar mejor en nuevas tecnologías. Vamos a ver mejoras, aunque ahora no estamos mal con la ratio de ordenadores por alumno pero vamos a mejorarla.
–La tranquilidad es la nota dominante en su relación con los sindicatos, con carencias de polémicas mediáticas que antaño eran diarias. ¿Cómo valora su relación con los sindicatos del sector?
–La relación es buena, puede haber malos entendidos que se aclaran en las distancias cortas. Hay buen entendimiento a pesar de las diferencias puntuales.
-¿Considera que no es clave tener esa relación directa con Madrid tan demandada?
–La hay, es verdad que a veces la distancia puede parecer más que la física pero hay una comunicación constante. La interlocución es positiva, no puedo quejarme de esas comunicaciones porque no me siento aislado.
-¿Qué proyectos tiene el MEPSYD para el fomento de la escolarización temprana?
–Es muy necesaria. Hemos pasado a casi una escolarización plena en educación infantil segundo ciclo. Tenemos una tasa de escolarización a medias europeas. Pero es el momento de ir más atrás, al 0-3. Lo que sucede es que estos centros no son de gestión directa por parte de la administración educativa. Nosotros supervisamos la adaptación de las guarderías a centros de educación infantil y tratamos de favorecer la ampliación de la red de esos centros privados, semiprivados, conveniados… que de alguna manera nos tienen que nutrir la etapa de educación infantil.
En el convenio con la Ciudad hay un compromiso de aumento de plazas en los próximos años y tratamos de hacer convenios con otras administraciones como Defensa o con Sanidad. Por ahí tenemos otro campo de ampliación de plazas y luego todo lo que es la ampliación de las guarderías privadas a lo que es el reconocimiento como escuela de educación infantil nos va a ir aumentando el número de vacantes de tres años.
Para mi esto es importantísimo, en la medida que vayamos aumentando la escolarización vamos a ir mejorando los índices de éxito escolar, estoy convencido.
-¿Esa es una de las claves para la mejora?
–Sí, es una de las claves. Yo he preguntado al profesorado de educación infantil sobre si hay diferencia ente los chicos escolarizados previamente y los que no y la respuesta siempre es la misma: sí. Había más dificultad en los que entraban directamente con 3 años. Esto me lleva a pensar que esa escolarización puede ser clave.
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