Inauguración V Jornadas de Voluntariado Universitario

Inauguración V Jornadas de Voluntariado Universitario

Mañana miércoles 26 de noviembre, a las 10,30 horas en el Aula Magna de la Universidad de Almería, tendrá lugar la inauguración de las V Jornadas de Voluntariado Universitario.

Dichas Jornadas comienzan con el acto de inauguración y a continuación con la conferencia «Juventud y valores» impartida por Jaime Andreu Abela, Profesor de Sociología en la Universidad de Granada, Presidente del Colegio Andaluz de Licenciados y Doctores de CC.PP. y Sociología y autor del Informe Juventud en España del INJUVE.

CONVOCATORIA A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN:

Inauguración V Jornadas de Voluntariado Universitario. Universidad de Almería. Miércoles, 26 de noviembre.

Hora: 10,30 horas.

Lugar: Aula Magna de la Facultad de Humanidades. Universidad de Almería.
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Una biografía recupera la vida y obra del sevillano Alejandro Sawa más allá del personaje que inspiró ‘Luces de bohemia’

Una biografía recupera la vida y obra del sevillano Alejandro Sawa más allá del personaje que inspiró \’Luces de bohemia\’

La profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa recupera en una biografía la vida y obra del escritor sevillano Alejandro Sawa, una bohemio que inspiró al personaje de Max Estrella en la obra de Valle-Inclán «Luces de Bohemia» y que murió joven, a los 47 años, en 1909, por lo que el próximo año se cumplirá el centenario de su fallecimiento.

En rueda de prensa organizada para la presentación de dicha biografía, titulada «Alejandro Sawa. Luces de Bohemia» (Fundación José Manuel Lara), Correa recupera la vida y la trayectoria literaria del autor sevillano, «de la que apenas se conoce nada», según destacó la autora, porque su figura ha quedado «eclipsada» por el personaje del esperpento de Valle-Inclán. «Sawa fue el prototípico bohemio del cambio de siglo», según condensó Correa, quien resaltó también la faceta más humana del escritor reseñando que «fue un desclasado que representaba los valores contrarios de la época que le tocó vivir».

El libro, de carácter biográfico, tiene su origen en la impresión que le produjo a su autora la asistencia de Valle-Inclán al velatorio de Sawa, episodio «definitivo» para que el dramaturgo y poeta gallego decidiera retratarlo en su obra «Luces de bohemia».

«Sawa murió ciego, en la más absoluta pobreza e incluso al final de sus días perdió la razón», según recordó Correa, quien subrayó que fue «su amigo» Valle-Inclán quien hizo «todo lo necesario» para que se publicara «Iluminaciones en la sombra», título póstumo de Sawa al que la profesora se refirió como «su obra cumbre, un dietario vital que sigue vigente en la actualidad y que posee el indiscutible valor literario del que carecen sus novelas».

En este sentido, relató que su primera etapa como escritor fue de un «naturalismo radical» que se alejaba de las tendencias cultivadas en la época por otros autores españoles como Emilia Pardo Bazán o Benito Pérez Galdós. «Luego se marchó a París, donde vivió sus años dorados, formando parte de los círculos literarios más renovadores junto a autores como Verlain, que fue su maestro, y el mismo Víctor Hugo», según explicó la biógrafa, quien agregó que lleva trabajando en la vida y obra de Sawa desde 1989, «hace ya 20 años».

«El libro es lo más riguroso posible, pero también está hecho desde la pasión porque he empatizado muy bien con Sawa», comentó Corra, quien dijo, con todo, que se trata de una obra «accesible» al gran público y que no está dirigido a una audiencia «académica o erudita», sino a cualquier interesado en informarse sobre este autor o su época, «o simplemente que tenga curiosidad por la literatura».

En cuanto al proceso de documentación llevado a cabo para su elaboración, «que podría haber dado lugar a un libro de muchas más páginas», desveló que una fuente de información fue el epistolario de Sawa que guardaba la viuda del nieto. En ese archivo se conservan cartas a Rubén Darío, Valle-Inclán o Verlain, además de misivas a su mujer y su hija que la autora ha reproducido pese a que, según reconoció, cuando las leyó tuvo «la sensación de estar violando la intimidad de Sawa, un hombre bohemio pero profundamente enamorado de su mujer», según destacó.

Por otra parte, explicó que fue Sawa quien hizo que Rubén Darío se diera a conocer en los círculos literarios de París y recordó que ambos mantuvieron «una amistad fraternal» que conservaron incluso cuando el sevillano abandonó París para regresar a España, en concreto a Madrid. A tal punto alcanzó su amistad que, según destacó la autora, «Sawa le sirvió de negro» a Darío realizando y firmándole con su nombre unos artículos para un diario de Buenos Aires cuando éste se encontraba ya desbordado de trabajo.

DISPUTA CON RUBÉN DARÍO
Ese episodio, según explicó, se convirtió finalmente en un motivo de conflicto entre ambos porque Darío no le pagó a Sawa por ese trabajo ni le respondió a las cartas «que una y otra vez» le envió rogándole que fuera a verlo cuando el sevillano enfermó y se acercaba al final de sus días. «Darío no le contestaba o le ponía excusas, así que Sawa le escribió con un tono muy cortante reclamándole las cantidades que le adeudaba», según indicó Correa, quien añadió al hilo que Darío, «tal vez porque tenía remordimiento de conciencia», accedió a elaborar el prólogo de «Iluminaciones en la sombra».

Correa explicó que Sawa vivió sus últimos años «en la indigencia» y que en un periódico del día siguiente al de su fallecimiento se informaba de que la familia no tenía dinero para el sepelio, así que el féretro –según especificó la autora– «fue lo más convencional posible». De hecho, recordó que uno de los clavos del ataúd le rasgó al sien y que sus restos mortales no se conservan porque pasaron a formar parte del osario común del cementerio de La Almudena.

Amelina Correa es profesora de la Universidad de Granada (UGR) y miembro de la Academia de Buenas Letras dicha ciudad. Especialista en literatura española contemporánea, su labor se ha centrado en la recuperación del patrimonio literario de finales del siglo XIX y comienzos del XX. En este sentido, sus estudios superan los 150 entre capítulos de obras colectiva, ensayos en revistas literarias y artículos de divulgación, tanto en España como en el extranjero.
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ESPAÑOLES DISEÑAN TÉCNICA PARA DETECTAR COPIAS ILEGALES DE CD

ESPAÑOLES DISEÑAN TÉCNICA PARA DETECTAR COPIAS ILEGALES DE CD

Permite apreciar si la grabación del disco fue realizada mediante estampación, como los originales, o bien con el láser de una grabador de CD casero. Eso determina si el formato es original o no.

Un equipo de científicos españoles diseñó una técnica pionera que permite identificar discos compactos que hayan sido grabados con métodos distintos a los utilizados en los procesos industriales, detectando así las copias ilegales.

El descubrimiento se basa en el empleo del fenómeno de la difracción de la luz sobre la superficie de los discos compactos, para apreciar de esta forma las diferencias entre las unidades originales y las copiadas y, según la Universidad de Granada, se trata de «una nueva técnica económica, rápida y eficaz».

Los discos compactos originales se elaboran mediante estampación a través de un proceso que resulta rentable para grandes cantidades. Los copiados, sin embargo, se crean mediante unas marcas que el láser de las grabadoras comerciales que queman su superficie.

Además de discos compactos, el descubrimiento de los científicos también fue comprobado en DVD y en el futuro se espera que pueda ser desarrollado en dispositivos de última generación como el Blu-Ray.
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No hace falta posar en ‘Interviú’

No hace falta posar en \’Interviú\’

Para ser actriz no hace falta enseñar los pechos previamente en Interviú, como algunas creen. Lo han demostrado los jóvenes que han participado en el I Festival Internacional de Teatro Universitario, que concluye esta noche en el Teatro del Zaidín con Antígona, a cargo de los \’chicos\’ de la Universidad de Granada dirigidos por Rafael Ruiz. «En líneas generales estamos muy satisfechos por la calidad de los grupos que han venido, que yo diría que rozan el nivel profesional», explica Ruiz en referencia a los grupos universitarios de El Cairo (Egipto), Puebla (México), Berlín (Alemania), Covilha (Portugal), Ourense y Madrid.

«Ya no se hacen \’teatricos\’, sino que se reflexiona de verdad con propuestas muy arriesgadas, pasando de obras con muchos personajes y temas comprometidos a la contención en el trabajo de los actores alemanes, con monólogos de cerca de cuarenta minutos que llenan el escenario con un solo personaje», afirma el director del aula de teatro de la UGR. Y el público parece que ha respondido a estas propuestas. «El teatro se ha llenado con los grupos españoles y se ha superado la media entrada con los grupos de fuera».

En la actualidad, el Festival de Teatro Universitario es el único que queda en Granada, «sobre todo con esta dimensión internacional». Respecto a las diferencias entre una compañía profesional y una universitaria, a priori parece que \’no profesional\’ es tener menos medios técnicos y artísticos, sin grandes presupuestos y con un proceso lento y pobre. «Pero hay una gran libertad para buscar textos, montar autores determinados y hacer propuestas arriesgadas que parece que en el contexto universitario se permiten», resalta Ruiz. «Aquí está lo asombroso, ¿cómo es posible que con estos medios y sin una gran formación se consigan estos resultados?». Un ejemplo ha sido el grupo de Orense, «con 16 personas en el escenario y una coordinación en todo momento que muchos profesionales no tienen».

Y en una edición que ha juntado a grupos de México, Alemania, Portugal o Egipto, ¿qué diferencias observa entre continentes? «Muchas», responde Ruiz, «porque los propuestas son distintas en el orden temático aunque parece que hay una corriente hacia el teatro comprometido, porque la gente está sensibilizada con el tema de la guerra, con el sufrimiento y la tortura…».

Pero cada forma de abordar el texto, el autor y la puesta en escena varía de un país a otro. «Hay como algo más colorista según el país». Un ejemplo es el caso de la Universidad de Puebla, «donde con tan solo ver el escenario se sabe que es un grupo mexicano sin necesidad de conocer más». Pero la obra tiene un trasfondo de denuncia de la opresión, de denuncia del colonialismo. Además, el director teatral destaca al grupo de Berlín, «un taller de teatro puro y duro, muy trabajado, esmerado, donde se sigue al dedillo todas las enseñanzas de los grandes.

En definitiva, el teatro universitario se mueve entre la épica y la lírica. «Épica porque somos casi personajes medievales como Roldán, y lírica porque no deja de ser un canto muy poético y a veces son propuestas de una estética exquisita, caso de la obra Paraíso infernal, un gran trabajo de expresión corporal sin apenas diálogos».
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El rector, Francisco González Lodeiro, presenta la UGR en Casablanca y Rabat

El rector, Francisco González Lodeiro, presenta la UGR en Casablanca y Rabat

En la visita que el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, acompañado de una delegación universitaria, desarrolla esta semana en Marruecos, se ha celebrado la presentación institucional de la UGR en el Instituto Español Juan Ramón Jiménez de Casablanca. A este acto acudieron diversas autoridades académicas de las Universidades Hassan II ,Mohammedia, de Casablanca, el cónsul general de España en Casablanca, el delegado de Educación, la directora del Instituto Cervantes y una nutrida representación de profesores y alumnos del centro.

Tras la proyección del vídeo Memoria y Modernidad sobre la historia, trayectoria e importancia de la UGR, el rector Francisco González Lodeiro presentó un resumen actualizado de la importancia de la Universidad de Granada en el contexto de las Universidades españolas y andaluzas, ofreciendo datos sobre número de alumnos y profesores, oferta de titulaciones, proyectos de investigación, relaciones internacionales, cooperación para el desarrollo, oferta de servicios, etc., resaltando el papel preponderante de la UGR en las relaciones con Marruecos desde hace más de 50 años. A continuación, el profesor Ramón Román, coordinador de Acceso, realizó algunos comentarios sobre el acceso de los estudiantes marroquíes a la Universidad de Granada a través de las pruebas de selectividad, así como sobre las becas que ofrece la UGR para aquellos estudiantes marroquíes de los colegios españoles con mejores expedientes y sobre el acceso de mayores de 25 años a la UGR. El acto finalizó con la intervención de diversas autoridades académicas marroquíes, quienes resaltaron el interés de la visita y agradecieron al rector y a la delegación de la UGR la información ofrecida.

Una colaboración futura
La Delegación de la UGR fue recibida en una sesión de trabajo en la sede de la Dirección General de Educación Superior por la secretaria de Estado de Educación, Sra. Latifa Tricha, por el director general de Educación, Sr. El Bachir Kouhlani, y por diversas autoridades del Ministerio de Educación, así como por la mayoría de los rectores de las 15 universidades de Marruecos. En el curso de esta reunión se informó de las actividades prioritarias de trabajo de cada Universidad, así como de las posibilidades de cooperación con la UGR en temas de Ciencias de la Salud y Ciencias Experimentales, Biotecnología, Agroalimentación, Humanidades, Lengua y Literatura Españolas, Traducción y Comunicación, Gestión Empresarial, Informática y Nuevas Tecnologías, entre otras. Igualmente se acordó colaborar en temas de movilidad de estudiantes y Profesorado, Acciones Integradas y aspectos Culturales y de Cooperación al Desarrollo, y fomentar así mismo la cooperación hispano-marroquí con países del ámbito iberoamericano. La reunión finalizó con la intervención de la Secretaria de Estado, quien resaltó la importancia de la reunión para la colaboración futura entre la UGR y las Universidades de Marruecos. Al terminar el acto, el Rector entregó a la Secretaria de Estado el escudo de la UGR (foto) y diversas publicaciones sobre nuestra Universidad.

Finalmente, tras esta reunión, el Rector realizó la presentación de la UGR en el Instituto Cervantes de Rabat con la asistencia del embajador de España en Marruecos Luis Planas, quien resaltó la importancia de esta presentación para afianzar las tradicionales relaciones de la Universidad de de Granada con las Universidades marroquíes, ofreciendo su apoyo y el de la Embajada para todas aquellas actividades de cooperación que se emprendan en el futuro. De acuerdo al programa de la visita, el martes, 25 de noviembre, estába prevista la presentación de la UGR en el Instituto Nuestra Señora del Pilar de Tetuán.
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Un experimento demuestra que es posible recuperar la vegetación de Sierra Nevada

Un experimento demuestra que es posible recuperar la vegetación de Sierra Nevada

Las especies vegetales de Sierra Nevada constituyen el 30% de la riqueza floral de España y se degradan por el mantenimiento con maquinaria pesada de las pistas de esquí. La erosión del suelo aumenta y la pérdida de biodiversidad se agrava, ya que de las más de 2.000 plantas vasculares presentes, 80 de ellas son endémicas de este macizo. Investigadores de la Universidad de Granada han logrado ahora, con el fin de proponer nuevos mecanismos de restauración de la cubierta vegetal, el crecimiento en laboratorio de dos arbustos autóctonos de la zona, informó el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

Este experimento para intentar mantener la biodiversidad en el Parque Nacional, cuyos resultados aparecerán en el próximo número de la revista «Central European Journal of Biology», permitirá «recuperar las zonas degradadas, perfeccionar la actual metodología de restauración de la cubierta vegetal e integración paisajística, y favorecer el mantenimiento de la biodiversidad en un área tan frágil como Sierra Nevada», explicó Francisco Serrano Bernardo, autor principal del estudio e investigador del Área de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Granada.

Las dos especies arbustivas autóctonas de Sierra Nevada estudiadas por los investigadores son «Genista versicolor Boiss» (Leguminosa) y «Reseda complicata Bory» (Resedácea), cuyo nicho ecológico está sobre todo en la estación de esquí y su entorno. Para lograr su recuperación en su medio natural, los investigadores quisieron conocer «algunos requerimientos ambientales que estas plantas necesitan para optimizar sus procesos de germinación y crecimiento». El principal problema de los arbustos es que, a corto plazo, «no logran autorregularse naturalmente para recuperar su biodiversidad».
Prueba exitosa

Valiéndose de tres muestras de distintos suelos de la estación de esquí, los investigadores quisieron probar si las semillas de estas especies podían crecer en diferentes condiciones experimentales. A las semillas se aplicaron tratamientos con distintos reguladores del crecimiento vegetal (auxinas, giberelinas, citoquininas y etileno) «para mejorar los porcentajes germinativos y de crecimiento en laboratorio, y facilitar la posterior traslación y aplicación de los resultados a la estación de esquí», apuntó el investigador. Finalmente, las semillas germinaron y crecieron con éxito en el laboratorio.

Se espera que, una vez aplicados al campo, los tratamientos señalados «favorezcan la recuperación de la cubierta vegetal en un espacio de tiempo notablemente inferior al que se necesitaría sin intervención alguna», indicó el científico.
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Ejercicios de redacción

Ejercicios de redacción

¿La menos fiable crítica del mundo se hace hoy en las universidades? En lo que se refiere a la literatura actual, a la estrictamente contemporánea, no parece demasiado aventurado afirmar que sí. Al menos si hablamos de poesía, que es lo que mejor conozco. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en Deshabitados, la antología de poesía última que acaba de publicar Juan Carlos Abril.

No pretende ser «una antología al uso, que hay ya bastantes en el mercado, y muy parecidas», afirma en la introducción. Poetas nacidos entre 1971 (Julieta Valero) y 1985 (Elena Medel) se reunieron en un congreso en la Universidad de Granada el año 2007. Posteriormente se les solicitó que realizaran «una redacción» sobre sus inicios como poeta, lecturas e influencias (el texto completo se reproduce en la página 42 y no es precisamente un modelo de redacción). Esos textos, completados con algunos poemas (a menudo prescindibles), conforman el volumen.

Abraham Gragera se limita a copiar unas páginas de Santayana sobre Lucrecio. Alberto Santamaría es el más teórico de todos los colaboradores; entre sus abstractas reflexiones sobre lo sublime (es doctor en filosofía y ha dedicado un libro al tema), sorprende una escueta afirmación: «No puedo negar en este punto que la poesía de José Hierro ha sido para mí, desde el principio, un modelo poético a seguir».

Ana Gorría glosa cada uno de sus poemas con unas breves líneas en prosa: «La palabra poética (no es una idea nueva y mucho menos mía) es cicatriz, cauterización de la propia existencia».

Andrés Navarro, licenciado en arquitectura, afirma: «No me atrevo a decir que en España la poesía española esté sobrevalorada, pero sí que hoy en día leo más poesía extranjera que española». Alude luego a la «atmósfera feudal» que aquí se respira, a la «paulatina supresión de matices» que ha caracterizado las dos últimas décadas españoles, y un ejemplo de ello sería reducir los registros poéticos «a las categorías de enigma y transparencia». Elude los nombres propios, según mala costumbre de los críticos apocalípticos.

Antonio Lucas se refiere a la dificultad de encontrar un marbete generacional para los nacidos entre 1968 y 1980; a su poesía le pide lo mismo que le pide a la música: «No necesariamente entenderla, pero sí comprender de su interminable capacidad de invención, de conmoción». Para Carlos Pardo «el proyecto posmoderno de disolución del sujeto parece especialmente acorde con el moderno mundo del mercado». Elena Medel no incurre en la pedantería de sus compañeros. Con un tono autobiográfico, a ratos deliberadamente ingenuo, afirma que la poesía es para ella una «necesidad» y termina: «Podría vivir sin escribir. No podría vivir sin leer».

A las anécdotas autobiográficas, les añade Fruela Fernández una cáustica enmienda a la totalidad: «Cuando alguien escribe (y es tan frecuente ahora) que la crítica española está anticuada y fuera de lugar, suelo pensar en Fulano, aquel crítico por vocación (y poeta solo aproximado), tan tierno él en su acomplejada cascarilla de universidad y de suplemento, y me digo que no es la crítica, sino el país, y que los críticos son a todo eso como los temblores de las manos al párkinson: síntomas. Mientras la zona más visible de la literatura -la universidad, los suplementos, las revistas, los catálogos de las editoriales importantes, los premios- esté controlada por una mayoría de escritores, críticos y profesores reaccionarios, la cosa pinta mal, como Magritte».

Guillermo López Gallego comienza afirmando: «Me veo en el apuro de escribir una poética». Y un poco más adelante incurre en el consabido tópico: «Tampoco estoy muy seguro de la utilidad de escribir poéticas». No me parece que el lector necesita mucho más para saltarse sus prescindibles divagaciones.

Josep M. Rodríguez nos ofrece sus «Memorias de un lector», correctamente escritas, sin pedanterías ni salidas de tono, algo que no resulta muy común en estos «ejercicios de redacción»: «La poesía que me interesa habla de mí. La leo en Rilke, Pound, Vinyoli y en el resto de los autores con los que me identifico».

Para Juan Andrés García Román el acontecimiento fundamental de su iniciación literaria ocurrió a los diecinueve años cuando, en la biblioteca de la Universidad de Heidelberg, toma en sus manos «aquel volumen rojo de Poesía completa de Fernando Pessoa» que es para él «el comienzo de todo; la voz de Álvaro de Campos, porque curiosamente aún no amaba a Rilke como ahora y a Hölderlin lo había leído todavía sin comprenderlo demasiado».

Juan Antonio Bernier, acorde con su poesía desasidamente minimalista, escribe una serie de notas discontinuas y algo imprecisas: «Ya no puedo ser un poeta popular. Es tarde, he leído demasiado. Pero sí un poeta culto con gusto por la poesía tradicional: un poeta de cancionero».

Para Julieta Valero el poema es «espacio de momentánea expresión de una identidad que se reconoce de entrada (y hasta sonriendo) como algo mutilado, pues no hay tiempo ni espacio para realizar todas las posibilidades del ser». Marcos Canteli menciona a sus amigos asturianos: «Se está mejor en la topera cuando se sabe de otros topos: Fernando Menéndez, Hermes González, Alfonso Fernández García, Jordi Doce, José María Castrillón, Jaime Priede. Compartida ceguera, a tientas por el laberinto de un aprendizaje fundamental, no solo de la escritura, sino también de la amistad, de la creencia en lo colectivo y del tajo de su evolución». Para Mariano Peyrou «quien habla en el texto no es un sujeto, real o ficticio, sino un lenguaje», la poesía sería así «una crítica de la praxis lingüística».

Miriam Reyes, poeta del cuerpo (»Mi vientre es mi mundo interior», comienza uno de sus poemas), coincide con Elena Medel cuando afirma vivir la escritura «como una necesidad»: «Escribo porque cuando no lo hago estoy como muerta».

Rafael Espejo recurre a inventarse un heterónimo, el «poeta, comediante y filósofo» Rosendo Palma, y eso le permite darle un tono vagamente humorístico a sus elucubraciones.

Las páginas autobiográficas de Yolanda Castaño son quizá lo más interesante del volumen. Su manera de hacer de la poesía, además de una forma de vida, una profesión, de relacionarla con otras artes (fundamentalmente con las artes del espectáculo), está contada con inteligente pasión, con desarmante sinceridad.

La introducción de Juan Carlos Abril (que también se incluye a sí mismo como poeta en la antología) ejemplifica las dificultades de un estudio académico de la literatura más reciente. La alusión a polémicas periodísticas se entremezcla con conceptos teóricos no bien digeridos y con generalizaciones abusivas: «La crítica literaria española, acostumbrada a comprender con bastante facilidad una poesía figurativa -y sin rugosidades- ha hecho tabula rasa respecto a todo lo que no se entiende, denominándolo como irracional». ¿También Miguel Casado, Andrés Sánchez Robayna, Túa Blesa, Rafael Núñez Ramos, Jenaro Talens, Jaime Siles?

Pero la confusión conceptual y la continua imprecisión no son lo más censurable. A Juan Carlos Abril, poeta, crítico, profesor universitario, le costaría aprobar un examen de redacción.
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Tomo partido

Tomo partido

Pido la palabra. Llegó mi turno. He esperado unas semanas para opinar con propiedad sobre el affaire Fortes-García Montero, leyendo las diversas reacciones, los manifiestos de uno u otro signo, los artículos apresurados de fulano o mengano, las sesudas reflexiones de los menos. Fue Álvaro Salvador, catedrático de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Granada, compañero generacional y amigo íntimo de Luis García Montero, el que soltó la liebre. El pasado 11 de noviembre, tras conocer la sentencia que condenaba al poeta por el delito de injurias graves con publicidad sobre la persona de José Antonio Fortes, Salvador declaró lo siguiente a un reportero del diario Ideal: «Luis es la primera víctima en la guerra por el poder cultural en Granada. Esperemos que la próxima sea del otro bando.»

Esta reacción me sorprendió, porque fue la única del entorno de García Montero que mencionó lo que a mi juicio es una de las cuestiones centrales de este enredo, el poder cultural en la ciudad de Granada. Sin quererlo, Álvaro Salvador destapó la caja de los truenos.

Siguiendo su argumentación, en nuestra tierra se libra una guerra sin cuartel entre dos ejércitos anónimos, una contienda cuya meta es la conquista del poder cultural granadino. Según la versión de Salvador, Luis García Montero era un destacado oficial de una de las facciones enfrentadas, que se ha visto obligado a abandonar la Universidad, partiendo a Madrid, después de la condena. Tirando de este hilo, se deduce que el profesor Fortes forma parte de la otra facción, que ha ganado una batalla con la sentencia.

Ahora bien, me vienen a la cabeza cientos de interrogantes. El primero, ¿El poder cultural está en mano de alguno de estos dos sectores en disputa, o permanece a la deriva, a la espera de ser tomado por las armas de unos o de otros? El segundo, ¿En qué consiste esto del poder cultural? Tercero, ¿Quienes son los miembros de las dos banderías, y cuáles son sus propósitos?

Animo, desde esta tribuna mía, al señor Salvador a que responda estas preguntas, para que los granadinos sepamos los porqués de este conflicto, hasta ahora desconocido para el hombre de la calle. Solicíto asimismo al señor Fortes que conteste también estas cuestiones, a través de la prensa alternativa, donde no encontrará censuras ni mordazas.

Se ha hablado poco del origen de esta controversia jurídico-literaria. Se nos ha dicho que todo comenzó en una reunión del Consejo Ordinario del Departamento de Literatura Española, el 26 de septiembre de 2006. Pero, ¿Cual era el tema a tratar en aquella reunión?

Acudamos a la sentencia sentencia 446/08, dictada por el magistrado Miguel Ángel Torres. En la misma, Torres explica que allí «se trataban temas polémicos como el candidato propuesto al premio Lorca o el representante del Consejo en el jurado del premio». «Temas polémicos», afirma el titular del Juzgado de lo Penal número 5 de Granada, dando en el clavo, apuntando a lo más hondo de este episodio.

El Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada/Federico García Lorca, convocado anualmente desde 2004 por el Ayuntamiento garnatí, es una iniciativa de dos personas: Luis García Montero (a partir de ahora LGM) y su hermano Juan , concejal de cultura de la localidad, destacado militante del PP. Cómo concejal del ramo, Juan García Montero es miembro nato del jurado del galardón, al igual que su primo, el también poeta Luis Muñoz Montero (LMM).

En la última edición, a la que se presentaba LGM, Juan se ausentó de la sala donde se deliberaba, dejando dentro, entre otros, al alcalde José Torres Hurtado, a LMM y a un conocido de muchos de ustedes, Álvaro Salvador. El García Lorca fue a parar finalmente a las manos del poeta mexicano-español Tomás Segovia.

El primer galardonado fue Ángel Gónzalez, al que dediqué unas letras con motivo de su fallecimiento en enero de este 2008. La amistad entre LGM y el desaparecido González es de sobras conocida.

Así pues, el premio Lorca fue el motivo por el que LGM insultó a José Antonio Fortes en aquel Consejo de Departamento. Más concretamente, las alusiones humorísticas de Fortes y de otro docente a posibles destinatarios del Lorca (la tonadillera Isabel Pantoja y el cantaor y bailaor Curro Albaicín).

Va cayendo el velo del misterio, va desvelándose una de las verdades del affaire: el poder cultural. Un mandarinato absoluto y omnímodo, detentado por LGM desde hace más de una década, al amparo de las instituciones, y al calor de las subvenciones. Existe entonces el poder cultural en esta ciudad de provincias.

«Quién no tiene padrinos, no se bautiza», dice la sabiduría popular. LGM ha reunido, a lo largo de su carrera literaria, una colección de padrinos de variado pelaje. El más famoso de todos ellos, es sin duda, Rafael Alberti.

Cuando el poeta gaditano volvió a España en 1977, tras el aciago paréntesis del exilio, encontró en Granada a una generación de literatos mozos que le acogió como un maestro. Alberti vivió junto a ellos una segunda juventud, quemando la noche, al filo de los ochenta años. Tres de aquellos chavales eran LGM, Álvaro Salvador y Javier Egea.

Sin que esto suponga una negación del talento natural de LGM para la poesía, sería imbécil no tener en cuenta que entrar en el mundillo literario de la mano de Rafael Alberti no es moco de pavo. Se le abrieron muchas puertas de par en par, y él supo y pudo atravesarlas.

LGM escribe regularmente en el periódico de mayor tirada a nivel estatal, El País. Su esposa, la novelista Almudena Grandes, escribe en el suplemento dominical del diario, EPS. Además, Almudena publica sus libros en la editorial Alfaguara. El propietario de El País y de Alfaguara es el grupo Prisa, ligado a los intereses empresariales de la familia Polanco y a los intereses electorales del PSOE.

A su vez, LGM está afiliado a IU, siendo próximos sus planteamientos a los del dimitido coordinador general Gaspar Llamazares, apareciendo incluso en las listas de la coalición en las elecciones europeas de 2004.

Luisito tiene las espaldas bien cubiertas, maneja una red de intereses impresionante, que le ha ayudado a capear el temporal actual. Lazos fraternales con el PP, amistad y militancia en IU, buenos contactos en el PSOE.

Si LGM dijera, parafraseando a su tocayo francés, «la Cultura en Granada soy yo», no estaría mintiendo, ni mucho menos. Hablando en términos de industria cultural, entiéndanme.

Queda identificado uno de los bandos de esta guerra por el control del negocio de la cultura en Granada, el liderado por LGM, del que forman parte sus amistades, las amistades de sus amistades, su propia familia, sectores del PP, del PSOE y de IU. Comprueben los nombres de los firmantes del manifiesto en apoyo a LGM, es la mejor prueba del capital humano que ha amasado el paisano, con tesón y con paciencia de orfebre.

¿Y los otros? ¿Además de Fortes, quienes intentan arrebatar el poderío a LGM y compañía? José Antonio Fortes es marxista, incluso presume de ello en sus clases (craso error, a mi parecer), aplica en sus teorías literarias el análisis metodológico marxista, sostiene posiciones de extrema izquierda, posiciones que un servidor no comparte, pero que respeta. Entonces, ¿Donde están sus aliados, sus correligionarios?

Sería lógico que a Fortes le apoyasen los grupúsculos que se mueven a la izquierda del PCE. Pero, ¿Están en condiciones estas organizaciones, a menudo escasas de personal y trufadas de policías, de guerrear con LGM en pos de la codiciada Cultura granaína? Echen unas carcajadas a mi salud, por favor. A lo mejor ha estallado esta tarde la revolución en los paseíllos universitarios, están ardiendo la casa consistorial, la catedral y la sede del Ideal, y no me he enterado.

Antonio Romero, parlamentario andaluz y diputado nacional por IU durante muchas legislaturas, sostiene en una carta abierta lamentable que «El profesor denunciante (en referencia a Fortes), haciendo gala de su mediocridad y jaleado por los sectores más reaccionarios de la Universidad acudió a refugiarse bajo las togas de los juzgados.» Me gustaría saber cual es la fuente de información de Antonio Romero, de donde ha sacado esos datos sobre Fortes y sobre esos sectores reaccionarios que le han jaleado.

No hay que ser un lince para descubrir que la Universidad de Granada es un nido de fachas, tal y como lo son el resto de las universidades españolas. Lo cual no es óbice para calificar como reacionario y revisionista a todo aquel que ose atacar a un poeta de los nuestros (ya se llame LGM o Federico García Lorca). No confundamos una vez más la realidad y el deseo.

Si esta situación hubiera ocurrido cinco años atrás, yo mismo hubiera firmado gustosamente el manifiesto y hubiera lanzado improperios y maldiciones contra José Antonio Fortes. Pero, las cosas cambian, el tiempo se consume en los relojes de arena de la memoria, y no se puede ser ajeno a ello.

No conozco a Fortes, pero sí conozco a LGM. Charlamos en una ocasión, allá por 2003. Yo tenía 17 años y medio, y encajaba a la perfección en la definición de progre, lo confieso. Luisito era un símbolo, un mito viviente, un ejemplo de lo que debía de ser un intelectual de izquierdas, comprometido con la búsqueda de un mundo mejor…

Ahora, a los 23 años y dos meses, ya no soy ese niño de la plaza de Mariana Pineda, estimado LGM. Ahora, en un año fundamental para la definitiva formación de mi personalidad, tomo partido contra la progresía, contra Prisa, tomo partido contra ti.

Tomo partido, partido hasta mancharme, por José Antonio Fortes.
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La Junta premia una investigación de la UGR sobre sistemas inteligentes para el diagnóstico de enfermedades como mejor proyecto de I+D

La Junta premia una investigación de la UGR sobre sistemas inteligentes para el diagnóstico de enfermedades como mejor proyecto de I+D

La Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía ha premiado un proyecto de investigación de la Universidad de Granada, denominado DENCLASES (Detección de Enfermedades Neurológicas mediante Clasificación y Separación de Señales), que dirige el profesor Juan Manuel Górriz Sáez. Esta investigación ha sido galardonada con el III Premio Andalucía Sociedad de la Información en la categoría de mejor proyecto de I+D, y su director recogerá el galardón esta noche de manos del presidente de la Junta, Manuel Chaves, en un acto que tendrá lugar en Sevilla.

El equipo de investigación de DENCLASES se denomina BIP, (Brain Image Processing), y cuenta con amplia experiencia en procesado estadístico de señales. Está coordinado por los profesores Javier Ramírez Pérez de Inestrosa y Carlos G. Puntonet, y cuenta con la participación de médicos doctores del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada; de la empresa Plataforma Tecnológica S.A. (PTEC), ubicada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) en Málaga; la empresa PET CARTUJA, situada en la isla de la Cartuja, en Sevilla y especializada en el diagnóstico de cáncer mediante la técnica PET y las fundaciones de investigación biomédica FIBAO e IMABIS.

Desarrollo de sistemas inteligentes
El proyecto DENCLASES se centra en el desarrollo de sistemas inteligentes de ayuda al diagnóstico mediante imágenes médicas con varios objetivos: a) desarrollar un sistema abierto en lenguaje de alto nivel de procesamiento de imágenes que aplique las técnicas de preprocesado más comunes para el uso de imágenes cerebrales en formato máquina, obtenidas con técnicas como SPECT y PET; b) mejorar la sensibilidad en el diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas mediante nuevas técnicas de modelado de la actividad cerebral, c) reducir la variabilidad en la interpretación de la imagen por parte del explorador d) potenciar la compatibilidad de la salida de datos del software desarrollado con los formatos de imágenes disponibles en la actualidad e) fusión de imágenes PET y RM para incluir información exógena en el proceso de diagnostico por imagen.

Los Premios Andalucía Sociedad de la Información tienen el objetivo de reconocer la labor que las empresas, las administraciones y la propia ciudadanía están realizando para impulsar el desarrollo de la Sociedad de la Información en el territorio andaluz, tratando de agilizar y acelerar su tránsito hacia la Sociedad del Conocimiento.

Juan Manuel Górriz Sáez
El director de proyecto, Juan Manuel Górriz Sáez (Almería, 1976), es licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Granada e Ingeniero en Electrónica por la misma Universidad (2001). Posee el título de doctor europeo por la Universidad de Cádiz (2003) y de doctor europeo por la Universidad de Granada (2006) en los campos del procesado de señales y aprendizaje estadístico. Ha realizado varias estancias pre y post-doctorales en Infineon-Siemens en Munich, Alemania y en la Universidad de Regensburg (Alemania) y colaborado con investigadores de prestigio mundial en diversos trabajos.

En la actualidad es profesor titular en el departamento de Teoría de la Señal, Telemática y Comunicaciones e imparte docencia en Ingeniería Electrónica, Ingeniera en Telecomunicación e Ingeniería T. en Informática. Es coautor de más de 140 artículos en revistas y congresos internacionales y editor, revisor, comité científico de varias revistas y congresos internacionales.
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El País

Andalucía – Pág. 11: Más encierros contra Bolonia|La Universidad ante el cambio
Pág. 34: Los rectores afectados por las revueltas piden ayuda al Gobierno
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Sawa, el bohemio irreductible

Sawa, el bohemio irreductible

Amelina Correa presenta \’Alejandro Sawa. Luces de bohemia\’, Premio Domínguez Ortiz de Biografías, donde rescata la figura del escritor en el que se inspiró Valle-Inclán para su personaje de Max Estrella

Eran ángeles caídos, nobles fracasados, Ícaros zarrapastrosos. El tránsito del siglo XIX al XX fue un semillero de autores \’raros\’ y condenados al olvido. De ahí ha rescatado a Alejandro Sawa la profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa. «Una de las constantes de mi vida como escritora ha sido la recuperación de autores considerados fuera de la norma, algo que he hecho siempre desde la pasión por el personaje biografiado», explica la autora de Alejandro Sawa. Luces de bohemia (Fundación Lara), premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2008.

Sawa pasó a la historia de manera transversal, como el hombre en el que se inspiró Valle-Inclán para crear el personaje de Max Estrella de Luces de Bohemia. «Siempre ha sido considerado como el representante típico de la bohemia heroica, esa bohemia químicamente pura que luchará contra todas las adversidades confiando siempre en la divisa azul del arte», resalta Correa.

Sawa nació en Sevilla y se \’enganchó\’ al mundo de las letras en Málaga, antes de aventurarse en el Madrid «finisecular de la Gente Nueva» y con una trascendental escapada al París del cambio de siglo. De allí regresó «a ese mismo Madrid mísero y hambriento para ser conocido en los cenáculos de la \’Santa Bohemia\’ como un afrancesado, a comentarse su parecido físico con Alphonse Daudet, al que adaptaría y traduciría, y a glosarse en las \’misas poéticas\’ en torno a la figura del desaparecido Paul Verlaine por los cafetines y tertulias del foro madrileño tal y como lo recreó Manuel Machado». Y como personaje de sí mismo, Don Latino de Hispalis exclama en Luces de Bohemia que Max Estrella es «el Víctor Hugo de España». Según Correa, «otra característica que le acompañó desde sus inicios en el mundo de la literatura fue su veneración por el autor de Los Miserables». De ahí el homenaje de Valle-Inclán.

Y ahora que se acerca el centenario de la muerte de Alejandro Sawa -el 3 de marzo de 2009, Amelina Correa opina que su principal aportación es que «ahora podemos afirmar sin lugar a dudas que queda mucho por decir de él». «Por lo pronto», continúa la investigadora, «acerca de la perpetuación de una serie de leyendas en torno a él, desmentidas en su momento, pero que se han ido reiterando para conformar su propio universo existencial en torno a una sola palabra: bohemia».

En este sentido, Alejandro Sawa. Luces de bohemia pretende ser el punto de arranque para el rastreo en profundidad de su vida novelesca, pero no la novelada. «Se necesita una perspectiva diferente y más enriquecedora sobre el autor y más cercana a esta etapa crucial en la historia de los movimientos políticos, las opiniones y juicios sobre España y las publicaciones periódicas de distinto signo que le tocó vivir», profundiza Correa para resumir a continuación el origen último de su libro: «Nace por la necesidad terapéutica de despojar al mito de su gabán bohemio». Y lo hace el propio Sawa, «descubriéndose ante los demás, ante sí mismo, ante un público aficionado a la historia literaria y ante los estudiosos en la materia, que no son precisamente pocos, descartando de una vez las informaciones caducadas sobre él», señala la autora.

En cuanto a su \’flechazo\’ literario, Amelina Correa destaca entre sus hallazgos el profundo amor que el escritor profesó a su mujer, Jeanne Poirier, «la Santa Juana de sus días postreros», y a su hija Helena. «Alejandro se muestra en todo momento extremadamente dulce con su pareja, la llamará \’mi amor inmortal\’, y llevará siempre las fotografías de ambas como si fueran reliquias». De hecho, antes de morir, se casó con su \’santa\’. «Sawa parecía encarnar ese personaje lleno de grandeza y de dolor que expía su delito sometido a un destino trágico. Inteligente y brillante, no consintió nunca en taparse con cera los oídos, ni aún cuando presentía su nave próxima a encallarse en las rocas», continúa con admiración su última biógrafa.

Así, este «cultivador de lo bello», el hombre de las deudas perpetuas, de los casinos, fue «apasionado hasta la extenuación, con un fuerte espíritu de denuncia social con una actitud insobornable». Lo reconoció él mismo: «Los periódicos se asustan de algo que hay en mis escritos y que yo no quiero tachar». Y no se emborronó.
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Los pasados y sus trucos

Los pasados y sus trucos

Sr. Mayor Zaragoza: reconozca las decenas de detenidos durante su etapa en Granada, los torturados, su silencio durante los estados de excepción, las brutales intervenciones policiales dentro de las facultades. Pida perdón por el dolor ajeno.

Un fantasma recorre Europa. En Alemania, la Stasi. En Rumanía, en auténtico vendaval, los Dosar, de entre todos cuantos colaboraron con la Securitate. En los países del Este hacen frente a su pasado: el colaboracionismo o la dirección al frente de los servicios secretos del comunismo. La asimetría Grass ha sentado un precedente que al llegar a España ha sido archivado.

El Gobierno, los nacionalistas, el PSOE, el PCE, IU, los entes subvencionados «Memoria Histórica» y la contracultura frentista que organiza congresos «oficiales» hacia la Cultura Única, Progresista y de la Superioridad Moral, reinventaron la II República y condenaron el Franquismo. La criminal dictadura finalizó con Franco; así se constata. Pero la otra memoria, instrumento para la historia oral y fuente muy compleja para la Historia, continúa y continuará.

Uno de los temas, para mí muy importante, es el papel de los colaboradores e infiltrados del franquismo, en distintos grados. No las estructuras del sistema publicadas en el BOE, sino los portadores de la traición, los que sobrevivieron por la denuncia, los siniestros bifrontes de la amistad fingida. Aquellos cuyos nombres jamás aparecieron en interminables listas; los que por no creer, ni creyeron en el franquismo: sicarios e indignos. Conozco a algunos que con el dinero de la infamia costearon su carrera universitaria. Otros se limitaban a llamar a la policía, si en sus noches insomnes, tras los visillos, contemplaban a un coche tirando panfletos.

¿Qué ha sido de ellos? He mantenido, con reiteración, que esta masiva desaparición de papeles y nombres fue el más inaceptable olvido de la Transición. En el gran Acuerdo del Olvido, ejemplo histórico, las dos partes cedieron, frente a frente, ideología por ideología. Pero, ¿y los servidores de la izquierda, transmutados en fuentes policiales y mercaderes sin piedad? ¿Qué ha sido de ellos? La oficial y gubernamental Memoria Histórica, ni se lo plantea. ¿Pueden imaginarse el escándalo? Ha pasado en Alemania, en los países del Este. ¿Y en España?

La cuestión: si fue brutal y sangriento el régimen, ¿cómo catalogar a quienes vivieron intensamente con él, gobernaron e infringieron las normas elementales de la libertad, ajenos al pensamiento o el compromiso?

Para mí el proceso está cerrado. No busqué a los policías que me detuvieron, torturaron y abofetearon. Viven algunos, todos estaban en 1978-1979. Andan por la Audiencia Nacional o jubilados: el fiscal del Tribunal de Orden Público y el juez instructor que me «juzgaron» remitiéndome, felizmente, a la cárcel; los guardias civiles, entonces jóvenes; los funcionarios de prisiones y los militares.

Mas, haciendo honor a la Batalla de la Memoria, contribuyo con modestas aportaciones. Creí que el caso Grass, espectacular montaje, iba a remover alguna conciencia oculta; provocar alguna voluntaria manifestación; y enervar nuestra tradición judeo-cristiana de la culpa. Pero nada. Parapetados en los memorialistas ilotas y sus murallas aparentemente sólidas, en las bondades de los desinformados, en la natural generosidad de los pueblos de parcial conciencia, brillan en las estelares constelaciones de la superioridad moral, distribuyen perdones y pecados. Oírles hablar es una bendición. Ni el Santo de Asís pondría gesto-máscara de tan mística finura adornada. Son multitudes.

Sin embargo, ha querido el destino que en mi trabajo de historiador me encontrase con Federico Mayor Zaragoza, personaje brillante. En internet pueden admirar su historia y brillantísimas actividades.

Le preguntaba El Mundo el 10 de septiembre de 2001: «¿Qué hacía usted en el franquismo?»:

Vivía en España puesto que nací en el año 1934 e hice cuanto pude, de acuerdo con mi conciencia, para contribuir a la transición a un sistema de libertades públicas. El Plan Nacional de Prevención de la Subnormalidad Infantil y el desempeño del rectorado de la Universidad de Granada en momentos muy difíciles, expresan mi vida en aquellos años.

He buceado en sus hagiografías, tratando de saber qué pensaba sobre sí mismo en aquellos terribles y difíciles años de su rectorado en Granada (entre octubre de 1968 y verano de 1972) y qué habían indagado las reatas de aduladores sobre periodo tan excepcional de la historia de España. ¿Cualquiera podía ser nombrado rector por el régimen en el momento más critico de la Universidad española?

Debo hacerle dos preguntas, una al rector y otra al político actual, sobre su etapa de rector y, si me es permitido, algunas reclamaciones. Lo haré exactamente como lo he publicado.

¿Conocía Mayor Zaragoza la Organización Contrasubversiva Nacional, después CESED, CESID, actual CNI, en el momento de su organización? Así lo escribí:

No sé qué informaciones tenía Mayor Zaragoza. El 13 de enero de 1969, Villar Palasí y Carrero ya habían puesto en funcionamiento el gran proyecto antisubversivo, que iba a dirigir el entonces comandante San Martín. ¿Conocía esta situación Federico Mayor Zaragoza? Si así fuese y parece relativamente razonable que su estrecha relación con Villar Palasí generara un alto grado de confidencialidad y confianza, habría supuesto un monumental engaño, una falsificada escenografía de rector dialogante y una mancha denigrante. Aunque las rendiciones de cuentas con el pasado no forman parte de este trabajo, existe una duda que sólo el Sr. Mayor Zaragoza puede aclarar o, en su caso, desmentir o afirmar. Y no es un asunto irrelevante.

Y otra cuestión de mayor calado para el político, propuesto para Premio Nóbel de la Paz, copresidente de la Alianza de Civilizaciones. Se trata de una pregunta ingenua, ya que de su compromiso con la verdad no espero más que el desconocimiento absoluto del hecho y de sus ramificaciones.

¿Conocía Mayor Zaragoza que al menos entre 1968 a 1973, el Mossad israelí realizó una labor intensa en la Universidad de Granada, investigando y controlando a la OLP y a otros grupos palestinos como el FPL? ¿Conocía el rector estas actividades, realizadas en lugares de su competencia? Seguro que los archivos policiales aclararán este extremo, pues el Mossad colaboró, en parte, con la Policía española y con la Jefatura Superior de Granada. Yo tengo mis certezas. Poseo confidencias y no precisamente menores.
Unas breves reclamaciones: pida disculpas. Reconozca las decenas de detenidos durante su etapa en Granada, los torturados, su silencio durante los estados de excepción, las brutales intervenciones policiales dentro de las facultades. Pida perdón por el dolor ajeno, por no marcharse entonces, ahora que vive en El Olimpo recuérdelo ante la disparidad de sus palabras y sus actitudes. No se perdone. Ninguno tenemos derecho a concedernos la absolución. Una súplica no prevista: no perdone la vida a la humanidad cuando hable. Es insufrible.
Antonio Nadal es catedrático de Historia Contemporanea en la Universidad de Málaga.
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