Científicos logran regenerar 2 especies vegetales autóctonas de Sierra Nevada

Científicos logran regenerar 2 especies vegetales autóctonas de Sierra Nevada

Científicos de la Universidad de Granada han logrado regenerar en laboratorio dos especies vegetales autóctonas de la estación de esquí de Sierra Nevada gracias a un experimento que permitirá mitigar la degradación que sufre la flora de la zona por el acondicionamiento de las pistas. Así lo ha explicado hoy el responsable del estudio e investigador en el Área de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad, Francisco Serrano, quien ha afirmado que los resultados «perfeccionarán los métodos de restauración de la cubierta vegetal e integración paisajística de un área muy frágil».

Los científicos han conseguido recuperar dos arbustos, el \’Genista versicolor Boiss\’ (Leguminosa) y el \’Reseda complicata Bory\’ (Resedácea), cuyos nichos ecológicos se sitúan en la estación granadina.

El estudio se ha llevado a cabo a partir de tres muestras distintas de suelos del Parque Nacional seleccionados en función de la orientación, la pendiente y la altitud para comprobar si las semillas de estas especies podían crecer en diferentes condiciones experimentales.

Según ha precisado el investigador, se han aplicado a las semillas tratamientos con diferentes reguladores del crecimiento vegetal «para mejorar los porcentajes germinativos y de crecimiento en laboratorio, y facilitar así la posterior traslación de los resultados a la estación de esquí y alta montaña».

Las semillas germinaron y crecieron «con éxito» en el laboratorio, ha señalado Serrano, quien ha augurado que una vez aplicados al campo, los tratamientos «favorecerán la recuperación de la cubierta vegetal en un espacio de tiempo inferior al que se necesitaría sin intervención alguna».

Las especies vegetales de Sierra Nevada constituyen el 30 por ciento de la riqueza floral de España y se degradan por el mantenimiento con maquinaria pesada de las pistas de esquí que ocasionan además la erosión del suelo y la pérdida de la biodiversidad.
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Los pasados y sus trucos

Los pasados y sus trucos

Sr. Mayor Zaragoza: reconozca las decenas de detenidos durante su etapa en Granada, los torturados, su silencio durante los estados de excepción, las brutales intervenciones policiales dentro de las facultades. Pida perdón por el dolor ajeno.

Un fantasma recorre Europa. En Alemania, la Stasi. En Rumanía, en auténtico vendaval, los Dosar, de entre todos cuantos colaboraron con la Securitate. En los países del Este hacen frente a su pasado: el colaboracionismo o la dirección al frente de los servicios secretos del comunismo. La asimetría Grass ha sentado un precedente que al llegar a España ha sido archivado.

El Gobierno, los nacionalistas, el PSOE, el PCE, IU, los entes subvencionados «Memoria Histórica» y la contracultura frentista que organiza congresos «oficiales» hacia la Cultura Única, Progresista y de la Superioridad Moral, reinventaron la II República y condenaron el Franquismo. La criminal dictadura finalizó con Franco; así se constata. Pero la otra memoria, instrumento para la historia oral y fuente muy compleja para la Historia, continúa y continuará.

Uno de los temas, para mí muy importante, es el papel de los colaboradores e infiltrados del franquismo, en distintos grados. No las estructuras del sistema publicadas en el BOE, sino los portadores de la traición, los que sobrevivieron por la denuncia, los siniestros bifrontes de la amistad fingida. Aquellos cuyos nombres jamás aparecieron en interminables listas; los que por no creer, ni creyeron en el franquismo: sicarios e indignos. Conozco a algunos que con el dinero de la infamia costearon su carrera universitaria. Otros se limitaban a llamar a la policía, si en sus noches insomnes, tras los visillos, contemplaban a un coche tirando panfletos.

¿Qué ha sido de ellos? He mantenido, con reiteración, que esta masiva desaparición de papeles y nombres fue el más inaceptable olvido de la Transición. En el gran Acuerdo del Olvido, ejemplo histórico, las dos partes cedieron, frente a frente, ideología por ideología. Pero, ¿y los servidores de la izquierda, transmutados en fuentes policiales y mercaderes sin piedad? ¿Qué ha sido de ellos? La oficial y gubernamental Memoria Histórica, ni se lo plantea. ¿Pueden imaginarse el escándalo? Ha pasado en Alemania, en los países del Este. ¿Y en España?

La cuestión: si fue brutal y sangriento el régimen, ¿cómo catalogar a quienes vivieron intensamente con él, gobernaron e infringieron las normas elementales de la libertad, ajenos al pensamiento o el compromiso?

Para mí el proceso está cerrado. No busqué a los policías que me detuvieron, torturaron y abofetearon. Viven algunos, todos estaban en 1978-1979. Andan por la Audiencia Nacional o jubilados: el fiscal del Tribunal de Orden Público y el juez instructor que me «juzgaron» remitiéndome, felizmente, a la cárcel; los guardias civiles, entonces jóvenes; los funcionarios de prisiones y los militares.

Mas, haciendo honor a la Batalla de la Memoria, contribuyo con modestas aportaciones. Creí que el caso Grass, espectacular montaje, iba a remover alguna conciencia oculta; provocar alguna voluntaria manifestación; y enervar nuestra tradición judeo-cristiana de la culpa. Pero nada. Parapetados en los memorialistas ilotas y sus murallas aparentemente sólidas, en las bondades de los desinformados, en la natural generosidad de los pueblos de parcial conciencia, brillan en las estelares constelaciones de la superioridad moral, distribuyen perdones y pecados. Oírles hablar es una bendición. Ni el Santo de Asís pondría gesto-máscara de tan mística finura adornada. Son multitudes.

Sin embargo, ha querido el destino que en mi trabajo de historiador me encontrase con Federico Mayor Zaragoza, personaje brillante. En internet pueden admirar su historia y brillantísimas actividades.

Le preguntaba El Mundo el 10 de septiembre de 2001: «¿Qué hacía usted en el franquismo?»:

Vivía en España puesto que nací en el año 1934 e hice cuanto pude, de acuerdo con mi conciencia, para contribuir a la transición a un sistema de libertades públicas. El Plan Nacional de Prevención de la Subnormalidad Infantil y el desempeño del rectorado de la Universidad de Granada en momentos muy difíciles, expresan mi vida en aquellos años.

He buceado en sus hagiografías, tratando de saber qué pensaba sobre sí mismo en aquellos terribles y difíciles años de su rectorado en Granada (entre octubre de 1968 y verano de 1972) y qué habían indagado las reatas de aduladores sobre periodo tan excepcional de la historia de España. ¿Cualquiera podía ser nombrado rector por el régimen en el momento más critico de la Universidad española?

Debo hacerle dos preguntas, una al rector y otra al político actual, sobre su etapa de rector y, si me es permitido, algunas reclamaciones. Lo haré exactamente como lo he publicado.

¿Conocía Mayor Zaragoza la Organización Contrasubversiva Nacional, después CESED, CESID, actual CNI, en el momento de su organización? Así lo escribí:

No sé qué informaciones tenía Mayor Zaragoza. El 13 de enero de 1969, Villar Palasí y Carrero ya habían puesto en funcionamiento el gran proyecto antisubversivo, que iba a dirigir el entonces comandante San Martín. ¿Conocía esta situación Federico Mayor Zaragoza? Si así fuese y parece relativamente razonable que su estrecha relación con Villar Palasí generara un alto grado de confidencialidad y confianza, habría supuesto un monumental engaño, una falsificada escenografía de rector dialogante y una mancha denigrante. Aunque las rendiciones de cuentas con el pasado no forman parte de este trabajo, existe una duda que sólo el Sr. Mayor Zaragoza puede aclarar o, en su caso, desmentir o afirmar. Y no es un asunto irrelevante.

Y otra cuestión de mayor calado para el político, propuesto para Premio Nóbel de la Paz, copresidente de la Alianza de Civilizaciones. Se trata de una pregunta ingenua, ya que de su compromiso con la verdad no espero más que el desconocimiento absoluto del hecho y de sus ramificaciones.

¿Conocía Mayor Zaragoza que al menos entre 1968 a 1973, el Mossad israelí realizó una labor intensa en la Universidad de Granada, investigando y controlando a la OLP y a otros grupos palestinos como el FPL? ¿Conocía el rector estas actividades, realizadas en lugares de su competencia? Seguro que los archivos policiales aclararán este extremo, pues el Mossad colaboró, en parte, con la Policía española y con la Jefatura Superior de Granada. Yo tengo mis certezas. Poseo confidencias y no precisamente menores.
Unas breves reclamaciones: pida disculpas. Reconozca las decenas de detenidos durante su etapa en Granada, los torturados, su silencio durante los estados de excepción, las brutales intervenciones policiales dentro de las facultades. Pida perdón por el dolor ajeno, por no marcharse entonces, ahora que vive en El Olimpo recuérdelo ante la disparidad de sus palabras y sus actitudes. No se perdone. Ninguno tenemos derecho a concedernos la absolución. Una súplica no prevista: no perdone la vida a la humanidad cuando hable. Es insufrible.
Antonio Nadal es catedrático de Historia Contemporanea en la Universidad de Málaga.
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La Universidad granadina concederá el Honoris Causa a Mario Vargas Llosa

La Universidad granadina concederá el Honoris Causa a Mario Vargas Llosa

El escritor peruano -hace años que tiene también nacionalidad española-, Mario Vargas Llosa, será investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada (UGR). Aún quedan unos cuantos trámites para que se celebre la ceremonia, pero el paso es firme. El Consejo de Gobierno de la institución universitaria deberá dar luz verde hoy a esta investidura. Después le tocará el turno al Claustro universitario.

El departamento de Medicina, cuyo director es el profesor Blas Gil Extremera, ha sido quien ha propuesto a Vargas Llosa para que se le conceda el Honoris Causa. El autor de \’Lituma en los Andes\’ ha sido profesor visitante y/o escritor residente en varias universidades alrededor del mundo. Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, según dice en su página web nació un domingo 28 de marzo de 1936 en la ciudad de Arequipa (Perú). El profesor Gil Extremera será el encargado hoy de defender los méritos del autor de \’La ciudad y los perros\’ para que se le otorgue esta distinción tan valiosa por parte de la institución universitaria granadina.

Proceso

En la celebración de la sesión ordinaria del Consejo de Gobierno de la Universidad granadina también se estudiará y dará luz verde -salvo sorpresa- a la concesión del Doctor Honoris Causa a José Manuel Pita Andrade y a Crispian Scully. En el primer caso la propuesta procede del departamento de Historia del Arte y viene de largo. Se remonta a 2001. Pita Andrade, ex director del Museo del Prado, fue, además, profesor en este departamento de la Universidad granadina desde 1961 a 1978.

El currículo de Pita Andrade es muy amplio y acumula cargos y premios. De la Universidad granadina también fue profesor emérito desde 1990 hasta 2003. Ha sido conservador de las colecciones de la Casa de Alba, entre 1950 y 1956, y conservador-jefe del Museo Thyssen-Bornemisza entre 1987 y 1990, entre otros muchos cargos. Hoy defenderán su propuesta, tras tantos años, en el Consejo de Gobierno. Lo mismo lo harán para el doctor Scully, pero en este caso será desde el departamento de Estomatología de la Universidad granadina que ha sido quien lo ha propuesto. Los pasos para esta propuesta se empezaron a dar en el año 2005. En el caso de Vargas Llosa es más reciente aún. Hace sólo un año.

Filtros y apoyos

Para poder proponer que se le conceda el Doctor Honoris Causa a una persona se deben superar varios filtros y tener ciertos apoyos. En estos tres casos, como se ha señalado, les falta el de hoy y el Claustro. Entre los últimos que se concedieron el año pasado está el profesor José Vida, que fuera rector de la UGR. Alberti también es otro de los Honoris Causa de la Universidad granadina.

En otro orden de cosas, en el Consejo de Gobierno de hoy se debatirá el cuestionario de opinión del alumnado sobre la labor docente del profesorado, de sus condiciones de aplicación e índices correctores según ratio y tipología de asignaturas. Hay que recordar que este cuestionario cuando se debatió en la anterior etapa levantó ciertos recelos y críticas entre el cuerpo docente. Profesores, por otra parte, a los que ya les puso nota el alumnado. La calificación media general no fue mala. No todos quisieron ser, sin embargo, evaluados.

Otras de las cuestiones que se votarán será la participación de la UGR en los estatutos de la Fundación Martín Recuerda así como la creación de la futura Escuela de Posgrado.
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Inauguración V Jornadas de Voluntariado Universitario

Inauguración V Jornadas de Voluntariado Universitario

Mañana miércoles 26 de noviembre, a las 10,30 horas en el Aula Magna de la Universidad de Almería, tendrá lugar la inauguración de las V Jornadas de Voluntariado Universitario.

Dichas Jornadas comienzan con el acto de inauguración y a continuación con la conferencia «Juventud y valores» impartida por Jaime Andreu Abela, Profesor de Sociología en la Universidad de Granada, Presidente del Colegio Andaluz de Licenciados y Doctores de CC.PP. y Sociología y autor del Informe Juventud en España del INJUVE.

CONVOCATORIA A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN:

Inauguración V Jornadas de Voluntariado Universitario. Universidad de Almería. Miércoles, 26 de noviembre.

Hora: 10,30 horas.

Lugar: Aula Magna de la Facultad de Humanidades. Universidad de Almería.
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Ejercicios de redacción

Ejercicios de redacción

¿La menos fiable crítica del mundo se hace hoy en las universidades? En lo que se refiere a la literatura actual, a la estrictamente contemporánea, no parece demasiado aventurado afirmar que sí. Al menos si hablamos de poesía, que es lo que mejor conozco. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en Deshabitados, la antología de poesía última que acaba de publicar Juan Carlos Abril.

No pretende ser «una antología al uso, que hay ya bastantes en el mercado, y muy parecidas», afirma en la introducción. Poetas nacidos entre 1971 (Julieta Valero) y 1985 (Elena Medel) se reunieron en un congreso en la Universidad de Granada el año 2007. Posteriormente se les solicitó que realizaran «una redacción» sobre sus inicios como poeta, lecturas e influencias (el texto completo se reproduce en la página 42 y no es precisamente un modelo de redacción). Esos textos, completados con algunos poemas (a menudo prescindibles), conforman el volumen.

Abraham Gragera se limita a copiar unas páginas de Santayana sobre Lucrecio. Alberto Santamaría es el más teórico de todos los colaboradores; entre sus abstractas reflexiones sobre lo sublime (es doctor en filosofía y ha dedicado un libro al tema), sorprende una escueta afirmación: «No puedo negar en este punto que la poesía de José Hierro ha sido para mí, desde el principio, un modelo poético a seguir».

Ana Gorría glosa cada uno de sus poemas con unas breves líneas en prosa: «La palabra poética (no es una idea nueva y mucho menos mía) es cicatriz, cauterización de la propia existencia».

Andrés Navarro, licenciado en arquitectura, afirma: «No me atrevo a decir que en España la poesía española esté sobrevalorada, pero sí que hoy en día leo más poesía extranjera que española». Alude luego a la «atmósfera feudal» que aquí se respira, a la «paulatina supresión de matices» que ha caracterizado las dos últimas décadas españoles, y un ejemplo de ello sería reducir los registros poéticos «a las categorías de enigma y transparencia». Elude los nombres propios, según mala costumbre de los críticos apocalípticos.

Antonio Lucas se refiere a la dificultad de encontrar un marbete generacional para los nacidos entre 1968 y 1980; a su poesía le pide lo mismo que le pide a la música: «No necesariamente entenderla, pero sí comprender de su interminable capacidad de invención, de conmoción». Para Carlos Pardo «el proyecto posmoderno de disolución del sujeto parece especialmente acorde con el moderno mundo del mercado». Elena Medel no incurre en la pedantería de sus compañeros. Con un tono autobiográfico, a ratos deliberadamente ingenuo, afirma que la poesía es para ella una «necesidad» y termina: «Podría vivir sin escribir. No podría vivir sin leer».

A las anécdotas autobiográficas, les añade Fruela Fernández una cáustica enmienda a la totalidad: «Cuando alguien escribe (y es tan frecuente ahora) que la crítica española está anticuada y fuera de lugar, suelo pensar en Fulano, aquel crítico por vocación (y poeta solo aproximado), tan tierno él en su acomplejada cascarilla de universidad y de suplemento, y me digo que no es la crítica, sino el país, y que los críticos son a todo eso como los temblores de las manos al párkinson: síntomas. Mientras la zona más visible de la literatura -la universidad, los suplementos, las revistas, los catálogos de las editoriales importantes, los premios- esté controlada por una mayoría de escritores, críticos y profesores reaccionarios, la cosa pinta mal, como Magritte».

Guillermo López Gallego comienza afirmando: «Me veo en el apuro de escribir una poética». Y un poco más adelante incurre en el consabido tópico: «Tampoco estoy muy seguro de la utilidad de escribir poéticas». No me parece que el lector necesita mucho más para saltarse sus prescindibles divagaciones.

Josep M. Rodríguez nos ofrece sus «Memorias de un lector», correctamente escritas, sin pedanterías ni salidas de tono, algo que no resulta muy común en estos «ejercicios de redacción»: «La poesía que me interesa habla de mí. La leo en Rilke, Pound, Vinyoli y en el resto de los autores con los que me identifico».

Para Juan Andrés García Román el acontecimiento fundamental de su iniciación literaria ocurrió a los diecinueve años cuando, en la biblioteca de la Universidad de Heidelberg, toma en sus manos «aquel volumen rojo de Poesía completa de Fernando Pessoa» que es para él «el comienzo de todo; la voz de Álvaro de Campos, porque curiosamente aún no amaba a Rilke como ahora y a Hölderlin lo había leído todavía sin comprenderlo demasiado».

Juan Antonio Bernier, acorde con su poesía desasidamente minimalista, escribe una serie de notas discontinuas y algo imprecisas: «Ya no puedo ser un poeta popular. Es tarde, he leído demasiado. Pero sí un poeta culto con gusto por la poesía tradicional: un poeta de cancionero».

Para Julieta Valero el poema es «espacio de momentánea expresión de una identidad que se reconoce de entrada (y hasta sonriendo) como algo mutilado, pues no hay tiempo ni espacio para realizar todas las posibilidades del ser». Marcos Canteli menciona a sus amigos asturianos: «Se está mejor en la topera cuando se sabe de otros topos: Fernando Menéndez, Hermes González, Alfonso Fernández García, Jordi Doce, José María Castrillón, Jaime Priede. Compartida ceguera, a tientas por el laberinto de un aprendizaje fundamental, no solo de la escritura, sino también de la amistad, de la creencia en lo colectivo y del tajo de su evolución». Para Mariano Peyrou «quien habla en el texto no es un sujeto, real o ficticio, sino un lenguaje», la poesía sería así «una crítica de la praxis lingüística».

Miriam Reyes, poeta del cuerpo (»Mi vientre es mi mundo interior», comienza uno de sus poemas), coincide con Elena Medel cuando afirma vivir la escritura «como una necesidad»: «Escribo porque cuando no lo hago estoy como muerta».

Rafael Espejo recurre a inventarse un heterónimo, el «poeta, comediante y filósofo» Rosendo Palma, y eso le permite darle un tono vagamente humorístico a sus elucubraciones.

Las páginas autobiográficas de Yolanda Castaño son quizá lo más interesante del volumen. Su manera de hacer de la poesía, además de una forma de vida, una profesión, de relacionarla con otras artes (fundamentalmente con las artes del espectáculo), está contada con inteligente pasión, con desarmante sinceridad.

La introducción de Juan Carlos Abril (que también se incluye a sí mismo como poeta en la antología) ejemplifica las dificultades de un estudio académico de la literatura más reciente. La alusión a polémicas periodísticas se entremezcla con conceptos teóricos no bien digeridos y con generalizaciones abusivas: «La crítica literaria española, acostumbrada a comprender con bastante facilidad una poesía figurativa -y sin rugosidades- ha hecho tabula rasa respecto a todo lo que no se entiende, denominándolo como irracional». ¿También Miguel Casado, Andrés Sánchez Robayna, Túa Blesa, Rafael Núñez Ramos, Jenaro Talens, Jaime Siles?

Pero la confusión conceptual y la continua imprecisión no son lo más censurable. A Juan Carlos Abril, poeta, crítico, profesor universitario, le costaría aprobar un examen de redacción.
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Sawa, el bohemio irreductible

Sawa, el bohemio irreductible

Amelina Correa presenta \’Alejandro Sawa. Luces de bohemia\’, Premio Domínguez Ortiz de Biografías, donde rescata la figura del escritor en el que se inspiró Valle-Inclán para su personaje de Max Estrella

Eran ángeles caídos, nobles fracasados, Ícaros zarrapastrosos. El tránsito del siglo XIX al XX fue un semillero de autores \’raros\’ y condenados al olvido. De ahí ha rescatado a Alejandro Sawa la profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa. «Una de las constantes de mi vida como escritora ha sido la recuperación de autores considerados fuera de la norma, algo que he hecho siempre desde la pasión por el personaje biografiado», explica la autora de Alejandro Sawa. Luces de bohemia (Fundación Lara), premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2008.

Sawa pasó a la historia de manera transversal, como el hombre en el que se inspiró Valle-Inclán para crear el personaje de Max Estrella de Luces de Bohemia. «Siempre ha sido considerado como el representante típico de la bohemia heroica, esa bohemia químicamente pura que luchará contra todas las adversidades confiando siempre en la divisa azul del arte», resalta Correa.

Sawa nació en Sevilla y se \’enganchó\’ al mundo de las letras en Málaga, antes de aventurarse en el Madrid «finisecular de la Gente Nueva» y con una trascendental escapada al París del cambio de siglo. De allí regresó «a ese mismo Madrid mísero y hambriento para ser conocido en los cenáculos de la \’Santa Bohemia\’ como un afrancesado, a comentarse su parecido físico con Alphonse Daudet, al que adaptaría y traduciría, y a glosarse en las \’misas poéticas\’ en torno a la figura del desaparecido Paul Verlaine por los cafetines y tertulias del foro madrileño tal y como lo recreó Manuel Machado». Y como personaje de sí mismo, Don Latino de Hispalis exclama en Luces de Bohemia que Max Estrella es «el Víctor Hugo de España». Según Correa, «otra característica que le acompañó desde sus inicios en el mundo de la literatura fue su veneración por el autor de Los Miserables». De ahí el homenaje de Valle-Inclán.

Y ahora que se acerca el centenario de la muerte de Alejandro Sawa -el 3 de marzo de 2009, Amelina Correa opina que su principal aportación es que «ahora podemos afirmar sin lugar a dudas que queda mucho por decir de él». «Por lo pronto», continúa la investigadora, «acerca de la perpetuación de una serie de leyendas en torno a él, desmentidas en su momento, pero que se han ido reiterando para conformar su propio universo existencial en torno a una sola palabra: bohemia».

En este sentido, Alejandro Sawa. Luces de bohemia pretende ser el punto de arranque para el rastreo en profundidad de su vida novelesca, pero no la novelada. «Se necesita una perspectiva diferente y más enriquecedora sobre el autor y más cercana a esta etapa crucial en la historia de los movimientos políticos, las opiniones y juicios sobre España y las publicaciones periódicas de distinto signo que le tocó vivir», profundiza Correa para resumir a continuación el origen último de su libro: «Nace por la necesidad terapéutica de despojar al mito de su gabán bohemio». Y lo hace el propio Sawa, «descubriéndose ante los demás, ante sí mismo, ante un público aficionado a la historia literaria y ante los estudiosos en la materia, que no son precisamente pocos, descartando de una vez las informaciones caducadas sobre él», señala la autora.

En cuanto a su \’flechazo\’ literario, Amelina Correa destaca entre sus hallazgos el profundo amor que el escritor profesó a su mujer, Jeanne Poirier, «la Santa Juana de sus días postreros», y a su hija Helena. «Alejandro se muestra en todo momento extremadamente dulce con su pareja, la llamará \’mi amor inmortal\’, y llevará siempre las fotografías de ambas como si fueran reliquias». De hecho, antes de morir, se casó con su \’santa\’. «Sawa parecía encarnar ese personaje lleno de grandeza y de dolor que expía su delito sometido a un destino trágico. Inteligente y brillante, no consintió nunca en taparse con cera los oídos, ni aún cuando presentía su nave próxima a encallarse en las rocas», continúa con admiración su última biógrafa.

Así, este «cultivador de lo bello», el hombre de las deudas perpetuas, de los casinos, fue «apasionado hasta la extenuación, con un fuerte espíritu de denuncia social con una actitud insobornable». Lo reconoció él mismo: «Los periódicos se asustan de algo que hay en mis escritos y que yo no quiero tachar». Y no se emborronó.
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Amelina Correa desmonta el mito de Alejandro Sawa

Amelina Correa desmonta el mito de Alejandro Sawa

La ganadora del Premio Domínguez Ortiz de Biografías profundiza en la personalidad de un \’mártir\’ de la bohemia

Cuentan los testimonios sobre Alejandro Sawa que éste poseía una figura «tan singularmente hermosa» que habría dado al autor el derecho «de no tener otros méritos para merecer ya la admiración». Pero el sevillano acompañó esta prestancia de una actitud y una biografía fascinantes: fue apóstol del simbolismo, partícipe de un París donde nacía la literatura moderna, amigo de Verlaine y de Darío. Encarnó la bohemia hasta convertirse en un mártir de la causa: murió en la miseria, ciego y con la razón perdida, víctima de una encefalitis, e inspiró a Valle-Inclán, conmovido con su «final de un rey de tragedia», el personaje de Max Estrella.

La profesora Amelina Correa, especialista en el rescate de voces malditas de la literatura, se propone en Alejandro Sawa. Luces de bohemia (Fundación José Manuel Lara) «despojar al mito de su gabán bohemio». La investigadora, que ganó el Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías con este libro, ha intentado «ser rigurosa» -una meta para la que se ha servido de una documentación exhaustiva- pero también ha escrito «desde la pasión» que siente por Sawa, en el que lleva trabajando «desde 1989».

En su obra, Correa desmonta algunas leyendas que se vinculan a Sawa, como ese episodio que circuló sobre el autor de Declaración de un vencido que aseguraba que había dejado de lavarse la cara tras haber recibido un beso de su admirado Victor Hugo. «Le fastidiaba mucho que se dijera eso, porque incluso en la indigencia, Sawa cuidó siempre mucho su aspecto», señala la autora, quien también corrige «esa impresión de vago que se tiene sobre él, algo que no es cierto pues escribió más de cien artículos».

Pese a que Correa nunca expresa ninguna valoración moral sobre los personajes que retrata, las conclusiones que saca el lector sobre Rubén Darío no son precisamente positivas. El autor de Prosas profanas nunca responderá a las estremecedoras peticiones de ayuda que le enviará un enfermo Sawa, a quien, para colmo, Darío debe un dinero que no parece dispuesto a pagar. «El remordimiento hará que, tras la muerte de éste, Darío escriba un prólogo a Iluminaciones en la sombra. Pero también hay que decir a su favor que si Darío no lo visitó, o no fue al velatorio, es porque tenía pánico a la muerte», apunta la especialista. Valle-Inclán, en cambio, «demostró un afecto inmenso por Sawa. Trató de ayudarlo en todo lo que pudo, impulsó la publicación de su libro póstumo y se sabe por sus cartas que se preocupó por la viuda de su amigo», desvela la profesora de la Universidad de Granada.

Sobre el personaje que inspiró este «andaluz hiperbólico», Max Estrella, cuya trascendencia acabó difuminando el verdadero perfil de Sawa, Correa cree que «las representaciones que se hacen de la obra de Valle-Inclán nos muestran a un Max Estrella envejecido , mal vestido, algo que no concuerda con la realidad». El modelo original «murió a los 47 años y siempre cuidaba su vestuario», matiza la investigadora. Sawa, como describe la biografía, siempre mantuvo una rara elegancia: cuando lo visita Rafael Cansinos Assens, en los últimos días en que la enfermedad hace presagiar el fatídico desenlace, lo encuentra envuelto en unas sábanas porque ha empeñado su ropa en el Monte de Piedad. Y sin embargo, sostiene Cansinos, «mostraba el gesto arrogante de un césar. Sus rasgos de estatua clásica contribuían a la impresión».
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No hace falta posar en ‘Interviú’

No hace falta posar en \’Interviú\’

Para ser actriz no hace falta enseñar los pechos previamente en Interviú, como algunas creen. Lo han demostrado los jóvenes que han participado en el I Festival Internacional de Teatro Universitario, que concluye esta noche en el Teatro del Zaidín con Antígona, a cargo de los \’chicos\’ de la Universidad de Granada dirigidos por Rafael Ruiz. «En líneas generales estamos muy satisfechos por la calidad de los grupos que han venido, que yo diría que rozan el nivel profesional», explica Ruiz en referencia a los grupos universitarios de El Cairo (Egipto), Puebla (México), Berlín (Alemania), Covilha (Portugal), Ourense y Madrid.

«Ya no se hacen \’teatricos\’, sino que se reflexiona de verdad con propuestas muy arriesgadas, pasando de obras con muchos personajes y temas comprometidos a la contención en el trabajo de los actores alemanes, con monólogos de cerca de cuarenta minutos que llenan el escenario con un solo personaje», afirma el director del aula de teatro de la UGR. Y el público parece que ha respondido a estas propuestas. «El teatro se ha llenado con los grupos españoles y se ha superado la media entrada con los grupos de fuera».

En la actualidad, el Festival de Teatro Universitario es el único que queda en Granada, «sobre todo con esta dimensión internacional». Respecto a las diferencias entre una compañía profesional y una universitaria, a priori parece que \’no profesional\’ es tener menos medios técnicos y artísticos, sin grandes presupuestos y con un proceso lento y pobre. «Pero hay una gran libertad para buscar textos, montar autores determinados y hacer propuestas arriesgadas que parece que en el contexto universitario se permiten», resalta Ruiz. «Aquí está lo asombroso, ¿cómo es posible que con estos medios y sin una gran formación se consigan estos resultados?». Un ejemplo ha sido el grupo de Orense, «con 16 personas en el escenario y una coordinación en todo momento que muchos profesionales no tienen».

Y en una edición que ha juntado a grupos de México, Alemania, Portugal o Egipto, ¿qué diferencias observa entre continentes? «Muchas», responde Ruiz, «porque los propuestas son distintas en el orden temático aunque parece que hay una corriente hacia el teatro comprometido, porque la gente está sensibilizada con el tema de la guerra, con el sufrimiento y la tortura…».

Pero cada forma de abordar el texto, el autor y la puesta en escena varía de un país a otro. «Hay como algo más colorista según el país». Un ejemplo es el caso de la Universidad de Puebla, «donde con tan solo ver el escenario se sabe que es un grupo mexicano sin necesidad de conocer más». Pero la obra tiene un trasfondo de denuncia de la opresión, de denuncia del colonialismo. Además, el director teatral destaca al grupo de Berlín, «un taller de teatro puro y duro, muy trabajado, esmerado, donde se sigue al dedillo todas las enseñanzas de los grandes.

En definitiva, el teatro universitario se mueve entre la épica y la lírica. «Épica porque somos casi personajes medievales como Roldán, y lírica porque no deja de ser un canto muy poético y a veces son propuestas de una estética exquisita, caso de la obra Paraíso infernal, un gran trabajo de expresión corporal sin apenas diálogos».
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La protección del medio ambiente y del patrimonio, a debate en unas jornadas

La protección del medio ambiente y del patrimonio, a debate en unas jornadas

Juristas, gestores, investigadores y expertos medioambientales en distintos campos se darán cita este fin de semana en las II Jornadas Nacionales sobre Protección del Medio Ambiente y del Patrimonio Cultural, que se inaugurarán mañana en el hotel Beach Resort de Punta Umbría.

La conferencia inaugural cuenta con el prestigioso profesor investigador del Instituto de Recursos Naturales del Centro de Ciencias Medioambientales del CSIC, Fernando Valladares, que, con la conferencia \’Efectos del cambio global sobre los ecosistemas terrestres\’, profundizará en que los efectos del cambio climático empiezan a estar bien documentados para especies concretas.

Las jornadas, organizadas por la Subdelegación del Gobierno en Huelva, la Guardia Civil y el Ciecem de la Universidad de Huelva y patrocinadas por la Consejería de Medio Ambiente, están dirigidas principalmente a profesionales, estudiantes, ingenieros, técnicos ambientales y personal de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y de la administración medioambiental y cultural con competencias en la materia.

Entre los ponentes que intervendrán el viernes, destacan el coronel jefe del Servicio Fiscal de la Guardia Civil, Tomás Navarro; el director del conjunto arqueológico de Carmona, Ignacio Rodríguez; el profesor de Investigación de la Estación Biológica de Doñana, Juan José Negro. El sábado arrancará con la conferencia del profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Granada, Leonardo Sánchez, mientras que la clausura correrá a cargo de la directora general de Sostenibilidad en la Red de Espacios Naturales de la Junta, Rocío Espinosa.
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Tomo partido

Tomo partido

Pido la palabra. Llegó mi turno. He esperado unas semanas para opinar con propiedad sobre el affaire Fortes-García Montero, leyendo las diversas reacciones, los manifiestos de uno u otro signo, los artículos apresurados de fulano o mengano, las sesudas reflexiones de los menos. Fue Álvaro Salvador, catedrático de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Granada, compañero generacional y amigo íntimo de Luis García Montero, el que soltó la liebre. El pasado 11 de noviembre, tras conocer la sentencia que condenaba al poeta por el delito de injurias graves con publicidad sobre la persona de José Antonio Fortes, Salvador declaró lo siguiente a un reportero del diario Ideal: «Luis es la primera víctima en la guerra por el poder cultural en Granada. Esperemos que la próxima sea del otro bando.»

Esta reacción me sorprendió, porque fue la única del entorno de García Montero que mencionó lo que a mi juicio es una de las cuestiones centrales de este enredo, el poder cultural en la ciudad de Granada. Sin quererlo, Álvaro Salvador destapó la caja de los truenos.

Siguiendo su argumentación, en nuestra tierra se libra una guerra sin cuartel entre dos ejércitos anónimos, una contienda cuya meta es la conquista del poder cultural granadino. Según la versión de Salvador, Luis García Montero era un destacado oficial de una de las facciones enfrentadas, que se ha visto obligado a abandonar la Universidad, partiendo a Madrid, después de la condena. Tirando de este hilo, se deduce que el profesor Fortes forma parte de la otra facción, que ha ganado una batalla con la sentencia.

Ahora bien, me vienen a la cabeza cientos de interrogantes. El primero, ¿El poder cultural está en mano de alguno de estos dos sectores en disputa, o permanece a la deriva, a la espera de ser tomado por las armas de unos o de otros? El segundo, ¿En qué consiste esto del poder cultural? Tercero, ¿Quienes son los miembros de las dos banderías, y cuáles son sus propósitos?

Animo, desde esta tribuna mía, al señor Salvador a que responda estas preguntas, para que los granadinos sepamos los porqués de este conflicto, hasta ahora desconocido para el hombre de la calle. Solicíto asimismo al señor Fortes que conteste también estas cuestiones, a través de la prensa alternativa, donde no encontrará censuras ni mordazas.

Se ha hablado poco del origen de esta controversia jurídico-literaria. Se nos ha dicho que todo comenzó en una reunión del Consejo Ordinario del Departamento de Literatura Española, el 26 de septiembre de 2006. Pero, ¿Cual era el tema a tratar en aquella reunión?

Acudamos a la sentencia sentencia 446/08, dictada por el magistrado Miguel Ángel Torres. En la misma, Torres explica que allí «se trataban temas polémicos como el candidato propuesto al premio Lorca o el representante del Consejo en el jurado del premio». «Temas polémicos», afirma el titular del Juzgado de lo Penal número 5 de Granada, dando en el clavo, apuntando a lo más hondo de este episodio.

El Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada/Federico García Lorca, convocado anualmente desde 2004 por el Ayuntamiento garnatí, es una iniciativa de dos personas: Luis García Montero (a partir de ahora LGM) y su hermano Juan , concejal de cultura de la localidad, destacado militante del PP. Cómo concejal del ramo, Juan García Montero es miembro nato del jurado del galardón, al igual que su primo, el también poeta Luis Muñoz Montero (LMM).

En la última edición, a la que se presentaba LGM, Juan se ausentó de la sala donde se deliberaba, dejando dentro, entre otros, al alcalde José Torres Hurtado, a LMM y a un conocido de muchos de ustedes, Álvaro Salvador. El García Lorca fue a parar finalmente a las manos del poeta mexicano-español Tomás Segovia.

El primer galardonado fue Ángel Gónzalez, al que dediqué unas letras con motivo de su fallecimiento en enero de este 2008. La amistad entre LGM y el desaparecido González es de sobras conocida.

Así pues, el premio Lorca fue el motivo por el que LGM insultó a José Antonio Fortes en aquel Consejo de Departamento. Más concretamente, las alusiones humorísticas de Fortes y de otro docente a posibles destinatarios del Lorca (la tonadillera Isabel Pantoja y el cantaor y bailaor Curro Albaicín).

Va cayendo el velo del misterio, va desvelándose una de las verdades del affaire: el poder cultural. Un mandarinato absoluto y omnímodo, detentado por LGM desde hace más de una década, al amparo de las instituciones, y al calor de las subvenciones. Existe entonces el poder cultural en esta ciudad de provincias.

«Quién no tiene padrinos, no se bautiza», dice la sabiduría popular. LGM ha reunido, a lo largo de su carrera literaria, una colección de padrinos de variado pelaje. El más famoso de todos ellos, es sin duda, Rafael Alberti.

Cuando el poeta gaditano volvió a España en 1977, tras el aciago paréntesis del exilio, encontró en Granada a una generación de literatos mozos que le acogió como un maestro. Alberti vivió junto a ellos una segunda juventud, quemando la noche, al filo de los ochenta años. Tres de aquellos chavales eran LGM, Álvaro Salvador y Javier Egea.

Sin que esto suponga una negación del talento natural de LGM para la poesía, sería imbécil no tener en cuenta que entrar en el mundillo literario de la mano de Rafael Alberti no es moco de pavo. Se le abrieron muchas puertas de par en par, y él supo y pudo atravesarlas.

LGM escribe regularmente en el periódico de mayor tirada a nivel estatal, El País. Su esposa, la novelista Almudena Grandes, escribe en el suplemento dominical del diario, EPS. Además, Almudena publica sus libros en la editorial Alfaguara. El propietario de El País y de Alfaguara es el grupo Prisa, ligado a los intereses empresariales de la familia Polanco y a los intereses electorales del PSOE.

A su vez, LGM está afiliado a IU, siendo próximos sus planteamientos a los del dimitido coordinador general Gaspar Llamazares, apareciendo incluso en las listas de la coalición en las elecciones europeas de 2004.

Luisito tiene las espaldas bien cubiertas, maneja una red de intereses impresionante, que le ha ayudado a capear el temporal actual. Lazos fraternales con el PP, amistad y militancia en IU, buenos contactos en el PSOE.

Si LGM dijera, parafraseando a su tocayo francés, «la Cultura en Granada soy yo», no estaría mintiendo, ni mucho menos. Hablando en términos de industria cultural, entiéndanme.

Queda identificado uno de los bandos de esta guerra por el control del negocio de la cultura en Granada, el liderado por LGM, del que forman parte sus amistades, las amistades de sus amistades, su propia familia, sectores del PP, del PSOE y de IU. Comprueben los nombres de los firmantes del manifiesto en apoyo a LGM, es la mejor prueba del capital humano que ha amasado el paisano, con tesón y con paciencia de orfebre.

¿Y los otros? ¿Además de Fortes, quienes intentan arrebatar el poderío a LGM y compañía? José Antonio Fortes es marxista, incluso presume de ello en sus clases (craso error, a mi parecer), aplica en sus teorías literarias el análisis metodológico marxista, sostiene posiciones de extrema izquierda, posiciones que un servidor no comparte, pero que respeta. Entonces, ¿Donde están sus aliados, sus correligionarios?

Sería lógico que a Fortes le apoyasen los grupúsculos que se mueven a la izquierda del PCE. Pero, ¿Están en condiciones estas organizaciones, a menudo escasas de personal y trufadas de policías, de guerrear con LGM en pos de la codiciada Cultura granaína? Echen unas carcajadas a mi salud, por favor. A lo mejor ha estallado esta tarde la revolución en los paseíllos universitarios, están ardiendo la casa consistorial, la catedral y la sede del Ideal, y no me he enterado.

Antonio Romero, parlamentario andaluz y diputado nacional por IU durante muchas legislaturas, sostiene en una carta abierta lamentable que «El profesor denunciante (en referencia a Fortes), haciendo gala de su mediocridad y jaleado por los sectores más reaccionarios de la Universidad acudió a refugiarse bajo las togas de los juzgados.» Me gustaría saber cual es la fuente de información de Antonio Romero, de donde ha sacado esos datos sobre Fortes y sobre esos sectores reaccionarios que le han jaleado.

No hay que ser un lince para descubrir que la Universidad de Granada es un nido de fachas, tal y como lo son el resto de las universidades españolas. Lo cual no es óbice para calificar como reacionario y revisionista a todo aquel que ose atacar a un poeta de los nuestros (ya se llame LGM o Federico García Lorca). No confundamos una vez más la realidad y el deseo.

Si esta situación hubiera ocurrido cinco años atrás, yo mismo hubiera firmado gustosamente el manifiesto y hubiera lanzado improperios y maldiciones contra José Antonio Fortes. Pero, las cosas cambian, el tiempo se consume en los relojes de arena de la memoria, y no se puede ser ajeno a ello.

No conozco a Fortes, pero sí conozco a LGM. Charlamos en una ocasión, allá por 2003. Yo tenía 17 años y medio, y encajaba a la perfección en la definición de progre, lo confieso. Luisito era un símbolo, un mito viviente, un ejemplo de lo que debía de ser un intelectual de izquierdas, comprometido con la búsqueda de un mundo mejor…

Ahora, a los 23 años y dos meses, ya no soy ese niño de la plaza de Mariana Pineda, estimado LGM. Ahora, en un año fundamental para la definitiva formación de mi personalidad, tomo partido contra la progresía, contra Prisa, tomo partido contra ti.

Tomo partido, partido hasta mancharme, por José Antonio Fortes.
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El Festival de Teatro Universitario termina hoy con el estreno de ‘Antígona’

El Festival de Teatro Universitario termina hoy con el estreno de \’Antígona\’

Esta noche bajará el telón del I Festival Internacional de Teatro Universitario, que se ha venido celebrando en Granada desde el pasado día 21. En su recta final se han podido ver espectáculos llegados desde Berlín, El Cairo y Puebla (México).

El grupo de la Universidad de Berlín escenificó el lunes un doblete de teatro gestual y expresionista, en el cual los dos actores centran toda la atención, desde un escenario vacío y una connivencia con lo líquido sea vino de la copa o agua de la jarra. Tanto Andrea Laura como Gregor von Holdt rayaron alto en la expresión corporal y en la poética del desamparo, como germen de un teatro mínimo de gran calidad.

Escenario vacío

El martes la actriz Nora Amín, también con el escenario vacío, experimentó el teatro-diálogo a través de una \’performance\’ de Eva Balzer, tan visual y cromática como cargada de simbolismo, y un diálogo posterior sumamente esclarecedor del peso que tiene la geografía sobre los seres humanos.

Anoche llegó uno de los platos fuertes del festival. Desde Puebla de los Ángeles nos visitó el grupo de su Benemérita Universidad, dirigido por Isabel Cristina Flores y con una obra de Víctor Hugo Rascón. El arte culinario tradicional sirvió de pretexto para que las tres mujeres, que protagonizan esta \’Sazón de mujer\’, desarrollasen un teatro cercano e íntimo, con gran capacidad emotiva y toques del surrealismo que sigue siendo seña de identidad de la literatura sudamericana.

De lo mejor

Ellas interpretan a tres mujeres de la sierra mejicana, en el estado de Chihuahua, pero podían ser tres mujeres de cualquier medio rural cercano, a la vuelta de cualquier carretera que conduce a un lugar con encanto. Si la interpretación de las jóvenes actrices mejicanas logró conmovernos y hacernos vibrar con su peripecia, la dirección nos mostró un trabajo pulcro y comedido que, junto a la escueta escenografía y el luminoso vestuario, se yerguen como de lo mejor que se ha visto en el Festival.

Esta noche llegará el estreno absoluto de \’Antígona\’, por el grupo de la Universidad de Granada. Rafael Ruiz, su director, ha pulido el mito hasta lo esencial, ha contado con universitarios de antaño y con jovencitos que aún no se han matriculado, y con todo ello promete un clásico moderno, plagado de sorpresas y con el toque que él sabe dar a la producciones granadinas.
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Piden a García Montero que no se vaya de la UGR

Piden a García Montero que no se vaya de la UGR

La Facultad de Educación celebra una lectura poética que se convierte en un homenaje al poeta

«Que no te puedes ir». «Que no puedes abandonar el barco». Fueron algunas de las cosas que le dijeron ayer al catedrático y poeta Luis García Montero en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada (UGR) durante una charla que dio con motivo del día del patrón del centro. Estas peticiones las hicieron alumnos y profesores tras el anuncio del poeta de abandonar la institución universitaria granadina tras ser condenado en su litigio con el profesor José Antonio Fortes, otro profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, donde también imparte clases García Montero.

Tras leer un poema de García Lorca, \’La Aurora\’, y otro suyo, \’Mujeres\’ del libro \’Habitaciones separadas\’, una profesora de la Facultad de Psicología le dijo que «a la gente de la Universidad de Granada nos gusta que estés aquí». Eso lo expuso después de decir que era su cumpleaños y «esta charla poética ha sido uno de los mejores regalos de cumpleaños que he tenido hace tiempo». Ella no fue la única que mostró su apoyo al poeta. Algún profesor recordó que «la lección magistral que nos has dado no puede caer en el olvido».

A esto agregó, otro docente, que «agradezco tu poesía, compromiso con la UGR y manera de ver las cosas que comparto contigo, incluso la columna de Fortes». Alguna alumna también le explicó que no le gusta mucho la poesía, pero tras leer \’Vista cansada\’ se ha animado a leerla. Así, todas las intervenciones fueron muestras de apoyo y cariño para el catedrático de Literatura, que según Remedios Sánchez, vicedecana de Cultura de la Facultad de Educación, es un «referente en el ámbito literario y en el docente».

García Montero recibió el cariño, no sólo de su facultad como hasta ahora había ocurrido, sino de otro centro como Ciencias de la Educación al que acudieron profesores y alumnos de otras facultades .Le entregaron un \’pin\’ y un reloj con la fecha de ayer y le dijeron que «se te quiere, valora y respeta». Sobre el asunto de si va a recurrir o no la sentencia, García Montero aclaró que aún tiene una semana y que debe mantener una conversación con su abogado y sus amigos. Además explicó que necesita tranquilidad. «Lo digo con el corazón en la mano, lo que me pide el cuerpo es pasar página», agregó.

El catedrático defendió además la poesía como una «reivindicación de la conciencia individual». Dio una lección poética, habló de Lorca y de libertad de expresión.

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