La crisis va a más y la destrucción de empleo alcanzará a cien mil personas
La mala situación por la que atraviesa la economía granadina durante el presente ejercicio, se verá sin duda agravada en el de 2009 y tendrá su peor impacto en una destrucción generalizada de empleo, que podría superar la barrera psicológica de las 100.000 personas al término de este último trimestre o en el primero del ejercicio entrante. El deterioro que a lo largo de estos pasados meses han sufrido todo tipo de indicadores económicos evidencia un cambio de ciclo económico que se adentrará, como mínimo, también en el próximo año. El escaso peso de la industria en el entramado económico provincial no podrá servir de relevo a la actividad de sectores como los de la construcción y servicios, en claro retroceso por la coyuntura particular que viven ambos. La actividad del sistema financiero provincial también se resentirá en lo que se refiere a la dinámica de créditos y depósitos, en consecuencia con la etapa de recesión que alcanzará a la actividad económica granadina.
Por todo lo anterior, por la caída en picado de la actividad de las dos \’locomotoras\’ económicas antes citadas, por una mayor desaceleración del consumo y un elevado desequilibrio exterior, el panorama que se avecina de cara a 2009 es calificado por los expertos de «sombrío». Y como tal se recoge en el apartado de perspectivas del último Boletín de Coyuntura Económica, el número 27, que edita la Caja Rural de Granada y que fue presentado ayer.
Recetas anticrisis
La situación descrita no es exclusiva de la provincia granadina ni siquiera del conjunto de España. Afecta con mayor o menor virulencia a todos los países occidentales y también a grandes potencias de la economía mundial. De ahí la reciente reunión ampliada del G-20 en Washington, donde se tomaron los primeros acuerdos para parar la crisis financiera y evitar una debacle mundial.
Desde una perspectiva exclusivamente provincial, también se pueden tomar medidas -aunque limitadas- para evitar en lo posible los peores efectos de la etapa de recesión en la que vamos a entrar este mismo trimestre y que a su vez están encaminadas a acelerar la salida de esta coyuntura. Así lo cree, al menos, Miguel González Moreno, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada y cabeza visible del equipo que elabora en mencionado boletín de la Caja Rural de Granada.
Opina este experto que en una situación de crisis como la actual «los ajustes son inevitables» y considera también que el margen de maniobra desde la óptica provincial «es muy reducido». Pese a ello, González Moreno enfatiza sobre el relevante papel a desempeñar en esta cuestión por las administraciones públicas y por los agentes sociales. Y dentro de lo que son las recetas más sensatas que se pueden adoptar, asegura que se encuentran una mayor y más rápida inversión pública en obras de todo tipo; atención financiera a las pequeñas y medianas empresas (pymes) para cubrir sus necesidades de inversión y gasto corriente por parte de bancos y cajas de ahorro; reactivación del sector de la construcción mediante el impulso de las viviendas protegidas -VPO y otras- que son las que pueden adquirir hoy día los ciudadanos… y algunas otras más que sin duda tendrían efecto pero no de forma inmediata.
González Moreno aseguró que la inversión de las administraciones públicas tiene un periodo de maduración «pero cuanto más tiempo tarden en tomar esas decisiones, más tiempo tardará en surtir efecto y más tiempo tardaremos en salir de la crisis».
El profesor González Moreno resaltó la importancia de que se tomen medidas desde otro punto de vista. Éstas han de estar dirigidas, fundamentalmente, a evitar la destrucción de empleo. «La variable clave -en la presente crisis- es el empleo, no son los tipos de interés ni las cotizaciones bursátiles ni los índices de morosidad, que todo esto es también muy importante y hay que tener un ojo puesto en ello, pero los dos en el mercado de trabajo», resaltó el catedrático de Economía Aplicada. Y esto es así, a su juicio, porque de la evolución del mercado laboral dependen el consumo, la inversión, los índices de morosidad…«la piedra angular es el empleo y hay que hacer todo lo posible para salvaguardar esta variable».
Vistazo atrás
Las previsiones económicas a corto plazo que refleja el documento elaborado por la Caja Rural de Granada parten del análisis de la situación vivida por la provincia granadina durante el primer semestre del año. Una reflexión sobre lo ocurrido entre enero y junio -con algunos avances hasta octubre- que muestra un evidente deterioro de la situación en consonancia con lo ocurrido a nivel nacional e internacional.
No obstante lo anterior, el análisis que hace el equipo del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada por encargo de La Rural constata también que algunos parámetros de demanda son mejores que en idéntico periodo del año anterior. Caso concreto de los consumos energéticos (electricidad y combustibles derivados del petróleo) o del número de pasajeros que utilizaron el aeropuerto que comparten Granada y Jaén.
Frente a esa alentadora situación, el resto de los indicadores económicos son una sucesión de registros negativos. Matriculación de vehículos, grado de ocupación de establecimientos hoteleros, ventas de cemento o viviendas iniciadas experimentaron una notable caída en comparación con el ejercicio precedente.
Por lo que al comercio exterior de mercancías se refiere, la provincia granadina aumentó las importaciones diez veces por encima de las exportaciones, lo que se tradujo en el hundimiento del saldo comercial y de la tasa de cobertura. Un hecho que a juicio de los autores del informe económico antes citado significa, ni más ni menos, que la importante pérdida de competitividad que ha acumulado en los últimos años la economía granadina.
Por lo que respecta a la situación de los diferentes sectores productivos, todos salvo el industrial han presentado registros negativos, especialmente en el ámbito laboral. Y el boletín vaticina incluso que en 2009, la caída en la ocupación del sector servicios será especialmente intensa. Buen preludio de lo anterior lo daba ayer mismo el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha computado en octubre una caída en el número de pernoctaciones hoteleras de 31.215 con respecto a hace un año, en el que la ocupación media sufrió un descenso interanual superior a 4 puntos.
Situaciones clave
Para Miguel González dos situaciones clave explican todo lo acontecido en el último año, desde que la crisis asomara de verdad: la vulnerabilidad de la economía española y granadina frente a los factores que han desencadenado la situación, y en segundo lugar, la falta de toma de decisiones para hacer frente a esta difícil coyuntura. Con respecto a la primera de ellas, González afirma que ésta se muestra tanto en el mercado financiero como en la economía real. El alto endeudamiento de las familias y empresas, el alto riesgo concentrado en el sector de la construcción y la elevada demanda de dinero en el exterior por parte de los bancos españoles, han puesto en jaque la economía nacional.
Por lo que a la economía real respecta, lo ocurrido simplemente ha sido un brutal parón del motor económico provincial español y que no es otro que la actividad en el sector de la construcción y en el consumo. Y éste último ha afectado a todos los sectores que están relacionados con él.
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