Los investigadores entregan su informe sobre la represión franquista.

«Víznar. Catedrático. Salvador Vila Hernández. 22/10/36. H.A.F. (Herida por arma de fuego)». Así hasta 6.376 personas han documentado los investigadores de la Universidad de Granada (UGR) como víctimas mortales de la represión franquista en Granada en la guerra civil y posguerra. En ese listado, de 579 páginas, aparece en la 108 el poeta Federico García Lorca.

Se ha respetado la fecha de la muerte que aparece en el registro, 20 de agosto de 1936, un día después que la que consta junto a quienes se cree que fueron fusilados con él. Los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas y el maestro Dióscoro Galindo.

La iniciativa del juez Baltasar Garzón ha dado ya sus primeros frutos en Granada y ayer los investigadores a los que la Universidad encargó elaborar un listado de víctimas mortales entregaron el documento al rector, Francisco González Lodeiro. A esta documentación se sumará la «específica» de la que dispone la propia institución. Entre otras cuestiones, represión a los docentes y profesores depurados.

El listado es aún «provisional», según manifiesta el profesor de Historia y vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada, Rafael Gil Bracero. Antes de que Garzón demandara la información, la asociación tenía acreditadas unas 5.000 víctimas en Granada. «Y aún hay documentación que nos han entregado en la Universidad y que vamos a cotejar».
655 desconocidos

De entre todos los documentados hay nombres más que destacados. Otras víctimas ni siquiera tienen registrado su nombre y constan como «desconocidas». En concreto 655. «Hay un día de septiembre que fueron fusiladas 40 personas de las que no consta nombre». Según la información recabada, hay una descripción sobre el sexo, edad aproximada, estatura y lugar en el que fue hallada la persona.

Caso diferente es el de los catedráticos asesinados. Y, entre ellos, el del arabista Salvador Vila, quien aunque nunca militó en un partido concreto, era declarado simpatizante de la izquierda republicana. Muy joven ocupó el cargo de rector de la UGR y, aunque lo seguía siendo legítimamente cuando lo fusilaron, con poco más de 30 años, su antecesor había sido nombrado en su lugar.

En el verano de 1936, como cada año, se encontraba en Salamanca. Desde allí fue devuelto con su mujer a la ciudad y fusilado en octubre. Se había licenciado en Filosofía y Letras y Derecho. Se doctoró en Madrid , estuvo becado en Alemania y obtuvo la Cátedra en la Universidad de Granada.Discípulo de Miguel de Unamuno, Salvador Vila participó en las protestas estudiantiles contra la dictadura de Primo de Rivera, lo que le supuso un destierro de 15 días en las Islas Chafarinas.

Entre los catedráticos asesinados, ocho en la Universidad de Granada, destaca también José Palanco Romero, que fue además alcalde de la ciudad durante seis meses, entre 1932 y 1933. Cuando triunfó el golpe de Estado en Granada no se marchó porque estaba convencido de que no le pasaría nada. Ya como vicerrector fue apresado en su domicilio y enloqueció en prisión. Tras un paso por el Hospital Real, entonces psiquiátrico, fue fusilado en la tapia del cementerio el 16 de agosto de 1936.

Los investigadores que han elaborado el listado, entre los que se encuentran también Enriqueta Barranco o Fernando Girón, apuntan a un mayor número de víctimas, sobre todo en la posguerra por causas como hemorragias o inanición en las cárceles, si bien sólo han incluido «los que aparecen como muerte por herida de arma de fuego provocado por causa militar o juzgado militar», explicaron.

El listado, en el que sólo aparecen las víctimas documentadas, es fruto de un «trabajo silencioso» de distintos investigadores y de la propia asociación en la última década, agregó Gil Bracero.

De hecho también participa en la elaboración del mapa de fosas de Andalucía. De forma paralela la Asociación entregará el lunes en la Audiencia Nacional el listado con unas 6.000 posibles víctimas más en Granada que han quedado excluidas del oficial.
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Granada acoge Biospain, que reúne a 1.500 profesionales del sector de 35 países.

Uno de cada cinco medicamentos que se lanza cada año al mercado es resultado de procesos biotecnológicos. También permiten estos, por ejemplo, aumentar la calidad del aceite de oliva o mejorar la cría en cautividad del lenguado. El uso de técnicas basadas en la biología favorece la resolución de problemas en diferentes campos como el biomédico, la agroalimentación o las energías. Su desarrollo es clave para cambiar el modelo económico de España. Y Andalucía tiene en ello un papel destacado.

Es la tercera región en importancia, después de Madrid y Cataluña. La apuesta del Gobierno andaluz es decidida, pero la del Ejecutivo central no va a quedar atrás en los próximos años, pese a la coyuntura económica actual. Así lo manifestó ayer la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, en la inauguración en Granada de la cuarta edición de Biospain, una cita a la que asisten 1.500 profesionales del sector procedentes de 35 países. Garantizó la inversión pública, después de que el sector privado haya «reaccionado» como demuestra el incremento del 20% en sus gastos de I+D.

Se trata de un sector «emergente» que cuenta, según Garmendia, con más de 200 compañías dedicadas en exclusiva en España y otras 700 que están vinculadas. Generan unos ingresos anuales de 22.000 millones de euros. Actualmente supone el 0,6% del PIB, pero el reto es llegar al 1% en 2010. Si se cumplen las expectativas, habrá 10.000 puestos de trabajo directo en el sector, por tanto, altamente cualificados.

Salvada la «resistencia» a la que se enfrentó la biotecnología en los años setenta, para cumplir los objetivos los profesionales apuestan por un impulso que permita convertir a España en un «referente» europeo en la materia. Precisamente, fue el presidente de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), José María Fernández Sousa-Faro, que sucedió en el cargo a la actual ministra, el que reconoció lo «costosas» que son las investigaciones, aunque la biotecnología «ha recibido un impulso importante en los últimos años».

También hay que destacar «la buena base investigadora» que había en el país y que ha permitido un crecimiento «rápido», subrayó el presidente de Genoma España, José Luis Jorcano, para quien la crisis económica, más que dificultar las nuevas inversiones, permitirá detectar «sectores claramente competitivos» en la economía como es la biotecnología, que «no se verá afectada por la burbuja del ladrillo».

Uno de los principales escollos es el tiempo que transcurre entre que se pone en marcha una empresa y se logra introducir en el mercado el producto, entre cuatro y ocho años. «Hay que buscar mecanismos para que las empresas puedan hacer ese recorrido, es necesario hacer énfasis en ese área», argumentó Jorcano.

Las expectativas de crecimiento son muy grandes en la biotecnología. Más de 140 empresas exponen hasta el viernes en Granada su trabajo. Pese al buen momento que atraviesa, «no debemos dormirnos», advirtió el presidente de Asebio, que, junto a la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, la Sociedad Española de Biotecnología, la Estatal para la Atracción y Promoción de Inversores Exteriores, Genoma, Farmaindustria y el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud, organiza el certamen.
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