– Katerina Grudtsina, danza clásica para granadinos
La luz de las largas tardes, los espacios abiertos, la vida en la Carrera de Darro… Alicientes de Granada, una ciudad para llegar y quedarse desde la inmensidad de Rusia. Los rasgos eslavos y la sonrisa de entusiasmo se refuerzan en Katerina Grudtsina cuando habla de los cinco años que lleva ya en esta ciudad, donde imparte sus conocimientos de danza clásica entre niños y adultos que asisten a sus clases en el Centro Artístico.
Katerina vino en un intercambio de profesores por convenio entre la Universidad de Granada y la de Izhevsk, ciudad rusa donde nació. Como profesora enseñó lengua y literatura rusas a los alumnos de Filología. Esa formación académica converge con su otra profesión y vocación: la danza. Que le viene de tradición familiar: su padre era director y solista de la Orquesta Sinfónica de Izhevsk y su madre, bailarina y coreógrafa. Acostumbrada desde niña a viajar en las giras de la orquesta, a los 9 años ingresó en la Academia Estatal de Coreografía de Udmurtia y, con 18, era solista en el Teatro de la Ópera y el Ballet de la misma ciudad. Allí se familiarizó con la danza que emana de la música del Tchaikovsky, pero también con otras obras, entre ellas Don Quijote, de Minkos Ludwing, de donde surgió la idea de fusionar la danza clásica española con los valores académicos rusos.
A partir de ahí, el destino se encargó de todo lo demás hasta desembocar en Granada. Además de la formación que imparte los sábados (a niños, por la mañana, y adultos, por la tarde), ha protagonizado actuaciones benéficas en el Auditorio y el Centro Cívico del Zaidín, así como en Churriana y otros municipios del Cinturón.
El apoyo del público de Granada, receptivo, espontáneo, agradecido, el apoyo de los padres, el calor humano de los niños y las puertas abiertas del Centro Artístico son las bases desde las que planea la incorporación de una orquesta y solistas a la danza, pero eso, el tiempo lo dirá…
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