La actual amenaza de hambruna en amplias regiones del mundo convive con unos niveles alarmantes de obesidad en otras. El problema ha adquirido caracteres de verdadera epidemia. España se encuentra entre los países con los porcentajes más altos de obesidad en todas las edades, si bien resulta alarmante la tendencia de crecimiento entre la población infantil y juvenil.
Guadix acoge a lo largo de esta semana (21-25 de julio-) el curso Dieta y actividad física como pilares de la salud, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada y dirigido por el profesor Emilio Martínez de la Victoria (director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos). Las conferencias que lo integran analizan los problemas derivados de una alimentación deficiente y del creciente sedentarismo para el conjunto de la sociedad y para la salud individual de las personas.
El curso se ha hecho eco de las reveladoras estadísticas facilitadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por el Ministerio de Sanidad para el caso de nuestro país: el 26,3% de la población infantil y juvenil (2-24 años) sufre de sobrepeso, el 13,9% es obesa. La situación es más grave en la franja de edades comprendidas entre los 6 y los 12 años, en donde son obesos un 16,1% de los niños.
Pero en Europa y en España la cosa “va por barrios”, y no favorece al sur. Entre los países de la Unión Europea, España se sitúa entre los que tienen más obesidad infantil, junto a Italia, Malta y Grecia. Y dentro de nuestro país, el número de niños que sufre sobrepeso u obesidad es mayor en el sur (Andalucía, Murcia e Islas Canarias), en las zonas rurales y entre la población con un menor nivel educativo y de renta.
En términos generales, en nuestro entorno social, el riesgo de desarrollar obesidad es mayor en las mujeres, en personas de edad avanzada y en los grupos sociales con menores niveles de renta y educativos.
Pero lo verdaderamente alarmante es la tendencia entre los más jóvenes. ¿Por qué? Básicamente, “porque la obesidad es consecuencia de una alimentación poco saludable y de no practicar actividad física con regularidad; porque los niños y jóvenes obesos serán adultos con menos calidad de vida, que desarrollarán antes graves enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitas tipo 2, hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer; y porque, como consecuencia de todo ello, su esperanza de vida se acortará en torno a 10 años” – señala María Ángeles Dalre Saavedra (Agencia Española de Seguridad Alimentaria), que impartió la conferencia «Estrategia NAOS: Balance de 3 años y nuevos retos en España y Europa».
Combatir la obesidad
Para combatir la situación descrita, la 57ª Asamblea Mundial de la Salud aprobó en 2004 la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud, el gobierno español, por su parte, aprobó en 2005 la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS)..
En ambos casos, las metas pretendidas tratan de fomentar una alimentación saludable y la actividad física, como medios para frenar y reducir la tendencia ascendente de la obesidad y, con ello, mejorar la salud de las personas. En España, apunta Dalré, “se consideró como prioritaria la prevención de la obesidad en niños y en jóvenes, entre los cuales es posible modificar, a través de la educación, los hábitos alimentarios y de práctica de actividad física”.
Actualmente, la sensibilización ha empezado a calar, “si bien la tendencia sigue estable globalmente, en España y en todo el mundo, se están produciendo iniciativas que en los últimos tres años dan positivos resultados parciales. Estos demuestran que cuando se hacen intervenciones concretas en los colegios y en las familias, el éxito está garantizado: los niños adquieren hábitos saludable y sostenibles para toda la vida”. Cita, en concreto, programas como Perseo, para fomentar en la escuela los hábitos de alimentación saludable y del ejercicio físico, y otras iniciativas de municipios o Comunidades Autónomas.
“La clave, afirma Dalre, es asumir el reto en positivo. Alimentarse de manera sana está en la tradición de nuestra dieta mediterránea, y hacer ejercicio no supone un esfuerzo excesivo, basta con media hora de una actividad simple (sacar al perro, pasear, ir a pie al trabajo o a clase)”.
Industria alimentaria
La obesidad infantil se está combatiendo con éxito ya en los países nórdicos, en donde destaca el caso de Finlandia. El resto de Europa trabaja en una línea que se orienta a la familia, a la escuela, al personal sanitario, a la industria alimentaria…; a la sensibilización y a la toma de medidas concretas, en definitiva.
La industria alimentaria, señala Dalre, se ha sumado a las iniciativas con medidas concretas que se han traducido en la asunción del Código NAOS para el control de la publicad en niños menores de 10 años, la modificación en sus productos de las cantidades de sal, azúcares o grasas (que presentan en su publicidad), o un etiquetaje nutricional que destaca en textos e imágenes la composición de sus productos alimentarios.
En esta línea, precisamente, Dalre anuncia que en no más de dos años se legislará en Europa para modificar el etiquetado nutricional, a fin de permitir al consumidor conocer mejor la composición de los productos que lleva a su mesa.
Para más información: Prensa Centro Mediterráneo. 630 064328 amarin@ugr.es