– Regalos cum laude.
El catálogo de la colección de arte de la UGR es una caja de sorpresas que incluye desde modelos de Jesús del Pozo hasta cuadros de Monteagudo e Ydáñez.
UN vestido de novia y un taburete de madera con dos remos. Una fotografía de Penélope Cruz y un cuadro abstracto. Una videocreación y una bolsa de cartón con varias carpetas. Todo puede ser arte contemporanéo si detrás de lo material se agazapa un concepto. Así se deduce al echar un vistazo al catálogo de la Colección de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada, una flamante publicación que se presentó ayer y que refleja el hervidero de conceptos estéticos que esconden las cabezas pensantes que recorren los pasillos de las facultades granadinas.
Tras siete años llamando a las puertas de distintas personas relacionadas con el mundo cultural, Francisco Fernández, director de la Colección de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada, ha logrado aunar más de 1.000 piezas de firmas tan variopintas como los diseñadores Raúl del Pozo y Javier Larrainzar, el peluquero Antonio Paniza, la escultora mexicana María Lagunes, el pintor Santiago Ydáñez o la fotógrafa Lourdes Grobet. Pero esta iniciativa se nutre, sobre todo, del esfuerzo de decenas de alumnos y profesores de la Facultad de Bellas Artes.
«El arte se paga»
Absolutamente todos han donado sus obras para esta colección que finalmente está valorada en casi dos millones de euros y que se encuentra en el depósito de la universidad. «Presentar este catálogo, de inmenso valor, es una gran alegría que justifica los malos ratos que también hemos pasado con este proyecto. Así nos colocamos en una muy buena posición en el ámbito universitario del arte contemporáneo español. Conseguir tantas donaciones de buenas obras es muy complicado, porque el arte hay que pagarlo. Eso lo he aprendido», señaló el rector, David Aguilar.
Algunas de las piezas, como los vestidos de novia rubricados por figuras internacionales, llegaron a Granada hace algo más de cinco años para una exposición en homenaje a Mariano Fortuny. Y aquí se quedaron por expreso deseo de sus creadores. Otras, como las fotografías del rodaje de La niña de tus ojos, han sido regaladas por su autor, el conocido peluquero Antonio Paniza, que ha demostrado tener casi la misma destreza con la cámara que con las tijeras y los rulos. La copiosa donación de joyas artísticas que cedió gustosamente el poeta Antonio Carvajal hace un tiempo ya le valió en su día un homenaje por parte de esta institución.
Actuales y consagrados
En el panorama del arte que se realiza en el siglo XXI en Granada hay nombres ya consagrados como Andrés Monteagudo, Santiago Ydáñez o Julio Juste. Ellos también están presentes en la publicación, que recoge desde la repetición y aglomeración de pequeños objetos brillantes sobre un cuerpo masculino desnudo de Monteagudo, hasta un retrato inmenso, oscuro y tenebroso de Ydáñez.
Estos dos cotizados artistas alguna vez pasaron por las aulas de la UGR, en las que siguen dando lecciones profesores como Antonio Martínez Villa, Asunción Jódar o Francisco Fernández. Ellos y otros docentes ya jubilados, como Josefa Díez, no han dudado en dejar su huella en esta colección. En el caso de Díez aparece su Pareja de bailarines en el baile del pueblo 2003, una colorista estampa con ciertas reminiscencias del expresionismo alemán.
Pero, sobre todo, insistieron los organizadores, este proyecto no hubiera sido posible sin la generosidad de alumnos más desconocidos. Pedro Chacón Gordillo, Pilar Soto Solier y Juan Jesús Dueñas son algunos de ellos. Los tres recogieron ayer emocionados el diploma de reconocimiento que les entregó el rector y ojearon con satisfacción el gran tomo diseñado por Francisco Javier Sánchez Montalbán en el que están incluidas sus obras.
José Manuel Olmo conversaba animadamente con ellos, aunque él, como otros tantos alumnos, engrosa la lista de los premiados en algunas de las ediciones del concurso de Creación Artística Alonso Cano. En su caso, ha recibido el reconocimiento este año por Y para ver cuál puede ser el resultado, voy a apagar mi lámpara eléctrica 2007.
En definitiva, «la colección refleja el dinamismo cultural de la UGR. No es caótica, aunque podría parecerlo. Es variopinta, diversa y divergente», señaló Ricardo Marín, director del Secretariado de Artes Visuales. «Muchas de las obras reunidas proceden no tanto de una motivación intrínseca del mundo artístico, sino de disciplinas como arqueología, historia, geografía, literatura…», apostilló Marín, quien destacó la relación tan frecuente que establecen los artistas granadinos entre técnicas audiovisuales y literatura.
Y, como las vanguardias del siglo XX abrieron las puertas a todo tipo de materiales y formas, a nadie le extraña que un artista joven como Ángel García Roldán utilice bolsas de té para realizar sus esculturas, que son una alegoría de la dinámica del tiempo, de instantes perdidos y momentos imposibles de recuperar. Para el artista, las bolsitas de té son reliquias del tiempo que reflejan un momento de intimidad muy particular de miles de personas. Esta ingeniosa idea le valió el premio de Creación Artística Alonso Cano en 2001. El catálogo, tal y como señaló la vicerrectora de Extensión Universitaria, María José Osorio, es un regalo visual e intelectual donde se citan con libertad todo tipo de tendencias.
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