Un forense sostiene que Jesús no murió en la cruz sino que entre en coma

– Un forense sostiene que Jesús no murió en la cruz sino que entró en coma.

El m?dico forense espa?ol Miguel Lorente sostiene que Jesucristo no muri? durante la crucifixi?n sino que simplemente cay? en un coma superficial, lo que explicar?a de una manera cient?fica lo que se tom? por su resurrecci?n. Aparentemente muerto, fue descolgado de la cruz por los soldados romanos y la propia acci?n del descendimiento tuvo efectos rehabilitadores para el cuerpo. El experto llega a estas conclusiones tomando como prueba principal la S?bana Santa de Tur?n, de la que no s?lo defiende su autenticidad, sino que asegura que presenta muestras claras de que la persona a la que un d?a envolvi? no estaba muerta.

Lorente, que trabaj? durante dos a?os en el Centro de Investigaci?n y Formaci?n Forense de la Academia del FBI en Quantico (Virginia, Estados Unidos), es doctor en Medicina y Cirug?a y profesor asociado de Medicina Legal en la Universidad de Granada. La tesis sobre la supervivencia de Jes?s la defiende y explica en el libro 42 d?as, an?lisis forense de la crucifixi?n y la resurrecci?n de Jesucristo, editado por Aguilar. Seg?n su an?lisis, en la S?bana Santa no hay signos de muerte, como ser?a por ejemplo la rigidez cadav?rica, y s? hay signos de vitalidad, tales como las caracter?sticas de las manchas de sangre, en las que se han visto signos de retracci?n del co?gulo, lo que indica que hay un proceso vital, porque la sangre no se licu?, que es lo que ocurre cuando una persona muere, explica Lorente, en declaraciones a Fax Press.

Encontrar signos de vitalidad en la S?bana Santa le lleva a concluir que Jes?s no muri? en la cruz y que sobrevivi?, eso s?, de manera excepcional, pese a las torturas a las que fue sometido, tras los numerosos latigazos en su camino al G?lgota y la lanza con la que un centuri?n le atraves? el t?rax una vez crucificado. Por la posici?n de la herida en bisel, muy inclinada, sabemos que la lanza se clav? de abajo a arriba, lo que pudo facilitar que entrara aire en el t?rax, con lo que se expandi? y se evit? la hemorragia, facilitando que no hubiera complicaciones m?s graves, detalla. De este modo, Jesucristo no falleci? en la cruz, sino que cay? en un coma superficial que pudo confundirse con su muerte.

El an?lisis de Lorente a?ade que incluso el hecho de descolgarle de la cruz y colocar su cuerpo en posici?n horizontal facilit? su recuperaci?n, porque la sangre volvi? a irrigar todas las estructuras del organismo. En la curaci?n tambi?n ayud? el lavado posterior del cuerpo y los efectos terap?uticos de la mirra y el aloe que se le aplicaron, que tienen propiedades cicatrizantes, hidratantes y antipir?ticos, entre otros.

Lorente defiende que no hay contradicci?n entre los hechos hist?ricos seg?n su tesis y la idea de la resurrecci?n defendida por el cristianismo.
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Un profesor de la Universidad de Granada sostiene que Jesucristo no murió en la Cruz

– Un profesor de la Universidad de Granada sostiene que Jesucristo no murió en la Cruz.

El médico forense e investigador de la Universidad de Granada Miguel Lorente sostiene que Jesucristo no murió durante la crucifixión sino que simplemente cayó en un coma superficial, lo que explicarí­a de una manera cientí­fica lo que se tomó por su resurrección. Aparentemente muerto, fue descolgado de la cruz por los soldados romanos y la propia acción del descendimiento tuvo efectos rehabilitadores para el cuerpo. El experto llega a estas conclusiones tomando como prueba principal la Sábana Santa de Turí­n, de la que no sólo defiende su autenticidad, sino que asegura que presenta muestras claras de que la persona a la que un dí­a envolvió no estaba muerta.

Lorente, que trabajó durante dos años en el Centro de Investigación y Formación Forense de la Academia del FBI en Quantico (Virginia, Estados Unidos), es doctor en Medicina y Cirugí­a y profesor asociado de Medicina Legal en la Universidad de Granada. La tesis sobre la supervivencia de Jesús la defiende y explica en el libro 42 dí­as, análisis forense de la crucifixión y la resurrección de Jesucristo, editado por Aguilar. Según su análisis, en la Sábana Santa no hay signos de muerte, como serí­a por ejemplo la rigidez cadavérica, y sí­ hay signos de vitalidad, tales como las caracterí­sticas de las manchas de sangre, en las que se han visto signos de retracción del coágulo, lo que indica que hay un proceso vital, porque la sangre no se licuó, que es lo que ocurre cuando una persona muere, explica Lorente, en declaraciones a Fax Press.

Encontrar signos de vitalidad en la Sábana Santa le lleva a concluir que Jesús no murió en la cruz y que sobrevivió, eso sí­, de manera excepcional, pese a las torturas a las que fue sometido, tras los numerosos latigazos en su camino al Gólgota y la lanza con la que un centurión le atravesó el tórax una vez crucificado. Por la posición de la herida en bisel, muy inclinada, sabemos que la lanza se clavó de abajo a arriba, lo que pudo facilitar que entrara aire en el tórax, con lo que se expandió y se evitó la hemorragia, facilitando que no hubiera complicaciones más graves, detalla. De este modo, Jesucristo no falleció en la cruz, sino que cayó en un coma superficial que pudo confundirse con su muerte.

El análisis de Lorente añade que incluso el hecho de descolgarle de la cruz y colocar su cuerpo en posición horizontal facilitó su recuperación, porque la sangre volvió a irrigar todas las estructuras del organismo. En la curación también ayudó el lavado posterior del cuerpo y los efectos terapéuticos de la mirra y el aloe que se le aplicaron, que tienen propiedades cicatrizantes, hidratantes y antipiréticos, entre otros.

El cuerpo tuvo que ser sacado del sepulcro esa misma noche, porque fue la única en la que no instalaron guardia, y lo hicieron en una posición que también coincide con la Sábana Santa, que refleja la posición de una persona postrada, convalenciente, pero no muerta, detalla el forense. La curación de Jesús prosiguió en algún lugar, al cuidado de unos pocos discí­pulos, que pudieron interpretar que habí­a vuelto milagrosamente a la vida. La resucitación biológica de Jesús, que fue un proceso natural, fue vivida como una auténtica resurrección por los apóstoles, dice.

Sin ataques

Lorente defiende que no hay contradicción entre los hechos históricos según su tesis y la idea de la resurrección defendida por el cristianismo, al que asegura no pretender criticar. En ningún caso pretendo cuestionar ni atacar nada. Lo que se analizan son datos objetivos, que se integran en un contexto histórico y tienen significado. Creo que pudo ocurrir que, tras someter a una persona al castigo más cruel que puede existir, como fue la crucifixión, pudiera pensarse que Jesús habí­a resucitado al ver que estaba vivo. Eso no es incompatible con el cristianismo. Es más, creo que hoy volverí­amos a pensar lo mismo si ocurriera, pese a todo lo que ha avanzado la ciencia y el conocimiento.

Lorente destaca que la Iglesia ha sido respetuosa con otras aportaciones cientí­ficas en el pasado, incluso cuando la prueba del Carbono 14 demostró que la Sábana Santa era del siglo XIV. Creo que es absurdo e incorrecto enfrentar la ciencia a la creencia, porque son dos planos totalmente distintos. Uno es el de lo cognitivo y otro el de lo transcendental, por encima de la propia razón, concluye.
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Un profesor de la Universidad de Granada sostiene que Jesucristo no murió en la Cruz

– Un profesor de la Universidad de Granada sostiene que Jesucristo no murió en la Cruz.

El médico forense e investigador de la Universidad de Granada Miguel Lorente sostiene que Jesucristo no murió durante la crucifixión sino que simplemente cayó en un coma superficial, lo que explicarí­a de una manera cientí­fica lo que se tomó por su resurrección. Aparentemente muerto, fue descolgado de la cruz por los soldados romanos y la propia acción del descendimiento tuvo efectos rehabilitadores para el cuerpo. El experto llega a estas conclusiones tomando como prueba principal la Sábana Santa de Turí­n, de la que no sólo defiende su autenticidad, sino que asegura que presenta muestras claras de que la persona a la que un dí­a envolvió no estaba muerta.

Lorente, que trabajó durante dos años en el Centro de Investigación y Formación Forense de la Academia del FBI en Quantico (Virginia, Estados Unidos), es doctor en Medicina y Cirugí­a y profesor asociado de Medicina Legal en la Universidad de Granada. La tesis sobre la supervivencia de Jesús la defiende y explica en el libro 42 dí­as, análisis forense de la crucifixión y la resurrección de Jesucristo, editado por Aguilar. Según su análisis, en la Sábana Santa no hay signos de muerte, como serí­a por ejemplo la rigidez cadavérica, y sí­ hay signos de vitalidad, tales como las caracterí­sticas de las manchas de sangre, en las que se han visto signos de retracción del coágulo, lo que indica que hay un proceso vital, porque la sangre no se licuó, que es lo que ocurre cuando una persona muere, explica Lorente, en declaraciones a Fax Press.

Encontrar signos de vitalidad en la Sábana Santa le lleva a concluir que Jesús no murió en la cruz y que sobrevivió, eso sí­, de manera excepcional, pese a las torturas a las que fue sometido, tras los numerosos latigazos en su camino al Gólgota y la lanza con la que un centurión le atravesó el tórax una vez crucificado. Por la posición de la herida en bisel, muy inclinada, sabemos que la lanza se clavó de abajo a arriba, lo que pudo facilitar que entrara aire en el tórax, con lo que se expandió y se evitó la hemorragia, facilitando que no hubiera complicaciones más graves, detalla. De este modo, Jesucristo no falleció en la cruz, sino que cayó en un coma superficial que pudo confundirse con su muerte.

El análisis de Lorente añade que incluso el hecho de descolgarle de la cruz y colocar su cuerpo en posición horizontal facilitó su recuperación, porque la sangre volvió a irrigar todas las estructuras del organismo. En la curación también ayudó el lavado posterior del cuerpo y los efectos terapéuticos de la mirra y el aloe que se le aplicaron, que tienen propiedades cicatrizantes, hidratantes y antipiréticos, entre otros.

El cuerpo tuvo que ser sacado del sepulcro esa misma noche, porque fue la única en la que no instalaron guardia, y lo hicieron en una posición que también coincide con la Sábana Santa, que refleja la posición de una persona postrada, convalenciente, pero no muerta, detalla el forense. La curación de Jesús prosiguió en algún lugar, al cuidado de unos pocos discí­pulos, que pudieron interpretar que habí­a vuelto milagrosamente a la vida. La resucitación biológica de Jesús, que fue un proceso natural, fue vivida como una auténtica resurrección por los apóstoles, dice.

Sin ataques

Lorente defiende que no hay contradicción entre los hechos históricos según su tesis y la idea de la resurrección defendida por el cristianismo, al que asegura no pretender criticar. En ningún caso pretendo cuestionar ni atacar nada. Lo que se analizan son datos objetivos, que se integran en un contexto histórico y tienen significado. Creo que pudo ocurrir que, tras someter a una persona al castigo más cruel que puede existir, como fue la crucifixión, pudiera pensarse que Jesús habí­a resucitado al ver que estaba vivo. Eso no es incompatible con el cristianismo. Es más, creo que hoy volverí­amos a pensar lo mismo si ocurriera, pese a todo lo que ha avanzado la ciencia y el conocimiento.

Lorente destaca que la Iglesia ha sido respetuosa con otras aportaciones cientí­ficas en el pasado, incluso cuando la prueba del Carbono 14 demostró que la Sábana Santa era del siglo XIV. Creo que es absurdo e incorrecto enfrentar la ciencia a la creencia, porque son dos planos totalmente distintos. Uno es el de lo cognitivo y otro el de lo transcendental, por encima de la propia razón, concluye.
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Un informe alerta de la escasa presencia de universitarios en carreras técnicas

– Un informe alerta de la escasa presencia de universitarios en carreras técnicas.

El Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejerí­a de la Presidencia, ha editado un informe elaborado por el profesor de la Universidad de Granada Antonio Trinidad Requena que defiende la necesidad de corregir el actual sesgo de los universitarios andaluces hacia las Humanidades y Ciencias Sociales para aumentar su presencia en las titulaciones técnicas.

El estudio forma parte del programa Andalucí­a 2020, una investigación que persigue recoger las principales tendencias que van a configurar la realidad social, económica, cultural y polí­tica de la comunidad autónoma en el medio plazo.

El informe defiende el incremento del número de alumnos en las aulas universitarias, si bien alerta sobre la necesidad de corregir el sesgo hacia las Humanidades y Ciencias Sociales, ya que pone de manifiesto que nuestras universidades, por tradición, siguen siendo especialmente humanistas, a pesar del esfuerzo reciente en aumentar las titulaciones técnicas. El autor subraya que es necesario aumentar el porcentaje de licenciados en ciencias, matemáticas y tecnologí­a. Por sexos, aunque las mujeres siguen predominando en Ciencias Sociales y Jurí­dicas, se ha producido un descenso, al igual que en Ciencias de la Salud, al mismo tiempo de su progresiva incorporación en las ramas técnicas.

El documento pone de manifiesto que el papel de los padres ante este nuevo reto deberá ganar importancia tanto en casa como en la escuela, ya que advierte de que no se puede olvidar la correlación entre el fracaso escolar y el origen socioeconómico de los alumnos. En opinión de Antonio Trinidad, la desaparición del tiempo educativo, concebido como horario escolar, y el incremento de las posibilidades de realizar trabajos desde casa hará que los padres deban asumir el papel de conductores de sus hijos.
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Más de 70 carreras universitarias tienen menos de 50 alumnos

– Más de 70 carreras universitarias tienen menos de 50 alumnos.

Cada vez son más las voces que se alzan para exigir una racionalización del mapa de titulaciones universitarias. Si el pasado año fue la Consejerí­a de Innovación Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucí­a la encargada de poner el dedo en la llaga al anunciar su intención -más tarde matizada- de suprimir todas aquellas carreras que contasen con menos de quince alumnos de nuevo ingreso, recientemente ha sido la propia Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) la encargada de pedir la adaptación de la oferta de las titulaciones a la demanda real.

La asamblea de rectores, a través de la presentación a finales del pasado mes de abril de un informe sobre la futura financiación de la educación superior, no quiso entrar en fijar el número mí­nimo de alumnos que permiten que una titulación resulte rentable. Pero puso sobre la mesa datos tan contundentes como que más de un sesenta por ciento de la actual oferta de titulaciones del mapa universitario español cuenta con menos de 75 alumnos en su primer curso.

Una realidad especialmente sangrante en el caso de Andalucí­a, comunidad en la que más de 70 de las 509 titulaciones que se imparten en la actualidad en sus nueve universidades públicas cuenta con menos de cincuenta alumnos, según rezan los datos del Atlas digital de la España universitaria publicado por la Universidad de Cantabria a comienzos de año. Entre estas titulaciones minoritarias destaca la presencia de 18 carreras en las que el número de estudiantes de primer curso ni siquiera llega a la quincena.

Un análisis de la actual ordenación de la oferta académica de nuestra comunidad permite constatar el desequilibrio de una estructura en la que la oferta reiterada de titulaciones escasamente solicitadas por los jóvenes no es un hecho aislado. Sirva como ejemplo los casos de Filologí­a Clásica, que con un total de 54 alumnos de nuevo ingreso en el curso 2004-05, se imparte en cuatro universidades distintas; Humanidades, que con 89 estudiantes puede cursarse en seis universidades; la licenciatura en Matemáticas, que con 170 inscritos en primer curso se sigue dando en cinco centros; Filologí­a Árabe, que con 46 alumnos en primero puede estudiarse en tres instituciones de educación superior, la misma cantidad de universidades que oferta el tí­tulo de estadí­stica, carrera que sólo interesa a 63 jóvenes.

La CRUE se muestra firme a la hora de exigir que las autoridades universitarias procedan a ajustar la oferta de las carreras a su demanda real. Hay que señalar la presencia de una debilidad en la eficiencia del sistema universitario, ligada a que una parte de la oferta de tí­tulos desplegada ha registrado demandas muy débiles. El informe de su comisión de financiación deja claro que la continuidad de titulaciones con escasos alumnos sólo podrí­an justificarse muy excepcionalmente, si pueden ser consideradas enseñanzas estratégicas de la institución o de su entorno, como podrí­a ser el caso de los estudios técnicos navales en Cádiz o de filologí­as que sólo se imparten en una universidad, como la eslava en Granada. En el resto de los casos no valen excusas: las universidades públicas deberí­an acentuar la especialización de sus ofertas académicas.

Si finalmente se siguen las recomendaciones dictadas por los propios rectores, las universidades andaluzas deberán enfrentarse a notables modificaciones en su mapa de titulaciones, cambio que por lógica deberí­a ir en paralelo a las transformaciones de la puesta en marcha, a comienzos del curso 2008-09, de la adaptación de las universidades españolas al Espacio Europeo de Educación Superior. La desaparición de licenciaturas y diplomaturas para convertirse en Grados de cuatro años de duración tendrí­a que ser aprovechada para redibujar el mapa de las titulaciones andaluzas.

En este rediseño deberán tenerse en cuenta factores como la persistencia de una demanda de enseñanzas de ciencias de la salud superior al 270 por ciento de la oferta disponible en los centros universitarios, así­ como el excedente de oferta para el resto de enseñanzas, que va del 5 por ciento para las titulaciones de sociales al 33 por ciento para las experimentales, concluyen los rectores.
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Cuatro catedráticos piden apoyos para sustituir a David Aguilar como rector

– Cuatro catedráticos piden apoyos para sustituir a David Aguilar como rector.

Antonio Campos, Luis Rico, Rafael Payá y Francisco G. Lodeiro sondean sus posibilidades para acceder al cargo entre la comunidad universitaria

La Universidad de Granada (UGR) también está en campaña o precampaña electoral, según se mire. Los motores están más que calientes y los aspirantes no a alcalde sino a rector se patean las facultades y escuelas para ver qué posibilidades tienen de sustituir a David Aguilar Peña en el puesto. Para ser candidato aquí sí hay algún condicionante, ser catedrático y ya hay cuatro que han presentado credenciales. Antonio Campos, Luis Rico, Rafael Payá y Francisco G. Lodeiro ya han comunicado a la comunidad universitaria su intención y les han pedido apoyos. Es más, ya tienen equipo -unos más amplios que otros- trabajando con ellos.

Los cuatro catedráticos están tanteando qué posibilidades tienen. Puede que aparezca algún candidato más -complicado- o que alguno se caiga antes de finales de otoño que es presumiblemente cuando se abrirá el plazo de presentación de candidatos sino hay cambios. No obstante, algunos reconocen que es difícil que en octubre alguien que lleva trabajando meses con un equipo les diga adiós muy buenas y no se presente. En esta tarea algunos llevan ya muchos meses. Otros también, pero han decido dar un paso definitivo y más visible en los últimos días.

«Os escribo estas letras para comunicaros mi intención de presentarme como candidato a rector en la próxima elección que va a celebrarse en otoño… Por eso te invito a sumarte al proyecto y a trabajar con mi candidatura, en el modo y en la forma que estimes oportuno. Estoy seguro que con el trabajo de todos vamos a poder construir, en la medida de lo posible, la universidad de nuestros sueños». Son algunas de las frases escritas por el catedrático de Histología Antonio Campos y que ha colgado en su página web.

Francisco González Lodeiro es el catedrático que ha sonado con más fuerza desde el principio como aspirante. Su equipo y sus apoyos no han dudado en la mayoría de las ocasiones de comunicar su decisión. Las sesiones de trabajo: llamadas, paseos por los centros universitarios y posicionamientos son firmes. Los apoyos trabajan ya con todo tipo de posibilidades y futuros campos de gestión y votaciones.

Dos del equipo actual

Rafael Payá y Luis Rico también tienen sus apoyos y han estudiado las posibilidades que tienen. Los dos son vicerrectores del actual equipo de gobierno capitaneado por el profesor David Aguilar Peña. Han estado un poco más cometidos de cara a la galería, pero el esfuerzo y la búsqueda de apoyos no cesa. Por el momento, no se baraja la posibilidad de unirse en una sola candidatura. Si bien, nunca se sabe qué puede pasar.

Payá y Rico pueden mantenerse en el equipo del actual rector hasta que se presenten oficialmente como candidatos allá por el mes de octubre o noviembre, según la normativa; no obstante lo más probable es que dejen su cargo cuando se celebre el acto de apertura del próximo curso. Esa es la intención de al menos uno de los precandidatos.
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«En la Sábana Santa hay indicios de vitalidad en el cuerpo de Cristo»

– En la Sábana Santa hay indicios de vitalidad en el cuerpo de Cristo

* La Sábana Santa de Turín demuestra que en el cuerpo no existía rigidez cadavérica.
* Habla de resurrección biológica.
* Para el doctor no existe contradicción entre fenómeno histórico y fe.

Miguel Lorente, médico forense y profesor asociado de Medicina Legal en la Universidad de Granada ha levantado una gran polémica con la publicación de su libro 42 Días. Análisis forense de la crucifixión y la resurrección, presentado el pasado viernes, en el que mantiene la tesis de que Jesúcristo no murió en la cruz sino que permaneció en un extraño coma durante tres días.

En su libro, el médico, de 44 años, asegura que al descolgarle de la cruz y tumbarle después en el suelo, el cuerpo de Jesucristo pudo tener efectos al distribuirse mejor la sangre y facilitarse los mecanismos respiratorios.
¿Se puede hacer un análisis forense 2.000 años después y sin cadáver?

Sí. No será completo porque faltan elementos, pero siguiendo la estructura del análisis forense y criminalístico podemos analizar elementos físicos de la época y verificar su autenticidad. Por ejemplo, la presencia en la Sábana Santa de restos de polen de Jerusalén de la época en que vivió Jesús.
La Sábana Santa de Turín no muestra señales, según Lorente, de rigidez cadavérica
¿Qué elementos sostienen su teoría?
En la Sábana Santa hay indicios de vitalidad en el cuerpo de Cristo. Los restos de sangre indican que existía coagulación, algo imposible en un cadáver. Asimismo, la imagen dibujada en el sudario muestra una hipertonía muscular que no se corresponde con la rigidez cadavérica. Las contracturas en diferentes partes del cuerpo pudieron deberse al shock traumático provocado por la pasión y la crucifixión.

De ahí el coma. ¿Qué pasó después?
Los restos del sudario muestran que el cuerpo fue lavado según la tradición judía, con mirra y aloe. Es probable que quienes se encargaron del cuerpo percibieran signos de vida y cuidaran de Cristo hasta que despertó. La falta de conocimientos científicos de la época hizo que se explicara el fenómeno como la resurrección al tercer día.

¿Ha derribado la ciencia un dogma de fe?
No pretendo ir en contra de la fe sino explicar una situación extraordinaria para la época. Ciencia y fe son dos planos distintos que no deben mezclarse. La ciencia no va a desbancar ninguna creencia y la fe no debe basarse en elementos materiales para demostrar sus dogmas.

No pretendo ir en contra de la fe sino explicar una situación extraordinaria para la época.
¿Le han llamado ya del Vaticano o de la Conferencia Episcopal?

De momento no porque es pronto. Posiblemente alguien verá la polémica en mi libro, aunque nunca lo he pretendido. Entiendo que tiene un titular difícil porque la materia que analiza es muy sensible. Sin embargo, es posible compatibilizar los dos planos de los que hablaba antes.

¿Es usted creyente?
Sí. Fui criado en la fe católica y aunque soy crítico con algunas cosas de la Iglesia, aún queda el sentimiento profundo; eso sí, sin la imagen de Dios como el señor de la barba blanca. Es bueno criticar lo que uno comparte.
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Un informe alerta de la escasa presencia de universitarios en carreras técnicas

– Un informe alerta de la escasa presencia de universitarios en carreras técnicas.

El Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejerí­a de la Presidencia, ha editado un informe elaborado por el profesor de la Universidad de Granada Antonio Trinidad Requena que defiende la necesidad de corregir el actual sesgo de los universitarios andaluces hacia las Humanidades y Ciencias Sociales para aumentar su presencia en las titulaciones técnicas.

El estudio forma parte del programa Andalucí­a 2020, una investigación que persigue recoger las principales tendencias que van a configurar la realidad social, económica, cultural y polí­tica de la comunidad autónoma en el medio plazo.

El informe defiende el incremento del número de alumnos en las aulas universitarias, si bien alerta sobre la necesidad de corregir el sesgo hacia las Humanidades y Ciencias Sociales, ya que pone de manifiesto que nuestras universidades, por tradición, siguen siendo especialmente humanistas, a pesar del esfuerzo reciente en aumentar las titulaciones técnicas. El autor subraya que es necesario aumentar el porcentaje de licenciados en ciencias, matemáticas y tecnologí­a. Por sexos, aunque las mujeres siguen predominando en Ciencias Sociales y Jurí­dicas, se ha producido un descenso, al igual que en Ciencias de la Salud, al mismo tiempo de su progresiva incorporación en las ramas técnicas.

El documento pone de manifiesto que el papel de los padres ante este nuevo reto deberá ganar importancia tanto en casa como en la escuela, ya que advierte de que no se puede olvidar la correlación entre el fracaso escolar y el origen socioeconómico de los alumnos. En opinión de Antonio Trinidad, la desaparición del tiempo educativo, concebido como horario escolar, y el incremento de las posibilidades de realizar trabajos desde casa hará que los padres deban asumir el papel de conductores de sus hijos.
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Más de 70 carreras universitarias tienen menos de 50 alumnos

– Más de 70 carreras universitarias tienen menos de 50 alumnos.

Cada vez son más las voces que se alzan para exigir una racionalización del mapa de titulaciones universitarias. Si el pasado año fue la Consejerí­a de Innovación Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucí­a la encargada de poner el dedo en la llaga al anunciar su intención -más tarde matizada- de suprimir todas aquellas carreras que contasen con menos de quince alumnos de nuevo ingreso, recientemente ha sido la propia Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) la encargada de pedir la adaptación de la oferta de las titulaciones a la demanda real.

La asamblea de rectores, a través de la presentación a finales del pasado mes de abril de un informe sobre la futura financiación de la educación superior, no quiso entrar en fijar el número mí­nimo de alumnos que permiten que una titulación resulte rentable. Pero puso sobre la mesa datos tan contundentes como que más de un sesenta por ciento de la actual oferta de titulaciones del mapa universitario español cuenta con menos de 75 alumnos en su primer curso.

Una realidad especialmente sangrante en el caso de Andalucí­a, comunidad en la que más de 70 de las 509 titulaciones que se imparten en la actualidad en sus nueve universidades públicas cuenta con menos de cincuenta alumnos, según rezan los datos del Atlas digital de la España universitaria publicado por la Universidad de Cantabria a comienzos de año. Entre estas titulaciones minoritarias destaca la presencia de 18 carreras en las que el número de estudiantes de primer curso ni siquiera llega a la quincena.

Un análisis de la actual ordenación de la oferta académica de nuestra comunidad permite constatar el desequilibrio de una estructura en la que la oferta reiterada de titulaciones escasamente solicitadas por los jóvenes no es un hecho aislado. Sirva como ejemplo los casos de Filologí­a Clásica, que con un total de 54 alumnos de nuevo ingreso en el curso 2004-05, se imparte en cuatro universidades distintas; Humanidades, que con 89 estudiantes puede cursarse en seis universidades; la licenciatura en Matemáticas, que con 170 inscritos en primer curso se sigue dando en cinco centros; Filologí­a Árabe, que con 46 alumnos en primero puede estudiarse en tres instituciones de educación superior, la misma cantidad de universidades que oferta el tí­tulo de estadí­stica, carrera que sólo interesa a 63 jóvenes.

La CRUE se muestra firme a la hora de exigir que las autoridades universitarias procedan a ajustar la oferta de las carreras a su demanda real. Hay que señalar la presencia de una debilidad en la eficiencia del sistema universitario, ligada a que una parte de la oferta de tí­tulos desplegada ha registrado demandas muy débiles. El informe de su comisión de financiación deja claro que la continuidad de titulaciones con escasos alumnos sólo podrí­an justificarse muy excepcionalmente, si pueden ser consideradas enseñanzas estratégicas de la institución o de su entorno, como podrí­a ser el caso de los estudios técnicos navales en Cádiz o de filologí­as que sólo se imparten en una universidad, como la eslava en Granada. En el resto de los casos no valen excusas: las universidades públicas deberí­an acentuar la especialización de sus ofertas académicas.

Si finalmente se siguen las recomendaciones dictadas por los propios rectores, las universidades andaluzas deberán enfrentarse a notables modificaciones en su mapa de titulaciones, cambio que por lógica deberí­a ir en paralelo a las transformaciones de la puesta en marcha, a comienzos del curso 2008-09, de la adaptación de las universidades españolas al Espacio Europeo de Educación Superior. La desaparición de licenciaturas y diplomaturas para convertirse en Grados de cuatro años de duración tendrí­a que ser aprovechada para redibujar el mapa de las titulaciones andaluzas.

En este rediseño deberán tenerse en cuenta factores como la persistencia de una demanda de enseñanzas de ciencias de la salud superior al 270 por ciento de la oferta disponible en los centros universitarios, así­ como el excedente de oferta para el resto de enseñanzas, que va del 5 por ciento para las titulaciones de sociales al 33 por ciento para las experimentales, concluyen los rectores.
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Un informe alerta de la escasa presencia de universitarios en carreras técnicas

– Un informe alerta de la escasa presencia de universitarios en carreras técnicas.

El Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejerí­a de la Presidencia, ha editado un informe elaborado por el profesor de la Universidad de Granada Antonio Trinidad Requena que defiende la necesidad de corregir el actual sesgo de los universitarios andaluces hacia las Humanidades y Ciencias Sociales para aumentar su presencia en las titulaciones técnicas.

El estudio forma parte del programa Andalucí­a 2020, una investigación que persigue recoger las principales tendencias que van a configurar la realidad social, económica, cultural y polí­tica de la comunidad autónoma en el medio plazo.

El informe defiende el incremento del número de alumnos en las aulas universitarias, si bien alerta sobre la necesidad de corregir el sesgo hacia las Humanidades y Ciencias Sociales, ya que pone de manifiesto que nuestras universidades, por tradición, siguen siendo especialmente humanistas, a pesar del esfuerzo reciente en aumentar las titulaciones técnicas. El autor subraya que es necesario aumentar el porcentaje de licenciados en ciencias, matemáticas y tecnologí­a. Por sexos, aunque las mujeres siguen predominando en Ciencias Sociales y Jurí­dicas, se ha producido un descenso, al igual que en Ciencias de la Salud, al mismo tiempo de su progresiva incorporación en las ramas técnicas.

El documento pone de manifiesto que el papel de los padres ante este nuevo reto deberá ganar importancia tanto en casa como en la escuela, ya que advierte de que no se puede olvidar la correlación entre el fracaso escolar y el origen socioeconómico de los alumnos. En opinión de Antonio Trinidad, la desaparición del tiempo educativo, concebido como horario escolar, y el incremento de las posibilidades de realizar trabajos desde casa hará que los padres deban asumir el papel de conductores de sus hijos.
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Un profesor de la Universidad de Granada sostiene que Jesucristo no murió en la Cruz

– Un profesor de la Universidad de Granada sostiene que Jesucristo no murió en la Cruz.

El médico forense e investigador de la Universidad de Granada Miguel Lorente sostiene que Jesucristo no murió durante la crucifixión sino que simplemente cayó en un coma superficial, lo que explicarí­a de una manera cientí­fica lo que se tomó por su resurrección. Aparentemente muerto, fue descolgado de la cruz por los soldados romanos y la propia acción del descendimiento tuvo efectos rehabilitadores para el cuerpo. El experto llega a estas conclusiones tomando como prueba principal la Sábana Santa de Turí­n, de la que no sólo defiende su autenticidad, sino que asegura que presenta muestras claras de que la persona a la que un dí­a envolvió no estaba muerta.

Lorente, que trabajó durante dos años en el Centro de Investigación y Formación Forense de la Academia del FBI en Quantico (Virginia, Estados Unidos), es doctor en Medicina y Cirugí­a y profesor asociado de Medicina Legal en la Universidad de Granada. La tesis sobre la supervivencia de Jesús la defiende y explica en el libro 42 dí­as, análisis forense de la crucifixión y la resurrección de Jesucristo, editado por Aguilar. Según su análisis, en la Sábana Santa no hay signos de muerte, como serí­a por ejemplo la rigidez cadavérica, y sí­ hay signos de vitalidad, tales como las caracterí­sticas de las manchas de sangre, en las que se han visto signos de retracción del coágulo, lo que indica que hay un proceso vital, porque la sangre no se licuó, que es lo que ocurre cuando una persona muere, explica Lorente, en declaraciones a Fax Press.

Encontrar signos de vitalidad en la Sábana Santa le lleva a concluir que Jesús no murió en la cruz y que sobrevivió, eso sí­, de manera excepcional, pese a las torturas a las que fue sometido, tras los numerosos latigazos en su camino al Gólgota y la lanza con la que un centurión le atravesó el tórax una vez crucificado. Por la posición de la herida en bisel, muy inclinada, sabemos que la lanza se clavó de abajo a arriba, lo que pudo facilitar que entrara aire en el tórax, con lo que se expandió y se evitó la hemorragia, facilitando que no hubiera complicaciones más graves, detalla. De este modo, Jesucristo no falleció en la cruz, sino que cayó en un coma superficial que pudo confundirse con su muerte.

El análisis de Lorente añade que incluso el hecho de descolgarle de la cruz y colocar su cuerpo en posición horizontal facilitó su recuperación, porque la sangre volvió a irrigar todas las estructuras del organismo. En la curación también ayudó el lavado posterior del cuerpo y los efectos terapéuticos de la mirra y el aloe que se le aplicaron, que tienen propiedades cicatrizantes, hidratantes y antipiréticos, entre otros.

El cuerpo tuvo que ser sacado del sepulcro esa misma noche, porque fue la única en la que no instalaron guardia, y lo hicieron en una posición que también coincide con la Sábana Santa, que refleja la posición de una persona postrada, convalenciente, pero no muerta, detalla el forense. La curación de Jesús prosiguió en algún lugar, al cuidado de unos pocos discí­pulos, que pudieron interpretar que habí­a vuelto milagrosamente a la vida. La resucitación biológica de Jesús, que fue un proceso natural, fue vivida como una auténtica resurrección por los apóstoles, dice.

Sin ataques

Lorente defiende que no hay contradicción entre los hechos históricos según su tesis y la idea de la resurrección defendida por el cristianismo, al que asegura no pretender criticar. En ningún caso pretendo cuestionar ni atacar nada. Lo que se analizan son datos objetivos, que se integran en un contexto histórico y tienen significado. Creo que pudo ocurrir que, tras someter a una persona al castigo más cruel que puede existir, como fue la crucifixión, pudiera pensarse que Jesús habí­a resucitado al ver que estaba vivo. Eso no es incompatible con el cristianismo. Es más, creo que hoy volverí­amos a pensar lo mismo si ocurriera, pese a todo lo que ha avanzado la ciencia y el conocimiento.

Lorente destaca que la Iglesia ha sido respetuosa con otras aportaciones cientí­ficas en el pasado, incluso cuando la prueba del Carbono 14 demostró que la Sábana Santa era del siglo XIV. Creo que es absurdo e incorrecto enfrentar la ciencia a la creencia, porque son dos planos totalmente distintos. Uno es el de lo cognitivo y otro el de lo transcendental, por encima de la propia razón, concluye.
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Con la libertad de los hijos de Dios (En respuesta a Juan Antonio Aguilera Mochón)

– Con la libertad de los hijos de Dios (En respuesta a Juan Antonio Aguilera Mochón).

Sr. Director de IDEAL: Le envío la siguiente carta, en respuesta al artículo publicado por el profesor Juan Antonio Aguilera Mochón el pasado sábado.

Sr. Aguilera: Una vez más nos deleita con uno de sus artículos de opinión o, mejor dicho con una de sus críticas destructivas a todo aquello que tenga que ver con la Iglesia Católica.

En esta ocasión le ha tocado a la pobre Madre de Dios y a las monjitas.

A Nuestra Buena Madre le echa Vd. la culpa nada más y nada menos de haber hecho un «daño formidable a millones de personas sobre todo a las mujeres», de haber servido para «violar su autonomía y su percepción de la realidad», para enemistarlas «con su propio e impuro cuerpo Para hacerlas menos felices o más desgraciadas».

Le recomiendo que se pase Vd. por cualquier templo que tenga por titular a la Madre de Dios y Madre nuestra en cualquiera de sus múltiples advocaciones (Angustias, Perpetuo Socorro, Gracia, Inmaculada, Auxiliadora) y pregunte a cualquier mujer que vea por allí: verá lo dolida que se siente, lo reprimida que está los desgraciada e infeliz que vive por culpa de la Virgen. Aunque claro, olvidaba que seguramente la interrogada será una pobre víctima del adoctrinamiento infantil católico. En serio Sr. Aguilera, si Vd. hace lo que le digo, verá lo que es querer a la Madre de Dios.

También asegura Vd. que «no se sabe nada relevante de María pero sí sabemos que no era virgen y que no hizo milagros». ¿En qué quedamos Sr. Aguilera? ¿Se sabe algo o no? Yo creo que saber si fue o no virgen, si hizo o no milagros sí que es saber algo relevante, no se Vd.

Pero es que el mensaje de Cristo es más grande que todo mensaje humano, como dice S. Pablo a los Corintios, lo más tonto de Dios supera toda sabiduría humana.

No llevemos la fe al territorio racional, empírico, lógico: vamos a fracasar en nuestro intento de comprender racionalmente a Dios. Lo bonito de la fe es que es un salto al vacío que uno se atreve a dar libre y responsablemente. Si comprendiéramos con la cabeza las cosas de Dios, si tuviéramos la certeza científica y racional de que Dios existe, no tendríamos la libertad para decidir si dar o no ese salto al vacío y ya no habría tal vacío, estaría relleno de ciencia y sabiduría humana y no de experiencias y palabras de Dios.

Yo, libre y responsablemente, opto por dar ese salto, opto por confiar en Dios y caminar sobre las aguas con la confianza que da saber que si pierdes el equilibrio y comienzas a hundirte, basta pedirle ayuda a Él y te estrechará la mano y te sacará del agua evitando que te ahogues.

Vd. opte libre y responsablemente por lo que quiera Sr. Aguilera, pero por favor, déjenos en paz a los que hemos decidido lo contrario que Vd. por mucho que le sorprenda. Deje Vd. en paz a las mujeres que libre y responsablemente han decidido entregarse generosamente y por completo a Dios, a su reino y a su misión aquí en la tierra y respételas porque es repugnante lo que dice de que «cuando se descubre su sexo, demasiado a menudo es para violarlo, a veces por hombres que también han hecho juramento de castidad»; deje en paz a los hombres que igualmente libres y responsables deciden, llevándole la contraria a la sociedad, darle un sí generoso a Dios haciéndose servidores de Dios y de los hombres; y déjenos Vd. en paz a 93 jóvenes y a mí, que en el día de Pentecostés (27 de Mayo) recibimos al Espíritu Santo a través del Sacramento de la Confirmación y que decidimos así, libre y responsablemente, ser Iglesia y testimonio vivo de Jesucristo y del Evangelio.

Si Vd. ha elegido ya su opción vívala, viva su vida tranquilo y feliz y déjenos a los demás vivir la nuestra en paz. Y por último me permito la licencia de darle un consejo: no se obsesione con nosotros, no lo haga, no le merece la pena: estamos locos, pero eso sí, libre y responsablemente locos.
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