«Granada tiene la suerte de acoger uno de los mandos de primer nivel del Ejército».
«Además de la Defensa, los militares trabajan en el campo de la solidaridad, en el apoyo a poblaciones afectadas por guerras o catástrofes naturales» El Madoc rinde homenaje a la bandera en la celebración de su X aniversario.
Se cumplen diez años desde que el Madoc tiene su residencia en Granada. Para celebrarlo se van a desarrollar numerosos actos, que culminarán con el homenaje a la Constitución y la bandera el día 24. El máximo responsable de este órgano del Ejército, el teniente general Manuel Bretón, habla en esta entrevista de las inquietudes actuales del Ejército español.
-¿Qué balance hace de diez años del Madoc en Granada?
-El balance es muy positivo. El papel del Madoc, en lo que es la estructura del Ejército, es cada vez más relevante. Su aportación en la formación del Ejército, al integrar en un solo mando las funciones de preparación, es muy positiva. Nos encontramos en un momento crítico en la modernización de las Fuerzas Armadas. Y el papel de formación, que se nos adjudicó en su día, adquiere ahora una gran relevancia. Se pone bajo nuestra responsabilidad gran parte de ese proceso de planificación y desarrollo de esta transformación del Ejército. Y esa preparación supone la activación de un montón de capacidades de las distintas unidades del Ejército.
-¿El Madoc sería como una especie de laboratorio, un órgano pensante sobre cual debe ser el futuro del Ejército?
-El Madoc no solo gestiona las tres direcciones que hay en Granada, sino también todas las Academias, Escuelas y centros de adiestramiento de militares que hay en España.
-¿Dónde estamos y hacia dónde debemos ir en el Ejército español?
-Estamos en un proceso de transformación en todos los campos. Una de las grandes prioridades ha sido adecuar la legislación, y dentro de nuestras propias estructuras también realizamos cambios. La transformación del Ejercito de Tierra en estos próximos años va a ser fundamental. Desde el punto de vista organizativo, de formación, de diseño de nuevos materiales. El Ejército evoluciona a pasos agigantados. Con una ilusión y una predeterminación de lo que queremos muy clara.
-¿Qué cambios hay previstos en el Ejército?
-Ahora estamos diseñando la nueva Ley de la Carrera Militar, que afecta a todo lo que tiene que ver con el personal. Esa ley, que es muy importante, ahora está en trámite parlamentario y la tendremos en vigor en un plazo de seis meses.
Guerra y solidaridad
-¿También cambian los objetivos del Ejército? ¿Ustedes trabajan para preparar la guerra?
-Por supuesto. Si el Ejército tiene algo claro es su preparación para la defensa nacional, en todos los ámbitos. No sólo en la defensa frente a un enemigo convencional como eran los carros soviéticos en la época de la Guerra Fría, sino que el Ejercito evoluciona en el campo de la solidaridad, de la preparación y apoyo a poblaciones afectadas por guerras, o que sufren catástrofes naturales. Uno de los hitos ha sido la reciente creación de la Unidad Militar de Emergencias que está especialmente preparada para ayudar en los casos de catástrofes.
-¿El número actual de militares es el idóneo, o hay que ampliar o reducir plantillas?
-El número de militares queda fijado en la ley, y tras el proceso de profesionalización, ha habido en algunos momentos una falta de incorporación de personal. Pero eso está en vías de superación y en un plazo de dos o tres años tendremos cubiertos todos los puestos de nuestra estructura.
-Con el Madoc aquí, ¿es Granada la plaza con más generales por metro cuadrado del territorio español?
-Bueno, tampoco es eso. Lo que no cabe duda es que el Madoc es un organismo de carácter pensante y de gestión de alto nivel. Por ello un alto porcentaje de nuestra plantilla es de cuadros de mando, muy preparados y de mucha categoría.
-¿La distancia con Madrid, es positiva o negativa para el trabajo de los generales del Madoc?
-Pues como todo en esta vida. La parte positiva es que Granada ofrece cosas que no ofrecen otras ciudades. La determinación de ubicar en Granada la sede del Madoc es de las mejores decisiones que se tomaron en su momento. La lejanía tan solo supone para alguno de nosotros una incomodidad, ya que nos pasamos media vida en Despeñaperros. Pero por Granada vienen todos, desde el ministro a jefes de estado mayor, el propio Príncipe de Asturias nos hizo una visita hace poco. Y en el ámbito internacional igual. Pero, en definitiva, la ubicación en Granada del Madoc ofrece muchas más ventajas que inconvenientes.
-¿Qué se han propuesto para celebrar estos diez años de permanencia en Granada?
-El objetivo es compartir el aniversario con el al pueblo de Granada. En esta ciudad ya se conoce lo que es el Madoc, y lo que queremos es subrayar la suerte que tenemos de que uno de los mandos de primer nivel del Ejército esté ubicado en Granada. Por eso queremos compartir con los granadinos los actos institucionales, conferencias, un concierto, y todo los demás que hay previsto.
-¿Cuesta trabajo innovar en una institución tan rígida como el Ejército?
-Nada, nada. Nuestras estructuras son sólidas y muy consolidadas, pero nuestra evolución es constante. Mantenemos firmes nuestros valores, pero en la adaptación a nuevas misiones lo llevamos con mucha naturalidad.
-De lo que siempre se sienten orgullosos es de las relaciones con la Universidad de Granada.
-Por supuesto. Ese es uno de los grandes valores añadidos del Madoc. La cooperación es muy estrecha, en el ámbito social y académico. La colaboración es muy fructífera en al ámbito de la formación, tanto para nuestros cuadros como en la posibilidad de que se formen becarios en todos nuestros centros. Desarrollamos un máster de Defensa con la Universidad, y aún más intensa es la cooperación en la investigación. Hoy el Madoc no podría funcionar sin la Universidad de Granada. Muchos de los programas de investigación están ligados a la universidad granadina.
Proceso de paz
-El terrorismo ha golpeado fuerte al Ejército ¿Qué siente cuando ve el pulso que echa el etarra De Juana Chaos?
-Pienso como la mayoría de los españoles. Vivimos una situación terrible en un momento en que la esperanza por alcanzar la paz definitiva la vivíamos con gran ilusión. Espero que las determinaciones que se han tomado sean las correctas y ojalá se alcancen los objetivos que pretendía el Gobierno de acabar con el terrorismo.
-¿Es optimista o pesimista respecto al proceso de paz?
-Pues según. Hay días que amanezco más optimista, y otros más pesimista. Por mi forma de ser soy un hombre con ilusión y veo el futuro siempre con optimismo. Pero a veces la propia realidad hace que no alcance el nivel de optimismo deseable.
-¿Hay peligro para la unidad España, como dicen algunos?
-Tomo prestadas las palabras de un responsable militar que decía que mentiríamos si dijéramos que a los militares españoles no les preocupa la unidad de España. ¿Cómo no nos va a preocupar? Desde que tengo uso de razón me he formado en la idea de que España es una unidad indivisible, algo que para los militares es un elemento fundamental en nuestra vida. Por esta idea hemos vivido, nos hemos preparado, hemos aportado todo, algunos incluso su propia sangre. Hasta 125 militares españoles han muerto en las últimas operaciones de paz.
-¿Por qué cree usted que la carrera militar es la menos valorada por la sociedad?
-No estoy de acuerdo. Ese fue un estudio que se hizo sin unas premisas adecuadas. Es todo lo contrario, hoy en día el Ejército es visto como una de las instituciones más valoradas de la sociedad.
-¿Están bien pagados los militares?
-Qué le voy a decir …., pues no. Se ha hecho un esfuerzo importante por el Ejecutivo, el anterior ministro José Bono jugó un papel importante en este tema, se han mejorado las retribuciones, y desde luego, como cualquier español de a pie, no nos sentimos contentos con lo que nos pagan, pero eso le pasa a todo el mundo.
-¿Qué sintió usted cuando Zapatero retiró las tropas españolas de Irak?
-Yo en aquel momento estaba de Jefe de Gabinete del Ministro y la verdad es que fue una sorpresa en el momento en que se hizo. Y desde el punto de vista militar, como cualquier otra medida: !A sus órdenes¿, y lo haremos lo mejor posible. El objetivo se cumplió y ahora seguimos participando en misiones exteriores de manera fiable y colaborando con nuestros aliados de forma plena.
-¿Qué cree usted que hoy esperan los ciudadanos de sus Fuerzas Armadas?
-El ciudadano español aprecia lo que hace el Ejército en el desarrollo de sus funciones. Valora nuestra presencia en el exterior, nuestra forma de actuar, reconoce nuestra formación.
-En el seno de la Guardia Civil luchan por hacerse visibles los sindicatos ¿Usted cree que algún día en el Ejercito también pueda pasar esto?
-Creo que eso iría en detrimento de lo que es la función militar. El
sindicalismo dentro del Ejercito no es válido. Creo que hay otros sistemas que permiten alcanzar esos objetivos sin necesidad de actuar dentro de un sindicato. Desde mi punto de vista, en el Ejército no llegaremos nunca a tener sindicatos, no está dentro de nuestra propia funcionalidad.
Dos ministros
-Profesionalizar el Ejército cuesta mucho dinero. ¿Considera suficiente el presupuesto de Defensa para impulsar los nuevos proyectos del Ejército?
-Le digo lo mismo que cuando hablábamos de retribuciones personales. Nunca nos parece suficiente, nunca estamos contentos. Pero hay que reconocer que se ha hecho un esfuerzo importantísimo de incremento del presupuesto de Defensa en estos años. Y por eso hay un alto grado de satisfacción, y estamos en unos niveles que hace poco no nos podíamos ni imaginar, tanto en dotación de materiales como en personal, etc. El Ejército que tiene hoy España está muy adecuado a las misiones que tiene previstas en la Constitución.
-Usted ha sido jefe de gabinete con Trillo y con Bono ¿Con cúal de los dos se ha sentido más identificado?
-Con los dos. Cada uno de los dos, con su forma de ser, han sido dos
grandes ministros de Defensa. Trillo por su proximidad al Ejército, por su integridad y preparación, por su creatividad; y Bono por su proximidad a la gente, la ilusión que pone en su trabajo. Ambos han sido dos grandes ministros, al margen de las circunstancias tan difíciles en las que han desarrollado su trabajo.
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