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Universidad de Granada
Según un estudio los empresarios dan más importancia a la honradez y al aseo personal que al nivel de conocimientos de un empleado a la hora de contratarlo.
Un estudio en el que colaboran dos profesores de la UGR señala que los valores más demandados en sus trabajadores por los dueños de una empresa son, por este orden, la honradez, la limpieza y la sinceridad.
El 65,3% de los directivos prefiere contratar a aquellos candidatos que reúnen las condiciones de ser ‘fiables’ y ‘moldeables’, y sólo el 5,3% se decanta por el nivel de conocimientos técnicos-profesionales como primera preferencia .Su investigación se basa en una encuesta realizada entre 370 empresarios granadinos.
La feroz competencia que existe en el mercado laboral actual hace que los empresarios sean cada vez más exigentes cuando se trata de cubrir un puesto de trabajo determinado
Los valores morales, sociales, intelectuales, estéticos y personales de cualquier sujeto son minuciosamente analizados por los dueños de una empresa a la hora de contratar a un nuevo empleado, según se desprende de un estudio en el que participan Gabriel Carmona Orantes y Pilar Casares García, profesores del departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada. Su trabajo revela que el valor al que más importancia dan los empresarios es la honradez del trabajador, seguida, por este orden, del aseo personal y de la sinceridad.
Los investigadores granadinos han obtenido estos datos a partir de una encuesta realizada entre 370 empresarios del área metropolitana de Granada de ambos sexos y diferentes edades, de los que el 61% son dueños de una pequeña empresa, el 25%, de una mediana, y el 14% de una grande.
El estudio pretendía determinar cuál es el perfil más demandado por los dueños de una compañía a la hora de contratar a un nuevo trabajador, esto es, qué aspectos son los más demandados en un sujeto susceptible de ser empleado.
Así, el 65,3% de los empresarios prefiere contratar a aquellos candidatos que reúnen las condiciones de ser ‘fiables’ (“alguien en quien se puede confiar”, dice el estudio) y ‘moldeables’ (“alguien susceptible de ser formado en las normas, creencias y valores de la empresa”), mientras que sólo el 5,3% de ellos se decanta por el nivel de conocimientos técnicos-profesionales como primera preferencia.
Los directivos conceden más importancia a la inteligencia y a las cualidades personales de los candidatos que a su formación académica, siendo la fluidez verbal y la cooperación y apoyo por el interés común los valores más importantes para ellos.
Valores menos destacados
En cuanto al grado de consideración que otorgan a los valores presentados, destaca el hecho de que el aseo personal sea el segundo valor más demandado por detrás de la honradez del sujeto, dándole más importancia que a la sinceridad o a las ganas de aprender.
En el extremo contrario, señalan los autores del estudio, los valores personales menos estimados por los empresarios son la independencia, la emoción, el amor y los valores religiosos, que fueron con diferencia los menos apreciados.
Así, los datos aportados por Gabriel Carmona y Pilar Casares para este trabajo de investigación señalan que “el perfil del empleado potencial viene determinado en gran medida por criterios de confianza personal, hasta tal punto que el empresariado –sea de pequeña, mediana o gran empresa- lo que más valora de un trabajador es que sea fiable y muestre buena disposición para adaptarse a los requerimientos y a la cultura de la empresa”.
Los profesores de la UGR apuntan que la sinceridad, disponibilidad, interés hacia el empleo ofertado, colaboración, adaptabilidad y disposición para aprender son otros de los elementos más valorados en el perfil de un candidato, y destacan la necesidad de que la formación universitaria “incorpore entre sus acciones aquéllas que modelen a los sujetos en capacidades relacionadas con el ‘saber ser/saber estar/saber adaptarse/saber aprender’ y con los valores morales, cuestiones que generalmente han quedado postergadas a favor de los conocimientos técnicos”.