Los juguetes pueden fomentar conductas agresivas en los niños
Universidad de Granada
Un estudio realizado por la Universidad muestra los efectos que causan en los más pequeños.
Los juguetes pueden marcar la personalidad del niño en el futuro. Los juegos bélicos, aislacionistas o competitivos en la etapa infantil influyen en la formación del pequeño y pueden incluso fomentar conductas agresivas y problemas de comunicación. Un estudio dirigido por el profesor del departamento de Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad de Granada, José Luis Conde, aborda todos estos aspectos desde la perspectiva de la educación y desvela algunas de las características que deben tener los juegos en los pequeños de uno a seis años para evitar problemas de comportamiento en la edad adulta.
Para Conde, la primera etapa del niño es esencial en su futuro desarrollo, por eso es tan importante que los padres elijan los juguetes adecuados y entiendan que ningún juguete puede sustituir el tiempo que ellos les tienen que dedicar a los pequeños. En este sentido, el profesor de la UGR recuerda que los niños cada vez pasan más tiempo solos con sus juguetes, el televisor o delante de la pantalla de ordenador, y esta situación puede generar problemas de comunicación en el futuro: No le puedes pedir a un adolescente que sea una persona extrovertida y comunicativa si de pequeño no se fomentaron estos valores en su educación. Lo mismo ocurre en otros aspectos como la agresividad, la violencia, el racismo o el sexismo. Lo que el niño ve o consume afecta a su desarrollo personal sin ninguna duda.
Juguetes a medida
Cuando los padres o familiares van a comprar un juguete a un pequeño tienen que tener muchos aspectos en cuenta como que se adapte a sus necesidades evolutivas, que fomente su creatividad e imaginación, que sea estimulante, entretenido y seguro, y sobre todo, que satisfaga al pequeño, afirma Conde, tras comentar que en muchas ocasiones, se compran juguetes porque son los que prefiere el adulto, están de moda, o son los más caros (moneda de cambio del tiempo que el adulto no permanece con el pequeño) sin tener en cuenta si les van a gustar realmente a los pequeños y van a ser realmente educativos para ellos.
Otros de los elementos que propone el educador a los padres son la seguridad, que cumpla con las normas establecidas por la Unión Europea, que sea resistente, estimulante, versátil, diferente y sobre todo, que sea acorde al proceso evolutivo del niño: Cada edad del niño requiere un tipo de juego diferente y es muy importante tener eso en cuenta para contribuir de alguna forma al buen desarrollo del pequeño.
Evolución y desarrollo
Asimismo, las distintas etapas del período infantil exigen unas características específicas que también se recogen en el estudio a través de una guía del juguete. El director del proyecto adelanta algunas de esas características y explica que estos análisis están dirigidos principalmente a niños con edades comprendidas entre los 1 y los 6 años. Así, en el primer año, que es en el que más se desarrolla el pequeño y comienza a interesarse por el mundo que le rodea, los juguetes deben ayudarle a descubrir su cuerpo y sus sentidos a través de sonajeros, móviles, anillas o alfombras multijuegos. A partir del séptimo mes, donde la investigación del medio sigue siendo primordial, es bueno que ya jueguen con objetos de plástico como pelotas, aretes, balancines, o juguetes sonoros. Con un año, comienzan a andar y a reconocer las propiedades de los objetos, por lo que se aconseja que se utilicen juguetes que estimulen y afiancen el movimiento, el equilibrio y la manipulación.
A partir de los dos años, es bueno adentrar a los pequeños en el juego representativo, por lo que se aconsejan las cocinitas, disfraces, construcciones, supermercados, garajes, y otros que requieren cierta concentración como los puzzles, los rompecabezas, las pizarras magnéticas y los libros infantiles. Con tres y cuatro años, edad del animismo, el juego simbólico y la socialización, se aconsejan triciclos o bicicletas con apoyos, patinetes, balones, disfraces, muñecas/os, coches pequeños y juguetes para potenciar la memoria y la atención como cartas de parejas, dominós infantiles, útiles de pintura o modelaje.
Pero éstas no son las únicas funciones que han de tener los juguetes en la etapa infantil. Conde insiste en que otro de sus efectos ha de ser la coeducación, de tal forma que desde pequeños los niños, sean del sexo que sean, no tengan ningún pudor a la hora de empujar un carrito, de jugar a las cocinitas pasando la aspiradora o barriendo, o de jugar con los cochecitos y muñecas, para que de alguna forma asuman desde las primeras edades la igualdad como algo lógico y normal. Si desde pequeños ya estamos estableciendo diferencias en cuanto a los juguetes y las actividades que deben realizar uno y otro sexo, será muy difícil que de mayores tomemos conciencia de que esas diferencias no deben existir, asevera.
Además de esta investigación, el profesor del departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal organiza desde hace dos años una feria del juguete en la Facultad de Ciencias de la Educación para fomentar la educación de los padres y los niños en este sentido. Se trata de la instalación de cuatro expositores con juguetes usados no bélicos y recopilados por los alumnos de esta Facultad, en los que los pequeños pueden acceder al que más les guste a cambio de de dejar allí un juguete suyo.
Además de la su labor didáctica, la feria también tiene una labor solidaria, ya que cada año los juguetes son donados a entidades con las que la Universidad de Granada colabora a través de distintos proyectos de cooperación y desarrollo.
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