ORDENADORES
La Universidad tradicional suspende en Informática
El 1,2% del PIB que dedica España a educación superior obliga a cada 27,6 alumnos a compartir un mismo ordenador en la facultad. Las más afectadas por esta falta de financiación son las universidades de mayor tamaño y tradición como la Autónoma de Madrid (55,9), Granada (55,8) y Alcalá (46,4)
JUANJO BECERRA
MÁS INFORMACIÓN
Un equipo por cada alumno sería derroche
Ciberpapanatismo, por LORENZO SILVA
Volver a Portada >
El pasado 11 de enero, el secretario general del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presentó en conferencia pública sus propuestas programáticas en Educación y Cultura.
Entre esas medidas, la que se refería a la mejora de los recursos informáticos de los centros educativos españoles consiguió capitalizar los titulares informativos y la controversia. Según especifica el párrafo 1592 del documento marco socialista en materia de Educación, Zapatero prometió «dotar a todos los centros de Primaria y Secundaria de los ordenadores necesarios para la informatización progresiva de todas las aulas. Un ordenador por cada dos alumnos, con conexión gratuita a Internet, a partir del segundo ciclo de Primaria, y un ordenador por alumno en educación secundaria y Universidad».
En las últimas semanas, la propuesta ha generado un importante debate educativo sobre la posibilidad de llevarla a la práctica. Unos la consideran electoralista e irrealizable mientras otros la juzgan deseable y factible a cambio de un drástico recorte en otras partidas presupuestarias como la dedicada a Defensa. Las cifras consultadas por CAMPUS en relación con la Universidad parecen dar parte de razón a ambas posturas.
POCOS ORDENADORES. Según el informe La Universidad española en cifras (2002), editado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Públicas (CRUE), las salas de informática de los campus españoles ofrecen un ordenador por cada 27,6 alumnos. En dicho informe no se incluyen los datos de 14 universidades sobre esa misma materia (entre ellas la Complutense, la de Barcelona, las Politécnicas de Madrid y Cataluña…).
Sin embargo, por mucho que desvirtúen la media esas ausencias, seguiría quedando lejos la paridad entre el número de estudiantes y el de ordenadores prometida por Zapatero. Esta proporción es muy superior a la que se da en los dos años de Bachillerato. Según se afirma en el informe Education at a glance 2003, editado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), España cuenta, en este nivel educativo, con un ordenador por cada 15,5 alumnos.
A falta de referencias en educación superior, los datos sobre enseñanza preuniversitaria señala a los países nórdicos como ejemplo de inversión en dotación informática. Se lleva la palma Dinamarca, con 2,8 alumnos por ordenador, seguida de Suecia (3,4), Noruega (3,7), Finlandia (5,0) y Francia (5,8).
LEJOS DE EUROPA. La brecha es aún más preocupante si se compara el gasto español en educación con el de los mejores en lo que se refiere a dotación de recursos informáticos. Por ejemplo, Dinamarca dedica a las aulas el 6,7% de su Producto Interior Bruto (PIB), Francia el 6,1%, Portugal el 5,7%, Finlandia el 5,6% y Alemania el 5,3%. La inversión española, en cambio, no pasa del 4,9%. Aproximarse a la paridad entre alumnos y ordenadores requiere, por tanto, un mayor esfuerzo en financiación.
Los principales afectados por las deficiencias de los campus en lo que se refiere a disponibilidad de instalaciones informáticas son los alumnos, privados de lo que se entiende por educación de calidad en la mencionada Sociedad de la Información.
Según una encuesta realizada por Sigma Dos para El Mundo en octubre de 2001, el equipamiento informático es una de las características peor valoradas por los universitarios españoles. Un 35,9% de los consultados lo evaluaban con un regular, mientras que un 53,2% de ellos le daban un bien a las cafeterías, un 43,5% hacia lo propio con las bibliotecas y un 29,2% a las instalaciones deportivas.
Esa misma encuesta revelaba otros datos sobre la vinculación del alumnado con el mundo cibernético. Un 81,8% de los consultados poseía un ordenador e incluso, en un 59,8% de los casos, contaban con una conexión a Internet. Sin embargo, un 44,3% de los que acceden a la Red lo hace desde su Facultad o Escuela.
VALENCIA SE DESTACA. Razón no les falta, a juzgar por los datos de la CRUE sobre recursos informáticos en las universidades españolas (curso 2000-2001). Según esa estadística, los centros de la Comunidad Valenciana son pioneros en la adaptación a la Sociedad de la Información.
La Universidad Miguel Hernández de Elche (10,3 alumnos por ordenador), la Politécnica de Valencia (13,1), la de Alicante (14,7) y la Jaume I (14,9), copan los cuatro primeros puestos. Tras ellas, la Universidad de Castilla la Mancha (17,5) y la Pompeu Fabra de Barcelona (17,8).
En el otro extremo, las instituciones peor dotadas en relación con el número de alumnos son la Universidad Autónoma de Madrid (55,9 alumnos por ordenador), y las de Granada (55,8), Salamanca (50,4), Alcalá (46,5) y Jaén (43,8).
Debido a las ausencias estadísticas, no resulta tan significativo el puesto que ocupa cada institución en la clasificación, como las conclusiones generales que se pueden extrapolar de ella a la hora de adoptar decisiones políticas como aumentar la financiación en salas de informática: la inversión en nuevas tecnologías es menor en las instituciones más antiguas y con mayor tradición. Por contra, las universidades creadas en los últimos años o de menor volumen han apostado por reforzar sus pujanza tecnológica pese a contar, de partida, con una menor presión del alumnado.
Aunque es posible que la situación de la Universidad española haya mejorado en este aspecto desde que se realizó el estudio de la CRUE, alcanzar la paridad prometida por Zapatero, desde las cifras de 2000, implicaría la adquisición de cerca de un millón de ordenadores, con el enorme gasto que eso supondría. Pero el coste sería aún mayor. Si se mantiene la media de 23 ordenadores por aula, habría que pasar de las 1.399 salas de informática que se contabilizaron en 2000 a 39.000, salvo que se extiendan definitivamente las redes wireless (sin cable) de conexión a Internet y se financie la compra de ordenadores por los alumnos o su cesión temporal.
En las últimas fechas, las universidades de Alcalá (Madrid) y Granada, que en 2000 se encontraban entre las peor dotadas, han apostado por esta segunda vía con la ayuda del Grupo Santander y Toshiba. Los alcalaínos aportaron, junto a estas dos entidades, 350.000 euros para que 1.000 alumnos pudieran comprar otros tantos ordenadores portátiles de última generación, a un precio reducido y que cuentan con la última tecnología como el dispositivo necesario para acceder a redes sin cable.
En Granada, el Santander realizó una donación de 150.000 euros con idéntica finalidad. Además, la institución andaluza aprovechó el convenio alcanzado con Toshiba y la endidad financiera para adquirir otros 550 portátiles. De ellos, 250 se han destinado a los diferentes grupos de investigación para que todos puedan disponer, al menos, de uno.
Los otros 300 se usarán en un servicio de préstamo gestionado por las bibliotecas universitarias. Esta experiencia piloto consiste en que los alumnos pueden tomarlos prestados durante un tiempo determinado y acceder de forma inalámbrica, tanto a Internet como a las bases de datos de la Universidad.
Otras, como las de Cantabria, La Rioja y, sobre todo, en Navarra. Ésta última también presta dispositivos como proyectores, cámaras digitales o unidades zip durante una semana.
——————————————————————————–
LOS TITULADOS, VERDES EN INFORMÁTICA
La escasa apuesta de nuestras universidades en equipamientos informáticos no deja de tener consecuencias en la formación de nuestros titulados. Según la encuesta Careers After Higher Education: a European Research Study (Cheers), el nivel de conocimientos de informática al final de nuestra enseñanza superior es de 1,8.
El valor de esta cifra se comprende en comparación con la de otros países europeos. Por ejemplo, en Holanda alcanzan el 2,5; en Austria y Finlandia el 2,4; en el Reino Unido y Suecia el 2,3; en Alemania el 2,2 y en Francia el 2,1. Concretamente, los titulados españoles creen tener más lagunas en las aplicaciones especializadas para cada carrera y profesión (CAD, SPSS…) y en el lenguaje de programación. Por contra, dicen dominar los procesadores de textos, bases de datos y hojas de cálculo
Descargar