77950 Actualmente, cada vez que se produce una avería en un semáforo es necesario emplear agentes de circulación, cortar el carril afectado y, en ocasiones, hasta cortar el tráfico. Para solucionar este problema, científicos de la Universidad de Granada (UGR) han diseñado y patentado un nuevo semáforo más sencillo de arreglar cuando se estropea.
Aunque ahora los operarios tienen que subir en grúas provistas de arneses a alturas de hasta 8 metros para arreglar los desperfectos, con este nuevo dispositivo no será necesario porque tiene las fuentes luminosas en la base, con lo que un solo operario, sin necesidad de grúas, puede sustituirlas, lo que mejora la seguridad vial.
El sistema se adapta a los semáforos actuales, por lo que no se necesita inversión adicional
Hoy en día las vías públicas representan una amenaza constante para los peatones y los conductores a causa de la creciente densidad de tráfico. Por ello, «una correcta señalización contribuye a minimizar el error humano y a conseguir un tráfico más fluido agilizando el tráfico, lo cual reduce la posibilidad de accidentes», explican desde la UGR.
Los resultados del estudio, que ha sido publicado en la revista científica Engineering Structures, han permitido desarrollar un nuevo diseño de semáforo en el que las fuentes luminosas se colocan en la base. Las minilentes concentran la luz de los led en la entrada de la fibra óptica y ésta sube la luz hasta la cabeza semafórica situada en su parte superior.
Según la UGR, el sistema no precisa fabricar nuevos semáforos porque los mazos de fibras ópticas pueden introducirse dentro de los semáforos actuales y llegar hasta los discos. «Este nuevo diseño supone una mejora significativa en el mantenimiento de las señales de tráfico, ya que la fibra óptica es muy resistente a los fenómenos naturales y al paso del tiempo», confirman los investigadores.