Más vitamina D y calcio contra fracturas en mayores

Un estudio de la Universidad de Granada confirma que la malnutrición favorece la pérdida de masa ósea y muscular, lo que puede derivar en un aumento de caídas. Expertos apuntan a la suplementación como recomendación a tener en cuenta.

La malnutrición es una situación común, frecuente y no suficientemente diagnosticada en mayores cuya prevalencia, según apuntan diversos estudios epidemiológicos, oscila entre el 10 y el 60 por ciento, sobre todo en los sectores octo y nonagenario. En este sentido, la falta de calcio y vitamina D parecen ser responsables de la proliferación de caídas y fracturas en este colectivo debido a la pérdida de masa ósea y muscular que se produce en el sujeto. Expertos consultados por CF apuntan que la ingesta de suplementos podría ser la solución a dicho problema.

«El riesgo nutricional es una situación donde las reservas fisiológicas de determinados nutrientes pueden estar bajas», indica María Dolores Ruiz, profesora de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada y autora de un estudio sobre nutrición en ancianos. El trabajo analiza 80 pacientes, a través del test MNA, de los cuales se vio que un 43,7 por ciento presentaba una situación de riesgo. Reyes Artacho, coautora del proyecto, indica que la encuesta refleja una mala praxis alimentaria. «Los participantes realizan un bajo número de comidas al día, tienen poca sensación de apetito (principalmente las mujeres), lo que podría estar relacionado con la baja ingesta de energía y micronutrientes»

SUPLEMENTACIÓN
Los resultados mostraron que ningún analizado tomaba suplementos o dieta adecuada para combatir la osteoporosis. Por ello, los expertos indican que pese a que no existe una evidencia clara y demostrada y depende de las circunstancias de la persona, la suplementación es una recomendación importante a tener en cuenta. Esta enfermedad es potencialmente prevenible si el paciente incluye 1,2 gramos de calcio y 400 unidades de vitamina D en su dieta diaria. Si ya se ha producido la fractura, Ruiz aconseja la ingesta de «proteínas suficientes para alcanzar entre los 1,2 y 1,5 gramos por kilo de peso al día recomendados».

Por su naturaleza, los mayores tienden a abandonar su alimentación, indican los especialistas. Por ejemplo, «es común que apenas beban agua o que releguen las verduras, frutas y hortalizas a un segundo plano. «El perfil de su dieta está constituido por un escaso aporte de minerales y vitaminas y un exceso de hidratos de carbono y grasas saturadas», alerta Juan Manuel Espinosa, del Grupo de Atención al Mayor de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc). Asimismo, un déficit nutricional puede derivar en aislamiento, soledad y trastornos sensitivos e internos óseos y musculares. «Este es el principio de un caos sindrómico, tras el que surgen otras comorbilidades, como la incontinencia o problemas de la epidermis», advierte Espinosa.

EJERCICIO FÍSICO
Evitar la inmovilidad es otro de los consejos que aportan los expertos, dado que la falta de ejercicio también favorece la pérdida de masa muscular y ósea. De hecho, «los pacientes con artrosis, demencia y obesidad son los grupos de riesgo que mayor atención precisan», indica Humberto Kessel, geriatra del Hospital Torrecárdenas, de Almería. Y es que con un simple ejercicio como es andar el paciente puede notar una gran mejoría.

Además de la nutrición y el actividad física existen multitud de obstáculos que el anciano debe sortear en la vida diaria para evitar una caída. Su fragilidad y edad les hace ser más torpes, indican los expertos, que, entre otras recomendaciones, aconsejan que la persona mayor lleve un calzado ajustado al pie, sin presión, con cordones o velcro; eliminar posibles impedimentos en el recorrido del sujeto; no pulir el suelo, ya que puede inducir a resbalones, y en caso de una primera caída, los familiares o tutores deben consultar al médico inmediatamente para no agravar el pronóstico.
Aumenta la concienciación por un ‘envejecimiento activo’

La fractura de cadera de origen osteoporótico es una de las principales causas de discapacidad y de pérdida de calidad de vida en población geriátrica. La mortalidad hospitalaria en este tipo de pacientes es de un 5,3 por ciento y la predisposición a padecerla se relaciona con factores muy diversos como la edad avanzada, sexo femenino, fracturas anteriores, enfermedades sistémicas, medicación, estilo de vida, discapacidad funcional y malnutrición. Para medir el riesgo nutricional en este colectivo los especialistas utilizan el test MNA, a través del cual se utiliza el índice de masa corporal como parámetro antropométrico.

El test consta de 18 preguntas agrupadas en cuatro apartados que recogen una evaluación global y subjetiva, e ingesta dietética. La valoración máxima es de 30 puntos y permite clasificar a los individuos en: bien nutridos, riesgo de desnutrición y desnutridos. En España este test ha sido empleado por el Consejo General de COF en el estudio Plenufar III.

APOYO
Con el paso de los años, ha aumentado la concienciación sobre lo que supone un estado de vida saludable en todas las etapas de la vida. En concreto, para los mayores se han desarrollado estrategias y políticas a nivel mundial para fomentar un envejecimiento activo. Este programa fue aprobado en la II Asamblea Mundial del Envejecimiento organizado por la Organización Mundial de la Salud y celebrado en Madrid en 2002. Asimismo, en Andalucía se ha publicado el libro blanco del envejecimiento.
RIESGO POTENCIALMENTE EVITABLE

Hábitos saludables alimenticios antes de la fractura.

1. Tome 1,2 gramos de calcio diarios (salvo restricción renal o litiásica).
2. Tome 400 UI de vitamina D al día, y aproveche el sol otoñal o de invierno.
3. Evite el tabaco y el consumo no moderado de alcohol.
4. Realice cierta actividad física que no implique carga. La inmovilidad es un mal aliado para el paciente.
5. Algunos medicamentos «expolian» hueso. Son los esteroides (incluso los inhalados), diuréticos tipo tiacidas o finasteride en hombres (por problemas de próstata), o por inadecuado empleo en mujeres.

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Dos nuevas tesis aportan datos del paisaje de Europa hace un millón de años

Dos nuevas tesis doctorales sobre Orce que han sido presentadas a la Universidad de Granada aportan datos clave para conocer cómo era el entorno ecológico de Europa hace entre 1,3 y 1,6 millones de años.

Ambas tesis, dirigidas por Bienvenido Martínez, investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, aportan información valiosa para descifrar cómo era el paisaje en aquella época, según ha informado hoy este organismo.

Una de ellas es la dirigida por Sergio Ros, que constata que las cuencas de Guadix-Baza y Granada contiene uno de los mejores registros de mamíferos continentales del Pliopleistoceno de Europa.

El investigador ha analizado más de 500 fósiles y descrito una veintena de yacimientos con presencia de mamíferos de los que ha documentado seis especies, entre ellas la Mammut borsoni y Anancus arvernensis, los dos grandes mastodontes del Plioceno y cuya morfología dental es totalmente diferente a la de los elefantes modernos.

La veintena de yacimientos descritos por el investigador se ubican en las cuencas de Guadix-Baza y Granada, todos tienen una edad comprendida entre el Plioceno y el Pleistoceno y suman 262 restos.

La segunda tesis, de María Patrocinio Espigares, analiza el contexto sedimentario y los atributos tafonómicos de los yacimientos pleistocénicos del borde nororiental de la cuenca de Guadix-Baza.

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Guías y conductores del desierto egipcio se forman en lectura de mapas y GPS

La Universidad de Granada ha formado a guías y conductores del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas topográficos y en navegación GPS a través de un curso en el que se han usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la institución académica.

El programa formativo, subvencionado en el marco de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (CICODE), ha permitido enseñar a los 30 trabajadores que se han sometido a él (conductores de safaris y guías turísticos) a conducir con un sistema de GPS usando un receptor, un mapa y un ordenador con conexión a Internet, ha informado hoy la Universidad.

La idea surgió de los propios guías y conductores egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada, según Fernando Bea, catedrático de Mineralogía y Petrología de la Universidad y responsable de este proyecto, que ha permitido mejorar las condiciones de trabajo en la zona y la conservación de los puntos turísticos del desierto.

Las actividades de guía y conductor turístico son el principal recurso económico del desierto occidental egipcio.

Los beneficiarios del curso ya son capaces de manejar un sistema de GPS y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

Al curso han asistido dos profesores de la Universidad de Tanta que se han comprometido a trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, así como un capitán del Ejército destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, lo que representa las dos terceras partes del territorio total de este país.

Considerado el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, el desierto occidental egipcio se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur.

Las únicas zonas habitadas son cinco oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une (el resto es sólo arena).

Según la Universidad, desde los últimos años los turistas occidentales demandan cada vez más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir o Oweinat), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

Los recorridos pueden durar hasta diez o quince días dentro del desierto, por lo que la localización y orientación pueden ser un problema incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas (como tormentas de arena).

En esas condiciones, un GPS puede representar la salvación de un grupo de personas, según la Universidad.

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Alumnos de la UGR simulan la gestión de crisis internacionales

La Universidad de Granada (UGR) ha puesto en marcha un proyecto para tender a las necesidades de formación de los perfiles profesionales propios de los estudiantes de Ciencias Políticas, favorecer la adquisición de competencias genéricas por parte de los alumnos y potenciar la adquisición de competencias específicas en materia de estructura y funcionamiento de los Sistemas Políticos.

Estos son algunos de los objetivos del proyecto “Ejercicio de simulación de gestión de crisis internacionales”, coordinado por el profesor de Ciencia Política y de la Administración Javier Jordán Enamorado. Con este proyecto se creó una herramienta docente, de carácter participativo, para la realización de ejercicios de simulación política, donde los alumnos asumen el rol de determinados actores.

Así, se da forma a una plataforma web colaborativa para cada ejercicio de simulación que permita a los alumnos mejorar el uso y conocimiento de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en los procesos de innovación docente.

Este sistema, según los responsables del proyecto, “se aplica inicialmente a dos asignaturas de la Licenciatura de Ciencia Política (Políticas de seguridad y defensa y Sistemas políticos contemporáneos), pero existiría la posibilidad de que fuese trasplantado a otras asignaturas donde se impartan contenidos relacionados con la toma de decisiones en situaciones complejas. La metodología de los ejercicios de simulación política se adapta adecuadamente al sistema de créditos ECTS”.

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Forman a guías profesionales del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas y navegación GPS

Un curso de la Universidad de Granada (UGR) ha conseguido enseñar a guías y conductores de safaris en el desierto occidental de Egipto, el más grande del mundo, a usar un sistema de GPS y planificar un recorrido de entre 10 y 15 días usando mapas y ordenadores con conexión a Internet.

El Programa de formación ha usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la Universidad de Granada y ha sido subvencionado dentro de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (Cicode), del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo.

Según ha explicado en un comunicado el catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada y responsable del proyecto, Fernando Bea Barredo, la idea del curso surgió de los propios guías egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada.

Lo cierto es que las actividades de conductor y guía turístico son el recurso económico más importante de la zona, por lo que este proyecto ha supuesto «una mejora en las condiciones de trabajo e ingresos de los beneficiarios, así como un impacto positivo sobre la conservación de zonas turísticas del desierto».

El curso fue impartido a 30 trabajadores del desierto occidental de Egipto que ya son capaces de manejar un sistema de GPS, y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

De hecho, después de recibir la formación, los asistentes han estado en comunicación constante con sus formadores por correo electrónico, haciéndoles preguntas y pidiéndoles que comprueben las rutas que han fijado», explicó el profesor Bea.

Además han asistido al curso dos profesores del la Universidad de Tanta, con el compromiso de trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, y un capitán del ejército, destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

El desierto más grande del mundo

El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, que representan las dos terceras partes del territorio total de Egipto.

Este inmenso desierto, el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur. Las únicas zonas habitadas son cinco Oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une, mientras que el resto es sólo arena.

En los últimos años los turistas occidentales demandan más y más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir, Oweinat, etc), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los Oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

Puesto que los recorridos pueden durar de 10 a 15 días dentro del desierto, la localización y orientación pueden ser un gran problema, incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas, como tormentas de arena, de modo que un GPS en esas condiciones puede representar la salvación de un grupo de personas.

El curso se llevó a cabo en Bawity, capital del Oasis de Bahariya durante el 25 y 26 de abril del 2009 para clases teóricas y después en el desierto para las clases prácticas.

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Forman a guías profesionales del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas y navegación GPS

Un curso de la Universidad de Granada (UGR) ha conseguido enseñar a guías y conductores de safaris en el desierto occidental de Egipto, el más grande del mundo, a usar un sistema de GPS y planificar un recorrido de entre 10 y 15 días usando mapas y ordenadores con conexión a Internet.

El Programa de formación ha usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la Universidad de Granada y ha sido subvencionado dentro de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (Cicode), del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo.

Según ha explicado en un comunicado el catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada y responsable del proyecto, Fernando Bea Barredo, la idea del curso surgió de los propios guías egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada.

Lo cierto es que las actividades de conductor y guía turístico son el recurso económico más importante de la zona, por lo que este proyecto ha supuesto «una mejora en las condiciones de trabajo e ingresos de los beneficiarios, así como un impacto positivo sobre la conservación de zonas turísticas del desierto».

El curso fue impartido a 30 trabajadores del desierto occidental de Egipto que ya son capaces de manejar un sistema de GPS, y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

De hecho, después de recibir la formación, los asistentes han estado en comunicación constante con sus formadores por correo electrónico, haciéndoles preguntas y pidiéndoles que comprueben las rutas que han fijado», explicó el profesor Bea.

Además han asistido al curso dos profesores del la Universidad de Tanta, con el compromiso de trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, y un capitán del ejército, destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

EL DESIERTO MÁS GRANDE DEL MUNDO

El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, que representan las dos terceras partes del territorio total de Egipto.

Este inmenso desierto, el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur. Las únicas zonas habitadas son cinco Oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une, mientras que el resto es sólo arena.

En los últimos años los turistas occidentales demandan más y más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir, Oweinat, etc), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los Oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

Puesto que los recorridos pueden durar de 10 a 15 días dentro del desierto, la localización y orientación pueden ser un gran problema, incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas, como tormentas de arena, de modo que un GPS en esas condiciones puede representar la salvación de un grupo de personas.

El curso se llevó a cabo en Bawity, capital del Oasis de Bahariya durante el 25 y 26 de abril del 2009 para clases teóricas y después en el desierto para las clases prácticas.

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Forman a guías profesionales del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas y navegación GPS

Un curso de la Universidad de Granada (UGR) ha conseguido enseñar a guías y conductores de safaris en el desierto occidental de Egipto, el más grande del mundo, a usar un sistema de GPS y planificar un recorrido de entre 10 y 15 días usando mapas y ordenadores con conexión a Internet.

   El Programa de formación ha usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la Universidad de Granada  y ha sido subvencionado dentro de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (Cicode), del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo.

   Según ha explicado en un comunicado el catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada y responsable del proyecto, Fernando Bea Barredo, la idea del curso surgió de los propios guías egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada.

   Lo cierto es que las actividades de conductor y guía turístico son el recurso económico más importante de la zona, por lo que este proyecto ha supuesto «una mejora en las condiciones de trabajo e ingresos de los beneficiarios, así como un impacto positivo sobre la conservación de zonas turísticas del desierto».

   El curso fue impartido a 30 trabajadores del desierto occidental de Egipto que ya son capaces de manejar un sistema de GPS, y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

   De hecho, después de recibir la formación, los asistentes han estado en comunicación constante con sus formadores por correo electrónico, haciéndoles preguntas y pidiéndoles que comprueben las rutas que han fijado», explicó el profesor Bea.

   Además han asistido al curso dos profesores del la Universidad de Tanta, con el compromiso de trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, y un capitán del ejército, destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

EL DESIERTO MÁS GRANDE DEL MUNDO

    El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, que representan las dos terceras partes del territorio total de Egipto.

   Este inmenso desierto, el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur. Las únicas zonas habitadas son cinco Oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une, mientras que el resto es sólo arena.

   En los últimos años los turistas occidentales demandan más y más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir, Oweinat, etc), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los Oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

   Puesto que los recorridos pueden durar de 10 a 15 días dentro del desierto, la localización y orientación pueden ser un gran problema, incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas, como tormentas de arena, de modo que un GPS en esas condiciones puede representar la salvación de un grupo de personas.

   El curso se llevó a cabo en Bawity, capital del Oasis de Bahariya durante el 25 y 26 de abril del 2009 para clases teóricas y después en el desierto para las clases prácticas.

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Forman a guías profesionales del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas y navegación GPS

Un curso de la Universidad de Granada (UGR) ha conseguido enseñar a guías y conductores de safaris en el desierto occidental de Egipto, el más grande del mundo, a usar un sistema de GPS y planificar un recorrido de entre 10 y 15 días usando mapas y ordenadores con conexión a Internet.

El Programa de formación ha usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la Universidad de Granada y ha sido subvencionado dentro de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (Cicode), del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo.

Según ha explicado en un comunicado el catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada y responsable del proyecto, Fernando Bea Barredo, la idea del curso surgió de los propios guías egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada.

Lo cierto es que las actividades de conductor y guía turístico son el recurso económico más importante de la zona, por lo que este proyecto ha supuesto «una mejora en las condiciones de trabajo e ingresos de los beneficiarios, así como un impacto positivo sobre la conservación de zonas turísticas del desierto».

El curso fue impartido a 30 trabajadores del desierto occidental de Egipto que ya son capaces de manejar un sistema de GPS, y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

De hecho, después de recibir la formación, los asistentes han estado en comunicación constante con sus formadores por correo electrónico, haciéndoles preguntas y pidiéndoles que comprueben las rutas que han fijado», explicó el profesor Bea.

Además han asistido al curso dos profesores del la Universidad de Tanta, con el compromiso de trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, y un capitán del ejército, destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

EL DESIERTO MÁS GRANDE DEL MUNDO

El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, que representan las dos terceras partes del territorio total de Egipto.

Este inmenso desierto, el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur. Las únicas zonas habitadas son cinco Oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une, mientras que el resto es sólo arena.

En los últimos años los turistas occidentales demandan más y más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir, Oweinat, etc), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los Oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

Puesto que los recorridos pueden durar de 10 a 15 días dentro del desierto, la localización y orientación pueden ser un gran problema, incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas, como tormentas de arena, de modo que un GPS en esas condiciones puede representar la salvación de un grupo de personas.

El curso se llevó a cabo en Bawity, capital del Oasis de Bahariya durante el 25 y 26 de abril del 2009 para clases teóricas y después en el desierto para las clases prácticas.

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Forman a guías profesionales del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas y navegación GPS

Un curso de la Universidad de Granada (UGR) ha conseguido enseñar a guías y conductores de safaris en el desierto occidental de Egipto, el más grande del mundo, a usar un sistema de GPS y planificar un recorrido de entre 10 y 15 días usando mapas y ordenadores con conexión a Internet.

El Programa de formación ha usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la Universidad de Granada y ha sido subvencionado dentro de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (Cicode), del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo.

Según ha explicado en un comunicado el catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada y responsable del proyecto, Fernando Bea Barredo, la idea del curso surgió de los propios guías egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada.

Lo cierto es que las actividades de conductor y guía turístico son el recurso económico más importante de la zona, por lo que este proyecto ha supuesto «una mejora en las condiciones de trabajo e ingresos de los beneficiarios, así como un impacto positivo sobre la conservación de zonas turísticas del desierto».

El curso fue impartido a 30 trabajadores del desierto occidental de Egipto que ya son capaces de manejar un sistema de GPS, y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

De hecho, después de recibir la formación, los asistentes han estado en comunicación constante con sus formadores por correo electrónico, haciéndoles preguntas y pidiéndoles que comprueben las rutas que han fijado», explicó el profesor Bea.

Además han asistido al curso dos profesores del la Universidad de Tanta, con el compromiso de trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, y un capitán del ejército, destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

EL DESIERTO MÁS GRANDE DEL MUNDO

El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, que representan las dos terceras partes del territorio total de Egipto.

Este inmenso desierto, el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur. Las únicas zonas habitadas son cinco Oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une, mientras que el resto es sólo arena.

En los últimos años los turistas occidentales demandan más y más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir, Oweinat, etc), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los Oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

Puesto que los recorridos pueden durar de 10 a 15 días dentro del desierto, la localización y orientación pueden ser un gran problema, incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas, como tormentas de arena, de modo que un GPS en esas condiciones puede representar la salvación de un grupo de personas.

El curso se llevó a cabo en Bawity, capital del Oasis de Bahariya durante el 25 y 26 de abril del 2009 para clases teóricas y después en el desierto para las clases prácticas.

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Forman a guías profesionales del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas y navegación GPS

Un curso de la Universidad de Granada (UGR) ha conseguido enseñar a guías y conductores de safaris en el desierto occidental de Egipto, el más grande del mundo, a usar un sistema de GPS y planificar un recorrido de entre 10 y 15 días usando mapas y ordenadores con conexión a Internet.

El Programa de formación ha usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la Universidad de Granada y ha sido subvencionado dentro de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (Cicode), del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo.

Según ha explicado en un comunicado el catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada y responsable del proyecto, Fernando Bea Barredo, la idea del curso surgió de los propios guías egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada.

Lo cierto es que las actividades de conductor y guía turístico son el recurso económico más importante de la zona, por lo que este proyecto ha supuesto ‘una mejora en las condiciones de trabajo e ingresos de los beneficiarios, así como un impacto positivo sobre la conservación de zonas turísticas del desierto’.

El curso fue impartido a 30 trabajadores del desierto occidental de Egipto que ya son capaces de manejar un sistema de GPS, y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

De hecho, después de recibir la formación, los asistentes han estado en comunicación constante con sus formadores por correo electrónico, haciéndoles preguntas y pidiéndoles que comprueben las rutas que han fijado’, explicó el profesor Bea.

Además han asistido al curso dos profesores del la Universidad de Tanta, con el compromiso de trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, y un capitán del ejército, destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

EL DESIERTO MÁS GRANDE DEL MUNDO

El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, que representan las dos terceras partes del territorio total de Egipto.

Este inmenso desierto, el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur. Las únicas zonas habitadas son cinco Oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une, mientras que el resto es sólo arena.

En los últimos años los turistas occidentales demandan más y más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir, Oweinat, etc), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los Oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

Puesto que los recorridos pueden durar de 10 a 15 días dentro del desierto, la localización y orientación pueden ser un gran problema, incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas, como tormentas de arena, de modo que un GPS en esas condiciones puede representar la salvación de un grupo de personas.

El curso se llevó a cabo en Bawity, capital del Oasis de Bahariya durante el 25 y 26 de abril del 2009 para clases teóricas y después en el desierto para las clases prácticas.

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Forman a guías profesionales del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas y navegación GPS

Un curso de la Universidad de Granada (UGR) ha conseguido enseñar a guías y conductores de safaris en el desierto occidental de Egipto, el más grande del mundo, a usar un sistema de GPS y planificar un recorrido de entre 10 y 15 días usando mapas y ordenadores con conexión a Internet.

El Programa de formación ha usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la Universidad de Granada y ha sido subvencionado dentro de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (Cicode), del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo.

Según ha explicado en un comunicado el catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada y responsable del proyecto, Fernando Bea Barredo, la idea del curso surgió de los propios guías egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada.

Lo cierto es que las actividades de conductor y guía turístico son el recurso económico más importante de la zona, por lo que este proyecto ha supuesto «una mejora en las condiciones de trabajo e ingresos de los beneficiarios, así como un impacto positivo sobre la conservación de zonas turísticas del desierto».

El curso fue impartido a 30 trabajadores del desierto occidental de Egipto que ya son capaces de manejar un sistema de GPS, y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

De hecho, después de recibir la formación, los asistentes han estado en comunicación constante con sus formadores por correo electrónico, haciéndoles preguntas y pidiéndoles que comprueben las rutas que han fijado», explicó el profesor Bea.

Además han asistido al curso dos profesores del la Universidad de Tanta, con el compromiso de trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, y un capitán del ejército, destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

EL DESIERTO MÁS GRANDE DEL MUNDO

El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, que representan las dos terceras partes del territorio total de Egipto.

Este inmenso desierto, el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur. Las únicas zonas habitadas son cinco Oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une, mientras que el resto es sólo arena.

En los últimos años los turistas occidentales demandan más y más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir, Oweinat, etc), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los Oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

Puesto que los recorridos pueden durar de 10 a 15 días dentro del desierto, la localización y orientación pueden ser un gran problema, incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas, como tormentas de arena, de modo que un GPS en esas condiciones puede representar la salvación de un grupo de personas.

El curso se llevó a cabo en Bawity, capital del Oasis de Bahariya durante el 25 y 26 de abril del 2009 para clases teóricas y después en el desierto para las clases prácticas.

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La Universidad de Granada (UGR) en las arenas del desierto

Un curso de la Universidad de Granada ha formado a guías profesionales del desierto occidental egipcio en la lectura de mapas y navegación GPS

Un curso de la Universidad de Granada (UGR) ha conseguido enseñar a guías y conductores de safaris en el desierto occidental de Egipto, el más grande del mundo, a usar un sistema de GPS y planificar un recorrido de entre 10 y 15 días usando mapas y ordenadores con conexión a Internet.

El Programa de formación ha usado sistemas informatizados idénticos a los empleados por los estudiantes de Geología de la Universidad de Granada y ha sido subvencionado dentro de la VIII Convocatoria de Proyectos de Cooperación Universitaria para el desarrollo (Cicode), del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo.

Según ha explicado en un comunicado el catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada y responsable del proyecto, Fernando Bea Barredo, la idea del curso surgió de los propios guías egipcios que habían acompañado anteriormente a una expedición geológica de la Universidad de Granada.

Lo cierto es que las actividades de conductor y guía turístico son el recurso económico más importante de la zona, por lo que este proyecto ha supuesto «una mejora en las condiciones de trabajo e ingresos de los beneficiarios, así como un impacto positivo sobre la conservación de zonas turísticas del desierto».

El curso fue impartido a 30 trabajadores del desierto occidental de Egipto que ya son capaces de manejar un sistema de GPS, y planificar un recorrido de varios días en el desierto usando mapas y ordenadores.

De hecho, después de recibir la formación, los asistentes han estado en comunicación constante con sus formadores por correo electrónico, haciéndoles preguntas y pidiéndoles que comprueben las rutas que han fijado», explicó el profesor Bea.
Además han asistido al curso dos profesores del la Universidad de Tanta, con el compromiso de trasladar la información, incluidos mapas y manuales, a otros profesores y estudiantes de geología de esta Universidad, y un capitán del ejército, destinado a las patrullas de protección en el desierto del Oeste.

El desierto más grande del mundo
El desierto occidental de Egipto ocupa 700.000 kilómetros cuadrados, que representan las dos terceras partes del territorio total de Egipto. Este inmenso desierto, el más grande del mundo y la zona más árida de la tierra, se extiende desde el Nilo hasta la frontera con Libia, al Oeste, y desde el Mediterráneo hasta la frontera con Sudán, al Sur. Las únicas zonas habitadas son cinco Oasis (Siwa, Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga) y la única ruta transitable es una carretera de mala calidad que los une, mientras que el resto es sólo arena.

En los últimos años los turistas occidentales demandan más y más safaris en el desierto profundo (zonas remotas como Gilf Kebir, Oweinat, etc), lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión entre la población de los Oasis: guías turísticos especializados en el desierto y conductores de safaris.

Puesto que los recorridos pueden durar de 10 a 15 días dentro del desierto, la localización y orientación pueden ser un gran problema, incluso para la gente bien entrenada, especialmente en condiciones atmosféricas adversas, como tormentas de arena, de modo que un GPS en esas condiciones puede representar la salvación de un grupo de personas.

El curso se llevó a cabo en Bawity, capital del Oasis de Bahariya durante el 25 y 26 de abril del 2009 para clases teóricas y después en el desierto para las clases prácticas.

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