La crisis en la provincia de Granada ha causado desde 2007 el cierre de un total de 2.512 empresas y una subida de la tasa de paro del 14 por ciento en 2007 al 29 por ciento en 2010, según el estudio ‘El impacto sobre la crisis económica en la provincia de Granada’ editado por la Fundación Caja Rural y dirigido por el catedrático de Economía de la Universidad de Granada, Miguel González.
Durante la presentación del estudio, a la que ha asistido el presidente de Caja Rural de Granada, Antonio León, González ha explicado que las razones por las que la provincia está sufriendo especialmente la coyuntura actual tienen que ver con los pilares en los que se centra su economía, como los servicios privados o la construcción –muy afectados por la crisis–, y al reajuste del sector público y “un pobre y debilitado” sector industrial. A su entender, la provincia se está alejando de manera abismal de la media española y europea, de manera que el año 2011 “no será mejor que el pasado”.
El estudio presentado hace un minucioso análisis de la crisis económica en la provincia de Granada y de los factores que la han provocado, tanto externos como internos. A lo largo de cuatro capítulos los economistas Miguel González, Marcos García y Elías Melchor hacen un recorrido por los primeros indicios de la crisis, remontándose a 2006, el denominado ‘Fin de fiesta’ en 2007, 2008 es calificado como ‘El año que vivimos peligrosamente’, 2009 como ‘El largo y tortuoso camino de la crisis’, ‘Las grandes y falsas esperanzas’ de 2010 y la crónica no escrita por el momento que han denominado “el futuro no es el pasado”.
En el segundo capítulo se analiza la actividad y demanda en la provincia de Granada y el comportamiento de los distintos sectores. En el tercero se estudian los precios, mercado de trabajo y el sistema financiero, y por último se presenta un resumen y conclusiones en el cuarto.
Desde la perspectiva del estudio, el origen de la crisis presenta una doble vertiente, interna y externa. Entre lo factores exógenos, los financieros han resultado especialmente dañinos, según consta en el informe, “pero también hay que reconocer la vulnerabilidad de la economía española tanto desde el punto de vista financiero como productivo”. A esto hay que añadir la “tardanza por parte de nuestros gobernantes en reconocer la situación y adoptar medidas”. Además las medidas iniciales acabaron con el superávit de las cuentas públicas registrado en 2006 y 2007, “convirtiéndolo en fuerte endeudamiento”.
El estudio califica el estado de la economía internacional en general y española en particular, referente de la economía granadina, como más que preocupante: “desempleo masivo, estancamiento económico, elevado endeudamiento, cuestionamiento del modelo social, desajustes sectoriales, y ausencia de unas directrices de política económica claras, decididas y coherentes”.
Entre los años 2000 y 2008 el PIB de la provincia de Granada creció a una tasa media anual acumulativa del 3 por ciento, lo que supone 0,2 puntos por encima de la nacional y 0,1 por encima de la andaluza. Sin embargo, este crecimiento no ha sido suficiente para mover a Granada del último puesto del ranking de Renta Interior Bruta, sino que en 2008 la provincia se alejó aún más de la media nacional.
El sector primario, sobre todo la rama agraria y pesquera ha seguido generando empleo desde 2007 hasta 2010 a ritmos similares a la media regional. Este sector se ha convertido en refugio para los desempleados de otros, sobre todo de la construcción. La debilidad del tejido industrial de la provincia ha provocado que los crecimientos incluso en época de bonanza hayan sido inferiores a la media nacional.
La construcción, se incide en al investigación, ha sido uno de los sectores más afectado por la crisis. Este deterioro comenzó en 2007, prolongándose hasta ahora. De hecho durante el primer trimestre de 2010, Granada era la provincia andaluza y la tercera de España con mayor caída interanual de la ocupación.
Las ramas de servicios también han sufrido las consecuencias de la crisis. En términos de ocupación son las que menos destrucción de empleo han generado, y por lo que respecta a los servicios públicos, la crisis no se ha dejado sentir hasta 2010, tras la entrada en vigor de las medidas de ajuste presupuestario. La reducción del sueldo de los funcionarios repercutirá en el crecimiento económico provincial, señala el estudio.
El desempleo es el problema más grave de la crisis, según se pone de manifiesto, y entre mediados de 2007 y la actualidad se ha reducido considerablemente, el paro ha aumentado de forma “alarmante” y las perspectivas no son “en absoluto favorables”, al menos a corto plazo. Desde el tercer trimestre de 2007 y el tercero de 2010 se ha registrado una pérdida neta de 50.000 empleos, un 15 por ciento del empleo existente en 2007.
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